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III. LA ADECUACION CURRICULAR EN LAS AREAS RURALES

En la mayoría de los países latinoamericanos, la escuela rural requiere un trabajo intenso de adecuación, porque las ECB están fuertemente orientadas a poblaciones de tipo urbano. Uno de los mayores esfuerzos ya realizados es la adecuación que se hizo para atender poblaciones de habla indígena, principalmente en Perú, Ecuador y Bolivia, mediante el desarrollo de programas de educación bilingüe e intercultural. A estos esfuerzos se ha agregado, en los últimos años, la incorporación de componentes de educación ambiental. Otros temas igualmente importantes -como educación para la salud, estimulación temprana, prevención del cólera, paternidad responsable, etc.- han sido trabajados mediante programas dirigidos especialmente a la población adulta.

LA EDUCACION ECOLOGICA EN LA ESCUELA RURAL

La educación para el desarrollo requiere incorporar en la enseñanza un tema de vital importancia: la problemática de los recursos naturales y el uso sostenible de los mismos. Para tratarlo, en los sistemas educativos de muchos países ya se incluido la educación ecológica.

Intentaremos exponer someramente la orientación dentro de la cual se mueve el presente libro. Puede ser resumida en una frase: educación ecológica es la que enseña a vivir en armonía con el medio ambiente. Procura mostrar la importancia que la acción humana tiene sobre el entorno, y explicar que su futuro depende de lo que hagamos ahora. El paisaje actual es fruto del uso humano inadecuado, que lo ha degradado con técnicas equivocadas de explotación.

En el mundo rural andino, el medio es algo más que un ámbito de vida. Allí, el medio es fuente de recursos esenciales para la población, que vive principalmente de la agricultura y la ganadería. Para el habitante de la sierra, el medio significa suelo, agua, vegetación, pero con características muy especiales. Sujeto a una explotación inadecuada, a la cual se suma la violencia de las lluvias estacionales y del viento, el suelo se erosiona y empobrece con mucha facilidad. El agua abunda durante tres o cuatro meses, pero es escasa durante el resto del año. La vegetación, en muchas partes muy degradada no llega a proteger el suelo ni logra satisfacer las necesidades de leña y madera de la población.

El medio ambiente es de vital importancia para la economía de los pueblos. En consecuencia, el ser humano tiene que aprender y practicar conductas para conservar ese medio, para aprovecharlo sin destruirlo. Debe conocer cómo mejorar su potencialidad como fuente de recursos, sin crear un daño irreparable. Esto puede ser traducido en cuatro actitudes fundamentales:

LA EDUCACION ECOLOGICA Y LA ESTRUCTURA CURRICULAR BASICA

Para incorporar los cuatro aspectos mencionados, la educación ecológica necesita la reestructuración de los objetivos y contenidos de la enseñanza. Esta reforma debe realizarse particularmente en las asignaturas de Ciencias Naturales y Ciencias Sociales. Estas asignaturas son, en definitiva, asignaturas privilegiadas para el tratamiento de contenidos que guardan relación con el medio natural y su aprovechamiento por el ser humano.

Pero la educación ecológica no se limita a las materias mencionadas. Se apoya también en la asignatura de Formación Laboral o Agropecuaria y en otras similares, cuyo sentido principal es la capacitación para el trabajo. La razón de esta inclusión es simple: los alumnos del medio rural deben prepararse para una participación activa en la conservación del medio y el uso sostenible de los recursos naturales. Para ello se requiere que posean, además de ciertos conocimientos y destrezas intelectuales, un manejo suficiente de técnicas de trabajo que favorezcan dicha participación. Estas técnicas son, por ejemplo, formas de labranza que no perjudican el terreno, producción de abonos e insecticidas biológicos para sustituir a los abonos e insecticidas químicos, producción de árboles y arbustos para proteger los cultivos, etc. Estos procedimientos tienen que ser enseñados a los niños y deben figurar en la estructura curricular básica. Sin olvidar que la educación ecológica debe estar siempre presente. Hay que buscar la relación con el medio ambiente en cualquier observación que se haga o actividad que se proyecte.

La manera más adecuada de desarrollar el componente laboral mencionado anteriormente es la realización de pequeños proyectos de trabajo, ejecutados por los niños con el apoyo de las familias. Estos proyectos son planificados a partir de un problema sentido en la comunidad, a cuya solución puede contribuir la escuela.

Ejemplo:

Una comunidad ha construido zanjas de infiltración en las laderas de un cerro vecino, con el propósito de disminuir la escorrentía del agua de lluvia y favorecer su infiltración en el subsuelo. El trabajo fue realizado por los adultos, porque las tareas de excavación son en extremo pesadas. Sin embargo, se advierte que los bordes de las zanjas pueden ser fácilmente erosionados, lo que destruiría todo el esfuerzo. Para evitar el desmoronamiento de las orillas, los alumnos de la escuela deciden producir un cierto número de plantas arbustivas, y plantarlas para proteger los bordes amenazados. Entonces, estos niños inician un proyecto de trabajo, que será ejecutado en las horas de Formación Laboral (o de Agropecuaria, si éste es el caso). Los alumnos, guiados por su profesor, construirán un pequeño vivero, recolectarán semillas de los arbustos escogidos, ejecutarán las tareas necesarias para producir las plantitas y, finalmente, llevarán a cabo la plantación.

Muchos proyectos similares al descrito han sido ya desarrollados con éxito en escuelas rurales andinas. En el anexo II de este manual ofrecemos una relación de ellos.

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