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Estudio 9.0 - Uso de aditivos para mejorar el ensilaje de los forrajes tropicales - Paulo R.F. Mühlbach


Paulo R.F. Mühlbach




Departamento de Zootecnia, Facultad de Agronomia


Universidad Federal de Rio Grande del Sur


Porto Alegre, Brasil.

E-mail: [email protected]

INTRODUCCIóN

Este estudio enfoca el tema del ensilaje de forrajes producido en regiones tropicales y subtropicales. El bajo valor de MS y CHS de los pastos tropicales (C4) tiene como resultado una mala fermentación del material verde recién cortado. El proceso de marchitez podría ser beneficioso pero las condiciones climáticas inestables requerirían un período prolongado de marchitez, lo cual puede derivar en una fermentación mala a causa de la proteolisis producida por enzimas endógenas; a su vez se refleja en una proporción más baja de "proteína verdadera" en el forraje y en consecuencia, una proporción más alta de N amoniacal en el ensilaje (Cuadro 1). El uso de ciertos aditivos puede ser una buena alternativa para reemplazar el proceso de marchitez, particularmente con ciertos pastos con tallos gruesos y hábito erecto (Pennisetum spp., Panicum spp.) que producen una gran cantidad de biomasa, difícil de preacondicionar y manipular lo que hace problemática la mecanización y eleva los costos de mano de obra. Otros pastos tropicales de los géneros Cynodon, Brachiaria, Digitaria, Setaria, Chloris y otros, pueden ser desecados con mayor facilidad, pero un exceso de secado origina pérdidas de hojas y hace más difícil la compresión del silo, lo cual afecta la calidad de la fermentación (Catchpoole and Henzell, 1971). Por ello, aún practicando un estricto control del proceso de marchitez, se recomienda el uso de aditivos para mejorar la fermentación y aumentar el valor nutritivo del ensilaje convencional y también aquel de pacas redondas (Bates, et al., 1989; Staples, 1995).

En las condiciones de las fincas, la práctica del ensilaje debe enfrentar dificultades que cuestionan el respeto de algunos de sus principios básicos; esto ocurre especialmente cuando se emplean tecnologías muy simples como en el caso de muchos pequeños productores del trópico y subtrópico (Bayer y Waters-Bayer, 1998). Debe recordarse que ningún aditivo puede substituir un buen manejo del proceso de ensilaje. Por ejemplo, ningún aditivo puede cancelar los efectos negativos de una mala fermentación de los forrajes tropicales causadas por cubiertas plásticas permeables al oxígeno, o por un almacenamiento prolongado a temperaturas sobre los 30ºC (Tjandraatmadja et al., 1991).

En la evaluación de la utilidad de todo aditivo se debe tomar muy en consideración la respuesta en el comportamiento del animal y la MS recuperada del silo, que son parámetros rara vez estimados. La mayoría de los ensayos se limitan a realizar mediciones de ciertos rasgos de la fermentación tradicional bajo condiciones controladas de laboratorio, donde aún los ensilajes no tratados y hechos de especies con gruesos tallos como el Pennisetum spp. pueden mostrar una aptitud de conservación aceptable (Woodard et al., 1991; Spitaleri et al., 1995). En cambio, algunos productos de fermentaciones dañinas, como las aminas biogénicas que causan una depresión del consumo de los rumiantes (Phuntsok et al., 1998) no son detectados en los análisis convencionales de ensilaje. Se ha sugerido que los parámetros actualmente usados para predecir la fermentación y la calidad del ensilaje deban ser probablemente reevaluados (Jones, 1995).

ADITIVOS BIOLóGICOS

Se considera que los inoculantes y las preparaciones de enzimas son productos naturales, sin riesgo en su manipulación, no corrosivos para los equipos y que no causan problemas ambientales. Consecuentemente, su uso se ha expandido apreciablemente en las últimas décadas. Quizás ningún otro tema vinculado al manejo del ensilaje ha recibido tanta atención, por parte de investigadores y de ganaderos, como los inoculantes bacterianos (Bolsen, 1999). Se dispone de muchos productos comerciales que varían en su eficacia. Para alcanzar la eficacia prevista cada producto debe ceñirse a la dosis indicada y seguir el método de aplicación descrito.

Inoculantes

Basado en una encuesta sobre estudios con inoculantes, Muck (1993) concluyó que estos eran exitosos principalmente con ensilajes de alfalfa y de pastos templados pero que con el ensilaje de maíz mostraban un efecto limitado. No obstante, Bolsen (1999) recomendó enfáticamente el uso de inoculantes bacterianos para todo tipo de forraje ensilado, basándose en resultados de más de 200 estudios de laboratorio y 28 ensayos en fincas, donde este tipo de aditivo mejoró consistentemente la eficiencia de la fermentación, la recuperación de la MS, la conversión alimentaria y el aumento de peso por tonelada de ensilaje de maíz y sorgo forrajero.

Cuadro 1. Efecto del proceso de marchitez sobre la fermentación de forrajes tropicales


Forraje

Ensilaje

MS (%)

CHS (% material verde)

Proteína verdadera (% de PB)

NH3-N (% de N total)

pH

Total ácidos (% de MS)

Ácido butírico (% de total ácidos)

Ácido láctico (% de total ácidos)

Pasto elefante (120 días crecimiento)(1)

Fresco

19,7

2,17

88,0a

9,4b

4,4

5,9

2,4

66,6

Marchito 50 h

26.6

3,00

62,0b

14,8a

4,5

5,1

4,1

41,7

Mijo (45 días rebrote)(1)

Fresco

16,0

2,70

82,1a

6,2b

4,0

7,4a

0,9

78,6

Marchito 48 h

31,0

4,24

58,5b

10,3a

4,2

4,5b

2,0

60,6

78 % mijo + 22 % caupí (2)

Fresco

20,8

1,40

78,6a

8,9

3,64b

7,5a

0,3

72,7

Marchito 26 h

46,2

3,19

71,6b

7,5

3,85a

6,5b

0,3

71,3

60 % pasto elefante +40 % follajeYuca (3)

Fresco

20,5

1,62

84,7a

9,5b

3,8

8,9a

2,1

83,4

Marchito 20 h

26,5

2,81

76,1b

11,7a

3,9

7,3b

2,2

79,5

a, b indican promedios dentro de columna con diferencias significativas a P< 0,05.

Fuentes: (1) Pinheiro et al., 1986. (2) Figueiredo y Mühlbach, 1984. (3) Zanotelli y Mühlbach, 1989.

Enzimas

La adición de preparaciones de enzimas, solas o en combinación con inoculantes, se propone como una estrategia para aumentar el substrato disponible y mejorar la fermentación láctica del ensilaje o para aumentar el valor nutritivo del forraje o ambos. En ensilajes de forrajes de clima templado producidos en condiciones subtropicales, una mezcla de inoculante/enzima (Sill-All®) mejoró la calidad de la fermentación de la avena forrajera (Avena strigosa) no marchita (Berto and Mühlbach, 1997) y redujo el contenido de NDF en alfalfa, marchita y no marchita (Rangrab et al., 1996). Las complejas interacciones que ocurren al agregar esta mezcla no se han explicado completamente y los resultados de ensayos previos fueron erráticos (Jaster, 1994). Los primeros productos se derivaron de complejos que contenían cantidades mal definidas de diversas enzimas obtenidas de fermentaciones no muy elaboradas de hongos y los resultados fueron inconsistentes por dosis de aplicación muy variables, especies de plantas, madurez de la planta y por el contenido de MS de los materiales (Muck, 1993).

Otros resultados de ensayos donde las enzimas fueron agregadas al ensilaje de maíz presentan aspectos conflictivos, sin efectos claros sobre las características de la fermentación, a pesar de una reducción de contenidos de ADF, NDF, y hemicelulosa (Sheperd and Kung, 1996). Resultados positivos con el uso de celulasa en combinación con ácido orgánico han sido publicados en estudios de ensilaje de pastos forrajeros de climas templados (Nadeau et al. 1996).

Recientemente, algunas nuevas preparaciones de enzimas han regenerado el interés sobre el uso potencial de estos productos como aditivos que pueden facilitar la digestión del ensilaje y aumentar la producción de leche (Yang et al., 1999; Schingoethe et al., 1999).

Resultados con forrajes tropicales

Si existe especificidad entre ciertos aditivos y ciertos cultivos (Wilkinson, 1998) no es de esperar que los efectos alcanzados por los aditivos biológicos en ensilajes de forrajes de climas templados ocurran también con especies tropicales, las cuales poseen en general contenidos de fibra mucho más altos y muestran mayor lignificación. También es razonable suponer que los obstáculos que hacen decrecer ciertas características que son peculiares a los forrajes tropicales, como su constitución estructural, anatómica y química que reducen su valor nutritivo en cuanto a consumo y fermentación en el rumen (Wilson, 1994, 1997), puedan afectar a la vez las aptitudes para la cosecha, marchitez, triturado y compactado del tipo de forraje a ensilar, al igual que influir directamente sobre el proceso de fermentación.

Si bien abunda información sobre el uso de aditivos biológicos en forrajes de climas templados, es escasa para especies tropicales. A continuación se presenta una reseña sobre este tipo de aditivos refiriéndose a las diversas especies estudiadas.

Sorghum spp.

El sorgo forrajero (Sorghum bicolor L.) muestra un tallo con un corazón jugoso y dulce; algunas variedades poseen tallos numerosos y muchas hojas (Bogdan, 1977). Entre los forrajes tropicales es uno de los que mejor se adapta para ser ensilado.

Al cosecharlo con grano de pasta blanda (29 % MS) su composición muestra cerca de 14 por ciento de CHS y 50 por ciento de NDF en la MS, y después de 30 días de fermentación el ensilaje todavía puede tener un valor de 10 por ciento de CHS en la MS. A este tipo de forraje, se le agregó una mezcla de Lactobacillus plantarum y Streptococcus faecium (Pioneer brand® 1129) usando 1,1 ´ 105 UFC por gramo de forraje fresco en un ensayo de microensilaje. Esta inoculación redujo el valor del pH en el ensilaje pero no afectó el contenido ni la digestibilidad in vitro de NDF o ADF, ni tampoco pudo prevenir el deterioro aeróbico (Sanderson, 1993).

Froetschel et al. (1995) ensilaron forraje de sorgo cosechado con grano lechoso (61,5 % NDF), sin tratamiento y con inoculación, en silos torre de concreto con 900 kg de capacidad. La inoculación del ensilaje aumentó los ácidos láctico, acético y ácidos grasos volátiles totales a valores de 9,2 a 15,3 por ciento y la recuperación de la MS aumentó en 7,1 por ciento. Se consideró que la magnitud de esta respuesta era rentable a una tasa de 1,7:l de retorno sobre la inversión tomando los precios promedio para el ensilaje y el inoculante. En un ensayo de alimentación con novillos, la inoculación no tuvo influencia sobre la digestibilidad de MS o de los componentes de fibra en raciones suplementadas con ensilajes y aquellas donde el ensilaje era el componente principal.

Un híbrido de sorgo x pasto Sudán fue cosechado a los 90 días de crecimiento (26 % MS) en Puerto Rico y ensilado en silos de laboratorio, sin tratamiento o con inoculante de 106 UFC de Lactobacillus plantarum solo o mezclado con un complejo multienzimático compuesto de arabinasa, celulasa, ß-glucanasa, hemicelulasa y xilanasa, aplicada al 0,1 por ciento del material fresco. La adición del inoculante, solo o en mezcla con el complejo enzimático, mejoró la calidad del ensilaje tal como lo demuestra el bajo valor para pH y la mayor población de BAC (Rodríguez et al., 1994a). Pese a esto los aditivos no lograron reducir el deterioro aeróbico del forraje de sorgo ensilado bajo un ambiente tropical (Rodríguez et al. 1994b).

Resultados similares se obtuvieron recientemente con ensilaje de Sorghum bicolor por Cai et al. (1999); cepas seleccionadas tanto de Lactobacillus casei FG 1 y de Lactobacillus plantarum FG 10 aislados de maíz y de Panicum maximum fueron usadas a 105 UFC por gramo de materia fresca. Ambos inoculantes fueron eficaces para mejorar la fermentación, reducir el contenido de ácidos grasos volátiles y N amoniacal, bajar la producción de gas y disminuir las pérdidas de MS al ser comparados con los resultados del ensilaje de control. Pero ensilajes de sorgo tratados con BAC y que mostraban una relativamente alta concentración de CHS residual y de ácido láctico, sufrieron un deterioro aeróbico más rápido que el ensilaje control.

El pasto Johnson (Sorghum halepense) es una planta rizomatosa perenne, agresiva, que puede establecerse de semilla, tanto para ser pastada como para corte (Mannetje and Jones, 1992). Este forraje fue cosechado a los 45 (22,6 % MS) y 110 días de rebrote (43,8 % MS), triturado en trozos de 2,5 cm, y ensilado en silos de laboratorio, sin tratamiento o inoculado con una mezcla de Lactobacillus plantarum a razón de 106 UFC por gramo de material fresco más 0,1 por ciento de un complejo multienzimático de arabinasa, celulasa, ß-glucanasa, hemicelulasa y xilanasa (Rodríguez et al., 1998). Para ambas etapas de rebrote, el pasto Johnson tratado con inoculante microbiano más enzimas mostró valores más bajos de pH, más altas poblaciones BAC y mayor contenido de ácido láctico que el ensilaje no tratado. La inoculación también redujo el contenido en ácido butírico en ensilados a los 45 días de rebrote y redujo el contenido de etanol en el forraje más maduro (110 días). No obstante los autores concluyeron que el ensilaje obtenido no cumplía los criterios para un ensilaje de buena calidad, y sugirieron que se precisaba de un mayor esfuerzo para investigar otras fuentes de aditivos y otras dosis para los aditivos ya en uso.

Pennisetum spp.

El pasto elefante (Pennisetum purpureum) tiene tallos gruesos, un hábito erecto, altura de 2 a 6 m, con grandes hojas de 30 a 120 cm. Ha sido introducido en prácticamente todos los países tropicales, donde se le cultiva como forrajera de corte, y algo menos para pastoreo (Mannetje y Jones, 1992). Van Onselen y López (1988) en un ensayo hecho en 1981 usaron un producto enzimático comercial -sucrasa y celulasa- para inocular ensilado de pasto elefante con 105 días de rebrote (19,4 % MS) a razón de 0,1 por ciento de forraje fresco más 0,9 por ciento de harina de maíz. Al comparar resultados con el tratamiento control con 7 por ciento de harina de maíz el producto enzimático mostró valores más altos en pH y en N amoniacal, y más bajos en ácido láctico, y produjo un ensilaje de mala calidad.

A los 60 días de rebrote se ensiló pasto elefante (14 % MS, 70 % FDN en MS) en recipientes plásticos de 200 litros, para estudiar el efecto de dos productos comerciales con bacterias y enzimas (Bio-Silo ® y Bio-Silo P.U. soluble®, Katec Kaiowa Ltda., Brasil). El producto Bio-Silo se agregó a razón de 0,1 por ciento de materia fresca ensilada más 0,9 por ciento de harina de maíz, mientras que Bio-Silo P.U. fue diluido en agua también agregado a razón de 0,1 por ciento siguiendo las recomendaciones del fabricante. No se registró ningún efecto del aditivo en la composición del ensilaje, en los valores de pH y N amoniacal, en el consumo y los valores de digestibilidad medidos en ovejas (Henrique and Bose, 1992).

Tamada et al. (1999) hicieron ensayos en diversas latitudes del Japón estudiando diferentes fechas de cosecha para el pasto elefante pasto y dos temperaturas para el almacenamiento del ensilaje, con el propósito de determinar el efecto de inocular una mezcla de celulasas (Acremonium cellulolyticus y Trichoderma viride) solas o mezcladas con un inóculo comercial (Lactobacillus casei, 108 UFC/kg forraje marchito) y un preparado de jugo extraído de una maceración de pasto elefante que luego se fermentaba o mezclado con las celulasas, y se comparaba con un control. Todos los tratamientos fueron aplicados a pasto elefante marchito (promedio 22,7 % MS y 4,6 % CHS en MS) ensilado en botellas de 0,9 litros; en dos ensayos se incluyó como aditivo a cada tratamiento 40 g de glucosa/kg de forraje marchito. Se observó una mejor fermentación con valores más bajos de pH y amoníaco, y mayores para ácido láctico que superaban los resultados del control, solo cuando se disponía de suficiente substrato fermentable gracias a la adición de celulasas o glucosa.

El pasto kikuyo (Pennisetum clandestinum) es una planta rastrera perenne, con estolones gruesos y resistentes, requiere suelos fértiles, puede asociarse con trébol blanco, pero no tolera temperaturas muy altas (Mannetje y Jones, 1992). De Figueiredo y Marais (1994) usaron pasto kikuyo marchito (30 % MS, 3,2 % CHS en MS) para ensilar con inoculante solo (Lactobacillus ácidoophilus + Lactobacillus bulgaricus a razón de 5 ´ 104/g pasto ensilado) o en combinación con dos preparados de diversas enzimas (Trichoderma reesei o Aspergillus spp.). La mejor fermentación se obtuvo - con valores más bajos de pH y de N amoniacal y valores más altos para ácido láctico - en microsilos de bolsas plásticas, para la combinación de inoculante más la enzima de T. reesei. En un segundo ensayo, los autores usaron el mismo forraje pero sin marchitar (19,2 % MS, 3,7 % CHS) solo o con un inoculante (Lactobacillus plantarum cepa MTD/1) solo y en combinación con melaza (5 o 10 % en base MS) para ensilar. La única diferencia significativa al compararlo con los resultados del ensilaje no tratado fue la disminución del valor de pH al usar el inoculante combinado con el aporte de 10 por ciento de melaza.

El mijo perla (Pennisetum americanum) se usó en un cultivo tardío de verano (híbrido para grano HGM-100) con su grano con pasta blanda (18,9 % MS, 60,2 % NDF en MS) para segarlo, marchitarlo, inocularlo (Pioneer 1174®) y conservado en un silo de concreto. El ensilaje se conservó mal, habiendo predominado la fermentación acética (4,23 % ácido acético en MS) y se concluyó que era preciso añadir carbohidratos para estimular una buena fermentación (Utley et al., 1995).

Otros géneros

El pasto Bermuda (Cynodon dactylon) es una planta perenne, estolonífera y rizomatosa, que crece en climas tropicales, subtropicales y en regiones templadas; hay cultivares que pueden tolerar heladas (Mannetje and Jones, 1992). El pasto Bermuda marchito se conserva bajo ensilaje de pacas redondas en el sudeste de E.U. de América como una alternativa para la henificación. Los primeros ensayos usando combinaciones de enzimas que incluyen celulasa y un inoculante, han demostrado potencial para mejorar la fermentación y aumentar la recuperación de MS (Bates et al., 1989).

Un estudio muy completo fue realizado por Umaña et al. (1991) usando pasto Bermuda cv. Tifton 81, cosechado en una etapa tardía de encañe de crecimiento y ensilado, tanto fresco (32,4 % MS, 2,85 % CHS en MS) como marchito (44,1 % MS, 4,14 % CHS en MS). En ambos casos se trituró el forraje para luego ser tratado o no, con melaza de caña a razón de 5 por ciento de MS del forraje; fue inoculado con una mezcla de Lactobacillus plantarum y Streptococcus faecium (1174 Pioneer ® a 3 ´ 105 UFC/g MS); se preparó una combinación de inoculantes más melaza de caña, y todos los tratamientos fueron ensilados a mano en recipientes plásticos de 19 litros. Los autores concluyeron que todos los ensilajes de forrajes no marchitos evidenciaron un proceso de fermentación menos satisfactoria, mientras que al agregar melaza e inoculante al pasto Bermuda mostró un efecto sinérgico y produjo un ensilaje estable con valor bajo de pH, baja concentración de amoníaco y los mayores valores para ácido láctico y digestibilidad de la materia orgánica in vitro. De allí que, según el Servicio Cooperativo de Extensión de la Universidad de Florida, es preferible agregar el inoculante bacteriano junto con melaza al pasto Bermuda marchito que usar estos aditivos solos, sin mezclarlos (Staples, 1995).

El pasto Rhodes (Chloris gayana) es una planta perenne estolonífera, rastrera, ocasionalmente cespitosa que crece bien en un rango muy amplio temperaturas de climas tropicales y subtropicales (Mannetje y Jones, 1992). Ridla y Ushida (1998) cosecharon su forraje al espigar (21,8 % MS, 5 % CHS y 66,4 % NDF en MS) y lo ensilaron en botellas de vinilo de 2 litros. El inoculante con Lactobacillus casei fue agregado a razón de 105 UFC/g en muestra fresca, ya sea solo o combinado con porciones crecientes de celulasa (¢A¢ Acremonium cellulolyticus y/o ¢M¢ Trichoderma viride). El tratamiento combinado de inoculante con enzimas mostró valores más bajos de pH y más altos de ácido láctico con crecientes proporciones de la cantidad agregada de celulasa. Todas las combinaciones usadas en los tratamientos reducen NDF, ADF y la digestibilidad in vitro de MS de ensilajes al compararlos con ensilaje no tratado, lo cual probablemente sugiere que enzimas hidrolizaron especialmente a los componentes más digestibles de pared celular de la planta. Las combinaciones de inoculante con celulasa ¢A¢ fueron las más eficaces. Un ensayo paralelo para estudiar el efecto de temperaturas de la fermentación sugiere que las muestras incubadas a 40ºC dieron mejores ensilajes que aquellas incubadas a 20° o 30ºC. Se concluyó también que la falta de efecto del tratamiento con inoculante podría explicarse por el bajo contenido de CHS disponible en el pasto Rhodes. Los mismos tratamientos también fueron aplicados al raigrás italiano (Lolium multiflorum) cosechado al espigar (21,7 % MS, 7,2 % CHS y 59,2 % NDF de MS) y los valores resultantes para NDF y de la desaparición de ADF en mezclas de inoculante y enzimas, al compararlos con aquellos de pasto Rhodes solo sugieren que los componentes de la pared celular eran más resistentes a la degradación de las celulasa (Ridla y Ushida, 1999b). En general, dentro de los diversos tratamientos que usaron varios productos para influir sobre la fermentación y la composición química, Lolium multiflorum produjo mejores ensilajes que el pasto de Rhodes (Ridla and Ushida, 1999a).

El pasto llorón (Eragrostis curvula) es una planta perenne, de macolla densa, con tallos variando de delgados a gruesos, de 30-120 cm de alto, resistente a la sequía (Bogdan, 1977). Un ensayo incluyó su forraje a seis semanas de crecimiento (37,8 % MS, CHS < 2 %, 79,2 % NDF), se ensiló fresco, sin marchitar y se le trató con una mezcla de inoculante/enzima (Sill-All® con L. plantarum, S. faecium y Pediococcus acidilactici a razón de 106 UFC/g de material fresco); los valores de su ensilaje dieron valores más bajos para pH, N amoniacal y para ácidos butírico y acético, pero más altos para ácido láctico, comparados con el ensilaje control (Meeske, 1998).

USO DE INGREDIENTES ALIMENTICIOS Y SUBPRODUCTOS COMO ADITIVOS

La incorporación de ingredientes ricos en elementos fácilmente fermentables tales como el azúcar o la melaza a substratos provistos por forrajes tropicales con valores bajos de MS y de azúcares, permite mejorar la fermentación del ensilaje. En general, los granos y sus subproductos industriales como el maíz o la harina de sorgo, el salvado de arroz, la harina de yuca, la pulpa de citrus y otros también pueden ser usados como aditivos, en parte para suplir un substrato fermentable, pero también para influir sobre la evolución de la fermentación al absorber el exceso de humedad. Para optimizar su eficacia y reducir las pérdidas de nutrientes en el efluente, deben usarse en tasas relativamente altas (aspirar a obtener un contenido >25 % de MS de la mezcla) y efectuar una buena mezcla con el forraje picado; esto requiere mano de obra extra y equipo apropiado. Este tipo de aditivo puede estar disponible en forma estacional y sólo en ciertos lugares. Pero al evaluar la rentabilidad de su empleo se debe considerar el efecto positivo que tienen al mejorar el valor nutritivo del ensilaje.

Melaza

La melaza de caña (75 % MS) es un subproducto ampliamente usado, agregándose hasta a razón de 10 por ciento de peso w/w para suplir carbohidrato fácilmente fermentable a ensilajes de forrajes tropicales. Su aplicación directa es difícil debido a su alta viscosidad, por lo que se recomienda diluirla, preferiblemente con un pequeño volumen de agua tibia para minimizar las pérdidas por escurrimiento. Su aplicación en el ensilado de pastos tropicales, precisa una dosis alta de melaza (4 a 5 %). En forrajes de cultivos con muy bajo contenido de MS, una parte considerable del aditivo puede perderse en el efluente del silo en los primeros días del ensilaje (Hfinerson, 1993).

Sin embargo, Woolford (1984) considera que el hecho de suplir azúcar no es suficiente para permitir que BAC pueda competir exitosamente con otros componentes de la microflora del ensilaje y asegurar una buena preservación. Incluso, bajo condiciones de alta humedad, la melaza puede también inducir un deterioro clostridial, especialmente en forrajes muy enlodados.

Al suplir melaza de caña agregada a razón de 3 por ciento (peso w/w, base fresca) al forraje de pasto elefante (12,9 % MS, 6,6 % CHS) se obtuvo un ensilaje con una calidad de fermentación relativamente buena, pero reduciendo la recuperación de nutrientes del ensilaje, comparado con los valores de ensilaje proveniente de forraje tratado con ácido fórmico (Boin, 1975). La misma dosis de melaza también produjo un aumento en la digestibilidad de MS in vitro para forraje de pasto elefante ensilado a 51, 96 y 121 días de crecimiento vegetativo (Silveira et al., 1973).

A forraje de pasto elefante enano (cv. Mott) cortado a los 72 días de rebrote (14,4 % MS, 7,1 % CHS) con alta capacidad tampón, se le agregó 4 por ciento de melaza y se le ensiló en bolsas plásticas de 4 kg; su ensilaje dio valores más bajos para pH y para N amoniacal que el ensilaje control (Tosi et al., 1995).

Se ensiló forraje de pasto Bermuda triturado (32,4 % MS, 70,2 % NDF) con cuatro dosis de melaza (0, 4, 8 y 12 %) concentrada al 97 por ciento MS pretratada con inoculante 1174 Pioneer® en una dosis de 1,7 l/t de forraje, el cual se almacenó en recipientes plásticos de 19 litros. A mayores dosis de melaza se obtuvieron menores valores de pH, ADF, y porcentajes de NDF y un mayor valor de digestibilidad de MS in vitro para estos ensilajes (Nayigihugu et al., 1995).

Forraje de pasto Guinea (Panicum maximum) con 4 y 8 semanas de crecimiento (18,6 % MS y 26,5 % MS, respectivamente) fue ensilado solo o con 4 por ciento de usando silos de laboratorio de 400 g. Los valores para pH variaron entre 4,4 a 5,4 y 4,0 a 4,7, y el N amoniacal entre 23,5 a 35,3 y 15 a 39, respectivamente, para ensilajes no tratados y ensilajes que recibieron melaza (Esperance et al., 1985).

Tjandraatmadja et al. (1994) evaluaron los efectos de agregar dosis de 4 y 8 por ciento de melaza a ensilajes de Panicum maximum cv. Hamil, pasto Pangola (Digitaria decumbens) y Setaria (Setaria sphacelata cv. Kazungula) cosechadas a 4, 8 y 12 semanas de crecimiento. Los resultados de este ensayo de laboratorio en bolsas plásticas con 500 g de ensilado sellado al vacío y mantenidos en la obscuridad, con temperatura ambiente controlada, permitieron concluir que la dosis de 4 por ciento (w/w) de melaza debiera ser suficiente para una buena preservación. El pasto Pangola, que mostró una composición química significativamente diferente previa al ensilado, con menor contenido de NDF y lignina, y que también contenía una población BAC homofermentativa dominante in ensilaje, mostraba una buena preservación incluso sin melaza.

Fuentes de almidón

Aún existe una controversia sobre si el contenido en almidón debe ser considerado como substrato accesible al grupo BAC (Woolford, 1984). Jones (1988) observó una recuperación de 100 y 90 por ciento del almidón aportado por cebada y avena, respectivamente, agregado a ensilaje de Lolium; atribuyó la mejor fermentación obtenida, al substrato disponible de 3 a 4 por ciento de carbohidratos solubles o a fracciones como ß-glucan presente en cereales, y no a la hidrólisis del almidón.

Los efectos de agregar melaza (5 % w/w) o maíz molido (5 % y 10 % w/w) al forraje de pasto estrella (Cynodon nlemfluensis) solo o mezclado con cuatro porciones de leguminosa (0, 15, 30, 45 % w/w Desmodium uncinatum) fueron estudiados en un ensayo de laboratorio por Sibanda et al. (1997). En general, ambos aditivos mejoraron progresivamente la fermentación hasta la mezcla con 30 por ciento de leguminosa, pero al agregar melaza se obtuvieron valores más bajos de N volátil N y más altos en ácido láctico comparados con el ensilaje de control y con ambos tratamientos de maíz molido.

Forraje de pasto elefante, en su primer corte fue cosechado a mano en época de lluvias (8,6 % MS, 67,6 % NDF), picado en trozos de 3 cm, y tratado con dosis de 4 por ciento de melaza y/o 15 por ciento de salvado de afrecho desgrasado (2,0 % grasa bruta) sobre una base de materia verde y ensilado en bolsas plásticas. Los resultados mostraron que el contenido de MS de los ensilajes fue de 13,4, 20,1 y 22,5 por ciento, y que las pérdidas por deterioro fueron de 5,6, 0,3 y 3,0 por ciento para los tratamientos con melaza, salvado de arroz y su mezcla, respectivamente. El tratamiento con salvado de arroz corriente mostró valores más altos para ácidos acético (6,7 % de MS) y propiónico (1,4 % de MS) y para N amoniacal, pero más bajos valores en ácido láctico. Los autores (Yokota et al., 1998) concluyeron que la combinación de melaza y salvado de arroz podían mejorar la calidad de la fermentación y facilitar la utilización del ensilaje por cabras, más que cualquier aditivo usado individualmente.

Otro ensayo incluyó el uso de harina de raíces de yuca (Manihot esculenta) conteniendo 72,1 por ciento de CHS y torta de aceite de coco (Cocos nucifera) conteniendo 17,6 por ciento de CHS, como aditivos (5 % base fresca) a forrajes de pasto Guinea - A (Panicum maximum) con 17,7 por ciento de MS y 6,3 por ciento de CHS y de pasto NB-21 (Pennisetum purpureum ´ Pennisetum americanum) con 16,3 por ciento de MS y 9,9 por ciento de CHS. El forraje fue triturado en trozos de 1,5 cm y almacenados en silos de laboratorio de 2 kg. Ambos aditivos mejoraron la fermentación al comparar valores con ensilajes no tratados de ambos forrajes, constatándose los mayores efectos en ensilajes con adición de harina de yuca (Panditharatne et al., 1986).

El forraje de pasto elefante fue cosechado a 75 días de crecimiento (19,4 % MS, 72 % NDF) y ensilado en recipientes de asbesto-cemento de 300 kg, fresco o marchito (29,6 % MS), agregándose o no de grano de sorgo molido al 8 por ciento (w/w). La marchitez se obtuvo después de cortar el forraje con una cosechadora acondicionadora New Holland y secando los tallos triturados al sol por un período de tres horas. La adición de sorgo, en ambos tipos de ensilaje, aumentó los contenidos de MS, redujo los de etanol y ácido acético y aumentó el consumo de energía digestible medida en ovejas (Alberto et al., 1993). También se ensiló pasto elefante cv. Guaçú, agregando 0, 8, 16 o 24 por ciento (w/w) de mazorcas molidas de maíz con sus espatas, salvado de trigo o "sacarina" (caña de azúcar tratada con urea, con 12,6 % PB, 17,5 % FB de MS) al forraje fresco (12,4 % MS, 10,4 % CHS) cosechado con una picadora de precisión (trozos de 3 mm de tamaño) y ensilados en recipientes plásticos de 200 litros con una capa de pasto picado en el fondo para absorber el efluente (Andrade y Lavezzo, 1998a). Los resultados mostraron que el tratamiento con maíz molido fue más efectivo en aumentar el contenido de MS y restringir la producción de ácido láctico, reduciendo valores de N amoniacal, que alcanzaron 31,3 y 36,2 por ciento para los tratamientos de "sacarina" y salvado de trigo, respectivamente (Andrade y Lavezzo, 1998b).

El perfil de la fermentación del forraje marchito de pasto elefante cv. Taiwan-A146 (8 horas de marchitez, 26,6 % MS, 6,74 % CHS) no fue diferente al de ensilajes hechos con pasto fresco (23,5 % MS, 7,2 % CHS), preparado con almidón de yuca agregados a 2, 4, 8 o 12 por ciento (w/w). Según los autores (Ferrari et al., 1999), los bajos valores de ácido láctico demuestran que el substrato agregado no es accesible al grupo BAC.

Pulpa de citrus

Las cáscaras frescas de citrus se han agregado hasta en un 50 por ciento al ensilaje de pasto elefante, mejorando la calidad de la fermentación a juzgar los por valores bajos para pH y para ácido butírico y una producción adecuada de ácido láctico (Faría et al., 1972). La cáscara de citrus puede contener 50 por ciento de CHS en la MS pero su bajo tenor de MS (14 - 21 %) y una fermentación inicial muy intensa produce altos pérdidas por escurrimiento, lo cual causa serios problemas de contaminación (Ashbell, 1992).

La adición de pulpa de citrus seca al ensilado de forrajes con valores bajos de MS, puede absorber 145 por ciento de su peso fijando el exceso de humedad, y prevenir así la pérdida de nutrientes que en una fermentación sin control serían arrastrados por el efluente (Vilela, 1998). Los valores para MS, CHS y de los ácidos derivados de la fermentación del ensilaje de pasto elefante aumentaron, mientras que el valor del pH se redujo al usar 0, 5, 10, 15 o 20 por ciento de pulpa de citrus seca (Faria et al., 1972). Adiciones de hasta 30 por ciento de pulpa molida seca de citrus fueron usadas en ensilados de pasto elefante con 75 días de rebrote, y los ensilajes mostraron un aumento linear en su contenido de MS (y = 0,49x + 24,0), valores de pH que variaron de 3,49 a 3,68 y una disminución linear de N amoniacal (Evangelista et al., 1996).

TRATAMIENTOS CON áCIDO FÓRMICO Y/O FORMALDEHIDO

Se ha hecho mucho uso de ácido fórmico comercial (85 %) para ensilar forraje fresco de pastos de clima templado, pero ahora comienza a ser substituido por aditivos biológicos en razón de los riesgos que presenta su manipulación y por ser corrosivo para los equipos. La información sobre el uso de estos aditivos en forrajes tropicales es escasa y se limita a trabajos de investigación, no habiéndose encontrado ninguna publicación sobre la adopción de esta técnica en el ámbito de fincas.

Estudios de Boin (1975) sobre el ensilado de pasto elefante joven, con valores altos en proteína, bajos en CHS y MS, han mostrado que se precisa agregar dosis de 0,8 por ciento de ácido fórmico para obtener una fermentación razonablemente buena del ensilaje, mientras que Vilela (1984) no observó ningún efecto sobre la composición del ensilaje cuando se aplicó ácido fórmico en diversas dosis sobre forrajes frescos o marchitos de pasto elefante. En cambio en otro ensayo, el pasto elefante tratado con una dosis de 0,5 por ciento de ácido fórmico, no sólo mejoró la fermentación sino que también mostró valores más altos para el consumo y la digestibilidad comparados con el control que no recibió tratamiento (Silveira et al., 1980).

El forraje de un híbrido de pasto elefante (Pennisetum purpureum ´ P. typhoides) fue ensilado agregándosele ácido fórmico (3,5 l/t) y mostró mejor calidad de fermentación en comparación al uso de ácido benzoico o al ensilaje no tratado (Ojeda y Cáceres, 1984). En una reseña hecha por Ojeda (1993) sobre el uso de ácidos minerales u orgánicos, como también compuestos antimicrobianos, permitió concluir que para el caso de ensilajes de forrajes tropicales, tanto el tipo de aditivo como su dosis de aplicación deben ser determinadas en forma específica para cada tipo de forraje.

También se ha empleado la formalina (solución 35-40 % de formaldehido) como preservativo del ensilaje, esperando inducir especialmente una menor degradación de la proteína en el silo y de esta forma aumentar la proteína no degradable en el rumen del ensilaje consumido por animales. El formaldehido restringe considerablemente la fermentación del ensilaje: 0,8 por ciento de formalina (w/w base fresca) casi esterilizaron un ensilado de pasto elefante y redujeron la digestibilidad del ensilaje (Boin, 1975). Una dosis de 0,5 por ciento de formalina (w/w) aplicada a una mezcla de pasto elefante con follaje de yuca (20,3 % MS, 8,5 % CHS) redujeron los valores de N amoniacal y aumentaron la cantidad de proteína precipitable del ensilaje, pero sin reprimir la fermentación clostridial (Zanotelli and Mühlbach, 1989). Estudios que usaban una mezcla de 70 por ciento de formalina más 26 por ciento de ácido fórmico y 4 por ciento de agua, aplicada a razón de 0,2 por ciento (w/w) a forraje de pasto elefante (13 % MS), tratando de alcanzar un valor de 4 g formaldehido/100 g PB en el forraje, dieron como resultado un ensilaje con mala calidad de fermentación y un deterioro de su valor nutritivo (Lavezzo et al., 1984). Se estima que es difícil determinar las dosis exactas para una aplicación de formaldehido que permita mejorar la calidad de la fermentación y conferir un efecto protector de la proteína en el ambiente del rumen; esto es especialmente cierto bajo condiciones de uso en la finca (Mühlbach y Kaufmann, 1979).

OTROS ADITIVOS

Sal

La adición de 1 por ciento de cloruro de sodio a una mezcla de pasto elefante con follaje de yuca (28 % MS, 9,5 % CHS) no demostró ser efectiva para mejorar la fermentación del ensilaje comparado con un control fresco que no se marchitó (Zanotelli y Mühlbach, 1989).

Aditivos de nitrógeno no proteico

Aditivos de nitrógeno no proteico (NPN), especialmente la urea, al ser agregados a forrajes con valores altos de MS, y bajos valores de poder tampón (granos de maíz o sorgo) aumentan el contenido de PB y se postula que pueden mejorar la estabilidad aeróbica del ensilaje al momento de la explotación del silo. En una reseña realizada por Lavezzo (1993) sobre el uso de urea como un aditivo para ensilaje en pasto elefante, se concluyó que con forrajes de valor bajo de MS y en ausencia de aditivos ricos en CHS, el uso de este producto no debería recomendarse cuando se pretende mejorar la calidad de la fermentación. Generalmente los valores de pH, N amoniacal y de ácidos acético y butírico se elevan. Singh et al. (1996) indicó que valores más altos de pH y de N amoniacal, se asociaban con valores mayores para poblaciones de bacterias proteolíticas anaeróbicas, en ensilajes de Sorghum bicolor (34 % MS) hecho con 0,5 por ciento de urea. Otras fuentes de NPN, como el sulfato de amoníaco y "biuret", solas o en combinación con urea, carbonato de calcio o fuentes de almidón, también han sido estudiadas con relación a sus efectos sobre la fermentación, la digestibilidad y el consumo del ensilaje. Los resultados, tal como muestra la reseña de Vilela (1984), no favorecen su empleo como aditivos del ensilaje. De acuerdo con Bolsen (1999), las fuentes de NPN siempre actúan como un poder tampón dentro del proceso de fermentación, lo que requiere la producción de cantidades extras de ácido láctico para lograr bajar el valor de pH que se precisa para una buena preservación del ensilaje, lo cual aumenta las pérdidas de MS.

Camada de aves

Este producto de desecho no puede ser considerado como un aditivo típico de ensilaje pero se le ha mezclado con forrajes fácilmente fermentables como un medio para aumentar el contenido de PB y para eliminar posibles patógenos contenidos en la camada a través de la fermentación (Al-Rokayan et al., 1998; Rasool et al., 1998; Fontenot y Jurubescu, 1980). También se le puede usar para aumentar el contenido de MS en el ensilaje en pasto elefante (Lavezzo, 1993). Pueden tener un alto contenido de proteína junto a alto valores de ceniza, lo cual aumenta la capacidad tampón y tiene un efecto muy negativo sobre la fermentación. Almeida et al. (1986) ensilaron pasto elefante (20,3 % MS, 7,9 % CHS) junto con 15 por ciento de caña de azúcar y 5 por ciento de camada de aves y obtuvieron un ensilaje con una buena calidad de fermentación; sin embargo la mezcla con solo 10 por ciento de camada produjo ensilajes con un alto contenido de ácido butírico (2,36 % de MS) y de N amoniacal.

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

REFERENCIAS

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Woodard, K.R., Prine, G.M., & Bates, D.B. 1991. Silage characteristics of elephant grass as affected by harvest frequency and genotype. Agron. J., 83: 547-551.

Woolford, M. 1984. The Silage Fermentation. Marcel Dekker.

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Zanotelli, F.O., & Mühlbach, P.R.F. 1989. Efeitos de diferentes tratamentos nas características fermentativas de silagens da mistura de capim-elefante e parte aérea da mandioca. Rev. Soc. Bras. Zoot., 18(6): 491-499.

Cartel técnico 9.1 - El empleo de melazas para mejorar la fermentación de ensilajes de pasto kikuyo con bajo contenido de materia seca - John W. Piltz, Alan G. Kaiser, John F. Hamilton y Euie J. Havilah

John W. Piltz y Alan G. Kaiser

John F. Hamilton y Euie J. Havilah



NSW Agriculture, Wagga Wagga Agricultural Institue

NSW Agriculture, Pasture Research Unit

PMB, Wagga Wagga

PO Box 63, Berry

NSW, 2650, Australia

NSW, 2535, Australia

E-mail: [email protected]


INTRODUCCIóN

El pasto kikuyo (Pennisetum clandestinum) es un valioso recurso forrajero para la alimentación del ganado lechero y de carne en las áreas costeras del oriente de Australia. La producción de ensilados con forraje marchito frecuentemente es difícil a causa de las lluvias de verano y otoño, períodos en que se registra el crecimiento máximo del pasto kikuyo y se dispone de un excedente para la conservación. Además el pasto kikuyo tiene un bajo contenido en CHS lo cual impide una buena fermentación láctica. Esto explica porque los ensilajes de kikuyo producidos en las fincas se caracterizan frecuentemente por valores bajos de MS y valores altos de pH y N amoniacal, lo cual señala una fermentación de mala calidad. Los estudios previos indican que la inclusión de melaza como una fuente de material fácilmente fermentable de CHS ha mejorado la calidad de la fermentación de los ensilajes de los pastos tropicales (Catchpoole and Henzell, 1971).

MATERIALES Y MéTODOS

Se hicieron dos ensayos para determinar si la adición de melaza podía mejorar la calidad de la fermentación del ensilaje de pasto kikuyo con bajo contenido de MS. En cada ensayo se segó el forraje de rebrote de 30 días usando una segadora convencional de discos. Se compararon dos tratamientos para inducir la marchitez del forraje. En el primer método el forraje segado se dejó tendido sobre el terreno sin amontonarlo, en hileras, y luego se dio vuelta manualmente en la mañana y en la tarde para maximizar la tasa de secado (¢marchitez rápida¢). En el segundo método, se usó un rastrillo hilerador inmediatamente después de la siega (¢marchitez lenta¢), que es la práctica común en las fincas australianas.

Se efectuó un ensilado de control con forraje no marchito y puesto en silo inmediatamente después de la siega de ambos ensayos. Al finalizar el intervalo de cada método de marchitez, el forraje fue recogido y procesado en una picadora de precisión, y el forraje fresco picado se ensiló en recipientes plásticos de 3 a 10 kg (tres unidades por tratamiento). Melaza diluida 1:1 con agua fue agregada en varias dosis al ensilado usando una regadera (Cuadro 1).

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

En ambos ensayos los ensilajes mostraron diferencias significativas (P<0,01) en valores de MS, pH, y N amoniacal (Cuadro 1). Dadas las condiciones ideales para el secado el Ensayo 1 con marchitez rápida permitió un ensilado después de seis horas mientras que en marchitez lenta demoró 28,5 horas. En el Ensayo 2 hubo lluvias permanentes, el forraje no se secó y por ello se necesitaron 48 horas para finalizar el ensilado. Las diferencias de MS entre ensilajes de Ensayos 1 y 2 reflejan los efectos del tratamiento con melaza, la MS del forraje inicial (Ensayo 1) y en el método de inducir marchitez (Ensayo 2).

En el Ensayo 2, con marchitez lenta e hilerado, pareció retener más agua de lluvia y se notaba más decoloración y amarilleo del forraje al ser comparado con aquel de marchitez rápida; estos signos pueden ser indicadores de mayor deterioro. Muchos de los ensilajes mostraron valores muy altos de N amoniacal (>150 g/kg total N) que indicaban una severa degradación de la fracción proteica. En general, las características de la fermentación del ensilaje fueron más pobres o no fueron afectadas por el tratamiento de marchitez lenta al comparar sus valores con los de marchitez rápida. La mayor causal de diferencia en el Ensayo 1 fue atribuida a las mejores condiciones climáticas que permitieron que la tasa de marchitez pudiera expresar su influencia.

Cuadro 1. Efecto del uso de la melaza sobre la calidad de la fermentación en ensilajes de pasto kikuyo

Tratamiento (kg melaza/t forraje fresco)

Ensayo 1

Ensayo 2

MS (g/kg)

pH

NH3-N (g/kg total N)

MS (g/kg)

pH

NH3-N (g/kg total N)

Control sin marchitar

133

4,34

148,7

109

4,75

220, 9

Marchitez rápida

0

224

4,45

136,2

92

4,87

453,7

20

-

-

-

116

3,93

171,7

40

-

-

-

116

3,76

189,3

60

246

3,85

93,6

-

-

-

Marchitez lenta

0

239

5,51

260,4

91

4,87

436,6

40

-

-

-

120

3,74

158,7

60

257

4,03

137,4

-

-

-

Dms (P<0,05)

11

0,10

15,6

9

0,13

58,4

CONCLUSIONES

En ensilajes con una buena preservación el valor para el N amoniacal debería ser de <100 g/kg del N total (Wilkinson, 1990). Es muy difícil poder obtener un buen ensilaje de pasto kikuyo con valores bajos de MS sin usar aditivos, particularmente cuando el proceso de marchitez es prolongado y de baja efectividad por malas condiciones climáticas. Los presentes resultados muestran que bajo buenas condiciones climáticas que favorecen una marchitez rápida se logra producir un ensilaje satisfactorio. Cuando los ensilajes de forraje con valores bajo de MS se preparan con forraje de pasto kikuyo sometido a una marchitez rápida, el valor del N amoniacal puede reducirse aún más al aplicar melaza. En situaciones donde las malas condiciones climáticas son muy frecuentes, la melaza puede producir una mejoría muy substancial de la fermentación del ensilaje, pero la dosis de aplicación deberá ser mucho más alta que la empleada en el Ensayo 2. La adición de melaza no solo mejora la preservación del ensilaje, sino que también aumenta el contenido de energía metabolizable del ensilaje.

RECONOCIMIENTOS

Se agradece el apoyo financiero brindado por la Corporación Australiana de Investigación y Desarrollo y a Agricultura NSW y a los productores de leche por colaboración y por haber facilitado el acceso a su tierra y equipos.

REFERENCIAS

Catchpoole, V.R., & Henzell, E.F. 1971. Silage and silage-making from tropical herbage species. Herb. Abstr., 41: 213-221.

Wilkinson, M. 1990. Silage UK. 6th edition. Marlow, UK: Chalcombe Publications.

Cartel técnico 9.2 - Uso de caña de azúcar (Saccharum officinarum) deshidratada como aditivo en el ensilaje de pasto elefante (Pennisetum purpureum) - José Neuman Miranda Neiva, Ana Cristina Holanda Ferreira y Mauricio Teixeira

José Neuman Miranda Neiva, Ana Cristina Holanda Ferreira y Mauricio Teixeira

Universidade Federal de Ceará
Caixa Postal 12168
Fortaleza-CE,
Brasil CEP: 60355-
E-mail: [email protected]

INTRODUCCIóN

La biomasa del pasto tropical aumenta con la madurez pero su valor nutritivo decrece. Para revolver este dilema estos pastos son cosechados en una etapa temprana de crecimiento. Las plantas jóvenes tienen un alto contenido de humedad, un poder tampón alto y bajos valores de carbohidratos solubles. Según Woolford (1984), estos factores tienen una influencia negativa sobre el proceso de fermentación, impidiendo una caída rápida del valor de pH, favoreciendo el desarrollo de fermentaciones secundarias indeseables que consecuentemente dañan la calidad final del ensilaje.

Partiendo de la suposición de que los problemas citados son los mayores obstáculos para lograr un buen ensilaje del pasto elefante, se inició una investigación para encontrar soluciones prácticas para ensilar exitosamente el pasto elefante (Pennisetum purpureum).

Entre las diversas alternativas disponibles, la adición de caña de azúcar desecada al forraje de pasto elefante para hacer un ensilado mixto parecía interesante, puesto que esta tiene alto contenido de MS y de CHS.

El objetivo del estudio fue evaluar las características químicas y de fermentación del ensilado de pasto elefante con diversas dosis de caña de azúcar desecada.

MATERIALES Y MéTODOS

Este ensayo se llevó a cabo en la Sección de Forrajes de la Universidad Federal de Ceará. Se analizaron las características químicas y de fermentación del ensilaje de pasto elefante con adición de 0, 5, 10 y 15 por ciento de caña de azúcar desecada, con materia fresca como base. El forraje de pasto elefante de 80 días fue triturado y mezclado con la caña. La caña fue molida usando un tamiz de 3 mm. El diseño estadístico incluyó repeticiones completamente al azar.

Los silos de laboratorio eran de polietileno, de 100 mm de diámetro y 340 mm de profundidad. Sesenta días después del ensilado los silos fueron abiertos y se sacaron muestras homogéneas muestras de aproximadamente 300 g para determinar MS, PB, pH y NH3-N. Para la evaluación de las observaciones se aplicaron análisis de varianza y de regresión.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

El contenido de MS del ensilaje aumentó en forma linear con la adición de caña desecada (Cuadro 1). Almeida et al. (1986) y Tosi et al. (1989), al estudiar la adición de caña de azúcar y bagazo de caña, respectivamente, al ensilaje de pasto elefante, también observaron un aumento en los valores de MS.

Cuadro 1. Valor promedio para MS, PB, N amoniacal (NH3-N), pH y ecuaciones de regresión

Parámetro

Caña de azúcar

Promedio

Ecuaciones de Regresión

0 %

5 %

10 %

15 %

% MS

21,2

25,2

27,5

29,9

25,9

Y = 25,9465+2,8442 × R2 = 98,05%

% PB

7,3

5,7

5,6

4,9

5,9

Y = 5,8895-0,6954 × R2 = 99,25%

NH3-N

4,6

3,9

4,9

4,4

4,5

NS

pH

3,6

3,6

3,6

3,7

3,6

NS

Los valores de PB disminuyeron en forma linear con la adición de caña de azúcar desecada. Resultados similares fueron obtenidos por Almeida et al. (1986). Tosi et al. (1989), usando bagazo de caña como aditivo para un ensilaje de pasto elefante, observaron que los valores de PB cayeron por debajo de 4 por ciento Esta caída se debe al bajo valor de PB que tiene el bagazo (ca. 2 %).

El presente ensayo no mostró diferencias significativas en valores de NH3-N y pH entre ensilajes. La calidad de ensilaje fue idéntica, con o sin adición de caña. Almeida et al. (1986) y Tosi et al. (1989) también observaron que el forraje marchito de pasto elefante permitía obtener un ensilaje bien preservado, sin la adición de caña ni bagazo.

CONCLUSIONES

Las observaciones de este estudio permiten concluir que la adición de caña de azúcar desecada no cambió las características de la fermentación de los ensilajes, pero redujo su contenido de PB.

Los valores muy bajos obtenidos de PB al usar caña de azúcar desecada como aditivo, sugieren que nuevos estudios deberían evaluar la posible utilidad de agregar una fuente de nitrógeno junto con la adición de caña de azúcar desecada.

REFERENCIAS

Almeida, E.X., Pinto. J.C., & Pérez, J.R.O. 1986. Cama de frango e cana-de-açúcar na qualidade da silagem de Pennisetum purpureum Schum. cv. Cameroon. Revista da Sociedade Brasileira de Zootecnia, 15: 193-199.

Tosi, H., Bonassi, I.A., & Iturrino, R.P.S. 1989. Avaliação química e microbiológica da silagem de capim elefante, cultivar Taiwan A-148, preparada com bagaço de cana. Pesquisa Agropecuária Brasileira, 24: 1313-1317.

Woolford, M.K. 1984. The silage fermentation. New York: Marcel Dekker.


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