Previous PageTable of ContentsNext Page

TEMA 1 : ¿QUE ES LA ECOLOGIA?

  • ¿Qué es la ecología?
  • El origen de nuestros bienes
  • Efecto de los factores ecológicos
  • Los ecosistemas naturales y artificiales
  • Los nichos ecológicos
  • Los recursos naturales
  • El desarrollo sostenible

LA ECOLOGIA

¿Qué es la ecología?

La ecología es la ciencia que estudia las interacciones entre los seres vivos (plantas, animales y personas) entre sí y con el medio ambiente en el que viven.
En las posibilidades de vida de un determinado animal o planta influyen diversos factores. Entre los factores ambientales figuran elementos del clima (como la insolación, la temperatura y la lluvia), la composición del suelo, de la atmósfera y del agua, y la existencia de protección y sitios de cría. Como en estos factores no intervienen los seres vivos, se los llama factores abióticos.

Las relaciones entre los seres vivos presentes en determinada zona también condicionan sus posibilidades de vida. Son los factores bióticos, en los que se incluyen animales, plantas y microorganismos. Puede tratarse de la presencia o ausencia de representantes de su misma especie o de otras especies. En los animales influye la existencia de alimento y depredadores. En las plantas, intervienen los microorganismos que enriquecen el suelo y los animales que contribuyen a la polinización y a la diseminación de las semillas.
También los seres humanos forman parte de los ecosistemas. Formas inadecuadas de manejo de los recursos naturales pueden producir el deterioro del medio ambiente, erosión acelerada del suelo, deforestación, cambio del clima y desaparición de muchas especies vegetales y animales.

El origen de nuestros bienes

Todos los productos que utilizamos para satisfacer nuestras necesidades (alimentación, vivienda, vestidos, diversión, transporte, salud) provienen de elementos que se encuentran en la naturaleza. A veces, -como en el caso de los alimentos que proceden de la tierra, de los ríos o de los mares-, es fácil identificar su origen. Otros productos atraviesan una larga cadena de transformaciones en las minas, fábricas y laboratorios, aunque la materia prima y la energía necesaria para su elaboración se extraen también de la naturaleza.
Podemos decir que todos los productos o bienes se originan a partir de una combinación de:

Las materias primas, el trabajo y la energía se procuran y utilizan de manera diferente en las distintas sociedades humanas, según sus posibilidades y costumbres.
Cada sociedad se caracteriza por consumir determinados bienes, por su forma de obtenerlos y transformarlos, por su duración y reciclaje. Estos procesos son diferentes en países agrícolas o industrializados, pero pueden mantenerse en comunidades que se han sucedido a lo largo de los años en la misma zona.

Efecto e interacción de los factores ecológicos

Factores climáticos

Las características del clima son fundamentales para determinar el tipo de plantas y animales que pueden crecer y reproducirse en una región. En el clima influyen la luz solar, la temperatura, los vientos, la humedad.

La luz

La luz del sol es uno de los factores ecológicos más importantes, porque es la fuente principal de energía para todos los seres vivos.
La cantidad de luz que llega a determinado punto del suelo depende de la época del año, las nubes, la altitud, la orientación (si es terreno de ladera) y la vegetación que lo cubre.
Cuando la vegetación es muy densa, como en la selva, la sombra de las plantas más altas reduce la luz que llega al suelo hasta cantidades mínimas. En aquellos bosques formados por árboles de hojas que caen con el frío, la luz que alcanza el nivel inferior varía con la época del año: aumenta cuando los árboles están desprovistos de hojas y disminuye cuando el follaje se hace más denso.
La distribución de la luz en el agua, especialmente en los ríos, lagos y mares, depende de la transparencia y de la profundidad que consideremos. La luz solar es también fundamental para la existencia de las plantas acuáticas que realizan la fotosíntesis. La vegetación de mares y lagos raramente vive a más de 50 metros de profundidad.
Como estudiaremos en el capítulo dedicado a las plantas, la luz es esencial para el crecimiento de los vegetales verdes. La emplean como energía para fabricar materia orgánica a partir del agua, el dióxido de carbono y los nutrientes del suelo.
Las plantas, a su vez, son la base de la alimentación de los animales. Es decir, la luz es indispensable para toda la cadena de la vida.
La duración de las horas de luz y la temperatura determinan la época de floración de las distintas especies vegetales.
Además, la luz es un factor regulador de procesos metabólicos y de comportamiento para muchos animales. La cantidad de horas de luz y los cambios de temperatura indican a muchos animales cuando es la época para reproducirse, migrar o hibernar.

El calor y la temperatura

La luz visible no es la única forma en que nos llegan las radiaciones del sol. También el calor depende de los rayos solares. La distribución de la temperatura es un factor ecológico importante, que ha obligado a algunas plantas y animales a adaptarse para sobrevivir.

Aves y mamíferos poseen mecanismos para mantener estable su temperatura corporal, aunque cambie la temperatura del medio. Esta posibilidad les permite vivir en zonas de grandes variaciones climáticas.

Algunos de ellos poseen, además, adaptaciones que les permiten sobrevivir con temperaturas extremas, especialmente bajas. Un grueso pelaje, reservas de grasa corporal, períodos de hibernación, acumular alimentos para el invierno, búsqueda o construcción de refugios y madrigueras, les ayudan a permanecer en regiones que se cubren de una gruesa capa de hielo.

Existen especies de insectos que se han adaptado a desiertos o a zonas polares. Los que viven en regiones cálidas suelen tener colores claros y brillantes, que reflejan y rechazan las radiaciones solares. Los que habitan zonas cubiertas por la nieve tienen un color muy oscuro que les permite absorber mejor las radiaciones. Mueren en invierno, pero su descendencia sobrevive en forma de huevos, larvas o pupas, que son menos sensibles al frío. Otros insectos, como las mariquitas, pasan los fríos apiñados o escondidos entre restos vegetales.

Ranas, sapos, serpientes y lagartos se entierran en el suelo, se cobijan en huecos de los árboles o bajo las piedras. Como no son capaces de regular su temperatura corporal, ésta desciende al nivel de la temperatura del refugio.

Las aves migratorias recorren anualmente grandes distancias, en busca de climas más cálidos y alimentos. También migran algunos herbívoros, y tras ellos van sus depredadores

Los vientos

Los vientos influyen sobre la humedad y la temperatura. Si provienen de zonas húmedas, pueden traer lluvias. Si son secos, contribuyen a desecar el suelo. Los vientos que llegan de regiones calientes o frías, provocan variaciones de temperatura.
Tienen, además, un efecto mecánico directo sobre plantas y animales: ayudan a la polinización y transportan semillas, pero también erosionan el suelo y derriban árboles.
Los árboles muertos y las ramas secas ofrecen menos resistencia al viento. Cuando caen, su lugar es ocupado por nueva vegetación. De esta forma, el viento también puede contribuir a la regeneración del bosque.
Tanto los árboles caídos como los que crecen en su lugar, brindan alimento y refugio a muchos animales y a otras especies vegetales y microorganismos.

La composición de la atmósfera

La atmósfera es la envoltura gaseosa que rodea a la Tierra. Aunque alcanza unos 400 kilómetros por encima de la superficie, la zona apta para la vida no supera los 5.000 o 6.000 metros.
La atmósfera actual está formada por nitrógeno, oxígeno, dióxido de carbono y cantidades muy pequeñas de otros gases. Plantas y animales, incluido el ser humano, necesitan el aire para vivir y cualquier cambio en la atmósfera habitual puede ser un obstáculo para su supervivencia.
El nitrógeno integra más de las tres cuartas partes de la atmósfera. Las plantas lo utilizan absorbiéndolo en forma de amoníaco o como nitrato, que se forma por la acción de bacterias que combinan el nitrógeno con oxígeno. Estas bacterias viven en el suelo y también en las leguminosas -trébol, porotos, alfalfa- que tienen colonias de bacterias fijadoras de nitrógeno en nódulos localizados en sus raíces.
El oxígeno es imprescindible para la respiración de los animales, que lo aprovechan del aire o del agua en la que está disuelto. Las plantas producen oxígeno en el proceso de fotosíntesis.
La cantidad de dióxido de carbono que contiene el aire es pequeña, pero muy importante para la vida. Los vegetales verdes lo extraen de la atmósfera para realizar la fotosíntesis. Utilizan el carbono para formar materia orgánica que almacenan en sus tejidos. El carbono se liberará cuando un herbívoro se alimente de sus hojas y raíces, cuando la planta muera y sea descompuesta por los organismos descomponedores del suelo o al ser consumida por el fuego.
El agua que se encuentra en la atmósfera es decisiva para la existencia de vegetales y animales. La humedad del aire está dada por la mayor o menor cantidad de vapor disuelto en él. Esta humedad influye sobre la vida:

En la atmósfera encontramos también partículas sólidas en suspensión, como el polvo que arrastra el viento. Cuando el suelo carece de protección, se pueden formar tormentas de polvo, que luego se deposita sobre plantas y animales, perjudicándolos.
El humo que se produce cuando se incendia un bosque llega a oscurecer la luz del sol. Algunas industrias contaminan el aire con residuos dañinos para la salud.

Factores geográficos

La proximidad o lejanía del ecuador (latitud) repercute directamente en la temperatura y en las variaciones climáticas estacionales.
La altitud (altura sobre el nivel del mar) influye sobre la temperatura y la presión de la atmósfera.
La cantidad de luz que recibe una ladera depende de su exposición geográfica (orientación respecto al sol) y de la pendiente.

Factores del suelo

El suelo es una capa delgada que sujeta las raíces y contiene la mayoría de los elementos que las plantas necesitan para crecer. Sobre el suelo o en su interior, vive la fauna terrestre.
El suelo evoluciona constantemente. Nutre a los vegetales e indirectamente a los animales que se alimentan de las plantas. Al mismo tiempo vegetales y animales lo crean y lo transforman.
La naturaleza de la roca madre determina el tamaño de las partículas de suelo, su composición y su capacidad de retener agua y aire.
El humus (materia orgánica descompuesta) mejora la estructura y la capacidad del suelo para conservar el agua. Los suelos ricos en humus poseen más nutrientes y los retienen, evitando que sean arrastrados por las lluvias. Su mayor porosidad permite una mejor infiltración y aireación.
Asimismo, el humus proporciona el medio adecuado para los microorganismos que liberan nutrientes minerales a partir de organismos muertos.

Factores biológicos

Todos los organismos vivientes (plantas, animales, seres humanos, bacterias, virus) son componentes biológicos de un ecosistema. También se consideran componentes biológicos los restos orgánicos de plantas y animales.
Los organismos vivos que necesitan un hábitat similar se multiplican en los lugares para los cuales se han adaptado. Entre ellos se establecen diversas interacciones bióticas. Por ejemplo, la competencia por el uso de los recursos, la de predador-presa, parásito-huésped, comensalismo (cuando uno se beneficia sin perjudicar al otro) y simbiosis (cuando ambos se benefician de la interrelación).

Los ecosistemas naturales

Las plantas y animales que viven en un determinado espacio tienen especiales relaciones entre sí y con el medio físico en que viven. Forman una unidad de funcionamiento, con una fuerte dependencia recíproca. Esta unidad se llama ecosistema.

Sus límites no son cerrados, ya que existen múltiples interacciones con la atmósfera y con todos los sistemas que lo rodean. En todos los ecosistemas se observan complejas cadenas alimentarias, distintos ciclos de materia y flujo de energía.
A continuación se mencionan los principales ecosistemas naturales, explicando las interrelaciones que en cada uno de ellos se producen.

El bosque

La temperatura, la humedad, la profundidad del suelo y su contenido en nutrientes son factores ecológicos importantes para el crecimiento de los árboles.
En los bosques, árboles y arbustos protegen el suelo contra el impacto erosivo de la lluvia y el viento, dan sombra y cobijo a la vegetación más baja, a animales y seres humanos, reducen la evaporación y regulan la filtración del agua. Las hojas que caen son transformadas por los microorganismos y enriquecen el suelo. De sus hojas y frutos se nutren insectos y animales herbívoros que son la base de la alimentación de los carnívoros.
Los bosques no son homogéneos. Siempre existen claros, zonas rocosas o húmedas. También es posible observar las distinta capas o pisos, según la altura que alcanza la vegetación. La capa superior está formada por las copas de los árboles altos. Aquí la luz solar llega a las hojas sin limitaciones, y el viento y las lluvias alcanzan flores y frutos, contribuyendo en muchas especies a la polinización y a la propagación de las semillas. En las ramas altas anidan aves de gran tamaño, como gavilanes, palomas torcazas y lechuzas. En las hojas, frutos y bajo la corteza viven insectos, escarabajos y larvas.
En la capa forestal inferior, encontramos las copas de los árboles más bajos. La luz que reciben es menor, y el viento alcanza poca intensidad. Por esta razón, las flores de estas plantas dependen de los insectos para su polinización, mientras que las semillas y frutos son diseminados por los animales. Las aves construyen sus nidos en los troncos huecos, que abundan.
Más baja aún, se desarrolla la capa arbustiva. En bosques densos, la luz escasea y las plantas crecen exclusivamente en los lindes o son trepadoras, enredándose en los troncos de otros árboles para alcanzar una mejor iluminación. El espeso follaje ofrece alimento y refugio a diversos animales, que se encargan de esparcir sus semillas.
Las plantas que viven en el suelo de un bosque mixto están adaptadas a la sombra y pueden realizar la fotosíntesis con muy poca luz solar. Otras plantas limitan su crecimiento y reproducción a la época del año en la que todavía llega al suelo suficiente luz, cuando las copas de los árboles no están completamente pobladas de hojas.
A principio de la primavera brotan y florecen plantas que almacenan sustancias nutritivas en tubérculos y bulbos. La gruesa capa de hojarasca que se calienta con el sol y conserva la humedad facilita su desarrollo.
También encontramos plantas parásitas que viven a expensas de otras plantas. Generalmente, no pueden formar su propia clorofila ni realizar la fotosíntesis y extraen con sus raíces las sustancias nutritivas de otras plantas. En las capas inferiores de los bosques habitan topos, comadrejas, víboras y zorros.
En el suelo forestal se multiplican diminutos seres vivos, hongos, bacterias, insectos, arañas y gusanos. Descomponen las hojas caídas y los excrementos de animales, transformándolos en humus. Otras bacterias realizan una última conversión de la sustancia orgánica, transformándola en sales minerales y dióxido de carbono. Estos elementos serán nuevamente utilizados por las plantas para su desarrollo.
Existen bosques que crecen en regiones secas o de frío extremo, como los bosques de pinos, abetos y alerces. Algunos animales que habitan en ellos, especialmente las aves, emigran cuando baja la temperatura y el alimento escasea. Otros caen en letargo prolongado o se encierran en sus cuevas con los alimentos que han acumulado. Algunos carnívoros y grandes herbívoros realizan largos desplazamientos en busca de comida.
En las regiones templadas con lluvias distribuidas a lo largo del año, muchos árboles pierden las hojas en el otoño, y éstas forman un espeso manto en el que viven hongos, ciempiés, arañas, variedad de insectos y lombrices. Hojas, frutos, semillas y pequeños animales alimentan a gran variedad de aves, reptiles y mamíferos. Anidan gorriones, lechuzas, buhos, patos, palomas, perdices. Hay víboras, culebras y lagartijas, y mamíferos como comadrejas, marmotas, murciélagos, zorros, pumas, venados.
Las selvas son bosques de las regiones cálidas y húmedas. En ellas crecen gran variedad de árboles y arbustos, además de helechos, lianas y plantas parásitas.
La fauna selvática es muy abundante, especialmente aves, mamíferos (monos, roedores), serpientes e insectos que se alimentan de hojas y frutos que maduran en todas las estaciones.
Cuando las lluvias están distribuidas a lo largo de todo el año, la ausencia de estaciones hace que el crecimiento y renovación del follaje sea un proceso continuo.
La cercanía de árboles beneficia a la agricultura porque éstos amortiguan la fuerza del viento. Su follaje forma una barrera que impide que el viento arrastre el suelo seco o recién arado. Asimismo, se evita otro efecto negativo del viento: que seque aún más la tierra y aumente la transpiración de las plantas.
Cuando llueve y el suelo se humedece, los árboles y arbustos captan agua que luego ceden poco a poco a la atmósfera. También frenan el impacto de la lluvia, que se desliza por sus hojas y ramas y se infiltra lentamente.
Las hojas pueden servir de alimento para el ganado, y cuando caen son transformadas en humus, que enriquece el suelo y mejora su estructura.
Los bosques también combaten la contaminación del agua y el aire.

Las praderas

Son regiones llanas en las que la cantidad de lluvia caída es intermedia entre la del desierto y las zonas con bosques. La vegetación dominante son los pastos, desde variedades altas hasta enanas, que pueden crecer agrupados o formando una superficie continua.
Una comunidad de pradera contiene diversas especies vegetales adaptadas a los cambios estacionales de temperatura y humedad. Un grupo crece durante la primavera y el otoño, mientras otro grupo crece durante el período más caluroso. También hay matorrales y plantas leñosas (árboles y arbustos), frecuentemente agrupados a lo largo de los ríos.
La comunidad de pradera produce un tipo de suelo rico en humus, y totalmente diferente al que produce el bosque. Dado que las hierbas tienen una vida corta, se acumula gran cantidad de materia orgánica en el suelo. La descomposición es rápida y estos suelos contienen de 5 a 10 veces más humus (y en una capa más gruesa) que los suelos forestales. Son suelos excelentes para los cultivos de las principales plantas comestibles, como el trigo y el maíz.
En ellas habitan grandes mamíferos pero también roedores, y gran variedad de aves e insectos.

Las regiones áridas y semiáridas

En estas zonas, que abarcan un tercio de la superficie de la Tierra, las lluvias son insuficientes y la temperatura sufre grandes cambios a lo largo del día.
Podemos distinguir entre zonas áridas y semiáridas teniendo en cuenta la cantidad de lluvias, pero también es importante cómo se distribuyen a lo largo del año. En ambas el suelo es poco profundo y pobre de nutrientes debido al reducido aporte de materia orgánica.
Cuando la región está surcada por un río que nace en zonas más húmedas, es posible el cultivo con riego.
Plantas y animales que habitan en estos ecosistemas se han adaptado a sus condiciones extremas.
La vegetación es escasa, compuesta por pocos árboles y arbustos, pastos secos y cactos. Algunas hierbas rastreras crecen sólo cuando el aumento de la humedad lo permite. Los matorrales desarrollan raíces muy largas que recogen la humedad profunda que permanece después que la superficie queda completamente seca.
En las regiones áridas y semiáridas, la vegetación y la cobertura del suelo son extremadamente sensibles al impacto de prácticas agrícolas y ganaderas inadecuadas.
La tierra se erosiona y pierde nutrientes con rapidez si no se utilizan formas sostenibles de manejo de los recursos naturales. Y una vez que la tierra ha sido degradada, es muy difícil restaurar su fertilidad y productividad.
En la actualidad, con el aumento de la población humana y de la cría de ganado, gran parte de las tierras áridas y semiáridas están en peligro de desertificación.
Por falta de previsión o de los conocimientos necesarios, se destruyen los recursos naturales sin cuidar su renovación. Es frecuente que se roture el suelo sin protegerlo de la erosión, para cultivos que dependen de pozos profundos. La concentración de ganado está acabando con los pastos autóctonos y compacta la tierra.
Como consecuencia de la erosión y pérdida de nutrientes desaparecen árboles, arbustos y pastos de importancia vital para el mantenimiento del ecosistema. Crece la dificultad para encontrar leña para cocinar y la producción de alimentos es cada vez menor, aumentando la pobreza y el hambre.
En resumen, las técnicas de cultivo sin prácticas de conservación, el sobrepastoreo y la escasez cada vez mayor de leña son las causas del deterioro del suelo y de la disminución de la vegetación. Rápidamente aumenta la desertificación de las regiones áridas y semiáridas.

Montañas, altiplanos y estepas frías

En altiplanos y laderas, la mayor altitud determina una menor presión atmosférica, disminución del oxígeno y de la temperatura del aire. La orientación de la montaña con respecto a los vientos y al sol crea notorias diferencias entre ambas laderas en relación a la lluvia y a la luz que reciben.
Las variaciones de altitud, con su consecuencia sobre la temperatura, dan lugar a otro rasgo característicos de cualquier zona de montaña: la formación de diferentes pisos de vegetación y vida animal. Diversas especies animales que viven en las zonas altas en el verano, cuando llega la época fría descienden en busca de refugio y alimento.
Los altiplanos son tierras llanas que se encuentran a más de 3.000 metros de altitud. En los Andes también se denominan páramos y punas. En ellas crecen algunos arbustos, pastos y matorrales secos y la vida animal está compuesta por pequeños roedores, vicuñas, llamas, guanacos, cóndores y chinchillas.
Las estepas frías son llanuras situadas en el extremo norte de Asia y Europa. La temperatura es muy baja, soplan fuertes vientos y a menudo las precipitaciones son escasas y estacionales.

Los lagos y ríos

Existen lagos de grandes dimensiones y otros a gran altura, como el lago Titicaca. Algunos tienen el aporte de las aguas de los ríos y drenaje hacia el mar. En otros casos, el lago está aislado: depende directamente del agua de las lluvias o el deshielo y no posee salida.
Las lagunas y charcas tienen un tamaño más reducido, cambios de temperatura más marcados y pueden secarse periódicamente por evaporación y filtración. Hay que añadir los depósitos artificiales, construidos para conservar el agua, como embalses y estanques.
Los ríos se forman por las lluvias que empapan la tierra y se infiltran para formar las aguas subterráneas. Estas confluyen lentamente hacia puntos en los que afloran a la superficie. En zonas muy frías, las precipitaciones son en forma de nieve que se acumula y deshiela en la primavera, aumentando el torrente de los ríos.
Los ríos arrastran y disuelven sedimentos, por lo que la composición de sus aguas varía desde su nacimiento a su desembocadura. La velocidad cambia según la pendiente y la temperatura aumenta a medida que la altitud desciende.
Todos estos factores determinan que la fauna y la flora de un mismo río se modifique a lo largo de su trayecto.
La acción humana influye en la composición de ríos y lagos. Residuos de la extracción de minerales, vertidos industriales y fertilizantes y pesticidas usados en la agricultura provocan su contaminación y la desaparición de especies vegetales y animales.

Los mares y océanos

Los océanos y mares forman el más grande ecosistema, por su profundidad y su extensión. El agua que encierran se diferencia del agua de lagos y ríos por la presencia de sales. Vegetales y animales que habitan los mares están adaptados a su contenido salino, que es mayor en los mares cálidos.
La temperatura del agua varía según la latitud, la presencia de corrientes frías y la profundidad. Las mareas, corrientes, salinidad, temperatura, presión e intensidad de la luz determinan las características de vegetales y animales. Estos, a su vez, influyen en la composición de los sedimentos del fondo, y de los gases que se disuelven en el agua o se incorporan a la atmósfera.
Las plantas que realizan la fotosíntesis dependen de la luz y se reducen con la profundidad y la pérdida de transparencia. Con ellas, disminuye la vida animal, aunque algunos animales especialmente adaptados han colonizado los grandes abismos.
Los mares y océanos tienen un marcado efecto sobre el clima. De ellos se evapora gran parte del agua que luego retornará al suelo en forma de precipitaciones. Debido a que el agua se caliente y enfría más lentamente que la tierra, los mares y océanos tienen un efecto regulador sobre la temperatura. Suavizan la amplitud de las oscilaciones térmicas entre el día y la noche y entre las distintas estaciones del año.

Un ecosistema artificial: el campo cultivado

El ser humano ha creado diversos ecosistemas agrícolas para abastecerse de alimentos y otros productos de la tierra que necesita. Estos ecosistemas se caracterizan por su especialización, porque generalmente se dedican a un reducido número de especies o al monocultivo. Además, son artificiales porque no se mantienen en equilibrio sin la intervención humana.
Tienen el sol como fuente de energía, pero la productividad se aumenta con el trabajo animal y humano. La diversidad está reducida para obtener una cosecha máxima de determinado producto. En ellos se suelen utilizar pesticidas y abonos, herramientas y maquinaria agrícola y semillas transformadas para aumentar su rendimiento.
Cuando las tierras se dedican al pastoreo de ganado, es frecuente que se usen animales no autóctonos. Además, se concentran más animales de los que un espacio determinado puede alimentar naturalmente sin agotarse. Así, desaparecen los pastos que los animales prefieren para alimentarse y el pisoteo intenso compacta el suelo. Como consecuencia, las praderas se degradan y agotan.

Los nichos ecológicos

Por su riqueza de factores abióticos y bióticos, todo ecosistema permite diversas posibilidades de vida. Distintos animales pueden coexistir en un mismo ecosistema, porque sus necesidades alimentarias y de hábitat son ligeramente diferentes. Tales diferencias, aunque pequeñas, evitan la competencia.
La suma de características de una especie (lugares de vivienda e incubación, alimentos preferidos y forma de conseguirlos, actividad diurna o nocturna, rol como productor o descomponedor de sustancia orgánica, etc.) determina su nicho ecológico.

Los recursos naturales

El ser humano depende de la naturaleza para satisfacer sus necesidades básicas de alimento, vivienda, salud y ropa. Utiliza el suelo, el agua, la energía, los bosques y otras materias primas vegetales, animales y minerales para producir aquello que precisa.
Todos los elementos que el ambiente brinda y que la gente valora y utiliza para satisfacer sus necesidades se llaman recursos naturales.
Es posible clasificar a los recursos naturales de distintas formas. Podemos hacerlo de acuerdo con su origen, y tendremos recursos que provienen de la tierra, recursos acuáticos, etc.
Otra forma de clasificarlos es dividirlos en recursos renovables y no renovables, basándonos en las posibilidades de obtenerlos en forma continua o de que se agoten.
Sin embargo, los recursos naturales renovables también pueden deteriorarse o agotarse. Esto ocurre si las condiciones ambientales dejan de ser favorables y el manejo de los recursos naturales es inadecuado para su renovación.

Los recursos del suelo

En la naturaleza, hay un equilibrio global entre los procesos de erosión del suelo y de su creación. Pero las actividades humanas pueden acelerar la pérdida de suelo, rompiendo el equilibrio. El monocultivo, los cultivos intensivos, la deforestación, el sobrepastoreo, las actividades mineras, el riego excesivo con drenaje insuficiente, la construcción de carreteras, el uso de productos químicos tóxicos, pueden afectar a la capa de suelo provocando su degradación, empobrecimiento de nutrientes y erosión.

Los recursos vegetales

La vida vegetal se ha adaptado a todos los ambientes, desde los medios acuáticos al desierto, desde los hielos a los trópicos.
Las plantas son fuente de alimentos, fibras, medicinas, combustible, protección y recreación para el ser humano y para otros seres vivos. Además:

La vegetación que encontramos en cada zona se debe a un largo proceso de adaptación, influido por el clima, los animales y la intervención humana.
En algunas partes la vegetación autóctona crece sin ser modificada por el hombre, sujeta sólo a la influencia de las fuerzas naturales. Pero gran parte de la vegetación natural ha sido modificada o reemplazada por la agricultura, el pastoreo o la urbanización. Se han introducido plantas y animales originarios de zonas lejanas, que se han adaptado y compiten con las especies nativas.

Los recursos de la fauna silvestre

La fauna silvestre tiene un rol fundamental en el equilibrio ecológico. Transporta semillas, interviene en la polinización, controla la multiplicación de insectos nocivos para los cultivos, enriquece al suelo de materia orgánica, etc.
Muchas especies animales están desapareciendo. Algunas son cazadas por su piel, carne, cuernos, plumas o valor medicinal. Otras son eliminadas porque se las considera dañinas para los cultivos o el ganado. Otras, simplemente, han perdido su hábitat natural, las tierras donde vivían, que han pasado a cultivarse.

Los recursos minerales

Utilizamos minerales como materia prima para la construcción y las industrias. Los encontramos concentrados en la superficie o en el interior del suelo, en estado sólido, líquido o gaseoso. Para su formación se han necesitado millones de años, por ello se consideran recursos no renovables.
La industria depende básicamente de unos 100 diversos minerales, algunos muy abundantes como el hierro y el aluminio. Es previsible que la mayoría no se agotará o que podrá ser sustituido por otro similar. Sin embargo, se agotarán las reservas conocidas, siendo necesario un continuo esfuerzo para encontrar nuevos yacimientos.
La extracción y procesamiento de los minerales tiene impacto sobre el suelo, la atmósfera y el agua.

La energía

El consumo de energía ha crecido con el aumento de la población y con el deseo de mejores condiciones de vida.
Gran parte de su producción se basa en el uso de combustibles fósiles, como el petróleo y el carbón mineral, recursos no renovables que se están agotando. Asimismo, la extracción, procesamiento, transporte y consumo de estos combustibles fósiles alteran y deterioran el ambiente.
En el medio rural, se utilizan como combustibles la leña, el carbón y el estiércol. Para asegurar el suministro de leña y carbón, es necesario plantar árboles y arbustos.
El estiércol es un excelente abono orgánico que puede ser aplicado directamente en el suelo o utilizado en la producción de composte. Su uso como combustible impide que sea destinado a enriquecer la tierra.
Existen otras fuentes de energía que brinda constantemente la naturaleza, y por lo tanto no hay peligro de que se agoten. Se trata de la energía que puede producirse aprovechando los saltos de agua (energía hidráulica), la fuerza del viento (energía eólica) o las radiaciones del sol (energía solar).

El agua

Todos los procesos vitales están vinculados al agua, desde la fotosíntesis de las plantas hasta los más complejos mecanismos de la vida humana.
El agua es imprescindible para la vida, pero no siempre está disponible donde es necesaria. Sólo una pequeña proporción es dulce y un 99% de ella está inmovilizada en forma de hielo en los casquetes polares y glaciares.
La mayor parte del agua dulce disponible se acumula en napas subterráneas, no pertenece a la atmósfera o a ríos y lagos. Otro problema es que está distribuida en forma desigual: muchas poblaciones deben luchar contra las inundaciones, mientras otras no tienen suficiente agua para sus necesidades básicas
La agricultura depende de ella: si no hay agua, no crecen las plantas. El uso industrial y doméstico también consume grandes cantidades de agua.
El agua contaminada es fuente de transmisión de más de la mitad de las graves enfermedades existentes: tifus, cólera, diarreas, hepatitis, malaria, tracoma, fiebre amarilla, etc.

El desarrollo sostenible

Desarrollo sostenible es el manejo de los recursos naturales, utilizados para satisfacer las actuales necesidades humanas sin agotarlos, conservándolos para que puedan ser aprovechados nuevamente por las generaciones futuras.

El desarrollo rural duradero se logra con prácticas agrícolas propias de la agricultura sostenible. Estas prácticas se basan en el adecuado manejo de la tierra, agua, pastos y recursos forestales, utilizados sin disminuir su potencial productivo.
La agricultura sostenible debe cumplir con algunos requisitos fundamentales:

Para proteger al suelo de la erosión y mantener su fertilidad y potencial productivo, se proponen algunas prácticas agrícolas que se analizarán con mayor detalle en capítulos sucesivos:

La sostenibilidad ecológica es difícil cuando un cultivo se realiza dependiendo de abonos minerales y pesticidas y se especializa en un único producto.
Otro aspecto a tener a cuenta es que las prácticas de conservación de los recursos naturales se ven notoriamente potenciadas por la acción colectiva.

FICHA DE ACTIVIDADES

Tema: los ecosistemas

OBJETIVOS:

  • Conocer las principales características del ecosistema en el que se vive.
  • Identificar la influencia de los factores ecológicos: clima (luz, temperatura, lluvias, vientos), factores geográficos (características del suelo, altura sobre el nivel del mar, distancia del ecuador) y factores biológicos (animales y plantas).
  • Averiguar cómo se manejan los recursos naturales en la comunidad.

ACTIVIDADES

  • Recorrer en grupo el entorno. Detenerse y observar las diferencias entre las zonas cubiertas de bosques y los terrenos cultivados.
  • Comprobar sobre el terreno cómo se manejan el suelo y el agua.
  • Visitar a un campesino para conocer cuáles son, a su juicio, las dificultades principales que existen para la agricultura en la región.
  • Averiguar si se realizan obras para preservar el suelo de la erosión, qué tipo de fertilizantes se utilizan y los métodos usados para combatir las plagas.
  • Comprobar sobre el terreno cómo se manejan el suelo y el agua.
  • Reflexionar sobre cuáles serían las prácticas agrícolas más adecuadas para proteger los recursos naturales de la comunidad.

EVALUACION

Contestar a las siguientes preguntas:

  • ¿Qué es la ecología?
  • ¿De dónde provienen los productos que utilizamos para satisfacer nuestras necesidades?
  • ¿Cuáles son los factores ecológicos? ¿Cómo interaccionan? ¿Cómo influyen en las condiciones de vida de los seres humanos?
  • ¿Cuáles son los ecosistemas naturales más importantes? ¿En qué se diferencian? ¿Qué tipo de vegetales y animales viven en cada uno de ellos?
  • ¿Por qué beneficia a la agricultura la cercanía de árboles y arbustos?
  • ¿Cuáles son los principales recursos naturales?
  • ¿Qué es el desarrollo sostenible? Mencione algunos requisitos que debe cumplir la agricultura para que sea sostenible.
  • ¿Por qué es mejor realizar las prácticas de conservación de suelo y agua de común acuerdo con toda la comunidad?

PARA REFLEXIONAR - LA ECOLOGIA

LOS RECURSOS NATURALES

  • Mujeres y hombres dependen de la naturaleza para satisfacer sus necesidades de alimento, vivienda, salud, abrigo y recreación.
  • Ambos utilizan energía, trabajo y materias primas vegetales, animales y minerales para producir los bienes que usan.

PRACTICAS AGRICOLAS QUE AGOTAN LOS RECURSOS

  • Los recursos naturales renovables pueden deteriorarse o agotarse. Esto ocurre si las condiciones ambientales dejan de ser favorables y no se realizan las prácticas agrícolas que ayudan a su renovación.
  • Deterioran los recursos: el monocultivo, los cultivos intensivos, la deforestación, el sobrepastoreo, el riego excesivo con drenaje insuficiente, los cultivos sobre laderas de pendientes acentuadas y sin protección, el uso de pesticidas en forma indiscriminada.

EL DESARROLLO SOSTENIBLE

  • Es el manejo de los recursos naturales, utilizados para satisfacer las actuales necesidades humanas sin agotarlos, conservándolos para las generaciones futuras.

Desarrollo sostenible = producción + conservación de recursos

  • El desarrollo rural duradero se logra con prácticas agrícolas propias de la agricultura sostenible. Esta debe cumplir con algunos requisitos fundamentales.
    • satisfacer las necesidades presentes y futuras, asegurando cantidad y variedad de alimentos.
    • mantener, y si es posible aumentar, la capacidad productiva de los recursos naturales mediante su adecuado manejo.
    • no perjudicar el equilibrio ecológico.
    • generar empleo, ingresos suficientes y adecuadas condiciones de vida y trabajo para la población rural.
    • respetar las características socio-culturales de las comunidades campesinas.

Previous PageTop Of PageNext Page