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4. Perspectivas del sector forestal e implicaciones de políticas para el año 2020

En este capítulo se desarrollan las perspectivas del sector forestal al año 2020 y se analizan las implicaciones de las políticas, teniendo en cuenta las fuerzas impulsoras y sus efectos en el sector forestal, que ya se desarrollaron en el capítulo 2. Para la visualización de estas perspectivas se han tomado en cuenta los siguientes aspectos:

• tendencias históricas de los componentes del sector forestal considerados: recursos forestales, productos forestales y servicios ambientales, mercado y comercio;

• impacto en el sector forestal de las principales fuerzas impulsoras extra e intrasectoriales;

• opinión y experiencia de expertos en el tema y de los consultores involucrados en el estudio.

Las premisas más importantes utilizadas para la elaboración de las perspectivas del desarrollo del sector forestal son:

• mantenimiento del orden mundial;

• creciente conciencia en el mundo del valor medioambiental y social de los bosques con el consiguiente incremento de la exigencia del manejo forestal sostenible. Lo que impactará en el aumento de las exigencias para el suministro de madera, la principalmente proveniente de bosques naturales;

• creciente importancia de los acuerdos de integración económica a nivel regional. Debido a que las barreras arancelarias probablemente se vuelvan menos importantes, algunas barreras no arancelarias, como las referidas a la certificación, podrían convertirse en críticas para el acceso a determinados mercados;

• creciente desarrollo tecnológico e investigación enfocada tanto a los bosques plantados como a otros subsectores forestales.

A continuación se presentan las principales tendencias del sector forestal de América Latina y el Caribe para el año 2020. En la presentación de las perspectivas de los componentes del sector, se retoma en primera instancia un análisis de las principales fuerzas impulsoras y su efectos, posteriormente, se presentan las perspectivas al 2020. En general, las perspectivas para los próximos años son de crecimiento de la producción, consumo y exportaciones para la mayoría de los productos forestales, aunque esto no se presentará de manera uniforme en los diferentes países de la región.

PERSPECTIVAS DEL CAMBIO DE LA CUBIERTA DE BOSQUES

La superficie total de bosques de América Latina y el Caribe continuará disminuyendo durante el período que abarca el presente estudio, aún si se percibe una estabilización en la cubierta forestal en el Caribe y algunos países del Sud y Centro América. Según el escenario base que se propone en el presente estudio (Anexo 5, donde los escenarios se basaron en datos de FRA 2000), los bosques de la región podrían pasar de una extensión estimada en 964 millones de hectáreas en 2000, correspondiente al cerca del 48% de la superficie total de la región; a unas 881 millones de hectáreas en 2020. La disminución que se está percibiendo y se percibirá en los 20 años será de 83 millones de hectáreas.22 Esta restricción se deberá principalmente a la reducción de la cubierta forestal en América del Sur y México. Serán cuatro los países que cubrirán más del 80% de la deforestación regional: el Brasil, México, el Perú y Venezuela. En América del Sur se prevé la mayor disminución de aproximadamente 68 millones de hectáreas, de las cuales cerca de 47 millones corresponderán al Brasil (3º Escenario de Brasil, Anexo 5), país que ha verificado una reducción de 3,1 millones de hectáreas anuales en los últimos 5 años (FRA 2005). En Centroamérica y México se estima que la deforestación alcance casi 16 millones de hectáreas, con aproximadamente 11 millones en México y 1,5 millones en Nicaragua, percibiéndose en estos países el 79% de la deforestación de toda la subregión (Figura 4.1), para el período entre 2000-2005 se han perdido cerca de 500 000 hectáreas al año (FRA 2005). En el Caribe hay señales de una posible estabilización de la superficie forestal, con un aumento de unas 506 mil hectáreas. En la República Dominicana la deforestación tiende a desaparecer y en Cuba la cubierta forestal esta registrando un crecimiento positivo. Probablemente, casi la totalidad del cambio negativo de la cubierta de bosques tendrá lugar en Haití, Jamaica y Trinidad y Tabago. Aunque la información disponible sobre la situación forestal en las Antillas menores es muy escasa; sin embargo, debido a sus dimensiones reducidas, la evolución de la deforestación en esas islas tendrá un impacto limitado a nivel regional, aunque en el ámbito nacional puede resultar en cambios ambientales importantes (Figura 4.2).

Figura 4.1
Cambio cubierta de bosque América del Sur y Centro América y México (1990, 2005, 2020)

Fuente: Datos 1990 y 2005, FRA 2005. Datos 2020, elaboración propia.

Figura 4.2
Cambio cubierta de bosques en el Caribe (1990, 2005, 2020)

Fuente: Datos 1990 y 2005, FRA 2005. Datos 2020, elaboración propia.

Las fuerzas impulsoras que determinan las tendencias son principalmente, el crecimiento demográfico, el desarrollo económico y su repercusión a escala social, ambiental, económica y política y las inversiones privadas o públicas. El crecimiento de la población afectará directamente el estado de la cubierta forestal, no sólo debido al incremento de la demanda de productos forestales, sino también al aumento de la demanda de productos agropecuarios y de energía. El desarrollo económico comprende los procesos y modelos de crecimiento económico que utilizan los países, que han influido en gran medida en el cambio de la cubierta forestal. También aquí es válido considerar el crecimiento de las economías regionales, pues han pasado de un PIB de aproximadamente 428 mil millones de dólares EE.UU. en 1960 a cerca 2 billones de dólares en 2002, el Banco Mundial estima que el PIB regional aumentará en un 3,8% anual hasta el 2015. También las demandas que generan las economías de la región, así como la demanda mundial, registran una tendencia creciente y continuarán determinando cambios en el sector forestal. Por último, es importante mencionar los principales actores regionales que están interesados en mantener un crecimiento económico sostenido: son 529 millones de latinoamericanos que aspiran a mejorar sus condiciones de vida; la banca internacional que provee fondos de inversión y espera recuperarlos, y los socios comerciales que realizan actividades de importación y exportación en la región.

Proporcionar cifras exactas sobre la extensión de la cubierta de bosques en 2020 es una tarea difícil debido a la falta de bases de datos adecuadas y al limitado conocimiento de las diversas relaciones causales entre el cambio de la cubierta de bosques actual y los factores que determinan ese cambio. La heterogeneidad de las estimaciones de las superficies forestales actuales y de sus cambios anuales y la falta de datos históricos, son obstáculos importantes para la realización de estimaciones sobre la cubierta forestal. Las discrepancias que caracterizan los datos relativos a las tasas de deforestación y la extensión de los bosques son comunes en casi todos los países de la región y constituyen también un importante impedimento para la formulación de políticas. Las estimaciones del presente estudio no son una predicción, sino una indicación de la tendencia del cambio de la cubierta forestal y de la magnitud que ésta podría alcanzar en 2020.

Factores responsables del cambio de la cubierta forestal

Cada vez existe mayor conciencia sobre el hecho de que no es el aprovechamiento forestal la causa principal de la reducción de la superficie forestal. Actualmente, la mayor parte de los estudios sobre el cambio de la cubierta forestal coinciden en la identificación de los sectores y sus factores responsables de la evolución de dicho cambio y, en general, se opina que continuarán siendo importantes hasta el 2020. Dichos factores extrasectoriales y en muchos casos intrasectoriales, como la demanda mundial de productos forestales, son los siguientes:

• Sector agropecuario:
-aumento de la superficie de pastos;
-incremento de la superficie agrícola de gran escala;
-demanda de tierra para actividades agrícolas de pequeñas y medianas propiedades;
-demanda de productos agrícolas.

• Sectores transporte, minero y energético:
-desarrollo de infraestructura de transporte;
-extracción y demanda de minerales;
-construcción de presas hidroeléctricas;
-monocultivos para uso energético.

• Sector económico:
-subsidios económicos que promueven cambios en el uso del suelo;
-impuestos;
-cambios en los subsidios a los productores agrícolas en los Estados Unidos.

• Sector político:
-regulaciones inadecuadas para el acceso a la propiedad y a la seguridad de tenencia de la tierra.

También se puede nombrar como factores a los cambios demográficos, urbanización y crecimiento de la población.

La degradación de los bosques y la situación de los bosques secundarios son dos aspectos importantes muy relacionados con el cambio de la cubierta de bosques; sin embargo la información disponible acerca de su situación es muy escasa.

IMPLICACIONES DE POLÍTICAS DEL CAMBIO DE LA CUBIERTA FORESTAL Crecimiento económico

El crecimiento económico es deseable y necesario, y representa un objetivo que todos los países de la región se proponen alcanzar. Su impacto en los bosques de América Latina y el Caribe es una realidad y el cambio de la cubierta forestal es uno de los resultados del modelo en que se basa dicho crecimiento. Sin embargo, no existen evidencias de que una disminución sostenida del crecimiento económico regional comportaría un mejoramiento de la conservación de sus recursos forestales. Por el contrario, el aumento de la pobreza y el deterioro de las economías podrían acelerar la reducción y la degradación de los bosques. Una primera implicación importante de dicha situación es que, en el futuro, la conservación forestal dependerá de que ésta se considere explícitamente como uno de los resultados de los planes nacionales de desarrollo. La sostenibilidad de los bosques no es incompatible con el crecimiento económico; podría defenderse de mejor manera esta afirmación a través de análisis multidisciplinarios que consideren la infraestructura forestal una condición imprescindible para el crecimiento económico sostenido. Todo ello debería tenerse debidamente en cuenta al replantear las estrategias de desarrollo económico, alivio a la pobreza y los contenidos de los planes nacionales forestales.

Estrategias de asistencia técnica

El análisis de la dinámica de la cubierta forestal de la región revela la existencia de particularidades subregionales y la importancia relativa de un pequeño número de países, factores que deberían considerarse al establecer las prioridades y estrategias para 2020 de las acciones intergubernamentales y la asistencia técnica de los socios internacionales. El cambio negativo de la cubierta de bosques está determinado en gran medida por las dimensiones de superficie que éste adquiere en algunos países como el Brasil, el Perú y México, Jamaica y Trinidad y Tabago. Por otra parte, en esos países el cambio de la cubierta forestal se concentra en una serie de «zonas calientes»: el arco de la deforestación (sudoeste de la Amazonía, Maranhão, Pará, Mato Grosso, Rondônia) en el Brasil; la región Lacandona en México, y los departamentos de San Martín y Loreto en el Perú.

Al otro extremo se encuentran países que cuentan con pocas superficies boscosas y altas tasas de deforestación, como Haití y El Salvador, que contribuyen poco a la deforestación regional, aunque a nivel local ésta representa un problema particularmente importante. En el caso de Haití la situación es aún más grave debido a su escasa capacidad institucional y de gestión pública. En el resto de los pequeños países isleños del Caribe, la información sobre el cambio de la cubierta de bosques es escasa. Cabe destacar, sin embargo, que pese a sus reducidas dimensiones, estos bosques desempeñan un papel fundamental asegurando la estabilidad ambiental y la sostenibilidad del turismo y que sin dudas podrían ser impulsada mejorando la información forestal y la formulación de políticas adecuadas.

Una tendencia más positiva caracteriza a un grupo de países con posibilidades de lograr la estabilización de su cubierta forestal, por ejemplo, la Argentina, Chile, Cuba, Costa Rica, República Dominicana y el Uruguay.

El hecho de que estén emergiendo grupos de países con patrones comunes ofrece la oportunidad de replantear el trabajo de análisis de políticas y de creación de capacidad institucional. Para esos grupos de países es posible reconsiderar las estrategias de asistencia técnica teniendo en cuenta, por un lado, la escala de los impactos potenciales del cambio de cubierta de bosques y, por el otro, las capacidades institucionales nacionales existentes en la región.

Estabilización de la cubierta forestal

Los cambios previstos en la cubierta forestal están determinados por el conjunto de las dinámicas macroeconómicas. En el último decenio se han desplegado grandes esfuerzos para identificar las causas de la deforestación. A la luz de las evidencias y conclusiones obtenidas, un enfoque importante para el debate y análisis es el de la estabilización de la cubierta forestal a largo plazo en el contexto del crecimiento económico. La adopción de este enfoque ocasionaría debates y análisis dirigidos a elaborar una visión, líneas de políticas y modelos de desarrollo económico que consideren el componente forestal como parte esencial de los mismos.

Este enfoque de estabilización de la cubierta forestal implica debates y análisis regionales sobre una visión a largo plazo del desarrollo económico en que se definan metas específicas respecto a las fronteras y a los patrimonios forestales. Esto significa establecer un diálogo abierto sobre cuánta superficie cubierta de bosques se mantendrá de manera permanente, en qué tiempos y cuáles serían sus implicaciones para la sostenibilidad del recurso. Supone también la consideración de los bosques como una infraestructura para el desarrollo, tan esencial como por ejemplo las infraestructuras de transporte, comunicación y energía. Un planteamiento de este tipo podría abrir el debate sobre el diseño de estructuras continentales de formaciones boscosas esenciales para la sostenibilidad del crecimiento económico. La visión de una estructura continental de bosques como parte de la infraestructura física del desarrollo económico hace imprescindible un debate sobre los bosques que considere los costos y beneficios de su «construcción, mantenimiento» así como también los «beneficios y contribución» al crecimiento económico.

Derecho de propiedad e incentivos económicos para la conservación

Los numerosos estudios de las causas de la deforestación también han permitido identificar como temas importantes de análisis la modalidad de acceso y la seguridad de la propiedad de la tierra, y los incentivos económicos para la producción de bienes públicos y servicios ambientales a nivel nacional e internacional. En muchos de los países aún siguen vigentes leyes que obligan a cortar los árboles como prueba de «mejora» de la propiedad, y como requisito indispensable para asegurar la tenencia de la tierra.

Por otra parte, el manejo sostenible de más de 900 millones de hectáreas de bosques que posee América Latina y el Caribe y la adopción de políticas en este sentido implican costos considerables, especialmente si se adoptan políticas basadas solamente en el control y la vigilancia. A fin de abaratar los costos y sobre todo asegurar el cumplimiento de las regulaciones se requerirá un alto nivel de participación de todos los actores. Ante el actual contexto internacional, y en vista de los limitados resultados de las políticas de control y vigilancia policial utilizadas en el pasado, el análisis de los incentivos económicos y de los instrumentos de mercado se presenta como un tema especialmente importante y prometedor. Estudios y experiencias sobre el sector forestal, por ejemplo en el Brasil, el Perú y Costa Rica, así como las experiencias en otros sectores han evidenciado que los incentivos económicos son un instrumento eficaz para asegurar la participación y la conservación de los bosques. Por ejemplo, Vosti, et al. (2003) afirman que subsidios de 80 dólares EE. UU. por hectárea en tierras dedicadas al aprovechamiento de productos forestales, son el umbral de pago necesario para reducir la deforestación en la Selva Amazónica. Ahora bien, también es cierto que estos incentivos tienen el riesgo de transformarse en instrumentos perversos o en fuente de desigualdad y pobreza. Tales deficiencias, sin embargo, son predecibles y están asociadas con las debilidades institucionales. Los incentivos económicos y los instrumentos de mercado bien diseñados, podrían ofrecer oportunidades importantes para combinar la sostenibilidad forestal con el reto de combatir la pobreza y disminuir la desigualdad en la región. Por tanto, los mecanismos eficaces de participación y los subsidios son temas prioritarios para el análisis de políticas.

Capacidad institucional: mejorando las herramientas de análisis

La deforestación es un tema de carácter altamente político. Los gobiernos son muy sensibles a las estimaciones de las tasas y magnitudes de deforestación. Ello pone de manifiesto que esfuerzos conjuntos para proporcionar datos fidedignos a corto plazo y basados en métodos verificables pueden convertirse en un medio importante para incluir los temas forestales en las prioridades de la agenda política de las naciones.

La incertidumbre sobre la extensión de los bosques y la dificultad de comparación de los datos, incluso entre inventarios forestales de un mismo país, origina serias dificultades para formular políticas que sean seriamente consideradas por los gobiernos (Cuadro 4.1). La sincronización, estandarización e integración de acciones regionales en materia de recopilación y análisis de datos sobre el cambio de uso del suelo serían actividades muy beneficiosas para la planificación y formulación de políticas sectoriales. Un esfuerzo de esa índole permitiría la evaluación integrada del uso del suelo de las actividades agrícolas con las forestales. Además, permitiría elaborar modelos que expliquen mejor la relación causal entre el sector forestal, los planes de desarrollo y el crecimiento económico.

CUADRO 4.1
Estimaciones de las superficies forestales perdidas anualmente en México

Año

Pérdida (ha/año)

Fuente

1988

615 000 460 000

FAO Reppetto

 

700 000

 

1989

746 000

Myers Castillo et al.

 

1 500 000

 

1992

365 000 668 000

SARH Masera et al.

1994

370 000

SARH

1995

678 000

FAO

1997

508 000 720 000

FAO Masera

1999

631 000

SEMARNAP

2000

832 000

SEMARNAP

2000

631 000

FAO-FRA 2000

Fuente: Mas, J.F. et al., 2001.

La disponibilidad de información y de proyecciones objetivas y verificables de la evolución de los recursos podría tener impactos más importantes que los alcanzados por los programas tradicionales de control y vigilancia. Aunque ya existen esfuerzos internacionales en este sentido, como por ejemplo la evaluación de los recursos forestales mundiales que realiza la FAO, aún es posible lograr mayores niveles de efectividad. La elaboración de un programa regional que permita obtener regularmente datos comparables acerca del uso del suelo no sólo podría significar ahorros para los países, sino que principalmente podría tener una influencia importante en las decisiones, la formulación de planes y las políticas gubernamentales.

La Argentina, Chile y el Uruguay presentan las condiciones necesarias para estabilizar su cubierta forestal. Esta situación ofrece la oportunidad de obtener evidencias empíricas sobre el impacto del desarrollo forestal y la estabilización de la cubierta forestal en el crecimiento económico. En estos países se podría iniciar el diseño y la planificación de un sistema regular de inventario estandardizado y comparable, que eventualmente sirva de marco para toda la región.

LOS PUEBLOS INDÍGENAS AMAZÓNICOS PERUANOS.

«La participación indígena en la política ambiental y el desarrollo. Las acciones de la población indígena amazónica peruana muestran que estos pueblos presentan permanentemente una demanda de ciudadanía para su incorporación a la sociedad occidental con una demanda por el reconocimiento de la diversidad cultural. En el caso peruano, la Constitución de 1920 incorporó a las comunidades indígenas andinas y costeñas bajo protección legal. En 1974, el gobierno de Juan Velasco Alvarado dictó una legislación específica para las poblaciones indígenas amazónicas. Sin embargo, el proceso de organización de los Cocama Cocamilla sólo se inició recientemente en 1990 como parte de los proyectos de desarrollo local dentro de la Reserva Nacional Pacaya Samiria.»

Carlos Soria, Foro Ecológico, 9 de enero de 2002
En busca del desarrollo sostenido

 

DERECHOS INDÍGENAS EN BOLIVIA

«Durante los años ochenta, los pueblos indígenas fortalecieron sus organizaciones y se volvieron más exigentes en sus demandas de derechos territoriales. En 1990 lograron la titulación de cuatro territorios indígenas que constituyen las tres millones de hectáreas antes mencionadas (Quiroga y Salinas 1996). En 1996, en la nueva ley de tierras (Ley del Servicio Nacional de Reforma Agraria) se estableció la delimitación y titulación de 16 Tierras Comunitarias de Origen (TCO) sobre 11,5 millones de hectáreas inmovilizadas por el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) en julio de 1997. Del total de la superficie inmovilizada, los pueblos indígenas sólo recibirán títulos de aquellas áreas que se establezcan mediante un proceso de saneamiento. Por las dificultades de este proceso es posible que las áreas tituladas para los indígenas sean bastante inferiores.»

Magnitud y causas de la deforestación y degradación de los bosques en Bolivia
Pablo Pacheco B.
La Paz (Bolivia), octubre de 1998

Poblaciones indígenas y pequeños empresarios: creación de instituciones y capacidades locales

La desigualdad en la distribución de la riqueza y la pobreza son dos aspectos particularmente graves que caracterizan las economías de América Latina y el Caribe. A ello se unen las demandas de las poblaciones indígenas y los nuevos compromisos derivados de los programas de descentralización y de la mayor participación de la sociedad civil en la formulación de políticas forestales y la gestión de los bosques. El mejoramiento de las capacidades de dirección empresarial de las comunidades indígenas y de los pequeños y medianos empresarios puede ser un complemento adecuado para enfrentar el marco del libre comercio, la mayor actividad del sector privado en los bosques públicos y las economías de mercado que caracterizarán las sociedades latinoamericanas. Otra medida complementaria es el aprovechamiento de las nuevas tecnologías de comunicación electrónica para incrementar la productividad, acceder a los mercados y fomentar la participación de los pequeños productores en el marco de la globalización.

Se prevé que en 2020 las comunidades indígenas y los pequeños y medianos propietarios tendrán mayor participación en los programas de repoblación y protección forestal, incluso en la prevención de incendios. Asimismo, se espera que las comunidades indígenas participen más en el manejo y aprovechamiento de los bosques. Todo ello acentúa la necesidad de mejorar las capacidades institucionales de los países de la región para enfrentar estos desafíos. Sin una adecuada capacitación, los pequeños productores y los grupos indígenas podrían perder la oportunidad de disminuir la desigualdad social y la pobreza que los afecta y de aprovechar los bosques de forma sostenible.

Reforestación por parte de grupos indígenas. Instituto Nacional de Bosques (INAB), Guatemala
E. DE LEÓN

MANEJO FORESTAL DEL BOSQUE NATURAL: PERSPECTIVAS PARA EL AÑO 2020

Marco jurídico y regulaciones, certificación de la producción sostenible

En todos los países el marco jurídico y las regulaciones sobre los recursos naturales y el medio ambiente promueven el manejo forestal sostenible. Las leyes de protección ambiental, de evaluación del impacto ambiental, de vida silvestre, de uso y manejo del agua, de conservación de suelos y de protección contra los incendios forestales son tan sólo algunos de los ejemplos del marco jurídico general que se está estableciendo en la región. Particularmente importantes serán los cambios que se efectúen a consecuencia de las reformas de los catastros y las regulaciones que solucionen las restricciones relacionadas con la propiedad de la tierra.

Además, las reformas de los marcos jurídicos nacionales se ven complementadas por las iniciativas sobre criterios e indicadores para el manejo forestal (el Proceso de Tarapoto y el Proceso de Montreal), la elaboración de códigos para reducir el impacto del aprovechamiento forestal, el diálogo internacional acerca de los bosques y los convenios y conferencias internacionales sobre el medio ambiente y los recursos naturales (la CNUMAD y la CITES, etc.). Las mejoras en la administración pública y la adopción de mecanismos de asistencia y monitoreo, como las regencias forestales (Bolivia, el Ecuador, la República Dominicana), dotarán a los gobiernos de mayores capacidades para hacer cumplir las leyes y regulaciones relativas al manejo forestal.

En muchos países se está considerando el pago de servicios ambientales y el establecimiento de incentivos económicos para promover el manejo de los bosques naturales (por ejemplo, el Fondo Nacional de Financiamiento Forestal en Costa Rica y el proyecto de Ley del bosque nativo en Chile).

Los avances tecnológicos, como los sistemas de posicionamiento mediante satélites, los sistemas de información geográfica y los sistemas de gestión de la información, deberán resultar de menores costos para la elaboración de inventarios forestales y la preparación de los planes de manejo. Al mismo tiempo contribuirán a aumentar la capacidad de monitoreo y control de las superficies forestales que deban someterse a manejo forestal.

La demanda de los mercados por madera y productos de madera con sello que garantice la producción sostenible es otro factor que contribuirá al incremento de la superficie bajo manejo. En los últimos años, el área en la región con certificación forestal ha aumentado considerablemente. En diciembre del 2004, los bosques tropicales certificados con el sello FSC en todo el mundo alcanzaban un total de 4,5 millones de hectáreas, de las cuales 3,7 millones corresponden a América Latina (82%). Éstas se concentran en tres países: Bolivia (1,4 millones de hectáreas), el Brasil (1,2 millones de hectáreas) y Guatemala (455 000 hectáreas). Sin embargo, esta superficie sigue siendo muy reducida con respecto a la magnitud de las actividades forestales regionales. Los esquemas de certificación más utilizados en América Latina son los del FSC, el INMETRA/CERFLOR (Brasil), CERTFOR (Chile) y el Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible (México).

Otra tendencia en fuerte crecimiento es la provisión por parte de las industrias de informes sobre el desempeño e impacto social, ambiental, ético y económico. En América del Sur, el Brasil es el líder en la preparación de este tipo de informes, y el número de empresas que están adoptando esta práctica sigue en aumento, lo cual refleja el compromiso de las mismas por satisfacer la demanda. La adopción de esta práctica por parte de las empresas relacionadas con la madera contribuirá también a la difusión del manejo forestal.

Principales consecuencias de las presiones ambientales

La preocupación respecto a los efectos globales causados por la reducción de bosques naturales, especialmente en los trópicos, que incluye la pérdida de diversidad biológica y su repercusión sobre el clima, llevó a los países de América Latina y el Caribe, presionados principalmente por los gobiernos de países desarrollados y por la opinión pública, a revisar sus políticas y programas. Estas políticas y programas, junto a las presiones ambientales han condicionado el suministro de madera de los bosques naturales causando los siguientes efectos:

• Mayor dificultad de acceso al recurso.

• Disminución de la oferta de madera, tanto de fuentes sostenibles (manejo), como de fuentes no sostenibles (deforestación).

• Aumento de los costos de transacción y pérdida de competitividad de la madera proveniente de bosque natural. Al mismo tiempo el mercado buscó alternativas de suministro, como ser:

• Aumento del consumo de madera de plantaciones, facilitado por el desarrollo de nuevas tecnologías y productos (reconstituidos, «ingenieriles», etc.).

• Sustitución de la madera por materiales alternativos (plástico, aluminio, otros).

Figura 4.3
Superficie y producción sostenible proyectada del bosque natural en América Latina y el Caribe (2003-2020)

Fuente: FAO, 2005: ESFAL/SR/1, ESFAL/SR/2 y ESFAL/SR/3.

Perspectivas de la producción sostenible

Informes subregionales de Tendencias y perspectivas del sector Forestal de América Latina y el Caribe (2005), elaborados por la FAO en el marco de este estudio, teniendo como horizonte el año 2020 (Cono Sur, Amazonía y América Central y México), estiman que el área total y la producción sostenible de bosques naturales continuarán siendo significativamente reducidas en los próximos años (Figura 4.3). Para el área de bosques de producción en América Latina y el Caribe, se estima una reducción de 425 millones de hectáreas hasta cerca de 392 millones en 2020 (alrededor del 8% en ese período). En lo que respecta a la producción sostenible, se estima una reducción de cerca del 9%, pasando de aproximadamente 320 millones de m3/año, a 293 millones de m3/año.

Del área total proyectada para 2020, 392 millones de hectáreas, se estima que poco más de un 20% estará ubicado en el Brasil. Limitaciones de acceso así como políticas de conservación deberán restringir el aprovechamiento sostenible total del recurso forestal.

Los factores que provocarán la continuidad del proceso de reducción del área de bosques naturales de producción, son básicamente los mismos que han actuado en los últimos años: presiones ambientalistas, aumento de los costos de transacción y reducción de la competitividad de los mismos.

Dada la importancia de los bosques naturales en el contexto ambiental, y además de la necesidad de generar alternativas económicas para financiar la conservación y reducción de la pobreza, se estima que crecerán los esfuerzos para valorar y crear un mercado para los servicios ambientales. También deberán ser intensificados los esfuerzos para ampliar la cantidad de especies de madera poco conocidas usadas con fines industriales y para consolidar el mercado de productos no maderables.

Concesiones forestales

El uso de las concesiones forestales en América Latina y el Caribe está en aumento. Éstas incluyen la exigencia, por parte de los gobiernos, de planes de manejo, como medio para autorizar las operaciones comerciales y la producción de servicios en los bosques públicos. Se estima que su uso seguirá ampliándose hasta el 2020, pues representa un instrumento mediante el cual los gobiernos compran servicios y venden inventarios. El Gobierno del Perú decidió ofrecer bajo contratos de concesión 21,3 millones de hectáreas en 2002; en Bolivia, Guyana, Nicaragua, Surinam y Venezuela las concesiones forestales son el medio más utilizado para otorgar acceso a la producción comercial en los bosques públicos (Gray J. 2000). Honduras está utilizando cada vez más los contratos de concesiones. En Bolivia el año 2004 habían 6,4 millones de hectáreas bajo concesión a empresas privadas y Agrupaciones Sociales del Lugar (ASL). En el Brasil se ha elaborado una propuesta de ley que permita el uso de los bosques públicos a través de concesiones forestales. El uso de este tipo de contrato no es nuevo en las actividades forestales de la región. La reducción de las dimensiones de los gobiernos centrales, la búsqueda de eficiencia económica, las nuevas responsabilidades otorgadas a los gobiernos locales y la apertura de los mercados son sólo algunas de las razones que explican la creciente importancia de las concesiones forestales. Además, la disminución de las fuentes de abastecimiento de madera tropical en Asia aumenta la demanda de concesiones en América Latina y el Caribe.

Implicaciones de políticas del manejo forestal de los bosques naturales

La limitada aplicación de los principios del manejo forestal afecta principalmente a los bosques naturales de América Latina y el Caribe. En aquellos países donde aún existe la falta de planes de manejo, podría repercutir negativamente al acceso de los productos provenientes de los mismos a aquellos mercados que dan preferencia a los productos forestales provenientes de una producción sostenible. Esto, a su vez, aumentaría aún más la brecha tecnológica y empresarial ya existente entre las empresas que usan los bosques naturales respecto a aquellas que se basan en las plantaciones.

Al mismo tiempo que se enfrenta el reto de incluir grandes extensiones forestales al manejo sostenible habrá que mantener dentro de márgenes aceptables los costos de dicha actividad. Con este mismo propósito, deberá prestarse especial atención a las necesidades de los pequeños productores y grupos indígenas que llevan a cabo actividades forestales. La certificación no debería implicar una disminución de los márgenes de beneficios de dichos productores, especialmente en consideración de las externalidades positivas que derivan de sus operaciones. La elaboración de esquemas que permitan a las comunidades, pequeños productores y grupos indígenas apropiarse de los beneficios directos de la certificación, representa un importante tema de debate y análisis que permitirá mejorar los beneficios totales del manejo forestal sostenible.

El mayor uso de concesiones forestales y los requisitos de una mejor gestión pública demandarán mayores capacidades institucionales a los gobiernos centrales y locales. Los temas en discusión se refieren fundamentalmente a la duración de los contratos, al cumplimiento de las condiciones contractuales y de las normas de los planes de manejo, la eficacia y factibilidad económica, la equidad y la buena gestión pública. Se deberá mejorar la capacidad de las instituciones forestales para negociar y evaluar adecuadamente el precio de los contratos de concesiones. En efecto, se considera que en el pasado esos precios se fijaron a niveles que no cubrían los costos sociales y ambientales. Los organismos gubernamentales también deberán perfeccionar sus capacidades para llevar a cabo licitaciones públicas competitivas y estipular contratos que prevean incentivos para promover el cumplimiento de las condiciones relativas a la sostenibilidad.

La participación de capitales privados y su operación en grandes superficies deberá tener en cuenta los intereses de las poblaciones locales y sus derechos ancestrales. Además, habrá que fortalecer el marco jurídico e institucional que regula las concesiones. El análisis de las políticas relacionadas con el otorgamiento de las concesiones tendrá que considerar también las oportunidades de contribuir directamente a la reducción de la desigualdad económica y al fortalecimiento de los pequeños y medianos empresarios. Un análisis de estos aspectos debe tener en cuenta las necesidades de fortalecimiento institucional de los gobiernos locales y los actores de las comunidades, así como prestar particular atención al tema de la productividad.

BOSQUES PLANTADOS, SUPERFICIE Y PRODUCCIÓN SOSTENIBLE: PERSPECTIVAS PARA EL AÑO 2020

Principales fuerzas impulsoras

Las políticas nacionales e internacionales han influenciado el crecimiento del área de bosques plantados, y el rápido incremento del consumo de madera de esta fuente de recursos en los últimos años. En particular, han afectado las políticas de gobierno, especialmente aquellas relacionadas a los incentivos fiscales para el establecimiento de bosques plantados para uso industrial, y que aún existen en diversos países como el Uruguay y la Argentina.

También el mercado, factor que se analizó en segunda fuerza en nuestra clasificación (Capítulo 3) ha regulado en muchos casos la reducción de la oferta de madera de especies nativas en algunas regiones; el aumento de las presiones de los ambientalistas para conservación de bosques naturales y recuperación de áreas degradadas, y de las acciones de los gobiernos locales para restringir el acceso;

Las inversiones y la tecnología han condicionado la alta productividad de los bosques plantados y, consecuentemente, el bajo costo de la madera, que está abriendo nuevas oportunidades de mercado, atrayendo nuevas inversiones en este sector.

Perspectivas

Los estudios subregionales de tendencias y perspectivas del sector forestal, al año 2020 elaborados por la FAO (2005) indican que el área y la producción sostenible de los bosques plantados tendrán un significativo aumento en los próximos años (Figura 4.4).

El área plantada, que hasta el año 2003 se estima en 11,8 millones de hectáreas y alcanzará alrededor de 17 millones de hectáreas en 2020. Esto representa un crecimiento de un 42% durante el período (una tasa de crecimiento del 2,2% anual). Este crecimiento estará concentrado en algunos países, principalmente el Brasil, Chile y otros países del Cono Sur. Se espera que la producción sostenible crezca de 303 millones de m3 en el 2002, hasta aproximadamente 480 millones de m3 en 2020, es decir un crecimiento de alrededor de 74% en el período, correspondiente a un incremento anual del 2.6%. El mayor crecimiento anual en producción que con relación al de área cultivada, se debe al incremento de productividad.

Figura 4.4
Superficie y producción sostenible proyectada de bosques plantados en América Latina y el Caribe (2003-2020)

Fuente: FAO, 2005: ESFAL/SR/1, ESFAL/SR/2 y ESFAL/SR/3 (Estudios subregionales).

Las áreas de bosques plantados, particularmente en el Brasil y Chile, serán aumentadas principalmente para atender las necesidades de ampliaciones y nuevos proyectos industriales de grandes empresas de pasta y papel, así como de tableros a base de madera. Además, nuevos proyectos serán establecidos en el Uruguay y la Argentina. En general, el pino y el eucalipto continuarán siendo las principales especies cultivadas.

En el Brasil, limitaciones en la oferta de madera, particularmente de pino en el Sur de ese país, impulsarán la ampliación del área de plantaciones, principalmente por parte de la industria de madera sólida. Hectáreasta 2010 se proyecta una ampliación de cerca de un 4% al año en área de plantaciones de pino, y después de ese período se prevé un crecimiento en área menos acentuado, alrededor del 1% anual. No se pronostica la misma tendencia para los otros países de la región, donde la expectativa es que las tasas de crecimiento sean menores, entre 0,5% y 1,0% al año.

Para el eucalipto, se espera que áreas adicionales sean incorporadas en la subregión del Cono Sur. La base forestal plantada será ampliada, especialmente en el Brasil, resultado de la expansión prevista de la industria de pasta y papel y también de la siderurgia basada en carbón vegetal. En el caso del Brasil, se espera un crecimiento promedio del 2% anual, para las áreas plantadas con eucalipto, hasta el año 2020. Este crecimiento estará relacionado a inversiones realizadas por la iniciativa privada, aunque algunos programas del gobierno puedan contribuir en menor escala. No se espera el mismo crecimiento para otros países en la región.

Los programas de fomento forestal para bosques plantados en pequeñas y medianas propiedades, incentivados principalmente por el segmento de pasta y papel, se estima que crecerán en importancia en los próximos años, especialmente en Brasil. Esta tendencia es resultado de que no existen grandes áreas para la adquisición, por parte de las empresas, sumada a las restricciones de uso del suelo por cuestiones ambientales y presiones sociales. Aumentos en productividad del bosque plantado serán limitados a largo plazo, como resultado de la ocupación de tierras marginales.

El potencial biofísico de expansión de los bosques plantados en la región se estima en más de 70 millones de hectáreas. La mayor parte de los nuevos bosques plantados serán de propiedad privada, con un aumento de la proporción de las pertenecientes a pequeños y medianos propietarios, sobre todo en América del Sur. En el Brasil y Chile habrá menos tierras disponibles para establecer bosques plantados de grandes dimensiones, mientras que aumentará la importancia de las pequeñas y medianas unidades. En Centroamérica se han identificado unas 23 millones de hectáreas aptas para la plantación forestal. Sin embargo, con frecuencia en esa subregión la población rural ha recibido con poco entusiasmo los esquemas de grandes bosques plantados de especies exóticas y, en varios casos, ha llegado a rechazarlos y a solicitar su suspensión como en Costa Rica y Honduras.

La iniciativa de los países de la región Centroamericana de poner en práctica las acciones que propone la Estrategia Forestal Centroamericana (EFCA), con el objetivo de posicionar el sector forestal como agente de desarrollo económico, social y ambiental en los países de la región, tendrá impacto en la ampliación de los bosques plantados. La meta es establecer y manejar un total de 5,1 a 7,7 millones de hectáreas de bosques plantados (10-15% del área de la región). La única forma de alcanzar esta meta al 2025, como establece la EFCA, es a través de un programa de incentivos a la reforestación que contemple distintos instrumentos financieros y mecanismos de apoyo a la producción. Entre ellos, el pago por servicios ambientales debe implementarse en todos los países, pero esto aisladamente no parece ser suficiente. Además, se recomienda un activo programa de fomento forestal, con un fuerte componente de apoyo técnico. El EFCA ayudará en el aumento del área plantada, pero seguramente, la meta difícilmente será alcanzada.

El estudio de la subregión Centroamérica y México de la FAO sobre Tendencias y perspectivas del sector forestal para América Central y México (FAO, 2005), indica que la tasa anual de establecimiento de bosques plantados mantendrá la tasa histórica para la subregión que no supera, en promedio, las 20 000 ha/año. En base a lo mencionado precedentemente para el 2020, esta subregión contará con sólo 800 000 hectáreas correspondientes a un 1,6% de su área total. Sin embargo se presentan programas nacionales ambiciosos como el de México, donde se prevén incrementos mayores de bosques plantados tanto para la protección de suelos como con fines comerciales, donde la superficie de éstas últimas podría alcanzar las 875 000 hectáreas para el 2025.23 En caso de que ocurran cambios importantes en la implementación de los planes nacionales de desarrollo forestales y estrategias regionales, la tasa anual de plantación en Centroamérica podrá ser aumentada. En México se estima que existan 10,7 millones de hectáreas de tierras con características de clima y suelo aptas para el establecimiento de bosques plantados comerciales. Con el apoyo de incentivos económicos directos y fiscales, el país podrá elevar su tasa de reforestación hasta 50 000 hectáreas anuales, logrando un total de 1 millón al 2020.

El programa de plantación de Costa Rica con objetivos ambientales y de protección deberá ser ampliado, hacia otros países de la subregión. Esto podrá traer algunas oportunidades de negocios relacionados, principalmente, con el ecoturismo y el comercio del carbono.

En síntesis, las fuerzas impulsoras que afectarían el área de bosques plantados industriales y su producción sostenible en la región, durante el período del análisis, son principalmente:

• las políticas, ya que las mismas han favorecido y podrían continuar favoreciendo los incentivos y los programas de gobierno, principalmente para bosques plantados en pequeñas y medianas propiedades rurales;

• las inversiones, ya que se están llevando a cabo masivas inversiones del sector privado principalmente por parte de las industrias de pasta y papel.

Por otro lado, el comercio de la madera de eucalipto en el suministro de fibra ha sido afectado, por «el mercado a nivel global» que ha inducido el aumento de este segmento del sector forestal.

Implicaciones de políticas de los bosques plantados

Mejora de la información y elaboración de modelos. Los bosques plantados constituyen la base de la actividad forestal comercial en América del Sur y Central, al mismo tiempo están adquiriendo importancia en los países de mayor extensión del Caribe. En países algunos países como Chile y el Brasil, se están desarrollando sistemas de información necesarios para la planificación, la toma de decisiones y el manejo forestal sostenible. Aún así en la mayoría de las naciones de la región, es preciso mejorar las estimaciones de las disponibilidades futuras mediante hipótesis, análisis y proyecciones relativas a las edades, existencias actuales y salud de los bosques, crecimiento anual, rotación, estructura de edad, tasa de corta anual, dilación en el replante de superficies explotadas, tasa de replantación, así como mediante estimaciones más precisas sobre las superficies plantadas anualmente.

La actualización periódica de los inventarios forestales y la elaboración de modelos basados en herramientas matemáticas y estadísticas son actividades indispensables para enfrentar las futuras variaciones de la demanda y los precios de los productos forestales; asimismo, son imprescindibles para la planificación y la administración a fin de mejorar la sostenibilidad del recurso físico y la competitividad de la región. Tales actividades permitirán a los países y a la región hacer proyecciones periódicas y mejorar los planes a mediano y largo plazo, y reforzarán la capacidad de mantener la competitividad de la industria regional.

Estrategias de desarrollo forestal. La sostenibilidad del desarrollo industrial basado en los bosques plantados se fortalecerá considerablemente asegurando una participación efectiva de los pequeños y medianos productores en el establecimiento y manejo de las plantaciones. Los programas que prevén bosques plantados en pequeñas y medianas propiedades adquirirán importancia en países de grandes dimensiones, como el Brasil, así como en los que parecen estar llegando al límite de la disponibilidad de tierras, como Chile. En respuesta se incorporarán más frecuentemente a la producción propiedades de pequeña y mediana extensión. Por tanto, será necesario mejorar la capacidad de elaborar contratos que prevean la cooperación entre las empresas corporativas tradicionales y los nuevos empresarios. Además, las agrupaciones de productores requerirán más asistencia para crear y desarrollar organizaciones que les permitan actuar coordinadamente.

Rentabilidad de las inversiones. Gran parte de los bosques plantados que se han establecido hasta la fecha han recibido subsidios procedentes de fondos públicos, y actualmente en muchos países de la región se sigue argumentando en favor de esos subsidios. Sin embargo, puesto que éstos pueden crear ineficiencias y situaciones de desigualdad, es necesario realizar análisis detallados sobre sus costos y beneficios y sus posibles distorsiones de mercado. En general, los subsidios para los bosques plantados no han contribuido eficazmente a los objetivos globales de desarrollo, como la lucha contra la pobreza y la reducción de las diferencias de distribución de los ingresos entre los grupos de población, aún si en muchos casos se han establecido en áreas degradadas. Por tanto, la decisión política de apoyar con fondos públicos la expansión de los bosques plantados debe fundamentarse en la información sobre la eficiencia económica de dichas inversiones. Para eso los analistas de políticas deben realizar estudios sobre el costo social de esas inversiones y análisis destinados a crear instrumentos innovadores y económicamente eficientes para alcanzar los objetivos así como favorecer los grupos de menores ingresos y las comunidades indígenas.

Restricciones al aumento de las superficies de bosques plantados. A pesar de la gran extensión territorial de América del Sur, es difícil encontrar grandes superficies unitarias que puedan destinarse a la plantación. Una solución a este problema es la utilización de tierras de pequeños y medianos propietarios. Además, dependiendo de la rentabilidad de la inversión, existe la posibilidad de reconvertir los pastizales al uso forestal. El estudio de ésta y otras posibles opciones obligará a los organismos forestales estatales y privados a analizar las implicaciones macroeconómicas, la rentabilidad de las inversiones y el posible impacto en el crecimiento económico de dichas opciones. También será necesario revisar el marco legislativo a fin de que se permita a las corporaciones y a los pequeños propietarios establecer entre ellos relaciones contractuales estables (suministro y adquisición de materia prima) a largo plazo.

Participación del sector privado. Las actuales políticas macroeconómicas favorecen el establecimiento de bosques plantados de producción, sobre todo por parte del sector privado. Además, se prevé también la privatización de una parte de los actuales bosques plantados públicos (estimados en 1,1 millones de hectáreas en toda la región) (FRA, 2000). En caso de que dicha privatización se lleve a cabo serán necesarios análisis que examinen la posibilidad de fomentar la participación de grupos económicamente menos favorecidos y promuevan esquemas novedosos de privatización.

Planes de contingencia y catástrofes. El aumento de la superficie plantada trae consigo el riesgo de situaciones de emergencia. Las catástrofes naturales, como los huracanes en el Caribe y las inundaciones en América del Sur y Central, forman parte de la realidad física de esos territorios. Por otra parte, los efectos potencialmente negativos de los incendios forestales y las plagas aumentan a medida que crecen las superficies de bosques plantados basadas en pocas especies y en casos extremos de monocultivos. Las repercusiones de estos posibles cambios en la sostenibilidad de los bosques plantados y en la economía forestal deberán considerarse en los planes de desarrollo del sector. El estudio de temas como los seguros para los pequeños productores contra las pérdidas originadas por las catástrofes naturales permitirá garantizar la estabilidad de las inversiones de esos actores. Dada la situación económica de los pequeños productores, su seguridad alimentaria y bienestar es más vulnerable a los eventos que afectan la rentabilidad de las plantaciones. Los analistas de políticas, por tanto, han de prestar atención a las alternativas que proponen establecer medidas que reduzcan los riesgos de catástrofes para los productores, como los planes de contingencia y reconstrucción. Asimismo, los planificadores nacionales deben tener en cuenta las nuevas limitaciones que derivan de los posibles cambios climáticos y sus efectos en las decisiones relacionadas con la ubicación, las especies a plantar y los sistemas de manejo de las futuras plantaciones.

Además, es necesario mejorar la capacidad de los pequeños y medianos propietarios de monitorear los precios y los pronósticos de la demanda. Los países deberían elaborar regularmente proyecciones sobre la capacidad de abastecimiento, la demanda y los precios. Para ello, los estudios de tendencias y perspectivas deberían llevarse a cabo periódicamente, lo que implicaría la necesidad de mejorar la capacidad de realizar tales estudios y de utilizarlos apropiadamente.

PRODUCTOS FORESTALES: PERSPECTIVAS PARA EL AÑO 2020

Perspectiva general

Se prevé que se verificará un incremento tanto a nivel de producción como demanda de los productos forestales, debido tanto al crecimiento económico como demográfico de algunos países. Esta perspectiva está respaldada por el impacto de factores externos e internos a la región. El crecimiento de algunas grandes economías, como la de la China y la India, tendrá un efecto importante en la demanda mundial. A ellas hay que añadir el Brasil, determinante a nivel regional, dado que es el quinto país más poblado del mundo y el tercero entre las economías emergentes. Entre los factores internos importantes se encuentran las ventajas comparativas de la región en cuanto a la producción de dichos productos; los tipos de suelo y clima que la caracterizan y que permiten altas tasas de crecimiento de los árboles; su disponibilidad de energía (gas e hidráulica); las vías fluviales, y la gran cantidad de mano de obra relativamente a bajo costo.

La producción seguirá basándose principalmente en las materias primas procedentes de las plantaciones. El eucalipto dominará la cadena de valor agregado y se espera que generen mayores beneficios que las plantaciones de pinos. Las inversiones chilenas podrían expandirse a otros países de América Latina para acercarse así a los mercados y lograr una mayor participación en la producción de productos con mayor valor agregado.

Pasta, papel y cartón

Producción: principales fuerzas impulsoras. Entre las principales fuerzas impulsoras que se analizaron en el Capítulo 3, que afectan la producción de pasta, papel y cartón en América Latina y el Caribe se encuentran: el mercado internacional y las inversiones ya sean de capital como de capacidad humana competitiva.

En las dos últimas décadas se ha percibido un crecimiento por encima del promedio mundial del consumo de estos productos. Esta demanda ha aumentado a tasas superiores que las relativas a otros productos forestales, lo que ha estimulado las exportaciones. Las condiciones macroeconómicas favorables para inversiones en los países de la región, aún si se han verificado algunas crisis económicas en determinados países en los últimos años han favorecido inversiones significativas de plantas de pasta y papel en las décadas precedentes, principalmente en países productores como el Brasil y Chile, donde se han desarrollado nuevos productos y mercados.

También la alta productividad de los bosques plantados y el bajo costo de la mano de obra, han influenciado el costo competitivo de la materia prima, abaratando el costo de la madera para pasta, que en general se trata de materia prima forestal de alta calidad proveniente de la plantaciones (fibra de eucalipto, osea el eucalipto [Eucalyptus spp.] y pino que incluye pino Paraná [Araucaria angustifolia]). Esto ha creado ventajas comparativas para los países productores de madera de estos bosques en la región.

Producción: perspectivas para el 2020. El escenario actual indica que la mayoría de las fuerzas impulsoras continuarán facilitando el desarrollo de la industria de pasta, papel y cartón en las próximas décadas en América Latina. y el Caribe Se espera que la producción de pasta aumente a partir de 13,3 millones de toneladas hasta 28,4 millones durante el período 2003-2020, con un crecimiento del 117% para esos años, o el correspondiente 4,6% anual. Para el papel y el cartón se estima un crecimiento de la producción de 16,4 millones de toneladas a 28,7 millones de toneladas durante el mismo período, representando un crecimiento del 74%, o una tasa de incremento del 3,3% anual (Figura 4.5).

Figura 4.5
Proyección de la producción de pasta, papel y cartón en América Latina y el Caribe (2003-2020)

Fuente: FAOSTAT, 2003.

Se estima que la producción de pasta de fibra corta a partir de eucalipto, recibirá la mayor parte de las inversiones directas hasta fines de la década de 2010, anunciadas por el sector de pasta, papel y cartón en América Latina y el Caribe. En general, los productos de papel poseen una estructura diferenciada de costo y de logística de distribución debido a la no-regularidad en los pedidos de los clientes en el exterior, destinos diversos y al mal condicionamiento del producto en los puertos y embarcaciones que suelen influenciar la competitividad de las exportaciones de América Latina y el Caribe con relación a la comercialización de la pasta.

La mayoría de las inversiones en expansión de la capacidad instalada de pasta, papel y cartón en América Latina y el Caribe tendrán lugar probablemente en los países tradicionalmente productores, principalmente el Brasil, Chile, el Uruguay y la Argentina. Para el Brasil se esperan inversiones de 10 mil millones de dólares EE.UU. en los próximos 7-10 años en la industria de pasta, papel y cartón. Estas inversiones consideran las expansiones de proyectos foresto-industriales existentes y nuevos proyectos/plantas industriales por empresas nacionales e internacionales, contrario al caso de Chile, donde las inversiones provienen de capital nacional.

También se esperan operaciones de fusiones y adquisiciones, así como la entrada de nuevos operadores externos en el mercado regional. Estas acciones, deberán consolidar aún más la posición de estos productores, aumentando su cuota de mercado y sus economías de escala.

Por un lado, se presume el crecimiento de la demanda doméstica de estos productos en la mayoría de los países de la región. Mientras que por el otro, las exportaciones de pasta, papel y cartón, sobre todo en los países desarrollados y emergentes, principalmente China y otros países asiáticos, continuarán siendo la gran fuerza impulsora para el desarrollo de la industria de pasta, papel y cartón en América Latina y el Caribe.

Aspectos tales como la infraestructura de energía y de transporte, a escala económica, necesitan ser mejorados en algunos países productores de América Latina, reduciendo así los riesgos para inversionistas en el sector de la pasta, el papel y el cartón.

Consumo: principales fuerzas impulsoras. El crecimiento económico en la región en las últimas décadas, principalmente en el caso del papel, durante la segunda mitad de la década de 90 ha influido en el incremento de la demanda; como así también el crecimiento de la demanda indirecta de productos de papel y cartón como productos complementarios, por ejemplo, en el empleo para embalaje en otros sectores económicos, principalmente destinados a la exportación. El Aumento en el PIB per cápita, posibilitando un mercado técnicamente avanzado, y consecuente crecimiento en el consumo de algunos tipos especiales de papel, como el papel tisúes.

Otra fuerza impulsora importante son las nuevas inversiones en la capacidad instalada de producción de papel, elevando el abastecimiento del mercado de la pasta.

Consumo: perspectivas para el 2020. En base a las fuerzas impulsoras (crecimiento económico e inversiones) que influyen el consumo de pasta, papel y cartón en América Latina y el Caribe, así como el desarrollo reciente de este sector, se estima que el consumo continuará creciendo a tasas elevadas (Figura 4.6).

Figura 4.6
Proyección del consumo de pasta, papel y cartón en América Latina y el Caribe (2003-2020)

Fuente: FAOSTAT, 2003.

El análisis realizado indica que el consumo de pasta en América Latina y el Caribe crecerá de aproximadamente 10 millones de toneladas actuales (2003) a los 18,4 millones de toneladas al 2020. El principal consumidor será la industria de papel. La madera de eucalipto que genera pasta de fibra corta, aumentará su representatividad en el consumo regional, pudiendo alcanzar cerca de un 70% del consumo total de pasta en América Latina y el Caribe.

También se prevé que el consumo de papel y cartón crezca, debido a las mismas fuerzas impulsoras, pasando de los actuales 20,5 millones de toneladas en el 2003 a los cerca 35,5 millones de toneladas en el 2020. Los principales consumidores de papel en la región continuarán siendo las industrias graficas. El consumo de papel prensa y papeles especiales también mantendrán su importancia en el ámbito regional. En cuanto al mercado, los mayores centros consumidores en la región deberán continuar siendo el Brasil, México y Colombia.

Se estima que el costo de la fibra producida en América Latina y el Caribe se mantenga competitivo en el futuro, en comparación con otras regiones productoras en el mundo, lo que favorecerá el incremento del consumo de pasta, papel y cartón.

La renta per cápita de la región se prevé continúe aumentando, lo que impulsará el incremento del consumo de productos de papel, cartones y consecuentemente de pasta. La estabilización económica permitirá atender la demanda reprimida de los consumidores potenciales, considerando que el consumo per cápita en la región aún es bajo comparado con países más desarrollados. Se prevé que continúe un cambio estructural en el patrón de consumo, con sofisticación del mercado regional, por ejemplo, a través del uso de papeles especiales como el tisú.

Los programas de apoyo e incentivos a la exportación, en especial de PMVA, continuarán en la mayoría de los países de la América Latina y el Caribe, esto afectará positivamente e indirectamente el consumo de papeles de embalaje.

Exportaciones: principales fuerzas impulsoras. El análisis del desarrollo reciente indica que el crecimiento de las exportaciones regionales de pasta estuvo fundamentalmente vinculado al crecimiento del producto a partir de madera de plantaciones, principalmente eucalipto de fibra corta. El principal factor para este crecimiento fue la competitividad de la pasta de eucalipto en el mercado internacional, reflejo de los bajos costos de la materia prima y de la alta productividad forestal en América Latina y el Caribe, especialmente en el Brasil.

El crecimiento de las exportaciones ha sido impulsado por el incremento de la demanda particularmente de la pasta de fibra corta de madera de eucalipto. Este es el caso del mercado asiático, donde China emergió como un gran mercado de este tipo de pasta.

Por otro lado, las exportaciones de papel y cartón realizadas por la región, en cuanto a cantidades, son menos importantes que las exportaciones de pasta. Sin embargo, la competitividad de la pasta de fibra corta de eucalipto, de cierta forma ha impulsado las exportaciones regionales de papel y cartón, particularmente de los tipos de escribir e imprimir, que utilizan la pasta de eucalipto para su producción.

Exportaciones: perspectivas para el 2020. Los informes nacionales y subregionales de tendencias y perspectivas de América Latina y el Caribe desarrollados por la FAO (2005) indican que las exportaciones regionales de pasta continuarán con tasas de crecimiento del orden de un 6% anual, alcanzando en el año 2020 cantidades comercializables superiores a los 13,5 millones de ton. (Figura 4.7).

Figura 4.7
Proyección de las exportaciones de pasta, papel y cartón en América Latina y el Caribe (2003-2020)

Fuente: FAOSTAT, 2003.

La pasta de fibra corta de eucalipto continuará siendo el principal producto de exportación en las próximas décadas seguido por la pasta de fibra larga a base de pino (Pinus spp.) producida en Chile, la Argentina, el Brasil y Colombia. Mientras los mercados de Europa y EE.UU. mantendrán su supremacía, aún si volúmenes cada vez mayores serán exportados al Asia, con principales destinos a China e India. Los principales países exportadores en los próximos años continuarán siendo: el Brasil, Chile y la Argentina. El Uruguay crecerá en importancia en el escenario regional de las exportaciones de pasta a partir de eucalipto y pino, ya que se prevén grandes inversiones para la producción de fibra para pasta en los próximos 2 y 3 años.

Aunque las cantidades exportadas de papel y cartón sean significativamente menores que las de pasta, se esperan tasas de crecimiento en las exportaciones de papel y cartón similares a las correspondientes al sector de la pasta, de alrededor del 6,3% anual. Los papeles de imprimir y escribir continuarán siendo los principales productos de exportación que serán comercializados en mayor medida a nivel interregional.

Las políticas y programas de estímulo a las exportaciones continuarán siendo fortalecidos en la región y serán una de las principales fuerzas impulsoras para el crecimiento de las exportaciones regionales de pasta, papel y cartón. Sumado a esto, a mediano y largo plazo es muy probable que entren en vigor acuerdos comerciales, ya sean multilaterales y/o bilaterales, que contribuirán al incremento de las exportaciones regionales de estos productos.

Importaciones: principales fuerzas impulsoras. Diversos factores llevaron al crecimiento de las importaciones tanto de pasta como de papel y cartón en América Latina a partir de los años noventa. El crecimiento económico (segunda fuerza) en determinados países de la región durante la década de los noventa, que llevó a incrementos en el PIB per cápita influyó en el crecimiento de las importaciones de pasta, papel y cartón en América Latina y el Caribe.

Otro factor importante que ha impulsado la importación de pasta, papel y cartón en países con limitaciones en su producción es la demanda de material para embalaje destinada a la exportación, por ejemplo, el Ecuador tiene una gran demanda de embalajes para exportación de bananas.

Importaciones: perspectivas para el 2020. Las importaciones de pasta y papel continuarán creciendo en la mayoría de los países de América Latina y el Caribe (Figura 4.8). La pasta de pino (fibra larga de especies Pinus spp. y Araucaria angustifolia) continuará siendo el principal producto importado. Los principales importadores no cambiarán, pero estos países, entre ellos el Uruguay y el Brasil, reducirán su dependencia a las importaciones de la pasta, el papel y el cartón. Para los próximos años, en estos países se prevé un significativo aumento en la producción de estos productos.

Figura 4.8
Proyección de las importaciones de pasta, papel y cartón en América Latina y el Caribe (2003-2020)

Fuente: FAOSTAT, 2003.

Por otro lado, existen muchos países en la región cuyos mercados son relativamente pequeños y no se justifican grandes inversiones como las requeridas para este tipo de industrias tanto para la producción de pasta como para algunos tipos de papel. El crecimiento de las rentas per cápita en estos países, la reducción en los índices de analfabetismo y el aumento de las exportaciones de productos que demandan embalajes, serán responsables por el aumento de las importaciones de estos productos.

Madera aserrada

Producción: principales fuerzas impulsoras. El crecimiento de la producción de madera aserrada en América Latina y el Caribe estuvo fundamentalmente vinculado al crecimiento de la producción de PMVA proveniente de la madera de plantaciones.

Los cambios en la oferta de madera aserrada proveniente de bosques naturales por la madera de los bosques plantados se debieron principalmente a la reducción de la disponibilidad de madera de bosque natural, y al aumento de los costos resultantes de la mayor reglamentación efectuada sobre el aprovechamiento de estos bosques. Por otro lado en algunos países como por ejemplo en la subregión de Centroamérica y México, el producto con menor valor agregado que se comercializa es la madera aserrada y de acuerdo a las estadísticas de la FAO en Belice, Nicaragua, Honduras y Guatemala, las exportaciones de madera aserrada representan más del 50% de las exportaciones de productos forestales.

En muchos casos, la transformación primaria de la madera se realiza principalmente en aserraderos pequeños, donde existen grupos de productores (cooperativas o asociaciones de productores) que asierran o manufacturan las trozas o madera aserrada a baja escala y la venden a intermediarios o al mercado local.

Por otro lado, en esta región existe una gran oferta de materia prima, madera en rollo a bajo costo, también una alta demanda externa de madera aserrada principalmente de coníferas a causa del fuerte crecimiento del sector de construcción civil, por parte de distintos países entre ellos los EE.UU.

La expansión y el crecimiento de la industria de muebles y otros productos de mayor valor agregado en algunos países, como el Brasil y Chile, ha acentuado la demanda de madera aserrada, en particular la de pino, producto que está penetrando en los mercados y siendo mayormente aceptado.

En síntesis se puede mencionar tres principales fuerzas que impulsan el crecimiento de la oferta de madera aserrada que son el mercado internacional, las inversiones tanto públicas como privadas en el sector de plantaciones, y el desarrollo de tecnologías para aplicación y usos de estos recursos. Por otro lado, las políticas y legislaciones que rigen las explotaciones de los bosques naturales han menguado el suministro de madera aserrada proveniente de los mismos.

Producción: perspectivas para el 2020. Los documentos nacionales y subregionales desarrollados en el marco de este estudio indican que la producción de madera aserrada en América Latina y el Caribe podría crecer alrededor de cerca un 2% anual en los próximos años. Las proyecciones de crecimiento de la producción de madera aserrada muestran que alcanzará un incremento del 37% entre 2003- 2020, de 39,4 millones de m3 a 54 millones de m3, como puede ser observado en la Figura 4.9. Se presume que la tendencia al incremento en la producción de madera aserrada continuará hasta el 2020, debido a la disponibilidad de madera de plantaciones a costos relativamente más bajo, y al aumento de la demanda externa por madera aserrada.

FIGURA 4.9
Proyección de la producción de madera aserrada en América Latina y el Caribe (2003-2020)

Fuente: FAOSTAT, 2003.

Además de las grandes tendencias que tuvieron lugar en el pasado, otros cambios podrían producirse e impactar al segmento de madera aserrada en América Latina y el Caribe:

• inversiones en tecnología, para agregar valor al producto entre los países productores de madera aserrada de la región, con el objetivo de comercializar la madera aserrada en forma de molduras, puertas, pisos, muebles, entre otros productos. Se estima que esto reducirá los volúmenes exportados de madera aserrada;

• reestructuración de algunas empresas productoras, principalmente en el caso de la industria consumidora de madera de pino, por ejemplo en el Brasil y Chile. Se considera que se realizarán nuevas inversiones en fábricas de mayor dimensión, relacionadas a grupos capitalizados nacionales e internacionales con operaciones integradas más eficientes y competitivas como madera aserrada, pasta, papel y cartón, tableros y otros, y con facilidad de acceso al recurso forestal. Estas inversiones buscarán obtener economías de escala y mejorías tecnológicas, en búsqueda del aumento de la competitividad, especialmente en el mercado internacional;

• consolidación de «clusters» forestales integrados horizontalmente involucrando las empresas de los segmentos de pasta, papel y cartón y productores de madera sólida (complementariedad), como forma de reducir costos, mejorar la remuneración del activo forestal y lograr mayor eficacia industrial en el uso de la materia prima;

• aumento de la producción de madera aserrada de eucalipto, considerando que esta especie está penetrando gradualmente en los mercados consumidores y que la oferta de materia prima aumentará en los próximos años. El mayor uso del eucalipto por parte de la industria de aserrado, depende de la continuidad en el cambio del manejo forestal de esta especie, que tradicionalmente se orienta al suministro de fibra para producción de pasta o a la producción de carbón vegetal.

Consumo: principales fuerzas impulsoras. El crecimiento económico de países en la región, reflejado a través del PIB per cápita, junto al crecimiento de algunos sectores económicos consumidores de madera aserrada, por ejemplo de la industria de PMVA y de muebles, o de otras industrias para fines de embalaje, particularmente destinados a las exportaciones afectará el crecimiento del consumo de madera aserrada en América Latina y el Caribe.

Los precios competitivos de la madera aserrada de la región frente a materiales sustitutos, continuarán influyendo a los compradores de este producto.

Por otro lado, la tendencia de aumento del consumo de madera de plantaciones fue fuertemente influenciado por el factor precio y en menor medida por aspectos como la disponibilidad, la facilidad de acceso, la pronta entrega y los aspectos ambientales.

Consumo: perspectivas para el 2020. En base a los estudios subregionales de tendencias y perspectivas del sector forestal para América Latina y el Caribe, teniendo como horizonte el año 2020, se estima que el consumo de madera aserrada se incrementará en los próximos años. Se espera que en 2020, la región consuma cerca de 50 millones de m3 (Figura 4.10), es decir, un incremento similar al que se presentó en décadas pasadas (1,6% anual).

FIGURA 4.10
Proyección de el consumo de madera aserrada en América Latina y el Caribe (2003-2020)

Fuente: FAOSTAT, 2003.

El consumo de madera aserrada de bosques plantados continuará creciendo a tasas mayores que la demanda de madera de bosques naturales, pero a corto y mediano plazo esta demanda de madera aserrada en particular de pino, estará limitada por la oferta deficiente de materia prima, particularmente en el Brasil. Esta escasez en la oferta de este tipo de madera podría influenciar el aumento en las importaciones para satisfacer la demanda, en particular por la madera aserrada de eucalipto.

Las tasas de crecimiento del consumo de madera aserrada tropical serán sustancialmente menores en virtud de la disminución en la oferta causada por presiones ambientales y mayores exigencias de los instrumentos legales. La disminución en la demanda favorecerá la penetración de la madera aserrada de eucalipto en el mercado regional.

Se estima que crezca el sector de construcción civil en América Latina y el Caribe, principalmente basado en programas y políticas gubernamentales de incentivos a la habitación. Esto, en principio, podría impulsar el crecimiento de la demanda de madera aserrada, junto a otros productos de madera, como la reconstituida. Productos sustitutos de plástico y aluminio, harán fuerte competencia a los provenientes de la madera aserrada en este mercado.

Se presume que en los próximos años crezca la importancia de la certificación de la madera aserrada, especialmente la madera destinada a la transformación secundaria en particular la que se exporte en forma de PMVA.

Exportaciones: principales fuerzas impulsoras. En base al análisis realizado, se puede afirmar que el gran crecimiento en las exportaciones de madera aserrada de América Latina y el Caribe, a partir de la década de noventa, estuvo vinculado básicamente al aumento de oferta de madera aserrada de pino a precios competitivos y condiciones favorables en el mercado internacional, con el crecimiento del consumo en importantes naciones consumidoras, como los EE.UU. y más recientemente China. Estos precios competitivos, en comparación a los precios internacionales, particularmente en función de los bajos costos de la materia prima y de los altos niveles de productividad forestal en algunos países de esta región como el Brasil y Chile, contribuyeron sustancialmente al crecimiento de las exportaciones de este tipo de producto. Es importante también mencionar que las políticas y programas gubernamentales dirigidos a la promoción de las exportaciones, en determinados países de la región han representado un importante estímulo al comercio de productos forestales, en especial de la madera aserrada, y que han servido de apoyo para el incremento de los volúmenes exportados por la región en la última década.

Exportaciones: perspectivas para 2020. Los informes nacionales y subregionales conducidos por FAO sobre tendencias y perspectivas del sector forestal en América Latina y el Caribe en el marco de este estudio, indican que las exportaciones regionales de madera aserrada continuarán creciendo (Figura 4.11).

FIGURA 4.11
Proyección de las exportaciones de madera aserrada en América Latina y el Caribe (2003-2020)

Fuente: FAOSTAT, 2003.

Se espera que las exportaciones de madera aserrada de América Latina y el Caribe crezcan de los actuales 5,3 millones de m3 en 2003 a 8,3 millones de m3 para el 2020, correspondiente a una tasa de crecimiento de alrededor del 3% al año, similar a la verificada históricamente.

Por otro lado, se prevé que las exportaciones brasileñas de madera aserrada de pino sean afectadas por las limitaciones de la oferta de materia prima, y se estima que las tasas de crecimiento de las exportaciones sean más pequeñas (2% anual). Otras especies, especialmente el eucalipto, tendrán tasas mayores, por encima del 4% anual. En el caso de la madera aserrada de pino, la Argentina y el Uruguay adquirirán mayor representatividad en las exportaciones de la región.

Las tasas de crecimiento de las exportaciones en los próximos años también serán afectadas por la tendencia de crecimiento de exportaciones de productos. La mayor demanda interna para la elaboración de PMVA reducirá la oferta de madera aserrada para exportaciones.

La madera aserrada tropical disminuirá su importancia relativa en las exportaciones regionales de madera aserrada en los próximos años. Las exigencias de certificación en algunos mercados internacionales y las presiones ambientales aumentarán los costos y contribuirán a la disminución en la proporción de este tipo de madera en las exportaciones de América Latina y el Caribe.

Importaciones: principales fuerzas impulsoras. La recuperación de las importaciones en los últimos años se debe en parte a la reactivación de la economía regional, como así también el problema de suministro de este producto enfrentado en algunos países. Este es el caso del Brasil, nación que aumentó en los últimos 2 ó 3 años sus importaciones, en particular de madera de pino proveniente de la Argentina, principalmente debido a limitaciones en el suministro interno que ha elevado el precio de la madera en troza en el mercado doméstico.

Los acuerdos comerciales (segunda fuerza impulsora) que suscribieron los países de la región, como por ejemplo el MERCOSUR, han favorecido las importaciones de madera efectuadas por el Brasil, tanto de la Argentina como del Paraguay. Esto también ha ocurrido en el caso de los países andinos, donde el flujo de madera aserrada entre los diversos países de la región está en aumento.

Importaciones: perspectivas para el 2020. La Figura 4.12 presenta, en base a los informes nacionales y subregionales de perspectivas de este estudio, las proyecciones de las importaciones de madera aserrada para el 2020 en América Latina y el Caribe. Aún si se consideran los descensos en las importaciones verificados hasta 2005, para los próximos años se prevén incrementos en las importaciones. Se estima que en 2020 la región importará cerca de 6,3 millones de m3 de madera aserrada, representando una tasa de crecimiento del orden del 3% anual para ese período.

FIGURA 4.12
Proyección de las importaciones de madera aserrada en América Latina y el Caribe

Fuente: FAOSTAT, 2003.

Algunas de las fuerzas impulsoras que influyeron en las décadas anteriores perderán importancia hasta el 2020, siendo una de las principales el estancamiento del crecimiento económico en la década de los 80 en las economías más importantes de la región.

En este contexto, considerándose las importaciones de madera aserrada de coníferas en la región, son previstas las siguientes expectativas para el año 2020:

• México continuará como el principal importador de la región. Es posible que Chile y EE.UU. continúen siendo los principales proveedores.

• El Brasil incrementará sus importaciones a corto y mediano plazo, en especial de madera de pino (Pinus spp. y Araucaria angustifolia) de la Argentina y del Uruguay, debido a limitaciones de la oferta de madera de estas especies en ese país.

• Es prevista para 2020 una disminución de las importaciones brasileñas de madera aserrada de pino, período en el cual se estima que se verificará un equilibrio entre la oferta y demanda nacional.

Con relación a la madera de especies latifoliadas tropicales también existen perspectivas de aumento de las importaciones, aunque a tasas menores y concentradas en algunos países. Por ejemplo, el Ecuador posee una industria de muebles de gran potencial y está promoviendo la exportación. Esto aumentará la demanda de madera aserrada de latifoliadas, ya que existen problemas en la disponibilidad de este recurso, una de las alternativas es la importación. Pequeños volúmenes ya están siendo importados del Perú y Bolivia. Otro país que incrementará las importaciones de madera aserrada de latifoliadas es la Argentina. El aumento dependerá de la recuperación económica del país en los próximos años.

Tableros de madera

Producción: principales fuerzas impulsoras. Durante las dos últimas décadas dos grandes tendencias tuvieron lugar en el segmento de tableros de madera en América Latina y el Caribe y han favorecido el incremento en la producción de los mismos. Con relación al producto: aún cuando el contrachapado continúa siendo el principal producto de este grupo, se han verificado tasas de crecimiento en la producción de los tableros reconstituidos mucho más elevadas. La segunda tendencia se relaciona al tipo de materia prima: que como para el caso de la madera aserrada, las fibras usadas por la industria de tableros provienen principalmente de los bosques plantados, y se caracterizan por su disponibilidad en volumen y bajo costo.

Al igual que para el caso de la madera aserrada, el sector de producción de tableros está siendo afectado por fuerzas que impulsan su crecimiento; la demanda del mercado internacional y el incremento de la competitividad de la industria de la región. Las inversiones en este sector y la evolución tecnológica de productos reconstituidos y en la aplicación de los mismos (pisos, productos ingenieriles, partes de muebles, etc.). También como para el caso de la madera aserrada, las políticas y legislaciones que rigen la utilización de los bosques naturales han atenuado el suministro de madera de nativas, junto a los costos de transacción y dificultad de acceso a los bosques naturales.

Producción: perspectivas para el 2020. En base a las tendencias ya mencionadas y a las fuerzas impulsoras que afectan a la industria de los tableros de madera, se presume que la producción de estos productos de madera en América Latina y el Caribe crecerá en un 4% anual en promedio. De acuerdo a esta estima, la producción de tableros de madera deberá alcanzar algo más de 20 millones de m3 para el 2020 (Figura 4.13).

FIGURA 4.13
Proyección de la producción de tableros de madera en América Latina y el Caribe Millones de m³ (2003-2020)

Fuente: FAOSTAT, 2003.

Se prevé a corto y mediano plazo que la industria de tableros de madera se desarrollará de la siguiente manera:

• Se podría efectuar un nuevo ciclo de inversiones en este segmento, posiblemente a partir de 2007, época en que la demanda de tableros de madera deberá superar la oferta y por lo que nuevas expansiones en algunas industrias de tableros serían inminentes.

• Los productores de tableros de madera, dependientes en mayor grado de madera de pino (para contrachapado, MDF, OSB y, en parte, tableros de partículas) sobre todo las industrias brasileras podrían enfrentar, a corto plazo una escasez de madera de esta especie. Se espera que este problema sea solucionado a mediano plazo, con las nuevas plantaciones en curso.

• La escasez de madera de pino debería favorecer la demanda de la de eucalipto, aún si sus características físico-mecánicas son diversas, pero esta última puede ser utilizada de igual manera como insumo en la producción de tableros de madera, ya sea como complemento de la madera de pino o como materia prima sustituta de la proveniente de los bosques naturales.

Las perspectivas difieren significativamente dependiendo del tipo de tablero, conforme se presenta a continuación:

Tableros reconstituidos de madera (MDF, OSB y tablero de partículas)

• En virtud de la sobreoferta de algunos tableros reconstituidos de madera (sobre todo MDF y tablero de partículas) y consecuente retracción e inestabilidad del consumo en la región, se prevén inversiones limitadas sólo en este tipo de industria en los próximos años;

• Alta competitividad de la industria de MDF, OSB y tablero de partículas, principalmente en el Brasil y Chile (a causa del bajo costo de producción y de la materia prima de bosques plantados), deben influir en el incremento de la producción regional de estos productos a mediano y largo plazo.

• El aumento de los precios internacionales de contrachapado de pino, en años recientes, y la alta competitividad de la industria de América Latina continuarán impulsando la producción en la región, principalmente de tableros de madera de pino destinada a la exportación;

• La tendencia reciente del crecimiento de producción y de las exportaciones de contrachapado basado en madera de pino, en el Brasil, estará limitada por la oferta de madera en trozas;

• Un aspecto importante en la producción y comercialización de tableros de madera, principalmente contrachapado, es el requisito creciente de certificación de calidad en los países europeos y de la adecuación a las especificaciones técnicas de los EE.UU. Esas exigencias son identificadas como barreras no arancelarias y tienden a crear dificultades de acceso a los mercados, especialmente para pequeños productores.

Consumo: principales fuerzas impulsoras. De igual modo que para los demás productos forestales, el consumo de los tableros de madera ha sido regulado por el crecimiento económico regional (segunda fuerza), que se vio incrementado en los años noventa, aunque no fue homogéneo entre los países. Este crecimiento implicó un incremento del PIB per cápita y del poder de compra de la población.

Por otro lado, el incremento de la producción de muebles, debido a los programas de exportación, así como para atender el consumo afectó el mayor consumo de los tableros, como ha sido el caso del aumento de la demanda de los tableros de partículas. Del mismo modo, los sectores exportadores han incrementado el uso de estos productos principalmente en el área de embalajes.

También se ha percibido una sustitución de la madera aserrada por estos productos para la elaboración de molduras entre otros, lo que ha contribuido al incremento de la demanda, particularmente de MDF. El desarrollo de nuevos productos, por ejemplo los pisos de ingeniería, tuvieron impacto en el consumo interno tanto de MDF como de tablero de partículas.

Consumo: perspectivas para el 2020. El consumo de tableros de madera en América Latina y el Caribe, de acuerdo a los estudios subregionales en el marco del ESFAL, continuará creciendo con tasas correspondientes al 5% anual para los próximos años (Figura 4.14). Se espera que en el año 2020, la región consuma aproximadamente 18 millones de m3.

FIGURA 4.14
Proyección de el consumo de tableros de madera en América Latina y el Caribe (2003-2020)

Fuente: FAO, 2005: ESFAL/SR/1, ESFAL/SR/2 y ESFAL/SR/3.

En principio, se estima que las fuerzas que impulsaron el crecimiento en las industrias de los tableros de madera en los últimos años continúen actuando. Las principales expectativas respecto a la demanda de tableros en América Latina y el Caribe en los próximos años son las siguientes:

• Crecimiento diferenciado por tipo de tableros y países. Se estima que el consumo interno de contrachapado crecerá a tasas sensiblemente mayores a las que tuvieron lugar hasta el final de la década actual, principalmente en el Cono Sur;

• Se estima que disminuya el consumo de tableros duros, perdiendo significativamente su representatividad respecto a los demás tipos de tableros hasta 2010. Este aspecto está relacionado a la desactivación de las líneas de producción en el Brasil en función de su sustitución por el MDF delgado. Las restricciones ambientales y la falta de competitividad del producto en el mercado son factores que impulsarán su sustitución;

• Se prevé que los principales productos responsables por la alta tasa de crecimiento del consumo de tableros continúen siendo el MDF y el tablero de partículas, muy utilizados en la fabricación de muebles. El crecimiento de la industria de muebles para atender tanto el mercado interno como el internacional será determinante para el crecimiento de la demanda de tableros de madera en América Latina y el Caribe;

• Se prevé un crecimiento del consumo interno de OSB hasta el 2010, ganando el espacio de otros tableros de madera, en mercados específicos como construcción civil y embalajes, principalmente estimulado por programas de incentivo a la construcción civil, habitación y exportación a través de la demanda por embalajes. El crecimiento del OSB estará principalmente basado en la expansión del mercado para tableros estructurales, y también en la sustitución de productos, como ocurrió hasta el momento.

Exportaciones: principales fuerzas impulsoras. El crecimiento de las exportaciones de tableros de madera en América Latina y el Caribe en los últimos años fue fuertemente influido por la competitividad de los tableros de pino producidos en el Brasil, y en menor escala en Chile. Los bajos precios de la madera en el mercado, las inversiones en expansión industrial y la desvalorización del cambio en el Brasil y en la Argentina fueron las principales fuerzas impulsoras que favorecieron la expansión de las exportaciones de contrachapado de pino. Un aspecto que también ha contribuido al crecimiento de las exportaciones ha sido el incremento en la demanda del sector de construcción civil en los EE.UU.

Considerándose los demás tipos de tableros, especialmente el tablero de partículas y el MDF, el incremento de las exportaciones en los últimos años fue impulsado por los excedentes de estos productos en determinados países de la región, donde las exportaciones se tornaron atractivas a partir de la desvalorización del cambio en 1999 en el caso del Brasil, y más recientemente en 2002 para la Argentina.

Exportaciones: perspectivas para el 2020. En base a los informes recientes (FAO, 2005a: ESFAL/SR/1, ESFAL/SR/2 y ESFAL/SR/3) sobre perspectivas del sector forestal para América Latina y el Caribe, realizados por la FAO, las exportaciones de tableros de madera de la región continuarán en crecimiento a mediano y largo plazo hasta 2020. Se estiman volúmenes de exportación del orden de los 8,7 millones de m3 para el 2020, siendo 4,1 millones de m3 la cantidades exportada en el 2003, se presume un crecimiento de alrededor del 4,75% anual (Figura 4.15).

Estas expectativas de crecimiento están vinculadas particularmente a la continuidad del crecimiento de la demanda de paneles estructurales, para la construcción civil de los EE.UU. Esta demanda favorecerá, en mayor escala, la madera contrachapada de pino y en menor escala el OSB.

FIGURA 4.15
Proyección de las exportaciones de tableros de madera en América Latina y el Caribe (2003-2020)

Fuente: FAO, 2005: ESFAL/SR/1, ESFAL/SR/2 y ESFAL/SR/3.

Las exportaciones de tablero duro, que actualmente son en su mayoría intraregionales, a corto plazo sufrirán disminuciones significativas en virtud de la reducción de la oferta resultante de la desactivación de dos líneas de producción en el Brasil. Como consecuencia de esto, se percibirán posibles alteraciones en la variedad de productos exportados en la región, donde se prevé que el MDF delgado ocupe el espacio del tablero duro. Las exportaciones de tablero de partículas y MDF grueso deberán disminuir a mediano plazo, debido a que no habrá excedentes en el mercado interno.

Otros factores que influirán en las exportaciones de tableros de madera a mediano y largo plazo, en especial de contrachapado son: i) mejoras en la infraestructura de la región (puertos, carreteras y otras), posibilitando condiciones comerciales más adecuadas, ii) posibilidad de incremento en los precios de la madera, como resultado de las limitaciones de la oferta, implicando precios menos competitivos del producto final.

Importaciones: perspectivas para el 2020. Los informes nacionales y subregionales de tendencias y perspectivas desarrollados en el marco de este estudio indican que las importaciones de tableros de madera continuarán creciendo para la región de América Latina y el Caribe en los próximos años (Figura 4.16), las tasas corresponderán al 2,5% anual. Para el 2020 las cantidades importadas alcanzarán alrededor de los 2,8 millones de m3.

FIGURA 4.16
Proyección de las importaciones de tableros de madera en América Latina y el Caribe

Fuente: FAO, 2005: ESFAL/SR/1, ESFAL/SR/2 y ESFAL/SR/3.

El análisis de las tendencias recientes permite indicar que: i) México continuará como el principal importador de la región, en particular de tableros contrachapados y tableros de partículas, ii) las importaciones seguirán siendo básicamente intraregionales, iii) la entrada en vigencia del ALCA podría facilitar las transacciones comerciales entre los países, iv) importaciones marginales de tableros de partículas y MDF tendrán lugar en algunos países de la región, como forma de regular el consumo.

Productos de mayor valor agregado (PMVA)

Producción: principales fuerzas impulsoras. De acuerdo al inminente desarrollo de la industria de los PMVA en América Latina y el Caribe, el crecimiento de su producción dependerá del mercado internacional (segunda fuerza), cuya demanda es creciente, en especial en los EE.UU., nación que continuará importando estos productos del Brasil, México, Chile, Bolivia y Honduras y otros países de la región que tienen como destino principal de sus productos este país.

Las inversiones en este sector y la evolución tecnológica en la búsqueda de agregación de valor para productos forestales son fuerzas impulsoras fundamentales para el desarrollo de este sector. Las empresas procesadoras de madera, sus inversiones en el incremento de la capacidad instalada, la búsqueda de la mejor utilización de la materia prima de madera, (cada vez más escasa y con costo más alto en algunas regiones), que por otro lado se compensa con la mayor oferta disponible de madera de plantaciones, buscan mejorar la producción de los PMVA, en calidad y cantidad adecuada.

Como en los productos forestales analizados anteriormente, en la industria de los PMVA, las políticas y legislaciones han provocado restricciones ambientales en la utilización de madera de bosques naturales, dando lugar a la búsqueda de menores costos de producción, que han favorecido la mayor utilización de madera de bosques plantados por parte de este sector, principalmente de pino y, en menor grado de eucalipto y también melina (Gmelina arborea) y Teca (Tectona grandis) en América Central.

Producción: perspectivas para el 2020. Se presume que el mercado internacional continuará influenciando el futuro del segmento de PMVA, en este caso se destaca el rápido crecimiento de la demanda de estos productos en mercados importadores, como EE.UU, Japón y algunos países europeos.

Nuevas inversiones se podrían realizar en el segmento de los PMVA en los próximos años, principalmente en los países de la región con mayor competencia y desarrollo en la producción y exportación de productos maderables, como por ejemplo en Chile, el Brasil, México, también en la Argentina y el Uruguay. Si se verificasen estas inversiones se podrían tener los siguientes efectos:

• Un incremento en la oferta de los PMVA producido en América Latina y el Caribe para el mercado internacional;

• Mayor agregación de valor a los productos maderables, sin reducir la oferta de productos semiacabados y con un incremento en la producción de productos acabados para abastecer el consumidor final (por ejemplo muebles). Ciertamente, deberá continuar la tendencia de aumento en la participación de la madera de plantaciones. Aunque en el futuro, la madera de pino deberá ser utilizada, como materia prima principal para los PMVA, otras maderas de plantaciones tendrán importancia, entre estas las provenientes de eucalipto y teca. Los PMVA de estas nuevas maderas de plantaciones estarán destinadas a nichos de mercado y competirán con las maderas tropicales.

Consumo: principales fuerzas impulsoras. El desarrollo económico de algunos países, hecho que ocurre simultáneamente al aumento de la renta per cápita podría provocar el incremento en el consumo de productos de mayor valor agregado en América Latina y el Caribe. En particular el aumento del consumo de muebles, impulsado por el crédito facilitado para la adquisición de estos productos. También los cambios en el comportamiento del consumidor y de sus preferencias, por ejemplo, uso de pisos de madera en lugar de pisos de moqueta, junto a nuevas opciones de productos de mejor calidad y más competitivos condicionarán el consumo de los PMVA.

Consumo: perspectivas para el 2020. Los factores que podrían afectar la demanda de estos productos se citan a continuación:

• aumento de la demanda de algunos PMVA, a través del crecimiento esperado de la industria de construcción civil en algunos países latinoamericanos, principalmente debido a programas y políticas gubernamentales de incentivos a la construcción de habitaciones;

• estímulo a la demanda de los PMVA provocado por el aumento del comercio intrasregional como resultado de la implementación de acuerdos comerciales, por ejemplo el ALCA;

• cambio en la preferencia del consumidor por los PMVA impulsado por nuevos productos, tecnológicamente más avanzados y competitivos por ejemplo pisos laminados y pisos «de ingeniería».

Madera para energía

Producción: principales fuerzas impulsoras. Una de las razones que han conducido a un menor crecimiento en el consumo de madera para energía en los últimos años es la sustitución gradual de este producto por otras fuentes de energía en el consumo doméstico (especialmente por el gas natural), este cambio de insumos se ha debido a la urbanización que junto a los subsidios gubernamentales han favorecido la población de menor renta al acceso a otras fuentes de energía. Vale mencionar que esta disminución del consumo de leña se debió al crecimiento económico de la región, puesto que este crecimiento es inversamente proporcional al consumo de leña en los hogares.

Además, en el área rural de la mayoría de los países latinoamericanos se verifica la tendencia al consumo de leña. Mientras que en las áreas urbanas, donde se han observado altas tasas de crecimiento, se consume en mayor proporción el carbón tanto para actividades comerciales como a nivel residencial.

El costo relativo y el acceso a la disponibilidad de la madera con relación a otras fuentes de energía han influido en la tasa de crecimiento del consumo de este producto, tanto a escala residencial como industrial. Con respecto al consumo para energía industrial, el aumento reciente (2004) del precio del petróleo ha creado nuevas demandas por parte de otros segmentos, en especial de la industria de alimentos, agroindustria y de cemento. El crecimiento económico de algunos sectores industriales consumidores de este producto ha estimulado el aumento de su demanda por tratarse de consumidores más estructurados, la demanda principal ha sido de madera para energía proveniente de plantaciones.

La disponibilidad de la madera de leña y su alto costo en relación a otras fuentes de energía han sido factores determinantes en la región para la tasa baja de crecimiento del consumo de leña, tanto para el uso doméstico como para el industrial.

Producción: perspectivas para el 2020. El escenario actual indica que si prosiguen afectando las fuerzas impulsoras tales como la urbanización, el desarrollo económico y las inversiones, la tendencia del pasado de la producción de leña en América Latina y el Caribe en las próximas décadas deberá permanecer. Por ello, se estima que continúe el incremento en la producción de leña para energía industrial a partir de plantaciones, principalmente de eucalipto. Esto será impulsado por la alta productividad de las plantaciones y, consecuentemente, su menor costo. Además, las restricciones de acceso a los bosques tropicales contribuirán al aumento del uso de madera de plantaciones.

Se esperan definiciones de políticas más transparentes y estrategias adecuadas por parte de los gobiernos de los países para promover el desarrollo y modernización del sector energético, con una posible repercusión en la producción de leña.

Las restricciones de acceso a los bosques naturales y el aumento en la eficiencia energética tenderán a reducir la producción y consecuentemente el consumo de madera para energía, en particular a partir del bosque natural en América Latina y el Caribe.

Consumo: perspectivas para el 2020. Se espera que el desarrollo económico en los países de la región reduzca parcialmente el consumo de la leña, cambiando este insumo por el uso de otras fuentes de combustibles tales como kerosén, gas natural y otros combustibles fósiles sobre todo en las áreas urbanas. Sin embargo, a pesar del desarrollo económico, el uso de la leña no debería verse reducido sustancialmente, ya que se prevé que el consumo de leña en el medio rural no sea sustituido por otras fuentes energéticas alternativas debido, en gran parte, a la no-disponibilidad y dificultad de acceso a estas fuentes. Si se mantiene la tendencia de los últimos 20 años con una tasa de crecimiento del 1,2%, para el 2020 la región podría consumir cerca de 331 millones de m3, es decir 60 millones de m3 más del volumen actual (Figura 4.17), pero en particular si el suministro de leña proviene del bosque natural. Sin embargo se podría prever un aumento del consumo de leña para uso industrial a partir de plantaciones, principalmente de eucalipto, que sería impulsado por el menor costo, con relación a la leña de madera nativa.

Los mecanismos del Protocolo de Kyoto se presentan como una fuerza importante que afectará el incremento del consumo de madera para energía, considerándose este producto fuente de energía renovable que reemplaza el uso de combustibles fósiles, especialmente por parte del sector industrial. Se presume la elaboración y puesta en marcha de políticas y estrategias, modernización del sector energético junto a la implementación de planes sostenibles para satisfacer la demanda de leña en los próximos años.

Figure 4.17
Proyección del consumo de leña en América Latina y el Caribe (2003-2020)

Carbón vegetal

Producción: principales fuerzas impulsoras. El mercado internacional (segunda fuerza), en particular los precios del carbón mineral (coque) ha influenciado la demanda industrial del carbón vegetal, principalmente por parte de la industria siderúrgica, por ejemplo, en el Brasil. La caída de los precios de este combustible fósil hizo que la demanda de carbón vegetal cambiara en la década de los ochenta, por lo que su producción cayó sustancialmente.

También en los demás productos forestales, la reducción de la oferta de madera proveniente de bosque natural, las presiones ambientales y las limitaciones al acceso a bosques naturales, han afectado la producción a partir de estas fuentes; por lo que se han visto en aumento las superficies plantadas, en especial de eucalipto, que sirven como insumos en la producción de carbón vegetal.

Mediante los créditos de carbono se avecinan posibilidades de obtención de beneficios mediante la sustitución del coque por el carbón vegetal.

Figure 4.18
Proyección de carbón vegetal en América Latina y el Caribe (2003-2020)

Producción: perspectivas para el 2020. Se presume un incremento de la producción de carbón vegetal para destino industrial a mediano y largo plazo, principalmente en el sudeste del Brasil, donde se concentra la mayor demanda de este producto por parte principalmente de la industria siderúrgica y es en esa zona que se han establecido extensas plantaciones con este fin.

Sin embargo, se prevé a corto plazo un déficit en la producción de carbón vegetal para uso industrial en el Brasil, debido a que el aumento de la demanda de este producto no está siendo acompañado por un equivalente incremento en la oferta del producto para uso en la industria siderúrgica. Aunque las áreas plantadas son crecientes, éstas solamente pueden asegurar la oferta de madera para carbón después del 2010. Probablemente este país se verá obligado a importar carbón desde el Paraguay y la Argentina.

A escala local, no se espera un incremento en el consumo de carbón vegetal, ya que continuará la tendencia al aumento de las áreas urbanas y la sustitución de esta fuente de energía por combustibles fósiles.

Se prevé un aumento de la producción de carbón vegetal a partir de bosques plantados debido a un incremento en las restricciones al acceso a bosques naturales, en particular a las grandes empresas explotadoras de los recursos, como así también se favorecerá la oportunidad de incluir los bosques plantados para uso energético y obtención de crédito de carbono en el ámbito del Protocolo de Kyoto.

Consumo: principales fuerzas impulsoras. Como se mencionó anteriormente sobre producción de carbón vegetal, siendo este producto altamente dependiente de la demanda industrial, en particular de la industria siderúrgica brasileña, su demanda se vio directamente afectada por el precio del carbón mineral (coque) con el cual compite. La reducción de los precios de este combustible hizo que la demanda de carbón vegetal, por una parte significativa de la industria de siderurgia del Brasil, fuera en descenso durante los años ochenta. Recientemente, la reducción en la oferta del coque por parte de los principales productores mundiales y, consecuentemente, el aumento de su precio a niveles globales, afectó nuevamente la sustitución de este producto de origen fósil por el carbón vegetal en la región.

Además, el crecimiento industrial en algunos países ha impulsado el consumo de productos como hierro moldeado y acero que utilizan carbón vegetal como materia prima. Además, el aumento de la exportación de esos productos principalmente por parte del Brasil, ha incentivado mayores inversiones en la capacidad instalada de la industria siderúrgica.

Consumo: perspectivas para el 2020. Se estima que en el período de análisis de este estudio exista un incremento del consumo de carbón vegetal en América Latina y el Caribe, de 15 millones de toneladas métricas para 2003 a 22 millones en el 2020, si continúa la tendencia como en los últimos 20 años. Su uso prevalente continuará siendo en la industria, que está realizando significativas inversiones para mejorar su capacidad instalada y en plantaciones de eucalipto con este fin. Sin embargo, los consumidores de carbón vegetal a corto y mediano plazos, tendrán dificultades con en la obtención de este producto, ya que se están enfrentando a un déficit regional que se espera se normalice después de 2010. Por esta razón, se espera un aumento de precios del producto hasta que el déficit de madera se solucione.

De esta manera, el principal país consumidor a escala regional de carbón vegetal continuará siendo el Brasil, con poca proporción de consumos por parte de los demás países, aún si a nivel local, Colombia, el Perú, Venezuela y Chile presentan relativa importancia.

No se esperan incrementos acentuados en el consumo de carbón vegetal para uso doméstico, debido a que se verificará mayormente la tendencia al aumento de las zonas urbanas y a la sustitución de esta fuente de energía por combustibles fósiles, o energía eléctrica.

Productos forestales no maderables (PFNM)

Producción: principales fuerzas impulsoras. Dos son las principales fuerzas impulsoras que afectan la producción de los PFNM; la demanda en los mercados nacionales e internacionales y los programas nacionales y locales. La primera fuerza ha estimulado la producción de algunos PFNM a mayor escala que han desarrollado canales apropiados de distribución. Es importante mencionar que la limitación para la expansión de la producción de los PFNM está relacionada con la disponibilidad de los recursos, características de los productos, tamaño de los mercados y aspectos de logística de transporte y distribución en los mercados consumidores.

Entre los PFNM, a partir de bosques naturales y plantados, que han desarrollado su mercado propio, se encuentran la yerba mate, el palmito, las resinas de pino, que en muchos casos provienen de bosques plantados comerciales, o los taninos, la castaña de Pará, hierbas medicinales que provienen del bosque natural.

La segunda fuerza está relacionada con los programas nacionales y locales que han favorecido la producción sostenible de ciertos PFNM, como por ejemplo las reservas extractivitas en Bolivia y en Brasil.

Producción: perspectivas para el 2020. Se hace difícil la descripción del escenario de la oferta de los PFNM en América Latina y el Caribe, ya que prácticamente no existen series estadísticas sistemáticas disponibles sobre los mismos, aún si se conoce un gran número de proyectos o trabajos en marcha que demuestran el potencial de estos segmentos.

Probablemente en las próximas décadas la producción de PFNM en América Latina y el Caribe continuarán en aumento, sobre todo si los gobiernos de la región continúan incentivando la producción y el desarrollo de estos productos y servicios mediante programas específicos. Aún si el impacto de estos programas en la economía sectorial en muchos casos es pequeño, a escala local tienen un efecto significativo, ya que su gran mayoría se integra a las necesidades de las comunidades y de las poblaciones locales.

El desarrollo de los mercados internos e internacionales para algunos PFNM específicos y el consecuente incremento de la demanda de los mismos, podría crear nuevos estímulos para aumentar su producción comercial; aún si el grado de producción continuará siendo limitado y los mecanismos de distribución (logística) de los PFNM permanecerán ineficientes para alcanzar mercados más grandes y más distantes. Solamente los PFNM que sean cultivados a gran escala (desarrollo de plantaciones), tendrán un mayor potencial de expansión de la producción y mercado, basados principalmente en precios más competitivos. Entre estos ejemplos se incluyen la producción de goma hevea (caucho) en bosques plantados, cultivo de hierbas medicinales por haciendas farmacológicas y producción de yerba mate.

Consumo: principales fuerzas impulsoras. El aumento de la escala de inversiones en la producción de algunos PFNM, que pueden atender nuevos mercados, junto a un mayor acceso a la información sobre los mismos contribuye a satisfacer la demanda de parte los nuevos consumidores respecto a la disponibilidad de los productos forestales no maderables, como productos alternativos. A su vez, el incremento de la oferta de estos productos en los mercados regionales y nacionales podría agilizar los canales de distribución.

Por otro lado, el apoyo brindado por organizaciones internacionales y los gobiernos (políticas) para el desarrollo de tecnología, mercados y apego ambiental de estos productos podrían continuar contribuyendo al crecimiento en la demanda de los mismos.

Consumo: perspectivas al 2020. La reciente situación indica que las fuerzas impulsoras que han determinado el crecimiento de la demanda de los PFNM continuarán estimulando el consumo de PFNM y de los servicios de los bosques en América Latina y el Caribe en las próximas décadas.

• La mayoría de los PFNM de América Latina y el Caribe provenientes de bosques naturales, continuarán siendo consumidos por las comunidades locales (mercados de subsistencia y pequeños consumidores);

• se prevé que algunos PFNM crecerán también a nivel nacional;

• las nuevas tecnologías y la promoción ambiental que vienen impulsando los mercados en los países desarrollados, deberán tener efecto en los mercados nacionales de países de América Latina y el Caribe a mediano plazo, y esto se reflejará en el aumento del consumo de los PFNM en el futuro.

Servicios ambientales del bosque

Producción: principales fuerzas impulsoras. Las políticas de desarrollo sostenible y de protección de los recursos forestales en algunos países de la región, junto a la implementación de programas nacionales y locales son de estímulo para el desarrollo de los servicios ambientales del bosque. Mecanismos innovadores realizados en forma conjunta a estas políticas están creando una creciente demanda nacional e internacional de estos servicios. Ejemplos concretos incluyen el ecoturismo, el pago por servicios ambientales, los créditos de carbono, que están en línea con iniciativas globales de valoración de los usos múltiples y beneficios de los bosques como la protección de las cuencas hidrográficas.

Producción: perspectivas para el 2020. Por otro lado, existe un gran potencial de utilización de la diversidad biológica de la región para fines comerciales, como ecoturismo, investigación y utilización de plantas medicinales.

Se presume que América Latina y el Caribe no estará fuera del contexto global por lo que nuevas leyes y regulaciones ambientales, como por ejemplo la demanda creciente de tecnologías limpias y proyectos conservacionistas entre otros, crecerán en la mayoría de los países. Estas regulaciones podrían servir como incentivos a los programas de desarrollo relacionados con los servicios ambientales del bosque. Proyectos de secuestro de carbono e implementación de programas relacionados a los bosques y sus servicios, tienden a aumentar en los países latinoamericanos, principalmente debido a que el Protocolo de Kyoto entró en vigor en febrero de 2005.

La protección de los recursos forestales y de la diversidad biológica continuará ofreciendo nuevas oportunidades para las inversiones e implementación de proyectos relativos a los servicios ambientales.

Conforme los países latinoamericanos busquen mejorar su posición en el comercio internacional y sus formas de especialización usen las ventajas regionales, se presentará una mayor necesidad de inversiones, incluyendo inversiones en servicios, tecnologías y sistemas de gestión ambiental.

Consumo: principales fuerzas impulsoras. Como para los demás segmentos hasta ahora analizados, el crecimiento económico y el consecuente aumento de la renta de la población, tiene efectos directos e indirectos en el incremento de la demanda de servicios ambientales del bosque.

También los programas nacionales y locales de incentivo para el desarrollo del ecoturismo en diferentes países de la región, junto a una mayor conciencia ecológica de las poblaciones nacionales y extranjeras en lo que respecta a la importancia de los servicios ambientales del bosque para la sociedad, sirven para el desarrollo de este segmento.

El desarrollo de mecanismos innovadores relacionados con los servicios ambientales de los bosques en algunos países latinoamericanos ha creado una demanda interna y externa de los mismos, en línea con iniciativas globales de valorización de los usos múltiples y de los beneficios de los bosques.

Consumo: perspectivas al 2020. La reciente situación indica que las fuerzas impulsoras que han determinado el crecimiento de la demanda de la creación de un mercado para los servicios ambientales, continuarán estimulando el consumo de los PFNM y de los servicios de los bosques en América Latina y el Caribe en las próximas décadas.

Programas gubernamentales y de agencias internacionales de apoyo al desarrollo de las actividades de ecoturismo, rehabilitación de cuencas hidrográficas y otros programas relacionados a servicios ambientales de bosques que impliquen su utilización por parte de la población o de consumidores diversos como empresas, gobierno y otros agentes, estimularán el aumento de la demanda por los mismos;

Se prevé que el mayor crecimiento económico esperado para la región en los próximos años incrementará la demanda de servicios ambientales de los bosques.

LA INDUSTRIA FORESTAL: PAÍSES DIFERENCIADOS EN EL CONTEXTO EMPRESARIAL PRIVADO Y DE COMPETITIVIDAD

Según sus capacidades para enfrentar los desafíos de la competencia internacional y mantener el crecimiento de la producción industrial, los países de América Latina se clasifican en dos grupos con características bien diferenciadas. El primer grupo está formado por las tres grandes economías: la Argentina, el Brasil y Chile, que además de las ventajas comparativas que ofrecen sus recursos naturales, la característica sobresaliente de estos tres países está representada por su empresariado. Éste se caracteriza por la presencia de gerentes que tienen perspectivas a largo plazo y están dispuestos a asumir riesgos. La rapidez del crecimiento de la industria forestal y la magnitud de los capitales y los beneficios en juego son evidencias de las capacidades empresariales existentes: uso de bancos de datos, estudios de competitividad industrial, investigación científica, análisis de mercado y conocimientos de los flujos de la madera. En estos países existe también una considerable capacidad de inversión de fondos locales, derivada de su positiva situación de crédito. Sólo en Chile el sistema de pensión (que se instauró hace 20 años) cuenta con un capital de 46 mil millones de dólares EE.UU. El uso de la tecnología de punta es otra característica de estos países. El aserradero Terranova en el Brasil costó 50 millones de dólares EE.UU. y era el más moderno del mundo en el año 2000. La totalidad de su producción, de 220 000 m3, se reutilizaba en la misma planta para la producción de productos de segunda transformación. A todo esto se añade el hecho de que estos países han sometido a certificación gran parte de sus plantaciones.

El segundo grupo está constituido por países emergentes y con gran potencial como ser el Uruguay, Venezuela, el Perú, Bolivia y Cuba. El primero está adquiriendo rápidamente las características descritas para el primer grupo. Venezuela posee bosques plantados de considerable extensión y potencial para absorber ingentes inversiones. El Perú y Bolivia disponen de grandes extensiones de bosque amazónico y tierras ganaderas, en el caso de Bolivia existen grandes áreas de terreno abandonadas por la agroindustria que podrían transformarse en plantaciones, pero su progreso es mucho más lento. Cuba cuenta con 482 mil hectáreas de plantaciones, y podría alcanzar 1 millón para el 2020. Como consecuencia de su elevado número de técnicos de alto nivel y su experiencia en actividades a gran escala, derivada de la industria azucarera, podría transformarse en los próximos decenios en «el Chile del Caribe».

IMPLICACIONES DE POLÍTICAS NACIONALES EN LOS PRODUCTOS FORESTALES

Fortalecimiento institucional del sector privado y del sector público

Para que en América Latina y el Caribe continúen las actuales tendencias de producción, la región debe mantener sus ventajas comparativas a nivel internacional, abrir nuevos mercados y desarrollar nuevas líneas de productos. A fin de que las administraciones forestales respalden a sus sectores industriales y participen de manera informada en la planificación nacional, es fundamental que se ocupen del monitoreo de los mercados, el desarrollo de sistemas de información y bases de datos y la realización de estudios adecuados sobre el comportamiento de la demanda mundial y de sus precios.

En muchos países, el empresariado privado ha actualizado su capacidad de administración: habilidad en el uso de base de datos, estadísticas, análisis de mercados, conocimiento detallado de los flujos maderables e identificación de oportunidades, mientras que los servicios forestales gubernamentales, no han avanzado al mismo ritmo. En tantas naciones se carece aún de elementos esenciales para la planificación y la formulación de políticas. ¿A qué se debe esta diferencia de características entre ambos sectores? ¿Cómo se pueden aprovechar los progresos del sector privado para mejorar las capacidades de gestión de la administración pública forestal? ¿Puede seguir progresando el sector privado al ritmo actual sin un fortalecimiento institucional de los servicios forestales de los gobiernos? Responder a estas preguntas es de fundamental importancia a fin de crear la discusión y el debate sobre políticas de las organizaciones internacionales y de las administraciones públicas nacionales.

La diferencia de las capacidades institucionales entre el sector privado y público y el desarrollo de grandes corporaciones plantea otros temas de discusión. Por ejemplo, ¿qué papel desempeñarán los pequeños y medianos empresarios con respecto al desarrollo general del sector y a su futura expansión?

Contribución al alcance de los Objetivos de Desarrollo del Milenio

Al mismo tiempo que se intenta asegurar el uso sostenido de los bosques, existen oportunidades para contribuir a la disminución de la pobreza y al mejoramiento del medioambiente. La creación de empleos, el mejoramiento del acceso a los mercados por parte de los grupos de más bajos ingresos, y la participación en la solución de problemas sociales urgentes, son las intervenciones mas inmediatas requeridas por el sector con base en la industria de la madera y en los productos forestales no maderables. A manera de ejemplo, se puede mencionar el déficit habitacional cuantitativo y cualitativo de América Latina y el Caribe, estimado en unas 40 millones de unidades. Honduras con 5,3 millones de hectáreas forestales, equivalentes al 48% de su territorio, posee una de las tasas más altas de superficie de bosques de coníferas per cápita en la región y en 2001 poseía un déficit habitacional de 730 000 viviendas. La construcción de casas de madera proveniente de bosques bajo manejo sostenible podría satisfacer más de un objetivo sin embargo, por razones principalmente de índole cultural, se utilizan en mayor medida otros materiales de construcción como el hormigón y el adobe. Temas de esta índole, que abarquen también los productos forestales no maderables, deberán ser prioritarios en el análisis de las políticas forestales, pues ofrecen oportunidades de identificar opciones que permitan obtener dobles dividendos, avances en el logro de las metas globales de desarrollo y en el uso sostenible de los recursos forestales.

Estrategias empresariales

Para sobrevivir en el contexto internacional las empresas forestales deberán emplear todas las estrategias a su disposición: mayor valor agregado, acuerdos comerciales de libre comercio, mejoramiento de las cadenas de valor, aumento de los productos de segunda transformación, diversificación, asociación de productores, etc. Estos esfuerzos tendrán relación con el establecimiento de alianzas y sociedades entre los diversos actores productivos del sector forestal.

Áreas protegidas y diversidad biológica

La región ha realizado progresos muy importantes en materia de conservación e incremento de la superficie de las áreas silvestres protegidas. Desde 1950 a 2003 la extensión total de zonas protegidas en la región aumentó de 17,5 millones de hectáreas a 397 millones, lo que equivale a un 19% de su superficie total y a un 23% de todas las zonas protegidas en el mundo. El rango de superficie protegida va de un 8% en México a casi un 46% en Belice. No obstante, en muchos países persisten situaciones de debilidad institucional y falta de recursos humanos y equipos para la gestión adecuada de esas zonas.

Se prevé que hacia el año 2020 se consolidarán las zonas protegidas existentes y aumentarán entre un 1 a un 5% la superficie total bajo dicho régimen. Algunas de las nuevas zonas sometidas a protección podrían ser los llamados mega parques y corredores biológicos, que cuentan con varios millones de hectáreas. Sin embargo, en los países de menor extensión y alta densidad poblacional puede que haya cambios en la condición de las zonas protegidas o que algunas sean desclasificadas de tal condición. El avance de la frontera agrícola, el cambio del uso del suelo y la fragmentación de los bosques continuarán siendo factores determinantes para la extinción de especies. Además, la captura ilegal de especies animales y la introducción de especies exóticas seguirán siendo problemas sumamente importantes.

Hasta el año 2020 la compra de tierras para la protección de la diversidad biológica por parte del sector privado continuará aumentando. Al mismo tiempo, habrá cada vez más gobiernos locales que se ocuparán de administrar directamente las áreas protegidas. También aumentarán las zonas protegidas manejadas por operadores privados, incluidas corporaciones, comunidades y organizaciones no gubernamentales.

Implicaciones de políticas para la conservación de la diversidad biológica

Muchas de las áreas protegidas de la región se crearon según un concepto que no contempla las actividades humanas. En el futuro, a fin de consolidar la conservación de esas superficies, será necesario reconsiderar estos conceptos y solucionar los conflictos y reivindicaciones de las comunidades que viven en esas zonas y en sus cercanías o que tienen derechos ancestrales sobre las mismas. Ello implica, por ende, la aceptación e integración del elemento humano en la conservación de la diversidad biológica. Al igual que con las actividades comerciales, la intervención del sector privado será sumamente importante en la gestión del patrimonio bajo conservación. En vista del creciente número de zonas de conservación de propiedad privada es necesario que se preste especial atención al marco reglamentario y normativo correspondiente. La misma necesidad surge a causa del aumento de las actividades de ecoturismo. Todo esto ofrece una importante oportunidad para combinar la conservación con los objetivos de equidad y lucha contra la pobreza.

La dinámica demográfica y el sector habitacional

Durante las últimas décadas América Latina ha experimentado importantes cambios en su perfil demográfico, con grandes consecuencias en la planeación y gestión de los servicios sociales. El tema de la vivienda se vincula con una alta inequidad social y un importante rezago en la atención de las necesidades de la población. A diferencia de lo que sucede en la salud y la educación, los indicadores básicos sugieren enormes déficit. Además, se trata de un sector poco estudiado en su relación con la dinámica de población y el desarrollo, aunque existen importantes vínculos y espacios para incorporar variables en la planeación sectorial.

América Latina (1995-2001).
Estimaciones nacionales del déficit habitacional según países y fases de la transición demográfica

La dinámica demográfica y el sector habitacional en América Latina. Camilo Arriagada Luco. Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE), División de Población. Santiago de Chile, enero de 2003.

Una parte de la diversidad biológica se encuentra en tierras de propiedad privada que también producen bienes públicos y externalidades positivas. Al igual que con los bosques naturales de producción, esta situación requiere el análisis de incentivos e instrumentos de mercado que servirán para complementar el marco legal y a garantizar la sostenibilidad de las mismas.

La evolución del turismo, las políticas de conservación y los acuerdos internacionales plantearán nuevos desafíos para el manejo de las zonas protegidas.

Algunos países han establecido políticas que prevén que una proporción fija de la superficie de los predios agrícolas sea mantenida como área de conservación. Las implicaciones ambientales, sociales y económicas y los costos de administración de tales políticas requerirán análisis y debates sobre su eficiencia económica y efectividad como mecanismos de conservación de la diversidad biológica. El eventual establecimiento de un mercado de servicios ambientales que reconozca los servicios brindados por los bosques necesita de análisis de oportunidades en lo que respecta a las áreas protegidas y de las modalidades en que estas áreas podrían contribuir y recibir compensación por dichos servicios.

En la actualidad se están desarrollando técnicas novedosas para promover la conservación de la naturaleza, entre las cuales se encuentran los corredores biológicos. El concepto de corredor biológico o ecológico implica una conectividad entre zonas protegidas y áreas con una diversidad biológica importante, con el fin de contrarrestar la fragmentación de los hábitats. En muchos países de la región se están llevando a cabo estos tipos de proyectos de conservación, entre los más relevantes se evidencia el proyecto del Corredor Biológico Mesoamericano, que abarca los países de América Central y el sur de México. En el Brasil, en la zona amazónica y en la selva atlántica, en la zona andina del Ecuador y el Perú, se están desarrollando otros de menor alcance que el mesoamericano. El Programa Estratégico Regional Corredor Biológico Mesoamericano, constituye un instrumento de ordenamiento de la gestión de la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo en el área temática de conservación y uso sostenible del patrimonio natural, ayudando a estructurar y organizar los esfuerzos de los países y la demanda de cooperación. Asimismo, debe consolidarse aún como un elemento fundamental de la integración centroamericana, contribuyendo significativamente a la reducción de la pobreza de los habitantes de las comunidades.

PERSPECTIVAS PARA EL AÑO 2020 DE LAS ADMINISTRACIONES FORESTALES ESTATALES

Contexto regional para la gestión pública del sector forestal

En los últimos 10 años se ha enfatizado el importante papel que desempeñan las instituciones en el crecimiento económico. Consecuentemente, los programas de los socios del desarrollo internacional y de los gobiernos están dando prioridad al fortalecimiento de las capacidades y a las reformas institucionales. Esto afecta a las instituciones forestales. Los cambios que éstas experimentarán ya no dependen sólo de factores internos al sector forestal. La agenda internacional y los programas nacionales contemplan el desarrollo de instituciones acordes con las estrategias políticas y económicas vigentes. Por tanto, existe un contexto y unos procesos de reforma que modificarán también las instituciones forestales a mediano plazo. A continuación se enumeran algunas de las características principales que dichas reformas tienden a introducir en las instituciones.

Contexto de política internacional

Se continuará favoreciendo la existencia de gobiernos democráticos y constitucionales, que lleguen al poder mediante elecciones y lo ejerzan bajo el imperio de la ley. En la región se mantendrá la democracia como sistema político predominante. Sin embargo, en algunos casos podrán originarse focos de tensión debido a la escasa capacidad de los gobiernos electos para lograr progresos tangibles en la creación de empleos, la disminución de la pobreza y desigualdad económica, y al desencanto que ello ocasiona en la población. En general, el consenso en los países de la región sobre el estado de derecho como vía institucional al desarrollo y la madurez política de sus poblaciones hacen prever que el contexto de elecciones y gobiernos civiles constitucionales será la norma hasta el año 2020. Es posible que algunos gobiernos terminen abruptamente sus mandatos, pero la democracia continuará vigente de manera general en toda la región.

En el marco de acuerdos y debates internacionales, los objetivos de desarrollo del milenio, al igual que las convenciones internacionales, conllevan compromisos y responsabilidades por parte de los países de adoptar medidas y ejecutar reformas institucionales que permitan alcanzar las metas fijadas con respecto a la pobreza y al medio ambiente. Estos compromisos se suman a las fuerzas que determinan las prioridades, estructuras y funciones que tendrán las instituciones forestales.

Asuntos clave de la agenda política. La pobreza y la desigualdad social seguirán siendo temas prioritarios en la agenda del desarrollo de América Latina y el Caribe. Con este propósito los gobiernos asumirán crecientes compromisos y responsabilidades ante sus electores para promover un crecimiento económico substancial y sostenido que se traduzca en mejores condiciones de vida para sus poblaciones.

Reformas de las instituciones forestales

Las estructuras y funciones de las organizaciones forestales estarán determinadas principalmente por los componentes del contexto institucional arriba descrito. En los próximos años, hasta el 2020, las instituciones forestales experimentarán cambios y evolucionarán hacia estructuras y funciones que podrían tener algunos de los elementos que se describen a continuación.

Estructura y función

La descentralización seguirá teniendo creciente importancia a lo largo de todo el período abarcado por el presente estudio. La descentralización refuerza la presión para que las instituciones forestales ejecuten reformas que las conviertan en organismos capaces de operar bajo criterios de buena gestión y participación de la sociedad civil, las organizaciones comunitarias, el empresariado y los gobiernos locales. Además, hace que las organizaciones gubernamentales adopten mecanismos de rendición de cuentas sobre su desempeño y procesos transparentes de toma de decisiones.

Por otra parte, si la dimensión ambiental y el desarrollo sostenible se integran en los esfuerzos de crecimiento económico y mejoramiento social (infraestructura y desarrollo rural) y se siguen adoptando enfoques multisectoriales, muchos de los temas forestales que actualmente son responsabilidad de los organismos forestales, se tratarán bajo esquemas y programas de protección ambiental y en el marco de los esfuerzos para el desarrollo sostenible de los países. Ello significará ceder, compartir y coordinar, con otros organismos y sectores del gobierno y la sociedad civil, funciones que hasta hoy se asignaban solamente al sector forestal.

Las formas más probables hacia las que evolucionarán las instituciones forestales son organismos estructurados de acuerdo a tres niveles de responsabilidades, con diferentes funciones y jurisdicciones. En el primer nivel se prevén organismos dependientes de los gobiernos centrales y con jurisdicción nacional. Se tratará de organismos pequeños, a veces autofinanciados o financiados en parte con los impuestos e ingresos procedentes de las actividades forestales nacionales. Se prevé que sus principales funciones consistirán en: salvaguardia del patrimonio sometido a conservación; coordinación de los niveles regionales y locales en el caso de los esquemas descentralizados; planificación y provisión económicamente eficiente de bienes públicos forestales; análisis de políticas, y establecimiento de metas nacionales para el sector forestal. También serán responsables de la gestión de los sistemas de información para una toma de decisiones informada y del funcionamiento adecuado de los mercados relacionados con el sector forestal. Asimismo, deberán facilitar el flujo de inversiones hacia y desde el país en actividades que ofrezcan mejores oportunidades al capital y a los medios de trabajo. Las funciones relativas a la producción de bienes comerciales se reducirán al mínimo, y las que aún persistan estarán relacionadas con la conservación y el manejo de zonas protegidas.

En el segundo plano se establecerán unidades regionales responsables de prestar orientación técnica a los niveles dependientes de los gobiernos locales (municipalidades) y de garantizar la coordinación regional. La orientación técnica se concentrará en asuntos respecto de los cuales las capacidades locales son insuficientes o que, por razones de costo, es conveniente realizar coordinadamente, como la elaboración de sistemas de manejo, la protección contra incendios forestales y la sanidad de los bosques. Una función importante de este nivel de la administración forestal será la recopilación de datos estandarizados, el monitoreo de las operaciones forestales y la evaluación del desempeño.

En el tercer nivel se establecerán unidades dependientes de los gobiernos locales y otras entidades descentralizadas. Este nivel será el más cercano a los grupos de interés y usuarios forestales, y será responsable de los principales aspectos del manejo forestal. Se espera que los conocimientos forestales de estos grupos sirvan para mejorar los sistemas de manejo en sus aspectos económicos, sociales y ambientales. En general, este nivel será esencial para lograr el uso sostenible de los recursos.

Gestión pública y sinergias con el sector privado

En términos generales la calidad de la política y de la gestión del sector forestal el año 2020, podría ser muy buena o favorable en México y en siete países de América Latina y el Caribe (Bolivia, el Brasil, Chile, Guyana, el Paraguay, el Perú y el Uruguay). Chile y el Uruguay son los líderes en la creación de contextos institucionales que promueven efectivamente el mantenimiento y el aumento de la cubierta de bosques y una contribución importante al crecimiento económico. Es de esperar que estos países atraigan el interés de los capitales internacionales y experimenten un desarrollo importante de las capacidades empresariales en el período hasta 2020. Este contexto presenta también buenas oportunidades para promover el desarrollo de empresarios forestales de pequeña y mediana escala. Es probable que la ventaja en la gestión de negocios de estos países les permita convertirse en competidores líderes, con capacidad de influenciar las inversiones y el desarrollo en otros países de la región.

Colombia, el Ecuador, el Paraguay y Venezuela tendrán que aportar mejoras en la seguridad de los derechos de propiedad, la eficacia de los reglamentos y la aplicación de la ley. En estos países la mejora del desempeño de las instituciones forestales y su respuesta a los desafíos actuales podría ser más lenta.

En Centroamérica, Belice y Costa Rica son los países que cuentan con la mejor capacidad de gestión pública y con un ambiente adecuado para la evolución de las instituciones forestales. Se espera que estos países también resulten interesantes para el flujo de capitales y las actividades del sector privado relacionadas con el uso comercial y para la conservación de los bosques. Honduras y Nicaragua se caracterizan por contextos menos favorables, y sus instituciones podrían obtener menos logros durante el período de referencia.

En el Caribe, Antigua y Barbuda, Barbados y las Islas Caimán ocupan los primeros lugares por lo que respecta a la capacidad de gestión pública. Haití, en cambio, presenta mayores debilidades.

Implicaciones de políticas de las administraciones forestales estatales

Las instituciones forestales deberán fortalecer su capacidad de establecer condiciones que estimulen actividades productivas y competitivas y un comercio amplio; todo ello en condiciones de libre comercio para los productos del sector forestal. En ciertos casos, algunas de estas funciones se asignarán a organizaciones privadas o entidades paraestatales mediante contratos, con el objetivo de asegurar la eficiencia económica en el cumplimiento de las funciones y en el alcance de las metas del sector forestal. Todo esto requiere el desarrollo de sistemas de información eficaces y de marcos reguladores, así como estándares y sistemas de certificación que promuevan una comercialización realmente competitiva.

Los índices relativos a la calidad de la gestión pública indican la existencia de grupos de países con capacidades diferentes de promover el desarrollo forestal. Esto debería servir como orientación para la asignación de prioridades en el marco de la asistencia de los socios del desarrollo y para la acción del sector privado. El análisis de las políticas y las acciones relativas a las instituciones debería atender la necesidad de elaborar índices específicos para medir el desempeño del sector forestal. Estos índices contribuirán a la determinación de prioridades y a la orientación de las inversiones y la asistencia técnica.

En base a la información utilizada en el presente estudio, Haití debería considerarse como un país que requiere un tratamiento especial en los planes de asistencia técnica de los socios internacionales y de ayuda bilateral. En cambio, Chile, Costa Rica y el Uruguay ofrecen oportunidades de realizar análisis empíricos con objeto de identificar opciones para el fortalecimiento de las capacidades institucionales en otros países de la región.

22 Los datos de Cubierta Forestal para 2000 de FRA 2000 (964,4 millones de ha) difieren de los correspondientes a 2000 (948 millones de ha) de FRA 2005, debido a que muchos países actualizaron sus datos reportando distintos valores de cubierta forestal de los enviados en 2000.

23 www.mexicoforestal.gob.mx/opinion.php?id=14&laPublicacion=11

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