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Parte III: Conclusiones y recomendaciones


Conclusiones
Recomendaciones


Conclusiones

Las conclusiones que se pueden extraer de las informaciones y de los análisis presentados en los capítulos precedentes son múltiples y variados. A fin de obtener cierta claridad en la presentación se han dividido en dos categorías principales de acuerdo al sector de referencia; a saber: aquellas relacionadas con energía y las relativas al sector forestal.

Nótese que muchas de las conclusiones descritas a continuación exceden el marco de referencia de la categoría, por lo tanto queda al lector la elaboración de sus propias conclusiones de acuerdo al área y actividad en la cual esta involucrado.

1. Energía

1.1 La contribución de la biomasa en general y de la Leña en particular, en la satisfacción de requerimientos de la población rural no abastecida por redes de otras fuentes, escapa a toda discusión, sobre todo la referida a los consumidores de muy bajos ingresos o sin ingresos monetarios que, en el medio rural, constituyen una muy importante porción de la población total. Lo dicho abarca, en general, a la agroindustria pequeña localizada en el citado medio.

1.2. La importancia de la biomasa en el abastecimiento de los requerimientos energéticos del sector Residencial (Urbano y Rural), globalmente, crece cuando mayor es la porción de población que habita en el medio rural, mientras que en el medio urbano las fuentes bioenergéticas son sustituidas por otras fuentes, principalmente gas y energía eléctrica. De manera semejante, se manifiesta una sustitución entre fuentes de energía en el sector industrial, principalmente cuando mayor es la escala de producción en los establecimientos de éste.

1.3 En el Consumo Energético Final del conjunto de PE, la participación de los bioenergéticos en el abastecimiento de los requerimientos pasó de 37 por ciento (1970) a 20,5 por ciento (1990), disminuyendo también la participación de la Leña + Carbón Vegetal en el conjunto de los bioenergéticos. Así, en el año 1970 dicho subconjunto constituyó el 82,6 por ciento y en el año 1990 el 75,9 por ciento de los bioenergéticos consumidos, aumentando por consiguiente la participación del subconjunto Bagazo de Caña de Azúcar + Otras (Residuos de Biomasa).

1.4 Teniendo en cuenta que la Oferta Total de Energía Primaria en el conjunto de PE aumentó un 69,7 por ciento entre los años 1970 y 1990, adquiere mayor relevancia el aumento de la participación del Gas Natural en aquélla, pasando de 10,8 por ciento (1970) a 17,3 por ciento (1990) y creciendo en términos absolutos a una tasa anual acumulativa del 5,1 por ciento, siendo a la vez la fuente sustitutiva principal de la Leña y de Derivados Pesados del Petróleo. En cambio, la participación del conjunto de bioenergéticos en la Oferta Total de Energía Primaria pasó de 22,9 por ciento (1970) a 17,5 (1990). La Hidroenergía y el Carbón Mineral aumentaron sus respectivas participaciones, principalmente la primera que participa también en procesos de sustitución entre fuentes.

SECTORES DE CONSUMO

PARTICIPACION (%) DE LOS CONSUMOS EN EL CONSUMO ENERGETICO FINAL

1970

1980

1990

Transporte

27,8

33,7

36,3

Industrial

32,8

34,7

33,9

Residencial

32,6

25,8

24,7

Agro

6,5

5,4

4,8

Construcción

0,3

0,4

0,3

TOTAL

100,0

100,0

100,0

1.5. Entre los años 1970 y 1990 la participación de los bioenergéticos en el consumo energético final de los sectores Industrial y Residencial disminuyó de 30,7 por ciento a 23,5 por ciento en el primero y de 71,1 por ciento a 46,8 por ciento en el segundo. Esto se debe a que los aumentos de consumo de energía fueron abastecidos por otras fuentes, operando además procesos de sustitución de bioenergéticos y fuertes disminuciones de la población rural, principal consumidora de éstos.

1.6. Contablemente, el consumo del carbón vegetal es importante en el sector industrial del Brasil (principalmente en la siderurgia) y Paraguay. El consumo de esta fuente en el sector Residencial es de mucha menor importancia en cuanto a magnitud se refiere, pero su uso se encuentra difundido en la casi totalidad de los países estudiados (excepto en Chile, Ecuador, México y Venezuela, donde los registros indican escaso consumo, cuando no inexistencia de esta fuente). A nivel del conjunto de los países estudiados, en el año 1990 la magnitud consumida en el sector Residencial constituyó un 21,3 por ciento de la correspondiente al sector Industrial. El consumo de CV en el sector industrial de los PE aumentó en el lapso 1970-1990 a una tasa anual acumulativa de 8,2 por ciento, mientras que el del sector Residencial lo hizo al 0,1 por ciento.

1.7 También en términos absolutos, como en el caso del carbón vegetal, el consumo de leña en el sector industrial aumentó un 23,6 por ciento entre los años 1970 y 1990, pero en el sector Residencial disminuyó un 14,2 por ciento. El bagazo es usado como energético sólo en el sector industrial. El consumo de éste aumentó 37,4 por ciento en 1990 respecto a 1970, mientras que el de "Otros" bioenergéticos creció 143,5 por ciento entre los años extremos citados. El consumo de "Otros" bioenergéticos en el sector Residencial es de escasa significación no obstante el fuerte aumento del mismo entre los años comparados (63,9 por ciento).

1.8 El conocimiento del Potencial Bioenergético (Leña, Bagazo de la Caña de Azúcar y Residuos) es aún incipiente, sobre todo en lo que a recursos forestales se refiere. Esta situación se refleja en las matrices energéticas de países con alta dotación de estos recursos y cuyos aprovechamientos dan lugar a grandes magnitudes de Residuos que podrían ser utilizados energéticamente, pero son destruidos sin uso alguno. También se manifiesta en el empobrecimiento varietal de masas boscosas nativas sometidas a extracciones selectivas sin reposición. La dendroenergía, en esos países, no es considerada alternativa por cuanto es subvalorada y situada a nivel de "energía para los pobres". Su consumo se encuentra subestimado y es a veces ignorado.

1.9 Entre 1970 y 1990 el Consumo Energético Final aumentó un 77,6 por ciento, correspondiendo la mayor porción del incremento a la diferencia entre los consumos de los años 1970 y 1980. El aumento entre estos dos años fue del 57,8 por ciento. A nivel de sectores de consumo, entre los años 1970 y 1990 el consumo en el sector Transporte aumentó un 131,8 por ciento, en el Industrial 83,8 por ciento, en el Residencial 34,2 por ciento, en el Agro 31,2 por ciento y en el de Construcciones 97,4 por ciento, si bien cabe destacar que los consumos de estos dos últimos es de escasa significación.

1.10. También entre los años 1970 y 1990, tanto la producción como la importación de petróleo crudo a nivel del conjunto de PE crecieron un 30,8 por ciento y un 38,2 por ciento, respectivamente, mientras que la exportación de este producto aumentó sólo un 6,4 por ciento. En consecuencia, la mayor porción del aumento de producción de petróleo concurrió a satisfacer crecientes demandas del consumo energético global interno de los PE.

1.11. En el año 1990, respecto a 1970, en el SIEE aparece incorporado Guatemala como país productor de petróleo crudo, elevando a once (11) el número de países productores de esta fuente primaria en el conjunto de PE. Sólo cinco (5) países en 1970 y seis (6) en 1990 no importaron petróleo crudo, incorporándose la Rep. Dominicana al conjunto de países importadores de éste. En relación al año 1970, dejaron de ser países importadores de petróleo Argentina y Ecuador, aumentando al mismo tiempo sus exportaciones de esta fuente. En 1990, del total de petróleo crudo exportado por el conjunto de PE, el volumen aportado por México constituyó el 47,2 por ciento, el de Venezuela el 39,1 por ciento, el de Colombia el 6,9 por ciento, el de Ecuador 6,1 por ciento, mientras que el resto, o sea el 0,7 por ciento, correspondió a volúmenes producidos en Argentina, Guatemala y Perú en proporciones carentes de significación a nivel del conjunto. En el año 1970, prácticamente, el excluyente exportador del conjunto fue Venezuela: 96 por ciento del volumen total, seguido por Colombia con el 3,2 por ciento (Véase Cuadro N° 1 en Anexo 1).

2. Forestal

2.1. La imputación de responsabilidad en la deforestación a la población rural consumidora de leña carece de credibilidad en general. Si, podría ser el caso en ejemplos aislados y no representativos, pero aún en estos casos la responsabilidad pasa por la importancia que se asigna a los recursos naturales en general, no sólo en las políticas productivistas sino también en las estrategias de desarrollo que han venido asumiendo los países de la región, y que llevan implícita una incorrecta valoración de aquellos y del desarrollo en general. Los indicadores utilizados en la evaluación del desarrollo no tienen en cuenta los efectos de las actividades productivas sobre los recursos naturales.

2.2 La ausencia de cuentas del patrimonio, que midan la existencia y el flujo de los recursos naturales en forma periódica, es notoria y ello es aún más notable en el caso de los recursos forestales. El "desconocimiento" del potencial de uso de un gran número de especies forestales da lugar a una dilapidación de la oferta ecológica y a un empobrecimiento de las masas forestales, cuando no a la eliminación por el fuego, de las especies no aprovechadas. Esto es muy evidente en la denominada "expansión" o "ampliación de la frontera agrícola" que genera, o es en la mayoría de los casos el resultado de incorrectas políticas de producción.

2.3 Las causas visibles, en realidad efectos manifiestos de decisiones erróneas de producción y extracción de recursos naturales (en este caso, de los recursos forestales), son las necesidades de ampliación de la superficie bajo usos agropecuarios y de satisfacción de la demanda solvente de productos forestales. En ambos casos, en general, las decisiones implican la destrucción de la masa forestal para cambio de uso de los suelos. En cambio, si en el caso de la producción agropecuaria se asumieran políticas de aumento de la productividad por unidad de superficie, y si se hiciera un adecuado uso de las especies forestales nativas, no sólo de las actualmente conocidas tecnológicamente y en el mercado sino de todas las utilizables, el ritmo de deforestación no sólo disminuiría sino que podría incluso revertirse en un proceso de reforestación y/o enriquecimiento de la superficie forestal con especies nativas.

2.4 El uso de los bosques a perpetuidad es un tema de moda y sobre el mismo ya hay una muy rica bibliografía que, sin lagar a dudas, se incrementará en el futuro inmediato. En ella se encuentran serias respuestas a diversos "mitos" que fueron esgrimidos en la búsqueda de responsables de la destrucción de los recursos naturales en general y del bosque en particular. Por ello consideramos que no corresponde en este estudio encontrar respuestas que se encuentran ya expuestas en diversos documentos que, bajo los auspicios de organismos de las Naciones Unidas, han sido y continúan siendo elaborados como consecuencia de la toma de conciencia consolidada en la ECO 92 realizada en Río de Janeiro, Brasil.

Recomendaciones

A continuación se enumeran una serie de recomendaciones cuya implementación son vitales para mejorar la operabilidad de los sistemas dendroenergéticos de la región, promover la producción sostenible los combustibles derivados de la biomasa forestal y estimular el uso eficiente de los mismos.

Entre ellas, por ejemplo, caben citar las siguientes:

* incluir en la planificación energética los requerimientos energéticos de la población humana considerada generadora de demanda "no solvente", lo que implica incorporar en las consideraciones de abastecimiento a las fuentes con las cuales ésta satisface parcialmente aquellos. O sea, incluir en la planificación la totalidad de los requerimientos y de los abastecimientos. Esto posibilitaría, por ejemplo, el tratamiento integral de los recursos naturales y una modificación en los comportamientos formales de los sectores de Ciencia y Tecnología respecto al desarrollo de tecnologías simples para aumentar la eficiencia en el uso de las fuentes energéticas que abastecen la llamada demanda "no solvente".

* analizar las posibilidades de que los bioenergéticos pudieran continuar abasteciendo requerimientos de energía crecientes en el medio rural y aún en ciertos usos en el medio urbano, como por ejemplo en los establecimientos de algunas ramas industriales localizadas en este medio, deberían ser seriamente evaluadas.

* establecer grupos interinstitucionales y multidisciplinarios para considerar la competencia existente entre diversas funciones resultantes del uso de Biomasa como fuente energética y motivar a los directivos de las instituciones de investigación a dar respuestas correctas que integren las problemáticas del desarrollo, el medio ambiente y la energía, atendiendo las preocupaciones puestas de manifiesto en la ECO '92.

* incorporar al conjunto de variables utilizadas en la evaluación del desarrollo, las que expresan los efectos de las actividades productivas sobre los recursos naturales. En este sentido debería promoverse la elaboración de las cuentas del patrimonio natural como parte de las cuentas nacionales, lo que conduce al conocimiento de la cuantía, el flujo y las relaciones ecosistémicas de los principales recursos que integran los ecosistemas.

* posibilitar que el heterogéneo y abundante potencial productivo de los ecosistemas de los países estudiados cumpla un rol activo, cuando no decisorio, en la definición de las estrategias de desarrollo nacional en cada uno de ellos. En este marco podrían ser superadas las situaciones de producción-degradación, utilización-desaprovechamiento y uso dilapidatorio de los recursos naturales, tendiendo a un óptimo uso integral de los mismos.

* promover un estudio en profundidad del uso potencial de las especies vegetales en cada uno de los ecosistemas forestales de los países estudiados, así como de la dinámica individual y de conjunto de aquellas y de sus interrelaciones con el resto de los elementos que integran dichos ecosistemas. Este conocimiento resulta necesario para la toma de decisiones de expansión de la "frontera agrícola", así como para la definición de estrategias de desarrollo sostenible.

* promover estudios en profundidad de las interrelaciones de los ecosistemas forestales con el resto de los ecosistemas que integran unidades espaciales-territoriales interdependientes y promover las medidas necesarias para lograr sistemas dendroenergéticos optimizados.

El conocimiento de dichas interrelaciones también implicará un aporte necesario a la toma de decisiones sobre expansión "hacia afuera" de la "frontera agrícola", así como en la elección de especies exóticas para programas o planes de reforestaciones y/o forestaciones.

En el primero de los casos, dicho conocimiento podría recomendar la aplicación de mayores esfuerzos en la expansión "hacia adentro" de la "frontera agrícola", procurando incrementos de producción a partir de la difusión de adecuados métodos de producción o tecnologías.

En el segundo de los casos, el citado conocimiento posibilitará superar las restricciones actualmente planteadas por la incorporación de especies exóticas "desconocidas" desde el punto de vista de los impactos sobre el funcionamiento productivo de los ecosistemas, optando seguramente en muchos casos por la adopción de un adecuado manejo de las especies nativas.

* disminuir la presión sobre los recursos forestales, en zonas con déficit de abastecimiento de leña, hasta límites compatibles con criterios de desarrollo sostenible con la participación de los habitantes de las zonas involucradas e involucrando además al conjunto de la sociedad. Promover la aplicación de regímenes que posibiliten la reducción de la presión sobre los recursos forestales, ya sea incrementando la oferta de leña y/o reduciendo el consumo mediante la adopción de artefactos de conversión de leña en energía más eficientes. Donde sea necesario, promover el uso de fuentes de energía alternativas, sea hasta la recuperación de la capacidad productiva de los ecosistemas forestales, o bien procurando una mayor diversidad de fuentes de energía.

* apoyar a los países en el diseño y ejecución de planes o programas de forestación, reforestación y/o manejo integral de los recursos forestales, con fines energéticos. Mediante esta acción se obviarían los errores cometidos históricamente en países que, sin una previa evaluación de los impactos sobre el medio ambiente, asumieron ofertas tecnológicas no adecuadas a los citados fines. Esta acción debería desarrollarse en el marco de una "transición energética" de la situación actual hacia Sistemas Dendroenergéticos y de otras fuentes renovables debidamente optimizados en relación con los intereses de los países. Esto implicaría la sustitución de fuentes altamente contaminantes por fuentes menos agresivas, entre las que se destacan las bioenergéticas en general y los recursos forestales en particular.

* formular y ejecutar políticas dendroenergéticas nacionales, bajo criterios ambientales y de desarrollo sostenible. Tales políticas, además de lo ya expuesto, implican:

* la recolección sistemática y continua, y la correspondiente divulgación de la información sobre los recursos, la oferta y la demanda de Biomasa Forestal como fuente de energía en sus diversas aplicaciones.

* el reforzamiento institucional de los países para la elaboración y promoción de planes o programas para el uso racional de la dendroenergía, tanto a nivel nacional, como regional y local en los casos necesarios.

* la capacitación de los recursos humanos necesarios para la ejecución de los planes o programas.

* la intensificación de los esfuerzos de investigación, desarrollo y demostración de tecnologías dendroenergéticas, orientadas principalmente a las poblaciones localizadas en zonas criticas desde el punto de vista del abastecimiento energético.

* la transferencia, adaptación y difusión de sistemas dendroenergéticos apropiados, con participación de las comunidades rurales en las acciones.


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