CL 124/LIM/2


Consejo

124º período de sesiones

Roma, 23-28 de junio de 2003

APLICACIÓN DEL PLAN DE ACCIÓN DE LA CUMBRE MUNDIAL SOBRE LA ALIMENTACIÓN: INFORME DEL COMITÉ DE SEGURIDAD ALIMENTARIA MUNDIAL AL CONSEJO ECONÓMICO Y SOCIAL DE LAS NACIONES UNIDAS (ECOSOC) POR CONDUCTO DEL CONSEJO DE LA FAO

Índice


INTRODUCCIÓN

II. COMITÉ DE SEGURIDAD ALIMENTARIA MUNDIAL

III. FRAGMENTOS DE CL 119/REP Y CL 123/REP-REVISADO

IV. DECLARACIÓN DE LA CUMBRE MUNDIAL SOBRE LA ALIMENTACIÓN: cinco años después


INTRODUCCIÓN

1. El Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC), en la continuación de su período de sesiones de organización de marzo de 1999, invitó al Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación “a que presente al Consejo, cada cuatro años a partir de 1999, un informe preparado por el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial sobre los progresos realizados en la aplicación del Plan de Acción de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación, en que se destaquen los vínculos entre dicha aplicación y el seguimiento coordinado e integrado por el sistema de las Naciones Unidas de las grandes conferencias y cumbres de las Naciones Unidas” (Decisión 1999/212 del ECOSOC de 25 de marzo de 1999).

2. En su 25º período de sesiones (Roma, 31 de mayo – 3 de junio de 1999), el Comité examinó y aprobó un modelo de informe para que sirviera de base en la elaboración de todos los informes futuros sobre los progresos realizados en la aplicación del Plan de Acción. Basándose en ese modelo, el CSA en su 26º período de sesiones (Roma, 18-22 de septiembre de 2000), examinó el primer conjunto de compromisos relativos a los objetivos “centrados en las personas”, a saber, Compromisos primero, segundo y quinto y las partes pertinentes del Compromiso séptimo. En su 28º período de sesiones de junio de 2002, el Comité examinó el segundo conjunto, que consta de los compromisos relativos a los objetivos “centrados en el desarrollo”, a saber, Compromisos tercero, cuarto y sexto y las partes pertinentes del Compromiso séptimo.

3. El presente informe consta de la Declaración de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación: cinco años después y de las decisiones del Comité referentes a los exámenes de los dos conjuntos de compromisos realizados en 2000 y 2002, tal como figuran en el informe del Comité al Consejo, y de las observaciones del Consejo al respecto, tal como figuran en los informes del Consejo.

II. COMITÉ DE SEGURIDAD ALIMENTARIA MUNDIAL

CL 119/14 – Informe del 26º período de sesiones del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (Roma, 18-22 de septiembre de 2000)
(párrs. 19-30)

Informes recibidos

19. 91 países y nueve organizaciones internacionales habían presentado informes sobre la aplicación del Plan de Acción de la CMA. La Secretaría había resumido los abundantes detalles contenidos en esos informes en el marco de una serie de cuestiones fundamentales relacionadas con los Compromisos Primero, Segundo y Quinto y con las partes pertinentes del Compromiso Séptimo (compromisos centrados en la población). Se apreció la claridad y brevedad de este resumen. Sin embargo, eso había dado lugar a la omisión de ciertas cuestiones importantes que se examinarían seguidamente. Aunque se habían presentado informes bastante detallados sobre las actividades, el documento no contenía tampoco un análisis de los resultados de las medidas adoptadas.

20. También se presentaron al Comité informes de los importantes debates mantenidos en cada una de las Conferencias Regionales de la FAO sobre el tema del seguimiento de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación.

Carácter multidimensional del seguimiento de la CMA

21. El carácter multidimensional del seguimiento de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación incluía actividades en los planos nacional, intergubernamental e interinstitucional por parte de actores gubernamentales, intergubernamentales, no gubernamentales y de la sociedad civil. Reiterando que la comunidad internacional y el sistema de las Naciones Unidas, incluida la FAO, así como otros organismos e instituciones con arreglo a su mandato respectivo, podían realizar contribuciones importantes a la aplicación del Plan de Acción de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación, algunos delegados lamentaron la reducción del presupuesto de la FAO y otros organismos internacionales. Varios delegados subrayaron que el crecimiento cero del presupuesto de la FAO había limitado la capacidad de la Organización para ayudar a los países en desarrollo.

Medidas adoptadas en relación con la reducción de la pobreza y la seguridad alimentaria

22. Varios países proporcionaron información suplementaria sobre las medidas que habían adoptado para aplicar el Plan y reducir la pobreza y el número de personas subnutridas. Reiteraron su firme compromiso con el Plan de Acción de la CMA.

23. Las organizaciones intergubernamentales que intervinieron en el Comité indicaron que eran conscientes de los objetivos de la CMA y que estaban teniendo en cuenta los problemas de la seguridad alimentaria en sus planes estratégicos. La lucha contra la pobreza era un elemento común en todos los organismos. El Comité elogió la reafirmación en la reciente Cumbre del Milenio de las Naciones Unidas del objetivo de la CMA de reducir a la mitad el número de personas subnutridas para el año 2015, junto con el de reducir a la mitad la pobreza extrema (para la misma fecha).

24. La CMA había alentado de hecho a muchos países a preparar programas, políticas e instituciones relacionados con la seguridad alimentaria, a fin de poder alcanzar el objetivo a tiempo. Se reconoció y apreció la asistencia de la FAO en este sector, y se puso de relieve su labor de coordinación.

Presentación de informes sobre la utilización de los alimentos como instrumento de presión política y económica

25. Se observó que, aunque en la Declaración de Roma sobre la Seguridad Alimentaria Mundial se había declarado, y se había repetido en diversas manifestaciones de la FAO, que los alimentos no debían utilizarse como instrumento de presión política y económica, en el documento no se informaba sobre esta cuestión. El Comité reafirmó la importancia de la Declaración de Roma y el Plan de Acción de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación en general y en relación con este tema.

Enfoque del seguimiento de la Cumbre basado en los derechos

26. Haciendo referencia a la reafirmación en la Cumbre del derecho de toda persona a tener acceso a alimentos inocuos y nutritivos, en consonancia con el derecho a una alimentación adecuada y el derecho fundamental de toda persona a no padecer hambre, El Comité reafirmó la importancia de proseguir la consolidación de este importante tema en el órgano competente de las Naciones Unidas, con la participación activa de la FAO.

Integración de cuestiones de género en las actividades principales y potenciación del papel de la mujer

27. El Comité subrayó la importancia de las cuestiones de género en la seguridad alimentaria, que era una condición fundamental para conseguir el Compromiso Primero, pero que no se destacaba suficientemente en el documento.

Actividades de la FAO para aplicar el Plan de Acción de la Cumbre

28. Haciendo referencia a la función rectora de la FAO entre los organismos internacionales para aplicar el Plan de Acción de la CMA, varios delegados lamentaron que en el documento no se proporcionara información suficiente sobre las actividades de la FAO.

Otros aspectos que facilitan la consecución de los objetivos de la seguridad alimentaria

29. Durante el presente período de sesiones del Comité se planteó la cuestión de la promoción del logro de los objetivos de la seguridad alimentaria en muchos países en desarrollo mediante un mayor acceso a los mercados mundiales para sus exportaciones y por medio de la búsqueda de un desarrollo agrícola y rural sostenible, tema que se abordaría también durante la segunda fase del examen del Plan de Acción de la Cumbre.

B. RECOMENDACIONES

30. Teniendo en cuenta las conclusiones susodichas, el Comité formuló las recomendaciones siguientes.

Con respecto a los gobiernos:

Con respecto a la comunidad internacional

Con respecto a la Secretaría de la FAO:

Con respecto a las instituciones internacionales

CL 123/10 – INFORME DEL 28º PERÍODO DE SESIONES DEL COMITÉ DE SEGURIDAD ALIMENTARIA MUNDIAL
(Roma, 6-9 de junio de 2002)
(párrs. 12-27)

A. PRESENTACIÓN DE INFORMES SOBRE LOS PROGRESOS Y LOS RESULTADOS

12. El Comité examinó los progresos realizados en la aplicación de los objetivos “centrados en el desarrollo” (es decir, los Compromisos tercero, cuarto y sexto y las partes pertinentes del Compromiso séptimo) del Plan de Acción de la CMA tomando como base el documento CFS: 2002/3. Elogió a la Secretaría por la calidad del documento. No obstante, lamentó que sólo menos de un tercio de los Estados Miembros de la FAO hubiesen presentado su informe a tiempo.

13. El informe podría haber sido más informativo y pertinente si los informes nacionales hubiesen sido más numerosos y analíticos y hubiesen incluido las actividades de la sociedad civil. En el futuro los informes nacionales deberían proporcionar en particular información sobre la prioridad relativa de los programas de agricultura y seguridad alimentaria en los presupuestos nacionales y los efectos de tales programas en la reducción del hambre.

14. Varios delegados proporcionaron información adicional sobre las medidas que habían adoptado sus países para aplicar el Plan de Acción de la CMA y para reducir la pobreza y el número de personas subnutridas. Reiteraron el compromiso de sus respectivos países respecto del Plan de Acción de la CMA.

B. NECESIDAD DE UNA PERSPECTIVA DE GÉNERO EXPLÍCITA

15. Si bien las mujeres eran las principales contribuyentes en la producción de alimentos de los países en desarrollo, quedaban a menudo excluidas de la adopción de decisiones y del acceso a los recursos. Las desigualdades de género constituían uno de los principales obstáculos para la seguridad alimentaria, por lo que era necesario que las medidas para superarlas se reflejaran mejor en los informes futuros.

C. CONDICIONES ESENCIALES PARA ALCANZAR EL OBJETIVO DE LA CMA

16. Se especificaron los factores determinantes del éxito en la reducción de la inseguridad alimentaria, a saber: estabilidad política y económica, buen gobierno, estado de derecho, participación con una base amplia, entorno político apropiado e instituciones adecuadas; prioridad a la agricultura y al desarrollo rural sostenible en la estrategia nacional de desarrollo económico; importancia de la producción nacional de alimentos; servicios eficaces de investigación, extensión, comercialización y crédito para apoyar a los pequeños agricultores; descentralización de la adopción de decisiones y mayor participación del sector privado y de las ONG y las OSC en la prestación de servicios; fomento de una ordenación apropiada de los recursos hídricos; planificación eficaz del aprovechamiento de la tierra y la utilización del suelo y del clima; mejoramiento de la infraestructura y de los lazos de comunicación.

17. La conservación de los recursos fitogenéticos y el acceso a ellos eran fundamentales para la agricultura sostenible y los medios de subsistencia de las comunidades rurales, así como para la seguridad alimentaria de los países en conjunto. La aprobación del Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura en noviembre de 2001 constituyó un paso positivo en este sentido.

D. OBSTÁCULOS PARA MEJORAR LA SEGURIDAD ALIMENTARIA

18. Las guerras y los conflictos, la difusión de la pandemia de VIH/SIDA y la incidencia recurrente de las catástrofes naturales, incluidos los brotes de enfermedades de animales y de plantas, no sólo empeoraban la inseguridad alimentaria y causaban considerables sufrimientos humanos a corto plazo, sino que además trastornaban los esfuerzos de desarrollo a largo plazo para erradicar la pobreza, provocando a menudo retrocesos en el estado de la seguridad alimentaria y el nivel de vida general de las comunidades.

E. IMPORTANCIA DE LA PESCA SOSTENIBLE PARA LA SEGURIDAD ALIMENTARIA

19. La Conferencia de Reykjavik sobre la Pesca Responsable en los Ecosistemas Marinos, organizada conjuntamente por la FAO e Islandia, había sido importante para mejorar la contribución de la pesca a la seguridad alimentaria.

F. COMERCIO Y SEGURIDAD ALIMENTARIA

20. Varios delegados subrayaron que el éxito en los progresos hacia el objetivo de la CMA de reducir la pobreza y el hambre dependía no sólo de la aplicación de políticas y programas de acción internos sólidos, sino también de un sistema de comercio internacional abierto y justo. A este respecto, pusieron de relieve que era necesario que las políticas alimentarias, de comercio agrícola y comerciales generales fueran más coherentes y tuvieran una orientación mayor hacia el fomento de la seguridad alimentaria.

21. Se expresó la esperanza de que las negociaciones comerciales en curso ofrecieran nuevas oportunidades a todos los países de beneficiarse de un sistema comercial mundial justo, abierto, basado en normas y orientado al mercado, y con ese fin se hizo un llamamiento en pro de un resultado ambicioso de las negociaciones en el marco del Programa de Doha para el Desarrollo.

G. DERECHO A LA ALIMENTACIÓN

22. Muchos miembros elogiaron a la FAO y al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos por haber colaborado estrechamente en relación con el apartado 4 del Compromiso séptimo del Plan de Acción de la CMA en relación con el derecho a alimentos suficientes. Varios delegados señalaron que el próximo paso debería consistir en elaborar un código internacional de conducta sobre el derecho a alimentos suficientes, que sería un instrumento para ayudar a los países a cumplir sus obligaciones en orden a alcanzar los objetivos de la CMA. Otros países declararon que no apoyaban la elaboración de un código internacional de conducta, entre otras razones porque no era probable que contribuyera de forma significativa a la seguridad alimentaria.

H. ALIANZA MUNDIAL CONTRA EL HAMBRE

23. Varios delegados acogieron favorablemente la idea de una coalición mundial contra el hambre. Destacaron que para conseguir progresos importantes hacia el objetivo de la CMA se requería que todos los asociados para el desarrollo redoblaran sus esfuerzos y colaboraran en una alianza contra el hambre basada en principios sólidos.

I. ASISTENCIA OFICIAL PARA EL DESARROLLO

24. Varios delegados expresaron su preocupación porque la limitada capacidad de sus países para recaudar recursos financieros se veía agravada por la carga de la deuda y por la tendencia descendente de la asistencia oficial para el desarrollo (AOD) para la agricultura. La necesidad de invertir la disminución de la AOD estaba en consonancia con el consenso de Monterrey. A este respecto, algunos delegados subrayaron que la ayuda internacional era sólo una parte de la solución del hambre. Pusieron de relieve que el elemento primero y más importante para desbloquear el potencial de las inversiones privadas y poder conseguir resultados de la ayuda era un entorno normativo mejor.

J. BIOTECNOLOGíA

25. Algunos delgados indicaron que había una necesidad cada vez mayor de vigilar las novedades en el sector de la biotecnología. Insistieron en la necesidad de fortalecer la capacidad nacional para realizar una gestión del riesgo sobre los productos modificados genéticamente y evaluar la inocuidad para el medio ambiente de los organismos modificados genéticamente (OMG). Algunos delegados pusieron de relieve la importancia de la investigación y tecnologías agrarias, incluida la biotecnología, para mejorar la seguridad alimentaria mediante la intensificación de la productividad agrícola y la utilización sostenible de los recursos naturales.

K. CAMBIO CLIMÁTICO

26. Varios delegados destacaron los importantes vínculos entre el cambio climático y la seguridad alimentaria. A este respecto, una delegación aludió a un estudio sobre la seguridad alimentaria y el cambio climático realizado por el Instituto Internacional para el Análisis de Sistemas Aplicados de Laxenburg, Austria. Las repercusiones del cambio climático eran más manifiestas en las tierras marginales.

L. RECOMENDACIONES

27. El Comité formuló las siguientes recomendaciones para su aplicación por la Secretaría de la FAO:

III. FRAGMENTOS DE CL 119/REP Y
CL 123/REP-REVISADO

FRAGMENTOS DE CL 119/REP

Informe del 26º período de sesiones del
Comité de Seguridad Alimentaria Mundial
(párrs. 9-17)

9. El Consejo expresó su aprecio por el hecho de que la presentación del informe del 26º período de sesiones del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial tenía una buena orientación, era concisa y reflejaba una mayor claridad al resaltar las cuestiones principales relacionadas tanto con la situación de la seguridad alimentaria mundial como con la aplicación del Plan de Acción de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación. El Consejo refrendó el informe del Comité, incluidas sus conclusiones y recomendaciones.

10. El Consejo expresó su preocupación por el hecho de que los progresos en la aplicación del Plan de Acción de la CMA y el ritmo de la reducción del número de personas subnutridas fueran demasiados lentos para alcanzar el objetivo de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación (CMA) de reducir a la mitad, para el año 2015, el número de personas subnutridas. Subrayó que si continuaban las tendencias del momento no se podría alcanzar el objetivo de la CMA para el año 2015. El Consejo reconoció que, para lograr el objetivo de la CMA, el número de personas subnutridas tendría que disminuir por lo menos a un promedio de 20 millones de personas al año y puso de relieve que era preciso trabajar más en todos los niveles para mejorar la seguridad alimentaria y acelerar el ritmo de reducción del número de personas subnutridas.

11. A este propósito, el Consejo apoyó plenamente las recomendaciones del Comité que figuraban en el párrafo 30 del informe y pidió a los gobiernos, la comunidad internacional y la Secretaría de la FAO que aplicaran eficazmente las recomendaciones. El Consejo hizo hincapié en que el difícil reto del hambre y la subnutrición exigían esfuerzos coordinados y combinados en todos los niveles.

12. El Consejo observó que el aumento de la frecuencia y la gravedad de las situaciones de urgencia alimentaria provocadas por conflictos armados y catástrofes naturales, la incidencia del VIH/SIDA y la pesada carga de la deuda mermaban la capacidad de algunos países en desarrollo para aplicar el Plan de Acción de la CMA. Asimismo, expresó preocupación por la creciente incidencia de las enfermedades trasmitidas por los alimentos y las zoonosis.

13. El Consejo tomó nota con satisfacción de la Declaración aprobada por la Cumbre del Milenio de las Naciones Unidas y expresó su aprecio por la reafirmación en ella del objetivo de la CMA de reducir a la mitad la subnutrición para el año 2015, junto con la reducción a la mitad de la pobreza extrema dentro del mismo plazo. Subrayó que la Declaración del Milenio reforzaba un enfoque integrado y coordinado para afrontar la pobreza y la inseguridad alimentaria. Por consiguiente, destacó la necesidad de que la FAO asegurara su participación en la aplicación de la Declaración del Milenio y asumiera una función directiva en la promoción de un enfoque coordinado en el cumplimiento de los compromisos de la CMA. El Consejo pidió que en su próximo período de sesiones el Director General informara sobre la contribución de la FAO, en el marco del sistema de las Naciones Unidas, a los progresos en la aplicación de las disposiciones de la Declaración del Milenio que entraban en el ámbito de su mandato.

14. El Consejo tomó nota con satisfacción de que se habían realizado esfuerzos encomiables en relación con la iniciativa del Sistema de Información y Cartografía sobre la Inseguridad Alimentaria y la Vulnerabilidad (SICIAV) y de que varios países habían comenzado a aplicar el SICIAV a nivel nacional. Sin embargo, reconoció que la aplicación del SICIAV a nivel nacional adolecía de la falta de recursos suficientes. El Consejo apoyó la serie de recomendaciones para fortalecer el SICIAV que presentaba en el párrafo 39 el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial. En particular, el Consejo insistió en la necesidad de destinar más recursos a la elaboración del sistema a nivel nacional en todas las regiones.

15. Varios miembros destacaron su apoyo a la idea de la elaboración de un Código de Conducta sobre el Derecho a una Alimentación Adecuada y reiteraron que el derecho a una alimentación adecuada es indivisible de otros derechos humanos. A este respecto, señalaron la importancia del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y la necesidad de una mejor comunicación por parte de los Estados Miembros, así como de la FAO, sobre sus actividades respectivas de interés al respecto. El Consejo reiteró también su opinión de que los alimentos no debían utilizarse como instrumento de presión política y económica, tal como se señalaba en el informe del CSA. Algunos miembros instaron al Director General a que prestara la debida atención a las consultas dimanantes de la Resolución A/55/L.7 de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

16. El Consejo expresó su apoyo al Programa Especial para la Seguridad Alimentaria (PESA). Al mismo tiempo, el Consejo recordó que había de realizarse una evaluación del PESA al final de la campaña agrícola de 2001 y que esperaba con interés los resultados.

17. Varios miembros expresaron su aprecio por el apoyo que les prestaba la FAO en sus esfuerzos por mejorar su seguridad alimentaria y pidieron a la FAO que siguiera prestándoles su apoyo para la creación de capacidad y otras formas de asistencia técnica. A este respecto, insistieron en la necesidad de incrementar el presupuesto de la FAO. Varios miembros manifestaron el deseo de que la FAO se involucrara más en la sensibilización de la comunidad internacional acerca de la función decisiva desempeñada por la agricultura en las estrategias para combatir la pobreza, ya que la agricultura era la principal actividad de la población pobre de las zonas rurales. Algunos miembros también apoyaron los esfuerzos del CSA para promover una mayor participación de la sociedad civil en su trabajo, como se destacaba en el informe del CSA.

FRAGMENTOS DE CL 123/INFORME/REV

Informe del 28º período de sesiones del
Comité de Seguridad Alimentaria Mundial

(párrs. 17-19)

17. El Consejo lamentó que el ritmo de disminución del número de personas subnutridas fuera desalentadoramente bajo. Reconociendo la necesidad de pasar de la sensibilización a una actuación más concreta, el Consejo refrendó el informe del CSA y puso de relieve que los gobiernos y la FAO debían hacer todo lo posible para aplicar en particular las conclusiones y recomendaciones que figuraban en los párrafos 11 y 17 del informe. Algunos miembros propusieron que la FAO mantuviera un sistema de seguimiento para supervisar la aplicación de las recomendaciones.

18. Al mismo tiempo que respaldaba las recomendaciones del CSA, el Consejo subrayó que se debería conceder particular importancia entre otras cosas a las medidas para reducir la degradación del medio ambiente y a la conservación del suelo y el agua. El Consejo insistió en la importancia de que la FAO siguiera apoyando la creación de capacidad en la esfera de las normas internacionales de inocuidad de los alimentos y las negociaciones comerciales sobre la agricultura. También se destacó la importancia de los sistemas de información sobre la seguridad alimentaria y se pidió coordinación con otras organizaciones del sistema de las Naciones Unidas, particularmente en relación con los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

19. El Consejo reiteró la opinión de que la mejora de la seguridad alimentaria era fundamentalmente responsabilidad de los gobiernos nacionales. Asimismo se subrayó la responsabilidad de la comunidad internacional en orden a permitir la aplicación del Plan de Acción de la CMA. El Consejo confirmó también que la ayuda alimentaria podía desempeñar una función positiva en apoyo de la seguridad alimentaria, destacando al mismo tiempo que no debía socavar los incentivos para la producción interna de alimentos.

IV. DECLARACIÓN DE LA CUMBRE MUNDIAL SOBRE LA ALIMENTACIÓN: cinco años después1

ALIANZA INTERNACIONAL CONTRA EL HAMBRE

Nosotros, los Jefes de Estado y de Gobierno, o nuestros representantes, reunidos en Roma en la Cumbre Mundial sobre la Alimentación: cinco años después (CMA:cad) por invitación de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO);

Recordando la Cumbre Mundial sobre la Alimentación (CMA), celebrada en Roma en noviembre de 1996, en la que los Jefes de Estado y de Gobierno, o sus representantes, aprobaron la Declaración de Roma sobre la Seguridad Alimentaria Mundial y el Plan de Acción de la CMA y prometieron consagrar su voluntad política y su dedicación común y nacional a conseguir la seguridad alimentaria para todos y a realizar un esfuerzo constante para erradicar el hambre de todos los países, con el objetivo inmediato de reducir el número de personas subnutridas a la mitad de su nivel no más tarde del año 2015;

Reconociendo la urgente necesidad de reforzar los esfuerzos de todos los asociados interesados a modo de alianza internacional contra el hambre, con miras al cumplimiento de los objetivos de la Cumbre de 1996;

Reafirmando el derecho de toda persona a tener acceso a alimentos sanos y nutritivos;

Reiterando que los alimentos no deben utilizarse como instrumento de presión política y económica y reafirmando la importancia de la cooperación y la solidaridad internacionales, así como la necesidad de abstenerse de adoptar medidas unilaterales que no estén en consonancia con el derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas y que pongan en peligro la seguridad alimentaria;

Reafirmando los compromisos que asumimos en la Declaración de Roma y el Plan de Acción, que tomando en consideración el carácter polifacético de la seguridad alimentaria comprenden una acción nacional e iniciativas internacionales eficaces para complementar y reforzar la acción nacional;

Reconociendo los esfuerzos considerables que se han realizado en muchos países para reducir la pobreza y mejorar la seguridad alimentaria, así como el compromiso de la comunidad internacional de contribuir a esos esfuerzos, expresado en la Declaración del Milenio de las Naciones Unidas;

Tomando nota de que la tasa anual media de reducción del número de personas subnutridas en el mundo ha sido de ocho millones y que, si se mantiene esta tendencia, no se alcanzará el objetivo de la CMA, reafirmado en la Declaración del Milenio, de reducir el número de personas subnutridas a la mitad para el año 2015;

Tomando nota de que el hambre es tanto causa como efecto de la pobreza extrema, e impide a las personas pobres aprovechar las oportunidades de desarrollo, que la erradicación del hambre es un paso decisivo para mitigar la pobreza y la desigualdad, y que la comunidad internacional ha reafirmado su compromiso con respecto a la mitigación de la pobreza. Observando además que el 70 por ciento de las personas pobres en el mundo viven en zonas rurales y dependen casi totalmente de la agricultura y el desarrollo rural para su subsistencia; y tomando nota del rápido incremento del número y la proporción de habitantes de las zonas urbanas afectados por la pobreza, el hambre y la malnutrición;

Conscientes de las dificultades especiales con que se enfrentan todos los países en desarrollo, en particular los países menos adelantados, los países de bajos ingresos y con déficit de alimentos (PBIDA), los pequeños Estados insulares en desarrollo y los países afectados por conflictos violentos, disturbios civiles, minas terrestres y explosivos no detonados, o expuestos a la desertificación y a catástrofes naturales; observando además que el calentamiento mundial y el cambio climático pueden tener graves repercusiones para la seguridad alimentaria y la subsistencia, especialmente en esos países;

Reconociendo también las dificultades con que se enfrentan los países con economías en transición para hacer frente a sus necesidades de seguridad alimentaria en el proceso de aplicación de reformas orientadas al mercado;

Preocupados por las actuales estimaciones de la tendencia descendente de los presupuestos nacionales de los países en desarrollo y la disminución de la Asistencia Oficial para el Desarrollo (AOD) y de los fondos de las Instituciones Financieras Internacionales (IFI) directamente destinados a la agricultura y el desarrollo rural, como contribución a la seguridad alimentaria;

Reconociendo el importante papel de la asistencia alimentaria en situaciones de crisis humanitaria, y como instrumento para el desarrollo, al funcionar como inversión previa de facilitación;

Reafirmando el Compromiso Cuarto del Plan de Acción de la CMA y que el comercio es un elemento decisivo para conseguir la seguridad alimentaria mundial;

Reafirmando la importancia fundamental que tienen la producción y la distribución nacionales de alimentos, la agricultura y el desarrollo rural sostenibles, la pesca y los bosques, para conseguir la seguridad alimentaria;

Reiterando nuestra profunda preocupación por la carga de la deuda para los países en desarrollo, especialmente los países pobres muy endeudados (PPME), y por sus efectos negativos sobre los recursos para la seguridad alimentaria, pese a los progresos realizados en la aplicación de la Iniciativa para la reducción de la deuda de los países pobres muy endeudados;

Reconociendo que las crisis económicas y financieras internacionales han mostrado de forma dramática la vulnerabilidad de los países en desarrollo;

Tomando nota con preocupación de la grave amenaza de la pandemia de VIH/SIDA, y la incidencia del paludismo, la tuberculosis y otras enfermedades, en particular las causadas por la contaminación del agua en los países en desarrollo y sus efectos devastadores sobre la seguridad alimentaria;

Reafirmando nuestro compromiso con el Consenso de Monterrey, en el que se hacía referencia a la necesidad de establecer asociaciones eficaces entre los países desarrollados y en desarrollo, sobre la base del reconocimiento de la iniciativa y el control nacionales respecto de los planes de desarrollo en los que se plasman las estrategias de reducción de la pobreza, y reconociendo el valor de estudiar fuentes innovadoras de financiación a condición de que esas fuentes no constituyan una carga excesivamente pesada para los países en desarrollo, en cuanto pasos importantes para alcanzar la seguridad alimentaria sostenible;

Reconociendo la importancia del Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura a fin de apoyar los objetivos relativos a la seguridad alimentaria;

Tomando nota de los resultados de las conferencias mundiales, como la Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo, los períodos extraordinarios de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas de 2001 y 2002, sobre el VIH/SIDA y sobre la infancia, y la Cuarta Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC), celebrada en Doha, y destacando la próxima Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible de 2002.

Voluntad política

1. Renovamos nuestros compromisos mundiales contraídos en la Declaración de Roma de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación de 1996, en particular, de reducir a la mitad el número de personas hambrientas en el mundo para el año 2015 a más tardar, tal como se reafirmó en la Declaración del Milenio de las Naciones Unidas. Decidimos acelerar la aplicación del Plan de Acción de la CMA.

2. Pedimos a todas las partes (gobiernos, organizaciones internacionales, organizaciones de la sociedad civil y el sector privado), que refuercen sus esfuerzos a fin de actuar como alianza internacional contra el hambre para alcanzar los objetivos de la CMA en 2015 a más tardar. Con este propósito, las partes deberían promover la acción coordinada. Teniendo presente la contribución de todas las partes, los países deberían seguir informando de los progresos al Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA), con arreglo a su mandato como centro de coordinación para la aplicación del Plan de Acción de la CMA.

3. Reconocemos que los progresos hechos no son suficientes para alcanzar el objetivo de la CMA. Reconociendo que la responsabilidad de garantizar la seguridad alimentaria nacional incumbe a los gobiernos nacionales en cooperación con la sociedad civil y el sector privado y con el apoyo de la comunidad internacional, decidimos acelerar la aplicación de medidas con objeto de reducir a la mitad el hambre para el año 2015 a más tardar. Para ello será necesario un ritmo de reducción del hambre de más de 22 millones de personas al año en promedio.

4. Subrayamos que las estrategias de reducción de la pobreza y la seguridad alimentaria deberían, entre otras cosas, incluir medidas encaminadas a aumentar la productividad agrícola y la producción y distribución de alimentos. Acordamos promover el acceso de los hombres y las mujeres en condiciones de igualdad a los alimentos, el agua, la tierra, el crédito y la tecnología, lo que ayudará también a generar ingresos y a crear oportunidades de empleo para las personas pobres y, en consecuencia, contribuirá a reducir la pobreza y el hambre.

5. Reafirmamos la importancia de reforzar el respeto de todos los derechos humanos y las libertades fundamentales, con inclusión del derecho al desarrollo, la democracia, el estado de derecho, el buen sistema de gobierno, las políticas económicas adecuadas, la igualdad de derechos para todos sin distinción de sexo, raza, idioma o religión, la solución de los conflictos de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas y el respeto del derecho internacional humanitario, y la cooperación internacional, a fin de resolver los problemas económicos, sociales, culturales y humanitarios, que son esenciales para conseguir la seguridad alimentaria.

6. Pedimos a los asociados en el desarrollo interesados que hagan cuanto sea necesario para alcanzar los objetivos internacionales de desarrollo de la Declaración del Milenio, en particular los relativos a la reducción a la mitad de la pobreza y el hambre para el año 2015, mejorar y reforzar los indicadores necesarios para medir los progresos y vigilar los progresos con arreglo a su mandato; y renovar y reforzar el compromiso con los sistemas nacionales e internacionales existentes para evaluar la seguridad alimentaria; reafirmamos la función de la FAO, junto con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el UNICEF, en la vigilancia de los progresos hacia el Objetivo de desarrollo del milenio relativo al hambre y la importancia del Grupo de Trabajo Interinstitucional sobre Sistemas de Información y Cartografía sobre la Inseguridad Alimentaria y la Vulnerabilidad (SICIAV) con miras a reforzar la vigilancia nacional e internacional de la seguridad alimentaria.

7. La inmensa mayoría de quienes padecen hambre y viven en condiciones de pobreza absoluta se encuentran en las zonas rurales. Reconocemos que para alcanzar el objetivo de reducir a la mitad el número de personas hambrientas es necesario que los países más empobrecidos y cuya inseguridad alimentaria es mayor promuevan la mitigación de la pobreza rural, especialmente mediante un crecimiento sostenido de la producción agrícola, en particular en el África subsahariana.

8. Confirmamos de nuevo que la FAO ha de desempeñar una función importante ayudando a los países a aplicar las disposiciones del Plan de Acción de la CMA con arreglo a su mandato teniendo presente que la CMA encomendó al Comité de Seguridad Alimentaria Mundial la vigilancia de los progresos.

9. Consideramos que unas asociaciones internacionales amplias son de suma importancia para la aplicación del Plan de Acción de la CMA. Pedimos a los gobiernos, las organizaciones y las instituciones financieras internacionales que utilicen sus recursos con eficacia, que mejoren su funcionamiento y fortalezcan la cooperación y que emprendan iniciativas conjuntas para combatir el hambre; y que refuercen el papel fundamental de la agricultura y el desarrollo rural sostenibles en la seguridad alimentaria.

10. Invitamos al Consejo de la FAO a que, en su 123º período de sesiones, establezca un Grupo de Trabajo Intergubernamental, con la participación de los interesados, en el contexto del seguimiento de la CMA, con el fin de elaborar, en un período de dos años, un conjunto de directrices voluntarias para apoyar los esfuerzos de los Estados Miembros encaminados a alcanzar la realización progresiva del derecho a una alimentación adecuada en el contexto de la seguridad alimentaria nacional; pedimos a la FAO que, en colaboración con los órganos pertinentes creados en virtud de tratados, organismos y programas del sistema de las Naciones Unidas, preste asistencia al Grupo de Trabajo Intergubernamental, el cual deberá informar sobre sus trabajos al Comité de Seguridad Alimentaria Mundial.

11. Instamos expresamente a los gobiernos a que examinen sus políticas nacionales actuales de seguridad alimentaria con el fin de subsanar deficiencias, identificar nuevas iniciativas, suprimir los obstáculos a la aplicación y simplificar las iniciativas en materia de políticas entre ministerios y departamentos.

12. Reafirmamos el Consenso de Monterrey e instamos a todos los miembros de la OMC a aplicar los resultados de la Conferencia de Doha, especialmente los compromisos relativos a la reforma del sistema de comercio agrícola internacional, con particular referencia a los párrafos 13 y 14, habida cuenta del papel que el comercio agrícola internacional debe desempeñar, de conformidad con el Compromiso Cuarto del Plan de Acción de la CMA, con miras a promover el desarrollo económico, aliviar la pobreza y conseguir los objetivos de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación, en particular en los países en desarrollo.

Desafíos

13. Reafirmamos la necesidad de garantizar la igualdad de género y de apoyar el pleno ejercicio de los derechos de la mujer. Reconocemos y valoramos el papel vital que desempeña constantemente la mujer en la agricultura, la nutrición y la seguridad alimentaria, y la necesidad de integrar una perspectiva basada en la paridad entre el hombre y la mujer en todos los aspectos de la seguridad alimentaria; y reconocemos la necesidad de adoptar medidas a fin de garantizar que se reconozca y valore el trabajo de la mujer, con objeto de aumentar su seguridad económica, su acceso a los recursos y los planes, servicios y beneficios de crédito, y su control sobre éstos.

14. Subrayamos la necesidad de disponer de alimentos nutricionalmente adecuados e inocuos y resaltamos la necesidad de prestar atención a las cuestiones nutricionales como parte integrante de los esfuerzos para promover la seguridad alimentaria. En el período extraordinario de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la infancia recientemente celebrado se abordó la necesidad de realizar inversiones en infraestructura económica y social básica y servicios sociales, así como en la protección social para personas vulnerables y en la protección social para los grupos vulnerables y desfavorecidos. Debería prestarse atención a la mejora de la calidad de la dieta; el acceso al agua potable, la atención de la salud y la educación; y el saneamiento. Reconocemos la importancia de intervenciones encaminadas a hacer frente a las carencias de micronutrientes que sean eficaces en función de los costos y aceptables a nivel local.

15. Reafirmamos nuestro empeño en luchar contra las condiciones imperantes en todo el mundo que plantean graves amenazas para la salud, y especialmente la propagación del VIH/SIDA que puede tener efectos extraordinariamente devastadores sobre todos los sectores y niveles de la sociedad y, por consiguiente, sobre la seguridad alimentaria. Para ello son precisos nuevos enfoques, tecnologías y cultivos para las familias campesinas afectadas por el VIH/SIDA con carencia de mano de obra. A este respecto, acogemos con satisfacción la creación del Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y el Paludismo, que constituye un importante paso adelante para la acción concertada a nivel nacional y para la movilización de recursos nuevos y adicionales con miras a la prevención y el tratamiento de esas enfermedades.

16. Reafirmamos la importante función del Codex Alimentarius, la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria (CIPF) y la Oficina Internacional de Epizootias (OIE) para proporcionar normas eficaces, con fundamento científico e internacionalmente aceptadas sobre inocuidad de los alimentos y sanidad vegetal y animal, así como para facilitar el comercio agrícola y alimentario internacional en su capacidad de órganos normativos reconocidos por el Acuerdo sobre Medidas Sanitarias y Fitosanitarias (MSF) de la OMC.

17. Nos comprometemos a seguir apoyando los esfuerzos encaminados a reforzar la capacidad de los países en desarrollo en relación con la gestión de la inocuidad de los alimentos y la sanidad vegetal y animal.

18. Habremos de reforzar la acción nacional e internacional, a fin de estar preparados para las situaciones imprevistas y de emergencia y para aumentar la eficacia de las medidas de urgencia, tanto mediante intervenciones basadas en la alimentación como de otro tipo. Estas medidas deben estar integradas en iniciativas de desarrollo sostenible con todas las partes interesadas para conseguir una seguridad alimentaria sostenible. Subrayamos la importancia de ampliar el alcance y la cobertura de los mecanismos de protección social, en particular las redes de seguridad para los hogares vulnerables y afectados por la inseguridad alimentaria. Nos comprometemos a asegurar, mediante el desarrollo económico, la utilización de sistemas de alerta, así como la asistencia de emergencia, que nunca jamás se volverán a ver situaciones de hambre.

19. Reconocemos el valor de la alimentación escolar en cuanto programa de desarrollo social. Debería basarse en la compra a nivel local o regional cuando sea posible, y organizarse de forma tal que se respeten las pautas de consumo locales. En este sentido, alentamos la ampliación de los programas de alimentación escolar del Programa Mundial de Alimentos (PMA), entre otros, siempre que se ejecuten de conformidad con las prioridades y los programas educativos nacionales.

20. Resolvemos contribuir al resultado de la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible, reconociendo la importante función de las tres organizaciones con sede en Roma, la FAO, el PMA y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), y fortalecer la coordinación y la cooperación entre las organizaciones nacionales e internacionales, con el fin de utilizar los recursos de manera eficiente, especialmente en las esferas de la cooperación técnica y financiera, la ordenación sostenible de los recursos naturales, la lucha contra las enfermedades transfronterizas de los animales y las plantas y la consecución de la seguridad alimentaria.

21. Subrayamos la necesidad de seguir promoviendo la ordenación sostenible de los bosques y la pesca, incluidas la conservación y la utilización sostenible de los recursos acuáticos vivos, en vista de la contribución que esos sectores hacen a la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza.

22. Subrayamos la importancia de apoyar actividades de desarrollo alternativo que permitan a quienes se dedican a la producción de cultivos ilícitos lograr la seguridad alimentaria sostenible y vivir con dignidad.

23. Reconociendo el alcance de la pobreza en las regiones montañosas, destacamos el papel esencial de las zonas de montaña y su potencial respecto de la agricultura y el desarrollo rural sostenibles con objeto de alcanzar la seguridad alimentaria. Subrayamos la necesidad de establecer asociaciones entre los países en desarrollo y desarrollados en ese sentido.

24. Nos comprometemos a trabajar en un espíritu de cooperación y solidaridad para reforzar las actividades comprendidas en el mandato de la FAO que permiten a los países en desarrollo y los países con economías en transición hacer frente a los problemas de la inocuidad de los alimentos, sacar mayor provecho de los beneficios de la investigación y las tecnologías y responder con eficacia a los desafíos y las oportunidades que presenta la globalización, en particular en relación con la agricultura y la seguridad alimentaria. Nos comprometemos también a ayudar a esos países, en especial a sus productores de alimentos, a tomar decisiones informadas sobre los conocimientos científicos y técnicos necesarios en relación con estas nuevas tecnologías orientadas a la reducción de la pobreza y el hambre y a lograr el acceso a ellos.

25. Pedimos a la FAO que promueva conjuntamente con el GCIAI y otros institutos internacionales de investigación la investigación agrícola y la investigación de nuevas tecnologías, incluida la biotecnología. La introducción de nuevas tecnologías de eficacia probada, incluida la biotecnología, debería realizarse de forma inocua y adaptada a las condiciones locales para contribuir al aumento de la productividad agrícola en los países en desarrollo. Estamos resueltos a estudiar, compartir y facilitar el uso responsable de la biotecnología con miras a hacer frente a las necesidades de desarrollo.

26. Reconocemos que los países en desarrollo y los países con economías en transición se enfrentan con dificultades para responder a los desafíos y oportunidades que presenta la globalización, en particular en relación con la agricultura y la seguridad alimentaria, y por consiguiente acordamos en un espíritu de cooperación y solidaridad aunar las actividades de la FAO en apoyo de esos países, para permitirles afrontar los desafíos y aprovechar los beneficios de la globalización.

Recursos

27. Pedimos a todos los Estados Miembros, las organizaciones intergubernamentales y no gubernamentales, el sector privado y todos los demás asociados en el desarrollo que consideren la posibilidad de hacer contribuciones voluntarias al Fondo Fiduciario de la FAO para la Seguridad Alimentaria y la Inocuidad de los Alimentos y a otros instrumentos voluntarios. El Fondo Fiduciario debería servir de catalizador con miras a acelerar la producción de alimentos y mejorar el acceso a los mismos en los países menos adelantados, los PBIDA y los pequeños estados insulares en desarrollo, y para prevenir, combatir y erradicar las plagas y enfermedades transfronterizas de las plantas y los animales, y para preparar proyectos de inversión, y de cooperación Sur-Sur, en las esferas mencionadas.

28. Subrayamos la relación intrínseca entre un rápido avance hacia la consecución de los objetivos establecidos en el Plan de Acción de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación, y reafirmados en la Declaración del Milenio de las Naciones Unidas, y la magnitud, orientación y utilización eficaz de la inversión para la seguridad alimentaria, la agricultura, el desarrollo rural y la producción, elaboración y distribución de alimentos. Como acordamos en el Consenso de Monterrey, la movilización de recursos nacionales e internacionales para alcanzar esos objetivos depende de varios factores, como por ejemplo: i) un entorno favorable para el ahorro y la inversión en las zonas rurales en el marco de un sistema macroeconómico nacional apropiado, ii) una estrategia nacional de base amplia para la reducción de la pobreza orientada a mejorar el acceso a los alimentos incluso mediante el aumento de la producción y distribución de alimentos, iii) la promoción de oportunidades para la inversión privada interna y externa, iv) el comercio, v) una atención adecuada en el presupuesto nacional al desarrollo socioeconómico, vi) la complementación de los esfuerzos nacionales con AOD en esferas fundamentales de la infraestructura social y el desarrollo humano, y vii) una gestión transparente y eficaz de los recursos públicos.

29. Instamos a los países desarrollados que no lo hayan hecho a que realicen esfuerzos concretos en pos del objetivo del 0,7 por ciento del producto nacional bruto (PNB) en forma de AOD a los países en desarrollo, y del 0,15 al 0,20 por ciento del PNB de los países desarrollados a los países menos adelantados, como se confirmó nuevamente en la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Países Menos Adelantados, y alentamos a los países en desarrollo a aprovechar los progresos realizados para asegurarse de que la AOD se utilice efectivamente para ayudar a alcanzar los objetivos y las metas de desarrollo. Reconocemos los esfuerzos de todos los donantes, elogiamos a los donantes cuya contribución a la AOD supera los objetivos, o los alcanza o está aumentando para conseguirlos, y subrayamos la importancia de comprometerse a examinar los medios y los plazos para la consecución de las metas y los objetivos.

30. Acogemos con satisfacción la aprobación de la Nueva Alianza para el Desarrollo de África (NEPAD) y la inclusión de la agricultura y la seguridad alimentaria como componente de esta iniciativa. Invitamos a la comunidad internacional a responder a esta iniciativa financiando programas o proyectos, del modo más apropiado, que reflejen los principios y compromisos de la NEPAD.

31. Alentaremos a la comunidad internacional a que siga prestando asistencia técnica y financiera a los países con economías en transición con miras a mejorar su seguridad alimentaria.

32. Con vistas a invertir la tendencia general a la disminución de las asignaciones a la agricultura y el desarrollo rural en los presupuestos nacionales de los países en desarrollo, en la AOD y en los préstamos totales de las instituciones financieras internacionales, pedimos que se destine a esos sectores una proporción adecuada de la AOD bilateral y multilateral, de los préstamos de las IFI y de las consignaciones presupuestarias de los países en desarrollo, en el marco del Consenso de Monterrey.

33. Reafirmamos que la Iniciativa ampliada a favor de los países pobres muy endeudados (PPME) ofrece la oportunidad de mejorar las perspectivas económicas y los esfuerzos para la reducción de la pobreza de sus países beneficiarios, incrementando con ello la seguridad alimentaria. Es decisiva la aplicación rápida, eficaz y completa de la Iniciativa ampliada, que debería financiarse plenamente con recursos adicionales. Los países pobres muy endeudados deberían adoptar las medidas de política necesarias para llegar a poder beneficiarse de la iniciativa.

34. Reafirmamos asimismo el Consenso de Monterrey, con objeto de alentar el estudio de mecanismos innovadores para hacer frente a los problemas de la deuda de los países en desarrollo, incluidos los países de ingresos medios y los países con economías en transición.

35. Pedimos a todos los países que aún no lo hayan hecho que consideren la posibilidad de firmar y ratificar el Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura, a fin de que entre en vigor lo antes posible.

Conclusiones

Los informes nacionales indican que los países tienen en vigor políticas y programas para aplicar el Plan de Acción de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación. Sin embargo, raras veces se especifican cuantitativamente las repercusiones concretas de cada política con respecto a la mejora de la seguridad alimentaria y la reducción del número de personas subnutridas, por lo cual el análisis de los progresos resulta difícil.

Sólo hay un número limitado de países que han conseguido reducir el número de personas subnutridas. En realidad en muchos países ha ido en aumento. En sus informes, muchos países indican varios problemas específicos que afectan a su capacidad para mejorar la seguridad alimentaria y reducir el número de personas subnutridas en el marco del Plan de Acción de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación.

 

Nota: Noruega comunicó notas explicativas relativas a los párrafos dispositivos 10 y 25 y Estados Unidos de América formuló una reserva al párrafo dispositivo 10. Los textos completos figuran en el Informe de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación: cinco años después.

 

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1 Cuando se utiliza la palabra “Gobierno” significa también la Comunidad Europea en sus esferas de competencia. De 180 delegaciones participantes (179 países y la Comunidad Europea), 34 estuvieron representados por sus Jefes de Estado, 9 por sus Jefes de Estado Adjuntos, 17 por sus Presidentes de gobierno, 12 por sus Vicepresidentes de Gobierno, una por su Príncipe heredero, 96 por ministros y 11 por embajadores u otros representantes. Además, participaron en la Cumbre otros 191 representantes de alto rango (que incluían a 109 ministros y 82 viceministros y subsecretarios) en calidad de miembros de las delegaciones de los países participantes.