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Informe de la reunión

Setenta y un participantes de 33 países y 13 organizaciones internacionales, procedentes de muchos sectores diferentes, entre ellos el sector privado y ONG, y en representación de una vasta gama de usos de la tierra y diversas disciplinas, se reunieron en la Sede de la FAO del 28 al 30 de octubre de 1998 a fin de:

El presente informe se basa en los resultados de la reunión.

I PREÁMBULO

Casi todos los países, en todas las fases del desarrollo económico y en todas las ecorregiones, sufren las consecuencias ambientales, sociales y económicas de los incendios forestales. Estas consecuencias tienen repercusiones más amplias que van más allá de los propios bosques y de las fronteras nacionales, incluidos trágicos efectos sobre la salud y la vida humana. Los recientes casos de sequía asociados con el fenómeno de El Niño han hecho que el mundo preste más atención a los efectos de los incendios forestales.

No obstante, no todos los efectos del fuego son negativos. El fuego es un proceso natural que influye en muchos ecosistemas y que forma parte integrante de éstos, los cuales han evolucionado como respuesta a sus efectos. El conocimiento tradicional del fuego como instrumento está profundamente arraigado en igual medida en las culturas de los países en desarrollo y desarrollados. El fuego es aún esencial para el desbroce de la tierra a fin de satisfacer las necesidades alimentarias de la mayoría de los países en desarrollo y como parte de su proceso de desarrollo, mientras que en otros se utiliza para conseguir una gran variedad de objetivos relacionados con la ordenación de los recursos.

La conciliación de las funciones positivas del fuego cuando está al servicio de la humanidad con sus efectos negativos cuando se adueña de la situación es uno de los desafíos más importantes con que se enfrentan los responsables de la formulación de políticas sobre ordenación sostenible de los bosques y de los usos de la tierra.

II SITUACIÓN ACTUAL

Actualmente, la elaboración de políticas nacionales de incendios con frecuencia se efectúa como reacción específica a una situación que se ha creado, más que como una medida correctiva puesta en práctica antes de que surja la emergencia. A menudo, al elaborar las políticas no se toman en consideración las causas subyacentes de la incidencia y propagación de los incendios, que pueden ser ajenas al sector forestal, como la pobreza rural y la privación, o los efectos de otras políticas públicas relacionadas con la utilización de tierras y los incentivos. En ocasiones, la incidencia y la propagación de los incendios pueden deberse a políticas de ordenación forestal mal concebidas, en particular en el caso de políticas de exclusión total de los incendios, lo que ha conducido a la acumulación de combustibles y a focos de incendios catastróficos.

Por lo general, la elaboración de políticas sobre utilización de la tierra rara vez se basa en datos o información fiables sobre las repercusiones de la magnitud o las causas de los incendios forestales, o entraña procesos participativos o consultas con quienes se hallan más directamente involucrados o afectados. Aun en los lugares en los que están vigentes políticas encaminadas a reducir la incidencia y los daños de los incendios forestales, pueden registrarse deficiencias institucionales derivadas de la escasez de fondos públicos a causa de la inestabilidad política o la debilidad económica, que no permiten su ejecución.

III MEDIDAS PRELIMINARES NECESARIAS PARA ELABORAR POLÍTICAS PÚBLICAS RELACIONADAS CON EL CONTROL DE LOS INCENDIOS Y PRÁCTICAS SOSTENIBLES DE UTILIZACIÓN DE TIERRAS

Hacen falta sistemas fiables y actualizados para la presentación, el análisis y el almacenamiento de datos sobre incendios a nivel nacional, regional y mundial. Estos datos, así como la información sobre las causas de los incendios y sus efectos socioeconómicos y ambientales, son necesarios para formular políticas sobre una base sólida. A ello hay que añadir la necesidad de alcanzar un acuerdo internacional sobre los términos y definiciones en la materia como fundamento para un buen intercambio de información y la comunicación.

Es además indispensable disponer de información sobre las alternativas de ordenación de los recursos y sus consecuencias a fin de permitir la participación de todos los interesados en la formulación y desarrollo de las políticas.

IV CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES A LOS ESTADOS MIEMBROS EN CUANTO A LOS PRINCIPIOS EN LOS QUE DEBEN BASARSE LAS POLÍTICAS DE UTILIZACIÓN SOSTENIBLE DE TIERRAS Y BOSQUES CON OBJETO DE REDUCIR, MITIGAR Y CONTROLAR LOS INCENDIOS, ASÍ COMO DE UTILIZACIÓN DE LA QUEMA CONTROLADA.

No existe una única fórmula que permita abarcar la amplia variedad de condiciones ecológicas, socioeconómicas y culturales existentes entre las regiones y dentro de ellas, o los diferentes objetivos que decidan establecer las diversas sociedades, pero sí existen ciertos principios amplios que son comunes a todas las situaciones y objetivos, entre los que figuran los siguientes:

Algunos aspectos técnicos podrían servir de apoyo para la formulación y ejecución de políticas, a saber:

Las nuevas tecnologías ofrecen el medio para introducir nuevas políticas de ordenación de tierras más aceptables desde un punto de vista ecológico y social; se señalan en especial las técnicas de desbroce que no recurren a la quema bajo ninguna circunstancia.

Es preciso reforzar la investigación en materia de incendios en los niveles nacional y regional a fin de prestar apoyo al desarrollo de políticas y la capacidad de manejo de incendios, especialmente en relación con la investigación inherente a los aspectos socioeconómicos y culturales de los incendios. La investigación sobre incendios debe abarcar una serie de temas, a saber:

- el desarrollo de nuevas tecnologías especializadas de teledetección espacial para un mayor apoyo a la adopción de decisiones en materia de incendios, con inclusión de tecnologías de sensores para la detección y alerta rápida de incendios;

- técnicas de recuperación después de un incendio y procesos de mitigación de los efectos de los incendios y de reestablecimiento de ecosistemas;

- impacto del cambio climático en el régimen y la gravedad de los incendios.

La experiencia acumulada no debe desdeñarse, y es preciso considerar los conocimientos autóctonos locales sobre culturas y costumbres relacionadas con el fuego como guía para prácticas y políticas de manejo de incendios.

Es necesario desarrollar sistemas de evaluación a fin de valorar los daños y ventajas del fuego y para subrayar sus costos y beneficios reales.

Las políticas y técnicas que tienen por mira aumentar la productividad agrícola, disponiendo y aplicando al mismo tiempo desincentivos en caso de programas imprudentes, disminuirán la transformación de terrenos forestales en tierras de cultivo no sostenibles, reduciendo así los daños ocasionados por los incendios forestales.

V CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES PARA LA FAO Y LAS ORGANIZACIONES INTERNACIONALES

Son muchas las organizaciones internacionales, como la FAO, otros organismos de las Naciones Unidas y ONG, que participan en actividades a nivel regional y mundial relacionadas con los incendios forestales. Se insta a continuar y mejorar la colaboración y la coordinación.

Hace falta establecer acuerdos transfronterizos o regionales de colaboración en el manejo de incendios, con la asistencia técnica y financiera de organizaciones internacionales.

Se exhorta además a las organizaciones internacionales a prestar apoyo al diseño y aplicación de un inventario mundial de incendios o de un sistema mundial de notificación de incendios, en estrecha colaboración con la comunidad científica que se ocupa de esta esfera y con los usuarios finales. Hace falta elaborar una terminología sobre manejo del fuego uniformada a nivel internacional a fin de apoyar esos sistemas mundiales o regionales de notificación de incendios.

Se requiere un sistema mundial de información sobre incendios que proporcione acceso inmediato a datos e información en tiempo real sobre incendios en curso y a información archivada, así como a otras fuentes que los países necesiten para desarrollar programas de manejo de incendios, aumentar la preparación y responder a los focos en los niveles nacional, regional y mundial.

La FAO y otras organizaciones internacionales deberán desempeñar un papel catalizador en el establecimiento de redes a fin de promover el intercambio de información y conocimientos y la cooperación técnica entre los países en desarrollo, y a tales efectos se deberán asignar recursos suficientes.

Se necesitan asimismo directrices y códigos de prácticas para la prevención y el control de incendios, no solamente en el sector forestal sino también en cualquier esfera que pudiera influir en los incendios forestales (por ejemplo trazado de caminos, líneas eléctricas, etc.).

Sigue siendo necesaria la asistencia técnica de la FAO u otras organizaciones internacionales, en particular por lo que concierne al apoyo institucional y el aumento de la capacidad.


[1] Se señalaron los efectos contraproducentes de las disposiciones del Protocolo de Kyoto de la Convención Marco sobre el Cambio Climático respecto de las emisiones de carbono ocasionadas por la quema controlada en los países del anexo I. Las quemas controladas son causadas por el hombre y por ende se consideran como emisiones a efectos del balance de carbono de un país, a diferencia de un incendio devastador debido a causas naturales por no haberse reducido la carga de combustible.

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