70 aniversario de la FAO

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1975 - 85

Unidos en la lucha contra el hambre
1979, Italia: Conferencia Mundial sobre Reforma Agraria y Desarrollo Rural

Cuando la FAO llevó a cabo su cuarta Encuesta Alimentaria Mundial en 1977 sobre la situación del hambre y la malnutrición en el mundo, el panorama general era sombrío: entre el 10 % y el 15 % de los habitantes del mundo estaban subalimentados y el 50 % sufría hambre o malnutrición, o ambas cosas.

A pesar de las duras condiciones provocadas por el aumento de la pobreza, el hambre y la malnutrición, las naciones en desarrollo respondían con gran resistencia y comenzaban a considerar la idea de la autosuficiencia colectiva.

Era un período de gran esperanza, cuando los países en desarrollo, tras lograr la independencia política, estaban determinados a luchar por su independencia económica.

La Conferencia Mundial sobre Reforma Agraria y Desarrollo Rural (CMRADR), celebrada a finales de la década de 1970, fue una oportunidad para varios países en desarrollo para impulsar esta idea.

 

 

Al mismo tiempo, las Naciones Unidas empezaron a darse cuenta de que su enfoque a la búsqueda de soluciones a problemas comunes relacionados con la alimentación en los países en desarrollo podría dar resultados ya que estos países compartían condiciones socioeconómicas similares. La promoción de la cooperación técnica entre ellos podría ser crucial para alcanzar objetivos comunes.

El Plan de Acción de Buenos Aires, adoptado en 1978 por 138 Estados para promover y ejecutar proyectos de cooperación técnica entre países en desarrollo (CTPD), fue un modelo para los grandes cambios en los enfoques a la ayuda para el desarrollo y orientó el posterior trabajo de la FAO en estos ámbitos.

Aunque los países en desarrollo comenzaban a compartir sus conocimientos técnicos y mostraban mejoras en sus comunidades, las Naciones Unidas eran conscientes del hecho de que esos países, en conjunto, estaban lejos de gozar de una seguridad alimentaria. La FAO necesitaba seguir supervisando y proporcionando información oportuna y fiable sobre los países que se enfrentaban a emergencias alimentarias graves para que los gobiernos y la comunidad internacional pudieran adoptar medidas adecuadas. Un instrumento establecido en ese período que cabe destacar es el Sistema mundial de información y alerta sobre la alimentación y la agricultura de la FAO, creado en 1977.

16 de octubre de 1981, Italia: celebración de la primera ceremonia del Día Mundial de la Alimentación

El revés sufrido por la agricultura debido a la crisis económica de la década de 1970 hizo que la FAO, los gobiernos y los organismos donantes tuvieran que trabajar aún más estrechamente en diferentes sectores para erradicar el hambre y estimular el apoyo público.

La idea de que la acción de los distintos gobiernos, organizaciones, grupos e individuos debía ponerse en común para luchar contra la injusticia de que a cientos de millones de personas se les negara el derecho a la alimentación estaba recibiendo cada vez más apoyo dentro del sistema de las Naciones Unidas, un apoyo que culminó con el establecimiento, en 1981, del Día Mundial de la Alimentación.

Mejora del riego en pequeña escala

La FAO siempre ha participado activamente en la promoción de técnicas agrícolas adecuadas, entre las que se incluyen las técnicas de riego, para apoyar y proporcionar socorro a comunidades afectadas por crisis o desastres repentinos.

Los desastres relacionados con el clima que se producen recurrentemente en las regiones del sur de África y el Océano Índico han tenido siempre un efecto negativo sobre las frágiles economías y medios de vida de las comunidades locales, socavando su capacidad para recuperarse por completo de estas crisis y aumentando su vulnerabilidad a posteriores desastres.

Esta es también la razón por la que, durante su tercera década de existencia, la FAO prestó una mayor atención al desarrollo de los sistemas de riego en pequeña escala como una interesante forma de restablecer la producción y los ingresos y aumentar significativamente la capacidad de resistencia de la población local para superar futuras situaciones de emergencia.

Los grandes sistemas de riego, aunque tienen su lugar, requieren un período de gestación extremadamente largo e implican enormes inversiones. También son muy exigentes en términos de gestión, capacitación de los agricultores y mantenimiento. Aunque los proyectos de riego en pequeña escala tienen un impacto mucho más limitado, pueden llevarse a cabo mucho más rápidamente y producen resultados inmediatos como el aumento de la producción de alimentos para los agricultores y la mejora de su resistencia a futuras amenazas, además de crear empleo estable.

Aprovechamiento de los recursos marinos para mitigar el hambre
1984, Bangladesh: la FAO y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ayudaron a examinar los recursos ícticos del Gobierno de Bangladesh

Cuando se estableció la FAO, según el principio de la libertad de los mares, se consideraba que los mares estaban disponibles para todos y no eran responsabilidad de nadie. En los años siguientes, la FAO señaló que el aprovechamiento de este recurso subutilizado podría ayudar a mitigar el hambre de muchas comunidades agrícolas de las regiones en desarrollo.

Gracias a notables avances tecnológicos, la producción pesquera del mundo se multiplicó por más de cuatro desde la década de 1940 hasta mediados de la década de 1970. El éxito tiene sus peligros y, en este caso, la expansión incontrolada, llevada a cabo principalmente por los países industrializados, dio lugar a la sobreexplotación de muchas valiosas poblaciones de peces. A mediados de 1970, la producción total de pescado en el mundo comenzó a estabilizarse.

Para los países en desarrollo, la situación era diferente. Muchos carecían de la capacidad de beneficiarse de la libertad de los mares. Para colmo de males, tenían que soportar que las flotas extranjeras faenaran cerca de sus costas. Esta cuestión se planteó en los foros internacionales y, tras muchas discusiones, se acordó unilateralmente que la jurisdicción extendida de un estado ribereño sobre los recursos pesqueros abarcaría desde su costa hasta 200 millas mar adentro. Esto se consagró en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar de 1982, que ofreció la oportunidad de gestionar adecuadamente este valioso recurso.

La Conferencia Mundial de la FAO sobre Ordenación y Desarrollo Pesqueros, celebrada en Roma en 1984, proporcionó el primer gran seguimiento al nuevo régimen de los océanos del mundo con una estrategia denominada la Carta Mundial de la Pesca.

Mientras los países en desarrollo se esforzaban por aumentar su participación en el comercio mundial de pescado y productos pesqueros, la FAO comenzaba a establecer servicios de información sobre los mercados de pescado regionales.

Aumento de la producción ganadera

En la década de 1960, los responsables políticos se centraron principalmente en la producción de cultivos a expensas del desarrollo de la ganadería. Diez años más tarde, los ingresos estaban aumentando y la demanda de productos pecuarios se incrementaba dramáticamente. La ingesta media de proteínas de origen animal, incluido el pescado, aumentó en un 20 % en los países en desarrollo. La FAO concentraba su atención en la contención y prevención de enfermedades y en tecnologías para aumentar la producción. Esto lo hacía mediante la mejora de la crianza y la alimentación del ganado.