Previous PageTable Of Contents Next Page

Los árboles que rodean los lugares de culto en el Cercano Oriente

A. Daoud

Ali Daoud es Director de Bosques, Ministerio de Agricultura y Reforma Agraria, Damasco, República Árabe Siria.

Los árboles plantados o conservados en torno a monasterios, santuarios, cementerios o mezquitas son parte del carácter sagrado de estos lugares, y siguen estando protegidos hasta el día de hoy.

El Cercano Oriente es la cuna de civilizaciones antiguas como la babilónica, la asiria, la fenicia, la sumeria, la faraónica, la aramea y la árabe. Muchas religiones aparecieron con el desarrollo de las civilizaciones antiguas de la región. La presencia de estas civilizaciones produjo efectos recíprocos entre los humanos y la naturaleza, en especial los bosques y los árboles.

Los bosques y los árboles dieron a los pueblos antiguos el material para construir sus naves, templos y palacios. Por ejemplo, en el antiguo Egipto los templos, moradas de los dioses, se construían utilizando los mismos elementos que las casas normales. Sus columnas se hacían originalmente con papiros, cañas y palmeras; sólo más tarde se utilizó la piedra para imitar los materiales naturales.

Los bosques del Cercano Oriente retrocedieron por efecto de la civilización y las numerosas invasiones. Han seguido menguando en nuestros tiempos por obra de la agricultura y la expansión de las zonas residenciales hasta estar actualmente confinados en zonas montañosas remotas. Sin embargo, en muchos lugares se observan viejos árboles aislados o conjuntos arbóreos en jardines y en torno a monasterios, ermitas, santuarios, cementerios y algunas veces mezquitas.

¿Cómo han asegurado los monasterios, santuarios y mezquitas la protección de estos árboles por cientos y a veces miles de años? Las revelaciones celestiales han exhortado en general a cuidar a los árboles y han prohibido dañarlos. Monjes, sacerdotes y místicos plantaron árboles en los jardines, monasterios y templos y protegieron las zonas arboladas en torno a ellos. Por respeto a esas personas y a esos valores religiosos, los pueblos siguieron protegiendo y cuidando esos árboles, que llegaron a ser considerados casi como sagrados. Los árboles se veían como parte de la santidad de esos lugares, teniendo una vinculación ambiental, cultural y espiritual con los santos conmemorados en el lugar. En las montañas costeras de la
República Árabe Siria, por ejemplo, los bosques han ido desapareciendo de las montañas o degradándose año tras año por el pastoreo y la tala. Sin embargo, esas montañas tienen todavía viejos bosquecillos, rodeados de tierras baldías o cultivadas, que suelen marcar la sepultura de un santo. Los árboles han subsistido a pesar que la gente necesite madera para hacer fuego, para construir viviendas y para otros usos. Se respetan incluso los árboles muertos o partes de ellos, como si las almas de los santos hubieran formado un vallado espiritual a su alrededor.

El roble de hoja perenne Quercus callebrinos es el árbol más frecuente en torno a los mausoleos islámicos en el Mediterráneo oriental. Está empezando a mezclarse gradualmente con robles de hoja caduca como Q. infectoria y Q. cerris. El pino brutia (Pinus brutia) se encuentra en ejemplares aislados o rodales en torno a monasterios de Grecia, las islas del Egeo, Chipre, Turquía, la República Árabe Siria y el norte de Iraq. Otros árboles antiguos de la cuenca del Mediterráneo como Pinus pinea, Cupressus sempervirens, Juniperus drupacea y Juniperus oxycedrus forman parte igualmente del muestrario de árboles en torno a lugares de culto y mausoleos.

Las edades de los árboles que rodean los lugares de interés religioso corresponden aproximadamente a las edades de esos lugares. Sería interesante investigar las edades exactas de esos árboles nativos o plantados.

Previous PageTop Of PageNext Page