Los estudios experimentales realizados con organismos acuáticos han demostrado que la selección puede modificar los caracteres del ciclo biológico de una población en pocas generaciones. En las poblaciones naturales la pesca constituye una fuente importante de mortalidad y no es aleatoria con respecto a la edad y la talla de los individuos. A menudo, los cambios observados en los caracteres del ciclo biológico de las poblaciones explotadas, siguen la dirección prevista por la teoría y los exprimentos de selección. En los teleósteos una de las observaciones más corrientes ha sido la disminución de la edad o la talla a la madurez sexual (los ejemplos citados no son exhaustivos). Como el principio de la madurez sexual viene controlado tanto por factores genéticos como ambientales, las repercusiones genéticas de la pesca han sido difíciles de evaluar. En los primeros trabajos sobre las modificaciones de los caracteres del ciclo biológico no se tuvieron en cuenta los conceptos genéticos, y los modelos de equilibrio de la ordenación de las pesquerías, que tienen una base ecológica y están dominados por los efectos compensatorios, han pasado por alto la componente genética de la pesca. No fue sino hasta que Rickers (1980, 1981, 1982) y Beachams (1983a, 1983b, 1983c) presentaran informes detallados a principios de los años ochenta, que se tuvo en cuenta la selección genética como posible problema de una explotación excesiva. Todos los ejemplos de selección se refieren a poblaciones que han sido explotadas en exceso. Un control empresarial más riguroso de las poblaciones puede contribuir a reducir los efectos genéticos probables de la pesca en el futuro.
Si existe la incertidumbre sobre la selección de una edad y talla reducidas a la madurez en algunas especies, existen en cambio mayores indicios de que la selección deriva de la selección de la talla en el salmón plateado (Gross, 1985, 1991) y de la variación de la talla a largo plazo en el salmón semelparo del Pacífico (Ricker, 1980, 1981). La reducción de la diversidad genética del reloj anaranjado se ha producido en poblaciones vírgenes que han sido explotadas más allá del rendimiento sostenible máximo.
En ninguna de las pesquerías que han arrojado una respuesta genética a la explotación se ha producido una reducción total de la pesca para comprobar si los caracteres originales del ciclo biológico pueden devolverse a su estado primario. Unicamente en la anchoa, Engraulis capensis, se ha producido un aumento de la longitud a una madurez del 50 por ciento tras un aumento de la biomasa debido al reclutamiento, posiblemente como una reacción compensatoria (Shelton y Armstrong, 1983).
El cambio genético afecta a las poblaciones pequeñas y algunas especies de agua dulce raras y en peligro muestran unos bajos niveles de diversidad genética. No hay pruebas de que se haya producido la pérdida de la diversidad debido a la deriva en las poblaciones marinas, pero la mayor parte de las poblaciones no se ha reducido a niveles próximos a la extinción. Las poblaciones de bivalvos marinos, cuyo número de individuos se ha visto severamente reducido, no han sido examinadas para determinar su diversidad genética. No hay pruebas de que las poblaciones casi agotadas hayan sufrido una pérdida de la diversidad genética, pero las pruebas están limitadas a una comparación de los datos electroforéticos reunidos después de la reducción. Aunque las poblaciones estén agotadas desde el punto de vista comercial, la mayor parte de ellas ha mantenido tamaños grandes aun en su estado inferior, por lo que no cabe esperar que pierdan variedad genética debido a la deriva.
El creciente uso de técnicas de mejoramiento para reconstruir las poblaciones diezmadas podría tener repercusiones genéticas en los recursos costeros. Una elección inapropiada de los reproductores y la pérdida de diversidad en los reproductores de criadero podrían cambiar la composición genética de la población natural.
Las recomendaciones que se desprenden del presente informe se refieren a tres aspectos: