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Agricultura orgánica y desertización


La degradación de las tierras secas se denomina desertización. Las causas de la desertización son el sobrecultivo, la utilización excesiva de las tierras para el pastoreo y la deforestación, que derivan en agotamiento y erosión del suelo. La productividad del suelo disminuye, se reduce la producción de alimentos, se le quita a la tierra su cobertura vegetal y todo ello impacta en forma negativa en áreas que no están afectadas directamente por estos síntomas, causando inundaciones, salinización del suelo, deterioro de la calidad del agua y obstrucción de ríos, corrientes y reservorios con sedimentos[123].

Los suelos que se manejan orgánicamente poseen un alto potencial para contrarrestar los efectos de la degradación del suelo, dado que se adaptan mejor tanto a la tensión del agua como a la pérdida de nutrientes.

Los suelos que se manejan orgánicamente poseen un alto potencial para contrarrestar los efectos de la degradación del suelo, dado que se adaptan mejor tanto a la tensión del agua como a la pérdida de nutrientes. Los agricultores orgánicos nutren sus suelos con fertilizantes orgánicos y, por lo tanto, pueden mejorar los suelos degradados y problemáticos. La capacidad de retención del agua y de los nutrientes se incrementa gracias al alto nivel de materia orgánica y la cobertura permanente del suelo. Los microorganismos poseen una base sólida de alimentación y crean una estructura estable en el suelo. La cantidad de agua que se requiere para irrigación puede reducirse sustancialmente como consecuencia de la elevada capacidad de retención de humedad resultante.

Existe muy poca evidencia científica que pruebe el potencial de la agricultura orgánica para combatir la desertización, pero diversos ejemplos prácticos de los sistemas de la agricultura orgánica en áreas áridas muestran cómo la agricultura orgánica puede colaborar para que las tierras degradadas vuelvan a recuperar la fertilidad.

Una granja biodinámica de SEKEM en Egipto cultiva 70 hectáreas de desierto cerca de El Cairo. Por medio de la aplicación de métodos agrícolas orgánicos y biodinámicos (abono orgánico, acolchado, cultivo de cobertura) las arenas del desierto se convirtieron en suelo fértil, sustentando ganado y abejas.

Recuadro 13: El sistema sandwich FiBL

El sistema sándwich se desarrolló en el Instituto Suizo de Investigación para la Agricultura Orgánica, FiBL. Consiste en una pequeña franja con cultivos de cobertura directamente por debajo de la franja de árboles. A la derecha y a la izquierda de la cubierta, se trabaja el suelo con herramientas relativamente sencillas. De esta manera, la superficie de suelo libre de maleza es la misma que la que se obtiene con la labranza de toda la franja de árboles.

El sistema sustenta un concepto completo de nutrición orgánica (aplicación eficiente de abono orgánico en franjas).

El abono orgánico y los fertilizantes se aplican mecánicamente en las franjas cultivadas y se entierran 5 cm en el suelo.

Se cubre el callejón por medio de un cultivo de leguminosas de cobertura. Con frecuencia, en las zonas secas no es posible tener una cobertura de cultivo permanente. Por lo tanto, en dichas áreas, se recomienda tener un cultivo de cobertura herboso durante la estación lluviosa, que se complementaría con un acolchado seco.

La ventaja de este sistema consiste en que logra varios objetivos de la agricultura orgánica. La cobertura del suelo con cultivos valiosos, especialmente seleccionados, el hecho de evitar la erosión y la desecación, la fertilización orgánica focalizada según los objetivos, la ausencia de competencia por agua en el área de raíces finas.

Fuente: Kilcher (FiBL)

La agricultura orgánica puede crear microclimas adecuados en las áreas secas. Por ejemplo, en Kenya, el Centro Internacional para la Investigación de la Agroforestación (ICRAF), dirige proyectos de agricultura orgánica para luchar contra las sequías[124]. La agroforestación genera múltiples beneficios que incluyen el control de la erosión y la retención de la humedad. En Tanzania, las huertas familiares de Chagga, situadas sobre las laderas del Monte Kilimanjaro donde se produce el café orgánico certificado, constituyen un ejemplo excelente de agroforestación. El sistema incluye una diversidad de cultivos comercializables y de subsistencia (por ejemplo, bananas, café, ñame y frijoles) al igual que ganado. El ganado y los cerdos se mantienen en establos («cero pastoreo») y el abono se recicla como fertilizante. Las huertas familiares están diseñadas para maximizar la diversidad. Sofisticados sistemas de zonificación vertical proporcionan una variedad de condiciones con mucho sol o más frescas para las distintas especies[125].

La agricultura orgánica puede contrarrestar con éxito la erosión. Mientras que en la agricultura convencional de los trópicos, el suelo plano se erosiona como consecuencia del uso de herbicidas y la falta de una cubierta del suelo, en la agricultura orgánica, la cubierta del suelo constituye una parte intrínseca del sistema. En ensayos que se llevaron a cabo en una plantación de cítricos de Cuba, el Instituto Cubano de Cítricos y el Instituto suizo FiBL utilizan Teranamus labialis, Arachis pintoi, Neonotonia wightii y otras legumbres. Estos cultivos leguminosos adaptados localmente pueden colaborar para restablecer muy rápido los suelos degradados, suprimir con éxito la maleza, fijar el nitrógeno y prevenir la erosión. Los experimentos de FiBL también demostraron que los cultivos de cobertura no compiten por nutrientes o por agua con los cultivos principales. Sin embargo, la condición previa consiste en que el sistema se establezca adecuadamente y se adapte al suelo y a las condiciones climáticas (por ejemplo, el sistema sándwich FiBL (ver Recuadro 13). La vida del suelo mejora en gran medida y la capacidad de retención del agua se incrementa. Las plantas que cubren los cultivos también sirven como hábitats para los predadores.

Figura 4: Evaluación del impacto ambiental relativo de los sistemas de producción orgánica de bajos insumos y de altos insumos en granjas de productos lácteos en Baviera

Cada sistema: promedio seis granjas. Más grande el aréa, mejor el impacto ambiental.
Fuente: Haas et al. 2001

Cuadro 7: Evaluación del impacto de la agricultura orgánica en el medio ambiente comparado con el de la agricultura convencional, basándose en un análisis de criterios múltiples

* evaluación dificultosa debido a la falta de datos.
X: intervalo confidencial subjetivo de la evaluación final con una X.
Fuente: Stolze et al., 2000, modificado por Pfiffner et al., 2001.

La agricultura orgánica también puede contrarrestar los problemas de salinización. Fazenda Tamanduà en Brazil está situada en un área afectada seriamente por la salinización, ocasionada por la aplicación de técnicas de irrigación inadecuadas. Es una granja orgánica certificada, con más de 3.000 hectáreas de las cuales 650 están cultivadas con árboles de mango. Como consecuencia de las condiciones áridas, la irrigación es un requisito previo a la producción agrícola. La agricultura convencional que se aplica en el área utiliza agua de los ríos y ocasiona aún más salinización debido a un exceso de irrigación con agua ya salinizada. Fazenda Tamanduà limita el uso del agua a la que proviene de la lluvia, la que recoge en recipientes para recolectar agua de lluvia evitando, de esta manera, el agotamiento de los recursos de agua. Al mismo tiempo, la salinización de los suelos se reduce considerablemente. Los regímenes de fertilización incluyen el pastoreo del ganado bajo los árboles de mango así como también la aplicación de abono orgánico elaborado. La sustancia orgánica actúa como una esponja en el suelo y los campos de esta manera fertilizados poseen una capacidad de retención de la humedad más alta y, por ende, necesitan menos irrigación.

Aunque la adopción de la agricultura orgánica parece ser una alternativa posible para las áreas áridas, existe una variedad de limitaciones para adoptar los sistemas de agricultura orgánicos o, incluso, las técnicas individuales. Entre las limitaciones se pueden mencionar la falta de conocimiento, la falta de materiales orgánicos, la tenencia insegura de la tierra, la percepción de que la agricultura orgánica es antigua y el hecho de que los servicios de extensión promueven la agricultura con la utilización de químicos. La promoción de la agricultura orgánica a través de la educación y del entrenamiento en países que sufren desertización podría ser una clave para hacer que la tierra degradada recupere su capacidad productiva.


[123] UNCCD, 2001.
[124] Stolton, 1997.
[125] Parrott y Marsden, 2002.

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