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El primer pronóstico de la FAO relativo a la producción mundial de cereales en el 2000 es de 1 890 millones de toneladas, alrededor de un 1 por ciento más que en 1999. La producción de trigo se pronostica en 595 millones de toneladas, 1 por ciento más que en 1999; la de cereales secundarios en 900 millones de toneladas, casi un 3 por ciento más; mientras que la cosecha de arroz (elaborado) descenderá del 1 por ciento a 395 millones de toneladas.

Aunque los pronósticos iniciales apuntan a un aumento de la producción de cereales en el 2000, no sería suficiente para satisfacer las necesidades de utilización previstas en el 2000/01, y se tendría que recurrir a las reservas mundiales de cereales.

Persisten todavía las emergencias alimentarias en 34 países, y unas perspectivas desfavorables en algunos otros podrían crear dificultades localizadas en el suministro de alimentos (véase la pág. 4).

El pronóstico más reciente de la FAO relativo al comercio mundial de cereales en 1999/2000 es de 222 millones de toneladas, cifra inalterada respecto al informe anterior y superior en alrededor del 4 por ciento al volumen del año precedente. El aumento se atribuye a las importaciones tanto de trigo como de cereales secundarios, cuyo incremento compensaría con creces la probable disminución del comercio de arroz.

Los precios internacionales de los cereales han sido inestables y ligeramente más altos en las últimas semanas, debido a un comercio activo y a la preocupación por la posibilidad de condiciones atmosféricas desfavorables para la cosecha del 2000 en las principales zonas productoras de los Estados Unidos. La gran cuantía de suministros de la nueva cosecha y un comercio flojo ejercieron una presión a la baja sobre los precios internacionales del arroz. El índice de la FAO para los precios de exportación del arroz arrojó un promedio de 104 puntos en marzo, lo que representa el nivel más bajo desde junio de 1994.

La producción mundial de yuca se recuperó en 1999, lo que se tradujo en un aumento global de su utilización para alimentos, piensos y fines industriales. La gran cuantía de disponibilidades exportables redundó en una considerable expansión del comercio, pero los precios descendieron al nivel más bajo del decenio.

Se pronostica un ligero aumento de la producción mundial de leche en el 2000, pero como se prevé una demanda de importaciones sostenida, podrían escasear los suministros exportables, especialmente de leche en polvo. En consecuencia, deberían aumentar en el 2000 los precios internacionales de la mayoría de los productos lácteos, y especialmente la leche en polvo.