I. Situación actual de la agricultura: hechos y cifras
1. PRODUCCIÓN AGRÍCOLA Y GANADERA1
Se estima que la producción agrícola mundial en 1999 aumentó en 2,3 por ciento, lo que representa una mejora modesta en comparación con el 1,4 por ciento de la tasa de crecimiento lograda en 1998. En especial, la producción agrícola aumentó más en 1999 que en el año anterior. Los resultados más favorables se deben en gran parte a un incremento en la producción de los países desarrollados, que se estima en 1,5 por ciento. Este aumento sigue a una disminución del 0,7 por ciento de la producción general en 1998, cuando la producción agrícola disminuyó en 3,4 por ciento. Los resultados obtenidos por los países desarrollados, considerados como un grupo, siguieron siendo relativamente desalentadores durante 1999. La producción agrícola aumentó sólo en 2,8 por ciento, cifra que representa aproximadamente la misma tasa que en 1998, pero que es inferior al 3,2 por ciento de 1997, y muy inferior a las elevadas tasas de 4 a 5 por ciento registradas desde 1993 hasta 1996.
Para el año 2000 las estimaciones de la producción agrícola son todavía provisionales, pero indican una expansión de la producción agrícola de aproximadamente el 1 por ciento. Se estima que la producción agraria aumentará en menos del 1 por ciento como en 1998. Esta disminución se debe al menor crecimiento tanto en los países desarrollados como en desarrollo, pues los primeros tuvieron un crecimiento estimado en menos del 1 por ciento, y los segundos aproximadamente el 1,5 por ciento en 2000. En el caso de los países en desarrollo, los escasos resultados obtenidos mantienen la tendencia de los últimos 4 años hacia un crecimiento más lento.
Entre las regiones de los países en desarrollo, en 1999, los mejores resultados se registraron en América Latina y el Caribe, donde el crecimiento de la producción agrícola se reforzó considerablemente, hasta llegar a una cifra estimada en 4,6 por ciento, después de una tasa de crecimiento de sólo el 1,8 por ciento en 1998, año en que el fenómeno de «El Niño» afectó considerablemente la actividad agrícola, especialmente en la región andina, y el huracán Mitch causó graves daños en América Central. El factor que contribuyó más a los buenos resultados de 1999 fue el fuerte crecimiento del 5,1 por ciento de la producción en América del Sur donde, en especial, el Brasil aumentó su producción agrícola en una cifra estimada en un 7 por ciento. El crecimiento fue más modesto en América Central, donde aproximadamente un 3,4 por ciento representó una mejora considerable en comparación con el 1,1 por ciento registrado en 1998. En cambio, la producción agrícola disminuyó aproximadamente en un 1 por ciento en el Caribe. Las estimaciones preliminares para 2000 indican un crecimiento de la producción en la región de aproximadamente de sólo un 2 por ciento. Se prevé que el aumento será algo mayor en América Central que en el Caribe y América del Sur.
En los países en desarrollo de Asia oriental y el Pacífico los resultados agrícolas mejoraron también algo en 1999, pues aumentaron en un 3,4 por ciento en comparación con la cifra baja de 2,1 por ciento registrada en 1998. Sin embargo, la tasa general de crecimiento de la producción agrícola en la región ha disminuido en los últimos años y el crecimiento de la producción en el año 2000 se estima provisionalmente sólo en 1 al 2 por ciento.
El principal factor que explica esta tendencia a la disminución en los últimos años es el menor crecimiento de la producción en China que, de un promedio anual de aproximadamente el 6 por ciento en 1991-1997, disminuyó al 4 por ciento en 1998 y al 3 por ciento en 1999, y las estimaciones provisionales para 2000 indican otro aumento de aproximadamente el 3 por ciento. Después del estancamiento registrado en 1998, la India vio aumentar su producción agrícola en un 4 por ciento en 1999, mientras que las estimaciones para 2000 revelan una pequeña disminución de menos del 1 por ciento.
En el África subsahariana, 1999 fue otro año desalentador en lo que se refiere a la producción agrícola, puesto que la producción agrícola en general fue inferior a las tasas de crecimiento de la población por el tercer año consecutivo. La producción aumentó en 2,1 por ciento en 1999, después de haber crecido un 0,4 y un 2,3 por ciento en 1997 y 1998, respectivamente. En Nigeria, el crecimiento de la producción pasó de más del 4 por ciento en 1998 a algo menos del 3 por ciento. Las estimaciones preliminares para el año 2000 indican que no se producirá mejora alguna en los escasos resultados de los últimos años, y todo indica también que la producción agrícola en general ha aumentado sólo en 0,5 por ciento.
En el Cercano Oriente y en África del Norte la producción agrícola disminuyó en un 3,9 por ciento en 1999 después del crecimiento sin precedentes del 8,4 por ciento en 1998. La sequía fue el factor predominante que afectó la producción agrícola en la región en 1999, y la producción de cereales registró una baja especialmente grave en Afganistán, Argelia, Iraq, la República Islámica del Irán, Jordania, Marruecos, la República Árabe Siria y Túnez. Asimismo, en Turquía un régimen inadecuado de lluvias dio lugar a una disminución de la producción agrícola de casi un 5 por ciento. En cambio, la producción en general aumentó considerablemente en Egipto. Según las previsiones, en el año 2000, las condiciones de sequía tendrán todavía efectos adversos en la producción de Afganistán, Argelia, Iraq, la República Islámica del Irán, Marruecos y Túnez, mientras que se prevé cierta recuperación en Jordania, la República Árabe Siria y Turquía. Las estimaciones provisionales indican un aumento mínimo del 0,5 por ciento en la producción agrícola general de la región en 2000.
Entre los países desarrollados, los países con economías en transición registraron una producción agrícola prácticamente igual en 1999, después de una disminución del 5,9 por ciento en 1998. La Federación de Rusia experimentó una disminución del 2,7 por ciento, y la mayoría de los demás grandes productores agrícolas de la región registraron disminuciones menores en su producción agrícola en 1999, con excepciones importantes de Kazajstán y Rumania, países en los que la producción agrícola aumentó enormemente después de las fuertes caídas experimentadas en 1998. Las estimaciones provisionales para 2000 indican una pequeña reducción de la producción agrícola, de menos de 1 por ciento. Entre los principales productores se esperan resultados positivos sólo en la Federación de Rusia y Ucrania.
En las economías de mercado desarrolladas, la producción agrícola aumentó en una cifra estimada en 1,8 por ciento en 1999, después del aumento más modesto de 0,8 por ciento registrado en 1998. La producción creció mayormente en la Comunidad Europea (CE) (en 2,2 por ciento) y algo menos en América del Norte (1,9 por ciento), aunque únicamente el Canadá registró un incremento del 6,2 por ciento después de su elevada tasa de 5,9 por ciento en 1998. En los países desarrollados de Asia y el Pacífico, el crecimiento de la producción general se estimó en 1,0 por ciento; Japón registró un crecimiento de menos del 1 por ciento, y Australia del 1 por ciento, pero en cambio la producción disminuyó en Nueva Zelandia del 5,1 por ciento. Las estimaciones para 2000 indican un menor aumento, más o menos del 1 por ciento, en la producción general, lo que abarca un aumento previsto de un 2 por ciento en América del Norte, un 1,8 por ciento en los países desarrollados de Asia y el Pacífico y una reducción marginal en la CE.
2. PRECIOS AGRÍCOLAS INTERNACIONALES
Los precios internacionales del trigo y de los cereales secundarios aumentaron moderadamente durante la primera mitad de la temporada 2000/01 (julio-diciembre de 2000), con indicaciones de una menor producción y perspectivas de fuertes reducciones de las existencias de los principales exportadores. En el caso del trigo, el aumento general de los precios fue limitado debido a la disponibilidad de grandes existencias de exportación en cierto número de productores no tradicionales tales como la India y Pakistán. Además, en algunos países importadores, por ejemplo China, donde la producción interna disminuyó considerablemente, la reducción general fue compensada por una mayor utilización de sus propias reservas y no por mayores volúmenes de importación. En el caso de los cereales secundarios, especialmente el maíz, el impacto del aumento de la demanda de importación mundial se redujo por una cosecha casi sin precedentes en los Estados Unidos, por grandes ventas de China y abundantes suministros del trigo para piensos en los mercados internacionales. Teniendo en cuenta esta situación, no se prevé una fuerte recuperación de los precios por lo menos por otra temporada, y ello sólo en caso de una fuerte reducción en la producción de cereales en 2001.
A diferencia de los acontecimientos en otros importantes mercados de cereales, los precios internacionales de los cereales de alta y de baja calidad, así como de las variedades de arroz largo y mediano, disminuyeron durante la mayor parte de 2000, y alcanzaron su nivel más bajo desde 1987. Esta evolución se debió al tipo de políticas adoptadas por muchos países debido a la escasez de arroz y a los elevados precios internacionales que se aplicaron en 1998 y comienzos de 1999. Los países importadores de arroz más importantes redujeron su demanda de importación, mientras que otros exportadores aplicaron fuertes campañas de exportación a fin de reducir sus grandes existencias. Salvo un acontecimiento imprevisto, se preveía que los precios del arroz mantendrían una tendencia a la baja durante el primer trimestre de 2001, conforme las nuevas cosechas de exportadores del hemisferio sur y de Viet Nam entran en el mercado. Además, las medidas de política que está considerando la India -para aumentar las exportaciones- así como Indonesia, Malasia y Nigeria, -para aumentar las restricciones de importación- podrían contribuir a agravar la debilidad de los precios.
Durante la temporada 1999/2000 (octubre-septiembre), los precios internacionales de los aceites y grasas sufrieron una fuerte presión a la baja. La disminución se debió a grandes existencias. Las existencias de aceites y grasas alcanzaron niveles sin precedentes, lo que impidió una recuperación de los precios internacionales. En cambio, los precios de las semillas oleaginosas y de las harinas oleaginosas se reforzaron conforme el aumento de los suministros mundiales de estos productos se detuvo a pesar de un fortalecimiento de la demanda. Se preveía que los precios de las semillas oleaginosas y los correspondientes productos seguirían moviéndose en direcciones opuestas en 2000/01. El amplio suministro previsto de aceites y grasas, en comparación con la demanda, probablemente limitaría las posibilidades de una recuperación sostenida de los precios de los aceites y grasas. La situación difícil de la oferta y la demanda de semillas oleagi-nosas, tortas de aceite y harinas podría dar lugar a un apoyo a sus precios.
Los precios mundiales del café disminuyeron prácticamente en todo el año civil de 2000, y sólo mostraron un aumento marginal en el mes de diciembre. El precio compuesto de la Organización Internacional del Café (OIC) pasó de 1 679 dólares por tonelada en enero de 2000 a 1 084 dólares por tonelada en diciembre. Para el año en su conjunto, el precio compuesto fue un promedio de 1 416 dólares por tonelada, en comparación con 1 890 dólares en 1999, o sea una disminución del 25 por ciento. De esta manera se mantiene la tendencia a la baja de 1999, cuando los precios disminuyeron en un 22 por ciento en comparación con los niveles del año anterior. En 2000 los precios del café se encontraban en su nivel más bajo desde 1993, y sólo a la mitad de su nivel medio para el decenio de 1980. A pesar de una ligera disminución en la producción en la temporada 1999/2000 (octubre-septiembre), resultante de condiciones atmosféricas adversas en algunos de los principales países productores, las exportaciones siguieron aumentando. A falta de un crecimiento importante en el consumo, probablemente las existencias de las importaciones siguieron acumulándose durante el año. El mercado se debilitó aún más por las expectativas de una recuperación en los niveles de producción que superaban el crecimiento del consumo para la temporada del café 2000/01. La persistencia de precios históricamente bajos hizo que la Asociación de Países Productores de Café (APPC) convinieran en la aplicación de un plan de retención del café en mayo de 2000. Los países participantes retendrán el 20 por ciento de sus exportaciones de café cuando el precio indicador de la OIC (un promedio móvil de quince días del precio compuesto) disminuya por debajo de un determinado límite, y pondrán las existencias retenidas en el mercado una vez que los precios aumenten por encima de un determinado límite.
Los precios del cacao en grano disminuyeron en un 22 por ciento en 2000, después de una disminución del 32 por ciento en 1999, hasta llegar a niveles no vistos desde comienzos del decenio de 1970. El precio medio diario de la Organización Internacional del Cacao (ICCO) fue de 888 dólares por tonelada en 2000, en comparación con una media de 1 140 dólares por tonelada en 1999 y de 1 465 dólares por tonelada durante los 5 años anteriores. Esta disminución de los precios reflejó una tendencia al crecimiento de la producción para superar el crecimiento del consumo. La producción y el consumo se habían mantenido aproximadamente en equilibrio durante los tres años anteriores, pero en 1999/2000 la producción aumentó casi en un 8 por ciento, mientras que el consumo, calculado por las moliendas, creció en menos del 6 por ciento. En lo que se refiere a la demanda, el consumo mundial por habitante ha aumentado al menos del 1 por ciento al año desde 1990, lo que refleja un débil crecimiento en los Estados Unidos, Europa occidental y Asia oriental.
En 2000 los precios del té se reforzaron. El precio compuesto de la FAO para el té (un precio medio ponderado del té comercializado en los principales mercados de Kenya, India y Sri Lanka) fue en promedio de 1 830 dólares por tonelada en el primer trimestre de 2000, y disminuyó a 1 770 dólares por tonelada en el segundo trimestre de conformidad con las tendencias de la demanda estacional, y después aumentó a 1 880 dólares por tonelada en el tercer trimestre antes de volver a disminuir al nivel del primer trimestre. El precio compuesto en 2000 fue en promedio de 1 829 dólares por tonelada. Esta cifra es un 7 por ciento más alta que el promedio de 1 707 dólares por tonelada en 1999, cuando una demanda débil mantuvo los precios por debajo de los niveles de 1998 durante la mayor parte del año. Los precios del té en 2000 fueron un 5 por ciento más altos que el promedio para los cinco años anteriores, pero siguieron siendo inferiores a los niveles máximos de casi 2 000 dólares por tonelada alcanzados en 1997.
Después de reducirse a 0,98 dólares por kilo en diciembre de 1999, su nivel más bajo durante quince años, los precios mundiales del algodón comenzaron a recuperarse en 2000. El índice Cotlook «A», un indicador de los precios mundiales, alcanzó 1,45 dólares por kilogramo en julio y agosto de 2000, o sea aproximadamente un 15 por ciento más que un año antes, debido a un crecimiento lento de la producción mundial general y a un fortalecimiento de la demanda. La demanda de algodón ha sido estimulada por la aplicación del Acuerdo sobre los Textiles y el Vestido y del Acuerdo de Libre Comercio de América del Norte (TLC), que ha aumentado el comercio de textiles. La FAO y el Comité Consultivo Internacional de Algodón predijeron que el Acuerdo, cuya finalidad es eliminar todas las restricciones de cupos al comercio de textiles en el año 2005, aumentará el consumo mundial de algodón hasta en un 3 por ciento. El crecimiento de la economía mundial fue otro estímulo de una mayor demanda de importación. Se espera que la continuación de la recuperación de la crisis financiera de 1998 se traduzca en mayores importaciones de algodón por los países del Asia sudoriental. Asimismo, en 2000 los precios mundiales del algodón se beneficiaron de los precios más altos del petróleo y de las fibras sintéticas, así como de un nivel más bajo de existencias en China.
Después de disminuir a su punto más bajo en un cierto número de años en agosto de 1999, los precios del caucho se recuperaron en los principales mercados mundiales. Los precios del caucho RSS1 en el mercado de Londres y en los mercados de Malasia a mediados de 2000 eran aproximadamente un 20 por ciento más altos que en el mismo momento en 1999. Esta recuperación fue reflejo de una mayor demanda de caucho natural, junto con el efecto de precios más elevados del petróleo que hicieron que el caucho sintético fuera más caro. Se prevé que los precios mundiales del caucho se mantendrán firmes en un futuro cercano, como resultado de precios más altos del petróleo. Sin embargo, no cabe esperar ningún aumento importante de los precios debido a las grandes posibilidades que existen de una mayor oferta como consecuencia de una extracción más intensiva y de una mayor capacidad de producción en nuevos países productores tales como Viet Nam. Además, la reciente disminución del crecimiento económico en los Estados Unidos puede traducirse en una menor demanda de caucho natural.
En 1999/2000 la producción mundial de azúcar aumentó en un 4 por ciento hasta llegar a 135,8 millones de toneladas (equivalente de azúcar sin refinar), otro nivel sin precedentes. Este hecho se tradujo en un nivel de existencias mundiales sumamente elevado ya que la oferta fue considerablemente superior al consumo. De esta manera, después de haber disminuido en un 22 por ciento en 1998, y en otro 30 por ciento en 1999 hasta llegar a 138 dólares por tonelada, en marzo de 2000 el precio medio anual del Acuerdo Internacional del Azúcar había llegado a su nivel más bajo en 14 años, 113 dólares por tonelada. Sin embargo, las estimaciones para 2000/01 indican una reducción de 4 a 5 por ciento en la producción, a 130 millones de toneladas, una mayor expansión de las exportaciones, una disminución consiguiente en el elevado nivel de las existencias de azúcar en todo el mundo, y un constante fortalecimiento de los precios. Los precios siguieron una tendencia ascendente desde comienzos de abril de 2000 y, a pesar de haber disminuido ligeramente hacia finales del año, el precio medio anual en 2000 llegó a 180 dólares por tonelada, 30 por ciento más alto que en 1999. Sin embargo, los precios medios en 2000 siguieron siendo todavía un 20 por ciento inferiores a los de 1998.
En el primer trimestre de 2000, los precios de los bananos en los principales mercados se recuperaron desde los bajos niveles sin precedentes a que habían llegado a finales de 1999. Este aumento se debió a una conjunción de una menor producción en varios países de América Latina, que se vieron afectados por condiciones climáticas adversas, y una mayor demanda en varios mercados, especialmente Japón, China y Europa central y oriental. Sin embargo, los precios comenzaron a disminuir en mayo conforme la producción se fue recuperando gradualmente en los países que habían sido afectados por el huracán Mitch (en particular Honduras) y la demanda se frenó en los países del hemisferio norte por la competencia de las cosechas nacionales de verano. En general, el precio medio expresado en monedas locales fue superior en 2000 que en 1999, en los Estados Unidos y Europa central y oriental, pero fue inferior en Europa occidental y Japón. Una combinación de menores exportaciones en América Latina y bajos precios del dólar en la Comunidad Europea, que es tradicionalmente el más rentable de los principales mercados del banano, dio lugar a una reducción considerable en los ingresos de exportación de muchos países en desarrollo. La rentabilidad de la industria del banano se vio aún más limitada por mayores costos de insumos y de transporte y como consecuencia del aumento de los precios del petróleo.
3. SITUACIÓN Y PERSPECTIVAS DE LA OFERTA MUNDIAL DE CEREALES2
Producción
En el año 2000 la producción mundial de cereales disminuyó a 1 852 millones de toneladas (incluyendo el arroz en equivalente sin refinar), que es cerca de 2 por ciento menos que el nivel del año anterior, y también inferior a la media durante los últimos 5 años. Cierto número de factores contribuyeron a la reducción de la producción de cereales en 2000, desde desastres naturales y los bajos precios que prevalecieron en los últimos años hasta políticas gubernamentales destinadas a reducir un exceso de la oferta.
La producción mundial de trigo disminuyó ligeramente a 586 millones de toneladas. Esto se debió sobre todo a condiciones climáticas desfavorables, en especial las graves sequías que afectaron partes de Europa y de África del norte, así como varios países de Asia, con inclusión de China, donde los cambios de política desempeñaron también una función importante en la reducción de la siembra.
En 2000 la producción mundial de cereales secundarios registró una disminución del 2 por ciento, llegando a 869 millones de toneladas. Esta disminución fue resultado sobre todo de cultivos dañados por malas condiciones del tiempo en ciertas partes de Asia y Europa. Una temporada con fuertes sequías redujo considerablemente la producción de maíz en China, que disminuyó en 24 millones de toneladas. Las condiciones de sequía en la mayor parte de la Europa oriental afectaron especialmente los cultivos de maíz y de cebada.
La producción mundial de arroz disminuyó a 397 millones de toneladas (en equivalente de arroz sin cáscara), es decir casi 3 por ciento menos en comparación con 1999. A pesar de esta fuerte disminución, la producción de arroz siguió siendo la segunda de todas las registradas hasta ahora. La contracción se debió fundamentalmente a una decisión por parte de los agricultores de diversificar los cultivos como consecuencia de la debilidad de los precios que había prevalecido desde 1999. En algunos casos, especialmente en el de China, las políticas del Gobierno de reducir los excedentes contribuyeron a la contracción.
Las primeras indicaciones para la cosecha de trigo de 2001 en el hemisferio norte que, desde febrero de 2001, estaba ya sembrada, sugieren que la producción podría, en el mejor de los casos, mantenerse cerca del nivel reducido de 2000. En Asia, las cosechas de trigo serían menores en China, India y Pakistán. En Europa, se preveía que la superficie dedicada al cultivo en la Comunidad Europea disminuiría mientras que en otras partes de Europa se podía prever cierta recuperación de la producción después de la sequía que redujo la producción en el año 2000. En África del Norte, las condiciones de los cultivos de trigo de invierno eran generalmente favorables y se estimaba que la producción se recuperaría algo. En el hemisferio sur, la siembra del trigo para la cosecha de 2001 debía comenzar en abril.
Los cultivos secundarios en el año 2001 se sembraron en algunos de los más importantes países productores del hemisferio sur. En el África meridional la producción podría disminuir como resultado de una reducción en la superficie dedicada a su cultivo. En América del Sur, las condiciones de la siembra eran generalmente favorables. La siembra de cereales secundarios en el hemisferio norte debía comenzar más o menos en abril.
En el hemisferio sur, y en torno del cinturón ecuatorial, la temporada de arroz cáscara de 2001 (cosecha principal) estaba bien avanzada y se preveía que la cosecha se iniciaría aproximadamente en marzo. En el hemisferio norte, la siembra para la temporada de 2001 debía comenzar solamente en abril y mayo.
Utilización y existencias
Según las previsiones, la utilización mundial de cereales en 2000/01 debía superar la producción mundial durante el segundo año consecutivo. Se preveía que la utilización total de cereales llegaría a 1 909 millones de toneladas, o sea 0,6 por ciento más que la temporada anterior, aunque el uso para consumo humano directo aumentaría aproximadamente en 1,2 por ciento. Los aumentos más importantes se registrarían en los países en desarrollo de Asia. La utilización de cereales como piensos en 2000/01 debía aumentar sólo ligeramente, aproximadamente en 0,6 por ciento.
Las estimaciones de las existencias remanentes de cereales en China (con exclusión de Taiwan Provincia de China y de la Región Administrativa Especial de Hong Kong) han sido objeto de una revisión al alza desde la última edición de Elestado mundial de la agricultura y la alimentación. El resultado ha sido un incremento importante de las estimaciones de los inventarios de China que, a su vez, han dado lugar a cifras considerablemente superiores a las comunicadas anteriormente para las existencias mundiales. Este ajuste único hecho en las series históricas para los cereales en China no se debe considerar ni reflejo ni causa de los cambios en la base del mercado3. En efecto, ni el volumen ni la dirección de las variaciones anuales de las existencias mundiales se modifican considerablemente debido a esta revisión.
Según las previsiones, las existencias mundiales de cereales al cierre de las temporadas que son las últimas de 2001 indican aproximadamente 640 millones de toneladas, es decir 52 millones de toneladas menos, o 7 por ciento menos de sus niveles de apertura, y los más bajos en cuatro años. La disminución prevista durante la temporada 2000/01 refleja una menor producción de cereales en 2000 y una mayor utilización. Las disminuciones más importantes en las existencias de cereales se produjeron en los países donde la producción debía disminuir más según las previsiones, es decir China y los Estados Unidos. Las existencias totales y finales de los cereales en los principales países exportadores se calcularon en 237 millones de toneladas, es decir 12 millones de toneladas menos que los niveles de apertura. Sin embargo, se había previsto que su proporción en el total de las existencias mundiales debía aumentar ligeramente en comparación con el año anterior, aproximadamente al 37 por ciento debido a una mayor retirada de existencias en otros países.
Las existencias mundiales de trigo para las temporadas de cosechas que terminaban en 2001 eran de 239 millones de toneladas, 7 por ciento menos que el año anterior. Se preveían menos excedentes para los cinco principales exportadores, con excepción de la Comunidad Europea. Los inventarios totales de cereales secundarios para las temporadas que terminaban en 2001 eran de 246 millones de toneladas, 10 por ciento menos que el año anterior, sobre todo como resultado de una disminución prevista (21 millones de toneladas) en las existencias mantenidas por China, después de una disminución drástica de su producción de maíz en 2000. El total de las existencias en los principales países exportadores probablemente no se modificaría y se mantendría en unos 77 millones de toneladas. Los inventarios mundiales de arroz al terminar las temporadas en 2001 eran de 155 millones de toneladas, según las previsiones, aproximadamente 5 por ciento menos que el nivel de apertura. Según lo previsto la mayor parte de la reducción se concentraría en China, después de una importante reducción de la producción en 2000.
Comercio
Con arreglo a las previsiones, el comercio mundial de cereales en 2000/01 debía alcanzar un máximo de 236 millones de toneladas, algo más que el volumen sin precedentes obtenido el año anterior, sobre todo por una mayor demanda de cereales secundarios y de arroz. La expansión de las importaciones de cereales desde 1999/2000 haría que el comercio mundial de cereales fuera aproximadamente de 25 millones de toneladas, o sea 11 por ciento más que el promedio del decenio anterior.
El comercio mundial de cereales secundarios en 2000/01 (julio/junio) aumentó hasta llegar a un nivel sin precedentes de unos 105 millones de toneladas, es decir un 2 por ciento más que en 1999/2000. Asimismo se preveía que el comercio mundial de arroz en 2001 aumentaría en más de un 3 por ciento hasta llegar a 23 millones de toneladas. En cambio, se preveía que el comercio internacional de trigo y harina de trigo (en equivalente en grano) en 2000/01 disminuiría ligeramente a 108 millones de toneladas.
Según las previsiones, el total de las importaciones de cereales por los países en desarrollo en 2000/01 llegaría a 168 millones de toneladas, cifra ligeramente superior a la media pero algo menor que el volumen máximo alcanzado en 1999/2000. En cuanto al valor, las previsiones indican que las importaciones de cereales por los países en desarrollo sumarían un total de 23 000 millones de dólares en 2000/01, casi 2 000 millones o 9 por ciento más que en 1999/2000. Las importaciones totales de los países en desarrollo con bajos ingresos y déficit alimentario (PBIDA) en 2000/01 serían aproximadamente de 70 millones de toneladas, nivel ligeramente inferior al nivel estimado para el año anterior. En general, el total de los gastos de importación de cereales por estos países considerados como un solo grupo es de 9 500 millones de dólares, es decir 8 por ciento más que en 1999/2000, debido sobre todo a precios relativamente más altos durante la temporada de comercialización de 2000/01.
4. PENURIA DE ALIMENTOS Y SITUACIONES DE EMERGENCIA
La penuria de alimentos causada por desastres naturales y de origen humano siguen afectando a muchos países en todas las regiones del mundo. A comienzos de 2001 había 33 países y más de 60 millones de personas que hacían frente a situaciones de emergencia alimentaria de diverso grado.
En África oriental, aproximadamente 18 millones de personas seguían dependiendo de la asistencia alimentaria debido a los efectos remanentes de la sequía del año pasado, junto con situaciones de conflictos en algunas partes. La situación es especialmente grave en Kenya, Eritrea, Sudán y Etiopía, donde las sequías recientes han reducido enormemente la producción de alimentos y han causado la muerte de un gran número de reses. Sin embargo, las lluvias recientes, y las previsiones de lluvias prácticamente normales en la mayoría de África oriental para la temporada de cultivo de marzo a mayo de 2001, ha mejorado las perspectivas de la situación alimentaria en la subregión. En Kenya, la sequía de 1999/2000 acentuó la inseguridad alimentaria de casi 4,4 millones de personas. En Eritrea, más de 1,8 millones de personas necesitan ayuda urgente debido a los desplazamientos causados por la guerra con la vecina Etiopía y por la sequía. Las perspectivas para la temporada agrícola de 2001 siguen siendo sombrías, puesto que los agricultores siguen sin poder regresar a sus granjas y grandes extensiones de terreno siguen siendo inaccesibles debido al riesgo de las minas terrestres. En Sudán se ha registrado grave escasez de alimentos en las regiones del oeste y el sur como resultado de las sequías. La continuación de la guerra civil agrava la situación impidiendo que las familias rurales puedan proseguir sus actividades agrícolas. En Etiopía, una buena cosecha principal ha mejorado la disponibilidad general de alimentos en el país. Sin embargo, aproximadamente 6,5 millones de personas, afectadas por la sequía y la guerra con la vecina Eritrea, dependen de la asistencia alimentaria. En Somalia, una segunda temporada satisfactoria, precedida por una cosecha principal favorable, ha mejorado las perspectivas de seguridad alimentaria. Por consiguiente, el número de personas que necesitan asistencia alimentaria ha disminuido de 750 000 a 500 000.
Después de graves inundaciones en el África meridional, aproximadamente 900 000 personas de ciertos lugares de Mozambique, Malawi, Zambia y Zimbabwe necesitan con urgencia recibir asistencia humanitaria. En las zonas afectadas se informa sobre daños a las infraestructuras y las viviendas así como graves pérdidas de cultivos. Los daños son considerables en la parte central de Mozambique y en el valle del Zambezi. Las fuertes lluvias y las inundaciones causadas por los ríos han desalojado también a un gran número de personas y han dañado la infraestructura y los cultivos en Malawi, Zimbabwe y Zambia. En Angola, país desolado por la guerra civil, donde el número de personas desalojadas internamente se estima en más de 2,5 millones de personas, la situación alimentaria sigue siendo grave. Para la subregión en su conjunto, se prevé que la producción agregada de cereales disminuirá, reflejando las reducciones en la siembra y los bajos rendimientos, después de temporadas de sequía y de lluvias excesivas. Varios países, con inclusión de Sudáfrica, Zimbabwe, Lesoto, Namibia y Botswana, prevén cosechas menores en 2001.
En África central la situación de suministro de alimentos en la República Democrática del Congo es crítica para aproximadamente 2 millones de personas desplazadas internamente, que necesitan con urgencia alimentos y asistencia humanitaria. Sin embargo, la inseguridad sigue dificultando la distribución de los socorros. En Rwanda y Burundi, a pesar de una mejor producción en la primera temporada de 2001, todavía se necesita asistencia alimentaria en las zonas que han recogido menores cosechas como resultado de la sequía y para un gran número de personas vulnerables.
En el África occidental, la situación del suministro de alimentos se ha hecho más difícil debido a menores cosechas en ciertas partes del Sahel, en especial en el Chad y parte de Burkina Faso. A pesar de cierta mejora en la producción de alimentos, Sierra Leona y Liberia siguen dependiendo mucho de la asistencia internacional alimentaria, mientras que en Guinea los ataques de rebeldes en las zonas fronterizas están afectando las actividades agrícolas y han causado desplazamientos de poblaciones.
En el Asia meridional y oriental, la situación del suministro de alimentos sigue siendo muy difícil en varios países, debido en gran parte a desastres naturales. En Mongolia, una serie de situaciones de sequía y de inviernos extremadamente fríos han causado la muerte de un gran número de cabezas de ganado, que son la única fuente de vida y de ingresos para más de una tercera parte de la población, principalmente pastores nómadas. Las Naciones Unidas han pedido que se preste asistencia internacional a ese país.
En la República Popular Democrática de Corea, el invierno más frío en varios decenios y una menor cosecha en 2000 han exacerbado la situación ya grave en materia de alimentos que ha afectado al país en los últimos seis años.
En varios países del Cercano Oriente, los medios de vida de millones de personas se han visto afectados por una larga y grave sequía, seguida de un invierno duro en algunas partes. En Afganistán, las temperaturas bajo cero han causado pérdidas de vidas y han exacerbado la grave crisis alimentaria que ha sido resultado de dos años consecutivos de sequía y de la continuación de la guerra civil. La sequía ha afectado gravemente los cultivos y al ganado en todo el país, y como consecuencia más de 3 millones de personas necesitan urgentemente recibir asistencia. En Iraq, dos años de sequía han reducido gravemente la producción de alimentos, mientras que en Jordania la sequía ha afectado a los cultivos y los pastizales, dejando a miles de pastores en una situación de necesidad de asistencia.
En los países de Asia central de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), se siguen sintiendo los efectos de una reciente sequía. Esto es especialmente cierto en Armenia, Georgia y Tayikistán, donde la ayuda alimentaria continúa siendo una necesidad para aproximadamente 4 millones de personas.
En América Latina, una serie de terremotos afectaron a El Salvador entre comienzos de enero y mediados de febrero, causando pérdidas de vidas y grandes daños a las casas y la infraestructura. En 2001 la comercialización y producción de alimentos se verá obstaculizada por los daños causados a la infraestructura. En Bolivia, las lluvias torrenciales y la sequía han causado daños localizados, y el Gobierno ha declarado el estado de emergencia en algunos de los departamentos afectados. En Haití, es necesario contar con ayuda alimentaria como resultado de problemas económicos crónicos.
En Europa es necesario seguir prestando ayuda alimentaria aproximadamente a un millón de personas vulnerables en los Balcanes, especialmente en Yugoslavia y la Federación de Rusia.
La iniciación de un conflicto en la ex República Yugoslava de Macedonia puede aumentar el número de personas que necesitan asistencia.
5. CORRIENTES DE AYUDA ALIMENTARIA
De conformidad con la última información proporcionada por el Programa mundial de alimentos (PMA), el total de envíos de cereales en 1999/2000 (1o de julio hasta 30 de junio) con arreglo al programa, proyectos y ayuda alimentaria de emergencia, fue de 10,2 millones de toneladas, 800 000 toneladas menos que el año anterior, a pesar de los grandes envíos hechos a la Federación de Rusia.
Los envíos de cereales procedentes de Estados Unidos aumentaron a 6,7 millones de toneladas en 1999/2000, representando casi el 65 por ciento del total mundial, 58 por ciento más que en 1998/99, debido en gran parte a mayores envíos a la Federación de Rusia. En cambio, las donaciones de cereales del Japón, sobre todo arroz, disminuyeron enormemente, y las de la CE también disminuyeron. Los envíos de la mayoría de otros orígenes fueron aproximadamente iguales a los niveles de 1998/99.
Desde el punto de vista de los beneficiarios, los envíos a la Federación de Rusia en 1999/2000 llegaron a 2,4 millones de toneladas, cifra cercana a la cantidad sin precedentes enviada en 1993/94, y que superó casi en 500 000 toneladas el nivel ya elevado de la temporada anterior.
Con exclusión de la Federación de Rusia, el total de los envíos de ayuda alimentaria al resto del mundo en 1999/2000 registró una disminución de aproximadamente 1,3 millones de toneladas, o sea 14 por ciento, a 7,7 millones de toneladas. Sin embargo, la ayuda alimentaria prestada por los principales donantes superó los «compromisos mínimos» convenidos con arreglo al Convenio de Ayuda Alimentaria de 1999 por lo menos en 2,8 millones de toneladas. El Convenio establece el mínimo de «tonelaje anual garantizado» en una cifra aproximada de 4,9 millones de toneladas (en equivalente de trigo), pero excluye a la Federación de Rusia de los beneficiarios que tienen derecho a ayuda alimentaria.
El total de los envíos de cereales como ayuda alimentaria a los PBIDA en 1999/2000 disminuyó aproximadamente a 7 millones de toneladas, o sea 1,1 millones de toneladas en relación con 1998/99. La mayor parte de la disminución se registró en Asia, mientras que los envíos a África aumentaron ligeramente. En Asia, Bangladesh fue el mayor beneficiario (964 000 toneladas), seguido de la República Popular Democrática de Corea (733 000 toneladas) e Indonesia (438 000 toneladas). Sin embargo, los envíos totales a estos tres países registraron una disminución de aproximadamente 1,4 millones de toneladas, o sea un 39 por ciento, en comparación con 1998/99. En cambio, en África los envíos a Etiopía en 1999/2000 se duplicaron en comparación con el nivel del año anterior de 1,2 millones de toneladas. Rwanda (179 000 toneladas) y Kenya (120 000 toneladas) se clasificaron segundo y tercer beneficiarios en África. En América Latina y el Caribe, los envíos de cereales a Cuba, Haití y Honduras aumentaron ligeramente. En Europa, envíos similares se hicieron a Albania, y Bosnia-Herzegovina, pero los envíos a la ex República Yugoslava de Macedonia aumentaron de 6 000 toneladas en 1998/99 a 92 000 toneladas en 1999/2000.
Según indicaciones preliminares, los envíos de ayuda alimentaria en cereales en 2000/01 podrían llegar a 10 millones de toneladas, volumen cercano al estimado para el año anterior. Los envíos a la Federación de Rusia son, según las previsiones, en fuerte disminución después de la mejor cosecha recogida por ese país en 2000. Sin embargo, las necesidades de ayuda alimentaria seguirán siendo mayores, sobre todo en África, pero también en la República Popular Democrática de Corea y los países meridionales de la CEI.
Según el PMA, los envíos totales de ayuda alimentaria en productos distintos de los cereales llegaron a 1,6 millones de toneladas en 1999 (enero-diciembre), 700 000 toneladas, o sea 80 por ciento más que el año anterior y la cantidad más grande en los últimos 5 años. Sin embargo, en el caso de los cereales, la mayor parte del aumento se debió a los mayores envíos hechos a la Federación de Rusia, que pasaron de apenas 400 toneladas en 1998 a una cifra sin precedentes de 800 000 toneladas en 1999. En su mayor parte esta ayuda se hizo en leguminosas (595 000 toneladas, sobre todo de los Estados Unidos) y carne (159 000 toneladas, procedentes sobre todo de la CE). Los envíos totales a los PBIDA aumentaron ligeramente a 635 000 toneladas.
Entre las categorías de alimentos distintos de cereales, los envíos de casi todos los productos, con excepción de las grasas comestibles y aceites vegetales, aumentaron en 1999 en comparación con 1998. Los envíos de leguminosas aumentaron a 1 millón de toneladas, 133 por ciento más que en 1998. En este nivel, la ayuda alimentaria en leguminosas, 85 por ciento de la cual tiene su origen en los Estados Unidos, representó el 62 por ciento del total general de la ayuda alimentaria en productos distintos de los cereales en 1999, y representó casi el 13 por ciento del comercio mundial de leguminosas.
Otra categoría principal de los alimentos distintos a los cereales es la carne y los productos de la carne. Los envíos de estos productos registraron un enorme aumento, de sólo 4 000 toneladas en 1998 a 163 000 toneladas en 1999, en su mayor parte por grandes envíos de la CE.
6. ASISTENCIA EXTERIOR A LA AGRICULTURA
Los datos disponibles hasta febrero de 2001 indican que, en 1999, los principales donantes bilaterales y multilaterales asignaron 10 700 millones de dólares a los países en desarrollo como asistencia oficial al desarrollo (AOD) agrícola. En la actualidad, los datos para 1999 son provisionales porque no se dispone todavía de detalles completos relativos a los compromisos asumidos por los países miembros del Comité de Asistencia para el Desarrollo (CAD).
En lo que se refiere a la asistencia exterior por un valor de 12 600 millones de dólares asignados a la agricultura en 1998, las estimaciones para 1999 representan una disminución de aproximadamente 2 000 millones de dólares, con lo cual se invierte la tendencia al aumento registrada desde 1995. Calculada en términos reales (precios constantes de 1995), la disminución representa el 12 por ciento.
Aproximadamente un 76 por ciento de la reducción de los compromisos exteriores en beneficio de la agricultura pueden atribuirse a una menor ayuda de los donantes multilaterales. La asistencia multilateral global, que representa ligeramente más del 60 por ciento del total, parece haber disminuido de 8 000 millones de dólares en 1998 a 6 600 millones en 1999, una disminución nominal del 17 por ciento. Esto puede atribuirse en gran parte a una reducción de 1 600 millones de dólares (o sea el 33 por ciento) de los compromisos del Banco Mundial, que es el principal donante multilateral, parcialmente compensada por un aumento de 400 millones de dólares (26 por ciento) en los compromisos de los bancos regionales de desarrollo.
Desde el punto de vista bilateral, los datos revelan una reducción nominal en los compromisos de 4 600 millones de dólares en 1998 a 4 100 millones de dólares en 1999, una disminución del 11 por ciento. Australia, Austria, Dinamarca, Noruega y el Reino Unido aumentaron considerablemente sus ofertas. Sin embargo, varios países, con inclusión de Francia, Alemania, Japón, los Países Bajos y Suecia, registraron niveles de disminución de las ofertas para la agricultura en 1999.
A pesar de una reducción del 9 por ciento en sus compromisos para la agricultura en 1999, Japón sigue siendo el más importante donante bilateral para la agricultura, mientras que el Reino Unido (después de ampliar sus compromisos con la agricultura en un 25 por ciento en 1999) superó a los Estados Unidos y a Alemania, ocupando así el segundo lugar, y dejando a estos dos países en la tercera y cuarta posición, respectivamente. Entre ello, estos cuatro donantes bilaterales contribuyeron aproximadamente con el 72 por ciento del total de los compromisos bilaterales del CAD con la agricultura, en 1999, y correspondió a Japón la parte más importante (41 por ciento), y al Reino Unido, los Estados Unidos y Alemania el 12, 11 y 7 por ciento respectivamente.
Cuando la ayuda exterior a la agricultura se clasifica en términos de condiciones favorables, la mayor parte de la disminución se debe a la ayuda que no se presta en estas condiciones, a pesar de que tradicionalmente ha representado bastante menos del 50 por ciento del total de los compromisos. De esta manera, los compromisos en condiciones distintas de las favorables, todos los cuales eran multilaterales, disminuyeron de 4 200 millones de dólares en 1998 a 3 000 millones en 1999, lo que representa una reducción del 29 por ciento. Casi toda la disminución se debió a menores compromisos en condiciones favorables del Banco Mundial (específicamente Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento [BIRF]). Los compromisos no hechos en condiciones favorables correspondieron al 28 por ciento del total de los compromisos para la agricultura, en comparación con el 33 por ciento en 1998.
Los compromisos en condiciones favorables, que representaron el 72 por ciento del total en 1999, disminuyeron en un 8 por ciento en 1999 a 7 800 millones de dólares, menos de los compromisos no hechos en condiciones favorables, con lo cual aumentó su participación en los compromisos totales de 67 a 72 por ciento. La parte bilateral de los compromisos en condiciones favorables disminuyó mayormente, en un 11 por ciento, a 4 100 millones de dólares mientras que la parte multilateral disminuyó solo en un 4 por ciento, a 3 600 millones.
En términos del destino de la ayuda, las donaciones a los países en desarrollo, que en 1999 representaron el 94 por ciento del total, disminuyeron de 12 000 millones de dólares en 1998 a 10 300 millones en 1999, lo que representó una reducción del 11 por ciento en términos reales. Entre las regiones de los países en desarrollo, en 1999 África registró un aumento del 6 por ciento en términos reales, mientras que los niveles de ayuda en Asia y América Latina y el Caribe disminuyeron en 11 y 33 por ciento, respectivamente. La ayuda a los países en transición disminuyó por tercer año consecutivo, reduciéndose de aproximadamente 600 millones de dólares en 1998 a unos 450 millones en 1999.
En lo que respecta a la distribución sectorial de la ayuda, los compromisos para la agricultura, definidos en términos estrechos4, aumentaron en un 10 por ciento a 6 300 millones de dólares. Esta suma representó el 59 por ciento del total. En la definición más amplia de la agricultura, el componente más importante es la ayuda al desarrollo rural y a la infraestructura, que representó el 24 por ciento del total, aunque sufrió una disminución absoluta del 18 por ciento, pasando de 3 100 millones de dólares en 1998 a 2 600 millones en 1999.
7. PESCA: PRODUCCIÓN, COLOCACIÓN Y COMERCIO
La producción mundial de pescado, mariscos y otros animales acuáticos aumentó de 117 millones de toneladas en 1998 a 125 millones de toneladas en 1999. La producción de la pesca de captura aumentó a 92,3 millones de toneladas; aunque esto representa un incremento de un 7 por ciento en comparación con 1998, sigue siendo todavía inferior en 1,4 millones de toneladas a los niveles sin precedentes establecidos en 1996 y 1997.
La acuicultura pasó de 2 millones de toneladas hasta llegar a 32,9 millones de toneladas en 1999.
El aumento de los desembarques de la pesca de captura se produjeron conforme las poblaciones de peces en el Pacífico sudoriental se recuperaron de los efectos del fenómeno atmosférico de «El Niño», que afectó a estas poblaciones en 1997/98. Los desembarques de anchoveta peruana y de la caballa de Chile, que habían disminuido a un mínimo de 3,7 millones de toneladas en 1998, llegaron a 10,1 millones de toneladas en 1999. China informó sobre una producción de su pesca de captura de casi 17 millones de toneladas en 1999. Otros grandes productores de pescado fueron el Perú (8,4 millones de toneladas), Japón (5,2 millones de toneladas) y Chile (5 millones de toneladas).
En 1999 la producción de la acuicultura, tanto de aguas continentales como marinas, siguió aumentando. La región de Asia (especialmente China) siguió dominando la producción mundial.
En 1999, aproximadamente 30,4 millones de toneladas de pescado se utilizaron con fines de reducción, 6,5 millones de toneladas más que el año anterior. La disponibilidad de pescado para consumo humano disminuyó ligeramente, hasta llegar a una cifra estimada en 15,8 kg por habitante (equivalente en peso vivo).
Las exportaciones de productos pesqueros aumentaron hasta llegar a 52 200 millones de dólares en 1999. Los países desarrollados representaron casi el 85 por ciento del valor de las importaciones totales de productos pesqueros. Una vez más el Japón fue el mayor importador de productos pesqueros, con un total aproximado del 25 por ciento del total mundial, lo que representa una disminución del 30 por ciento en relación con la cantidad que este país solía importar. La CE aumentó aún más su dependencia de las importaciones de pescado. Su proporción en el total de importaciones mundiales de productos pesqueros, en términos de valor, aumentó en 35 por ciento; la mitad de las importaciones de la CE tienen su origen en el comercio dentro de la comunidad. Los Estados Unidos, además de ser el cuarto exportador mundial de pescado, fue el segundo importador de pescado y productos pesqueros en 1999, con un 16 por ciento del total.
Tailandia y Noruega son, en términos de valor, los principales exportadores mundiales de productos pesqueros. Sus exportaciones representaron el 15 por ciento del total de las exportaciones mundiales. Los países en desarrollo siguieron registrando un excedente comercial muy importante en productos pesqueros. Los valores de sus exportaciones menos el valor de sus importaciones de pescado se han estabilizado aproximadamente entre 16 000 millones y 17 000 millones do dólares por año.
En lo que se refiere al valor, los langostinos son el producto más importante y representan aproximadamente el 20 por ciento del comercio internacional. Esta proporción se ha mantenido estable durante los últimos 20 años, a pesar de importantes cambios en las estructuras comerciales y del suministro de productos pesqueros y de pescado al mercado mundial. La relativa importancia de la harina de pescado y del calamar, sepia y el pulpo ha disminuido en los últimos años hasta llegar al 3 y 4 por ciento, respectivamente, del valor de las exportaciones mundiales en 1999.
8. PRODUCCIÓN Y COMERCIO DE PRODUCTOS FORESTALES
Los mercados mundiales de productos forestales se recuperaron ligeramente en 1999, debido a un fuerte crecimiento en los países desarrollados y al comienzo de la recuperación económica en Asia. En términos generales, la producción mundial de madera en rollo aumentó en 1,5 por ciento hasta llegar a 3 275 millones de m3.
En los países en desarrollo, que representan aproximadamente el 60 por ciento del total de la producción de madera en rollo, se incrementó sólo en un 0,9 por ciento, mientras que en los países desarrollados la producción aumentó en 2,6 por ciento.
La producción industrial de madera en rollo (que excluye la producción de madera utilizada como leña) representó aproximadamente el 40 por ciento del total de la producción de madera en rollo en 1999, y aumentó en 1,4 por ciento hasta llegar a 1 525 millones de m3. Corresponde a los países desarrollados la mayor proporción de la producción industrial de madera en rollo (aproximadamente el 73 por ciento) y en estos países la producción aumentó en 2,4 por ciento hasta llegar a 1 117 millones de m3.
La producción en los países en desarrollo disminuyó ligeramente de 413 millones a 409 millones de m3.
La producción mundial de productos de madera sólidos (que incluyen la madera aserrada y los paneles de base de madera) también aumentó en 1999, con un incremento del 3,2 por ciento hasta llegar a 590 millones de m3. La producción de madera aserrada aumentó en 3,5 por ciento alcanzando los 160 millones de m3. El aumento de la producción fue encabezado por los países desarrollados, donde la producción aumentó en un 3,7 por ciento a diferencia de un aumento de sólo el 1,6 por ciento en los países en desarrollo.
La producción de pasta y de papel aumentó también en 1999. La producción mundial de pasta y de productos de papel aumentó en 4,2 por ciento en 1999 hasta llegar a 480 millones de toneladas. Sin embargo, a diferencia de lo sucedido el año anterior, los países en desarrollo fueron los que dirigieron la recuperación. La producción de pasta y de productos de papel en los países en desarrollo aumentó en 11,2 por ciento en 1999, hasta llegar casi a 100 millones de toneladas. En los países desarrollados se registró sólo un aumento del 2,6 por ciento hasta alcanzar 380 millones de toneladas.
El comercio mundial de productos forestales también se recuperó de los malos resultados del año anterior. Una proporción importante de la producción de productos forestales se comercia en los mercados internacionales cada año, con inclusión, en 1999, del 30 al 35 por ciento de madera aserrada, paneles a base de madera y producción de papel en los países desarrollados y 40 por ciento de los paneles a base de madera y de la producción de pasta de madera en los países en desarrollo. Durante 1999, las exportaciones aumentaron en todas las regiones en el sector de la madera sólida, pero no crecieron en el sector de la pasta y del papel.
El valor de las exportaciones mundiales de madera aserrada industrial en 1999 aumentó en un 10 por ciento, hasta llegar a 7 200 millones de dólares. Las exportaciones de los países en desarrollo crecieron en un 12,4 por ciento en 1999 hasta alcanzar la cifra de 2 100 millones de dólares, mientras que las exportaciones de los países desarrollados aumentaron en 8,8 por ciento y llegaron a más de 5 000 millones de dólares. Estos promedios de exportación siguen siendo muy inferiores a los promedios de años anteriores.
Las exportaciones de madera aserrada aumentaron en 6,8 por ciento hasta llegar a 23 700 millones de dólares. Las exportaciones de los países desarrollados crecieron en un 7,9 por ciento, y alcanzaron 20 600 millones de dólares, y representaron casi todo este crecimiento. En cambio, las exportaciones de los países en desarrollo aumentaron solamente en 0,3 por ciento. En el sector de los paneles a base de madera se produjo la situación opuesta.
Las exportaciones aumentaron en 11,9 por ciento hasta llegar a 17 600 millones de dólares y los países en desarrollo ocuparon el primer lugar a este respecto. Las exportaciones de los países en desarrollo aumentaron en 25,2 por ciento hasta 6 500 millones de dólares, mientras que las exportaciones de los países desarrollados crecieron sólo en 5,3 por ciento. La recuperación económica de las economías del Asia sudoriental, tales como las de Indonesia y Malasia, representaron gran parte de este crecimiento.
Las exportaciones de pasta de papel, papel y cartón en 1999 representaron algo más de 81 000 millones de dólares y no se modificaron en relación con el año anterior. Esta situación de crecimiento cero se produjo tanto en los países desarrollados como en desarrollo. El volumen de las exportaciones aumentó ligeramente en 1999, pero en cambio el valor de las exportaciones no se modificó debido a una ligera caída de los precios.