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Estudio 4.0 - Ensilaje de gramíneas y leguminosas en los trópicos - M. Titterton y F.B. Bareeba


M. Titterton

F.B. Bareeba



Department of Animal Scince

Department of Animal Scince

University of Zimbabwe

Makerere University

P. O. Box MP 167,

P. O. Box 7062

Mt. Pleasant, Harare, Zimbabwe.

Kampala, Uganda

INTRODUCCIóN

La ganadería es un componente integral de los sistemas mixtos de producción agrícola que predominan en los trópicos, particularmente en los países en vías de desarrollo. El estiércol y el trabajo animal contribuyen a una mayor productividad de la tierra, pero, por el contrario, el mal manejo del ganado ha tenido un efecto devastante sobre el ambiente a causa del sobrepastoreo de la vegetación natural lo que favorece el proceso de erosión y que puede progresivamente ser la causa de la desertificación. Con el propósito de reducir el riesgo del daño a los recursos naturales se debe mantener un equilibrio entre estos y las tecnologías empleadas para elevar la productividad del ganado y aumentar los ingresos del ganadero (Steinfeld, 1998). El ensilaje es una de esas tecnologías y se usa para la conservación de forraje producido durante la época de lluvias, para su distribución al ganado que se mantiene parcialmente con cortes diarios de forraje fresco en los sistemas de pastoreo cero en la temporada seca. Probablemente sea esta la única tecnología que pueda satisfacer la alta demanda de nutrientes requeridos en las explotaciones lecheras de pequeño tamaño en zonas semiáridas del trópico (Dube, 1995).

Con el objeto de enfocar correctamente la importancia del ensilaje de gramíneas y leguminosas tropicales como los forrajes conservados para usar en la época seca del trópico, se pueden proponer las siguiente preguntas "¿Porqué escoger el ensilaje? ¿Porqué no usar el heno? Sin duda que en el trópico, con tanto sol, ¿debería ser más fácil y más barato henificar que ensilar?"

Las respuestas son proporcionadas por el clima y la fisiología vegetal. En países con climas templados se puede hacer simultáneamente heno y ensilaje de especies como raigrás y leguminosas, las cuales conservan su alto valor nutritivo y que, al disponer de lluvias persistentes y buenos suelos logran regenerarse y permitir varios cortes del mismo cultivo (Nueva Zelanda, Europa). También en aquellos países donde el riego es abundante y barato las leguminosas como la alfalfa pueden cultivarse con éxito para ensilar o henificar (ciertos lugares de E.U.de A.). Otros países tienen lluvias en invierno (Israel, Australia occidental y el área del Cabo en África del Sur) que permite una buena producción de alfalfa y trigo de invierno.

En cambio, las condiciones generales en el resto del trópico son muy difíciles para la conservación de forraje. Se combinan altas temperaturas ambientales con breves períodos de lluvia en suelos pobres que producen gramíneas y leguminosas que podrían alcanzar altos rendimientos si fuesen bien manejadas, pero que pierden rápidamente su valor nutritivo después de tres meses de crecimiento. En las gramíneas y leguminosas tropicales, tanto el contenido de proteína como el valor de la digestibilidad declinan rápidamente después de la floración a causa del proceso de lignificación. Para poder cosechar un forraje con alto contenido nutritivo, el corte debe realizarse cuando la planta está en crecimiento activo, momento que coincide con la presencia de lluvias. Bajo tales condiciones, a no ser que se disponga de una segadora-acondicionadora y que el forraje segado sea sometido a un secado en rama en grandes heniles, es particularmente difícil producir heno de buena calidad. Para ello se precisan equipos y construcciones costosos, lo cual, incluso en las grandes fincas, difícilmente sea rentable.

Las lluvias tropicales son intensas, penetrantes y mojan todo el forraje cortado, lixivian los nutrientes y el forraje se pudre. Por otro lado, si se henifica al terminar la lluvias, la calidad nutritiva será baja y las leguminosas habrán perdido sus hojas al momento del corte: el forraje cosechado dará un heno con tallos lignificados. Una posibilidad para resolver este problema es cultivar gramíneas y leguminosas provenientes de zonas templadas en invierno y bajo riego para producir heno. En el trópico esto se practica en algunas lecherías comerciales de gran escala. Sin embargo, esta solución se encuentra fuera del alcance de las pequeñas lecherías, que solo pueden permitirse el riego para producir hortalizas que generan altos ingresos. Por ello, el ensilaje es la única opción práctica en el trópico para conservar gramíneas y leguminosas.

LA PROBABILIDAD DE éXITO CON EL ENSILAJE DE GRAMíNEAS Y LEGUMINOSAS TROPICALES

Las gramíneas y leguminosas tropicales no son forrajes ideales para ensilar, sobre todo porque en el momento del corte poseen una escasa concentración de carbohidratos solubles (CHS) que son indispensables para el éxito del ensilaje (Cuadro 1). Por esta condición el ensilado tiene una alta capacidad tampón, dejando las proteínas susceptibles a proteolisis (Woolford, 1984).

No obstante, diversas técnicas permiten mejorar el contenido de carbohidratos solubles, reducir la capacidad tampón y prevenir la proteolisis, facilitando la obtención de un buen ensilaje. Estas técnicas incluyen:

(i) Mezclar leguminosas con los cultivos de cereales.
(ii) Dejar marchitar el forraje cortado.
(iii) Usar aditivos en el proceso de ensilaje.
(iv) Emplear silos pequeños.

Cuadro 1. Carbohidratos hidrosolubles en forrajes ensilados (valores medios seguidos del rango entre paréntesis)

Cultivo

CHS - promedio (rango) (g/kg MS)

Referencia

Raigrás

79 (5 - 220)

Thomas y Thomas, 1985

Maíz

350 (280 - 510)

McDonald et al., 1991

Sorgo granífero

75 (56 - 132)

Havilah y Kaiser, 1992

Sorgo forrajero dulce

220 (180 - 250)

Mhere et al., 1999

Pasto kikuyo

31 (23 - 41)

de Figueiredo y Marais, 1994

Alfalfa

15 (4 - 20)

Waldo y Jorgensen, 1981

MEZCLAS DE LEGUMINOSAS EN CULTIVOS DE CEREALES

El principal propósito perseguido por la siembra asociada de leguminosas con cereales es aumentar los rendimientos de grano y a la vez elevar la fertilidad del suelo en los sistemas de producción agrícola en las zonas de trópico semiárido (Willey, 1979); sin embargo, solo recientemente se ha prestado atención a los efectos benéficos de esta práctica para mejorar la calidad nutritiva del ensilaje.

El ensilaje de maíz tiene un papel importante como forraje de invierno en muchos países, incluidos aquellos de regiones tropicales y subtropicales. Las razones que explican la popularidad alcanzada por el ensilaje de maíz son su elevado rendimiento en una sola cosecha, la facilidad para ensilarlo y el alto contenido de energía de su forraje. Su mayor deficiencia es el bajo contenido en proteína bruta, comúnmente entre 70 a 80 g/kg de materia seca (Topps y Oliver, 1993). En zonas con alta pluviometría en áreas subtropicales de Zimbabwe y África del Sur, el maíz es el cultivo preferido para ensilar (Titterton, 1997), produciendo mayores rendimientos y aportando mayor contenido energético que el sorgo de grano, el sorgo forrajero y el pasto kikuyo, come se ilustra en el Cuadro 2.

Cuadro 2. Rendimiento, materia seca y contenido energético del ensilaje de maíz, de sorgo granífero y de sorgo forrajero comparado con el ensilaje de pasto kikuyo cultivados en suelos arenosos y arcillosos.

Cultivo

Rendimiento y contenido energético del ensilaje

Referencia

t MS/ha

MJ/kg MS

Maíz (cv SC BW93(1))

14,7

10,2

Titterton, 1997

Pasto kikuyo

4,1

7,5

de Figueiredo y Marais, 1994

Sorgo granífero (cv MR Buster)

7,3

10,0

Cole et al., 1996

Sorgo forrajero (Sugargraze)(1) (2)

7,4

9,5

Titterton, 1997

(1) Estos cultivos se produjeron en la Estación Experimental de Henderson, Mazowe, Zimbabwe (promedio de 980 mm/lluvia anual). (2) cv Sugargraze es una variedad de sorgo forrajero recomendada para ensilaje, producida por Pacific Seeds en Australia.

Sin embargo, elegir un cultivo como el maíz que requiere mucha agua, en zonas semiáridas del trópico, no parece apropiado. Con poca lluvia y sin riego, el rendimiento y aporte energético es bajo si se le compara con su comportamiento en zonas de buena pluviometría. Por ello se ha investigado sobre el potencial del uso para el ensilaje de sorgo granífero, del sorgo forrajero y de Pennisetum spp. forrajeros, por ser resistentes a la sequía y producir altos rendimientos, y con buenos resultados generales (Havilah y Kaiser, 1992; Mhere et al., 1999). Conclusiones posteriores han confirmado que en condiciones secas de Australia el comportamiento del sorgo forrajero dulce es superior al de sorgo granífero (Cole et al., 1996). El sorgo forrajero dulce ha dado rendimientos más altos en lugares secos sin riego que en zonas de mayor lluvia de Zimbabwe (Mhere et al., 1999). Sin embargo, en estos cultivos el factor crítico de la calidad nutritiva es su bajo valor en proteína, aproximadamente 70 y 95 g/kg de materia seca en sorgo forrajero y pasto kikuyo, respectivamente (Mhere et al., 1999). Una solución para esto podría ser el cultivo asociado con alguna leguminosa, o bien efectuar cultivos separados y ensilarlos mezclados. Consecuentemente, se ha investigado la factibilidad de ensilar estos cultivos junto con leguminosas.

Maasdorp y Titterton (1997) han experimentado sobre el efecto de sembrar en forma intercalada en el surco quince leguminosas tropicales con variedades comerciales de maíz de ciclo largo que es de uso común en Zimbabwe para el ensilaje. Entre ellas las más promisorias fueron la soja tanto para grano como para forraje, Dolichos lablab, Mucuna deeringiana, Crotolaria juncea y Vigna unguiculata; sin embargo, su cultivo intercalado sobre la hilera con maíz con una densidad de siembra de 65 000 plantas/ha no resultó ser viable; solo en los casos de Dolichos lablab y Mucuna deeringiana la proporción de leguminosa en la biomasa total alcanzaba solo a un 15 por ciento, lo que resultaba insuficiente para aportar una diferencia significativa sobre el contenido de proteína total. La agresividad de Dolichos lablab y Mucuna deeringiana ahogaba al maíz, reduciendo su rendimiento. Una observación importante es haber identificado que tanto la densidad de siembra del maíz como la fecha de siembra de cada cultivo intercalado, influyen sobre la proporción de leguminosa y sobre el contenido de proteína bruta del ensilaje. Kaiser y Lesch (1977) demostraron que Dolichos lablab alcanzaba a ocupar el máximo de 24 por ciento de la biomasa cuando la densidad de siembra del maíz era de 54 000 plantas/ha y que el contenido en proteína bruta del ensilaje era de 110 g/kg MS. En el mismo estudio, los resultados del cultivo intercalado de maíz con soja para ensilaje, demostraron que no había beneficios aparentes cualquiera que fuese la densidad de siembra del maíz. Maasdorp y Titterton (1997) indicaron que si se siembra Dolichos lablab y Mucuna deeringiana dos semanas después de la siembra del maíz, el rendimiento del maíz no es afectado y que el rendimiento de MS de la leguminosa representaba cerca de 30 por ciento del total de la MS, dando como resultado un ensilaje con un contenido en proteína bruta de cerca de 10,5 por ciento. Estos resultados señalan la necesidad de continuar investigando sobre modalidades y fechas de siembra para asociaciones de maíz con leguminosas. La preferencia de hacer la siembra intercalada sobre la hilera facilita la cosecha mecanizada, que comúnmente se efectúa por líneas; este método es aceptable para fincas grandes pero en las fincas pequeñas donde el corte de forraje es manual, tal vez la siembra intercalada entre hileras resulte más práctica. En este último caso se evitaría la competencia entre el maíz y la leguminosa, con lo cual podría aumentar la contribución de la leguminosa al rendimiento total de la biomasa, mejorando así significativamente el contenido total en proteína. Debe recordarse que hay además otros beneficios aportados por las siembras de cultivos asociados, como menor erosión del suelo, menor incidencia de plagas y pestes y menos mano de obra requerida para el desmalezado (Saleem, 1995).

Cultivos separados de maíz y leguminosas mezclados durante el ensilaje en proporción de 50:50 en volumen (Titterton y Maasdorp 1997) produjeron una fermentación aceptable (pH entre 3,7 y 4,5; relación NH3:N <12,0) en todas las quince leguminosas, con excepción de Dolichos lablab, Crotolaria juncea y Desmodium uncinatum; el contenido de proteína bruta aumentó de 77 g/kg MS para ensilaje puro de maíz a 93 g/kg MS para Lupinus luteus, a 128 g/kg MS para Dolichos lablab y a 153 g/kg MS para la soja forrajera. En este ensayo se usaron bolsas plásticas recicladas, en las cuales se colocaban capas alternadas de maíz y de leguminosa antes de comprimirlas en una prensa para tabaco y sellarlas. La calidad del ensilaje así obtenido indica que este procedimiento pude resultar muy adecuado para el ensilaje de cultivos mixtos en las pequeñas fincas lecheras.

El ensilaje en fosas de siete leguminosas -soja para grano y para forraje, Desmodium uncinatum, Dolichos lablab, Vigna unguiculata, Lupinus luteus y Mucuna deeringiana- depositadas en capas alternadas con maíz, presentó una calidad similar a la obtenida con el ensilaje mixto que empleó el método de las bolsas plásticas, con la única excepción del Desmodium uncinatum. Además, estos ensilajes no mostraron diferencias significativas con el ensilaje de maíz puro, en cuanto a palatabilidad -consumo de MS- y en su efecto sobre la producción de leche con vacas Holstein (Taruona y Titterton, 1996).

La colaboración con la agrosilvicultura también ofrece posibilidades para elevar el contenido de proteína en ensilajes mixtos. La mezcla de Amaranthus hybridus en estado de marchitez con maíz (1:1) en el momento del ensilado provocó una buena fermentación y aumento la proteína bruta del ensilaje de 6,9 a 11,6 por ciento, y disminuyó el contenido de fibra bruta (Bareeba, 1977). Maasdorp y Titterton (1999) ensilaron exitosamente las hojas (relación 50:50 en materia fresca) de cuatro árboles leguminosos forrajeros con maíz; se constató un aumento en el contenido de proteína bruta de 14, 15,5, 17,2 y 18,7 por ciento en los ensilajes de maíz + Calliyra calothyrsus, maíz + Gliricidia sepium, maíz + Leucaena leucocephala y maíz + Acacia boliviana, respectivamente. El ensilaje de: maíz + Calliyra fue el único caso donde la digestibilidad de la materia orgánica mostró una reducción significativa, mientras que los otros tres tuvieron resultados similares al ensilaje de maíz. Se ha programado un ensayo similar que incluirá el ensilaje mixto de forraje proveniente de árboles leguminosos forrajeros ensilados junto con sorgo forrajero y pasto kikuyo.

El cultivo asociado de la soja con sorgo ha resultado, como en el caso del maíz, poco convincente (Kaiser et al., 1993). En cambio cuando se asocia el sorgo forrajero dulce con el Dolichos lablab en hileras distintas, se puede producir un ensilaje con buena fermentación y con un contenido de proteína bruta de 120 g/kg (Mhere et al., 1999). El sorgo y Dolichos lablab han sido ensilados exitosamente también en otros lugares (Ojeda y Díaz, 1992; Singh et al., 1988).

El cultivo asociado de Pennisetum spp. forrajeros con leguminosas también ha dado buen resultado (Gill y Tripathi, 1991; Bhagat et al., 1992; Mhere et al., 1997) para el ensilaje, con o sin leguminosas (Mhere et al., 1999; Crowder y Chheda, 1982; Bareeba, 1992). Mhere et al. (1999) encontraron que el tipo de suelo, la modalidad de siembra y el clima mostraban efectos significativos sobre la proporción de la leguminosa en asociación con el sorgo forrajero y con cultivos de Pennisetum spp.

FORRAJE MARCHITO

El corte para ensilaje debe efectuarse al principio del período de crecimiento de la planta para lograr un buen tenor en proteína y un valor alto de digestibilidad. Sin embargo, en ese momento el contenido en agua de la planta también es alto, lo cual produce un efecto adverso para una buena fermentación del ensilaje (McDonald et al., 1991).

Al ensilar forraje con menos de 30 por ciento de MS se puede crear un ambiente totalmente anaeróbico, más apropiado al desarrollo de clostridios que a organismos microaerofílicos como las bacterias lácticas. Por otra parte, el agua y los nutrientes hidrosolubles son arrastrados al fondo y escurren en el efluente fuera del silo. La técnica de marchitar el forraje reduce su contenido acuoso, pero sin embargo, resultados de investigaciones sobre el tema han dado resultados poco constantes; esto puede explicarse por condiciones climáticas muy variables como la humedad ambiental, la velocidad del viento y la temperatura durante los ensayos (McDonald et al., 1991). Las condiciones cálidas y húmedas comunes en el trópico lluvioso, no favorecen un secado rápido a la intemperie. Es posible que las pérdidas bioquímicas causadas por la respiración fuesen mayores que las inducidas por un forraje sin marchitar, y en este caso la digestibilidad del ensilaje disminuiría (Thomas y Thomas 1985). En cambio, en zonas de tropicales semiáridas, es posible lograr una marchitez muy rápida en el tiempo ideal de tres a cinco horas (Michelena y Molina, 1990; Alberto et al., 1993) sin ninguna reducción en digestibilidad (Mayne y Gordon, 1986) y con una mejoría en la calidad de la fermentación del ensilaje (Thomas y Thomas, 1985). Esto quizás ocurra sólo en ensilajes con menos de 30 por ciento de MS y sin marchitar. Mhere et al. (1999) encontraron que al aumentar el período de marchitez dentro de un plazo de 12 horas no tenía efecto sobre la digestibilidad de ensilajes de forraje mixto de sorgo/leguminosa y de pasto kikuyo/leguminosa, y que el pH aumentaba significativamente. El contenido inicial en MS de estos ensilajes era de cerca 30 por ciento o más y después de 6 horas de marchitez subía a 40 por ciento o más. Esto permite concluir que tratar de marchitar en el campo forrajes que ya están relativamente secos puede inducir a una mala fermentación, posiblemente causada por una compactación menos efectiva en el silo. Si el período para inducir la marchitez se extiende por varios días, se perderán carbohidratos solubles, el contenido de nitrógeno de la proteína puede disminuir y puede aumentar la deaminación de los aminoácidos (Henderson, 1993). Otro factor que puede ser importante es el tipo de silo. En fosas o trincheras, se pierden grandes cantidades de efluentes cuando el forraje ensilado está muy húmedo e incluso pueden convertirse en un agente contaminador; en tales casos la técnica de marchitar el forraje puede ser benéfica. En silos donde el forraje queda herméticamente sellado, particularmente en silos pequeños, el efluente no escapa. En un estudio efectuado sobre silos de pequeño tamaño (Ashbell et al., 1999; Titterton et al., 1999) encontraron que el efluente retenido en el ensilaje impide el desarrollo de mohos y contribuye a una buena fermentación del forraje que ha sido triturado en grandes trozos y que solo ha sido compactado a mano. En otras palabras, cuando se ensila en silos pequeños muy herméticos, las criterios normales para tener éxito con el ensilaje no se aplican estrictamente.

Concluyendo, la marchitez del forraje parece ser necesaria solo si este se encuentra muy húmedo, si las condiciones permiten un secado rápido y si los silos son de gran tamaño.

ADITIVOS

La razón para usar aditivos es la de mejorar la preservación del ensilaje al asegurar un predominio de las bacterias lácticas durante la fase de fermentación. Los aditivos se dividen en tres categorías: 1) estimulantes de la fermentación, como los inoculantes bacterianos y las enzimas; 2) inhibidores de la fermentación, como los ácidos propiónico, fórmico y sulfúrico; y 3) aportes de substrato o fuentes nutritivas, como grano de maíz, melaza, urea o amoníaco anhidro (Woolford; 1984; Henderson; 1993; Bolsen et al., 1995). Varios ensayos han comprobado que solamente los ácidos potentes, tanto individualmente como en combinación con formaldehído, tienen la capacidad de modificar la fermentación (Thomas y Thomas, 1985). Pese a esto, han perdido popularidad tanto ya sea por su costo como por las dificultades para su manipulación en la finca. Los inoculantes bacterianos tienen varias ventajas sobre otros aditivos: bajo costo, seguridad en el uso, baja dosis de aplicación y ausencia de residuos y de daños ambientales. No obstante, los resultados de su aplicación son variables, lo cual probablemente se deba a diferencias en las condiciones del ensilaje durante la aplicación. Se ha observado que cuando se les aplica en combinación con enzimas que degradan la pared celular y el almidón dando así más carbohidratos para la fermentación láctica, aparentemente mejora la fermentación y el valor nutritivo del ensilaje de gramíneas y leguminosas tropicales (Bolsen, 1999) Sin embargo, estudios con ensilaje de Pennisetum clandestinum, sugieren que antes de agregar el inoculante, este pasto debe marchitarse para lograr una mejoría en la fermentación (de Figueiredo y Marais, 1994); la acción del inoculante es ineficaz con pasto sin marchitar. Al comparar el efecto de la harina de maíz con el uso de aditivos comerciales para el ensilaje conteniendo inoculante bacteriano y enzimas, Mhere et al. (1999) encontraron que al agregarlo a mezclas de forraje de sorgo forrajero/leguminosas y pasto kikuyo/leguminosas, la harina de maíz -cinco por ciento de la biomasa- mejoró el contenido de MS, y que ambos aditivos mejoraron el contenido nutritivo del ensilaje pero sin tener un efecto significativo en la fermentación. Esta falta de efecto sobre la fermentación quizás se explica porque el ensilaje empleó silos de pequeño tamaño y cerrados herméticamente, lo cual permite que el efluente del forraje permanezca dentro del silo; este factor podría responder a la falta de un efecto benéfico en la fermentación por parte de ambos aditivos.

El uso de aditivos comerciales, como inoculantes y enzimas, puede resultar demasiado costoso o simplemente no ser accesibles para los pequeños agricultores. Por ello, el aporte de substrato o fuentes nutritivas puede resultar el tipo de aditivo más útil para estos agricultores. Probablemente el mayor beneficio de aditivos como los granos de maíz o sorgo o de harina de yuca es el de elevar el contenido de MS en cortes tempranos de forraje cuya humedad es alta y cuando un proceso de marchitez rápida no es factible, o en los casos cuando el efluente del silo escurre y se pierde. Las gramíneas tropicales han sido ensiladas con éxito con aditivos de harina de maíz (van Onselen y Lopez, 1988), harina de yuca (Pyitharane et al., 1986) y grano de sorgo (Alberto et al., 1993).

La melaza es la fuente de carbohidrato más frecuentemente usada como aditivo. Es útil para suplementar forrajes con bajo contenido en carbohidratos solubles, como leguminosas y gramíneas tropicales. Se han obtenidos buenos ensilajes al agregar melaza en dosis de 3-5 por ciento (Bareeba, 1977; Sarwatt, 1995). Sin embargo, si el ensilado tiene un contenido muy bajo de MS y se emplean silos fosa o trinchera, la mayor parte de la melaza se pierde con el escurrimiento en los primeros días del ensilaje.

El uso de urea o amoníaco anhidro en ensilados afecta adversamente la fermentación y el valor nutritivo del ensilaje, sobretodo en forraje muy húmedo de sorgo (Bolsen, 1999), si bien Sarwatt (1995) logró un buen ensilaje al aplicar 0,5 por ciento de urea a la mezcla de maíz, sorgo y Chloris gayana en Tanzania. Una mezcla de urea/melaza como aditivo es quizás la mejor combinación para gramíneas tropicales cuando se las corta a comienzos del crecimiento vegetativo (Bolsen, 1999). Es necesario continuar con la investigación en este tema, especialmente sobre el ensilaje de forraje proveniente de gramíneas tropicales de praderas naturales.

CONCLUSIóN

En el trópico, particularmente en regiones semiáridas, donde la principal dificultad para la producción animal es la escasez de forraje, la conservación de forraje producido durante la época de lluvias por medio del ensilaje es probablemente una técnica útil para la mayoría de pequeños campesinos, especialmente aquellos dedicados a la lechería o la producción de carne. Se ha demostrado que es posible ensilar forrajes aplicando una tecnología relativamente simple, y que forrajes de gramíneas tropicales, leguminosas, follaje de árboles leguminosos, forraje de sorgo y pasto kikuyo pueden ser ensilados con éxito. Sin embargo, es necesario continuar las investigaciones respecto a la calidad de estos ensilajes, en relación a su fermentación y valor nutritivo, que pueden ser mejorados usando cultivos asociados, mezclando forrajes al ensilar y agregando aditivos. También existe un gran potencial para el uso de muchos subproductos agro-industriales mezclados con forrajes y leguminosas, lo cual puede tener gran impacto como nuevas fuentes de alimentos económicos para el ganado.

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Woolford, M.K. 1984. The Silage Fermentation. New York, NY: Dekker.

Cartel técnico 4.1 - Ensilaje de forrajes tropicales: calidad nutritiva y producción de leche - A. Aminah, C. Abu Bakar y A. Izham

A. Aminah, C. Abu Bakar y A. Izham




MARDI,


Malasia

E-mail: [email protected]

INTRODUCCIÓN

Los problemas alimenticios de las áreas con períodos con fuertes sequías o donde las condiciones de los monzones restringen el corte habitual de forrajes, reclaman el desarrollo de técnicas de ensilaje bien adaptadas a las condiciones locales. Esta necesidad es de máxima urgencia para las lecherías donde hay una fuerte demanda para una alimentación estable, uniforme y de alta calidad. Para los pequeños productores, la cosecha manual del forraje verde, cotidianamente y durante todo el año, representa un gran esfuerzo y un problema cuando falta la mano de obra familiar.

El propósito del presente estudio es presentar y evaluar el comportamiento y la conveniencia del uso de seis gramíneas tropicales y tres cultivos forrajeros, para ser ensilados y luego distribuidos a vacas lecheras.

MéTODOS

El primer ensayo incluyó el ensilado de nueve especies. Seis gramíneas: Setaria sphacelata var. splendida; Brachiaria decumbens; B. humidicola; Digitaria setivalva; Pennisetum purpureum; tres cultivos: Zea mays; Sorghum bicolor; y Sorghum almum. Las gramíneas fueron segadas a intervalos de seis semanas. Los cultivos se cosecharon a los: 75, 70 y 63 días después de la siembra para el maíz, Sorghum bicolor y S. almun, respectivamente. Se tomaron muestras frescas para análisis de MS y de CHS (Dubois et al., 1956) y para el ensilado en laboratorio. Las muestras fueron analizadas para determinar valores de pH, ácido láctico (MAFF, 1973) y sus características físicas.

El segundo ensayo incluyó seis vacas multíparas Sahiwal-Friesian, a mitad de su lactancia, que permitieron comparar tres dietas en un diseño experimental de doble cambio (Cochran et al., 1941). Los tratamientos incluyeron tres dosis de ensilaje en la dieta, en la cual se substituía progresivamente al forraje segado (Panicum maximum), tal como se describe abajo:

(a) forraje, ad libitum;
(b) fodder + ensilaje (1:1), ad libitum; y
(c) ensilaje, ad libitum.

Además, cada animal recibió 6 kg de concentrado una vez al día. Se tomaron muestras del alimento una vez por semana y fueron acumuladas para cada período experimental. El consumo de alimento y la producción de leche fueron controlados y registrados diariamente.

RESULTADOS Y DISCUSIóN

Los valores medios para CHS y MS de cultivos e indicadores de calidad del ensilaje (pH y contenido de ácido láctico) se presentan en el Cuadro 1. El maíz y el sorgo forrajero produjeron un buen ensilaje con pH<4,0 y valores de ácido láctico de 2,72 y 3,7%, respectivamente (Cuadro 1). Entre las gramíneas, Setaria spp. y Pennisetum spp., sin uso de aditivos produjeron un ensilaje aceptable con pH entre 4,07 y 3,96, respectivamente. El pH del ensilaje de gramíneas bajó al usarse 4 por ciento de melaza como aditivo.

La composición nutritiva del ensilaje de sorgo y de Panicum maximum usados en el segundo ensayo se presentan en el Cuadro 2. Los valores medios para cada tratamiento para el consumo de MS de alimento, la producción de leche y la conversión del alimento se presentan el Cuadro 3. El consumo más alto de MS para el forraje (P<0.05) se observó en el tratamiento (b). Este resultado se atribuye a un efecto del ensilaje que estimula el consumo. Las diferencias en el consumo total de MS reflejaron las diferencias en el consumo de MS del forraje. Al expresar estos resultados como porcentaje del peso corporal, el consumo total de MS para cada tratamiento cayeron en el rango entre 2,0 y 2,4 por ciento. El promedio de producción de leche diaria fue más alta (P<0,5) para las vacas alimentadas con ensilaje de sorgo que las del grupo testigo. La diferencia en producción de leche alcanzó a 13 por ciento entre tratamientos (c) y (a). El valor promedio para la conversión de alimento para las vacas con dietas que incluían ensilaje casi duplicó a los resultados del tratamiento (b) o el grupo testigo (a) (Cuadro 3).

El sorgo forrajero y el maíz dieron excelente ensilaje sin uso de aditivos. Las gramíneas pueden segarse después de seis semanas de regeneración. Pennissetum spp. y Setaria spp. dan ensilajes aceptables, pero su calidad se puede mejorar agregando 4 por ciento de melaza antes de ensilar. En cuanto a los resultados del segundo ensayo el ensilaje de sorgo probó ser un mejor alimento que el forraje fresco de Panicum maximum que constituye la dieta tradicional de la vaca lechera en Malasia. Esto se aprecia en su efecto sobre la producción de leche y conversión de alimento.

Cuadro 1. Ensilaje de gramíneas tropicales y cultivos forrajeros: resultados de análisis.

Especies

Forraje fresco

Ensilaje simple

Ensilaje + 4% melaza

MS (%)

CHS (%)

PH

Ácido láctico (%)

pH

Ácido láctico (%)



Gramíneas




Setaria sphacelata

15,30

6,17

4,07

2,47

3,64

1,96

Brachiaria decumbens

20,37

8,64

5,07

1,08

3,37

1,87

Brachiaria humidicola

20,85

2,35

5,32

1,26

3,31

2,03

Digitaria setivalva

18,21

1,26

4,32

1,46

3,31

2,83

Pennisetum purpureum

15,77

9,88

3,96

253

2,98

n.d.

Panicum maximum

19,35

3,03

4,71

1,84

3,27

2,74



Cultivos forrajeros




Zea mays

21,20

22,99

3,72

2,72



Sorghum bicolor

21,35

11,69

3,68

3,75



Sorghum almum

18,40

n.d.

4,40

n.d.



Cuadro 2. Composición química de los alimentos, en porcentaje

Alimentos

MS

PB

NDT

FB

EE

ENL

Ceniza

Ca

P

Pasto Guinea

24,1

11,7

61,6

33,6

2,4

46,1

6,2

0,57

0,27

Ensilaje de sorgo

29,4

8,7

60,1

33,4

2,6

51,0

4,2

0,47

0,17

Concentrado

91,2

23,5

77,2

5,5

11,6

54,7

4,7

0,57

0,36

Cuadro 3. Consumo de alimento, conversión de alimentos y producción de leche para cada tratamiento

Variables

(a)

(b)

(c)

Consumo de alimento MS (kg/día)





Forraje

4,95b

6,22a

4,50b

Concentrado

5,40

5,40

5,40

Total

10,35b

11,63a

9,90b

Consumo MS por 100 kg BC

2,1

2,4

2,0

Producción de leche (kg/día)

7,01c

7,54ab

7,93a

Conversión alimento (consumo kg total MS por kg de leche producida)

216b

2,65b

1,37a

REFERENCIAS

Dubois, M., Gilles, K.A., Hamilton, J.K., Rebers, P.A., & Smith, F. 1956. Calorimetric method for determination of sugars and related substances. Anal. Chem. 28: 350-356.

MAFF [Ministry of Agriculture Fisheries and Food (UK)] 1973. The determination of lactic acid in silage juice. Manual of Analytical Methods. Technical Bulletin 27.

Cochran, W.G., Autrey, K.M., & Cannon, C.Y. 1941. A double changeover design for dairy cattle feeding experiments. J. Dairy Sci., 24: 937-951.

Cartel técnico 4.2 - Calidad y pérdidas asociadas con el ensilaje de pasto elefante, sorgo negro y caña de maíz en fincas de pequeños campesinos en Kenia - P.J.M. Snijders y A.P. Wouters

P.J.M. Snijders y A.P. Wouters

E-mail: [email protected]

INTRODUCCIóN

Varios ensayos de ensilaje fueron realizados por el Proyecto Nacional de Desarrollo Lechero, en el Centro Nacional de Investigación de Manejo Animal (NAHRC) en Naivasha, Kenia, durante el período 1983-1989. El propósito de estos ensayos era desarrollar métodos y técnicas apropiadas para el uso del ensilaje de pasto elefante (Pennisetum purpureum), sorgo negro (Sorghum almum) y caña de maíz para almacenar forraje y emplearlo durante la época seca.

MATERIALES Y METóDOS

Se realizaron seis series de ensayos de ensilaje:

Los silos fosa eran pequeños, conteniendo 1 000 a 2 000 kg de forraje fresco, lo cual puede replicarse bajo condiciones usuales en fincas de pequeños campesinos. Una cubierta plástica de 2 m de ancho se empleó para sellar la fosa, y sobre la cubierta se colocó una capa de 50 cm de arena.

RESULTADOS

La porción de ensilaje rechazado -con mohos o podrido- varió desde cero hasta 2,5 por ciento, lo que indica que el sellado tuvo éxito. El contenido en ácido butírico y nitrógeno amoniacal estuvo a menudo bajo 0,3 y 12 por ciento respectivamente para ensilajes de pasto elefante marchito y para sorgo negro triturado húmedo con melaza y para el ensilaje de caña de maíz. Estos resultados de la fermentación indican una buena calidad de ensilaje. El ensilaje tenía buen olor. Algunos ensilajes de pasto elefante húmedo y de sorgo negro sin triturar, con MUM como aditivo, dieron resultados menos satisfactorios.

El pasto elefante sin triturar, marchito por uno o dos días y con 30 por ciento de MS, con melaza y bien compactado dio frecuentemente un buen ensilaje.

El ensilaje de pasto elefante mostró pérdidas de MS entre 15,2 y 4,2 por ciento. Estas fueron menores cuando el forraje se dejó marchitar por uno o dos días y mayores para ensilajes de forraje húmedo, sin triturar y con MUM como aditivo. El sorgo negro ensilado húmedo mostró un claro efecto positivo del triturado. Las pérdidas medias de MS para la caña de maíz ensilada fueron de 8,1 por ciento.

Las pérdidas en PB promediaron 16,9 por ciento, pero fueron muy variables, en parte a causa de errores de muestreo. Las pérdidas fueron menores para ensilajes de forraje marchito y mucho mayores en ensilajes que emplearon MUM como aditivo.

La digestibilidad in vitro para la materia orgánica disminuyó por efecto del ensilaje bajando su valor en más de 10 unidades en el caso de ensilajes de mala calidad. Para aquellos de buena calidad la pérdida fue de 5 unidades o menos. En ensilajes de pasto elefante las pérdidas de digestibilidad de la materia orgánica promediaron entre 28,5 y 7,9 por ciento. Las pérdidas fueron menores para forrajes marchitos y mucho más altas para forrajes húmedos de la Serie D y de los ensilajes que usaron MUM como aditivo.

Estos resultados demuestran que bajo buenas condiciones es factible hacer buen ensilaje en las fincas de pequeños campesinos. No obstante, los ensilajes de mala calidad y de pasto elefante de baja digestibilidad, resultarán en un alimento que no podrá aportar los requerimientos alimenticios de los animales.

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES PRáCTICAS

1. Bajo condiciones típicas de las pequeñas fincas es posible hacer un buen ensilaje, siempre que el silo quede herméticamente sellado con plástico, cubriendo la fosa con no menos de 50 cm de tierra, y asegurando un buen drenaje del agua de lluvia. El ensilado y el sellado deben completarse en un día de trabajo.

2. Los resultados de la fermentación y el olor del ensilaje indican que al marchitar el forraje durante uno o dos días para alcanzar un valor de MS de 30 por ciento a menudo resulta en un ensilaje de buena calidad, especialmente si se agrega melaza. No se recomienda marchitar más allá de 30 por ciento de MS, o de marchitar forraje viejo y lignificado, por los mayores riesgos climáticos con período de secado prolongado y por las mayores dificultades para una buena compactación.

3. Las pérdidas de MS en el pasto elefante, debidas al ensilaje, pueden limitarse a 15 por ciento al ensilarlo marchito o al triturarlo cuando húmedo y agregándole melaza.

4. Las pérdidas de MS del ensilaje de pasto elefante hecho con forraje marchito y no triturado probablemente son ligeramente mayores a las del forraje triturado. El ensilaje de pasto elefante, marchito pero no triturado puede ser una buena opción para pequeños campesinos siempre que se asegure buena compactación, se agregue melaza, se selle herméticamente y se cubra el silo con una capa de 50 cm de tierra.

5. Aunque no se puede deducir con certeza de los resultados obtenidos, parecería que agregar 3 por ciento de melaza a pasto elefante húmedo y sin triturar sería suficiente para asegurar una buena fermentación, especialmente si se mezcla a la mano con forraje triturado. Mayor probabilidad de éxito puede lograrse al usar 6 por ciento de melaza aplicándola sucesivamente sobre cada nueva capa de pasto ensilado en la fosa. La cantidad de melaza puede ser menor para pasto elefante marchito y triturado y para sorgo negro triturado.

6. El uso de MUM como una alternativa a la melaza no produce buenos ensilajes.

7. El sorgo negro triturado y ensilado con melaza y caña de maíz triturada sin melaza dieron buenos ensilajes. Sus pérdidas de MS parecen ser menores a las de pasto elefante.

8. Para evitar pérdidas por escurrimiento, la dilución de la melaza -que facilita su aplicación- no debe exceder la proporción de 1:1. Usar una pequeña cantidad de melaza sobre las capas del fondo del silo, y en mayor abundancia en las capas medias y superiores.

9. Las pérdidas de proteína bruta y de materia orgánica digestible no pudieron ser medidas con precisión en estos ensayos a causa del reducido número de muestras y por errores de muestreo. Basados en los buenos resultados para la calidad del ensilaje, estas pérdidas se estiman entre 15 y 25 por ciento para PB y materia orgánica digestible, respectivamente.

10. Ensilajes de mala calidad y de pasto elefante maduro podrían -en el mejor de los casos- suplir suficiente energía sólo para las necesidades de manutención. Mejores alternativas para usar el pasto elefante sobremaduro son emplearlo como heno en pie o como cobertura protectora del suelo. Bajo tales condiciones deben considerase otras alternativas como el buen almacenaje y el uso de residuos de cosecha como caña de maíz, pajas, follaje seco de camote/batata, de cultivos como remolacha forrajera y yuca, y follaje de árboles como forraje.

Cartel técnico 4.3 - El ensilaje en la época de lluvias en la Escuela Superior de Taminmin, Territorio del Norte, Austr alia - Chris Regan

Chris Regan




Northern Teritory Department of Primary Industry and Fisheries (NT DPIF)

Darwin, Australia

E-mail: [email protected]

RECURSOS ALIMENTICIOS EN LOS TRóPICOS HúMEDOS

El mayor problema para la producción animal en la región tropical del norte de Australia es la disponibilidad de buenos alimentos durante todo el año. La temporada de lluvias permite un período de abundancia de forraje de buen valor nutritivo en esta estación, y luego un forraje maduro de menor calidad en la época seca. Esta situación apoya la idea de conservar el excedente de forraje disponible en época de lluvias para su uso en temporada seca cuando el crecimiento de las plantas es prácticamente nulo, cuando escasea el forraje y el alimento comercial es relativamente caro.

Esta estrategia ha sido empleada en la Escuela Superior de Taminmin, cerca de Humpty Doo, a 40 km al SE de Darwin, Territorio del Norte, Australia a 12°24' S, 131°15' E.

EL PROGRAMA DE ENSILAJE EN TAMINMIN

La finca de Taminmin, dentro de su estrategia de manejo del predio, incluye el ensilaje en pacas que se realiza a partir de fines de enero o comienzos de febrero. La henificación en dicho momento no es factible, porque resulta difícil alcanzar el secado de 85 por ciento de MS o más requerido para un buen heno. Al contrario, durante el período de lluvias se puede cortar forraje y empacarlo con un contenido mucho más bajo de MS y humedad más alta que el heno, y luego recubrirlo herméticamente con una cubierta plástica y dejarlo fermentar como ensilaje.

Casi todas las praderas pueden ser ensiladas, pero sólo las mejores darán un buen ensilaje. En Taminmin, las especies ensiladas usualmente corresponden a forrajes conocidos localmente como pasto Angola (Digitaria eriantha subsp. eriantha) y las leguminosas como Centrosema pascuorum y Chamaecrista rotundifolia. La práctica indica vigilar y predecir el tiempo, para luego segar sólo el forraje que podrá ser puesto a marchitar, empacar, sellar y almacenar durante una día de trabajo sin lluvia.

UN DíA TIPICO DE TRABAJO DE ENSILADO

La jornada comienza al tener la certeza que no lloverá. La experiencia indica no segar más de 1,5 ha. Se debe confirmar la previsión local del tiempo con la Oficina Meteorológica. Dicha Oficina observa el desplazamiento de las tormentas tropicales con sus radares y pueden predecir tempestades con exactitud su intensidad y duración. Se ha observado que la exactitud de sus predicciones baja a medida que aumenta la distancia hacia el interior de continente, pero aún así se justifica plenamente informarse sobre las predicciones meteorológicas de este servicio técnico.

Las praderas son segadas a las 09:00 am. La salida del sol ocurre cerca de las 07:00, y bastan dos horas para el rocío se evapore. Un segundo tractor sigue detrás de la segadora y con un rastrillo amontonará el forraje cortado en una hilera. Esta labor se concluye a las 10:30. A las 11:00, el forraje se voltea una vez con el rastrillo, concluyendo esta tarea a las 12:30. Se sacan muestras de las hileras y se estima el contenido de MS. Esta estimación demora 10 minutos si se emplea un horno a microondas, pero si se usa una sonda (p. ej.: Fincascan 2180) puede hacerse inmediatamente en el terreno. El empacado se comienza cuando el contenido de MS alcanza a 40 por ciento o lo supera. En las últimas temporadas el contratista ha integrado el corte, el acondicionamiento del forraje y su hilerado en una sola operación. Esto también ha permitido que las praderas se sequen más rápidamente.

Cada corte diario produce 60 pacas, y el empacado se concluye normalmente a las 17:30. Se comienza con el sellado apenas se finaliza con el empacado. El sellado demora más que el empacado pero corrientemente la jornada finaliza antes de las 19:00.

No se emplean aditivos como melaza, urea, o inoculantes con bacterias de ácido láctico. Los ensayos de la Escuela indican que el costo de esta operación no justifica su empleo. Las ganancias de peso de animales alimentados con ensilaje con y sin aditivos, no fueron significativamente diferentes. Pero es muy importante marchitar el forraje hasta 40 por ciento de MS antes de empacarlo. El ensilado de forrajes húmedos (p.ej. menos de 30 por ciento de MS) darán con alta probabilidad ensilajes de mala calidad, con altas pérdidas y alto rechazo de los animales.

Esta laboriosa jornada se repite dos o tres veces en un plazo de 7-10 días si el clima lo permite. Se concluye así con una cosecha de 70 y 80 t de forraje de calidad aceptable que se almacena para ser usado en la época seca.

Finalizado el empacado se fertiliza la pradera. Con lluvias oportunas al final de la estación se logra una buena regeneración que podrá permitir el pastoreo del ganado o una nueva cosecha. La costumbre local es henificar la segunda cosecha de forraje.

BENEFICIOS

DESVENTAJAS

El mayor problema de este programa es la necesidad de tener que recurrir a un contratista. Las operaciones del ensilado no son difíciles, pero se requiere tener el equipo necesario y en buen estado de funcionamiento. A pesar de que enero y comienzos de febrero no son una época muy ocupada para los contratistas empacadores, pocos tienen máquinas selladoras. En general resulta caro trasladar la maquinaria para un trabajo con un volumen relativamente pequeño.

Probablemente en el futuro, cuando un mayor número de agricultores opten por esta estrategia, los costos podrán bajar y la eficiencia mejorar con el mayor volumen de forraje conservado.

EL USO DE WYNN CASSIA: UN BENEFICIO ADICIONAL

Esta leguminosa tropical de vigoroso crecimiento tiene además un benéfico aporte en nitrógeno al suelo y al dar una buena cobertura del suelo contribuye al control de malezas. No obstante:

El aspecto positivo de Wynn Cassia es que permite hacer un buen ensilaje; al estar húmedas las hojas no se rompen y así la paca es más fácil de hacer. Se pueden mezclar Wynn Cassia con pastos de praderas lo cual es aún más fácil de hacer; el ensilaje resultante es de mejor calidad. Es muy importante el hecho que el ensilaje de Wynn Cassia es muy apetecido por el ganado el que lo acepta de inmediato y consume toda la ración que se les ofrece.

DETALLES TéCNICOS

Un resumen con indicadores para la calidad del ensilaje y de su valor nutritivo se presenta en el Cuadro 1.

Cuadro 1. Resultados al momento de la cosecha para el ensilaje empacado


Pangola

Cavalcade

Wynn Cassia

Materia seca (%)

42

45

52

Digestibilidad in vitro

57

55

58

Energía metabolizable (MJ/kg MS)

8,5

9,0

8,8

Proteína bruta (% MS)

9,1

13,5

12,0

Peso promedio de pacas (kg)

383

430

390

Número de pacas producidas

57

75

45

Rendimiento (t MS/ha)

6,1

7,3

6,1

Cartel técnico 4.4 - La composición del pasto kikuyo y su efecto sobre el ensilaje - A.G. Kaiser, J.W. Piltz, E.J. Havilah y J.F. Hamilton

Alan G. Kaiser y John W. Piltz

Euie J. Havilah y John F. Hamilton



NSW Agriculture

NSW Agriculture

Wagga Wagga Agricultural Institute

Pasture Research Unit

PMB Wagga Wagga

PO Box 63, Berry

NSW, 2650, Australia

NSW, 2535, Australia

INTRODUCCIÓN

El pasto kikuyo (Pennisetum clandestinum) abundantemente fertilizado con nitrógeno es un importante recurso de pastoreo en verano en la costa oriental de Australia, especialmente en Nueva Gales del Sur (NSW) y en el sureste de Queensland. Sería posible mejorar la utilización del forraje y el manejo de las praderas si los excedentes de forraje estival y otoñal fuesen ensilados (Kaiser et al., 1993); los cortes estratégicos para ensilar podrían mantener la pradera en crecimiento regenerativo, con mayor valor nutritivo para el ganado, alternándolos con períodos de ganado pastando, especialmente lecheras y bovinos de carne. Para obtener un ensilado de Pennisetum clandestinum con una digestibilidad de materia orgánica de 0,60 a 0,70, es necesario un período de regeneración de entre 20 a 50 días. La longitud del período dependerá de las condiciones locales que controlan el crecimiento. Lamentamente existe escasa documentación sobre los resultados de ensilaje del Pennisetum clandestinum durante este período de crecimiento.

MATERIALES Y MéTODOS

En 11 ensayos realizados en el distrito de Nowra en la costa de NSW, se colectaron muestras de Pennisetum clandestinum segado para su ensilado. Los cortes variaron entre intervalos de 20 a 50 días. Se aplicó nitrógeno en dosis de 50 a 100 kg N/ha al comienzo del período de regeneración. Las muestras fueron secadas en una estufa con ventilador a temperaturas de 80°C durante 24 horas para determinar el contenido de MS, y luego fueron molidas para efectuar análisis de CHS, almidón y contenido de N total. La capacidad de tampón del forraje fresco usó el método de Playne y McDonald (1966). Los resultados se resumen en el Cuadro 1.

Cuadro 1. Composición de Pennisetum clandestinum en el momento del corte para el ensilado (resumen de resultados de 11 ensayos)


MS
(g/kg)

CHS
(g/kg MS)

Almidón(1)
(g/kg MS)

N Total
(g/kg MS)

Capacidad tampón(2)
(meq/kg MS)

Media

195,9

44,5

38,9

25,6

350,6

Rango

108,5 - 323,0

23,4 - 68,4

14,2 - 57,8

17,4 - 35,1

224,7 - 495,7

(1) Observaciones para contenido de almidón de cuatro ensayos. (2) Capacidad tampón para dos ensayos.

RESULTADOS Y DISCUSIóN

Aunque se observó alguna variabilidad en la composición del ensilado de Pennisetum clandestinum en general el contenido de MS y CHS fue bajo, el contenido de N fue alto y la capacidad tampón fue intermedia. Los resultados usuales muestran valores de MS entre 100 a 160 g/kg, y sólo cuando el Pennisetum clandestinum está bajo condiciones muy secas el contenido de MS al corte puede llegar a 300 g/kg. El valor promedio para la capacidad tampón - un indicador del forraje ensilado para resistir cambios del pH - es similar a valores publicados para gramíneas de zonas templadas (McDonald et al., 1991).

Los resultados de cuatro ensayos indican que Pennisetum clandestinum tenía un contenido apreciable de almidón. A pesar que el almidón no es degradado durante la fermentación láctica puede transformarse en azúcares por hidrólisis durante la marchitez y el período de almacenamiento previo a la etapa anaeróbica; esto puede aumentar el contenido en azúcares para la fermentación láctica siempre y cuando no se produzcan grandes pérdidas por respiración.

Los contenidos bajos de CHS y MS junto con una capacidad de tampón intermedia sugieren un riesgo elevado de obtener una mala fermentación si el Pennisetum clandestinum es ensilado sin inducir una marchitez o si ella es muy ligera (<300 g/kg MS). Resultados de ensayos realizados en el Reino Unido con gramíneas de zonas templadas indican que el contenido mínimo de azúcares para asegurar un ensilaje con bajo riesgo de mala fermentación, es de 25-30 g/kg del forraje fresco al ensilado (Wilkinson, 1990). En cambio, en estos ensayos el valor promedio para azúcares del forraje de Pennisetum clandestinum era de sólo 8,7 g/kg.

CONCLUSIóN

Las características de bajos valores de MS y CHS junto con un valor intermedio para la capacidad tampón indican que los agricultores deberían ensilar el Pennisetum clandestinum solamente cuando se ha marchitado el forraje después del corte o se han agregado aditivos para mejorar las probabilidades de que se establezca una buena fermentación láctica.

RECONOCIMIENTO

Se agradece a la Corporación Australiana de Investigación y Desarrollo y a Agricultura NSW por el apoyo en financiar estos ensayos y a los agricultores locales por su ayuda y por el acceso a sus tierras y equipos.

REFERENCIAS

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Wilkinson, M. 1990. Silage UK. 6th edition. Marlow, UK: Chalcombe Publications.

Cartel técnico 4.5 - Ensilaje de Cratylia argentea: una alternativa para la alimentación en la época seca en Costa Rica - P.J. Argel, M. Lobo di Palma, F. Romero, J. González, C.E. Lascano, P.C. Kerridge y F. Holmann.

P.J. Argel*, M. Lobo di Palma, F. Romero, J. González, C.E. Lascano, P.C. Kerridge y F. Holmann.



*Asesor técnico del CIAT


Apartado 55-2200 Coronado


San José, Costa Rica

E-mail: [email protected]

INTRODUCCIÓN

La leguminosa Cratylia argentea (= C. floribunda, Dioclea floribunda), es originaria de la región al sur del río Amazonas en la falda oriental de los Andes de Brasil, Perú, Bolivia y Argentina. Es un arbusto que se ramifica desde la base del tallo y alcanza una altura de 1,5 a 3,0 m (De Queiroz y Coradin, 1995). Se adapta bien a climas tropicales subhúmedos con temporadas secas de cinco a seis meses, a menos de 1 200 msnm y soporta suelos ácidos de baja fertilidad y alto contenido en aluminio.

Las plantas de C. argentea han demostrado, en varios sitios a baja altura en América tropical, buena regeneración después del corte y adaptación a dificultades locales tanto bióticas como abióticas (Isla, México; La Ceiba, Honduras, y varios lugares en Costa Rica, Colombia y Brasil), y en África occidental (CIAT, 1995). Los organismos nacionales de investigación agrícola junto con el CIAT han realizado ensayos sobre el manejo local y uso forrajero de C. argentea en la región. Los resultados indican que los bancos forrajeros de C. argentea aumentan sus rendimientos con densidades de por lo menos 20 000 plantas/ha. Los valores para digestibilidad (50-60 %) y de PB (20-25 %) fluctúan según las diversas partes de la planta y su estado de madurez. Cuando es cosechada inmadura, el consumo directo de forraje fresco de C. argentea es bajo, pero puede aumentar si el forraje cortado se deja marchitar (Raaflaub y Lascano, 1995).

La utilidad de Cratylia argentea como un suplemento proteico en sistemas de alimentación con cortes frescos de caña de azúcar o lespedeza, para vacas lecheras durante la época seca, ha sido evaluado en una finca de doble propósito en Costa Rica (Argel y Lascano, 1998). Los agricultores están también ensayando la posibilidad de ensilar el excedente de forraje de C. argentea disponible en la época de lluvias.

El presente artículo presenta los resultados obtenidos en ensayos realizados en la estación experimental y de evaluaciones efectuadas en fincas del uso de Cratylia argentea como ensilaje, distribuido como aditivo a raciones de vacas lecheras durante la época seca.

METODO PARA ENSILAR EL FORRAJE DE CRATYLIA ARGENTEA

La idea original de usar Cratylia argentea para ensilar proviene de los agricultores y los investigadores agrícolas en Costa Rica están en la etapa de investigar y producir información para los agricultores para usar su ensilaje. Los agricultores que han comenzado a usar el forraje de C. argentea para ensilar, han desarrollado su sistema propio para la cosecha y el ensilaje. Se cortan mecánicamente las hojas y los tallos de rebrotes de tres a cuatro meses, y luego se les pica en trozos de 2-5 cm de tamaño. Este material se coloca en un silo parva en capas sucesivas, y luego de asegurar una buena compactación, se le cubre herméticamente con una cubierta plástica. Se agrega melaza cuando C. argentea se ensila sola (10-15 % MS), pero se agrega inóculo de ensilaje en una proporción de 1 kg/ton de forraje ensilado cuando se la mezcla con Pennisetum hybridum (proporción de 30:70 leguminosa:gramínea).

ENSILAJE DE CRATYLIA ARGENTEA PARA SUPLIR RACIONES DE VACAS LECHERAS

En algunas regiones de Costa Rica con cinco a seis meses de temporada seca es preciso suplir la ración de las vacas lecheras, con concentrados o camada avícola, para mantener un buen nivel de producción lechera. Pero la carestía de los suplementos tradicionales y el bajo precio de la leche han hecho que los agricultores busquen nuevas opciones para alimentar su ganado. Una opción es reemplazar estos suplementos por el ensilaje de Cratylia argentea en combinación con caña de azúcar o Pennisetum hybridum durante la época seca.

Un primer ensayo fue realizado en la Escuela Centroamericana de Ganadería (ECAG), Atenas, Costa Rica (460 msnm, temperatura anual media 23,7ºC, precipitación anual media de 1 600 mm). Seis vacas lecheras Jersey adultas (50 días postpartum) fueron asignadas al azar a los siguientes tratamientos de un diseño experimental en cuadrado latino con entrecruzamiento de 3 ´ 3:

Cada tratamiento dispuso de un período de 12 días, de los cuales 7 fueron de adaptación y 5 para colectar observaciones. Se empleó concentrado (0,5 % PC) en los tratamientos que recibían C. argentea porque las vacas del ensayo estaban acostumbradas a recibir una ración de concentrado durante el ordeño.

Los resultados, que se presentan en el Cuadro 1, indican que la producción de leche de las vacas que recibían concentrado como suplementos fueron similar a la producción de las vacas cuyo suplemento fue Cratylia argentea, fresca o ensilada. Es importante observar, sin embargo, que el contenido en materia grasa de la leche fue mayor en las vacas que recibían ensilaje de C. argentea. El mayor costo y la menor relación beneficio:costo obtenido con el uso del ensilaje de C. argentea, se explica por el alto costo de la mano de obra incurrido en la ECAG para la cosecha y separado de porciones de C. argentea en su rebrote de seis meses; esto no ocurre en las fincas, tal como lo demuestran los resultados de observaciones en finca.

Un agricultor de la zona costera del Pacífico Central sub-húmeda de Costa Rica, en colaboración con los investigadores, evaluó el uso de Cratylia argentea como ensilaje. Seis vacas doble propósito Swiss Brown ´ Brahma en su tercer mes de lactancia fueron asignadas a tratamientos de un diseño experimental en cuadrado latino con entrecruzamiento de 3 ´ 3:

Los resultados presentados en el Cuadro 2 confirman los resultados obtenidos en la estación: la escasa diferencia entre tratamientos en producción de leche pero el contenido de mayor materia grasa cuando se reemplaza la camada avícola por el ensilaje de Cratylia argentea. Los resultados también indican un menor costo al suplementar con Cratylia argentea fresca o ensilada, lo cual aportaba un mayor beneficio económico al agricultor en comparación con el uso de la camada avícola.

Cuadro 2. Producción media de leche de vacas doble propósito suplementadas con Cratylia, fresca o ensilada y con camada avícola.

Tratamientos

Producción leche (kg/vaca/día

Sólidos totales (%)

M.G. (%)

Costo supl. ($/kg MS)

Relación beneficio: costo

T1 - Cratylia argentea ensilaje

5,1 b

12,3

3,6

0,17

1,58

T2 - Cratylia argentea corte

5,5 a

12,2

3,4

0,11

2,37

T3 - Camada avícola

5,3 a b

11,7

3,0

0,22

1,14

a y b indican diferencias significativas.

Fuente: M. Lobo, V. Acuña y A. López, datos no publicados.

CONCLUSIONES

El uso de Cratylia argentea como ensilaje ha sido una propuesta proveniente de los agricultores con ganado de doble propósito en zonas de colinas en Costa Rica. El uso en la finca del ensilaje de Cratylia argentea como forma de suplir la ración de vacas lecheras se ha demostrado como una opción viable para las pequeñas lecherías, puesto que reemplazan eficazmente el uso de concentrados costosos, y sin efectos negativos sobre el nivel de producción de leche, pero aumentado su contenido en materia grasa. Actualmente se investiga sobre procedimientos para producir ensilajes de Cratylia argentea de alta calidad.

REFERENCIAS

Argel, P.J., & Lascano, C.E. 1998. Cratylia argentea (Desvaux) O. Kuntze: Una nueva leguminosa arbustiva para suelos ácidos en zonas subhúmedas tropicales. Past. Trop., 20: 37-43.

CIAT. 1995. West and Central African animal feed research project Adaptation of Forages in West Africa. Working Document No.145. CIAT, Cali, Colombia.

De Queiroz, L.P., & Coradin, L. 1955. Biogeografia de Cratylia e Areas Prioritárias para Coleta. p. 1-28, in: E.A. Pizarro & L. Coradin (eds) Potencial de Género Cratylia como Leguminosa Forrajera. Memorias del taller de Trabajo sobre Cratylia realizado el 19 y 20 de julio de 1995, Brasilia, DF, Brazil. Working Document No. 158. CIAT, Cali, Colombia.

Raaflaub, M., & Lascano C.E. 1995. The effect of wilting and drying on intake and acceptability by sheep of the shrub legume Cratylia argentea. Trop. Grassl., 29: 97-101.

Cartel técnico 4.6 - Comparación del valor nutritivo de centrosema y pasto Pangola preservados como ensilaje o como heno - Chris Regan

Chris Regan




Northern Territory Department of Primary Industry and Fisheries (NT DPIF)

Darwin, Australia

E-mail: [email protected]

UBICACIóN DEL ENSAYO

El presente ensayo se llevó a cabo en Humpty Doo, aproximadamente a 40 km SE de Darwin, Territorio del Norte, Australia (12°24' S, 131°15' E). La pluviometría anual media fluctúa entre 1 500 y 2 000 mm, y 80 por ciento de la misma ocurre entre diciembre y marzo.

DESCRIPCIóN DEL ENSAYO

Este ensayo comparó los valores nutritivos de centrosema (Centrosema pascuorum) y pasto Pangola (Digitaria eriantha subsp. eriantha) con los correspondientes valores de sus forrajes conservados por siete meses como heno y como ensilaje. El corte de estos forrajes se realizó con corte manual a los 125 días para centrosema y con segadora de disco a los 45 días para Pangola, y luego se les dejó marchitar. Cuando el forraje alcanzó un contenido de MS entre 221 a 865 g/kg se prensó en pacas cilíndricas pequeñas (800 mm largo ´ 450 mm ancho), que luego se sellaron con una cobertura plástica en el caso del ensilaje, pero sin cubierta para el heno. En cada paca se sacaron muestras para analizar su valor nutritivo (MS, MSD, EM, y PB).

Los resultados se detallan en el Cuadro1.

Los valores nutritivos de los forrajes de Centrosema pascuorum y Digitaria eriantha subsp. eriantha disminuyeron a medida que aumentaba el contenido de MS, pero estos valores nutritivos permanecieron estables durante el período de almacenaje. Los ensilajes mostraron mejores valores nutritivos que los henos y la calidad del ensilaje fue buena. El ensilaje de centrosema mostró alto contenido en ácido láctico, menor contenido en ácido acético y escasa producción de ácido butírico asociados con valores altos de pH. El grado de deterioro fue generalmente bajo (11,5 %). En el ensilaje de Pangola la fermentación principal fue etílica, pero la calidad del ensilaje fue también buena, con un contenido mayor de ácido láctico que acético, y escasa producción de ácido butírico asociado con valores altos de pH (4,95). El deterioro fue consistentemente bajo (2,82 %). La producción de nitrógeno amoniacal, que nunca sobrepasó los 60 g/kg de N total, alcanzó sus máximos valores para los ensilajes con menor contenido de MS de ambas especies.

Cuadro 1. Comparación de valores nutritivos de praderas de Centrosema pascuorum y de Digitaria eriantha subsp. eriantha preservadas como ensilado de forraje marchito o heno (1)

(1) Los valores nutritivos tanto para ensilajes como heno corresponden a muestras tomadas a los siete meses de almacenaje. Esto cubre el período total de la época seca. Para quienes se interesen se pueden solicitar al autor los valores nutritivos del forraje al momento en que fueron ensilados y henificados (o sea al comienzo del período de almacenaje).


Ensilaje

Praderas

Marchitez mínima

Marchitez

Marchitez máxima

Heno



Centrosema




MS (%)

23,3


41,4

618

92,2

Digestibilidad (% MS)

55,1


53,4

50,1

42,5

EM (MJ/kg MS)

8,2


7,8

7,3

6,1

PB (% MS)

204


16,1

16,1

13,1

Peso paca (kg)



25,7

15,9

9,7

pH



4,50

4,60


Etanol (g/kg MS)



2,49

1,44


Ácido acético (g/kg MS)



13,99

5,10


Ácido butírico /kg MS)



1,79

0,34


Ácido láctico (g/kg MS)



1661

13,44


Amoníaco N (g/kg N total)



52,30

32,20




Digitaria




MS (%)

22,1

44,3

55,4

63,7

91,9

Digestibilidad (% MS)

59,8

60,8

57,0

55,5

48,7

EM (MJ/kg MS)

9,0

9,0

8,4

8,1

7,1

PB (% MS)

13,0

10,7

10,8

11,3

9,8

Peso paca (kg)


24,8

22,3

18,4

10,7

pH


4,50

4,90

5,40


Etanol (g/kg MS)


16,27

12,52

7,38


Ácido acético (g/kg MS)


4,12

1,87

1,30


Ácido butírico (g/kg MS)


0,45

0,06

0,04


Ácido láctico (g/kg MS)


11,74

5,05

2,52


Amoníaco N (g/kg N total)


40,00

30,70

28,90



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