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2 DISEÑO GENERAL DE LA COLECTA DE DATOS


Este manual se diseñó principalmente teniendo en cuenta las experiencias de los biólogos cubanos en el desarrollo de un sistema de muestreo del ciclo de vida de la langosta, con diferentes dispositivos artificiales; programa que se inició en la fase adulta desde el año 1963 con la participación de "recolectores de datos" (Buesa, 1965) y que se fue perfeccionando a partir del año 1980 (Cruz, 1981a y b), posteriormente en las áreas de cría de los juveniles desde 1982 (Cruz et al., 1986a) y finalmente en el estadio puérulos desde 1987 (Cruz et al., 1991). En otros países de la región los programas de monitoreo de la población han tenido las siguientes características: en la Florida, el muestreo de los puérulos y los adultos se inició en 1987 y 1993 respectivamente (Muller y Doug, 1997); en México, sólo la fase postlarval y adulta desde el año 1987 (Briones, 1994), en otros países se han desarrollado de una forma esporádica y en Belice conjuntamente con algunos países del CARICOM se ha iniciado recientemente un programa de muestreo (CFRAMP, 1997).

Para estudiar la fase puérulos se han desarrollado diferentes tipos de colectores para especies y áreas diferentes (Phillips, 1995; Cruz y Marshalleck 1997). Aunque los utilizados para Panulirus argus han sido los tipos Witham-Florida (Witham, Ingle y Joyce, 1968), hogs-hair-Florida (Hunt, com. personal), GuSi-México (Gutierrez-Carbonell, Simonin-Díaz y Briones, 1992) y Phillips-Australia-Cuba modificado (Phillips, 1972; Cruz et al., 1991). En los estudios de dinámica poblacional en la especie P. argus recomendamos este último diseño teniendo en cuenta lo siguiente:

a) Han sido utilizados con buenos resultados para evaluar la variación espacio-temporal del reclutamiento larval (Cruz et al., en prensa), los niveles de asentamiento de puérulos se relacionan con los índices de reclutamiento a la pesquería (Cruz, León y Puga, 1995; Phillips et al., 1994; Caputi, Brown y Phillips, 1991) y han permitido pronosticar las capturas de la langosta australiana (Phillips, 1986).

b) Poseen buena capacidad para capturar los puérulos en las áreas de arrecifes adyacentes al talud, por ejemplo en Cuba se han colectado 15 150 ejemplares en doce meses.

c) Su diseño y construcción permiten una mayor durabilidad en localidades donde penetran las aguas oceánicas comparada con la de otros colectores, por ejemplo en la plataforma cubana han resistido por más de 10 años los embates de los vientos y las olas en la barrera arrecifal e incluso la del huracán Gilbert (septiembre de 1988) lo cual justifica el costo de la inversión inicial (100 $ USD).

d) También han sido utilizados como proveedores de animales para su estudio en el laboratorio y para el futuro desarrollo del maricultivo.

Una variedad de refugios artificiales ha sido instalada de forma experimental en la Florida (Sweat, 1968; Davis, 1976, 1978, 1985), México (Miller, 1982; Eggleston, 1991; Aguilar, Sosa y Arce, 1995), Bermuda (Evans, Evans y Lockwood, 1995) y Cuba (Cruz et al., 1986a y b) para estudiar la efectividad de los diferentes diseños en el mejoramiento del hábitat, investigar los procesos de reclutamiento en las áreas de cría de langosta (P. argus) y predecir las capturas (Cruz, León y Puga, 1995; Cruz, Puga y León, 1995).

En Cuba, los datos sobre la abundancia de juveniles de langosta (1982-1997), obtenidos a partir del monitoreo de estructuras de bloques de hormigón en un área de cría (Cruz, Brito, Díaz y Lalana, 1986a), han demostrado ser una herramienta útil en los análisis de dinámica de poblaciones, para evaluar el reclutamiento en las áreas de cría y para realizar el pronóstico de las capturas con un año de antelación (Cruz, León y Puga, 1995; Cruz, Puga y León, 1995); por lo que se recomienda este diseño para este tipo de estudio. En Australia, ésta información con el mismo propósito se obtiene a través del muestreo de las capturas comerciales en el mar (Caputi y Brown, 1986).

Se ha demostrado que los refugios artificiales (pesqueros o casitas cubanas), como los utilizados en Cuba, México y Bahamas, proveen un refugio adecuado para la fase pre-adulta y adulta de la langosta (Cruz et al., 1986a; Cruz, León y Puga, 1993) garantizando su supervivencia y desarrollo, así como también es colonizado por hembras ovígeras, con masa espermatófora o individuos en fase de muda (Cruz y Phillips, 1994). El comportamiento gregario de los machos y las hembras en el refugio no se ve afectado por la presencia de animales en diferentes estados reproductivos o de crecimiento. En localidades con una alta actividad reproductiva, que por lo general se localizan en áreas cercanas al borde de la plataforma, las hembras ovígeras pueden llegar a constituir el 80% del total de las hembras colectadas en los refugios, variando su composición por talla entre los 70 y 139 mm Lc, en dependencia de la localidad. Además, en este tipo de refugio el número de langostas es muy variable y esto refleja la densidad poblacional en cada área y la estructura por edad (Cruz, León y Puga, 1992). Se ha podido precisar en los estudios realizados, los niveles de reclutamiento a la pesquería, los procesos reproductivos, el crecimiento, el comportamiento migratorio de la especie y se han realizados estimaciones de la CPUE para contrastar con las estadísticas pesqueras (Cruz y Phillips, 1994; Cruz, León y Puga, 1992 y 1993).

Se recomienda utilizar este tipo de refugio para realizar los muestreos, ya que por ejemplo cuando las colectas se hacen en trampas o nasas, el número de hembras o en cualquier otro estado reproductivo se puede subestimar, como lo demostraron Morgan (1974) en la especie Panulirus cynus, Kanciruk y Herrnkind (1976) y Cruz y León (1991) en la langosta Panulirus argus. En pesquerías que no se utilice este tipo de refugio-arte, en ausencia de arrecifes, es recomendable realizar un diseño experimental por área de pesca con el fin de calar un número de pesqueros para apoyar la actividad de muestreo.


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