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Parte V:
Políticas y programas de nutrición

Capítulo 33

Evaluación, análisis y seguimiento de la nutrición

Los problemas de nutrición son complejos en su etiología y hay diversos tipos de enfermedades por carencia nutricional. Saber cómo surgen es una parte sustancial para solucionarlos y, mejor aún, para prevenir los problemas nutricionales. La capacidad de predecirlos hace que la prevención sea una perspectiva más realista.

Una gran variedad de datos puede dar luz sobre los riesgos de malnutrición en una comunidad o en un país. Entre 1946 y 1975 hubo grandes encuestas nacionales de nutrición en muchos países. A menudo incluyeron una amplia gama de datos dietéticos, clínicos, bioquímicos, antropométricos y socioeconómicos. Las encuestas por lo general se diseñaron para descubrir una serie de carencias de vitaminas y minerales, así como la malnutrición proteinoenergética (MPE). Los estudios fueron muy costosos de efectuar; pues exigían laboratorios bien equipados y numeroso personal. Muchas de las primeras encuestas que se hicieron en más de 20 países, recibieron el apoyo y en gran parte se realizaron por el Comité interdepartamental de nutrición para la defensa nacional de los Estados Unidos. Después, agencias internacionales como la FAO ayudaron a los países en amplias encuestas nacionales de nutrición. En los Estados Unidos hubo en 10 estados importantes encuestas de nutrición entre 1968 y 1971.

Todas estas encuestas suministraron una gran cantidad de datos sobre el estado nutricional considerando, por lo general, una muestra representativa de la población. Desafortunadamente, en muchos casos, la recopilación de datos no parece haberse traducido en una serie de acciones para tratar los problemas nutricionales que se encontraron en las encuestas.

Hacia 1975, hubo consenso en que tales encuestas detalladas no eran necesarias, y como se creía que la MPE infantil era el problema más importante, serían más apropiadas encuestas simples, con el uso de la antropometría e indicadores dietéticos y socioeconómicos seleccionados. Las evaluaciones nutricionales se basaron cada vez más en mediciones de peso y estatura. También se dejaron de lado las encuestas nacionales para emprender más encuestas locales, y en algunos países como Kenia, para recopilar datos en forma regular con el fin de evaluar las tendencias. En la década de 1980, las encuestas antropométricas se reemplazaron, en alguna medida, por métodos rápidos de evaluación que incluían el acopio de una gama de datos más amplia, pero con metodologías nuevas. Casi al mismo tiempo hubo un cambio para recopilar datos cualitativos y cuantitativos, y realizar encuestas relacionadas con la falta de un solo micronutriente, como los trastornos por carencia de yodo (TCY).

Cuando se quiere evaluar el estado nutricional de una comunidad, es esencial definir los objetivos de la evaluación, cómo se harán los análisis y qué tipo de acciones son factibles. Es importante basarse en la experiencia y diseñar la mejor forma para obtener los datos. Por ejemplo, en el análisis de un gran campo de refugiados recientemente establecido, puede ser aconsejable recolectar no sólo datos antropométricos. Antes, cuando se evaluaba el estado nutricional en campos de refugiados, sólo en base a datos de antropometría, se pasaban por alto enfermedades por carencia nutricional como el escorbuto y la pelagra. Se puede consultar a sociólogos para decidir sobre el tipo de datos cualitativos que son más útiles y cómo se pueden recolectar y analizar.

Rara vez se justifican las encuestas grandes y costosas en las que se recopila una gama amplia de datos relacionados con la nutrición. Nunca se deben aplicar, a menos que se tenga una seguridad razonable que los datos se utilizarán para efectuar un programa de acción y que estén disponibles recursos y fondos suficientes. En muchos países, después de haber hecho estudios costosos, se ha hecho muy poco. Se ha sugerido que se debe disponer de diez veces el presupuesto que se invierte en una encuesta, para programas dirigidos a superar las carencias identificadas en ella. Por lo tanto, es importante que la información recolectada sea la mínima necesaria para evaluar o monitorear la situación, y que las encuestas se simplifiquen tanto como sea posible. Alguna información usada para la evaluación del estado nutricional de una comunidad, también se puede utilizar para la evaluación de programas y para el seguimiento nutricional.

TIPOS DE DATOS PARA EVALUACIÓN Y ANÁLISIS DEL ESTADO NUTRICIONAL

Hoy, el mayor interés de una encuesta puede ser determinar el estado nutricional de las familias a nivel local más que nacional. Los diez tipos de información siguientes pueden ser útiles para evaluar el estado nutricional de una comunidad:

Aquí solamente se discuten los primeros cinco tipos de informes, pues muy rara vez se realiza una encuesta de nutrición suficientemente amplia para obtener datos sobre todos los puntos.

Examen clínico

Los exámenes clínicos a menudo reciben baja prioridad como medio de evaluación del estado nutricional de una comunidad. Además, la mayoría de los países de África, Asia y América Latina, adolecen de falta de estadísticas vitales, de cifras exactas sobre producción agrícola y de laboratorios donde se puedan hacer exámenes bioquímicos. Es difícil obtener registros sobre los hábitos alimentarios locales y sus prácticas. En estas condiciones, los exámenes antropométricos y clínicos son la manera más sencilla, práctica y sin ninguna duda la más adecuada, para determinar el estado nutricional de cualquier grupo de individuos en particular.

El estado nutricional de una comunidad es la suma del estado nutricional de las personas que la conforman. Sin embargo, en cualquier encuesta sólo se necesita examinar un grupo representativo de individuos. Para dar una imagen real, estas personas se deben elegir normalmente al azar, y no de grupos de edades, sexo, religión, clase social o área en particular dentro de la comunidad. La estratificación del muestreo es válida bajo ciertas circunstancias. Por ejemplo, si se ejecuta una encuesta para determinar la importancia y prevalencia de la MPE infantil en una área determinada, sería acertado limitar los exámenes a los niños hasta cinco años edad. Si no se conoce la fecha exacta de nacimiento del niño, se debe calcular su edad mediante fechas de acontecimientos locales históricos, agrícolas o sociales, como índices cronológicos.

El examen clínico nutricional lo debe hacer una persona con entrenamiento médico. Aunque es posible entrenar personal no médico para reconocer condiciones como estomatitis angular, dientes jaspeados o incluso edema, la recopilación de datos clínicos por personas con conocimiento médico inadecuado puede llevar a resultados incompletos en la encuesta. Por ejemplo, una persona que busca la dermatosis del kwashiorkor o los cambios de la piel en la pelagra, debe estar además capacitada para reconocer la sarna y el eczema. Sin embargo, se puede confiar a personal no médico la recopilación de datos antropométricos (mediciones físicas).

Con el fin de evitar que se pasen por alto detalles importantes, el examen clínico debe ser sistemático. El examinador debe buscar signos específicos y su presencia o ausencia se debe registrar en un formato estandarizado. En la página siguiente se presenta la muestra de un formulario modificado que ha sido útil en África oriental.

Usando este formulario, se deberá iniciar el examen en la cabeza (cabello, ojos, boca), luego el cuerpo y por último los pies. Los signos del sistema nervioso central; que son relativamente raros, pueden en algunas oportunidades omitirse por la dificultad que presenta su examen y el tiempo que se requiere para realizarlo.

Datos antropométricos

Los datos antropométricos pueden obtenerse de médicos o personal no médico. En el primer caso se pueden incluir como parte del examen clínico nutricional. Sin embargo, en general es más sencillo y más rápido si una persona confiable, distinta al examinador médico, registra la estatura y el peso durante la encuesta.

Peso. El peso de una persona es la medida antropométrica más importante que se puede tener. En los niños su interpretación depende de conocer la edad con alguna exactitud. El peso se debe tomar con la persona desnuda o con un mínimo de ropa (pantalones cortos para los varones, vestido ligero para las mujeres), y sin zapatos.

Las pesas de resortes son menos confiables que las balanzas. En muchos países, el Fondo de la Naciones Unidas para la infancia (UNICEF) ha suministrado balanzas a clínicas y centros de salud. En los internados, casi siempre se encuentra una buena balanza en la cocina, para pesar los sacos de alimentos. Asimismo, en una aldea los comerciantes del mercado local o los propietarios de tiendas pequeñas, habitualmente disponen de una balanza que pueden prestar. Es necesario contar con balanzas especiales para bebés a fin de lograr una medida exacta del peso de los niños menores de dos años.

Estatura. La estatura es también una medida muy importante para evaluar el estado nutricional. Como ocurre con el peso, su interpretación en los niños depende de que se conozca la edad del niño o del adulto. La estatura se debe medir con el sujeto descalzo. Aunque hay diferentes tipos de equipos, la estatura se puede medir con bastante exactitud mediante un metro o una regla. Se puede usar el siguiente método.

Localizar una pared vertical que se eleve de un suelo verdaderamente horizontal. Marcar con un lápiz una línea horizontal de aproximadamente 2 cm de largo a una altura de 1 metro desde el piso (60 cm para los niños). Luego, con cinta engomada, masilla o un chinche, asegurar la parte inferior de una cinta métrica de 1 metro de largo, para que corresponda con la línea marcada en la pared. Fijar la parte superior de la cinta métrica que ahora debe estar a dos metros de distancia del suelo. La persona que se va a medir se debe parar contra la pared mirando hacia el frente (Figura 17). La estatura de la persona se determina con un bloque de madera en ángulo recto sobre la pared. Es adecuado utilizar un bloque rectangular con dimensiones de 30 × 10 × 20 cm, aunque un bloque triangular de las mismas dimensiones, según se muestra en la Figura 17, es más fácil de manejar.

Historia clínico nutricional (uso médico)

Nombre ..................................
Sexo .......................................
¿Embarazada? .......................
Altura ......................................
Hemoglobina ..........................
Hematocrito ............................

Cabello

1. ¿Falta de brillo? ..........................................
2. ¿Despigmentación (cambio de color)? ........
3. ¿Cambio de textura (delgado o escaso)? ....
4. ¿Fácilmente desprendible? .........................

Rostro

1. ¿Cara de luna llena? ......................
2. ¿Pálido? .........................................

Ojos

1. ¿Xerosis conjuntival o xeroftalmía?.............
2. ¿Queratomalacia?.......................................
3. ¿Engrosamiento conjuntival o arrugas?.......
4. ¿Manchas de Bitot?.....................................
5. ¿Inyección o vascularización conjuntival?....
6. ¿Cicatrices corneales?.................................

Boca

1. ¿Estomatitis angular?...............................
2. ¿Queilosis de los labios?..........................
3. ¿Cicatrices angulares?.............................
4. ¿Encías esponjosas o sangrantes?...........
5. ¿Dientes jaspeados?................................
6. Número de dientes con caries (C)............
7. Número de dientes perdidos (P)...............
8. Número de dientes obturados (O).............
9. Total dientes CPO....................................

Glándulas

Tiroides....................................................
Bocio.......................................................
Grado (0,1,2,3)........................................
Agrandamiento de las parótidas..............
Pecha......................................................
Edad.......................................................
¿Lactando?.............................................
Peso........................................................
Circunferencia del brazo..........................
Espesor piel del tríceps............................

Piel

1. ¿Xerosis? (seca escamosa)............................................
2. ¿Hiperqueratosis folicular?.............................................
3. ¿Mosaico? (pavimento cuarteado)..................................
4. ¿Dermatosis pelagrosa?.................................................
5. Hemorragias en la piel? (petequias o equimosis)...........
6. ¿Dermatosis como pintura descascarada?......................
7. ¿Dermatosis escrotal o vulvar?.......................................
8. ¿Edema?........................................................................
9. ¿Úlceras?.......................................................................

Músculos

1. ¿Emaciación?............................

Esqueleto

1. ¿Agrandamiento epifisiario?........................................................................
2. ¿Engrosamiento de las costillas (rosario raquítico)?....................................
3. ¿Deformidades esqueléticas?......................................................................
4. ¿Hematomas subperiósticos?......................................................................

Sistema nervioso central (SNC)

1. ¿Cambio psicomotor (apatía, miseria, etc.)?...............
2. ¿Pérdida sensorial?....................................................
3. ¿Dolor en la pantorrilla?..............................................
4. ¿Pérdida de reflejos (rótula y talón)?...........................
5. ¿Debilidad motora?.....................................................

Sistema interno

1. ¿Hepatomegalia?............................
2. ¿Esplenomegalia?...........................

Anotaciones (incluir otras anormalidades)..........
............................................................................
............................................................................
............................................................................

La medición de longitud de los niños pequeños es más difícil. Un aparato adecuado consiste en una tabla plana de 120 × 40 × 2 cm con una cabecera de 30 cm de alto, fija en ángulo recto a un extremo de la tabla. El bloque triangular usado para medir la estatura se puede usar como una pieza deslizante que contacte con los pies del niño. Una cinta metálica se fija a la tabla para hacer lecturas en centímetros.

Una alternativa menos satisfactoria es mover una banqueta plana de madera, de las que se encuentran en la mayoría de las clínicas y colegios, contra la pared en una esquina de la habitación y medirla en centímetros a partir de 50 cm de la pared y aumentar hasta 150 cm. El triángulo se utiliza de nuevo como pieza para los pies.

FIGURA 17
Medición de la estatura

Medición de la estatura sobre un piso nivelado contra una pared vertical

Bloque triangular para medir la estatura

Medición de la estatura o longitud de los niños

Cuando se mide la longitud de un bebé o de un niño menor de un año, éste debe estar acostado y estirado por completo (véase el Figura 17). Para fines de investigación o en los casos que se tenga buena disponibilidad de fondos, se pueden utilizar aparatos para medición de estatura (infantómetros y tallímetros) disponibles en el comercio.

Mediciones seriadas. Una serie de lecturas de peso y/o estatura de una persona a intervalos, por ejemplo, mensuales, proporciona información valiosa. En un adulto, la pérdida de peso indica que la ingesta de energía está por debajo del gasto energético. El aumento de peso indica una ingesta mayor de energía que la necesaria. En los adultos, se pueden utilizar mediciones seriadas de peso, por ejemplo durante una hambruna, a fin de determinar si las medidas de socorro son adecuadas, o en un año normal para establecer si se presenta disminución de peso durante la estación de hambre. En los niños, las mediciones mensuales de estatura y peso ofrecen un registro muy valioso sobre el progreso del niño y su estado nutricional. Vale la pena mantener un registro de las mediciones de estaturas y pesos de los niños en los colegios, clínicas e inclusive en los centros comunales. Las mediciones pueden realizarlas personal médico o no médico. Las mediciones seriadas de peso son muy útiles aunque no se tengan las correspondientes a estatura.

Si se cuenta con mediciones individuales de peso o estatura, éstas se pueden comparar con el peso o estatura estándar. El peso o la altura de cada niño se puede expresar como un porcentaje del esperado para su edad o en términos de desviaciones estándar de los valores Z. Las tablas estandarizadas para peso, estatura y otras medidas antropométricas figuran en el Anexo 2, basadas en los valores de referencia del Centro Nacional de Estadísticas Sanitarias de los Estados Unidos (NCHS), recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Peso por estatura. Cuando se ha medido el peso y la estatura, es posible determinar si el niño está cerca del peso estándar con respecto a la estatura. Inclusive si no se conoce la edad del niño, es posible evaluar el estado nutricional hasta cierto grado, si se expresa el peso como porcentaje del esperado para la estatura o longitud del niño o en términos de desviaciones estándar del puntaje Z. Esta cifra brinda una medida relativa de lo delgado que está el niño. Otro método utilizado comúnmente es calcular el índice de masa corporal (IMC) (véase el Capítulo 23 para mayor detalle).

Circunferencia del brazo (CB). La medición de la circunferencia de la parte superior del brazo izquierdo, en el punto medio entre el acromion del hombro y el olécranon del codo se utiliza cada vez más como índice del estado nutricional. Para tomar la medida se deben utilizar cintas métricas de fibra de vidrio que no estiran. Este método no es tan confiable como la medición del peso y la estatura para determinar el estado nutricional, pero tiene la ventaja de ser poco costoso y útil cuando no se tienen balanzas. Además, entre los ocho meses y los cinco años de edad, la circunferencia estándar del brazo aumenta muy poco. Una circunferencia del brazo por encima de 13,5 cm se puede considerar normal para niños de uno a cinco años de edad. Una CB entre 12 y 13,5 cm indica malnutrición moderada, y por debajo de 12 cm indica una malnutrición más grave. La medida CB puede ser muy útil para el uso de personas con mínimo entrenamiento o para evaluar el estado nutricional en áreas de hambruna.

Circunferencias de la cabeza y del tórax. La circunferencia de la cabeza se puede medir con la misma cinta métrica que se utiliza para la CB. La cinta se coloca horizontalmente alrededor de la cabeza a un nivel justo por encima de las cejas, las orejas y la prominencia mayor en la parte posterior de la cabeza. La circunferencia de la cabeza se relaciona con el tamaño del cerebro, pero el tamaño del cerebro necesariamente no tiene relación con la inteligencia.

La circunferencia del tórax se mide horizontalmente a la línea de la tetilla. Hasta los seis meses de edad, la circunferencia de la cabeza casi siempre es mayor que la del tórax. Los niños mayores de 12 meses de edad con una circunferencia mayor que la del tórax son anormales; esto evidencia un deficiente crecimiento del tórax.

Espesor del pliegue cutáneo. El espesor del pliegue cutáneo sólo se puede medir si se dispone de calibradores del pliegue cutáneo (Foto 69). Este instrumento se ha diseñado para medir el espesor de la piel y la grasa subcutánea, mediante una presión constante sobre un área conocida. Los dos sitios más utilizados para esta medición son el tríceps y la región subescapular. La medición es de gran valor para evaluar la cantidad de grasa y, por lo tanto, la reserva de energía en el cuerpo. Desgraciadamente, este instrumento rara vez se tiene en hospitales pequeños, centros de salud y clínicas, situación que se podría corregir con facilidad, pues el instrumento no es costoso. Los dos tipos de calibradores de pliegue cutáneo que se utilizan con más frecuencia son el Harpenden hecho en el Reino Unido y el calibrador Lange fabricado en los Estados Unidos.

Exámenes de laboratorio

Muchas pruebas de laboratorio son importantes para determinar el estado nutricional, pero pocas se pueden realizar en este momento fuera de los hospitales grandes. Aquí sólo se mencionan los exámenes que son ampliamente disponibles.

Hemoglobina. Una evaluación correcta del nivel de hemoglobina es la información de laboratorio más importante que se puede obtener en cualquier encuesta de nutrición. Pocas veces existe disponibilidad de hemoglobinómetros exactos en hospitales de distrito, centros de salud y clínicas. Sin embargo, hoy se cuenta con algunos hemoglobinómetros económicos y fáciles de usar que son razonablemente exactos.

En hospitales e investigaciones de campo se recomienda el método de la cianometahemoglobina. La sangre se obtiene del pinchazo de un dedo, lóbulo de la oreja o talón. Se toman dos muestras de 0,02 ml de sangre a las que se les agrega la solución de Drabkin (solución de cianuro-ferricianuro). Se debe almacenar la muestra en un lugar fresco y protegido de la luz solar. El nivel de la hemoglobina se determina después el mismo día, con un espectrofotómetro u otro equipo.

Hematócrito o volumen de células empacadas (VCE). Esta determinación es también importante para realizar el diagnóstico de la anemia. Se utiliza un tubo capilar que se llena de sangre ya sea de una vena o de una punción en un dedo. La muestra se coloca en una centrífuga eléctrica estándar o manual, y se separan los glóbulos rojos del plasma. El hematócrito o VCE es el porcentaje del volumen de sangre compuesta por glóbulos rojos.

Recuento de glóbulos rojos y película de sangre. El recuento de hematíes no es fácil de realizar y agrega poca información a las pruebas mencionadas. Sin embargo es fácil preparar una película delgada de sangre en una placa de vidrio. Esto es útil, pues permite observar el tamaño y la uniformidad de las células sanguíneas. Se puede utilizar este método para facilitar el diagnóstico de malaria y de las hemoglobinopatías que también pueden causar anemia.

Proteína sérica. La determinación del total de proteína sérica y especialmente la albúmina sérica y niveles de globulina sólo se pueden realizar en un laboratorio bien equipado. Estos datos son útiles en casos de kwashiorkor, pero no lo han sido en el diagnóstico de la malnutrición proteinoenergética (MPE) leve o moderada.

Examen de materia fecal, orina y sangre para parásitos. Después de medir la hemoglobina, los exámenes de laboratorio más importantes en una encuesta de nutrición no son estrictamente nutricionales. No hay duda de que la infestación parasitaria y la malnutrición se relacionan íntimamente. El médico nutricionista debe examinar a la persona y a la comunidad en todos los aspectos que tienen conexión con la salud pública. Por lo tanto, se deben realizar exámenes de las heces para detectar huevos de uncinaria, ascárides, Trichuris, Schistosoma mansoni y otros parásitos; de orina para determinar albúmina, cilindros y Schistosoma haematobium, y de sangre para descubrir parásitos de malaria. Todos estos exámenes se hacen con facilidad en la mayoría de las clínicas. Se requiere únicamente de un microscopio, una centrífuga manual, material de vidrio de laboratorio y unos cuantos reactivos simples. Se deben tomar precauciones para la toma y disposición de las muestras. Si se puede, se deben practicar pruebas cuantitativas que definan la carga parasitaria.

Durante las encuestas de nutrición puede ser mejor efectuar estos exámenes en un día separado o durante la tarde, después de hacer las evaluaciones clínicas en la mañana. En una comunidad grande es ventajoso restringir estos exámenes a un grupo en particular, por ejemplo todos los niños en la escuela local. Los resultados darán un cuadro razonable sobre la ocurrencia de enfermedades, como malaria y uncinariasis en la comunidad. Es más fácil e higiénico (sobre todo para exámenes de materia fecal) trabajar con grupos seleccionados antes, que recolectar muestras de individuos que vienen de sitios distintos y se reúnen masivamente en un centro de salud para un examen clínico.

Pruebas bioquímicas. Hay ciertas pruebas bioquímicas (véanse los Capítulos 13 a 20) que son útiles para evaluar la carencia de casi todos los minerales y vitaminas. Incluso en muchos países en desarrollo, la carencia de vitamina A y los trastornos por carencia de yodo (TCY) son importantes problemas de salud pública, pero muy pocos hospitales locales cuentan con laboratorios que puedan realizar los exámenes que permitan descubrir estas carencias. Asimismo, en los países donde se presenta pelagra, arriboflavinosis y raquitismo, hay muy pocos laboratorios que puedan evaluar estas condiciones.

El Cuadro 37 enumera las más importantes carencias de nutrientes e indica los exámenes de laboratorio utilizados para su evaluación.

Encuestas alimentarias

Una evaluación exacta del consumo de alimentos en una comunidad requiere mucho más tiempo del que lleva obtener un cuadro sobre su estado nutricional por medio de exámenes clínicos o antropométricos. Hay dos tipos principales de encuestas alimentarias. Uno se basa en la observación directa de una muestra de la población, a la que se mide y pesa sus alimentos en un período determinado. El otro se basa en encuestas con un número mayor de individuos a quienes se les pregunta sobre su alimentación. Cada uno de estos estudios tiene una desventaja: el primero es muy dispendioso y el segundo depende de la memoria, integridad e inteligencia de las personas a quienes se aplica el cuestionario. Ningún método toma en cuenta el consumo en el pasado, ni la composición de los alimentos. Estos métodos no se justifican ni son prácticos. En general, es mejor utilizar métodos más directos y sencillos, que aporten datos sobre las causas de la malnutrición y sugieran acciones correctivas. A continuación se describen los diversos métodos de estudios alimentarios existentes.

Observación. La única forma de evaluar la ingesta alimentaria es pesar y medir con exactitud todos los alimentos que las personas comen en un período de tiempo representativo. El equipo encuestador visita los hogares y pesa y mide todos los alimentos que se preparan, cocinan y consumen, así como los que se eliminan o desechan.

Si es posible, se debe medir la proporción de la cantidad total de alimentos preparados y los consumidos por cada individuo. (Esto es difícil en países donde los miembros de la familia casi siempre se alimentan de una sola olla o plato común.) Después de calcular el consumo diario promedio de cada persona, se requiere calcular la cantidad de cada nutriente consumido por los miembros de la familia, con tablas cuantitativas de los constituyentes alimentarios.

Una encuesta alimentaria de este tipo requiere un equipo encuestador integrado por dos personas como mínimo, que puedan cubrir de dos a cuatro familias en cada instancia y un promedio de 20 familias por mes. Es esencial tener hogares en verdad representativos mediante una muestra pequeña de población que sea estadísticamente significativa, en vez de tratar de cubrir a más familias en una forma menos cuidadosa.

Indagación o recordatorio. La investigación directa no da información muy exacta sobre la cantidad de energía y nutrientes consumidos. Sin embargo, ofrece una idea sobre la frecuencia del consumo de alimentos, los métodos de preparación y cocción y detalles sobre los alimentos que usualmente se consumen.

En los países en desarrollo, es muy común que el encuestador visite y haga preguntas a la esposa del jefe de hogar. Todas las respuestas se registran en un formulario. Este tipo de averiguación depende en gran parte de la memoria de quienes suministran la información y además de su actitud hacia el entrevistador. A menudo se dan sin querer respuestas falsas, o puede que la persona entrevistada tenga algún motivo oculto para engañar al encuestador. Por ejemplo, si las personas consideran que las preguntas se están haciendo para determinar si deben recibir o aumentar las raciones de alivio de la hambruna, entonces es muy natural que digan que están comiendo muy poca cantidad y variedad de alimentos. En cambio, si consideran que el entrevistador trata de evaluar su estándar de vida o su nivel económico, el orgullo local influirá para que exageren la cantidad y variedad de alimentos que consumen.

El método más común es pedirle a la persona que recuerde qué consumieron durante el período previo de 24 horas. Esto se denomina el método recordatorio de 24 horas. Es útil contar con todas las medidas locales disponibles (plato, taza, cucharas) de manera que la persona que responde pueda indicar la cantidad aproximada consumida.

Otro método de encuesta es tener una persona alfabeta para completar un cuestionario. Por ejemplo, los niños escolares reciben un cuestionario en el que se les pide que escriban durante una semana, cada mañana, qué comieron durante las últimas 24 horas. El proceso se debe repetir en diferentes estaciones del año. Este tipo de encuesta da indicación útil sobre patrones alimenticios sin señalar la cantidad de alimentos consumidos, los alimentos básicos de cada hogar, la frecuencia en el consumo de ciertos alimentos, como carne, pescado, huevos, frutas o verduras, variaciones estacionales en las dietas, etc. Las encuestas sobre frecuencia de consumo de alimentos se pueden realizar con otros grupos de personas. Suministran información cualitativa y no cuantitativa.

Observación e interrogatorio combinado. En un método combinado, el encuestador va a los hogares seleccionados con anterioridad y le pide a la persona responsable que le muestre los alimentos que va a cocinar para la familia ese día. Estos alimentos luego se pesan en forma exacta, se registra además el número, sexo y edad de las personas que viven en el hogar y se continúa con el hogar siguiente. Obviamente con este método se pueden cubrir mucho más familias por día, que con un estudio alimentario detallado como el descrito antes.

Sin embargo, puede suceder que quien responda el cuestionario no sepa cuánto alimento va a utilizar ese día, o pueda exagerar la cantidad. Ese tipo de estudio no toma en cuenta la pérdida de alimentos o el desperdicio, ni tampoco indica qué consumen los miembros de la familia. El médico nutricionista de modo habitual quiere saber lo que comen los niños o la mujer embarazada y no lo que se prepara para toda la familia.

Cuadro 37
Manifestaciones importantes de las enfermedades por carencia nutricional

Enfermedad

Nutriente

Prevalencia

Manifestaciones clínicas

Exámenes de laboratorio

Malnutrición proteinoenergética: kwashiorkor, marasmo nutricional

Proteína y energía

Muy alta

Retardo en el crecimiento y emaciación; en el kwashiorkor: edema, dermatosis como pintura descamada, hepatomegalia, cambio en el cabello, signos mentales; en el marasmo: pérdida de grasa subcutánea, emaciación extrema

En el kwashiorkor: proteína sérica total baja y muy bajos niveles de albúmina sérica.
Bajos niveles de enzimas digestivas; en el marasmo: hidroxiprolina urinaria baja

Xeroftalmía

Vitamina A

Alta

Ceguera nocturna, xerosis conjuntival.
Manchas de Bitot; xerosis corneal y ulceración; queratomalacia, cicatrices de la cornea

Bajo nivel sérico de vitamina A; alteración de respuesta a dosis relativa; cambio citológico de células conjuntivales

Beriberi, encefalopatía de Wernicke

Tiamina (vitamina B1)

Moderada/baja

Debilidad; neuropatía periférica; pérdida de reflejos; ataxia; pérdida de peso; edema; disnea; falla cardíaca.
En niños: taquicardia, afonía, falla cardíaca.
En síndrome de Wernicke: ataxia, signos oculares, psicosis

Baja actividad transquetolasa eritrocitaria en la sangre total; bajo nivel de tiamina urinaria en muestra de orina de 24 horas o de creatinina por gramo; bajo nivel de tiamina en la sangre total

Arriboflavinosis

Riboflavina

Alta

Queilosis de los labios; estomatitis angular, glositis; dermatitis seborreica a menudo en genitales

Niveles altos de glutatión reductasa eritrocitaria; bajos niveles de riboflavina urinaria en muestra de orina de 24 horas o por gramo de creatinina

Pelagra

Niacina

Moderada/baja

Dermatitis fotosensible en áreas expuestas a la luz solar; diarrea; estomatitis; confusión mental, depresión y psicosis

Bajos niveles de N-metil-nicotinamida urinaria en muestra de orina de 24 horas o por gramo de creatinina; bajo nivel de niacina en la sangre total

Escorbuto

Acido ascórbico (vitamina C)

Bajo

Papilas frágiles inflamadas entre los dientes, encías sangrantes, petequias y otras hemorragias en la piel; depresión, debilidad.
En los niños: hinchazón de los huesos; posición en ancas de rana

Baja vitamina C en leucocitos; bajos niveles de ascorbato sérico

Anemia megaloblástica

Folato, vitamina B12

Mediana

Anorexia; cansancio; disnea; edema en los tobillos; queilitis

Baja hemoglobina; hipersegmentación de leucocitos polimorfonucleares; hematíes megaloblásticos; hematíes macrocíticos; bajos niveles de folato sérico

Osteomalacia, raquitismo

Vitamina D

Moderada/baja

En raquitismo: craneotabes, deformidades óseas, rosario raquítico por agrandamiento uniones condrocostales, piernas en arco, xifosis, cráneo agrandado.

En osteomalacia: hinchazón ósea y dolor; xifosis y deformidades óseas; marcha de pato; tetania
Bajo nivel de 25-hidroxicolecalciferol en plasma; aumento fosfatasa alcalina plasmática

Anemia microcítica

Hierro

Muy alta

Cansancio, debilidad, disnea, palidez de la lengua, lecho de la uña y conjuntiva; ocasionalmente prurito

Niveles bajos de hemoglobina; ferritina sérica; saturación de transferrina; niveles altos de protoporfirina eritrocitaria libre; hematíes microcíticos hipocrómicos

Trastornos por carencia de yodo (TCY), coto, cretinismo

Yodo

Muy alto

Agrandamiento glándula tiroides.
En niños nacidos de madres con carencia de yodo: cretinismo, retardo mental, sordomudez, estrabismo

Bajos niveles de yodo urinario

Carencia de zinc

Zinc

Bajo

Acrodermatitis enteropática con dermatitis ampollada; enanismo, hipogonadismo

Disminución niveles de zinc en plasma

Caries dentales

Flúor (más otras causas)

Muy alta

Lesiones y caries dentales; pérdida de dientes; exceso de flúor causa fluorosis dental


Una encuesta en África oriental con este método, bajo la dirección de expertos en estadística, concluyó que las personas estudiadas consumían más de 5 000 kcal diarias per cápita. Pero en esta región existía malnutrición y desnutrición y se supo que probablemente los entrevistados sólo consumían 2 200 kcal. Sin duda, el promedio de las familias encuestadas trató de impresionar al observador de lo bien que estaban viviendo. Reduciendo errores por azar y sistemáticos. En casi todos los métodos para obtener información alimentaria, existen errores comunes que hacen que los datos no sean confiables o lleven a conclusiones equivocadas. Estos errores pueden ser al azar o sistemáticos. Se deben tomar varias precauciones, incluso controles de calidad para reducir algunos de estos errores. Ninguna medición sobre evaluación alimentaria es completamente precisa.

Los errores al azar se relacionan con la precisión del método de encuesta que se siga. Si el número de datos se incrementa, la influencia del error aleatorio en las conclusiones se reduce en gran parte. Muchos de éstos errores se contrarrestan entre sí, y por lo tanto son de menor preocupación que los errores sistemáticos.

Los errores sistemáticos no se reducen al aumentar el número de observaciones y en general no se anulan entre sí. A menudo son acumulativos y pueden aumentar cuando se obtiene un mayor número de informes. Por lo tanto, son un problema más preocupante que los errores debidos al azar.

Los errores sistemáticos pueden resultar de varios tipos. Por parte del entrevistador se puede tratar de anotar mal las respuestas, no hacer ciertas preguntas o no asegurarse que la persona entienda las preguntas. Los que comete la persona que se entrevista incluyen el suministro de información no veraz pero que considera es la respuesta «deseada» (quizá para causar una buena impresión o aparentar una mejor o peor situación de la real), subdimensionar o sobredimensionar el consumo de ciertos alimentos, o no entender ciertas preguntas.

Otras causas importantes de error en las encuestas alimentarias se relacionan con la dificultad de calcular el tamaño de las porciones o del alimento consumido; olvidar los alimentos consumidos y no mencionar los alimentos que se comen entre comidas. Estos errores también se pueden presentar al convertir los resultados registrados en la encuesta a cantidades de alimentos en gramos y mililitros, y en el cálculo de los nutrientes consumidos. También puede haber errores de codificación.

Los métodos que se deben utilizar para tratar de minimizar los errores incluyen: control de calidad, entrenamiento, reentrenamiento y supervisión de los entrevistadores, codificadores y analistas de datos; utilización de métodos de entrevista estandarizados y buenos formularios para obtener los informes; uso consistente de buenos modelos de alimentos de tamaños distintos, y de medidas y utensilios que se utilizan habitualmente en los hogares; y por último, lograr que los trabajadores en las encuestas y las personas del estudio, entiendan la importancia vital de la información exacta. Los entrevistadores deben reconocer que es mucho mejor admitir los errores que tratar de ocultarlos o falsificar los datos. Las personas que responden deben estar convencidas que es preferible admitir que no saben o recuerdan algo, que suministrar una respuesta falsa.

Estadísticas vitales

Las estadísticas vitales se relacionan con los nacimientos y las muertes en la comunidad. Desgraciadamente, no hay un registro exacto de estadísticas vitales en todos los países, ni existe probabilidad de que se logre en un futuro cercano. Sin embargo, las estadísticas vitales son básicas como indicadores del estado nutricional y para otros propósitos, aunque solo se recolecten en áreas pequeñas. La tasa de mortalidad infantil (muerte durante el primer año de vida) da una buena idea sobre el estado nutricional y de salud de la comunidad. La tasa de mortalidad neonatal (muerte dentro del primer mes de vida) y la tasa de nacidos muertos son datos también útiles.

En los países en desarrollo, la tasa de mortalidad preescolar (TMP) o muertes entre el primero y quinto año de vida, son datos mucho más útiles para el nutricionista que cualquier otro tipo de información. Los valores TMP en general son un excelente indicador de la ocurrencia de malnutrición proteinoenergética (MPE), aunque no describan necesariamente el estado nutricional de toda una comunidad.

La TMP usualmente da una clara indicación del estado de desarrollo comparativo de un país. Por ejemplo, en Escandinavia, la ex Unión Soviética, en América del Norte y el Reino Unido, la TMP está por debajo del 1 por 1 000, mientras que en gran parte de Asia y África, es por lo menos 35 veces mayor. La tasa de mortalidad infantil es aproximadamente del 7 por 1 000 en Suecia, y 35 a 150 por 1 000 en la mayoría de los países africanos.

Aunque es casi imposible que un solo encuestador o un equipo recopilen estadísticas vitales exactas, casi siempre se cuenta con algún tipo de información sobre estos datos. Por ejemplo, durante una encuesta se pueden hacer dos preguntas sencillas a todas las mujeres casadas en edad fértil:

De estas cifras, se puede obtener información sobre la cifra relativa de niños que han fallecido y también alguna indicación sobre la tasa de fertilidad. Un interrogatorio cuidadoso puede dar datos sobre la edad aproximada de los niños vivos y un cálculo de la edad en la que los otros fallecieron. Es importante averiguar la causa del fallecimiento, que si se hace en forma cuidadosa, puede aportar información útil.

Se debe enfatizar que la información recopilada de esta manera, suministra sólo cálculos aproximados sobre las verdaderas cifras, pero sin embargo, son muy útiles y tendrán que ser suficientes hasta tanto se cuente con información adecuada sobre estadísticas vitales.

Otros datos útiles

Como se indicó antes, otros tipos de informes son útiles para evaluar el estado nutricional, e incluyen otras estadísticas de salud e información médica. Las tasas de diarrea, incidencia de sarampión y otras enfermedades que tienen que ver con el estado nutricional. (véase el Capítulo 3 sobre las relaciones de la nutrición con infección, salud y enfermedad).

Como la seguridad alimentaria véanse los Capítulos 2 y 35) depende en parte de la producción alimentaria, los datos agrícolas son útiles para juzgar la probabilidad de seguridad alimentaria y sus relaciones con la nutrición. Los datos económicos suministran informes para juzgar el ambiente nutricional de una comunidad o país. Las cifras sobre ingresos, capacidad adquisitiva, precios de los alimentos y su distribución, son de gran utilidad. Los datos obtenidos normalmente por los científicos en alimentos son útiles para juzgar el estado nutricional, la calidad de los alimentos y la seguridad alimentaria.

Técnicas de evaluación rápida y participativa

En el campo de la nutrición, como en el social, el agrícola y en otros campos, se ha comprobado cada vez más la importancia y las ventajas que brindan los métodos participativos para obtener informes. Comprometer a los miembros de la comunidad y a los beneficiarios potenciales, en la etapa de recopilación de datos, puede ser sumamente valioso. La participación activa de la comunidad en la evaluación y análisis, en vez de hacerlo únicamente en la etapa de acción de un proyecto o actividad, es de gran utilidad. Contribuye a la educación del público, a la movilización de recursos locales, para valorar a la gente y mantener el éxito de las acciones tomadas. Los miembros de la comunidad, ya sea que vivan en la ciudad o en áreas rurales, llegan a comprender su estado de salud, su situación de nutrición y las causas subyacentes de los diversos problemas. Ofrecen opciones alternativas para el cambio y desempeñan una parte importante en la ejecución de las acciones. Este tipo de desarrollo participativo, que ahora se sugiere para la nutrición, lo describió muy bien Paulo Freire hace 30 años en Brasil. Lo denominó «concientización» de la comunidad, o ayudar a los miembros de la comunidad a ser más conscientes sobre las causas y consecuencias de los problemas nutricionales, y más importante aún, cómo poder trabajar en conjunto para prevenir y superar tales problemas.

En las últimas décadas han surgido una serie de técnicas nuevas como herramientas para ejercicios de evaluación participativa. Entrevistas semiestructuradas, ya sea con personas seleccionadas o grupos objetivo, combinadas con observación («paseos informales») y técnicas de visualización (como cartografía, calendarios estacionales, ejercicios jerarquizados, cronogramas, y diagramas de Venn). Estas técnicas son particularmente útiles para entender los hábitos y las creencias alimentarias de la gente, derechos a recibir alimentos, restricciones existentes, así como el papel de los diversos miembros de la familia con respecto a la nutrición (seguridad alimentaria del hogar, salud y cuidados). La selección de técnicas y su combinación la determinarán las necesidades de datos y las limitaciones de tiempo de los miembros de la comunidad. Es esencial hacer una verificación cruzada de los datos obtenidos por diferentes técnicas. Se debe analizar la información en forma regular para identificar inconsistencias y los vacíos que se deben estudiar en la fase siguiente de la evaluación.

La mejor forma de realizar una evaluación participativa es mediante el esfuerzo conjunto de la comunidad y el personal local de desarrollo, porque es un proceso continuo y debe ser parte integral de las actividades de desarrollo comunitario (para identificar y seleccionar las actividades que promuevan la seguridad alimentaria y la nutrición en el hogar, el seguimiento, la evaluación y la reformulación de actividades).

Otro cambio importante para obtener datos a fin de evaluar la situación nutricional de las comunidades consiste en incorporar métodos rápidos de análisis. Estos ejercicios rápidos ayudan a tener una idea inicial de la situación e identifican los puntos en los que se requiere información adicional. Se pueden complementar con estudios formales o recopilación rutinaria de datos. Los métodos rápidos se han tomado de la antropología y otras ciencias sociales para lograr datos cuantitativos y cualitativos, que prometen ser promisorios si se utilizan adecuadamente, pues aportan información práctica sin necesidad de métodos de encuesta más complejos o muestras muy grandes. Aunque la evaluación rápida la realizan casi siempre expertos internacionales o nacionales, debe incluir también personal local responsable de programas de desarrollo, con capacidad de garantizar el seguimiento del proceso dentro de sus actividades regulares.

SEGUIMIENTO NUTRICIONAL

El seguimiento nutricional es un conjunto de actividades para reunir información que ayude a tomar decisiones y a establecer políticas y programas que han de influir sobre el estado nutricional de una población. Generalmente incluye la recolección regular y oportuna, el análisis y la transmisión de datos relevantes a la nutrición. El seguimiento se diferencia de las encuestas en que implica la recolección periódica o continua de datos.

Durante muchos años se han recopilado varios tipos de información nutricional, a menudo para tomar decisiones, pero el seguimiento nutricional se convirtió en una actividad central de la planificación nacional en nutrición sólo a partir de 1976, después de un informe del Comité Conjunto de Expertos FAO/UNICEF/OMS, bajo el título Metodología para el seguimiento nutricional (OMS, 1976).

Como el estado nutricional depende de factores muy variados, el seguimiento de la nutrición y los indicadores nutricionales pueden provenir de diversas disciplinas y pueden ser de distintas clases, que van desde datos meteorológicos hasta los de producción alimentaria y estado nutricional de las personas.

Asimismo, como la nutrición depende de condiciones sociales, económicas, de salud, agrícolas y otras, el estado nutricional de una población se puede utilizar como indicativo del desarrollo general de una sociedad. Los indicadores específicos del estado nutricional son con frecuencia mejores parámetros de desarrollo equitativo que otros indicadores económicos tradicionales como el producto interno bruto.

Información para tomar decisiones

El seguimiento nutricional, como las encuestas de nutrición, no serán útiles si los datos obtenidos no se aprovechan para mejorar el estado nutricional de la población. La parte más débil de muchos programas de seguimiento nutricional ha sido que los datos no se utilizan para solucionar los problemas de nutrición. Por diversos motivos, las personas a cargo de las decisiones no usan la información para tomar las acciones pertinentes. ¿Por qué? Puede que el problema sea la falta de información, que no se suministre el tipo de información requerida, o que exista falta de compromiso y recursos para solucionar los problemas nutricionales. En general hay acuerdo en que la información se debe dar en una forma fácil de comprender y de manera oportuna.

En el pasado, los nutricionistas, los trabajadores de salud y otros, recopilaban los datos, los pasaban a las personas encargadas de tomar decisiones y esperaban que se ejecutasen las acciones correspondientes. Se recomienda encarecidamente replantear este asunto. Se sugiere que el primer paso, una vez identificados los problemas nutricionales más importantes, debe ser discutir y revisar las posibles políticas y programas e identificar qué decisiones influyen en estas políticas y programas. Este ejercicio puede influir en las personas encargadas de tomar decisiones para que identifiquen por sí mismas la información que necesitan en este proceso. Si se adopta este método, los datos recolectados serán los que requieren los responsables de las decisiones y probablemente los utilizarán. Los datos serán analizados y discutidos y permitirán tomar decisiones para llevar a cabo las acciones apropiadas. Más adelante podrá determinarse el impacto de las acciones.

Antes de iniciar el seguimiento, se debe tener primero la certeza de que habrá una excelente comunicación entre las personas y las instituciones encargadas de recopilar los datos y además, que los datos llegarán a las personas y a las instituciones que tienen la autoridad para tomar decisiones.

Evaluación y seguimiento de los problemas nutricionales

Hay una gran cantidad de posibles indicadores del estado nutricional. A continuación se describen algunos indicadores típicos de diferentes clases que se usan para el seguimiento del estado de la nutrición (FAO/OMS, 1992b):

Cuadro 38
Los cuatro tipos de seguimiento nutricional

Objetivo

Tipo

Evitar reducciones críticas a corto plazo del consumo alimentario

Alerta oportuna e intervención

Incrementar el efecto nutricional de las políticas de desarrollo, expresadas a través de programas

Evaluar políticas y programas
Planeación de políticas y programas

Racionalizar y maximizar la efectividad de los programas de salud y nutrición

Administración y evaluación

Evaluar y/o seguir los indicadores de estado nutricional como base para asignar recursos a problemas nutricionales prioritarios

Defensa de intervenciones

Las decisiones sobre el tipo de indicadores a utilizar se deben tomar a nivel local. Es mejor escoger sólo unos pocos indicadores, que sean apropiados para una recolección relativamente fácil y regular. En los países en desarrollo, el indicador sobre malnutrición que se usa más ampliamente es el bajo peso para la edad. Sin embargo, los datos no siempre son representativos de la población y han sido recopilados de hospitales o clínicas de seguimiento del crecimiento. Para el seguimiento nutricional los datos deben ser representativos de la población objetivo (niños de seis a 36 meses de edad de un distrito en particular) y se deben recolectar periódicamente. La utilización de sitios centinela de seguimiento bien escogidos, donde se recopilen regularmente los datos, es un medio para obtener los informes. Sin embargo, aunque el peso por edad suministra datos sobre el estado nutricional, y si se recopila con regularidad aporta información importante sobre las tendencias, no revela las causas de la malnutrición identificada. Estos factores determinantes subyacentes se pueden agrupar en relación con la seguridad alimentaria, factores de salud y cuidado del niño (véase el Capítulo 1). A menudo se recopilan datos sobre algunas de estas causas.

En las crisis alimentarias, los primeros indicadores de alarma deben permitir que se tomen las medidas pertinentes antes que se presente una hambruna declarada. Se pueden utilizar indicadores en base a cálculos de la disponibilidad alimentaria y precios de los alimentos en el mercado. En países donde las sequías son comunes, los datos sobre lluvias proporcionan una alarma temprana; estos datos se complementan con detalles sobre la situación de los cultivos de alimentos y el cómputo de rendimiento de las cosechas, más el seguimiento de las existencias de alimentos, reservas, mercadeo y precios. Los hogares centinela pueden brindar información útil, alguna cuantitativa (por ejemplo, rendimiento de las cosechas y acopio de alimentos) y otra más cualitativa (consideraciones subjetivas sobre la seguridad alimentaria del hogar e informes sobre cuándo deben vender sus pertenencias personales para comprar alimentos).

Respecto a los factores de salud relacionados con la nutrición, el énfasis casi siempre se da a las infecciones y al seguimiento de enfermedades infecciosas como sarampión, los ferina, diarrea, infecciones respiratorias, infestación por parásitos intestinales y malaria. Las acciones importantes de salud merecen también un seguimiento regular, como vacunaciones, rehidratación oral para diarrea, asistencia a consultas de salud, y medidas preventivas como educación en salud y nutrición, saneamiento ambiental y mejoramiento del suministro de agua.

Para el seguimiento de las prácticas de atención y su impacto en la nutrición, se deben recopilar datos sobre lactancia y destete, tiempo disponible de la madre para el cuidado del niño y otras actividades competitivas, diferencias en la atención de niños y niñas, respuestas por parte de la familia ante la falta de apetito o mala salud en sus niños, etc.

La mayoría de los indicadores discutidos previamente están en relación directa con la MPE, pero muchos además se asocian con las carencias de micronutrientes. La falta de seguridad alimentaria, las altas tasas de morbilidad y las prácticas deficientes de atención, tienen un impacto negativo sobre el estado nutricional de vitamina A y hierro, al igual que en la MPE. Además se puede indagar las carencias específicas de micronutrientes, por ejemplo, las tasas de ceguera nocturna con respecto a la carencia de vitamina A o los niveles de hemoglobina para determinar la deficiencia de hierro. Los hogares centinela se podrían utilizar para obtener datos objetivos. Los datos sobre consumo de alimentos también suministran información útil.

El uso de métodos rápidos de evaluación es potencialmente valioso para obtener una adecuada vigilancia de la nutrición. Algunos de los datos recopilados en esta forma podrían ser cualitativos, e incluyen algunos relacionados con el funcionamiento de los programas más importantes.

Sistemas de seguimiento nutricional

Existen cuatro tipos de seguimiento nutricional que se distinguen por sus diferentes objetivos (Cuadro 38). Un grupo de países cuenta únicamente con un tipo de sistema de seguimiento, mientras que otros tienen varios de ellos o inclusive los cuatro. En los lugares donde se utilizan varios tipos de seguimiento, estos se puede coordinar en una forma organizada y utilizar algunos datos comunes.

Alerta oportuna e intervención. El seguimiento nutricional se estableció por primera vez para advertir a los gobiernos de naciones pobres sobre inminentes crisis nutricionales. En parte se diseñó con base en el seguimiento epidemiológico de enfermedades infecciosas importantes. Algunas enfermedades transmisibles como la peste y el cólera son de notificación obligatoria a la OMS; los países exigen que cada distrito o provincia notifique semanalmente al ministerio nacional de salud el número de casos de enfermedades notificables. En hambrunas graves, se pueden recopilar e informar datos sobre muertes causados por la hambruna o malnutrición seria que se relaciona con ella. A diferencia de los brotes de enfermedades infecciosas graves, la hambruna ocasiona muchos casos de malnutrición grave.

El seguimiento nutricional informa sobre indicadores que advertirían a un gobierno sobre un desastre nutricional que se avecina. Como se mencionó antes, los patrones de producción, los precios del mercado, los inventarios de alimentos y la pérdida de peso corporal son posibles indicadores de crisis alimentarias.

Los tipos de datos que se requieren para un sistema de alerta temprana se deben decidir individualmente en cada país o en la región afectada del mismo. No son simplemente prescripciones. Es importante que el sistema de indicadores sea sensible y que esté con capacidad de predecir crisis alimentarias, aun si a veces se alerta una crisis que luego no tiene lugar.

El primer indicador puede ser la lluvia por debajo de un cierto nivel en un período de dos o tres meses críticos para la agricultura. El siguiente grupo de indicadores se podría relacionar con cultivos importantes en el campo antes de la cosecha. Estos se pueden seguir mediante cálculos de producción alimentaria e indicadores sobre consumo de alimentos. Por último, se pueden hacer seguimiento de los indicadores de estado nutricional como el peso de niños y adultos en familias pobres.

En algunos países, los indicadores indirectos han demostrado ser de gran utilidad, por ejemplo, empeñar artículos domésticos, cambio en el consumo de un alimento preferido como el arroz, por un alimento menos deseable como la yuca, o la cantidad actual de alimentos en los hogares centinela.

En Indonesia se introdujo un programa de alerta temprana a nivel de distrito en sitios propensos a sequías. Los datos recogidos se entregaron rápidamente al oficial responsable del distrito, quien había sido autorizado para tomar medidas inmediatas. Se estableció un sistema de seguridad alimentaria a nivel distrital, de manera que si los datos indicaban una disminución en el suministro de alimentos, se despachaba una remesa de arroz a los mercados locales para evitar un aumento de precios y escasez de este alimento. Si se hubiese tenido que enviar los datos a la capital para revisión antes de tomar las decisiones respectivas, como es el caso en muchos países, se habrían presentado largas demoras. Este ejemplo ilustra la necesidad de contar con datos que se puedan entregar pronto a las autoridades autorizadas para tomar medidas pertinentes en forma oportuna. Desgraciadamente, la urgencia por lo general no se atiende y los datos terminan a menudo en informes que llegan a personas, lejos de la escena, donde se toman pocas medidas correctivas.

Cuadro 39
Pasos básicos para realizar el seguimiento nutricional

Propósito

Evaluación

Ejecución

Impacto

1. Identificación del problema, incluye el impacto deseado de la acción tomada

6. Impacto actual

Intervención

2. Políticas propuestas y estrategias de intervención

7. Intervención realizada con base en una decisión

Decisión

3. Decisiones potenciales sobre políticas e intervenciones

8. Decisiones tomadas según la información

Información

4. Información necesaria para ayudar en la toma de decisiones

9. Análisis de los datos: transformación de éstos en información

Datos

5. Datos necesarios para generar información

10. Recopilación de datos

Seguimiento nutricional para planificación de políticas y programas. Los gobiernos o autoridades locales pueden utilizar muchos tipos de indicadores, incluso los enumerados antes, para fines de seguimiento, con el fin de influir en el establecimiento de políticas y la planeación de programas. Los datos se pueden relacionar con el estado nutricional o una variedad de factores que afectan la nutrición. Por ejemplo, los datos antropométricos se pueden recopilar en forma constante para describir la MPE y sus tendencias a través del tiempo. Se pueden analizar los datos con el fin de identificar los grupos de población que se encuentran más gravemente afectados. Se pueden utilizar para demostrar cuáles son, por ejemplo, las cinco provincias de un país que presentan mayor prevalencia de malnutrición; cuáles son los grupos sociales que se encuentran en peor estado; o cuáles son los factores de salud relacionados con la MPE más aguda. El paso siguiente sería decidir sobre intervenciones directas (quizás alimentación suplementaria o educación nutricional) para los grupos más seriamente afectados y sugerir enfoques para modificar o fortalecer las políticas existentes que influyen sobre el estado nutricional (por ejemplo, conceder crédito a los pequeños agricultores para mejorar la productividad agrícola o subsidiar los alimentos básicos que consumen los pobres en áreas urbanas).

Costa Rica cuenta con un sistema de información y seguimiento nutricional a nivel nacional desde 1978. El sistema se diseñó para coordinar las actividades dirigidas a los sectores más pobres de la población y las áreas más deprimidas del país. Los datos antropométricos que se utilizan incluyen: estatura del niño que se obtiene cuando entra a la escuela primaria y el peso de los niños más pequeños que se toma mediante visitas a los hogares. Una de las metas del seguimiento es utilizar los programas existentes en forma más efectiva, focalizando las actividades a las familias más pobres que presentan en la mayoría de los casos MPE.

En este tipo de programas, las intervenciones pueden ser específicamente de tipo nutricional (suministro de alimentación suplementaria y suplementos de hierro) o de tipo no nutricional pero que se espera que tengan un impacto en el estado nutricional (vacunación contra el sarampión; mejor saneamiento y suministro de agua potable; acciones para reducir la carga de trabajo de las mujeres).

Seguimiento nutricional para administración y evaluación. El seguimiento se puede utilizar para evaluar los programas dirigidos a mejorar la nutrición y para apoyar su administración. Por ejemplo, los datos sobre el seguimiento del crecimiento infantil, en un período de cinco años, podrían servir para evaluar si un programa de crédito agrícola ha mejorado el estado nutricional de los niños; o los datos sobre ceguera nocturna se podrían utilizar para evaluar a largo plazo si las actividades de horticultura han influido en el estado nutricional de la vitamina A.

Los datos reunidos se podrían utilizar como una herramienta de manejo interno para juzgar la eficiencia con la que los programas en diferentes partes de un país cumplen con sus objetivos, o comparar la efectividad de dos intervenciones alternas enfocadas a solucionar el mismo problema nutricional.

Seguimiento nutricional para abogar por intervenciones. Los científicos a veces son reacios para abogar por una acción en la comunidad, pues creen equivocadamente que al hacerlo dejan su campo científico. Sin embargo, es muy preferible que la mayoría de los comprometidos en nutrición participen en las acciones. Si se encuentran problemas graves de malnutrición en áreas donde existe disponibilidad de alimentos y servicios de salud, ésta es una situación inaceptable, y es correcto que los científicos defiendan las intervenciones para reducir la malnutrición.

El seguimiento nutricional para abogar por las acciones, incluye principalmente la recopilación de datos sobre prevalencia de MPE y carencias de micronutrientes o indicadores relacionados, y su utilización para obtener apoyo en la ejecución de las acciones respectivas. Se puede abogar en diversas formas, que incluyen los medios masivos de comunicación, para llamar la atención del gobierno y la sociedad sobre los problemas de nutrición, para que se preocupen seriamente de lo que pasa y tomen las acciones respectivas. El objetivo es influir a quienes deciden sobre las políticas para que adjudiquen recursos y suministren la ayuda requerida para las intervenciones correspondientes o que se ejecuten los programas necesarios para mejorar el estado nutricional de las comunidades afectadas. Por ejemplo, en Chile se informó que una reducción en los alimentos suplementarios que se entregaban a familias pobres, afectaba adversamente el estado nutricional. Los defensores de este programa utilizaron datos antropométricos del sistema de seguimiento en salud, que mostraba un aumento reciente en las tasas de desnutrición infantil. Cuando se le presentaron al gobierno estos hallazgos, éste reestableció los beneficios de alimentos suplementarios.

Ciclo del seguimiento nutricional

El Cuadro 39 ilustra los diez pasos básicos del seguimiento nutricional o del seguimiento de la nutrición. Estos pasos forman un ciclo: cuando se llega al paso número 10, el ciclo debe continuar. Los primeros cinco pasos incluyen evaluación, recopilación de datos y análisis, mientras que los pasos 6 a 10 se dirigen a la toma de decisiones y a la ejecución de políticas que se basan en tales decisiones.

El seguimiento nutricional es parte de un sistema de datos o manejo de informes. Muy concretamente, está diseñada para suministrar las bases que ayudarán a los encargados de tomar decisiones, para asegurar que las acciones e intervenciones se implementen sobre la base de una buena fuente de información. Se espera que el seguimiento nutricional utilizado adecuadamente, ayude a asegurar buenas decisiones enfocadas a mejorar la nutrición, y que las decisiones las tomen funcionarios de alto nivel con autoridad, capacidad y recursos para garantizar una acción adecuada.

FOTO 69
El calibrador de pliegue cutáneo se utiliza para medir el espesor de la piel en el pliegue del tríceps


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