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ESTUDIO DE CASO 6: La agricultura orgánica y el sustento rural en el Distrito de Iganga, Uganda


Antecedentes

Ubicación y cobertura del proyecto

El proyecto «Erradicación de la pobreza a través de las tecnologías sustentables en el medio ambiente» (PEEST) se implementó en el Distrito de Iganga a partir de junio de 1997 a cargo de la Red Africa 2000[319]. El objetivo del proyecto es combatir la degradación del medio ambiente promoviendo el desarrollo sostenible para mejorar el sustento de los pequeños agricultores del Distrito. El Distrito de Iganga[320] está ubicado al este de Uganda entre las latitudes 10 00’ S - 10 06’ N y las longitudes 330 57’ E - 330 12’ E. El promedio de precipitaciones anuales es de aproximadamente 1 250 mm a lo largo de 100 - 130 días por año y se asocia principalmente con las bajas presiones de abril-mayo y septiembre- noviembre. Los suelos son predominantemente ferralíticos con suelo franco arenoso marrón rojizo. La roca madre de los suelos es gneis, granito y cuarcita. Los suelos del Distrito son poco profundos y representan casi las últimas etapas de la acción de los elementos y, debido a la prolongada filtración, son de baja y mediana productividad[321]. Se caracteriza por la ondulación de sus cerros de cimas planas con pendientes que oscilan entre los dos grados en las cuestas más bajas, cinco grados en las medianas y doce grados en la cima. Los cerros están separados por amplios valles, ocupados por pantanos sin drenaje o que se vacían a través de arroyos de aguas mansas[322].

El Distrito tenía una población de 944 000 de acuerdo con las cifras del último censo del año 1991 y su tasa de crecimiento anual era de 3,5 por ciento, superando al promedio nacional de 2,5 por año[323]. Es uno de los distritos de Uganda más densamente poblados con unos 200 habitantes por km2. La situación de la población se agrava con la naturaleza polígama de muchas de las familias, lo que hace que el tamaño de la familia supere el promedio nacional de siete. El 95,4 por ciento de la población del Distrito es rural y el 85,3 por ciento de los hogares depende de la agricultura como medio de vida, con sólo un 6,5 por ciento que participa en otros oficios[324]. La agricultura de subsistencia en pequeña escala ocupa 3 949 km2 mientras que la de gran escala ocupa sólo 19,4 km2[325]. Las propiedades tienen un promedio de dos hectáreas y mantienen una familia de ocho miembros[326]. Se siembra con los sistemas tradicionales una gran variedad de cultivos para alimentos y para vender. Los más importantes son batata, mandioca, maíz, banana, arroz, ñame, regaliz, mijo, sorgo, frijol, maní, poroto de soya, simsim, tomates, repollo, ananá y los cultivos comerciales tradicionales de café y algodón[327]. Una granja típica de este distrito incluye algunos cultivos perennes, como el café y la banana, árboles frutales (naranjos, mangos, paltas, jaqueiras y papayas) y árboles de sombra como el Ficus natalensis y Albizia sp. que crecen contiguos a la casa en una superficie que abarca aproximadamente el 25 por ciento de toda la propiedad. El resto de la tierra está con cultivos anuales y en barbecho. Las familias tienen pequeñas cantidades de animales que pueden incluir 1 - 10 cabezas de ganado, 2 - 10 cabras, 2 - 4 ovejas, 1 - 5 cerdos y más de 10 gallinas[328]. El ganado y las gallinas están sueltos mientras que las cabras, cerdos y ovejas en general se mantienen encerrados y reciben alimentación suplementaria con los restos de los cultivos de la granja. Las gallinas son muy comunes en el Distrito y casi todos los hogares tienen algunas. Los animales son muy apreciados por su carne, leche, función social y como una reserva económica.

Los sistemas agrícolas tradicionales que emplean los agricultores son de secano e integran árboles con cultivos y animales en el mismo terreno, con distintas combinaciones y rotaciones. La principal fuente de mano de obra agraria es la familia integrada por el esposo, esposa, hijos y todos los miembros del clan familiar que puedan estar viviendo en la casa. Sólo el 6 por ciento de los agricultores usan mano de obra contratada mientras que el 7 por ciento usan bueyes. Se utilizan herramientas agrícolas simples como azada de mano, machete, hacha, desmenuzadoras y pala. Casi todos los agricultores usan sus propias semillas de la temporada anterior excepto el algodón, que se compra o se obtiene a través de la Organización para el Desarrollo Algodonero.

Labalab y materia seca como estiércol en el campo de plátano de la Sra. Ssebuliba

Según los años de instrucción escolar, el índice de alfabetismo en los hombres es del 60,5 por ciento mientras que sólo el 40,7 por ciento de las mujeres sabe leer y escribir[329]. Sin embargo, la experiencia de campo indica que muchas de estas personas, consideradas alfabetizadas según el censo, han perdido su instrucción a lo largo del tiempo. El proyecto abarcó 23 465 familias entre 1997 y 1999 pero las actividades intensivas de capacitación, extensión y crédito (en especie) llegaron a 10 000 familias.

Biodiversidad

La vegetación más predominante es el mosaico de bosque/ sabana que consiste en una mezcla de restos de selva tropical y árboles de sabana con una capa de pastos y arbustos. Esta combinación es el resultado de la tala de los bosques originales para agricultura, pastoreo, madera y combustible. La flora y fauna del Distrito se encuentra en dos zonas protegidas, la «reserva forestal de Busoga» y la «reserva forestal de Bukaleba», y en tierras privadas con vegetación natural. Incluye ciervos rojos, búfalos, hipopótamos, cocodrilos, monos, mandriles, antílopes, cerdos salvajes y muchas aves.

El Distrito está situado en una zona baja con una red extensa de pantanos y ciénagas con juncos de papiro y otras especies acuáticas. Con una superficie de 1 215 km2, estos pantanos se vierten al sur del Lago Victoria y al norte del Lago Kioga y son el hábitat de una importante flora y fauna, como por ejemplo el antílope sitatuga, Clarias sp., Protopterus aethiopicus, Mormyrids sp., la grulla con cresta, el ambatch, aguilas, el cucú de pico amarillo. Las tierras pantanosas también modifican las condiciones climáticas, fijan el dióxido carbono, regulan las corrientes del agua de lluvia, actúan como una trampa de sedimentos y nutrientes y retienen los materiales tóxicos de los residuos de los afluentes. En estos lugares se realizan una serie de actividades, tales como la pesca y la recolección de materiales para combustible, artesanías y construcción que se extraen del Cyperus papyrus, Cyperus latifolius, Cladium jamaicense, Phoenis reclinata y Raphia farnifera. Las tierras inundadas también se usan para el pastoreo comunal durante la estación seca.

El distrito de Iganga pertenece a la cuenca del río Nilo e incluye los Lagos Victoria y Kioga. La deforestación y el drenaje de los pantanos afectaron el microclima local y la circulación regulada de agua en el sistema del río Nilo. La erosión del suelo contribuye al aterramiento del río Nilo y los lagos relacionados. El Río Nilo y los Lagos Victoria y Kioga son el sustento de millones de habitantes en Uganda, Tanzania, Sudán y Egipto.

Los pequeños agricultores dependen en general de la producción de variedades autóctonas (batatas, Dioscorea sp., mijo, frijol de palo, frijol chino, Capsicum frutescens, arrurruz, berenjena, etc,) y de su propagación de semillas. Por esta razón, los agroecosistemas del Distrito de Iganga constituyen zonas de conservación de la biodiversidad agrícola in situ muy importantes mundialmente.

Los pequeños agricultores dependen en general de la producción de variedades autóctonas y de su propia propagación de semillas.

Análisis de la situación

Desde la década de los setenta los ecosistemas agrícolas y naturales se han ido degradando debido al rápido crecimiento demográfico y al deterioro de la situación económica. A medida que la población aumentaba, los bosques naturales y los pantanos se fueron despejando para actividades agrícolas, leña, madera y asentamientos de pobladores. Los pantanos se convirtieron en tierras agrícolas para cultivos de arroz, caña de azúcar, ñame, mijo, batata y producción de hortalizas. En 1997, había 591 km2 de zonas pantanosas convertidas, lo que representa aproximadamente un tercio de la superficie previa. La tala de los bosques y la recuperación de los pantanos modificó los ecosistemas naturales, destruyendo la biodiversidad, reduciendo la capa freática y alterando la dinámica del desplazamiento de las aguas. Con el tiempo, disminuyó la flora y la fauna y los suelos de los pantanos se secaron, o se redujeron y se volvieron estériles debido a la oxidación y a la precipitación de ácidos o sales[330].

El desmonte generalizado de los bosques, montes y zonas anegadizas produjo una mayor escasez de leña para combustible, de madera para distintos usos y de agua potable de los pozos naturales y de los arroyos. La gran erosión del suelo que se deposita en el Lago Victoria está destruyendo las zonas de reproducción de peces en las orillas de los lagos.

En el año 1997, muchos agricultores del Distrito de Iganga enfrentaban altos niveles de pobreza (mayores que el promedio nacional del 45 por ciento de personas que viven por debajo de la línea de pobreza con un dólar por día) y de inseguridad alimentaria. Las causas son múltiples:

La creciente población rural extendió sus fronteras agrícolas a los ecosistemas de bosques naturales y de zonas anegadizas. El Distrito sufre ahora sequías locales más frecuentes, los manantiales se secan más rápido durante la estación seca y la escasez de madera para combustible se convirtió en un problema serio.

La degradación de los recursos naturales debido a las prácticas de cultivo inapropiadas, como por ejemplo, períodos de barbecho breves, corte y quema, exceso de pastoreo, monocultivo y abuso de agroquímicos, tuvieron como consecuencia rendimientos bajos y pasturas degradadas.

Una mayor escasez de madera de combustible. El 95 por ciento de la energía que se consume en el distrito se obtiene de la biomasa forestal, incluyendo principalmente la producción de leña y carbón para cocinar, para alumbrado y para el procesamiento de pescado[331]. La energía es un tema muy crítico en la comunidad, porque las fuentes de biomasa leñera se van agotando rápidamente y la biomasa agrícola, que se podría utilizar para reponer la fertilidad del suelo, también se usa para combustible.

Organizaciones de agricultores poco sólidas que producen un capital social bajo. El gran movimiento cooperativo que se había desarrollado en el curso del tiempo fracasó en los años 70 debido a la interferencia del Gobierno, con la designación de dirigentes y la consecuente destrucción de su base democrática, y la falta de pago de los productos agrícolas enviados a organismos gubernamentales a través del movimiento cooperativo.

Insumos agrícolas caros y en general inadecuados.

Servicios de extensión inadecuados y/o inaccesibles.

Sistemas de comercialización deficientes.

Falta de acceso a los créditos.

Pronunciada desigualdad de los sexos.

Esta es la situación reinante en la región. Sin embargo, dispone de una infraestructura vial relativamente buena; está ubicada sobre la autopista de Kampala - Mombasa y tiene un acceso fácil a los principales mercados de productos básicos agrícolas de Kampala y Kenia. La zona también cuenta con fertilizantes inorgánicos y agroquímicos sintéticos, muy promocionados por los servicios de extensión del Gobierno con apoyo de Sasakawa Global 2000, una ONG internacional. Sin embargo, esta campaña enérgica es inútil porque se basa en el enfoque habitual de imposición de órdenes e ignora la limitación en el uso de los fertilizantes inorgánicos por parte de los agricultores. Este estado de cosas socavó los medios de vida de los habitantes y se debió encontrar un nuevo enfoque que solucionara esta situación de deterioro.

A principios de la década de los noventa, la Red África 2000 (A2N) brindó apoyo a un grupo de agricultores, la «Asociación Comunitaria para el Desarrollo Rural (CARD), para mejorar la productividad de sus sistemas agrícolas por medio de tecnologías y prácticas de la agricultura orgánica (llamada «agricultura sostenible» en el proyecto) como alternativas de los métodos convencionales. Este proyecto piloto tuvo un éxito impresionante entre los agricultores quienes lograron más seguridad alimentaria, mayores ingresos y aumentaron el capital social y la productividad de sus recursos naturales. Esto atrajo la atención e interés de agricultores, dirigentes locales e investigadores y en 1997, la A2N, con apoyo de las autoridades y agricultores del distrito, estaba en condiciones de lanzar un proyecto para beneficiar a muchos otros grupos agrícolas.

Propósitos y objetivos del proyecto

El proyecto de tres años para la Erradicación de la pobreza a través de las tecnologías ambientalmente sostenibles comenzó en 1997 con el propósito de mejorar los medios de subsistencia de los pequeños agricultores por medio del aumento de la productividad agrícola y del manejo sostenible de los recursos naturales.

Los objetivos específicos del proyecto eran:

aportar conocimientos y habilidades para que las comunidades puedan manejar su medio ambiente y sus recursos naturales de una manera sostenible;

contribuir a que las comunidades del Distrito mejoren su alimentación y seguridad alimentaria y aumenten sus ingresos y la producción de madera para combustible;

garantizar la participación activa y conjunta tanto de hombres como de mujeres para la mejora del bienestar familiar;

garantizar que se reproduzcan proyectos y prácticas exitosas, cuando las condiciones lo permitan, y evitar la repetición de los fracasos.

La A2N buscaba facilitar que los agricultores mejoraran la sostenibilidad de los sistemas agrícolas mediante tecnologías que aumentaran el uso eficiente de los recursos agrícolas disponibles, redujeran las pérdidas innecesarias del sistema, incrementaran la productividad de los recursos naturales a través de la maximización de los insumos naturales en el sistema, facilitaran el acceso a los insumos orgánicos y promovieran los cultivos autóctonos y las variedades resistentes a las enfermedades. Para lograrlo, se realizaron importantes inversiones en términos de capacitación y servicios de extensión. La empresa patrocinante holandesa, Cordaid (formalmente Bilance), ha estado financiando el proyecto desde 1997 y se obtuvo cooperación técnica externa del Centro Internacional para la Investigación de la Agroforestación (ICRAF), el Centro para la Agricultura Tropical (CIAT), el Programa de Fertilidad y Biología de los Suelos Tropicales (TSBF), el Instituto de Investigación Agrícola de Kawanda (KARI) de la Organización para la Investigación Agrícola (NARO), el Departamento de la Ciencia del Suelo de la Universidad de Makerere y la Unidad de gestión de las tierras regionales de SIDA que trabajaron conjuntamente para elaborar planes de desarrollo de agricultura sostenible. Los beneficiarios directos de la primera fase fueron aquellos agricultores que ya estaban organizados en grupos. En general se trataba de organizaciones agrícolas de 15 o 50 miembros en 21 grupos comunitarios. En la segunda fase, el proyecto se expandió y prestó sus servicios a los agricultores que no eran miembros de grupos y asociaciones. Esto permitió que el proyecto beneficiara a los agricultores más pobres, que normalmente no pertenecían a las organizaciones comunitarias agrícolas.

Sistema mixto con café, plátano, achira (Canna indica), fruta de la pasión y Calliandra

Actividades y gestión del proyecto

Campañas de concientización

El objetivo era que las comunidades tomaran conciencia de la vinculación que existe entre los recursos naturales y los medios de subsistencia y que adoptaran medidas para recuperarlos. La campaña de concientización incluyó películas de video, reuniones y talleres.

Planeamieto

El proyecto usó la Metodología de Participación Activa para facilitar la planificación. Los agricultores determinaron y describieron qué querían ser en 5 o 10 años, identificaron y analizaron los obstáculos y limitaciones que encontraban y elaboraron soluciones prácticas. Estas ideas se aplicaron en proyectos más pequeños que se debían implementar en las familias y las comunidades. Con ayuda del proyecto, los agricultores comenzaron a desplegar estos pequeños proyectos.

Los agricultores determinaron y describieron qué querían ser en 5 o 10 años, identificaron y analizaron los obstáculos y limitaciones que encontraban y elaboraron soluciones prácticas.

Entrenamiento y servicio de extensión

Cubrió aspectos de la agricultura sustentable y el manejo de los recursos naturales con el fin de ampliar los conocimientos y las destrezas técnicas de los agricultores y así estar más preparados para enfrentar los desafíos de las condiciones naturales y socioeconómicas cambiantes. La capacitación se dividió en dos secciones:

Parte 1: Incluyó la capacitación en tecnologías de manejo del suelo orgánico, por ejemplo: producción y manejo de compost, recubrimiento con paja y hojas secas, barbechos mejorados con leguminosas fijadoras de nitrógeno, y tecnologías de agroforestación, captación de aguas de lluvia y control de la erosión del suelo.

Parte 2: Se realizó a continuación de las sesiones de planificación anteriores e incluyó la capacitación en cultivos, agroforestación, manejo orgánico de las plagas y cría de animales.

Se llevaron a cabo talleres, demostraciones prácticas e intercambio de visitas con otros agricultores orgánicos de otros distritos. Todo el programa de capacitación se desarrolló en la comunidad, generalmente en los campos de los agricultores y en el idioma local. Durante los cursos, los facilitadores invitaban a los participantes a que contribuyeran con las tecnologías y prácticas que estaban usando y que consideraran provechosas. Se realizaron debates y se ofrecieron propuestas para mejorar los aspectos necesarios. De esta manera, el proyecto pudo incluir los conocimientos existentes de los agricultores. El servicio de extensión en las granjas estuvo a cargo del personal del proyecto y de «instructores agricultores» seleccionados en la comunidad que contaban con la capacitación necesaria y con bicicletas para desplazarse con facilidad en sus aldeas respectivas. A2N elaboró un manual práctico de agricultura sostenible para pequeños agricultores y lo entregó a los grupos agrícolas para que lo utilizaran como material de referencia y consulta.

Documentación, intercambio de información y creación de redes

Esto apuntó a que las comunidades pudieran realizar elecciones bien fundadas en sus intentos de desarrollo agrícola. Las experiencias y el conocimiento de los agricultores se documentaron y publicaron en un boletín trimestral llamado «Notiecología de Uganda». Se organizaron visitas entre los agricultores que participaban en el proyecto y los de otros distritos donde A2N estaba implementando proyectos similares. Esto permitió que aprendieran de las experiencias de los otros en materia de agricultura sostenible. Este intercambio de visitas impulsó a los agricultores a la acción. Al regresar de sus visitas, se sentían siempre más motivados y entusiastas que antes.

Este intercambio de visitas impulsó a los agricultores a la acción.

Esquema de crédito rotativo

Se usó este esquema para permitir que los agricultores pobres adquirieran bienes productivos. Recibieron semillas de legumbres (Calliandra, lablab, Sesbania sesban, Mucuna, Carnavalia, Tephrosia, Styloanthes, Siratro) para el manejo de la fertilidad del suelo y para forraje; material de plantación de variedades mejoradas (por ejemplo, porotos, maíz, maní, mandioca, banana y pasto elefante); animales (por ejemplo, conejos, cabras y novillos) y variedades agrícolas autóctonas (por ejemplo, ñame y regaliz) que eran escasas en la región.

Desarrollo organizacional

Los grupos de agricultores se capacitaron en Gestión Organizacional y se fortalecieron en el logro de sus objetivos y como agentes eficientes para ofrecer servicios y forjar alianzas con agencias e instituciones de desarrollo.

Conservación de la energía

Los agricultores recibieron capacitación en construcción y en el uso de cocinas eficientes como la «cocina Lorrena», Estas estufas requieren entre un 50 y un 70 por ciento menos de madera para combustible y mejoran el ambiente donde se cocina, reduciendo de esta manera los riesgos para la salud. Las tecnologías agroforestales promocionadas también estaban dirigidas a generar una biomasa para combustible.

Sensibilización de género

Se tuvo en cuenta este tema con el fin de mejorar las relaciones entre los sexos y reducir las desigualdades en los hogares y en las comunidades, en términos de acceso y manejo de los recursos. Esto permitiría una participación y cooperación eficaz de ambos géneros en el manejo de sus recursos naturales. La región se caracteriza por una grave desigualdad entre sexos donde las mujeres realizan la mayor parte del trabajo en los campos, pero en muchos casos no tienen ni voz ni voto con respecto a cómo se utilizan las ganancias de su trabajo.

Cuatro especialistas en desarrollo agrícola establecidos permanentemente en la región coordinaron las actividades, junto con 26 «instructores agricultores» contratados en la comunidad, quienes trabajaron para motivar y brindar servicios de extensión a los agricultores de los alrededores. Tres funcionarios de A2N[332] aportaron soporte técnico y administrativo desde las oficinas de Kampala.. También se obtuvo asistencia técnica de los científicos de ICRAF, CIAT, TSBF, KARI/NARO y la Universidad de Makerere que se unieron al proyecto en distintas oportunidades.

En julio del año 2000, después de tres años de haberse iniciado el programa, se llevó a cabo una evaluación de las tareas realizadas[333]. Se consideró que el proyecto era muy positivo pero se indicaron las recomendaciones siguientes para la Fase 2:

Como la estrategia de movilización se aplicó en los grupos, no alcanzó a los agricultores más pobres, ya que ellos no pertenecen a ninguna organización agrícola. Se recomendó que la movilización se realizara en las aldeas y se utilizaran los dirigentes comunitarios como la mejor manera de motivar a los sectores más pobres.

Se debería introducir un componente funcional de alfabetización de adultos para que los miembros de la comunidad analfabeta pudieran participar con eficacia en el proyecto. Mientras tanto, la metodología de capacitación debía poder beneficiar también a los agricultores analfabetos.

La conciencia de género debería intensificarse.

Los «instructores agricultores» deberían capacitarse en los métodos de extensión participativos y deberían recibir certificados acreditando dicha formación. No deberían estar sobrecargados con tareas de movilización y extensión ya que esto redunda en perjuicio de sus propias granjas.

El proyecto debería apoyar el fortalecimiento de las organizaciones agrícolas y la comercialización.

Debería continuar con su tarea de conseguir créditos para los agricultores.

Las campañas de movilización, concientización y capacitación se realizan en las aldeas, e incluyen a los agricultores pobres que no pertenecen a los grupos organizados.

A partir de la experiencia recogida, el proyecto emprendió la Fase 2 con los objetivos siguientes:

consolidar los logros de la Fase 1;

movilizar y facultar a los pobladores más pobres para que participen con eficacia en las actividades destinadas a promover el desarrollo sostenible de la agricultura;

fortalecer la capacidad de los distritos para que promuevan el desarrollo sostenible de la agricultura;

afianzar la organización agrícola para mejorar el capital social y las oportunidades de comercialización.

La Fase 2, a lo largo de sus tres años, fortaleció las asociaciones con las instituciones técnicas e incluyó a un nuevo socio, el Instituto de Agricultura Orgánica de la Universidad de las Ciencias Agrícolas de Austria. También se unió al proyecto personal gubernamental que se capacitó en el uso de las tecnologías y prácticas orgánicas en los lugares de trabajo. En la actualidad, el proyecto se implementa junto con los gobiernos locales del Distrito. Las campañas de movilización, concientización y capacitación se realizan en las aldeas, e incluyen a los agricultores pobres que no pertenecen a los grupos organizados. Estos cambios posibilitaron que el proyecto contara con mayor capacidad técnica, más apoyo político y recursos materiales y por lo tanto un mayor alcance en la población del distrito. A su vez, esto tuvo una enorme influencia en el ecosistema a medida que se propagan las prácticas y tecnologías de manejo sostenible de los recursos naturales en un área más amplia.

Análisis y lecciones aprendidas

Se hizo un seguimiento continuo del proyecto durante todo el proceso de implementación y cuando fue necesario se introdujeron los cambios de enfoque pertinentes. Esto garantizó que el proyecto siguiera su curso y solucionara las limitaciones más importantes. A los tres años se realizó una evaluación a cargo de un facilitador externo[334]. Los resultados mostraron que el proyecto había hecho importantes aportes para la solución de los problemas ambientales de la comunidad y había colaborado con los agricultores en sus esfuerzos por mejorar sus medios de subsistencia a través de una mayor seguridad alimentaria, mejores ingresos y una mejor calidad de sus recursos naturales. La primera fase aumentó la conciencia ecológica de la comunidad, equipó a los agricultores con conocimientos y capacidades analíticas sobre su medio ambiente para manejar de manera sostenible sus recursos agrícolas y naturales. Esto se tradujo en una mayor productividad de los recursos naturales. La evaluación recomendó que el proyecto se extendiera a una próxima fase (a partir de julio del año 2000) para que pudiera incluir a muchos más agricultores del Distrito, resolver el problema del analfabetismo y fortalecer las organizaciones agrícolas.

La continuidad del proyecto tiene como propósito posibilitar que los agricultores recuperen la productividad de sus tierras empobrecidas. Las tecnologías y prácticas, adaptadas a las condiciones de la región, redujeron la erosión de los suelos, conservaron la humedad del suelo, permitieron que se evitara la pérdida de los nutrientes de la tierra, mejoraron la fertilidad y en consecuencia aumentaron la productividad agrícola. Al mejorarse la fertilidad del suelo, los agricultores no tuvieron que seguir ganando tierras a los bosques y zonas pantanosas. Ahora pueden producir productos agrícolas adecuados en sus propias tierras. Las nuevas tecnologías agroforestales aumentaron el abastecimiento de forraje y de madera para combustible y mejoraron la fertilidad de los suelos, mientras que la nueva cocina redujo la demanda de leña. La promoción de las variedades autóctonas contribuyó a que se mejorara la seguridad alimentaria y la conservación de la agrobiodiversidad local. De los 10 000 agricultores que participaron en la primera fase del proyecto, el 99 por ciento incrementó su abastecimiento de alimentos y el 89 por ciento mejoró sus ingresos. De estos últimos, el 44 por ciento señaló que esto se debió exclusivamente a los beneficios del proyecto[335]. El 61 por ciento de los agricultores observaron un marcado ahorro tanto de esfuerzos como de dinero para obtener leña para combustible como consecuencia de las nuevas cocinas y las tecnologías de agroforestación. El aspecto más significativo, pero en general ignorado, fue el caudal de conocimientos y habilidades con el que fueron dotados los agricultores y que incrementó su autoestima y su confianza como agentes de su propio desarrollo.

El efecto general del proyecto sobre el ecosistema fue la reducción de la presión en los recursos de los bosques y los pantanos de la región porque debido al aumento de la productividad, cada vez más agricultores pueden obtener los recursos adecuados para su subsistencia, como por ejemplo leña y alimentos, de sus propias granjas. El proyecto se encuentra ahora en su segunda fase de implementación con el objetivo de incluir a un total de 50 000 hogares en el distrito. Los agricultores propagan las prácticas y las tecnologías de cultivo orgánico y de esa manera se multiplican los aportes de la agricultura orgánica al ecosistema del Distrito.

Al mejorarse la fertilidad del suelo, los agricultores no tuvieron que seguir ganando tierras a los bosques y zonas pantanosas.

Limitaciones y dificultades

El mayor obstáculo fueron los bajos niveles de alfabetismo en la mayoría de las mujeres. Esto limitó la participación en los cursos de capacitación y en el registro de datos para referencia y estudio futuros. Sin embargo, con la ayuda de medios visuales se hizo todo lo posible para que la capacitación fuera práctica. En la segunda fase del proyecto se incorporó la campaña de alfabetización adulta. Los agricultores también señalaron que las prácticas y tecnologías de la agricultura orgánica, si bien son muy apropiadas para sus circunstancias, requerían en los comienzos grandes inversiones de trabajo y ellos no disponían de las herramientas apropiadas (por ejemplo, palas, carretillas y azadones). Este problema es un claro indicador de los niveles de pobreza de la región ya que las herramientas mencionadas son las herramientas agrícolas básicas. El proyecto proporcionó algunas herramientas a crédito pero el mensaje fue que los agricultores trabajaran para aumentar sus ingresos y poder comprarlas con sus propios ahorros.

A diferencia de otras regiones donde los grupos agrícolas y el trabajo grupal son prácticas bien instituidas que permiten enfrentar tareas que constituyen un reto, tales como la creación de una estructura de control de la erosión del suelo, la organización social de Iganga es todavía fuertemente individualista y cada familia trabaja por su cuenta. A partir de las experiencias realizadas en otros lugares de Uganda, los responsables del proyecto fueron concientes de este problema y trabajaron para educar a la comunidad en la conciencia de género. También se estimuló la participación de todos los miembros de la familia en las diversas actividades de capacitación y en las visitas de intercambio a otras granjas con el propósito de eliminar las diferencias en el acceso al conocimiento y la información, causa parcial de la desigualdad. El objetivo era mejorar la participación de todos los miembros de la familia en las actividades agrícolas en lugar de dejar la carga sobre las mujeres y niños. Pero la conciencia de género está directamente relacionada con un cambio de actitud y en general lleva tiempo para que se puedan apreciar los resultados. En las familias donde el mensaje fue aceptado, no se observaron problemas con el trabajo, ya que todos los miembros participan en las actividades de la granja y, a veces, invierten parte de los ingresos para contratar mano de obra externa.

La mayor inversión de trabajo es en general al comienzo de la implementación de las tecnologías orgánicas. Con el tiempo, a medida que la granja se estabiliza, se reduce la carga de trabajo.

El índice de adopción de las tecnologías y prácticas varía de agricultor en agricultor pero está directamente relacionado con el grado de armonía que hay entre los sexos en el seno familiar, la disponibilidad de mano de obra en la familia, la superficie de la tierra y la incidencia de los problemas de salud, por ejemplo, malaria y HIV/SIDA, que afectan las actividades agrícolas. Además, la mayor inversión de trabajo es en general al comienzo de la implementación de las tecnologías orgánicas. Con el tiempo, a medida que la granja se estabiliza, se reduce la carga de trabajo. Esto es muy evidente en los hogares de las regiones donde se desarrolló el proyecto.

El principal obstáculo para mejorar las relaciones entre los sexos es el problema de la poligamia, con numerosos hombres que tienen más de una esposa. Esto limita la efectividad de los mensajes de género ya que son contrarios a la práctica de la poligamia, que se basa en el control y el sojuzgamiento.

El proyecto trabajó en el nivel de la comunidad y requirió una gran inversión en tareas de concientización comunitaria y ambiental. Estas actividades demandaron mucho tiempo, algo difícil de manejar en un proyecto que tiene objetivos temporales precisos. En el proceso, aquellos que por una razón u otra son lentos para responder, van quedando excluidos. En segundo lugar, la promoción de la agricultura orgánica requiere mucho tiempo en servicios de capacitación y extensión en comunidades desmoralizadas por experiencias anteriores con programas gubernamentales. Se dedica un gran esfuerzo para crear la confianza necesaria no sólo en el proyecto sino en el enfoque de la agricultura.

Lecciones aprendidas

En la mayoría de los casos, las tecnologías que se promovían no eran nuevas sino sólo una mejora de los propios métodos tradicionales de los agricultores. Por ejemplo, los agricultores siempre usaron la materia orgánica y técnicas de agroforestación para mejorar la fertilidad de los suelos. El proyecto sólo capacitó a los agricultores para que pudieran mejorar su manejo de la materia orgánica y reducir las pérdidas de nutrientes en el sistema a través del compost y de mejores barbechos usando leguminosas fijadoras de nitrógeno, abono verde y arbustos de rápida maduración agroforestal. Los recursos necesarios para aplicar estas tecnologías estaban al alcance de los agricultores y requerían mayormente un esfuerzo adicional (mano de obra) y determinadas técnicas básicas.

Los suelos arenosos, característicos del Distrito, son generalmente de baja fertilidad y tienen un alto índice de filtración. Rápidamente respondieron al nuevo manejo de la materia orgánica generando más nutrientes y aumentando su capacidad de retención de la humedad. En consecuencia, los resultados de los esfuerzos de los agricultores se pudieron observar en poco tiempo y con mucha claridad. Lograron la seguridad alimentaria en un plazo breve y comenzaron a aumentar sus ingresos familiares.

La política nacional agraria propugna la seguridad alimentaria a través de la comercialización de la agricultura de subsistencia[336]. Esto significa invariablemente que se produzcan monocultivos destinados al mercado. En una situación de precios agrícolas volátiles sin garantías de precios mínimos, esta puede ser una vía muy peligrosa. Con este proyecto, los agricultores pudieron obtener seguridad alimentaria por medio de la recuperación de sus recursos naturales y aumentaron la producción de diversos cultivos alimentarios. Con una seguridad garantizada, comenzaron a comercializar algunos de sus productos. La queja más generalizada de la segunda fase del proyecto ha sido el problema de la comercialización. Los agricultores obtenían precios bajos porque iban al mercado individual y por lo tanto con una capacidad de negociación limitada. Usaban los mercados locales de la región que en general estaban a cargo de intermediarios, hombres y mujeres.

Los recursos necesarios para aplicar estas tecnologías estaban al alcance de los agricultores y requerían mayormente un esfuerzo adicional (mano de obra) y determinadas técnicas básicas.

La capacitación fue participativa y práctica y se basó en los conocimientos autóctonos de los agricultores, donde éstos aportaban las técnicas en uso. Las visitas y el intercambio de experiencias permitió que los agricultores aprendieran unos de otros. El proyecto había asignado personal dotado de mucha experiencia y conocimientos en todos los niveles, tanto para el trabajo de campo como para las tareas administrativas de A2N. Estos profesionales verificaban que los agricultores recibieran la asistencia para resolver sus obstáculos, y cuando era necesario, ayudaban a que obtuvieran recursos, como por ejemplo, semillas de leguminosas, variedades mejoradas de cultivos y razas de animales que no se conseguían en la comunidad. El plan de implementación del proyecto consideró el reclutamiento de instructores agricultores en la comunidad, que recibían la capacitación correspondiente para movilizar a sus compañeros y brindarles algunos servicios de extensión. Estas personas desempeñaron un papel fundamental en la movilización de los pobladores, brindando conocimientos y creando interés.

Por último, a partir del año 1997, el proyecto recibe el apoyo financiero de Cordaid de los Países Bajos. Esto permitió que el programa pudiera contratar personal técnicamente competente, dedicado, motivado y capaz de trabajar en condiciones rurales. El organismo patrocinante siempre ha entregado los fondos para el proyecto con puntualidad, lo que permite que el personal se concentre en los aspectos organizativos y técnicos de la implementación del proyecto.

Por otra parte, el programa enfrentó muchas limitaciones por causa de las graves desigualdades entre los sexos, debido a la práctica de la poligamia, mencionada anteriormente. Los mensajes que atendían las diferencias de género, como por ejemplo, un mayor control del salario por parte de las mujeres, socavaban el poder necesario para continuar las prácticas poligámicas. Consecuentemente, las familias polígamas no eran receptivas a los mensajes de género. Afortunadamente, las actividades de género del proyecto están enmarcadas en el contexto de la política nacional de equidad de los sexos y por lo tanto no se consideran como defensoras de conceptos foráneos sino de valores nacionales reconocidos.

Los pocos grupos y organizaciones agrícolas con las que se trabajó eran poco sólidos en su estructura. Se habían formado después de la hambruna de 1995- 1996 pero no habían superado las etapas iniciales de formación. Esto significaba que el proyecto debía proveer la mayor parte de los recursos que se necesitaban para las actividades, prácticamente sin ninguna contribución por parte de los agricultores. Las actividades, especialmente las de concientización y capacitación, eran costosas y demandaban mucho tiempo.

A medida que el proyecto fue progresando y comenzó a tener impacto sobre la productividad, surgió el problema de comerciar los productos excedentes. Se trata de un problema serio, ya que hay muchos agricultores que producen pequeñas cantidades pero no se cuenta con organizaciones eficaces que se ocupen de la comercialización. La lección que aquí se rescata es que el fortalecimiento de las pequeñas organizaciones agrícolas es fundamental para promover la agricultura orgánica en las comunidades.

Frijol mucuna y cúmulos de abono en el campo de plátano de la familia Magumba

Los organismos agrícolas más sólidos también juegan un papel importante en la tarea de presionar al gobierno local para que contribuya con el proyecto. En este caso, el proyecto no incluyó en sus comienzos ninguna estructura gubernamental por una serie de razones. La más importante fue que el gobierno local no comprendía bien los conceptos de la agricultura orgánica y además el Distrito atravesaba una época de agitación política con muchas disputas entre las autoridades políticas locales. En la segunda fase, comenzaron a participar los organismos oficiales locales y se obtuvieron algunas contribuciones para el proyecto. Debido al creciente proceso de descentralización en Uganda, los recursos para los servicios de extensión agrícola serán aportados por los subcondados, según las necesidades que determinen los agricultores. Esto exige una sólida organización de los agricultores que les permita definir cómo usar los recursos, contratar a los proveedores de los servicios de extensión, supervisarlos y evaluarlos.

Conclusiones

Los enfoques orgánicos a la producción agrícola contribuyeron en gran manera a la recuperación de los degradados recursos del distrito y en consecuencia a la mejoría de los medios de subsistencia de los hogares rurales. Son muy adecuados para los agricultores pequeños y de escasos recursos económicos y es necesario propagarlos para beneficiar más rápidamente a otros. Sin embargo, sigue siendo un gran desafío el rápido aumento demográfico de una población predominantemente rural. El proyecto reconoció este problema y agregó la «planificación familiar (llamada «Educación para la Vida Familiar») y el HIV/SIDA» en sus intervenciones pero es necesario realizar mayores esfuerzos a el nivel internacional, nacional y doméstico para controlar los índices de natalidad y para proporcionar salidas de mercados para los productos agrícolas. La desigualdad entre los sexos sigue siendo una limitación grave para el desarrollo de la agricultura orgánica ya que afecta la utilización de la mano de obra y la asignación de los recursos. La línea dominante del proyecto ha sido el género e instituyó incentivos para las familias que muestran un grado más alto de igualdad de sexos para promover el cambio. La igualdad de género es un fenómeno social y se requiere tiempo para que tenga efecto sobre las familias.

Desde sus comienzos, el proyecto se concentró en la recuperación de la producción y en general tuvo éxito. Sin embargo, en el año 2000, los agricultores se quejaban de la falta de canales comerciales para sus productos, como consecuencia de la mayor producción. La Fase 2 comenzó a trabajar en la promoción de la comercialización fortaleciendo las organizaciones de agricultores. Es necesario un mayor esfuerzo para conectar los productos orgánicos con los comerciantes e intermediarios nacionales e internacionales y de esa manera los agricultores podrán recibir todos los beneficios de la agricultura orgánica. Este es el estímulo que falta para que la adopción de la agricultura orgánica sea más generalizada en el distrito y en el país.


[319] En 1989, la Sesión Especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la situación económica crítica en África inició el «Programa de la Red África 2000» (A2N) para proporcionar apoyo técnico y financiero a proyectos comunitarios que protegen el medio ambiente y promueven el desarrollo sostenible. Desde su lanzamiento en Uganda en 1990, el A2N apoyó proyectos que vinculan el manejo del medio ambiente y los recursos naturales con mejores medios de vida. En 1997, con el apoyo financiero de BILANCE (un patrocinante holandés), A2N comenzó la implementación del proyecto «Erradicación de la pobreza a través de tecnologías sostenible en el medio ambiente» (PEEST) con las pequeñas comunidades agrícolas del Distrito de Iganga.
[320] En el año 2001 el Distrito de Iganga se dividió en dos distritos: El Distrito de Iganga y el Distrito de Mayuge. El proyecto funciona en estos dos nuevos distritos. En este informe hacemos referencia al viejo Distrito de Iganga.
[321] Harrop y Ollier, 1959.
[322] NEMA, 1999b.
[323] MFEP, 1991.
[324] NEMA, 1999a.
[325] NEMA, 1999a.
[326] NEMA, 1999b.
[327] MAAIF, 1992.
[328] MAAIF, 1993.
[329] NEMA, 1999a.
[330] NEMA, 1999a.
[331] MFEP, 1991.
[332] Estos funcionarios también se ocupaban de proyectos similares en otros siete distritos de Uganda.
[333] Egulu, 1999.
[334] Egulu, 1999.
[335] Egulu 1999; A2N, 1999.
[336] MAAIF y MFPED, 2000.

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