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EL EFECTO DE LOS BRUCHIDAE SOBRE LA COSECHA DE LAS SEMILLAS

Uno de los objetivos del forestal es el de asegurar una buena disponibilidad de semilla sana y viable. De la información dada en otra parte de esta publicación sobre su biología se ve que algunas familias, especialmente Bruchidae, se desarrollan como larvas integralmente dentro de las semillas. Como se ha mencionado, las semillas y las larvas de la mayoría de los Bruchidae llegan juntas a la madurez y a partir de este momento no habrá ulteriores daños.

Hasta que los escarabajos no emergen hay poca o falta evidencia de la presencia de insectos vivos en la semilla. Todo tentativo para controlar la infestación en estas circunstancias sería inútil ya que muy pocas especies que atacan a especies arbóreas tienen la capacidad de producir otras generaciones en semillas maduras durante la misma estación semillera. Las semillas que fueren así dañadas germinarán muy mal o no germinarán. Si la semilla se cosecha de árboles “salvajes” deberá ser muy cuidadosamente seleccionada. Los árboles que han sido cultivados específicamente para esta finalidad de producir semilla y sobre los cuales el forestal mantiene un control razonable pueden ser tratados preventivamente contra el ataque de insectos durante las fases iniciales de la formación de la vaina.

Medidas preventivas

En los árboles elegidos para la producción de semilla pueden recubrirse las ramas individualmente con mangas o bolsas de polinización hechas con fibras de vidrio entretejidas para impedir el acceso a la infestación por insectos. Las especies de Acacia con espinas largas no son fácilmente recubiertas de esta manera, pero el método fue usado satisfactoriamente por Conway (1975) al estudiar los períodos de emergencia de los Bruchidae sobre sus huéspedes en Gambia. Las mangas hechas con este material son sumamente durables siendo resistentes a la laceración y a las condiciones climáticas extremas. La fijación de la época cuando hay que cubrir las ramas elegidas dependerá de la biología del insecto. Lamprey et al. (1974) dan algunas indicaciones sobre la elección y los momentos para los sitios de oviposición para especies de Bruchidae. Sobre Acacia tortilis ssp. spirocarpa en el Parque Nacional del Lago Manyara, Tanzania, la oviposición ocurrió entre 30 y 100 días posteriores al inicio de la formación de las vainas.

Si la cobertura con mangas sobre las ramas llega a no ser práctica debería entonces considerarse la posibilidad de tratar pequeñas áreas del árbol con pulverizaciones insecticidas. No se ha investigado el tratamiento de los árboles con insecticidas para la prevención de ataques por los insectos sobre las vainas semilleras.

Los productos químicos Tetraclorovinphos, Pirimiphos-metil y Endosulfan han sido todos usados con buenos resultados contra los Bruchidae sobre leguminosas de grano, así como las mezclas DDT/BHC, pero debe evitarse en lo posible este último, ya que presenta problemas con residuos a largo plazo y después de su empleo prolongado induce una resistencia al insecticida.

Examen de la semilla cosechada

Las semillas infestadas por Bruchidae, pero sin las perforaciones de la emergencia de los adultos pueden parecer al ojo no entrenado como semillas perfectamente viables. Los escarabajos Bruchidae, en sus etapas de desarrollo, como ya se ha visto, se esconden dentro de la semilla donde son casi invisibles las perforaciones de entrada de la primera fase larval. El desarrollo de los insectos continúa sin ser molestado aún si las semillas son separadas de las vainas y almacenadas. Si las semillas se envían a un laboratorio central que disponga de elementos adecuados podrá emplearse entonces el uso de los Rayos X para el análisis de lotes según fue descrito por Milner et al. (1952) y Swaminathan y Kamra (1961). Los detalles de cualquier daño pueden ser vistos fácilmente y en la mayoría de los casos puede indentificarse la etapa del insecto (Osuji 1982).

Pequeñas cantidades de semilla pueden ser examinadas con un microscopio binocular para identificar las perforaciones de entrada larval, pero que son difíciles de localizar. Una técnica alternativa a estos métodos no destructivos es la empleada por Karshon (1975). En este caso las muestras de semilla se ablandan sumergiéndolas en agua llevada a ebullición (antes de la inmersión) o en ácido sulfúrico y luego analizadas por corte. Los resultados de este análisis fueron expresados en porcentaje de la muestra dañada. El almacenamiento de las semillas a las temperaturas recomendadas para los bancos de semilla pueden también inhibir el desarrollo de cualquier infestación escondida, pero la prevención es la única manera de asegurar un alto porcentaje de semilla viable.

El material criado en un área y luego distribuido a otra debe ser acompañado por un certificado fitosanitario. Para asegurar que una infestación encubierta sea controlada, la semilla debe ser fumigada con bromuro de metilo o productos químicos similares. El dosaje de fumigante necesario para asegurar la destrucción del 100% de los insectos puede desgraciadamente tener efectos negativos sobre el factor de germinación de la semilla. Para evitar este riesgo la única manera de asegurar el despacho de semilla no dañada es el del envío de semilla sometida a Rayos X.


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