Proteinas

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El segundo gran componente de los granos de sorgo y mijo es la proteína. Los factores tanto genéticos como ambientales antes analizados repercuten en el contenido de la proteína del sorgo y de los mijos. En el sorgo, la variabilidad es a primera vista grande debido probablemente a que este cereal se cultiva en situaciones agroclimáticas diversas que influyen en la composición del grano ( Burleson et al., 1956; Waggle et al., 1967; Deosthale et al., 1972a). Las fluctuaciones en el contenido proteínico del grano van acompañadas por lo general de cambios en la composición aminoácida del grano y su proteína (Waggle y Deyoe, 1966).

La calidad de la proteína está en función primordialmente de su composición en aminoácidos esenciales y para analizar la calidad de la proteína Block y Mitchell ( 1946) han introducido el concepto de puntuación quími ca. Según esta, idea el porcentaje de un aminoácido esencial que se hallaba en un déficit máximo frente a la cantidad presente en una proteína normal o de referencia se denominaba puntuación aminoácido o química de una proteína. La proteína del huevo o de la leche materna por su elevadísimo valor biológico, se consideraba como tipo de referencia. Las proteínas del sorgo y del mijo diferían en su perfil de aminoácidos esenciales (Cuadro 21). No obstante, la característica más común estriba en que resultaba que la lisina era el aminoácido más limitante en sus proteínas. El máximo déficit de lisina resultó hallarse en las proteínas del mijo de los arrozales. con un 31 como puntuación química, seguido de cerca por los 33 puntos del mijo pequeño. La proteína del sorgo con una puntuación de 37 no difería mucho en cuanto a calidad de las proteínas del mijo pequeño y de los arrozales.

CUADRO 21 Composición de aminoácidos esenciales y puntuación química de las proteínas del sorgo y del milo (mg/g)

Grano Iso-
leucina
Leucina Lisina Metio
nina
Cistina Fenila
lanina
Tiro
sine
Treo
nina
Triptó
fano
Valina Puntuación
química
Sorgo 245 832 126 87 94 306 167 189 63 313 37
Mijo perla 256 598 214 154 148 301 203 241 122 345 63
Mijo coracán 275 594 181 194 163 325 - 263 191 413 52
Mijo cola de zorra 475 1 044 138 175 - 419 - 194 61 431 41
Mijo común 405 762 189 160 - 307 - 147 49 407 56
Mijo menor 416 679 114 142 - 297 - 212 35 379 33
Mijo de los arrozales 288 725 106 133 175 362 150 231 63 388 31
Mijo kodo 188 419 188 94 - 375 213 194 38 238 55

Fuentes:FAO, 1970a: Indira y Naik 1971.

La función primordial de una proteína alimentaria es cubrir las necesidades corpóreas de nitrógeno y de aminoácidos esenciales. Según la OMS ( 1985), la puntuación química de una proteína calculada en función de la pauta de necesidades de aminoácidos esenciales como referencia sería más Objetiva e indicativa de la capacidad de la proteína de satisfacer las necesidades humanas. Tales datos sobre la puntuación química en relación con la necesidad de aminoácidos de diferentes grupos de edad (Cuadro 22) apuntan a que la capacidad inherente de las variedades existentes que se consumen comúnmente no era lo suficientemente adecuada para cubrir las necesidades de crecimiento de los niños de pecho y de los niños de corta edad, si bien todos ellos, salvo el sorgo, tal vez pudieran cubrir las necesidades de sostenimiento en los adultos.

CUADRO 22 Puntuación del aminoácido lisina para diferentes grupos de edad según el índice de la OMS de 1985

Grano Niño de pecho
(<1 año)
Preescolar
(2-5 años)
Escolar
(10-12 años)
Adulto
Trigo 43 46 62 100+
Arroz (descascarado) 57 61 82 100+
Maíz 41 43 58 100+
Sorgo 17-51 18-55 25-74 71-100+
Mijo perla 26-69 28-74 38-100+ 100+
Mijo cola de zorra 28-38 30-40 40-55 100+
Mijo coracán 39-63 41-68 56-91 100+
Mijo kodo 46-52 48-55 65-74 100+
Mijo de los arrozales 26 27 37 100+
Mijo proso 23 72 24-74 32 98 93-100+

Fuentes: OMS 1985: Hulse et al., 1980.

Las proteínas de los granos según sus características de solubilidad se clasifican generalmente en cuatro fracciones de proteínas, a saber, la albúmina, que es hidrosoluble, la globulina, que es soluble en una solución salina diluida, la prolamina, soluble en alcohol, y la glutelina, que es extraíble en una solución alcalina o ácida diluida. En estudios sobre las fracciones de solubilidad con sorgo y mijos perla, coracán y cola de zorra se han obtenido cinco fracciones de proteína (Cuadro 23). Los niveles de albúmina y globulina eran en las variedades de mijo perla superiores a las del sorgo, mientras que la prolamina de enlace cruzado, la beta-prolamina obtenidas eran superiores en el sorgo que en el mijo perla.

CUADRO 23 Distribución de las fracciones de proteina en los granos de sorgo y mijo (porcentaje de la proteína total)

Fracción

Sorgo

Mijo perla

Mijo coracán

Mijo cola de zorra

  Escala Mediana Escala Mediana Escala Mediana Escala Mediana
Albúmina+globulina 17,1-17,8 17,4 22,6-26,6 25,0 17,3-27,6 224 11,6-29,6 17,1
Prolamina 5,2-8,4 6,4 22,8-31,7 28,4 24,6-36,2 32.3 47,6-63,4 56,1
Prolamina reticulada 18,2-19,5 18,8 1,8-3,4 2,7 2,5-3,3 2,78 6,4-17,6 8,9
Sustancia gluteinoide 3,4-4,4 4,0 4,7-7,2 5,5 - - 5,2-11,9 9,2
Glutelina 33,7-38,3 35,7 16,4-19,2 18,4 12,4-28,2 21.2 - 6,7
Residuos 10.4-10,7 10,6 3,3-5,1 3,9 16,1-25,3 21.3 - 2,0
Total 91,2-94,0 92,9 78,6-87,5 83,9 74,7-83,9 78,7 - 98,0

Fuentes: Jambunathan et al., 1984 (sorgo y jo perla): Virupaksha et al., 1975 mijo coracàn): Monteneiro et al., 1982 (mijo cola de zorra).

Aparte de su perfil de aminoácidos esenciales, la fácil digestibilidad es una característica importante de una buena proteína. La evaluación de la calidad de la proteína mediante una puntuación química no tiene en cuenta la digestibilidad de la misma y los aminoácidos disponibles. Los métodos biológicos basados en mediciones del crecimiento y de la retención de N valoran la calidad nutricional general de la proteína. Estos métodos comprenden la determinación de la relación de eficiencia de las proteínas (REP), la utilización neta de proteínas (UNP), el valor biológico (VB) y la digestibilidad real de la proteína.

Sorgo

Se ha observado una gran variabilidad en la composición de la proteína del sorgo en cuanto a aminoácidos esenciales (Hulse et al., 1980; Jambunathan et al., 1984). El contenido de lisina resultaba variar de 71 a 212 mg por g de N y los valores correlativos para la puntuación química variaban de 21 a 62.

Singh y Axtell (1973a) habían identificado dos variedades de sorgo etiópico con alto contenido de lisina, la IS 11758 y la IS 11167. El contenido medio de lisina del grano entero de la IS 11758 era de 3,1 3 g por 100 g de proteína con un contenido total de proteína del grano de 17,2 por ciento. De igual modo, la IS 11167 tema un contenido elevado de lisina (3,33 g por 100 g de proteína) y contenía I 5,7 por ciento de proteína. El sorgo normal cultivado en condiciones análogas contenía un 12 por ciento de proteína y 2,1 g de lisina por 100 g de proteína. Los ensayos de alimentación en ratas han registrado una REP más alta para las variedades con alta lisina (1,78 y 2,05 respectivamente para la IS 11758 e IS 11167) mayor que para el sorgo normal (REP del 0,74 y 1,24).

Otro mutarte de lisina elevada, el P721, resultó tener un 60 por ciento más de lisina que el sorgo normal. Van Scoyoc et al. (1988) han demostrado que la elevada lisina del P721 dependía fundamentalmente del aumento de la glutelina rica en lisina y de una reducción de la fracción de prolamina de escasa lisina del grano.

Ejeta y Axtell (1987) han observado que en todos los tres sorgos de lisina elevada el contenido de lisina de su germen no era diferente, pero que el contenido de lisina de su endospermo era superior al del sorgo normal.

Naik (1968) empleando el procedimiento modificado de extracción, ha observado grandes variaciones en la pauta de distribución de las tracciones proteínicas de las variedades de sorgo. La albúmina iba del 2 al 9 por ciento de la proteína total mientras que la globulina oscilaba del 12,9 al 16 por ciento, la prolamina del 27 al 43,1 por ciento y la glutelina del 26,1 al 39,6 por ciento. Se señalaron diferencias estacionales en la pauta de distribución de las fracciones de protema (Virupaksha y Sastry, 1969) con las variedades de sorgo cultivadas en la estación rabi (seca), siendo sus valores relativamente interiores en prolamina a los de otras temporadas.

Los estudios sobre la composición aminoácido de las fracciones de proteína señalada por Ahuja et al. (1970) han demostrado que las fracciones de albúmina y globulina contentan cantidades elevadas de lisina y triptófano y en general estaban bien equilibradas en su composición de aminoácidos esenciales. Por otro lado, la tracción de prolamina era sumamente pobre en lisina, arginina, histidina y triptófano, y contenía cantidades elevadas de prolina, ácido glutámico y leucina. Resultaba que la prolamina, presente en forma de sustancias proteínicas, era una fracción proteínica predominante y estaba asociada directamente con el contenido proteínico del grano. La glutelina, que es la segunda principal fracción proteínica del grano, es un componente estructural presente como matriz proteínica en el endospermo periférico e interior del grano de sorgo.

Los estudios tanto in vitro como in vivo han demostrado una amplia variabilidad en la digestibilidad proteínica de las variedades de sorgo (Axtell et al., 1981). Para las distintas variedades de sorgo se han señalado valores que van del 49,5 al 70 por ciento (Nawar et al., 1970) y del 30 al 70 por ciento (Sileno, 1977). Elmalik et al. (1986) ha observado que en las ratas la digestibilidad de la proteína de las variedades de sorgo con una textura de endospermo intermedia y córnea fue del 70,3 y 74,5 por ciento' valor inferior al observado para la proteína del maíz (78,5 por ciento). En algunas variedades de sorgo, los polifenoles condensados con los taninos presentes en los granos constituyen otro factor que influye desfavorablemente en la digestibilidad de la proteína y aminoácidos disponibles (Bach Knudsen et al., 1 988a,b; Whitaker y Tanner, 1989).

En las variedades de sorgo sin tanino, Sikabbubba (1989) ha observado que la digestibilidad de la proteína guardaba una correlación inversa con la proteína total del grano (r = -0,548, p < 0, l ), la prolamina total (r = -0,627, p < 0,25 ), la prolamina de enlace cruzado o beta-prolamina (r = -0,647 p < 0,05) y la digestibilidad de la beta-prolamina (r = -0,727, p < 0,01). Estudios en seres humanos realizados por Kurien et al. (1960) en muchachos de 10-11 años de edad, mostraron que una sustitución progresiva del arroz por sorgo, en una dieta predominantemente vegetariana, producía una disminución progresiva de la digestibilidad de la proteína, que pasaba del 75 por ciento al 55 por ciento y una retención manifiesta del N que del 4,5 por ciento bajaba al 2,1 por ciento. También se realizaron observaciones análogas en muchachas de 10-11 años de edad alimentadas con proteínas de sorgo. En los estudios realizados sobre equilibrio del N realizados en niños de 6-30 meses, restablecidos de una malnutrición energético proteica, MacLean et al. (1981) han observado que en la alimentación las gachas preparadas a base de cuatro variedades de sorgo, incluidas dos con alto contenido de lisina (la P721 opaca y la IS11758), la digestibilidad media de la proteína era del 46 por ciento. Así pues, la digestibilidad de la proteína en el grano de sorgo resultó ser muy escasa frente a la del trigo (81 por ciento), maíz (73 por ciento) y arroz (66 por ciento) observada en análogos estudios realizados anteriormente. Sin embargo en un estudio llevado a cabo posteriormente (MacLean et u/., 1 983), los niños de corta edad alimentados con producto de sorgo descortezado y extruido registraba una gran mejora en la digestibilidad de la proteína, que pasaba del 46 por ciento al 81 por ciento y la cantidad de N retenida en una dieta a base de sorgo de grano entero se reforzaba del 14 al 21 por ciento. Los estudios in vitro (Mertz et al., 1984) realizados en el sorgo extruido también mostraban que el proceso de extrusión del grano de sorgo había mejorado la digestibilidad de la proteína y, por lo tanto, su valor nutritivo. También mejoró la digestibilidad de la proteína de sorgo después de convertir el grano en nasha unas gachas delgadas y fermentadas que se utiliza como alimento para niños de pecho en el Sudán (Graham et al., 1986). Los estudios referidos por Nicol y Phillips ( 1978) han mostrado una mejor retención del N cuando a hombres nigerianos de tipo normal se les alimentaba con sorgo machacado y aventado en casa con un contenido de fibra dietética reducido. Estas observaciones pusieron de relieve la importancia de la elaboración del grano para mejorar el valor nutritivo del sorgo. La menor digestibilidad de la proteína en el sorgo cocido se debía, según Hamaker et al. (1986), a la reducción de la solubilidad de la prolamina y a su digestibilidad por la pepsina.

Mijo perla

El mijo perla al igual que el sorgo tiene un contenido proteico que oscila generalmente entre el 9 y el 13 por ciento, pero se señalaron grandes variaciones en el contenido proteínico, que iban del 6 al 21 por ciento (Serna-Saldivar et al., 1991). La lisina es también el primer aminoácido limitante de la proteína del mijo perla y se ha señalado una fuerte correlación inversa entre el nivel de proteína del grano y el contenido de lisina de la proteína (Deosthale et al., 1971). En las variedades de mijo perla con alto contenido de proteína, que va del 14,4 al 27,1 por ciento, también se han observado fuertes correlaciones inversas entre la proteína y la treonina, la metionina y el triptófano. El perfil de los aminoácidos esenciales muestra que la lisina, la treonina, la metionina y la cistina abundan más en la proteína del mijo perla que en las proteínas del sorgo y otros tipos de mijo. Su contenido de triptófano es también más alto (Cuadro 21).

Se observa una amplia variación en el contenido de lisina de la proteína del mijo perla con unos valores que van de 1,59 a 3,80 g por 100 g de proteína. Partiendo de una puntuación química calculada en relación con las necesidades de aminoácidos para los distintos grupos de edad resultaba que el mijo perla tiene un mayor potencial para cubrir las necesidades de lisina de niños en desarrollo (Cuadro 22) que la mayoría de los otros cereales. Pushpamma et al. (1972) observaron en los ensayos de alimentación de ratas una REP del 1,84 para el mijo perla frente a un valor de 1,74 para el mijo coracán 1,46 para el sorgo y 1,36 para el maíz. Lo cual ha corroborado la opinión de que la calidad proteínica del mijo perla era muy alta en comparación con la de otros cereales. Si se enriquece la dieta de mijo perla con un 0,3 por ciento de lisina HCL, la respuesta de los animales en el crecimiento se reforzaba y casi era análoga a la dieta de los testigos alimentados con caseína (Howe y Gilfillan, 1970).

La calidad de la proteína va asociada a la pauta de distribución de las fracciones de proteína en el grano. Sawhney y Naik ( 1969) observaron una gran variabilidad en las fracciones de proteína de las variedades de mijo perla. La albúmina iba del 6 1 al 26,5 por ciento (media del 15,1 por ciento), la globulina del 3,5 al 14,7porciento(mediadel 8,7porciento),1aprolamina del 21,3 al 38 por ciento (media del 30,2 por ciento) y la glutelina del 23,8 al 37,7 por ciento
( media del 30,3 por ciento). Al igual que en el caso de otros cereales, la albúmina y la globulina abundan en el contenido de lisina y de otros aminoácidos básicos, arginina e histidina. La fracción de globulina parecía ser muy rica en ácidos aminosulfúricos. La fracción de prolaminase caracteriza por su elevado ácido glutámico, la prolina y la leucina. También resultaba ser rica en triptófano. Se encomió que la glutelina contenía más lisina y relativamente menos triptófano.

La digestibilidad real de la proteína en ratas alimentadas con mijo perla variaba dentro de un estrecho mal-gen que iba del 94 al 97 por ciento (Singh et al. 1987) y no resultaba afectada por el contenido proteínico del cereal (Cuadro 24). El contenido de energía digestible era interior en los tipos con proteína elevada debido a su alto contenido de prolamina. En los genotipos con elevada proteína en el grano, el contenido de lisina de la proteína era bajo, lo cual se reflejaba en sus bajos VB y UNP. Ahora bien, la proteína utilizable neta (porcentaje de proteína x UNP) partiendo de genotipos de elevada proteína fue de dos a tres veces superior a la de los mijos normales. Dassenko (1980) había observado que la digestibilidad de la proteína y energía en las ratas alimentadas con harina de mijo perla crudo era superior a la de las ratas alimentadas con harina de trigo crudo. Sin embargo, el daño que causa a la proteína el calor debido al tiempo más largo de cocción exigido para el c chapatti de mijo se consideraba la causa de la reducción de la digestibilidad y de la baja REP del mijo perla. Kurien et u/. ( 1961 ) había realizado estudios de equilibrio del N en muchachos de 11-12 años de un internado. La digestibilidad aparente de la proteína en una dieta a base de mijo perla era del 52,9 por ciento y el equilibrio de N era positivo.

CUADRO 24 Calidad de la proteína y energía digestible en mijos descascarillados (porcentaje)

Grano Digestibilidad real Valor biológico Utilización neta de la proteína Energía

digestible

Mijo perla (bajo en proteína) 95,9 65,6 62,9 89,9
Mijo perla (alto en proteína) 94,6 58,8 55,7 85,3
Mijo cola de zorra 95,0 48,4 46,3 96,1
Mijo común 99,3 52,4 52,0 96,6
Mijo menor 97,7 53,0 51,8 96,1
Mijo de los arrozales 95,3 54,8 52,2 95,6
Mijo kodo 96,6 56,5 54,5 95,7

Fuentes: Singh et al., 1987 (mijo perla) Geervan y I Eggum 1989 (otros mijos).

Milo coracán

El mijo coracán comparado con otros cereales comunes es relativamente pobre en contenido proteínico (Cuadro 17). Se notó una amplia variabilidad en la composición del grano, incluido su contenido proteínico (Hulse et al., 1980). Los factores tanto genéticos como ambientales parecían jugar un papel importante en la determinación de contenido proteínico del mijo perla (Pore y Magar, 1977; Virupaksha et al., 1975). La prolamina es la fracción principal de proteína en el mijo coracán (Cuadro 23). La elevada proteína de las variedades de grano blanco del mijo coracán se debía al contenido mayor de prolamina del grano y su proporción más elevada en la proteína era la causa del bajo contenido de lisina y, por lo tanto, de la menor calidad proteínica (Virupaksha et al., 1975). Las diferencias en la composición aminoácida de las distintas variedades de mijo coracán eran grandes y, como en otros cereales, el contenido tanto de lisina como de metionina de la proteína guardaban una correlación inversa con el contenido proteico del grano. Las tracciones de la proteína mostraban también amplias variaciones en su composición de aminoácidos. Aunque resultaba que las fracciones de albúmina y globulina contenían un buen complemento de aminoácidos esenciales, la proteína de la prolamina contenía mayores proporciones de ácido glutámico, de prolina, valina, isoleucina, leucina y fenilalanina, pero resultaban bajas la lisina, la arginina y la glicina. La composición aminoácida de la prolamina era casi análoga a la de la proteína del endospermo.

Los estudios hechos in vitro han demostrado que las proteínas del mijo coracán y del mijo kodo eran resistentes a la digestión de la pepsina a menos que se cocieran previamente en un autoclave durante 15 minutos o se hirvieran al menos durante dos horas en agua. Ramachandra et al. (1977) han encontrado que algunas de las variedades de mijo coracán contenían taninos condensados en proporciones de hasta el 3,42 por ciento. La digestibilidad de la proteína del grano resultaba perjudicada por el tanino del mismo. En los estudios de equilibrio de N realizados por Subrahmanyan et al. (1955), se demostró que la dieta a base de mijo coracán bastaba para obtener un equilibrio positivo en los adultos. La digestibilidad de la proteína del mijo coracán resultaba ser del 50 por ciento en este estudio y los sujetos registraban unos equilibrios positivos de calcio y fósforo.

Doraiswamy et. al. (1969) había demostrado que el complementar la dieta de proteína del mijo perla con lisina o con proteína foliar además de la lisina, mejoraba considerablemente la retención del N en niños pequeños, los cuales registraban un mayar aumento también en su talla y peso. La utilización del mijo coracán en la alimentación de niños y bebés parecía, sin embargo, estar limitada debido a la escasa digestibilidad y a la gran cantidad necesaria para cubrir las necesidades. Los estudios hechos en ratas en crecimiento habían demostrado que en el caso del mijo coracán brotado los resultados en cuanto a crecimiento de los animales eran mejores en comparación con los alimentados con grano crudo. Sin embargo, la calidad de la proteína a juzgar por la REP seguía inalterada ( Hemanalini et al., 1 980). Los granos de mijo coracán germinados con su ulterior elaboración por secado, tostado y filtrado a través de un paño daban un producto bajo en fibra dietética. Los animales alimentados con este producto como fuente de proteína mostraban una retención de calcio mejorada, lo cual se debía probablemente al bajo contenido de fibra dietética de la harina.

Los granos malteados del mijo coracán teman una actividad enzimática sacarífera considerablemente mayor, útil para la confección de cerveza. Esta actividad enzimática se ha demostrado que es superior a la del sorgo malteado, mijo perla o maíz (Reo y Mushonga, 1985). Los alimentos de destete con una baja viscosidad de la pasta caliente y una alta densidad energética se elaboraban utilizando una combinación de mijo coracán malteado, del cual se había removido la parte vegetativa, con frijol mungo. Una mezcla de 70 partes de granos malteados de mijo coracán y 30 partes de frijol mungo, con un contenido de un I 0 por ciento de leche desnatada en polvo, tenía una REP del 2,7 y una UNP del 63 por ciento (Malleshi y Desikachar, 1982). Recientemente, Dublish et al. (1988) prepararon una mezcla de arroz (42.5 partes), de mijo coracán (42,5 partes) y harina de soja desgrasada ( 15 partes) y prepararon un producto cocido extruido con una mejora considerable de la calidad de la proteína. Los valores de la REP después de la extrusión habían aumentado de 1,92 a 2,41. Se registraba una destrucción del 70100 por ciento de la actividad inhibidora de la tripsina en el producto, el contenido de tanino era inferior a las cantidades medibles y el fósforo de fitina en tanto por ciento del fósforo total se reducía en un 4-13 por ciento. Estos cambios pudieran desde luego haber contribuido a mejorar la calidad de la proteína. El mijo coracán mezclado con harina de soja desgrasada (85: 15) por extrusión tenía una REP del 2,23 frente a un valor de 1,81 para la mezcla no elaborada.

Mijo cola de zorra

La proteína del mijo de cola de zorra también es deficiente en lisina. La riqueza del aminoácido lisina (Cuadro 22) de este mijo era comparable a la del maíz (Baghel et al., 1985). Monteiro et fil. (1982) observó una gran variación en el contenido de proteína del grano y en su pauta de distribución en tracciones de diferente solubilidad. La prolamina (Cuadro 23 ) constituía la principal proteína de almacenamiento, que mostraba una correlación positiva con la proteína total del grano. La composición aminoácida de las fracciones de proteína y de la proteína total en distintas variedades ha confirmado y la lisina como el primer aminoácido limitante, seguida por el triptófano y los aminoácidos sulfurosos.

Al aumentar la proteína del grano se reducía el contenido de lisina de la proteína. Se observó que la proteína tenía un contenido elevado de leucina. Naren y Virupaksha ( 1990) han observado que la prolamina es relativamente rica en metionina aminoácida sulfúrica y que el estado sulfuroso de los suelos afecta a la síntesis de la prolamina en el grano. En sus estudios sobre la digestibilidad de la proteína i'' vitro, Monteiro et al. ( 1988) han demostrado que del 90,5 al 96,9 por ciento de la proteína en el mijo cola de zorra era digerible por la pepsina, y del 89,7 al 95,6 por ciento gracias a la papaína. La mala digestibilidad con la tripsina (21,6 a 36,9 por ciento) mejoraba con un tratamiento previo a base de ácidos. La calidad de la proteína del grano descascarado (Cuadro 24) era mínima entre los mijos menores ensayados (Geervani y Eggum, 1989). El tratamiento térmico o los complementos de la lisina mejoraban la calidad de la proteína (Geervani y Eggum, 1989).Los experimentos de alimentación en las ratas en crecimiento han demostrado que, cuando se las alimenta con un 10 por ciento de proteína el equilibrio de N mejoraba pasando del 19 al 3 I por ciento cuando la dieta a base de mijo de cola de zorra se enriquecía con lisina. La digestibilidad de la proteína y su VB también se reforzaban cuando la dieta se complementaba con lisina (Ganapathy et uf., 1957). El complementar el mijo descascarillado con garbanzas elevaba la REP de 0,5 a 2,2.

Mijo común

Aunque se ha señalado que la gama de contenido de proteína en el mijo común era muy amplia, los valores parecían hallarse más frecuentemente en el margen estrecho del 11,3 al 12,7 por ciento, con una media del 11,6 por ciento en materia seca (Serna-Saldivar et al., 1991). La proteína del mijo común es deficiente en lisina y treonina, y también es marginal su contenido de triptófano (Chung y Pomeranz, 1985). Los estudios hechos sobre la fracción de solubilidad de la proteína en el mijo común habían demostrado que más del 50 por ciento de la proteína del grano es prolamina y que la siguiente fracción más importante es la glutelina, con un 28 por ciento. Resultaba que la fracción de prolamina era escasísima en lisina, arginina y lisina frente a la fracción de albúmina y globulina, y tenía más alanina, metionina y leucina (Jones et al., 1970). Cuando se daba como única fuente de proteína (8,4 por ciento) en la dieta, la REP para el mijo común resultaba ser del 0,95. Con arreglo a los datos compilados por Kuppuswamy et al. ( 1958), la dieta a base de mijo común con 9-11 por ciento de proteína tenla una REP del 1,2 y un V B de 56. Para ver la calidad de su proteína se comparó con caseína y gluten una proteína aislada (84,8 por ciento de proteína) por extracción con solución alcalina de mijo común (Tashiro y Maki, 1977). En un ensayo de alimentación durante 21 cias en ratas jóvenes con un 10 por ciento de proteína en su alimentación, la REP del aislado proteínico del mijo común fue del 3,1 frente al 2,8 de la caseína. Los animales alimentados con harina de mijo entero como fuente de proteína dejaron de crecer. En las ratas adultas, el VB de la harina de mijo es también superior al de las demás fuentes proteínicas. En los ensayos in vitro, la proteína aislada resultaba digerible por la pepsina, y la pepsina-pancreatina pero no por la tripsina.

Otros mijos

Los mijos kodo, de los arrozales y pequeño fueron menos investigados desde el punto de vista nutricional. Los granos de mijo kodo se hallan encerrados en una cáscara dura y córnea que resulta difícil de eliminar. El contenido de fibra dietética del grano entero es muy elevado. Con un 11 por ciento de proteína aproximadamente, la calidad de ésta parecía ser mejor que la de las proteínas de otros mijos y cereales (Cuadro 24). Aparte de la lisina, la proteina del mijo kodo tiene poco triptófano (Chung y Pomeranz, 19851. Al igual que con otros cereales de consumo humano, el valor nutritivo de la proteína del mijo kodo mejoró al complementarlo con proteína de leguminosas (Rajalakshmi y Mujumdar, 1966). La REP del mijo kodo, complementada con hoja de garbanzos y hojas de amaranto aumentó del 0,9 al 1,9 (Patwardhan, 1961b).

El mijo de los arrozales y el mi jo pequeño son comparables al mijo común en su contenido de proteína y grasa (Geervani y Eggum, 1989), y ambos tienen un contenido elevadisímo de fibra dietética. Con una riqueza química de lisina del 31 y 33 por ciento, el mijo pequeño y el mijo de los arrozales son los de proteína de calidad más pobre entre los mijos existentes. Ambos son además comparables en su digestibilidad de la proteína, VB, UNP y contenido de energía digerible y, por lo tanto, en su valor nutritivo general.


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