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CRONICA ESPECIAL: SITUACION DE LOS SUMINISTROS ALIMENTARIOS EN EL AFRICA SUBSAHARIANA


Una combinación de factores desfavorables amenazan el progreso del Africa subsahariana hacia la seguridad alimentaria. En 1995 la producción total de cereales en la región descendió en 9,5 millones de toneladas respecto al buen nivel de 1994. El aumento de este año de las necesidades de importación llega en un momento en que los suministros mundiales de cereales escasean y los precios internacionales han subido en más de un 50 por ciento respecto al año pasado. Debido a este fuerte aumento de los precios, se pronostica que en 1995/96 el costo total de las importaciones de cereales de los países de bajos ingresos y con déficit de alimentos de Africa aumentará en unos 1 400 millones de dólares EE.UU. respecto al año pasado. Además, se prevé que en 1995/96 la disponibilidad mundial de ayuda alimentaria volverá a disminuir a 7,6 millones de toneladas, prácticamente la mitad del nivel de 1992/93 y el volumen más bajo desde 1975/76, mientras que debido a la enconada competencia ejercida por la Comunidad de Estados Independientes y Europa oriental, este año el porcentaje de ayuda alimentaria correspondiente a Africa seguirá siendo bajo. Al mismo tiempo, unas perspectivas económicas nada prometedoras y las continuas dificultades de la balanza de pagos a las que tiene que hacer frente un gran número de países africanos limitarán gravemente su capacidad de importaciones comerciales.

No hay signos de una mejora inminente de la situación de los suministros alimentarios este año en el Africa subsahariana en conjunto. Actualmente hay unos 22 millones de personas en la región que tienen que hacer frente a emergencias alimentarias de variada intensidad. Pese a un cierto optimismo creado al principio por el proceso de paz en Liberia, es probable que las actividades de producción y distribución de alimentos vuelvan a trastornarse debido a la inestable situación de seguridad causada por los recientes disturbios civiles en Monrovia, la capital. Las continuas hostilidades en Somalia y una fuerte disminución de la producción de cereales señalan un empeoramiento, en los meses venideros, de la ya inestable situación de los suministros de alimentos. Las promesas de ayuda alimentaria en Eritrea cubren menos de una tercera parte de las necesidades de 1996, mientras que hasta ahora se ha entregado sólo un 8 por ciento de la asistencia alimentaria; en 1996 se necesitan promesas sustanciales de ayuda alimentaria y su entrega rápida para evitar una inminente emergencia alimentaria en el país. A pesar de la buena cosecha obtenida en 1995 en Etiopía, unos 3 millones de personas necesitan asistencia de urgencia. También se sigue necesitando ayuda de socorro para la población vulnerable y afectada por los conflictos del Sudán. La región de los Grandes Lagos soporta el peso de más de 2 millones de refugiados y personas internamente desplazadas. En el Africa austral, si bien se prevé una recuperación en la producción de la cosecha de 1995/96, el efecto de la sequía del año pasado seguirá, sin embargo, afligiendo a las poblaciones en algunas partes, mientras que se sigue necesitando ayuda en las zonas de la subregión afectadas por las inundaciones.

Hay, sin embargo, signos positivos. La situación de los suministros de alimentos es en general satisfactoria en el Africa occidental, gracias a unas buenas cosechas obtenidas en la mayoría de los países sahelianos y costeros. Etiopía, uno de los principales destinatarios de ayuda alimentaria internacional del último decenio, necesitará cantidades menores de importaciones de ayuda alimentaria en 1996. La restauración de la paz y la estabilidad política en gran parte del Africa subsahariana asolada por los conflictos civiles debería de mejorar la seguridad alimentaria de millones de personas afectadas. Mientras Angola, Mozambique y Rwanda están empezando gradualmente a cosechar los frutos de la paz, en Sierra Leona un reciente acuerdo de paz ofrece la esperanza de una recuperación parcial de la producción y el mercadeo de alimentos en 1996.

PERSPECTIVAS INESTABLES DE SEGURIDAD ALIMENTARIA EN LIBERIA Y CAUTELOSA ESPERANZA DE MEJORA EN SIERRA LEONA

El reciente resurgimiento de los disturbios civiles en Monrovia puso de relieve una vez más la fragilidad de los acuerdos de paz que ya habían fracasado doce veces en los últimos seis años. Las graves hostilidades entre las distintas facciones se propagaron a principios de abril hasta Monrovia, la capital, desde el suburbio de Sinkor situado en el nordeste. Miles de civiles tuvieron que huir de sus hogares. El descalabro total del orden público provocó la interrupción de todas las actividades económicas. En algunos sectores de la ciudad ha habido grave es-casez de alimentos y agua potable y un brote de cóle-ra. La inestable situación de seguridad podría minar la producción agrícola de 1996 e impedir las operaciones de socorro que, por lo general, se coordinan desde Monrovia. Asimismo podría retrasarse el regreso de los refugiados de los países vecinos.

Seis años de disturbios civiles han asestado un duro golpe a todos los sectores económicos, particularmente la agricultura. En 1995 la producción arrocera disminuyó en un 80 por ciento respecto al nivel anterior a la guerra civil. También se ha visto afectada la producción de yuca, que posiblemente ha descendido hasta en un 50 por ciento. Un amplio y continuo desplazamiento de la población ha dejado grandes porciones de tierras agrícolas sin cultivar. La inseguridad reinante en las zonas establecidas fuera de la zona controlada por ECOMOG ha hecho difícil que los agricultores pudieran almacenar semillas para la siembra, y la mayoría depende de programas de distribución de semillas de urgencia. El despliegue de las fuerzas de ECOMOG para desarmar las distintas facciones se ha retrasado debido a insuficiencia de recursos y las hostilidades entre las facciones siguen provocando grandes desplazamientos de la población. Ha comenzado la preparación de la tierra para la plantación de arroz en las zonas relativamente seguras. Las estimaciones actuales señalan un aumento considerable de la superficie plantada con arroz en 1996 con respecto al año pasado. Sin embargo, la recuperación de la producción prevista para 1996 no tendrá lugar si el proceso de paz iniciado el año pasado resulta ilusorio. También se verían afectados los programas de rehabilitación que incluyen la distribución de materiales de siembra, aperos agrícolas y productos agroquímicos, apoyo técnico y creación de centros de multiplicación de semillas por parte de ONG internacionales.

En Sierra Leona, la situación de seguridad mejoró desde la declaración del cese de hostilidades por el Frente Unido Revolucionario (FUR) a mediados de marzo, y las personas internamente desplazadas están regresando a sus lugares de origen en las provincias de Bo y Magburaka. Sin embargo, las frecuentes violaciones del cese de hostilidades en el sur están trastornando las actividades agrícolas. La producción de cereales en 1995 se calcula en 380 000 toneladas, lo que representa alrededor de un 70 por ciento de la producción anterior a la guerra civil. La producción arrocera, que constituye un 85 por ciento de la producción nacional de cereales, ha sido la más afectada por la guerra civil. La situación de seguridad sigue siendo inestable en el sudeste del país, donde muchas aldeas de los distritos de Bo y Moyamba han quedado prácticamente devastadas. Las emboscadas en las carreteras que unen Freetown con Bo, Kenema y Makeni están trastornando gravemente la actividad comercial y las entregas de ayuda alimentaria. Se están entablando conversaciones entre el FUR y el Gobierno. El número de las personas internamente desplazadas se calcula actualmente en 1,6 millones. Además, hay 250 000 refugiados sierraleoneses en Guinea y unos 120 000 en Liberia occidental. El Director General de la FAO y la Directora Ejecutiva del PMA han aprobado últimamente una nueva operación de urgencia del PMA de 41 500 toneladas de productos alimenticios, incluidas unas 33 000 toneladas de cereales, para proporcionar ayuda alimentaria de socorro a las poblaciones afectadas por la guerra en 1996. El número ha aumentado respecto a la cifra de planificación, de 500 000 a 841 650 personas internamente desplazadas y refugiados beneficiarios, incluidos 121 650 beneficiarios en el marco de programas de alimentación selectiva y en instituciones. Las principales localidades para la distribución general de alimentos están en Bo (235 000 personas), Kenema (175 000) y Makeni (110 000).

SE SIGUE NECESITANDO AYUDA DE SOCORRO EN LA REGION DE LOS GRANDES LAGOS DURANTE 1996

Pese a una mejora parcial de la producción de alimentos en Rwanda, la total recuperación de la producción agrícola y alimentaria en la región de los Grandes Lagos sigue viéndose impedida por la inestabilidad política, la inseguridad y el gran número de refugiados y personas internamente desplazadas. Todavía hay 1,9 millones de refugiados rwandeses y burundianos en los campamentos del Zaire, Tanzanía y Burundi, mientras que las personas internamente desplazadas en la región se calculan en alrededor de 500 000. Durante 1996 se seguirá necesitando ayuda de socorro para estas poblaciones.

Burundi: La continua inseguridad reinante en las provincias de Bubanza, Bujumbura Rural, Cibitoké y en algunas partes de las provincias de N'Gozo, Muyinga, Muramvya y Karuzi, unida a las rachas de tiempo seco registradas en algunas zonas en el segundo semestre de 1995, se tradujo en una merma de la producción de los cultivos alimentarios de la primera temporada de 1996, que se estima inferior en un 15 por ciento a los niveles normales anteriores a los disturbios civiles. Se necesitará asistencia alimentaria de urgencia para unas 460 000 de las personas más vulnerables, principalmente las personas internamente desplazadas y los repatriados.

La situación política sigue siendo inestable, registrándose frecuentemente incidentes violentos, particularmente en provincias septentrionales endémicamente inseguras, en la capital Bujumbura, pero también en la región meridional donde ante-riormente reinaba la calma. La creciente inseguridad ha impedido las actividades de socorro y dio lugar a nuevas oleadas de desplazamientos de población, perjudicando las actividades agrícolas. Si sigue em-peorando la situación de seguridad, la producción de alimentos podría disminuir considerablemente en 1996.

Rwanda: Unas condiciones atmosféricas favorables, la mejora de las condiciones de seguridad y el regreso de las personas internamente desplazadas a sus fincas permitieron el aumento de la producción de ali-mentos en la primera temporada de 1996. Sin embar-go, debido a la permanencia de una parte considera-ble de la población fuera del país y a los trastornos causados por los conflictos civiles, la producción de alimentos es inferior al nivel anterior a la guerra civil. Una cosecha relativamente buena, junto con las distri-buciones de ayuda alimentaria, han contribuido a estabilizar los precios de los alimentos. Las condiciones de crecimiento para los cultivos alimentarios de la segunda temporada de 1996 recién plantados son favorables gracias a unas lluvias abundantes recibidas en los últimos meses, pero la producción seguirá deprimida debido al abandono de muchas fincas. Pese a los reiterados esfuerzos realizados para promover la repatriación voluntaria, el número de los repatriados en el último trimestre de 1995 y a comien-zos de 1996 fue mucho menor de lo previsto.

En otras partes de la región de los Grandes Lagos, la situación de los suministros alimentarios sigue siendo difícil en las zonas urbanas del Zaire. En Tanzanía, pese a una situación alimentaria en general satisfactoria, se necesita asistencia de ayuda alimen-taria para unos 630 000 refugiados de Rwanda y Burundi. En Uganda, gracias a una buena cosecha de la campaña agrícola secundaria de cereales de 1996, la situación general de los suministros de alimentos se ha aliviado en las partes septentrionales anteriormente afectadas por la escasez de alimentos.

PESE A ALGUNAS BUENAS COSECHAS, SIGUE LA EMERGENCIA ALIMENTARIA EN ALGUNAS PARTES DEL CUERNO DE AFRICA

En 1995/96 la producción total de cereales en el Cuerno se estima inferior en un 5 por ciento a la cosecha del año anterior. Las cosechas menguadas de Eritrea, Somalia y el Sudán contrarrestan sobra-damente el notable aumento de la producción de Etiopía. La producción disminuyó también en Kenya, pero fue superior a la media. Un gran número de personas vulnerables y las que se vieron afectadas por pérdidas localizadas de cosechas siguen nece-sitando asistencia alimentaria en 1996. Se calculan en unos 9 millones las personas que tienen que hacer frente actualmente a una grave escasez de alimentos en el Africa oriental, incluidos unos 7 millones en el Cuerno de Africa.

Eritrea: Se calcula que la producción de cereales y legumbres de 1995 es inferior en un 60 por ciento al nivel satisfactorio del año anterior, debido a unas lluvias irregulares unidas a los daños causados a los cultivos por algunas plagas localizadas. Cubiertas las importaciones comerciales de cereales, principalmen-te para atender las necesidades de las fábricas urba-nas, el déficit que hay que cubrir con ayuda alimen-taria asciende a 191 000 toneladas, frente a las cuales las promesas ascienden hasta ahora a 58 000 tone-ladas. De la ayuda alimentaria total, se necesitan unas 79 000 toneladas para asistir a la población más vulnerable, entre ellos los agricultores que obtuvieron una cosecha notablemente inferior a la media, princi-palmente en algunas zonas de las provincias de Seraye, Akele Guzai, Senhit y Barka, así como aquellos grupos sin suficientes recursos financieros para comprar alimentos, incluido un gran número de afectados por la guerra. Aunque todavía no se ha se-ñalado una escasez generalizada de alimentos, la si-tuación alimentaria debería de empeorar en las sema-nas venideras ya que la producción interna de 1995 apenas alcanzará para cubrir cuatro meses de nece-sidades de consumo de 1996. Si no se produce una reacción adecuada y oportuna estos grupos tendrán que hacer frente a una grave escasez de alimentos.

Etiopía: Unas precipitaciones entre medias y superiores a la media recibidas en la tercera década de febrero y primera quincena de marzo, tras una sequía anterior, mejoraron las perspectivas para las cosechas "Belg" de 1996 que se recogerán a partir de junio. Sin embargo, todavía se necesitan más preci-pitaciones en las zonas occidentales de Oromia. La temporada Belg representa sólo alrededor de un 7 por ciento de la producción total de cereales pero en algunas zonas aporta más de un 50 por ciento de los suministros anuales de alimentos.

Unas copiosas precipitaciones caídas en marzo repusieron también la humedad del suelo para la preparación de la tierra y la siembra de la cosecha principal de cereales "Meher". Se señala, asimismo, que la situación de los pastizales es buena, gracias a una mejora de las precipitaciones.

En 1995 la producción de cereales "Meher" se estimó en un nivel récord, gracias a un tiempo satisfactorio imperante durante la campaña, a una mejor distribución de fertilizantes y a la ausencia de plagas migratorias. Suponiendo una cosecha "Belg" normal, la producción total de cereales y legumbres en 1995/96 debería de alcanzar los 9,4 millones de toneladas, alrededor de un 13 por ciento más que la cosecha superior a la media del año anterior.

La buena cosecha de cereales de 1995 ciertamente ha aliviado la situación de los suministros alimentarios y disminuido la necesidad de una considerable asistencia alimentaria internacional pero no ha garantizado la seguridad alimentaria para todos. Se necesita ayuda alimentaria para un gran número de personas de algunas partes tradicionalmente deficitarias de alimentos de Tigray, Wollo, Walaita y Hararghe, zonas que obtuvieron una mala cosecha y/o carecen de recursos suficientes para cubrir sus necesidades alimentarias. Dado que la producción ha sido en general buena y la cuantía de existencias remanentes de ayuda alimentaria es suficiente, el Gobierno ha hecho un llamamiento a los donantes para que compren la mayor parte de la asistencia de socorro en el lugar.

Somalia: La cosecha secundaria de cereales "der" se calculó en un nivel superior a la media, como el año pasado. Pero, de resultas de unas lluvias insuficientes, de la menor superficie plantada y de unas graves infestaciones de plagas, la producción de la cosecha de cereales de la temporada principal "Gu" resultó muy menguada. En total, la producción de cereales de 1995/96 fue inferior en una tercera parte a la del año anterior. Como la cosecha "der" representa sólo un 25 por ciento de la producción anual, se prevé que escasearán los alimentos a partir de mayo, cuando se habrán agotado las existencias de los agricultores que obtuvieron una menguada cosecha de la temporada principal. Las dificultades de los suministros de alimentos se están complicando por los trastornos del comercio debido a la persistente inseguridad y el bandolerismo, así como por el frecuente cierre del puerto de Mogadishu. En consecuencia, en muchos mercados no bajaron los precios de los cereales postcosecha, mientras que han aumentado los precios de los alimentos importados. Ello ha agravado la situación de grandes sectores de la población que cuentan con un acceso limitado a los alimentos, entre ellos las personas desplazadas, los repatriados y los desempleados. Además, las deficientes condiciones sanitarias han dado lugar a un brote de cólera y a un aumento significativo de la incidencia de diarrea aguda, como se ha señalado últimamente en Mogadishu, Kismayo y otras zonas del país. Se necesita urgentemente una asistencia alimentaria sustancial para atender al consumo de los meses venideros hasta la próxima cosecha "gu" que se recogerá a partir de septiembre de 1996.

Sudán: Pese a una producción media de cereales secundarios en 1995 (aunque inferior en aproximadamente un 40 por ciento a la cosecha récord del año anterior) y a la previsión de una buena cosecha de trigo, se sigue necesitando asistencia alimentaria de urgencia para grupos vulnerables de la población de los estados del sur de Equatoria oriental y Bahr el Ghazal, donde hay grandes poblaciones desplazadas de resultas de la persistencia de los conflictos civiles. Asimismo, se necesita seguir de cerca la situación alimentaria en los estados de Kordo-fan Norte y Oeste y Darfur Norte, donde la producción descendió espectacularmente el año pasado.

PERSPECTIVAS DE UNA RECUPERACION SUSTANCIAL DE LA PRODUCCION AGRICOLA EN EL AFRICA AUSTRAL

En el Africa austral las perspectivas son favora-bles para la cosecha de cereales secundarios de 1995/96, que se está recogiendo ahora. Pese al retra-so de las lluvias en Malawi, Mozambique, Zambia y Zimbabwe, las precipitaciones han sido en general buenas en la subregión, salvo en Namibia, donde las pluviosidad acumulativa fue muy inferior a lo normal hasta febrero. Según los primeros indicios, la produc-ción de la subregión podría superar la media y ser superior al nivel reducido por la sequía del año pasa-do, debido a un aumento de la superficie plantada y a la previsión de rendimientos superiores a la media.

En Angola, unas lluvias buenas y la relativa paz que reina actualmente en el país han dado lugar a un fuerte aumento de la superficie y se espera una cose-cha superior a la media aunque los rendimientos po-drían verse afectados por la escasez de insumos en algunas regiones como consecuencia de las dificulta-des de transporte. En Mozambique, en las provincias del sur el maíz se vio perjudicado por una grave racha de sequía en enero, seguida de grandes inundaciones en febrero debidas a las excesivas lluvias que cayeron en el país y en Sudáfrica y Zimbabwe. En Sudáfrica, esas lluvias torrenciales pueden haber causado algu-nos daños a los cultivos en la zona oriental de maíz y en Kwazulu-Natal. No obstante, el pronóstico inicial re-lativo a la cosecha de maíz señala una cosecha supe-rior a la media, casi el doble de la producción afectada por la sequía de 1995, que fue de 4,6 millones de to-neladas. Asimismo, se prevé una buena cosecha en Zimbabwe, el segundo productor de la subregión, don-de se pronostica una producción de maíz de más de 2 millones de toneladas. En Zambia, las previsiones de una cosecha extraordinaria podrían verse comprome-tidas por la propagación del barrenador grande de los granos, una plaga nueva en el país. En Madagascar, el principal productor de arroz de la subregión, las pre-cipitaciones han sido suficientes pero las perspectivas para la cosecha siguen siendo inciertas tras los ciclo-nes que en enero puede que hayan causado daños en una superficie grande de tierras agrícolas.

Según los primeros indicios, Sudáfrica será autosuficiente en maíz y podría incluso producir una cantidad considerable de excedentes para reponer sus reservas y para exportar. También Zimbabwe podría, por primera vez después de muchos años, no sólo producir suficiente maíz para su mercado interno sino también reanudar algunas exportaciones en la presente campaña. Es probable que todos los otros países de la subregión sigan teniendo déficit, pero de magnitud algo menor.

A raíz de la cosecha menguada por la sequía de 1995, en algunos países los precios han aumentado considerablemente durante el actual período flojo de resultas de la entrega relativamente lenta tanto de las importaciones comerciales como de la ayuda alimentaria. Esta situación podría persistir hasta la nueva cosecha en abril/junio ya que las previsiones de una próxima cosecha muy buena podría desalentar las importaciones comerciales.

SATISFACTORIA LA SITUACION GENERAL DE LOS SUMINISTROS DE ALIMENTOS EN EL AFRICA OCCIDENTAL, PERO PERSISTEN DEFICIT ALIMENTARIOS LOCALIZADOS

Gracias a unas cosechas entre medias y superiores a la media en 1995, la situación general de los suministros de alimentos es satisfactoria en la mayoría de los países del Africa occidental, salvo en Liberia y Sierra Leona. No obstante, se señalan dificultades en los suministros alimentarios en algunas de las zonas tradicionalmente deficitarias de alimentos de Burkina Faso, el Chad, Malí y Níger. En Burkina Faso, la producción de cereales decreció significativa-mente en algunas provincias, especialmente en el norte. En diciembre de 1995, el gobierno hizo un lla-mamiento pidiendo asistencia internacional. Calculaba las necesidades de ayuda alimentaria en 24 000 tone-ladas para unas 700 000 personas afectadas en 17 provincias e indicaba que los cereales se podían com-prar en el lugar o tomar prestados de la reserva de se-guridad nacional. En el Chad, hay unas 333 000 per-sonas vulnerables a la escasez de alimentos que ne-cesitarían 9 600 toneladas de cereales para los cuatro meses que preceden a la cosecha. En Malí, se necesi-tan 4 000 toneladas de cereales durante 7 meses para 65 000 personas que hacen frente actualmente a una escasez de alimentos en la región de Gao, más otras 8 500 toneladas durante tres meses para unas 317 000 personas vulnerables de algunas partes de las regiones de Mopti, Tombouctou, Kidal y Gao. En el Níger, el gobierno hizo un llamamiento en enero pi-diendo asistencia internacional para las poblaciones de zonas deficitarias de alimentos. La ayuda alimenta-ria de emergencia que se necesita con mayor urgen-cia se calcula en unas 9 400 toneladas para 700 000 personas.

SE NECESITAN NUEVAS PROMESAS DE AYUDA ALIMENTARIA Y QUE SE APRESUREN LAS ENTREGAS

Las necesidades de importación de cereales de los 48 países del Africa subsahariana en 1995/96 se calculan en 12,7 millones de toneladas, un 5 por ciento más de lo que recibieron efectivamente el año anterior. Dado que se prevén importaciones comerciales de 10 millones de toneladas, las necesidades de ayuda alimentaria se calculan en 2,7 millones de toneladas, lo que representa una disminución de 380 000 toneladas respecto a 1994/95. Las promesas no entregadas arrastradas desde 1994/95 y las nuevas asignaciones señaladas al SMIA a finales de abril ascienden a 2,2 millones de toneladas, o sea un 84 por ciento de lo que se necesita. De estas promesas, se han recibido unos 1,5 millones de toneladas. Hasta el momento, en 12 países las promesas igualan o exceden las necesidades calculadas mientras que en 9 países se considera que no hace falta asistencia. Las necesidades no cubiertas de los restantes 27 países se calculan en 0,9 millones de toneladas. Se insta a los donantes a hacer ulteriores asignaciones de alimentos frente a las necesidades no atendidas y a acelerar la entrega de la asistencia prometida.

ESFERAS DE INTERVENCION PRIORITARIA

La escasez mundial de cereales, los altos pre-cios internacionales de los cereales unidos a las gra-ves dificultades de la balanza de pagos a las que tie-nen que hacer frente muchos países africanos, y la escasa disponibilidad de ayuda alimentaria, amena-zan con minar la seguridad alimentaria del Africa sub-sahariana. En Liberia podría producirse una grave es-casez de alimentos, y posiblemente inanición, si fraca-sa una vez más el frágil acuerdo de paz. También se-guirá necesitando asistencia de socorro un gran nú-mero de personas vulnerables en el Cuerno de Africa y en la región de los Grandes Lagos. Ante esta situa-ción, se señala a la atención de la comunidad interna-cional las siguientes necesidades del Africa sub-sahariana.

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