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ANEXO 1
Identificación y conservación del material de insectos recogido y criado

Cuando se estudia la ecología de un área todos los insectos relacionados con las plantas que allí viven deben ser convenientemente identificados para proceder correctamente en la investigación. Los obreros de campo implicados deben estar familiarizados con ciertas normas básicas para la preparación de los insectos para su envío a los especialistas oportunos, a fin de asegurar que el material enviado para identificación llegue en buenas condiciones. No hay nada más descorazonante que recibir paquetes cuyo contenido ha sido reducido a una papilla de pequeños fragmentos, o los envases, una serie de ampollas de vidrio, completamente destruidas, con pérdida de tiempo y de dinero, requiriendo un segundo envío.

Recolección de campo

La finalidad de esta publicación es la de producir semilla sana y viable, hecho que se tiene presente al escribir estas notas.

La manera ideal de tomar muestras de poblaciones de insectos que infestan la semilla es de recoger la semilla cuando los insectos están en su etapa de desarrollo. Es importante establecer el momento oportuno para la recolección : las vainas no maduras se encogen con el desarrollo de hongos que impiden la emergencia del insecto y con vainas sobremaduras los insectos generalmente habrán emergido antes de la cosecha. Las semillas o vainas recogidas en el campo, preferentemente en bolsas de polietileno, deben transferirse lo más pronto posible a envases rígidos con dos cuellos. Estos contenedores deberán ser luego cerrados con muselina u otro material a través del cual el aire y el vapor húmedo pueden pasar libremente, pero que contendrá los insectos emergentes. Es deseable que los contenedores sean inspeccionados diariamente para obtener la mayor cantidad posible de datos biológicos.

Empaque y despacho del material para la identificación

Los escarabajos y parasitoides que emergen de la muestra de material recogida deben ser sacados de los envases lo más pronto posible. Con el material vivo será necesario emplear un aspirador, denominado “pooter” o tubo chupador (Figura 6). Ellos pueden ser de una cantidad de modelos, pero los más comunes son ampollas de vidrio o, preferentemente, plásticas con un corcho o tapón de goma bien ajustable.

Dos tubos de vidrio o de plástico semirígido pasan a través de este tapón, uno de los cuales tiene una gasa de malla fina en la extremidad del tubo. En la otra extremidad del mismo se conecta un colecciones de referencia de base, ello requiere empaque muy cuidadoso para su envío por correo. El material retenido por agujas necesita agujas transversales para evitar que se suelten durante el viaje. El material puede también ser montado en cajas postales correctamente construidas y que se obtienen en los negocios de material entomológico. Si se siguen con cuidado estos requisitos básicos, el material enviado para su identificación llegará en buenas condiciones.

La inclusión de una muestra del material huésped (pero empaquetado separadamente) puede ser de gran ayuda al especialista en construir un cuadro completo de los hábitos y de los huéspedes de los insectos. Ello es muy importante si se incluyen muestras que demuestran eventualmente de ser nuevas para la ciencia. El material enviado para su identificación debe ser etiquetado claramente como: “Muestras de insectos secos para estudios científicos sin valor comercial”. Normalmente estos paquetes no serán abiertos por la aduana.

Conservación de una colección de referencia

Para que este proyecto progrese y se expanda en su máximo grado será esencial mantener una colección central de referencia de la cual cualquier operador relacionado al proyecto pueda obtener datos referentes a los insectos asociados con una determinada especie arbórea. Puede ser también necesario que esta colección sea suplementada por colecciones operativas más pequeñas de laboratorio de campo de estaciones bases en las zonas áridas. En todos los casos estas colecciones requieren cuidados y atención si deben ser útiles durante un período de tiempo. El mayor peligro para insectos secos y preservados es el de otros insectos. Las larvas y algunos escarabajos de la familia Dermestidae pueden ser muy destructivos para los especímenes conservados como pueden serlo también los Psocides (piojos de los libros). Es por lo tanto necesario mantener la colección en cajas de colección correctamente diseñadas o, mejor aún, en gabinetes para insectos.

Para evitar daños a los insectos así conservados, ellos deben ser protegidos con algún desalentador, generalmente cristales de paradiclorobencene o escamas de naftalina. Especialmente en los climas cálidos son esenciales las inspecciones frecuentes y las reposiciones. Debe insistirse sobre el hecho que se trata de medidas solamente desalentadoras que pueden no ser efectivas para algunos insectos. Se han recomendado otros productos químicos, pero que pueden ser tóxicos para el ser humano.

Figura 6

Figura 6 Diagrama que muestra la construcción de un aspirador
(Tamaño del cilindro generalmente 25 mm × 75–100 mm)

pedazo de tubo de goma. El otro tubo que pasa a través del corcho tiene ambos extremos libres. Cuando la extremidad libre del tubo se coloca cerca del insecto y se succiona al aspirar aire con la boca por el tubo de goma el insecto será atraído dentro del contenedor. Los insectos pueden luego ser transferidos a otro tubo de vidrio para muestras, que tiene una pequeña pelotita de papel absorbente (no de lana de algodón) sobre la cual se han hecho caer pocas gotas de un agente mortal (preferentemente acetato de etilo).

Los insectos así tratados pueden ser enviados a un especialista empaquetándolos en tubos pequeños, cada uno con un tapón de papel suave que impida las sacudidas. Las muestras enviadas secas viajan muy bien de esta manera. Debe tenerse mucho cuidado en asegurar que si se ha usado acetato de etilo o sustancias mortales parecidas, que los vapores se hayan completamente evaporado si se emplean tubos plásticos, puesto que estos productos químicos atacan el plástico.

Las muestras despachadas deben ser etiquetadas con la mayor cantidad de información posible, como ser, fecha de emergencia, localización geográfica, altura, huésped, etc. Los tubos deberán ser empapelados individualmente y firmemente empaquetados en un envase rígido, como una caja de lata o de madera y empaquetados a su vez en una caja externa para su envío.

Si se desea, las muestras pueden ser montadas sobre cartones insertados con agujas. Mientras ello puede ser deseable para


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