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INTRODUCCIÓN

“Un penique ahorrado es un penique ganado” (Inglaterra)
“Muchas piedrecitas hacen una montaña” (Corea)
“Ahorra ahora, o nunca” (México)
“Ahorra hoy para un mejor mañana” (Zambia)

Tanto los ricos como los pobres comprenden la importancia del ahorro. Lo mismo que el rico sabe que cuanto más use sus ahorros para financiar sus negocios, su inversión crecerá con mayor independencia y seguridad, también el pobre sabe que debe ahorrar lo suficiente de la cosecha de este año para sembrar el próximo y para satisfacer las necesidades alimentarias de su familia.

Los pobres se enfrentan con más dificultades para ahorrar que los menos pobres, debido a que tienen menos recursos productivos, sus recursos limitados tienen que atender distintas exigencias que compiten entre sí, y tienen poco o ningún acceso a servicios seguros de ahorro. Sin embargo, para los pobres, el ahorro es una condición previa indispensable para mejorar sus vidas.

Las personas que ahorran se comportan de forma diferente de las que no lo hacen. Si uno cuenta con recursos seguros a los que recurrir en tiempo de necesidad, tiene más posibilidades de afrontar imprevistos y emergencias, así como para planificar un futuro mejor. Por ello, para que los pobres puedan mejorar su capacidad de ahorrar más eficientemente, tienen que ser más capaces de planificar su propio desarrollo a fin de invertir en él y administrarlo.

La experiencia ha demostrado que los enfoques de grupo para el ahorro pueden llevar a los pobres a ahorrar con eficiencia, especialmente cuando es difícil el acceso a servicios de ahorro como bancos u otros servicios financieros.

Al ahorrar en grupo, los miembros pueden conseguir un acceso más rápido y a una cantidad mayor de los recursos comunes acumulados, que si hubieran ahorrado ellos solos.

En segundo lugar, al ahorrar como grupo, los miembros pueden protegerse contra exigencias financieras no deseadas procedentes de amigos y familiares. Esto es importante en muchas zonas rurales donde hay intensas presiones familiares y sociales para compartir todos los recursos.

El grupo puede ofrecer también un entorno más seguro para guardar el propio dinero. En muchas zonas rurales, la gente no tiene acceso a los bancos u otros servicios de custodia segura del dinero. No les queda, pues, más remedio que esconder el dinero en el hogar o dejárselo en custodia a un amigo, alquilar un depósito de dinero con costos y riesgos elevados, ahorrar en especie o no ahorrar en absoluto.

El ahorro en grupo, a la vez que puede ayudar a cada miembro a satisfacer sus necesidades financieras personales, puede hacer también que los grupos de autoayuda sean económicamente más sólidos y sostenibles en cuanto organizaciones. Hay pruebas que demuestran que los grupos de autoayuda que tienen programas activos de ahorro conseguirán con mayor probabilidad sus metas independientemente, sin depender de ayuda exterior. La razón de ello es que pueden movilizar sus propios recursos y, por consiguiente, invertir en actividades que pueden gestionar ellos mismos.

¿Por qué este libro?

Este libro es el cuarto de una serie de manuales de campo de la FAO sobre el desarrollo de grupos de pequeños agricultores. Los tres primeros:

tratan los temas de la formación de grupos, la gestión de empresas de grupo y el desarrollo de asociaciones entre grupos. Los tres manuales dedican cierta atención al tema del ahorro basado en grupos, pero no lo exponen con detalles y amplitud suficientes. Este manual trata de colmar ese vacío.

La finalidad de esta publicación es ayudar a los pobres a fortalecer su capacidad de acumular capital productivo mediante grupos de ahorro, especialmente en zonas donde no existen servicios financieros oficiales, y ayudar a los grupos de autoayuda existentes a establecer sus propias actividades de ahorro. Se presenta la información de forma fácil para el lector, con ilustraciones y ejercicios para grupos.

El hecho de que el libro se centre en los enfoques de ahorro de grupo no debe interpretarse, sin embargo, en el sentido de que otros enfoques del ahorro no son importantes. El enfoque de grupo para movilizar el ahorro puede tener sentido en un determinado momento de la vida de una persona, dependiendo de sus necesidades y su capacidad de acceder a otros servicios, pero no en otros momentos o contextos.

Por ejemplo, el ahorro en especie puede ser un método preferible en algunas aldeas, mientras que el depositar los ahorros en un banco puede ser una opción mejor para quienes tienen acceso a tales servicios. No obstante, confiamos en que los enfoques de grupo para el ahorro puedan tener una notable ventaja para ayudar a los pobres a acumular recursos en los casos en que es difícil el acceso a los servicios financieros oficiales.

Lectores a los que se destina

Se espera que el manual sea útil para:

Estructura del manual

El manual está dividido en dos partes:

Parte A: AHORRO, en la que se examinan las ventajas e inconvenientes del ahorro en grupo, así como las limitaciones y posibilidades que han de estudiarse al iniciar una actividad de este tipo, y se describen algunos métodos de ahorro en grupo utilizados comúnmente.

Parte B: HERRAMIENTAS, en la que se hace una descripción de los distintos instrumentos que pueden utilizarse para recoger información sobre la aldea cuando se inicia una actividad de ahorro, para mejorar los conocimientos de gestión financiera de las distintas personas, para planificar la inversión y el crecimiento, y para realizar el seguimiento y la evaluación de la actividad de ahorro.

NOTA: Las herramientas incluidas en la Parte B no son las únicas que pueden utilizarse y no deberán considerarse obligatorias para iniciar una actividad de ahorro. Pueden utilizarse o no según la situación local. Alentamos a los usuarios a que adapten los métodos del manual para aplicarlos a sus propias situaciones y necesidades de ahorro. Puede ser también útil simplificar el texto o traducirlo a un idioma local, y utilizar ilustraciones y ejercicios más apropiados.


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