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I. GÉNERO Y ESTADÍSTICAS AGROPECUARIAS


1.1 LA IMPORTANCIA DE LA PERSPECTIVA DE GÉNERO EN LAS ESTADÍSTICAS
1.2 PRODUCCIÓN DE ESTADÍSTICAS CON PERSPECTIVA DE GÉNERO
1.3 LAS NECESIDADES DE LOS USUARIOS
1.4 ÁREAS DE TRABAJO DE LAS ESTADÍSTICAS CON PERSPECTIVA DE GÉNERO
1.5 GÉNERO Y ESTADÍSTICAS EN EL SECTOR AGROPECUARIO
1.6 PRINCIPALES FUENTES DE DATOS SOBRE LA AGRICULTURA Y EL DESARROLLO RURAL
1.7 ACCIONES DE LA FAO EN MATERIA DE GÉNERO Y ESTADÍSTICAS
1.8 CAMINO POR RECORRER HACIA LA OBTENCIÓN DE DATOS CON PERSPECTIVA DE GÉNERO

En todas las sociedades, el papel que desempeñan los hombres y las mujeres, sus oportunidades de educación, trabajo, desarrollo profesional y finalmente su acceso a los recursos económicos y a la toma de decisiones son diferentes para ambos sexos. Por lo tanto, la participación de unos y otros en el ámbito económico y político es desigual y la apropiación de los beneficios derivados del desarrollo económico y social diversa. En las últimas décadas, las personas dedicadas a defender los derechos de la mujer llamaron la atención sobre estos hechos y la necesidad de tomarlos en cuenta en la formulación de políticas y planes.

Desde 1975, año en el que se llevó a cabo la primera Conferencia Mundial sobre la Mujer en la Ciudad de México, los enfoques con relación a la problemática de la mujer han cambiado considerablemente. Las estrategias iniciales concebían a las mujeres como un grupo homogéneo y las aislaban de las políticas globales, contribuyendo a menudo a acentuar las discriminaciones existentes. Los proyectos dirigidos específicamente a la mujer carecían de fondos y las oficinas especializadas de "Mujer en el Desarrollo" no contaban con los recursos necesarios para influir en la formulación de las políticas. Esta visión se ha transformado hasta llegar a una concepción más amplia que no dedica una atención exclusiva a las preocupaciones de las mujeres, sino que por el contrario, considera tanto a las mujeres como a los hombres y pone énfasis en sus interrelaciones; es decir, en la actualidad el enfoque de género conlleva una visión más global de la sociedad en su conjunto.

Esta nueva aproximación considera que las políticas económicas y sociales afectan a las mujeres y a los hombres de manera diferente y que ambos, al igual que sus interrelaciones, influencian el proceso de desarrollo. Esta perspectiva se interesa por los mecanismos que regulan los vínculos entre mujeres y hombres y examina el impacto que sobre ellos tienen las políticas y los planes, en función de sus respectivas características socioeconómicas.

En la actualidad existe un mayor reconocimiento por parte de los organismos internacionales y los gobiernos sobre la necesidad de fortalecer la participación de la mujer para lograr un desarrollo sostenible. Si bien es cierto que hoy en día el aporte de la mujer a la sociedad es un poco más visible que hace 25 años, aún queda mucho camino por recorrer. En efecto, la escasez y deficiencia en la información acerca de las diferencias reales entre mujeres y hombres en la vida económica, social, política y cotidiana, con frecuencia ha dado lugar a la formulación y al diseño inadecuados de políticas, planes o proyectos. Tan sólo una producción más precisa de estadísticas puede contribuir a resolver estas problemáticas.

1.1 LA IMPORTANCIA DE LA PERSPECTIVA DE GÉNERO EN LAS ESTADÍSTICAS

Hoy en día, en los países del Tercer Mundo la pobreza afecta a gran parte de la sociedad rural y en particular a la mujer. Si bien el desarrollo agrícola sostenible persigue el incremento de la productividad y del rendimiento, preocupándose al mismo tiempo por la conservación de los recursos naturales, el aumento de los ingresos, la creación de empleo y el mejoramiento del nivel de seguridad alimentaria y de nutrición, a menudo los programas y las políticas han contribuido a acentuar la pobreza o al menos no han promovido mejoras en el nivel de vida de los individuos y aún menos de las mujeres.

Los criterios económicos son la base de las discusiones para la formulación de los planes de desarrollo, mientras que los parámetros sociales y humanos se utilizan particularmente para justificar las decisiones económicas. Durante un ejercicio de planificación no sólo no es fácil poner al mismo nivel los aspectos humanos y económicos, sino que es aún más complejo introducir la problemática de género. Los planificadores pocas veces estiman que estas concepciones sean relevantes y en parte esto obedece al hecho de que ni siquiera cuentan con una información confiable e imparcial sobre la naturaleza y la magnitud de las contribuciones económicas diferenciadas de mujeres y hombres.

En un mundo basado en valores completamente económicos, el trabajo femenino, con frecuencia no remunerado, no es considerado como productivo. De ésta forma, a pesar de que la mujer rural desempeñe un papel central en la economía de subsistencia y la seguridad alimentaria, su actividad se excluye de los cálculos económicos. En consecuencia las estadísticas agropecuarias tienden a subvalorar y omitir variables indispensables para obtener una visión más real de la actividad del sector y del desarrollo rural. Ello conduce a un profundo desconocimiento de la situación de la economía agraria que a su vez limita las posibilidades de acción.

Hace algunos años la demanda de datos e indicadores específicos con perspectiva de género se limitaba a las personas que defendían los derechos de la mujer y de los grupos menos favorecidos. Ahora, este tipo de información cuenta con una mayor cantidad de usuarios, incluyendo a las instancias de decisión a todos los niveles y en todas las áreas del desarrollo social y económico. En efecto, en la actualidad hay una mayor conciencia acerca de la importancia de tener en cuenta los aspectos relativos al género en la formulación de políticas para el desarrollo, lo cual a su vez ha incrementado la necesidad de contar con estadísticas pertinentes. Contemporáneamente, la disponibilidad de datos confiables permitiría justificar cambios y promoverlos y ayudaría a disipar las dudas y el escepticismo con relación a la relevancia de enfoques novedosos, como el enfoque de género.

En síntesis, las estadísticas con perspectiva de género son hoy en día indispensables para:

Los conceptos y métodos propuestos y adoptados por numerosos países para reflejar mejor la realidad han comenzado a dar sus frutos en materia de producción de estadísticas con enfoque de género. En muchas naciones, también se han desarrollado estrategias para mejorar la presentación y divulgación de datos.

1.2 PRODUCCIÓN DE ESTADÍSTICAS CON PERSPECTIVA DE GÉNERO

Las estadísticas con perspectiva de género constituyen un nuevo campo que va más allá del desglose de datos por sexo. Se construyen a partir de conceptos y definiciones que revelan las condiciones y características diferenciadas de mujeres y hombres en la sociedad, así como sus interrelaciones. Para su elaboración es necesario contar con métodos de recolección de datos apropiados que permitan captar la situación efectiva de los distintos grupos de individuos, evitando estereotipos y factores culturales que podrían dar lugar a prejuicios. Además, es oportuno señalar que las fases subsiguientes de procesamiento y divulgación de la información son de central importancia.

Es esencial que las estadísticas con perspectiva de género sean presentadas de forma clara, sencilla y directa ya que no sólo sus usuarios son múltiples y diversos, sino que varios de ellos no son expertos en la materia. Por otro lado, ya que las estadísticas abarcan cuantiosos y diferentes campos y se basan en fuentes distintas, es preciso tener un cuidado particular a la hora de compilar los cuadros, los gráficos y mapas y de preparar las publicaciones.

De este modo, las estadísticas con perspectiva de género no pueden producirse aisladas de los demás sectores estadísticos; al contrario, los sistemas estadísticos deberán incorporar los aspectos de género. Su captación, compilación, análisis y presentación deben formar parte integral del trabajo habitual de las oficinas nacionales responsables de la producción y divulgación de las estadísticas oficiales en todos los campos, sin que ello sea considerado como una carga adicional. De hecho, la producción y el mejoramiento de indicadores con perspectiva de género se debe inscribir dentro de los programas ya existentes de recolección de datos (censos y encuestas efectuadas periódicamente por los institutos nacionales del ramo). Este trabajo debe ser el resultado de una estrecha colaboración con los usuarios y de una mejor utilización de la información y los sistemas estadísticos presentes.

Dentro de este contexto, es fundamental que las personas que generan la información entiendan a fondo el concepto de género para que se puedan llevar a cabo las siguientes etapas relativas a la producción de datos:

Primera Fase: Identificación de los problemas de género y los requerimientos que éstos plantean para mejorar la sociedad

La identificación de los problemas de género que hay que incorporar en los programas y políticas debe ser el resultado de un diálogo contínuo entre los productores de información estadística y los usuarios de ésta, tales como los planificadores o formuladores de política.

Por ejemplo, un problema importante en materia de género es el limitado acceso de la mujer a los factores de producción ya que los prejuicios prevalecientes se materializan con frecuencia, en procedimientos que obstaculizan su acceso a la tierra y al crédito. Asimismo, otras discriminaciones resultantes de los patrones sociales y culturales imperantes son aquellas relacionadas con la repartición desigual de responsabilidades entre mujeres y hombres en la vida familiar, los niveles de educación más bajos de la mujer, etc. Estas situaciones hacen que las mujeres sean más vulnerables a la pobreza, tengan una capacidad de negociación limitada, se encuentren en un peor estado de nutrición, tengan bajos niveles de productividad y una carga de trabajo más pesada, etc.

Hay que investigar en profundidad todas las problemáticas con el fin de dilucidar sus causas y consecuencias y analizar sus interrelaciones. Para enfrentar tales problemas y adoptar medidas apropiadas que permitan solucionarlos, o al menos mitigarlos, los analistas de género, los ejecutivos de alto nivel y los demás usuarios interesados necesitan basar sus análisis en estadísticas e indicadores adecuados y confiables.

Segunda Fase: Identificación de los datos necesarios relacionados con problemáticas de género

La segunda fase se orienta a identificar los requerimientos en materia de datos e indicadores. En colaboración con los usuarios, los productores de estadísticas deciden qué datos se necesitan para el análisis con perspectiva de género y qué indicadores se deben construir tanto para la formulación de políticas, como para su seguimiento y evaluación.

Tercera Fase: Revisión de las fuentes existentes para identificación de avances, lagunas y problemas

Esta fase supone que los usuarios examinen periódicamente los datos disponibles y evalúen hasta qué punto éstos responden a sus necesidades. Ello servirá para que posteriormente, mediante el mejoramiento de los métodos existentes de recolección de información y el diseño de nuevos programas, se subsanen los problemas relativos a la carencia de datos, las deficiencias en la calidad y las dificultades de adecuación.

La revisión de las fuentes existentes supone el análisis de las definiciones y los conceptos adoptados en los cuestionarios, los catálogos para codificación y los criterios de agrupamiento, para evaluar si reflejan la realidad de la mujer y del hombre en la sociedad. Asimismo, dicho ejercicio exige una profunda evaluación de los métodos de obtención de datos que comprenda, desde el diseño de los cuestionarios y del muestreo hasta la selección y capacitación de los encuestadores.

Cuarta Fase: Mejoramiento de las fuentes existentes y desarrollo de nuevos programas de recolección de datos

El examen de las fuentes disponibles revela automáticamente las lagunas existentes. En consecuencia, ello conduce a adecuar los conceptos y corregir los métodos empleados en los programas periódicos de consecución de datos, procesar nuevamente la información, divulgar estadísticas no publicadas y finalmente a decidir si es o no indispensable recolectar datos adicionales. En síntesis, en esta etapa los generadores de información estadística identifican lo que se necesita realizar en el futuro para responder mejor a las necesidades de los usuarios y proporcionarles una información confiable.

Por ejemplo, el análisis de la discriminación en el ámbito del empleo - aspecto importante del trabajo de la mujer - requiere una tabulación de datos muy detallada (en general 3 dígitos), para evitar que empleos con diferente remuneración y categoría sean integrados en un gran grupo ocupacional heterogéneo. Si bien, los censos y encuestas sobre fuerza de trabajo suelen proporcionar datos sobre ocupación, a menudo adolecen de problemas de tabulación o se presentan de manera muy agregada. Un análisis correcto puede efectuarse extrayendo la información de los datos originales y agrupándolos de manera diferente. En otros casos, habrá que recolectar nuevos datos, aunque en la mayoría de las ocasiones se pueden subsanar las carencias, añadiendo pocas preguntas a las encuestas existentes.

De cualquier manera, la lógica y dinámica de la investigación conduce siempre a la búsqueda de programas nuevos. En este contexto, la introducción de encuestas sobre la utilización del tiempo, que sólo en pocos países forman parte de la recopilación periódica de información, representaría una excelente innovación para el programa estadístico global.

Quinta Fase: Compilación, análisis y presentación de estadísticas y su divulgación en función de los grupos específicos de usuarios

La compilación, el análisis, la presentación y la divulgación de las estadísticas con perspectiva de género tienen una especial importancia. Esta fase es crucial porque tales datos suelen tocar cuestiones sensibles o delicadas de las que poco se sabe y para las que se requieren nuevas ideas. La presentación adecuada permite una divulgación más amplia tanto entre los usuarios expertos, como entre los que no lo son. Igualmente, un análisis correcto y apropiado de las estadísticas disponibles puede evitar que los usuarios introduzcan su propia percepción "sesgada" en materia de género.

Para llegar a todos los grupos de usuarios interesados y satisfacer sus distintas necesidades y sus diferentes niveles de conocimiento, las personas encargadas de la producción de estadísticas también deben preparar productos derivados específicos (libros, manuales, versiones electrónicas, carteles, etc.). Estos productos deben ser objeto de publicidad y de una divulgación orientada hacia el mercado. Los productores, con el apoyo de usuarios previamente identificados, necesitan formular y desarrollar en conjunto las estrategias pertinentes para divulgación.

1.3 LAS NECESIDADES DE LOS USUARIOS

Los usuarios de estadísticas con enfoque de género son múltiples y muy variados: ejecutivos de alto nivel, planificadores, políticos, organismos internacionales y nacionales de desarrollo, organizaciones no gubernamentales, instituciones de investigación, defensores de las cuestiones de género, medios masivos de comunicación y el público en general. Cada grupo tiene su lógica, sus propios objetivos, su conocimiento técnico. Cada uno utiliza la información según el grado de familiaridad que tenga con el análisis estadístico y su entendimiento de los aspectos relativos al género. De esta forma, para lograr que los datos sean de interés y utilidad para los usuarios, los generadores de información estadística necesitan estar en permanente contacto con los diferentes grupos de agentes interesados y establecer mecanismos efectivos de colaboración con ellos. Dentro de este proceso se requiere:

Aunque los generadores de información y los usuarios deben trabajar juntos a lo largo de todo el proceso de producción, presentación y difusión de las estadísticas; la responsabilidad de producirlas y presentarlas recae, en definitiva, sobre los primeros, porque son los que reúnen el conocimiento técnico y los instrumentos para responder adecuadamente a las necesidades de los usuarios.

Los productores de estadísticas requieren ampliar sus horizontes para visualizar las dimensiones sociales relativas a género, y vincularlas con los aspectos técnicos y metodológicos de la producción estadística. Deben igualmente entender cuáles son los datos y tipos de análisis de mayor interés para los usuarios, aún cuando éstos no estén familiarizados con las estadísticas o no expresen sus necesidades en forma clara. Por último, dado que todo ello es en beneficio de la sociedad en su conjunto, los generadores de información deben encontrar el modo de ampliar su audiencia e incentivar a los usuarios potenciales de las estadísticas. Por ejemplo, los folletos deben tener un diseño atractivo para suscitar el interés de lectores, incluso el de aquellos generalmente hostiles a las estadísticas y al mismo tiempo, así como para generar una demanda de información más refinada. Para ésto se requiere el apoyo de las autoridades del ramo, porque necesariamente tendrán que asignarse mayores recursos humanos y financieros a la realización de tales actividades.

Por su parte, los usuarios necesitan desarrollar una serie de habilidades básicas para leer e interpretar las estadísticas, comunicarse con los generadores de la información, hacer uso efectivo de dichas herramientas en su trabajo cotidiano y difundir los beneficios obtenidos gracias a éstas. Asimismo, además del uso correcto de los datos, es importante conocer los requisitos de su producción y el marco del trabajo de los generadores de estadísticas y formulen demandas razonables.

Existen varios mecanismos efectivos en grado de potenciar la colaboración entre usuarios y productores para mejorar el enfoque de género en las estadísticas. Entre ellos se encuentran la organización de talleres para usuarios y productores[1], la inclusión de usuarios y asesores expertos en materia de acopio de datos en todos los comités técnicos y la participación de los generadores de información estadística en los foros que examinan las políticas de desarrollo social y económico.

Las estrategias de divulgación deben desarrollarse en una fase temprana del proceso de producción, con la colaboración de representantes de la audiencia-objetivo. Entre los medios para mejorar la difusión de las estadísticas publicadas se encuentran: seminarios para lanzar el nuevo producto; participación de las instituciones académicas; uso de los medios de comunicación y la inserción de anuncios en televisión, revistas, periódicos, folletos y otros tipos de publicidad; presentaciones en escuelas y universidades y reuniones con funcionarios de alto nivel.

1.4 ÁREAS DE TRABAJO DE LAS ESTADÍSTICAS CON PERSPECTIVA DE GÉNERO

Durante los últimos años se han registrado mejoras considerables en la elaboración de estadísticas con perspectiva de género. Los usuarios ahora saben más acerca de la situación de los dos sexos y demandan un producto más elaborado. Los productores de estadísticas han adquirido una mayor y mejor comprensión de los aspectos sociales y económicos y están aprendiendo a integrarlos a su trabajo.

Sin embargo, existen áreas en la producción de datos que aún se tratan de manera parcial y por lo tanto, requieren un progreso ulterior. Los usuarios, en particular aquellos interesados en el desarrollo social no sólo han identificado la ausencia de buenos datos para una serie de temas prioritarios para ellos, como por ejemplo la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza, sino que también han manifestado un creciente interés por herramientas que permitan evaluar la contribución real de mujeres y hombres a la sociedad. Dentro de este contexto cobran especial importancia los siguientes aspectos:

Para mejorar la cobertura de algunos de estos asuntos, los productores de estadísticas y los organismos internacionales especializados han desarrollado nuevos conceptos y han adoptado definiciones y métodos alternativos para la recolección de datos. Ello ha dado lugar a estudios sobre la utilización del tiempo con miras a producir mejor información sobre el trabajo no retribuido de mujeres y hombres, a la revisión del Sistema de Cuentas Nacionales y a una definición más precisa de la población económicamente activa. Todo esto evidencia la existencia de un compromiso para enriquecer la información sobre estas áreas prioritarias e incorporar una perspectiva de género en las estadísticas oficiales. Otros temas, como la distribución de los recursos en el seno de los hogares, apenas han empezado a ser objeto de exploración.

1.5 GÉNERO Y ESTADÍSTICAS EN EL SECTOR AGROPECUARIO

La pobreza, inseguridad alimentaria y degradación del medio ambiente son tres problemáticas centrales para el objetivo del desarrollo sostenible en general y del desarrollo rural en particular. Los formuladores de política deben tener presente que la adopción de cualquier medida orientada a resolver las problemáticas mencionadas producirá un impacto en las condiciones de vida e interrelaciones de mujeres y hombres rurales, actores protagónicos en la producción de alimentos y el manejo del medio ambiente. De esta manera, es fácil entender la trascendencia de que las políticas y las acciones se basen en una información estadística apropiada.

El documento de la FAO "Programa del Censo Agropecuario Mundial 2000" evidencia los aspectos prioritarios que deberán explorarse para conocer los esquemas de producción, identificar a la población involucrada en el proceso productivo e incluir elementos que permitirán hacer análisis con perspectiva de género.

1.6 PRINCIPALES FUENTES DE DATOS SOBRE LA AGRICULTURA Y EL DESARROLLO RURAL

Una amplia gama de datos sobre las características productivas y humanas de las explotaciones agropecuarias están disponibles gracias a la existencia de diversas fuentes de información estadística, tales como los censos agropecuarios y de población y vivienda y las encuestas agrícolas y de empleo rural. Además otras fuentes no especializadas en el sector pueden ser de gran utilidad, como las encuestas relativas al consumo alimentario, nivel de ingresos y gastos de los hogares, presupuesto de tiempo, etc. El alcance y las limitaciones de esas fuentes se examinarán más adelante.

1.7 ACCIONES DE LA FAO EN MATERIA DE GÉNERO Y ESTADÍSTICAS

La carencia de estadísticas adecuadas sobre los recursos humanos, en la agricultura y el desarrollo rural, ha sido ampliamente reconocida por la FAO. En distintos foros se han discutido los problemas existentes en esta área y las medidas que es necesario adoptar. El plan más reciente para mejorarlas fue desarrollado durante la Consulta entre Organismos celebrada por la FAO en 1991. En esa ocasión se revisaron las fuentes de información estadística y se formularon recomendaciones específicas para mejorarlas y elaborar bases de datos. A continuación se resumen los principales resultados de la Consulta, poniendo especial énfasis en los aspectos relacionados con los censos agropecuarios[2]:

1.8 CAMINO POR RECORRER HACIA LA OBTENCIÓN DE DATOS CON PERSPECTIVA DE GÉNERO

En 1975, durante la Primera Conferencia Mundial sobre la Mujer, realizada en México, se reconoció la urgencia de disponer de mejores estadísticas acerca de la situación femenina. Desde entonces, los esfuerzos de muchas organizaciones nacionales e internacionales han conducido a establecer un mejor diálogo entre los generadores de información estadística y quienes toman las decisiones sobre las políticas. Como resultado de esto, se ha creado una nueva conciencia acerca de la importancia de contar con estadísticas adecuadas para la formulación de políticas y toma de decisiones a todos los niveles.

En los últimos años, el enfoque general en materia de desarrollo ha cambiado considerablemente. Se pasó de considerar a la mujer aislada de su contexto social y familiar ('mujeres en el desarrollo') a una visión más global que tiene en cuenta los hombres y las mujeres, así como sus interrelaciones ('género y desarrollo'). De manera concomitante, en materia de estadísticas se han producido modificaciones importantes en las hipótesis de trabajo y en los conceptos con miras a integrar a mujeres y hombres, el papel que desempeñan y sus relaciones, así como a eliminar los sesgos y los prejuicios que persisten en las metodologías estadísticas. Hoy en día, se reconoce que la perspectiva de género debe estar presente dentro del sistema estadístico en su globalidad.

Tradicionalmente, las encuestas y censos agrarios se han concentrado más en la producción agrícola y en las grandes explotaciones que en las pequeñas unidades de producción y en los recursos humanos. El asunto más problemático con relación a las estadísticas con perspectiva de género de la agricultura es la cuantificación y valoración del trabajo que desempeña la mujer. La dificultad en la medición reside en que, en general, ellas alternan las actividades productivas con las tareas domésticas, o incluso las realizan simultáneamente sin ni siquiera distinguir un trabajo de otro. Dentro de este contexto, las dos unidades de análisis, es decir los hogares y las explotaciones, están estrechamente relacionados y a menudo se confunden.

El problema de contar con estadísticas para evaluar la contribución de la mujer en el sector agropecuario y su aporte al desarrollo rural no se reduce a la medición de su trabajo. En efecto, si bien ello es esencial, es igualmente fundamental disponer de información apropiada para examinar el acceso de mujeres y hombres a los recursos productivos y su disponibilidad de tiempo. En la actualidad, en la recolección periódica de datos se ignoran las relaciones de género sobre aspectos tan importantes de la agricultura como el uso y propiedad de la tierra, el acceso a las fuentes de crédito, acceso a los servicios de capacitación y extensión y al uso de tecnología moderna y otros insumos agrícolas primordiales.

La mayor parte de las dificultades que plantea la recolección de datos se deriva de definiciones y conceptos inadecuados, así como de trabas metodológicas a causa de prejuicios y estereotipos en materia de género. Estos obstáculos podrían superarse mediante una revisión, una adaptación y un mejoramiento de los conceptos y la metodología, a lo largo de todo el proceso de generación de la información: marco conceptual, diseño y contenido del cuestionario, preparación y ejecución del trabajo de campo, codificación y criterios de agrupamiento, presentación de los resultados (cuadros estadísticos o indicadores más sofisticados) y divulgación.

Antes de pasar a examinar el conjunto de esos aspectos conceptuales y metodológicos, es necesario presentar algunas consideraciones relativas al género. De hecho es de central importancia, que los productores de la información estadística y sus usuarios tengan una idea clara del significado, el alcance y las implicaciones de ese concepto.


[1] El Instituto Internacional de Investigación y Capacitación para la Promoción de la Mujer (INSTRAW) de las Naciones Unidas ha organizado varios talleres de usuarios y productores, con el fin de mejorar las estadísticas sobre la mujer en países como Costa Rica, Pakistán, China y Ecuador.
[2] El rol de las mujeres en el desarrollo agrícola, número 8, Mejorar los datos desglosados por sexo de los recursos humanos a partir de los censos agrícolas, FAO. 1994. Roma, Anexo B. página 4.

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