COAG/2003/INF/3


COMITÉ DE AGRICULTURA

17º período de sesiones

Roma, 31 de marzo – 4 de abril 2003

Nota Informativa sobre la Consulta mixta FAO/OMS de expertos sobre la alimentación, la nutrición y la prevención de enfermedades crónicas

Índice



I. Introducción

1. La finalidad de la presente nota informativa es informar al Comité de Agricultura (COAG) de la publicación del informe de una Consulta mixta FAO/OMS de expertos sobre la alimentación, la nutrición y la prevención de enfermedades crónicas. Las recomendaciones resultantes de esta Consulta probablemente tengan repercusiones en el futuro programa de trabajo1 de la FAO, por lo que estarán estrechamente relacionadas con la aplicación de la Estrategia C.1: Opciones en materia de políticas y medidas institucionales para mejorar la eficiencia y la adaptabilidad de los sistemas de producción, elaboración y comercialización, y para satisfacer las nuevas necesidades de los productores y consumidores.

2. La Consulta de Expertos se convocó en Ginebra del 28 de enero al 1º de febrero de 2002. El proyecto de informe de los expertos se distribuyó ampliamente para recabar observaciones de la FAO y la OMS y de todas las partes interesadas, tanto las industrias conexas como los grupos de consumidores y organizaciones no gubernamentales (ONG). Posteriormente se celebraron reuniones en abril de 2002 con esos grupos a fin de obtener de ellos información sobre el informe. A continuación, las partes interesadas celebraron un nuevo período de consultas, que condujo a una nueva reunión de expertos en agosto de 2002 con miras a redactar de nuevo el informe. El proyecto de informe final se publicó el 3 de marzo de 2003 en los sitios web de ambas organizaciones2 y se prevé que la versión impresa se publicará en abril de 2003.

3. Casi todos los países se enfrentan a una epidemia incipiente de enfermedades crónicas no transmisibles. Se estima que estas enfermedades son la causa de 33 millones de muertes prematuras estimadas en el mundo entero debido a enfermedades cardíacas, ataques apopléticos, cáncer, diabetes y obesidad. Las tendencias de la mortalidad indican un aumento considerable de las enfermedades no transmisibles en los países en desarrollo. La Consulta de Expertos se convocó con objeto de centrar la atención en esta epidemia mundial incipiente, examinar los factores que la determinan y formular recomendaciones que puedan contribuir a reducir la incidencia de estas enfermedades. Teniendo en cuenta la mejor información científica disponible, los expertos establecieron objetivos nutricionales actualizados para la población con miras a que se utilizaran en la elaboración de las directrices para la alimentación basadas en los productos alimenticios y en la formulación de estrategias adecuadas para reducir la carga de morbilidad de las enfermedades no transmisibles.

4. Las características y la evolución de esta epidemia dependen de una compleja gama de factores relacionados entre sí, entre ellos los cambios en los hábitos de consumo de los alimentos, los regímenes alimenticios habituales y los estilos de vida. En concreto, este último factor se caracteriza por la reducción de la actividad física, lo cual aumenta el riesgo de obesidad y, por tanto, es un factor causante de otras enfermedades no transmisibles. Los países en desarrollo, especialmente los que están experimentando una transición social y un desarrollo económico rápidos, se enfrentan al mismo tiempo a la “doble carga” de la subnutrición persistente en medio de una epidemia cada vez mayor de enfermedades no transmisibles, lo cual contribuye a la pérdida creciente de años de vida productivos económicamente, afecta al crecimiento económico y hace recaer una carga cada vez mayor en el sector de la atención sanitaria. La nutrición es un factor determinante variable de las enfermedades crónicas no transmisibles, con pruebas científicas que respaldan la opinión de que las alteraciones en la alimentación y la actividad tienen efectos en la salud a lo largo de toda la vida.

II. Resumen de las conclusiones y recomendaciones

5. La Consulta de Expertos examinó la base científica de la relación entre la alimentación, la nutrición y las enfermedades no transmisibles, a partir de la cual se formularon recomendaciones que ayudarían a prevenir la muerte prematura y la discapacidad y a reducir la carga de las enfermedades no transmisibles. La Consulta concluyó que los regímenes alimenticios saludables y una actividad física adecuada eran esenciales para disfrutar de una vida más larga y sana. El consumo de alimentos ricos en nutrientes y la ingesta energética equilibrada, junto con la actividad física necesaria para mantener un peso adecuado, son esenciales en todas las etapas de la vida. Un consumo desequilibrado de alimentos muy energéticos y con bajo contenido de nutrientes esenciales, unido a una actividad física inadecuada, contribuye al exceso de peso y a la obesidad. La cantidad de energía consumida en relación con el gasto energético mediante la actividad física y la calidad nutricional de los alimentos son los principales factores determinantes de las enfermedades no transmisibles.

6. Los expertos indicaron en su informe que la complejidad científica de estas cuestiones no debería oscurecer los mensajes sencillos necesarios para orientar y guiar a los consumidores respecto de un estilo de vida más sano. Se deberían consumir menos alimentos ricos en calorías, especialmente alimentos con un alto contenido de grasas y azúcar, emplear menos sal, consumir más fruta, hortalizas y legumbres, optar por más alimentos de origen vegetal y marino y realizar actividad física.

7. Con objeto de lograr los mejores resultados en la prevención de las enfermedades no transmisibles, los expertos proponen que se reconozca plenamente en las estrategias y las políticas de los gobiernos la función esencial que desempeñan tanto la alimentación como la actividad física, a fin de impulsar una nutrición adecuada y una salud óptima. Asimismo, se debe abordar la necesidad de introducir cambios en las políticas y los programas, de modo que los consumidores puedan tener acceso a opciones más saludables y que éstos las prefieran.

8. Los datos examinados por los expertos indican que un mayor consumo de frutas y hortalizas reduce considerablemente los riesgos de contraer enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer. Señalaron que el riesgo de contraer enfermedades aumentaba a medida que era mayor el consumo de grasas, si bien el consumo frecuente de pescado protegía contra las enfermedades del corazón y los ataques apopléjicos. Llegaron a la conclusión de que la cantidad y la frecuencia del consumo de azúcares libres aumentaban el riesgo de contraer enfermedades dentales. Los expertos resumieron cinco cuestiones principales relativas a la prevención de las enfermedades no transmisibles: i) se confirma que la alimentación no saludable y la escasa actividad física son comportamientos que entrañan riesgos; ii) en las primeras etapas de la vida surgen/actúan factores de riesgo biológico y de comportamiento y continúan teniendo efectos negativos a lo largo de ésta; iii) los factores de riesgo están aumentando a nivel mundial; iv) las intervenciones preventivas (incluso de pequeña envergadura y en las primeras etapas de la vida) reportan beneficios a lo largo de toda la vida; y v) la alteración de la alimentación y el tipo de actividad física reducen en los adultos el riesgo de muerte prematura y discapacidad debido a las enfermedades no transmisibles.

9. La Consulta de Expertos señaló que quizá fuera necesario adoptar medidas a lo largo de toda la cadena del suministro de alimentos con respecto a sus recomendaciones encaminadas a aumentar la accesibilidad y el consumo per cápita de frutas, hortalizas y pescado, así como a moderar el consumo de grasas, azúcares libres y sal.

III. Repercusiones en la labor de la FAO sobre la agricultura, la pesca y la alimentación.

10. Es necesario formular estrategias y realizar inversiones para aumentar el suministro de alimentos a fin de lograr la seguridad alimentaria para todos. Es fundamental que las personas tengan acceso económico y físico a alimentos suficientes e inocuos de una calidad nutricional apropiada. Se prevé que las recomendaciones de la Consulta de Expertos generarán más oportunidades, plantearán nuevos retos y establecerán otras prioridades para la FAO y contribuirán a preparar un inventario de la producción de alimentos, los hábitos de consumo y las tendencias actuales a nivel nacional, regional y mundial.

11. Las actividades relacionadas con el inventario de la producción de alimentos y los hábitos de consumo y las tendencias de los cambios de la alimentación actuales constituirán una esfera importante de actividad para la FAO. El comportamiento de los consumidores y la promoción de regímenes alimenticios saludables son posibles esferas de actividad futura para los especialistas en educación nutricional y fomento de la salud que tienen la oportunidad de investigar y elaborar estrategias para promover prácticas de consumo saludables y regímenes alimenticios nutritivos. La composición de los alimentos de los sistemas de producción, suministro y elaboración a lo largo de toda la cadena alimentaria tendrá que responder cada vez en mayor medida a la demanda de los consumidores y ser más favorable al medio ambiente, viable económicamente y equilibrada a nivel nutricional, por lo que también es necesario realizar más investigaciones sobre el suministro, la disponibilidad, la elaboración y el consumo de alimentos.

12. Actualmente, sólo una minoría de la población mundial consume la ingesta recomendada de frutas y hortalizas. La promoción de una mayor producción, comercio, comercialización y consumo de frutas y hortalizas, especialmente en las regiones en las que el consumo es bajo, tendrá consecuencias en la labor de la FAO. Al aplicar esta recomendación habrá que tener en cuenta una amplia gama de factores, desde la mayor producción hortícola hasta la garantía de un suministro inocuo de alimentos a los consumidores, al mismo tiempo que se reducen los riesgos asociados a las plagas, contaminantes y residuos. La creciente urbanización puede distanciar a las personas de la producción primaria e influir en la disponibilidad y el acceso que la población pobre de las zonas urbanas tiene a las frutas y las hortalizas. Uno de los desafíos principales es aumentar el suministro de frutas y hortalizas fácilmente asequibles, frescas e inocuas, con objeto de garantizar el acceso de los consumidores a una alimentación variada. Existen numerosas oportunidades de extensión y capacitación, educación en materia de nutrición y fomento de la salud de los agricultores en estas esferas al abordar tanto la malnutrición de micronutrientes como la reducción de los riesgos de enfermedades no trasmisibles. La FAO tendrá numerosas oportunidades de aumentar la producción hortícola, en relación con las tecnologías relativas al almacenamiento, la mejora de la duración y conservación, el transporte y la comercialización y la realización de esfuerzos para garantizar un mayor consumo a nivel mundial.

13. Otra recomendación importante de los expertos se refiere al aumento del consumo de pescado y productos pesqueros. Las proteínas, los ácidos grasos, las grasas y los micronutrientes derivados del pescado desempeñan una función nutricional importante durante el crecimiento y el desarrollo humanos y en la reducción de los riesgos de enfermedades no transmisibles. Esta recomendación deberá tener en cuenta las preocupaciones por la sostenibilidad de las poblaciones marinas y la posible disminución de fuentes marinas importantes de alimentos nutritivos de alta calidad. El crecimiento de la producción de la acuicultura continental y marina ha sustituido cada vez en mayor medida la pesca de captura marina. La FAO continuará promoviendo una ordenación más adecuada de la pesca de captura y la acuicultura con objeto de aumentar la cantidad y la calidad del pescado destinado al consumo humano.

14. Las recomendaciones relativas a los objetivos nutricionales y de alimentación aplicables al consumo de otros productos alimenticios, tales como la carne, los productos lácteos, los aceites comestibles y los azúcares, pueden tener repercusiones tanto en la labor normativa como en la asistencia técnica de la FAO. La carne y los productos lácteos mejoran la nutrición de la gran mayoría de la población. Los productos pecuarios proporcionan proteínas de elevado valor, una gran variedad de micronutrientes esenciales y continúan siendo los alimentos preferidos, pero que se consumen, de forma insuficiente, en la mayor parte de las sociedades en desarrollo. Aunque los niveles de consumo actuales son bajos, las últimas tendencias indican que un consumo excesivo de productos de origen animal puede llevar a un mayor riesgo de contraer enfermedades no transmisibles. Los aceites comestibles constituyen también una fuente importante de energía para amplios sectores de la población de los países en desarrollo con regímenes alimenticios que contienen una proporción baja de grasa. Los tipos de aceites comestibles empleados en los países en desarrollo también están cambiando. Existen sectores de la población que consumen unas proporciones excesivas de grasa, tanto de origen animal como vegetal, lo cual puede contribuir a aumentar el riesgo de enfermedades no transmisibles.

IV. Conclusiones

15. Desde la perspectiva de la FAO, las cuestiones planteadas en el presente informe son pertinentes para su programa futuro de trabajo. Hasta este momento, la información sobre el consumo de alimentos se ha obtenido de los datos nacionales del Balance de alimentos; es fundamental obtener más información fidedigna sobre los hábitos y la evolución de las tendencias actuales del consumo de alimentos a partir de estudios representativos del consumo. Es necesario supervisar el modo en el que las directrices dietéticas basadas en los alimentos que se indican en el presente informe influyen en el comportamiento de los consumidores y la medida en que las sociedades modificarán su alimentación y sus estilos de vida por unos hábitos más saludables y el modo en el que esto se logrará.

16. Habrá que evaluar las repercusiones cuantitativas y cualitativas en la agricultura (en particular, la ganadería y la horticultura) y la pesca y adoptar medidas al respecto con objeto de atender la posible demanda futura de una población urbana en aumento. Con objeto de lograr los niveles de consumo indicados, puede ser necesario elaborar nuevas estrategias destinadas a los productores y elaboradores. Puede ser necesario abordar varias cuestiones nuevas, tales como los efectos de la calidad de los sistemas de producción intensiva, con inclusión de los residuos y contaminantes; la mayor calidad alimentaria de la producción pecuaria y la avicultura (por ejemplo, la carne magra); las repercusiones de las cadenas alimentarias más largas debido a un almacenamiento y unas vías de transporte más prolongados, lo cual entraña un mayor riesgo de deterioro, la utilización (y el uso inadecuado) de conservantes y la contaminación; y los efectos agronómicos y ambientales de los cambios en la composición de las variedades y la diversidad de los hábitos de consumo, la pérdida de variedades de cultivos tradicionales y su menor empleo en la alimentación diaria, etc.

17. El comercio ha de desempeñar una función importante en la mejora de la seguridad nutricional y alimentaria y en la prevención de las enfermedades no transmisibles. No deberían desdeñarse los efectos que las políticas agrícolas, concretamente las subvenciones, tienen en la estructura de los sistemas de producción, elaboración y comercialización y, por último, la accesibilidad de los alimentos que complementan los hábitos de consumo de alimentos saludables.

18. La FAO apoyar a la OMS en la elaboración de su Estrategia Mundial sobre régimen alimentario, actividad física y salud. Asimismo, elaborará una estrategia con objeto de prestar asistencia a los gobiernos en la aplicación de políticas y programas, como parte del enfoque amplio propuesto basado en la cadena alimenticia, que ofrecezca opciones en materia de políticas y medidas institucionales para mejorar la adaptabilidad de los sistemas de producción, elaboración y comercialización, además de contribuir a mejorar la alimentación y, por consiguiente, la prevención de las enfermedades no trasmisibles.

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1 La presente nota informativa del informe de la Consulta de Expertos complementa el documento COAG/2003/5: “Estrategia de la FAO relativa al enfoque de calidad e inocuidad de los alimentos basado en la cadena alimentaria: Documento marco para la formulación de la futura orientación estratégica”.

2 El informe está disponible en la siguientes direcciones: ftp://ftp.fao.org/es/esn/nutrition/diet_prevention_disease.pdf y http://www.who.int/hpr/NPH/docs/who_fao_expert_report.pdf