Capitulo I Situación actual del proyecto
Generalmente la familia cultiva sus productos agrícolas en la huerta (si tienen) y la producción de hortalizas se hace en el patio. La labor de la mujer en la huerta es considerada como "apoyo" al trabajo realizado por parte del hombre. La mujer se integra a las actividades agrícolas en los momentos de mayor demanda de mano de obra (siembra y cosecha sobre todo, pero también limpieza manual, fertilización, postcosecha, etc.), y cuando el marido y los niños no tienen tiempo. Consecuentemente, la integración de la mujer en el trabajo está relacionada al acceso con los recursos humanos de la familia, la mujer se ocupa normalmente del patio donde se siembran hortalizas y frutales. Los animales menores (gallinas, patos, chompipe, cerdos etc) están también bajo el control de las mujeres. Los hombres tienen la responsabilidad sobre el ganado mayor. Todas las actividades en el patio y la huerta se discuten en la familia pero, en general, el hombre decide sobre la huerta y la mujer decide sobre el patio. En casi todas las actividades productivas de la familia el hombre y la mujer se ayudan mutuamente.
Generalmente todas las labores domésticas son realizadas por la mujer. El hombre lleva el agua y la leña, en el caso de la leña las mujeres lo hacen también, pero solamente para el autoconsumo. Especialmente en el Territorio II, la leña para el mercado es uno de las fuentes de ingreso más importantes para las familias. Son los hombres y los hijos mayores que se ocupan de esta actividad.
En general, el hombre es considerado como el responsable de la familia ya que en la mayoría de los casos, él es el dueño de la tierra, tiene título de propiedad o título de alquiler.
En la comercialización, generalmente la mujer se ocupa de la venta de productos del patio y el hombre de la huerta. Sin embargo, en la mayoría de las comarcas/sectores la producción es sobre todo para el autoconsumo.
De los 1500 campesinos atendidos por el proyecto, 498 (33%) son mujeres. Alrededor de 346 mujeres están organizadas en grupos de mujeres o trabajan individualmente, el resto está integrado en grupos de varones. La principal actividad desarrollada por la mujer son los huertos familiares. Otras actividades son: viveros comunales o individuales; plantaciones forestales en el patio; pilas de agua; conservación de suelos (curvas a nivel, cercas y barreras vivas) y abonaras (abono orgánico). Para diversificar las actividades de producción de las mujeres se introdujeron actividades de apicultura (miel de abeja) en El Torreón y Cristo Rey; pequeñas actividades con plantas medicinales (Ojochal, Cristo Rey, Guanacastal); actividades de producción del flor "Disciplina" (Celosía Cristata) para la venta durante el Día de Difuntos en noviembre (existe un buen mercado en León) y están programadas actividades de crianza de gallinas en Guanacastal, Cristo Rey, los Zanchones, los Urroces, KM 16 y Monte Redondo.
El programa de la mujer está apoyado por dos extensionistas mujeres ubicadas en cada territorio de acción del proyecto. Los extensionistas varones apoyan a las dos mujeres en los trabajos que se realizan y además, tienen dentro de los grupos de varones que atienden, socias mujeres (en total 152).
Actualmente el proyecto trabaja en 8 comarcas del Territorio I, y 5 en el Territorio II (7 comarcas con actividades de grupos de mujeres).
Tradicionalmente las mujeres no se organizan en grupos. El proyecto ha logrado un nivel bastante alto de mujeres organizadas. Además, el proyecto está en proceso de desarrollar con los campesinos las Juntas Directivas de Asociación a nivel de Municipio. El objetivo de estas Asociaciones es estructurar la capacidad productiva en el campo rural, maximizar los recursos disponibles y a la vez, ofrecer servicios de administración de los recursos y servicios de procesamiento, crédito y comercialización de produción silvo-agropecuario en el campo. Se eligen representantes a nivel de las comarcas, para la Junta Directiva de la Asociación. También se eligieron mujeres como representantes. Este proceso es de suma importancia para asegurar la participación de la mujer en todas las actividades de la Asociación, les da la posibilidad de participar en el proceso de toma de decisiones a nivel de Municipio.
La metodología de Extensión Participativa se inicia con un proceso informativo de visitas y reuniones con los campesinos/as donde los extensionistas comienzan un acercamiento y contactos para conversar sobre la problemática del lugar y alternativas que pueden ayudar en el futuro. En este proceso se da una transferencia de experiencias entre la población y los extensionistas y entre los campesinos de diferentes comarcas, para establecer una comunicación, acercamiento y conocimiento que permita la introducción del programa en una forma participativa, identificar líderes comunales, que serán las jefas de grupos. Así la extensionista puede llegar a la población de una forma más directa.
Existe un plan de capacitación bien definido en el tiempo y según los temas más importantes. La capacitación está acompañada por diferentes técnicas de orden participativo entre las cuales se encuentran: Audiovisuales; Programa de radios; Seminarios y Talleres; Intercambios entre campesinas; visitas a lugares de trabajo similares; acompañamiento y asesoramiento (extensionistas).
La capacitación recibida por parte de las campesinas en cuanto a conservación de suelos (cercas y barreras vivas, curvas a nivel, diques), abono orgánico, huertos, cultivos de verano, control de enfermedades/plagas ha sido muy útil.
La capacitación en áreas tradicionales de escasa productividad y poco valoradas como la alimentación y nutrición, reconoce el rol productivo de la mujer. El desempeño de estas actividades se mejora lográndose mayor producción y acceso a recursos (crédito y asistencia técnica) por parte de la mujer. Este enfoque ha mostrado resultados positivos, por ejemplo en el proyecto "Programa de Promoción y Capacitación Campesina para la Incorporación de la Mujer al Proceso Productivo" en Honduras (FAO/Holanda), como punto de partida del proceso lento y complejo que implica el desarrollo de la autonomía de la mujer campesina. El proyecto de los Maribios está también desarrollando su metodología hacia este enfoque.
Las actividades en el programa de mujer, (abono orgánico, huertos familiares, viveros, gallineros, apicultura, producción de flores y plantas medicinales) se ubican principalmente en el ámbito de la seguridad alimentaria y contribuye a través de ellos a mejorar la disponibilidad de alimentos en la familia. Tradicionalmente, las mujeres trabajan en sus huertos pero se han mejorado sus actividades mediante la asistencia técnica, la formación de grupos y el acceso al crédito. Además, algunas han aumentado su autoestima y han logrado el reconocimiento de la familia hacia actividades que tradicionalmente no han sido valorizadas.
En general los resultados de las actividades desarrolladas por las mujeres son positivos.
