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2. Productos pecuarios


Introducción

Durante el último decenio la economía ganadera mundial se ha caracterizado por un crecimiento más acelerado del consumo y del comercio de todos los productos agropecuarios principales. El número cada vez mayor de consumidores urbanos en los países en desarrollo conscientes de la calidad de los productos ha incentivado la demanda mundial de productos cárnicos y lácteos, que ha ido pasando cada vez más del comercio a granel al de productos de valor añadido más específicos tales como los cortes de carne especializados. Una gran parte de esta demanda se ha satisfecho aumentando la producción en los mismos países en desarrollo, en los que los precios relativamente bajos de los piensos, las transferencias de tecnología, y la creciente integración vertical y concentración se han combinado para mantener los precios a un nivel relativamente bajo para los consumidores.

Entre los factores principales que han influido en el sector de la ganadería mundial en los años 1990, fueron de particular importancia los que se mencionan a continuación, muchos de los cuales probablemente continuarán configurando los mercados e influyendo en ellos en el próximo decenio:

Carne

Producción

Para el año 2010, las proyecciones indican que la producción mundial de carne aumentará a 283 millones de toneladas, es decir 60 millones de toneladas (27 por ciento) más que en el período base 1998-2000, concentrándose casi tres cuartas partes de estos aumentos en los países en desarrollo. Aunque un aumento medio anual de 2,2 por ciento será posible en el sector mundial de la carne dadas las innovaciones técnicas y la reestructuración que se están produciendo en los sectores de las carnes de ave y de cerdo, se trataría de un porcentaje menor que el de los aumentos anuales medios del 3 por ciento observados durante el período 1992-2000. Según las proyecciones, en los países en desarrollo la producción de carne aumentará un 3 por ciento anual, frente a sólo 1,2 por ciento previsto para los países desarrollados. Estas tendencias continúan indicando el desplazamiento de la producción pecuaria mundial desde los países desarrollados hacia los países en desarrollo, que ha sido la característica de los últimos veinte años de fomento ganadero, debido a las modalidades variables de la demanda. Para el año 2010, en los países en desarrollo se criará cerca de un 80 por ciento de rumiantes, mientras que el porcentaje de las carnes de ave y de cerdo será ligeramente menor (70 por ciento). Por consiguiente, la participación de los países en desarrollo en la producción pecuaria mundial aumentará, según las proyecciones, a 59 por ciento, frente al 54 por ciento registrado en el período base y al 46 por ciento de 1992.

Al igual que durante el decenio pasado, el sector avícola será el más dinámico, con una tasa de crecimiento anual de 3 por ciento, y generará más del 40 por ciento del aumento de la producción mundial de carne, estimado en 60 millones de toneladas. A las carnes de cerdo y vacuno corresponderán aproximadamente 38 y 17 por ciento, respectivamente, del restante aumento de producción. Se prevé que los países en desarrollo contribuirán con tres cuartas partes al aumento de 24 millones de toneladas de la producción de carne de aves de corral durante el período de proyección, y para el final de dicho período representarán el 56 por ciento de la producción total. Paralelamente, unas tendencias semejantes de creciente concentración e integración de la industria de la carne de cerdo con las industrias de piensos e industrias elaboradoras en muchos países en desarrollo, como China y Brasil, están sosteniendo un aumento del 2 por ciento de la producción a 112 millones de toneladas. Se prevé que la producción de los países desarrollados alcanzará los 34 millones de toneladas para 2010, sólo 3 millones de toneladas más que el volumen del año base. Absorbiendo tres cuartas partes de la producción de carne de cerdo durante el período de proyección, es probable que, sobre la base de un aumento de la productividad y de los animales sacrificados, la producción de los países en desarrollo alcance los 70 millones de toneladas, un 63 por ciento de la producción mundial frente al 58 por ciento registrado en el período base.

Las proyecciones indican que el aumento de las carnes de vacuno y de oveja, limitado por el tamaño pequeño de las explotaciones y el crecimiento lento de las innovaciones técnicas y las reestructuraciones, será inferior al 2 por ciento durante el próximo decenio, pero procederá a un ritmo ligeramente más rápido que en el decenio anterior. Se prevé que los países en desarrollo suministrarán el 80 por ciento de estos aumentos, y que la expansión de la producción dependerá tanto del aumento de los animales sacrificados como del promedio de los pesos en canal derivados del progreso genético y de unas prácticas de gestión mejoradas. A los países en desarrollo corresponderían 8 de los 10 millones de toneladas del aumento de la producción mundial de carne de vacuno y una parte importante del aumento de 3 millones de toneladas de la producción mundial de carne de oveja. Estos aumentos vendrían sobre todo de Asia, la principal región productora.

Consumo

Según se prevé, el crecimiento económico relativamente fuerte registrado durante el período de proyección determinará un aumento de 2,2 por ciento anual en el consumo mundial de carne. En los países en desarrollo, el aumento de los ingresos disponibles por habitante y las influencias de los cambios en los hábitos alimentarios y en las pautas del consumo de alimentos podrían facilitar el crecimiento del consumo de carne. Las proyecciones indican, sin embargo, que a pesar del aumento previsto del PIB anual por habitante de 3,1 por ciento, el consumo total de carne en esos países aumentará a una tasa anual de 2,9 por ciento, menos de la mitad de la tasa correspondiente a los años 1990.[13] El aumento del consumo de carne en los países en desarrollo durante el período de proyección será más del doble que en los países desarrollados, donde ya se prevé que los altos niveles por habitante deberían limitar los aumentos anuales a 1,2 por ciento. Como consecuencia, a los países en desarrollo correspondería la mayor parte del consumo mundial de carne, que pasaría del 47 por ciento en 1992 al 55 por ciento en 1999, y a un 60 por ciento estimado en 2010.

En consonancia con las tendencias históricas, la proporción de la carne de aves de corral en el consumo total de carne continuaría aumentando a expensas de los otros tipos de carne. Se prevé que los bajos precios de la carne de ave en comparación con otros tipos de carne, la sensación generalizada de los consumidores de que la carne de ave es una carne más inocua, y su aceptabilidad por parte de la mayoría de las culturas y religiones, harán pasar su proporción en el consumo mundial de carne de 25 por ciento en 1992 a 32 por ciento en 2010. Según las proyecciones, el consumo de carne de ave por habitante pasará de 11 kilogramos en el período base a 13 kilogramos en 2010. Aunque el consumo de la carne de cerdo por habitante, previsto para 2010 en 16,3 kilogramos por habitante, continuaría superando al de las carnes de ave, el crecimiento global del consumo estimado en 2,1 por ciento debería seguir la pista del de estas últimas. Se prevé que el consumo de carne de vacuno, con un crecimiento marginalmente más rápido que el crecimiento demográfico, aumentará sólo un poco a 10 kilogramos por habitante, mientras que las proyecciones indican que el consumo mundial de las carnes de oveja y cabra pasará de 1,8 kilogramos a 2 kilogramos por habitante, concentrándose el aumento en los países asiáticos. En África, el consumo de las carnes de oveja y cabra por habitante, que representa más de una quinta parte del consumo total de carne, debería disminuir marginalmente a 2,2 kilogramos. Sin embargo, las previsiones de mayores ingresos por habitante en esa región probablemente aumenten el consumo global de carne a 11,1 kilogramos per cápita.

Comercio

Se prevé que el crecimiento dinámico del comercio mundial de carne, estimulado en los años 1990 por el incremento de las disposiciones concernientes al acceso a los mercados, la creciente demanda de carne de los países en desarrollo y la especialización cada vez mayor de las operaciones de producción y elaboración, pasará de una tasa anual de 7,3 por ciento a un promedio de 2,7 por ciento durante el período de proyección. Casi la mitad del aumento del comercio de carne experimentado en los años 1990 puede atribuirse al incremento de las importaciones, principalmente de carne de ave, por parte de la Federación de Rusia y China. Es improbable que se repita esta tendencia durante el período de proyección.[14]

Situado, según las proyecciones, en 21 millones de toneladas en 2010, se prevé que el comercio de carne aumentará en 5 millones de toneladas respecto al período base, de los cuales más de la mitad se destinará a los países en desarrollo. Se prevé, sin embargo, que el fuerte aumento de la producción de carne en los países en desarrollo, así como en los países en transición, tales como muchos países de la CEI, limitarán las importaciones de carne como porcentaje del consumo mundial a 7 por ciento, como en el decenio anterior.

El crecimiento del comercio de la carne de ave, aunque superior al de los otros tipos de carne, debería de reducirse a 3 por ciento, lo que representa una disminución importante con respecto al 16 por ciento registrado en los años 1990, cuando tanto China como Rusia surgieron como importantes mercados de las carnes de ave. Aunque se trata de un aumento inferior al registrado en los años 1990, el precio relativo favorable y las preferencias culturales por la carne de ave, combinadas con la creciente especialización de los cortes preferidos, podría hacer subir su comercio en un 40 por ciento a 9,5 por ciento millones de toneladas. En los años 1990, el incremento de los envíos de carne de ave representó más del 70 por ciento del aumento del comercio global de carne; pero durante el período de proyección, la carne de ave podría representar sólo la mitad del crecimiento del comercio total de carne. Por el contrario, las proyecciones indican que los aumentos del comercio de las carnes de cerdo y de vacuno representarán el 20 y 26 por ciento, respectivamente, del crecimiento del comercio total.

En consonancia con las tendencias históricas, se prevé que más del 60 por ciento del aumento de la demanda de importación de carne durante el período de proyección derivará de los países en desarrollo, siendo Asia el destinatario de casi la mitad del crecimiento del comercio. Según las proyecciones, el aumento fuerte de la demanda en Asia y América Central, sobre todo México, llevará las importaciones de carne de los países en desarrollo a 10 millones de toneladas. Como consecuencia, la parte de las importaciones mundiales correspondiente a los países en desarrollo aumentará 5 puntos porcentuales a 46 puntos porcentuales. Con respecto a las exportaciones, a diferencia del decenio anterior en el que los países desarrollados, dotados de recursos naturales favorables y de estructuras sofisticadas de elaboración y comercialización, aportaron casi dos terceras partes del crecimiento del comercio, durante el período de proyección la mitad del aumento de las exportaciones se originará en el aumento de los suministros de los países en desarrollo, como Brasil, Tailandia y China. La creciente intensificación de la producción de carnes de ave y de cerdo, combinada con la producción extensiva de carne de vacuno en América Latina, región de grandes extensiones de tierra, debería llevar las exportaciones de los países en desarrollo a un 33 por ciento de los totales mundiales, frente al 27 por ciento del período base.

Precios del mercado mundial

Teniendo en cuenta las novedades previstas en los mercados de piensos y suponiendo un crecimiento económico y aumentos en la productividad del sector ganadero, las proyecciones indican que los precios reales de la carne se mantendrán por debajo del nivel de comienzos de los años 1990. La carne de oveja, sin embargo, es una excepción ya que las limitaciones por el lado de la oferta harán aumentar ligeramente los precios.

Leche y productos lácteos

Producción

Según se prevé, la producción lechera pasará de los países de costos altos a los de costos bajos, y el crecimiento de la producción se situará cada vez más en las regiones con creciente demanda de leche y de productos lácteos, continuando una tendencia puesta de manifiesto en los años 1990. Como consecuencia, las proyecciones indican que aumentará la proporción de la producción mundial de leche originada en los países en desarrollo. Aunque según las proyecciones algunos países en desarrollo actuarán con mayor dinamismo en los mercados de exportación, en su conjunto los países en desarrollo seguirán siendo importantes importadores netos de productos lácteos.

Según los pronósticos, la producción mundial de leche aumentará a 665 millones de toneladas para 2010, lo que representa un incremento anual medio de 1,5 por ciento, frente a una tasa de crecimiento anual de 1,0 por ciento durante los años 1990. Las proyecciones indican que la producción aumentará en cada una de las principales agrupaciones de países (desarrollados, en transición y en desarrollo); pero el incremento mayor debería de producirse en los países en desarrollo. En estos países, la producción de leche aumentará, según las proyecciones, en 71 millones de toneladas para situarse en 293 millones de toneladas. Como consecuencia, la parte de la producción mundial de leche correspondiente a los países en desarrollo debería de aumentar a 44 por ciento (frente al 39 por ciento en el período base y al 32 por ciento registrado al comienzo de los años 1990). En cambio, aunque se prevé un aumento de la producción de los países desarrollados y de las economías en transición, su parte en la producción mundial de leche debería disminuir en ambos grupos.

En el ámbito mundial, se prevé que el incremento de la producción lechera derivará tanto del aumento del número de animales lecheros como del aumento de los rendimientos, siendo mayor el crecimiento derivado del aumento del rendimiento por animal como consecuencia de una nutrición y cría mejoradas. Confirmando la tendencia establecida en los años 1990, las proyecciones indican que la producción aumentará principalmente en las mismas zonas que el consumo, y en un número limitado de países productores a costos bajos que pueden exportar productos lácteos sin recurrir a las subvenciones. Sobre todo en Asia, es probable que la fuerte demanda estimule la producción lechera. En términos absolutos, la producción lechera experimentaría su mayor expansión en la India, donde crecerá en 27 millones de toneladas. A pesar de este aumento fuerte, la tasa de crecimiento de la producción disminuirá con respecto a los años 1990. Otros países de la región también registrarán aumentos considerables en la producción lechera, sobre todo Pakistán y China. Las proyecciones indican asimismo un crecimiento en la región de América Latina y el Caribe, donde la producción debería de aumentar en 19 millones de toneladas, o sea 33 por ciento, con respecto al período base, tasa de crecimiento anual menor que en los años 1990. El factor principal que explica el aumento de la producción nacional en esta región será la expansión de la demanda interna, principalmente en el Brasil; sin embargo, para algunos países productores de costos bajos del cono sur, es probable que el aumento se deba a las exportaciones. En África, las proyecciones indican que la producción lechera aumentará a un ritmo más lento que en otras regiones en desarrollo, debido a una coyuntura económica difícil y a que, en algunos países, los climas no se prestan para la producción lechera.

En los países desarrollados, se prevé que la producción lechera aumentará en 20 millones de toneladas hasta alcanzar los 267 millones de toneladas en 2010; las tasas medias del crecimiento anual de la producción lechera serían semejantes a las de los años 1990. En Oceanía, las proyecciones indican que durante el período de proyección la producción aumentará en 11 millones de toneladas, o sea 53 por ciento, en atención a la demanda exterior. Por consiguiente, en esta región se mantendrá el fuerte crecimiento experimentado durante los años 1990. En los Estados Unidos, la producción probablemente aumente en consonancia con la demanda interna hasta llegar a los 82 millones de toneladas en 2010, al igual que en los años 1990. En otras partes, se supone que Canadá y Europa occidental continuarán imponiendo restricciones a la producción y, por consiguiente, la producción de leche cambiaría poco en el período de proyección, lo que representaría la continuación de la tendencia puesta en manifiesto en los años 1990. En el Japón, no se prevé un aumento de la producción lechera, lo cual hace posible que aumenten algo las importaciones de productos lácteos. Según las proyecciones, la producción lechera de las economías en transición será 9 millones de toneladas superior en 2010 a la de 1999, debido principalmente a un aumento previsto en la producción de la CEI. Ello indicaría un resultado diferente al obtenido en los años 1990, en los que en ese grupo de países la producción descendió de forma pronunciada debido a las reformas económicas y a cambios en la política agraria.

Consumo

Se prevé que el crecimiento más fuerte de la demanda de leche y productos lácteos vendrá de los países en desarrollo, en los que crecería a una tasa de 2,5 por ciento anual, comparable en términos generales con la tasa de crecimiento registrada durante los años 1990. Para los países en transición, las proyecciones indican poco crecimiento (0,9 por ciento anual) con respecto a la producción de referencia para 1999; sin embargo, ello podría representar una mejora considerable con respecto a los años 1990, en los que el consumo disminuyó en una tasa media anual de 3,3 por ciento. También en los países desarrollados el consumo de leche y productos lácteos debería registrar un crecimiento sólo limitado (0,5 por ciento por año - un volumen semejante al obtenido durante los años 1990).

Entre los países en desarrollo, se prevé que al igual que en los años 1990 el consumo de leche y productos lácteos aumentará más fuertemente en Asia, que representaría según las proyecciones casi el 52 por ciento del crecimiento de la demanda mundial. También se prevé un crecimiento apreciable de la demanda en la región de América Latina y el Caribe (18 millones de toneladas, o sea 18 por ciento del aumento proyectado en el total mundial). En esta región, se prevé que Brasil y México experimentarán los aumentos mayores en el consumo. África debería de registrar el aumento menor de la demanda entre las regiones de países en desarrollo, como ocurrió en los años 1990. En muchos países africanos ello representará una tasa inferior a la del crecimiento demográfico.

Todo parece indicar que en la mayoría de los países desarrollados el consumo actual de leche y de productos lácteos se acerca a los niveles de saturación. Por consiguiente, se supone que cualquier crecimiento que se produjera en el consumo sería marginal y relacionado principalmente con los cambios registrados en el tipo y la forma de los productos lácteos consumidos y con un crecimiento limitado de la producción - tendencia que ya se había puesto de manifiesto en el decenio anterior. Como consecuencia, aunque continúe representando una parte importante del consumo mundial en 2010, se prevé que este grupo de países representará solamente el 13 por ciento de la demanda mundial de leche. Las economías en transición deberían de constituir el 10 por ciento del aumento estimado en la demanda mundial durante el período de proyección. Lo cual contrastaría con el descenso experimentado en el consumo total de leche durante los años 1990.

Comercio

En el ámbito mundial, la demanda de importaciones de productos lácteos podría alcanzar los 51 millones de toneladas en 2010, lo que representa un aumento de 12 millones de toneladas con respecto al período base, un incremento proporcional semejante al experimentado en los años 1990. Esto supondría que la proporción del total de la leche comercializada (excluido el comercio dentro de la UE) seguiría siendo exigua - 8 por ciento de la producción mundial.

Según las proyecciones, aproximadamente el 85 por ciento del aumento de la demanda de importaciones vendrá de los países en desarrollo, lo que confirmaría una tendencia puesta de manifiesto durante los años 1990. Aunque se prevé un aumento de las exportaciones de productos lácteos de los países en desarrollo, las proyecciones relativas al consumo y la producción hacen pensar que en su conjunto se enfrentarán con un déficit comercial en dichos productos. El crecimiento mayor de la demanda de importaciones se prevé en Asia sudoriental, pero las importaciones aumentarán en todas las regiones de países en desarrollo. En cambio, muy pocos países en desarrollo serán exportadores netos de productos lácteos en 2010, a saber Argentina, Chile, Uruguay y la India.

En 2010, los países desarrollados deberían continuar representando la mayor parte de las exportaciones de productos lácteos - tres cuartas partes del comercio, o sea una proporción ligeramente menor que al comienzo de los años 1990, cuando absorbieron el 80 por ciento de las exportaciones mundiales. Pero se prevé un cambio en cuanto a la importancia relativa de diferentes regiones: la proporción de las exportaciones mundiales suministradas por Nueva Zelandia y Australia aumentarían considerablemente mientras que decrecerían las procedentes de Europa. Habrá pocos cambios en las exportaciones suministradas por América del Norte. También se prevé que se mantendrán relativamente estables las importaciones de los países desarrollados.

En cuanto a los países en transición, el crecimiento limitado de la producción lechera y algún incremento de la demanda interna deberían inhibir el crecimiento de las exportaciones, y las mejoras verificadas en la capacidad interna de elaboración deberían reducir la demanda de importaciones.

Precios del mercado mundial

En el decenio corriente no se prevé un aumento de los precios internacionales de los productos lácteos en términos reales, determinados por un índice que agrupa los distintos productos comercializados. Sin embargo, se prevé que incluso con estos niveles de precios, los ingresos crecerán suficientemente en los países importadores para estimular la producción de exportación en los países productores de leche con costos bajos.

Problemas e incógnitas

Según se prevé, el crecimiento de las industrias pecuarias de todo el mundo continuará siendo mayor que el de muchos productos agropecuarios. Las proyecciones indican que los aumentos de la producción y el consumo más fuertes se registrarán en los países en desarrollo, mientras que la estructura del comercio favorecería a los exportadores con costos bajos, sobre todo países en desarrollo, debido a las previsiones de un aumento de la productividad agrícola en las explotaciones y de una mayor especialización en la elaboración de los productos.

Según las previsiones, una gran parte de la expansión de las industrias pecuarias mundiales vendrá de los sectores de las carnes de aves de corral y de cerdo gracias al proceso de integración vertical actualmente en curso en dichas industrias. Dicha integración puede facilitar una transformación más eficaz de los piensos en carne y contribuir a un aumento de la competitividad de esas industrias en comparación con la producción de carne de vacuno y de oveja. Se supone que la producción de carne de rumiantes será inferior a la de otros sectores, limitada por el tamaño menor de las explotaciones y por la limitación de las innovaciones técnicas. La producción lechera crecerá a un ritmo más rápido que en los años 1990, debido principalmente a su continua expansión en los países en desarrollo y a una recuperación de la producción en los países en transición.

Los resultados de estas proyecciones están sujetos a algunas incógnitas propias del sector pecuario:


[13] La disminución en el crecimiento se debe sólo a un crecimiento más lento del consumo en China, reconociendo que los datos chinos correspondientes al consumo de carne en los años noventa fueron sobrestimados. De hecho, si se excluyera China del total de los países en desarrollo, se registraría un ligero aumento en la tasa de crecimiento del consumo durante el período de las proyecciones.
[14] La decenal disminución estructural del sector ganadero en la Federación de Rusia debería de reducir su ritmo ya que se prevé un aumento de la producción de las carnes de ave y de cerdo durante el período de las proyecciones.

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