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PARTE IV - OBSERVACIONES FINALES


Enseñanzas adquiridas (Hartwig de Haen)

Subdirector General, Departamento Económico y Social (ES)

Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO)

Roma, Italia

Al acercarnos al término de este Simposio, hemos vuelto a confirmar varias cuestiones y hemos adquirido muchas enseñanzas. La primera de ellas es que el cumplimiento del mandato de la FAO de vigilar los progresos realizados en la reducción del hambre exige mediciones precisas, fiables y oportunas de la prevalencia del hambre y la malnutrición, la inseguridad alimentaria y la vulnerabilidad y de la forma en que varían en el curso del tiempo. Lo que hacemos es sumamente importante, y aunque lo hagamos perfectamente, debemos hacerlo de la mejor manera posible.

Los debates mantenidos han confirmado que la inseguridad alimentaria constituye un fenómeno complejo y polifacético. Creo que puedo concluir, sin riesgo de equivocarme, que no existe una única medición perfecta que permita captar todos los aspectos de la inseguridad alimentaria. En los debates, se ha utilizado la expresión "conjunto de indicadores". Obviamente, esto guarda relación con la necesidad de describir el fenómeno que debemos comprender a través del uso de indicadores múltiples. Sabemos que la inseguridad alimentaria está determinada por la disponibilidad, el acceso y el uso de alimentos, al igual que por la vulnerabilidad individual y que cada uno de estos determinantes puede requerir un indicador distinto. Hemos analizado ya varios de ellos: la medición de la FAO de la disponibilidad de alimentos ajustada para tener en cuenta el acceso; la pobreza u otros indicadores del acceso a los alimentos derivados de encuestas de hogares; el consumo de alimentos calculado a partir de encuestas sobre la ingesta individual de alimentos; los indicadores antropométricos; y también los "cualitativos" o de autoevaluación para medir el hambre y la vulnerabilidad. Han indicado ustedes que un conjunto de indicadores podría ayudar a identificar la importancia relativa de los distintos determinantes de la inseguridad alimentaria. Esta mañana he escuchado opiniones concordantes según las cuales los datos derivados de estas mediciones deberían ayudarnos a comprender por qué las personas sufren inseguridad alimentaria, aunque ésta no sea la tarea fundamental. La tarea fundamental es, por supuesto, medir la magnitud de la inseguridad alimentaria o del hambre, pero la identificación de algunas de las causas primarias del hambre hará más probable que esta información pueda redundar en mejores políticas.

En esta reunión se ha mantenido un amplio debate sobre cuáles son los indicadores que deben elegirse. Sólo puedo indicarles varios criterios que han de tenerse presentes en el momento de examinar los indicadores que deberán utilizarse. El primer criterio es la eficacia con que el indicador mide lo que pretende medir, es decir, su validez y fiabilidad. Otra consideración es la utilidad del indicador para identificar las causas de la inseguridad alimentaria. También es importante la rapidez con que la información se pone a disposición de los encargados de formular políticas y de quienes se ocupan de cuestiones relacionadas con el hambre. La oportunidad es claramente un factor de vital importancia, especialmente cuando se trata de evaluar situaciones de urgencia. Si no se entrega a tiempo la información a los encargados de formular políticas, pueden retrasarse las acciones necesarias para hacer frente a problemas de inseguridad alimentaria. Otra consideración fundamental es si el indicador mide y diferencia la inseguridad alimentaria transitoria y crónica. Y, por supuesto, no se puede dejar de lado el costo de obtener, procesar y divulgar la información. Hay que tener en cuenta los costos del acopio de datos en cuanto a tiempo, equipo y capacitación del personal. Por otra parte, tanto los países como los organismos deben determinar si los beneficios derivados de la utilización de un indicador específico justifican los costos.

Por último, debemos examinar el vínculo que existe entre las mediciones o indicadores que se facilitan a los encargados de formular políticas y las decisiones que éstos toman basándose en dicha información. Un aspecto de este problema es el ámbito en el que se recopilan los indicadores (es decir, a nivel subnacional, nacional, regional o internacional). El indicador de la FAO para la subnutrición crónica no puede ser desglosado a nivel subnacional, razón por la cual son necesarios otros indicadores para formular políticas a ese nivel. Otra cuestión muy importante que se ha debatido ampliamente en este Simposio es si, al medir los progresos realizados, debemos recurrir más a las tendencias en el curso del tiempo y menos a las cifras absolutas. La comparación de las tendencias es muy importante entre países, pero lo es igualmente para vigilar los cambios en el curso del tiempo dentro de cada país. Una cuestión conexa es la frecuencia con la que se divulgan los indicadores y los intervalos adecuados para la recopilación de datos.

Este Simposio ha contribuido de forma decisiva a indicar la forma en que todos nosotros, investigadores, organizaciones internacionales y funcionarios públicos, podemos mejorar las mediciones y las metodologías. Esto tiene repercusiones específicas para la labor que realiza la FAO. En 1999, comenzamos a publicar un informe anual, El estado de la inseguridad alimentaria en el mundo, en estrecha colaboración con los SICIAV, de manera que ya se ha iniciado la labor de recopilación y notificación de indicadores múltiples. También hemos utilizado este marco en todos los informes presentados al Comité de Seguridad Alimentaria Mundial. Sin embargo, ha quedado claro que debemos intentar explicar mejor la metodología, la base de datos y los supuestos en que se basa nuestra medición de la subnutrición. Teniendo en cuenta las propuestas que acaban ustedes de hacer, es posible que debamos también considerar la posibilidad de sustituir el término "subnutrición" por una indicación más precisa de lo que estamos midiendo, como por ejemplo "déficit de energía alimentaria". Se nos ha informado de la importancia de incorporar datos sobre resultados nutricionales y conceptos conexos en nuestras bases de datos y debemos aprender a utilizar esta información suplementaria para mejorar nuestro indicador. Los datos relativos a los micronutrientes y las proteínas y las mediciones de la ingesta de estos nutrientes son otra cuestión a la que la FAO debe prestar mayor atención. Debemos mejorar nuestras mediciones del acceso a los alimentos: esto significa recopilar y analizar una información más completa sobre la distribución de los ingresos, los activos y las explotaciones agrícolas de los hogares, esfera de la que hasta ahora no nos hemos ocupado suficientemente.

En el curso de los debates se ha propuesto que establezcamos un grupo de trabajo encargado de mejorar nuestra comprensión de los conceptos de riesgo y vulnerabilidad y de elaborar indicadores que capten estos conceptos, incluida una elaboración ulterior de mediciones "cualitativas" del hambre, también denominadas" basadas en la experiencia", "directas" o de "autoevaluación".

En la actualidad, la mayor parte de la información que se conoce acerca de la inseguridad alimentaria es recopilada y utilizada por organizaciones internacionales, pero los países en desarrollo deben hacerse cargo de esa labor y comenzar a aumentar su capacidad para recopilar y utilizar sus propios datos. A través de los SICIAV continuaremos ayudando a los gobiernos nacionales a generar sus propios datos en relación con indicadores que puedan utilizarse para formular políticas y tomar decisiones a nivel nacional.

En conclusión, los debates realizados en estos tres días son sólo el comienzo de un proceso. En la FAO debemos continuar nuestro trabajo científico en colaboración con ustedes y con otros expertos. Por lo tanto, recurriremos de nuevo a ustedes y a sus conocimientos especializados; invito también a todos ustedes a mantenerse en contacto con nosotros para poder proseguir nuestra colaboración para mejorar las mediciones de la inseguridad alimentaria.

Deseo expresar mi más profundo agradecimiento a los miembros del Comité Asesor Científico por su esfuerzo, al Gobierno de los Países Bajos por su apoyo a este Simposio y, por supuesto, a todos ustedes por su fructífero y profundo examen de estas importantes cuestiones y por sus sugerencias para seguir trabajando.

Señoras y señores, declaro clausurado este Simposio.


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