ARC/04/5


23ª CONFERENCIA REGIONAL PARA ÁFRICA

Johannesburgo, Sudáfrica, 1-5 de marzo de 2004

ORDENACIÓN INTEGRADA DE LOS RECURSOS HÍDRICOS Y SEGURIDAD ALIMENTARIA EN ÁFRICA

Índice



I. INTRODUCCIÓN

1. La producción mundial de alimentos ha experimentado un aumento significativo en los últimos 40 años, lo cual ha permitido mejorar la alimentación de la población, sobre todo gracias al riego combinado con la utilización de variedades productivas, fertilizantes y medidas fitosanitarias. No obstante, centenares de millones de personas en todo el mundo siguen padeciendo hambre, comprendido un número considerable de africanos. El aumento de la demanda de alimentos, relacionado principalmente con el crecimiento demográfico, obliga a los países a incrementar su producción agrícola mediante la intensificación y la ampliación de la superficie cultivada, sobre todo la superficie de regadío.

2. La agricultura, a la que se destina un 70 por ciento de las extracciones mundiales, constituye el primer sector consumidor de agua. El consumo de los núcleos urbanos representa el 10 por ciento, mientras que el consumo correspondiente a la industria es del 20 por ciento. En África, estas proporciones se sitúan, respectivamente, en el 85 por ciento, el 9 por ciento y el 6 por ciento. En el África subsahariana sólo se aprovecha un 2,9 por ciento de los recursos hídricos.

3. Las proyecciones demográficas y las previsiones de las futuras necesidades de agua indican que se producirá una disminución de los recursos hídricos por habitante, con lo que se intensificará la competencia entre el riego y los demás sectores usuarios de agua a medida que aumenten sus necesidades.

4. Por término medio, el 40 por ciento del agua extraída de cursos fluviales, lagos y acuíferos con fines agrícolas contribuye de forma efectiva a la producción vegetal. El resto se pierde de diversas maneras. Así pues, es posible economizar un considerable volumen de agua mejorando la eficacia del riego y la productividad del agua, así como adoptar un enfoque integrado en relación con la ordenación de las aguas. Ésa fue una de las recomendaciones formuladas por la Mesa redonda ministerial, sobre la importancia del agua y la infraestructura para garantizar la seguridad alimentaria sostenible, celebrada en Roma el 1º de diciembre de 2003 en el marco del 32º período de sesiones de la Conferencia de la FAO.

5. En este documento se presentan la situación actual respecto del aprovechamiento agrícola del agua con vistas a lograr la seguridad alimentaria y el enfoque, por lo general fragmentario, de las políticas hídricas nacionales. Asimismo se examinan los principios de la ordenación integrada de los recursos hídricos (IWRM) y se muestra que los objetivos de seguridad alimentaria sólo pueden alcanzarse en el marco de la IWRM, y ello suponiendo que se cumplan todas las demás condiciones necesarias.

II. PRODUCCIÓN AGRÍCOLA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA

6. La agricultura constituye la principal fuente de la alimentación humana, pero, a pesar del considerable aumento de la producción mundial de alimentos registrado en los últimos 40 años, unos 842 millones de personas en todo el mundo siguen padeciendo hambre, un 23 por ciento de ellas en el África subsahariana y un 60 por ciento en el Asia sudoriental (ilustración 1).

7. La población mundial actual, cifrada en 6 000 millones de personas, aumentará hasta 8 100 millones en 2030. Hacia 2050 se estabilizará en torno a 9 300 millones de personas. La población de África rondará los 1 000 millones. Este crecimiento demográfico dará lugar a una mayor demanda de producción de alimentos.

8. Puede hacerse frente al crecimiento de la demanda de alimentos mediante un aumento combinado del rendimiento de los cultivos, de la superficie cultivada o de la intensidad de cultivo. Más de tres cuartos del aumento de la producción de alimentos registrado en los últimos decenios se deben al aumento del rendimiento y a la ampliación de la superficie de regadío. Esta última representa hoy en día el 20 por ciento de las tierras agrícolas y proporciona el 40 por ciento de la producción vegetal en los países en desarrollo. En el año 2000 había en África 12,7 millones de hectáreas de regadío, equivalentes a aproximadamente el 7 por ciento de las tierras de labranza y a la cuarta parte de la superficie que podría ponerse en regadío en el continente.

Ilustración 1: Mapa en el que se indica el porcentaje de población que padece malnutrición



Fuente: [1]

9. Hay que reconocer que, dada la actual tendencia de las inversiones en regulación de las aguas con fines agrícolas, el objetivo de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación (CMA) de reducir a la mitad, para el año 2015, el número de personas que padecen hambre en el mundo no se alcanzará antes de 2150. Al respecto, es muy alentador el compromiso asumido por los países africanos con ocasión de la reunión de Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Africana, celebrada en Maputo en julio de 2003, a efectos de elevar al 10 por ciento, entre el momento actual y 2007, la proporción del presupuesto nacional destinada a la agricultura y el desarrollo rural.

10. Para contribuir a la lucha contra la inseguridad alimentaria la FAO puso en marcha en 1994 el Programa Especial para la Seguridad Alimentaria (PESA), destinado a los países de bajos ingresos y con déficit de alimentos. El principal objetivo de este Programa es ayudar a los países a mejorar su seguridad alimentaria (recuadro 1) a escala nacional –a través de incrementos rápidos de la productividad y la producción de alimentos y de reducciones de la variación interanual de la producción– sobre una base sostenible en los planos económico y ambiental. En el marco de su componente relativo a la regulación de las aguas, el Programa se dedica a promover la utilización de tecnologías eficaces de bajo costo adaptadas a las condiciones locales de los campesinos: técnicas de recogida de agua, bombas de pedal, etc.

RECUADRO 1: Definición de seguridad alimentaria

Según la definición aprobada en la CMA, celebrada en Roma en 1996, existe seguridad alimentaria cuando todas las personas tienen en todo momento acceso físico y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias en cuanto a los alimentos a fin de llevar una vida activa y sana. Ello significa no sólo que el país debe disponer de suficientes alimentos, sino también que sus habitantes han de tener los medios para comprarlos. El objetivo establecido por la Cumbre era reducir el número de personas afectadas por la inseguridad alimentaria de 800 millones, según estimación de 1995, a 400 millones en 2015.

III. LOS RECURSOS HÍDRICOS


3.1 El agua disponible

11. África sólo dispone de 5 000 m3 anuales por habitante, en comparación con los 24 000 m3 anuales por habitante de América o los 9 000 m3 anuales por habitante de Europa [2]. Además, la distribución de los recursos hídricos del continente es desigual (ilustración 2). Por sí solo, el río Congo representa el 30 por ciento del caudal total del continente, mientras que otros 10 cursos fluviales importantes representan el 50 por ciento del caudal en su conjunto. Las regiones sudanosaheliana y del norte sólo aportan el 1,2 por ciento y el 4,3 por ciento, respectivamente, del total de los recursos hídricos renovables.

Ilustración 2: Mapa de los recursos hídricos de África


Fuente: [2]

3.2 Los múltiples usos del agua

12. Los recursos hídricos africanos todavía están poco explotados. Al año se extrae menos del 4 por ciento de los recursos hídricos renovables; la mitad de este porcentaje corresponde a los países del norte (cuadro 1).

a) Usos domésticos

13. La tasa de atención de las necesidades de agua potable sigue siendo muy baja en África, si bien en el curso del Decenio Internacional del Agua Potable (1981-1990) aumentó del 32 por ciento al 42 por ciento. La tasa de extracción con fines de abastecimiento de agua potable es del 9 por ciento. La población urbana se encuentra en mejor situación que la rural, pues el 65 por ciento de la primera dispone de acceso a agua potable, frente a un 25 por ciento en el caso de la segunda [4].

b) Usos agrícolas

14. La proporción de extracción con fines agrícolas es mayor en África (un 85 por ciento) que en las demás regiones del mundo, pero la tasa de extracción varía considerablemente de una región a otra (cuadro 1). A escala mundial, las extracciones con fines agrícolas representan el 70 por ciento del total. En el África subsahariana actualmente sólo se explota una proporción reducida del potencial de riego. En la ilustración 3 se indican las extracciones de agua con fines agrícolas como porcentaje del total de los recursos hídricos renovables.

Cuadro 1: Distribución regional de las extracciones de agua en África

Región

Recursos renovables internos (km3 anuales)

Extracciones de agua

Agricultura
×106m3 anuales

Aldeas
×106m3 anuales

Industrias
×106m3 anuales

Total
×106m3 anuales

Porcentaje de los recursos internos

Norte

50

65 000

5 500

5 800

76 300

152,6

Región sudanosaheliana

170

22 600

1 200

300

24 100

14,2

Golfo de Guinea

952

3 800

1 600

700

6 100

0,6

Centro

1 946

600

600

200

1 400

0,1

Este

259

5 400

900

200

6 500

2,5

Islas del Océano Índico

340

16 400

200

20

16 620

4,9

Sur

274

14 100

3 000

1 800

18 900

6,9

Total

3 991

127 900
(85%)

13 000
(9%)

9 020
(6%)

149 920
(100%)

3,8

África subsahariana

3941

99 400
(88%)

9 500
(8%)

4 400
(4%)

113 300
(100%)

2,9

Fuentes: [5] y [6]


Ilustración 3: Extracciones de agua con fines agrícolas como porcentaje
de los recursos hídricos renovables (1998)


Fuente: [1]

c) Usos industriales y energéticos (eléctricos) y otros usos del agua

15. Las industrias emplean unos 9 020 km3 de agua al año, cifra que representa aproximadamente el 6 por ciento de las extracciones de agua. Sólo un 4 por ciento del suministro de energía eléctrica de África proviene de fuentes hidroeléctricas [7], es decir, menos del 5 por ciento del potencial de energía eléctrica [8]. También se destina agua al turismo, la pesca y el transporte, sectores usuarios pero no consumidores (el agua vuelve a entrar en el circuito después de su uso).

IV. LA ORDENACIÓN INTEGRADA DE LOS RECURSOS HÍDRICOS


4.1 La IWRM: fuentes, principios y contenido

16. Los Jefes de Estado y de Gobierno representados en la CMA de 1996 establecieron el objetivo de reducir de 800 a 400 millones para 2015 el número de personas afectadas por la inseguridad alimentaria. En 2001 fijaron el mismo plazo para reducir a la mitad el número de personas que carecen de acceso a agua potable. Estos objetivos sólo podrán cumplirse en el marco de la IWRM (recuadro 2).

RECUADRO 2: Principios y contenido de la IWRM

Las bases del consenso en torno al principio de la IWRM quedaron sentadas durante la Consulta internacional de Copenhague sobre el desarrollo y la ordenación integrada de los recursos hídricos (noviembre de 1991) y durante la Conferencia Internacional de Dublín sobre el Agua y el Medio Ambiente (enero de 1992). Estos principios se formularon en Dublín del siguiente modo:

  • el agua dulce es un recurso finito y vulnerable, esencial para sostener la vida, el desarrollo y el medio ambiente;
  • el aprovechamiento y la gestión del agua deben inspirarse en un planteamiento basado en la participación de los usuarios, los planificadores y los responsables de las decisiones a todos los niveles;
  • la mujer desempeña un papel fundamental en el abastecimiento, la gestión y la protección del agua;
  • el agua tiene un valor económico en todos sus diversos usos en competencia a los que se destina y debería reconocerse como bien económico.

Estos principios constituyeron la base del documento principal presentado en la Cumbre para la Tierra, celebrada en junio de 1992 en Río de Janeiro, para los debates sobre los problemas relativos al agua. En el curso de esta Cumbre, la totalidad de los países aprobó los principios rectores de la acción concertada para la regulación y la ordenación de los recursos hídricos, que se consignaron en un documento titulado Programa 21.

El Comité Asesor Técnico de la Alianza Mundial en favor del Agua formuló la siguiente definición de IWRM: «La ordenación integrada de los recursos hídricos (IWRM) es un proceso que favorece el aprovechamiento coordinado de los recursos hídricos terrestres y otros recursos conexos, con vistas a lograr el máximo bienestar económico y social que sea posible derivar de ese aprovechamiento, de manera equitativa, sin poner en peligro la sostenibilidad de los ecosistemas vitales» [9].

17. La IWRM se considera actualmente el marco más apropiado para una «buena gestión del agua». Efectivamente, la política hídrica de numerosos asociados para el desarrollo o instituciones de financiación para el desarrollo como el Banco Mundial, el Banco Africano de Desarrollo (BAfD) o la Unión Europea se centra ahora en la necesidad de adoptar un marco normativo global en relación con el agua, una gestión descentralizada de los servicios, una tarificación económica del agua y una mayor participación de los interesados, es decir, en la ordenación integrada de los recursos hídricos.

4.2 Situación actual en África y necesidad de la IWRM

4.2.1 Situación de los recursos hídricos

18. África se caracteriza por las grandes variaciones de las precipitaciones y por una evaporación acusada. La irregularidad temporal de las precipitaciones ocasiona, a su vez, una gran fluctuación interanual del caudal de los cursos fluviales y sequías recurrentes, que pueden ser causa de hambruna. En determinados países, el uso actual de agua sobrepasa el volumen de los recursos renovables, y la diferencia se compensa explotando recursos fósiles. Otros muchos países extraen más agua de la que tienen disponible en su territorio, pues se benefician de aportaciones transfronterizas procedentes de otros países [2]. La mayoría de los países africanos comparte al menos una cuenca fluvial internacional (cuadro 2).

Cuadro 2: Cuencas fluviales internacionales que drenan una superficie superior a 30 000 km2

Nombre de la cuenca hidrográfica

Superficie de la cuenca (x 1 000 km2)

Países que comparten la cuenca

1

Congo

3 690

Angola, Burundi, Camerún, Congo, República Centroafricana, República Democrática del Congo, Rwanda, Tanzanía, Zambia

2

Nilo

2 850

Burundi, Egipto, Eritrea, Etiopía, Kenya, República Democrática del Congo, Rwanda, Sudán, Tanzanía, Uganda

3

Níger-Benue

2 230

Benin, Burkina Faso, Camerún, Chad, Côte d’Ivoire, Guinea, Malí, Níger, Nigeria

4

Lago Chad

1 900

Camerún, Chad, Níger, Nigeria, República Centroafricana, Sudán

5

Zambeze

1 290

Angola, Botswana, Malawi, Mozambique, Namibia, Tanzanía, Zambia, Zimbabwe

6

Orange Senou

800

Botswana, Lesotho, Namibia, Sudáfrica

7

Lago Turkana

500

Etiopía, Kenya, Sudán, Uganda

8

Juba-Shebelli

450

Etiopía, Kenya, Somalia

9

Limpopo

400

Botswana, Mozambique, Sudáfrica, Zimbabwe

10

Volta

390

Benin, Burkina Faso, Côte d’Ivoire, Ghana, Malí, Togo

11

Senegal

340

Guinea, Malí, Mauritania, Senegal

12

Okavango

320

Angola, Botswana, Namibia, Zimbabwe

13

Ogué

220

Camerún, Gabón, Guinea Ecuatorial, República Democrática del Congo

14

Ruvuma

150

Malawi, Mozambique, Tanzanía

15

Awash

120

Djibouti, Etiopía

16

Cunene

110

Angola, Namibia

17

Sabi (Save)

103

Mozambique, Zimbabwe

18

Gambia

78

Gambia, Guinea, Guinea-Bissau, Senegal

19

Sassandra

78

Côte d’Ivoire, Guinea

20

Comoé

77

Burkina Faso, Côte d’Ivoire

21

Baraka

60

Eritrea, Sudán

22

Cross

48

Camerún, Nigeria

23

Oueme

48

Benin, Nigeria, Togo

24

Komati

46

Mozambique, Sudáfrica, Swazilandia

25

Pangani

35

Kenya, Tanzanía

26

Maputo

34

Mozambique, Sudáfrica, Swazilandia

27

Cavalla

32

Côte d’Ivoire, Guinea, Liberia

28

Gash

32

Eritrea, Sudán

Fuente: [7]

4.2.2 Ordenación actual de los recursos hídricos

19. Hasta el día de hoy, son pocos los países africanos que han elaborado una política global de utilización del agua. Cada subsector prepara su propia estrategia sin tener en cuenta las necesidades de los otros subsectores. Esta ordenación fragmentaria y subsectorial del agua ya no es admisible en un contexto caracterizado por el rápido aumento de la demanda de todo tipo y la disminución de los recursos hídricos. En la mayor parte de los países africanos la situación actual se caracteriza por lo siguiente:


Cuadro 3: Principales organizaciones de cuencas fluviales de África

Nombre de la cuenca hidrográfica

Nombre de la organización

Fecha de creación

1

Gambia

OMVG (Organización para el Desarrollo de la Cuenca del Río Gambia)

1967

2

Kagera

KBO (Organización de la Cuenca del Kagera)

1977

3

Lago Chad

CCLC (Comisión de la Cuenca del Lago Chad)

1954

4

Mano

MRU (Unión del Río Mano)

1973

5

Níger

ABN (Administración de la Cuenca del Río Níger)

1963

6

Nilo

Tecconile (Comisión Técnica para las Aguas del Nilo)

1993

7

Senegal

ODRS (Organización para el Desarrollo del Río Senegal)

1972

8

Zambeze

ZRA (Autoridad para el Río Zambeze)

-

Fuente: [7] (en febrero de 1999 Tecconile se convirtió en la Iniciativa para la Cuenca del Nilo)

4. 3 Importancia y aplicación de la IWRM

20. Los principios de la IWRM deberían servir de inspiración a la política hídrica nacional integrada que los gobiernos son responsables de elaborar teniendo en cuenta el contexto concreto de cada país. Esta política debe coordinarse con las demás políticas que inciden en la utilización del agua, como las relativas a la agricultura, la industria, la energía, el desarrollo urbano u otro tipo de infraestructura urbana y rural, mientras que la cuenca hidrográfica ha de ser la unidad geográfica lógica para la aplicación de la IWRM y la ordenación de los recursos naturales con vistas a la producción agrícola.

21. Así pues, los Estados deben crear un marco de organización que conste de medidas institucionales, jurídicas y normativas con los siguientes objetivos:

22. El fortalecimiento de la capacidad nacional indispensable para la planificación, el desarrollo y la ordenación de los recursos hídricos debe tener carácter prioritario. La competencia en la esfera de las relaciones humanas (negociación, capacidad de dirección, comunicación, etc.) es tan importante como la competencia en gestión de los equipos y los datos. El éxito de las políticas depende de este factor [11].

23. A escala regional, deben crearse marcos de cooperación pacífica para facilitar la armonización de las políticas y legislaciones relativas a los recursos hídricos. En el caso de las cuencas fluviales compartidas, los países ribereños deberían dinamizar las organizaciones existentes o, si todavía no existen, crear organizaciones para poder aplicar los principios de la IWRM, comprendidos los relativos a la gestión de los casos de catástrofe natural. A escala internacional existen ejemplos en los que la explotación de los recursos hídricos comunes ha servido de catalizador adecuado para mejorar la cooperación entre países (recuadro 3).

RECUADRO 3: Cooperación internacional en relación con cuencas transfronterizas

El ejemplo de la Organización para el Desarrollo del Río Senegal (ODRS) constituye un caso único en África en el que tres Estados ribereños han creado infraestructura común con vistas a la ordenación concertada de los recursos hídricos de la cuenca. Tres convenciones establecen el marco institucional y jurídico de la cooperación entre los tres Estados miembros de la ODRS: la convención del 11 de marzo de 1972 por la que se crea la ODRS y se establece el estatuto del río, la convención del 21 de diciembre de 1978 relativa al estatuto de las obras comunes y la convención del 12 de mayo de 1982 relativa a las modalidades de financiación de las obras comunes. En 2002 se dotó a la ODRS de una carta de las aguas del río Senegal que, entre otras cosas, establece que la asignación de las aguas a los distintos usos se determinará teniendo en cuenta la disponibilidad del recurso e integrando los siguientes elementos: i) la cooperación regional y ii) la ordenación integrada del recurso.

4.4 Repercusiones de la IWRM en la seguridad alimentaria

4.4.1 Aumento de la eficacia en el aprovechamiento de las aguas

24. La IWRM se basa en el aprovechamiento óptimo del agua y los recursos conexos. El aprovechamiento eficiente del agua y la disminución de las pérdidas evitables serán en todas las esferas objetivos cruciales para el futuro. En lo que respecta a la agricultura, deberán emplearse técnicas de aprovechamiento óptimo del agua, tanto en la agricultura de regadío como en la de secano. Estas técnicas contribuirán principalmente a:

a) Mejorar la eficacia del riego y la productividad del agua en la agricultura de regadío

Por término medio, sólo el 40 por ciento del agua extraída de cursos fluviales, lagos y acuíferos contribuye de forma efectiva a la producción vegetal. El 60 por ciento restante se pierde de diversas maneras (evaporación, infiltración de los canales, riego de las parcelas superior a las necesidades de las plantas, etc.). No obstante, ciertas pérdidas son evitables, y una gran cantidad de agua podría recuperarse y reutilizarse. En el caso de la agricultura de regadío, el principal reto será aumentar las cosechas consumiendo menos agua y operando con financiación limitada. Las tecnologías disponibles permiten lograr este objetivo. Un análisis de la FAO centrado en 93 países en desarrollo indica que, por término medio, la eficacia del aprovechamiento de las aguas de riego aumentará del 38 por ciento aproximadamente el 42 por ciento en el curso de los próximos 30 años [13].

La mejora de la eficacia del riego y de la productividad del agua en la agricultura de regadío permitiría liberar importantes recursos hídricos, que podrían destinarse a la ampliación de la superficie en regadío y a los demás usos del agua.

b) Mejorar el abastecimiento de agua en los cultivos de secano

La agricultura de secano parece estar expuesta a grandes riesgos, sobre todo en las zonas semiáridas, pero, habida cuenta de que en muchos casos la lluvia es la única fuente de agua disponible, hay que utilizarla de la forma más eficaz posible. Por ese motivo, conviene dar a conocer y divulgar las técnicas ensayadas de recogida de aguas pluviales y de conservación de la humedad del suelo con vistas a su adopción.

4.4.2 Ordenación y habilitación de los pantanos de valles interiores

25. Los pantanos de valles interiores encierran interesantes posibilidades de intensificación y diversificación, supeditadas a una mayor disponibilidad de agua. En la mayoría de las regiones de África situadas al sur del Sahara se utilizan para el cultivo del arroz, el cultivo de huertas, como pastizales para el ganado, etc. Sin embargo, los resultados obtenidos son con frecuencia modestos, en parte como consecuencia de la imprevisibilidad del comportamiento hidrológico de estos ecosistemas agrícolas. El aprovechamiento de los pantanos de valles interiores mediante obras de bajo costo de regulación parcial del agua y su explotación permite reducir la presión que sufren las tierras de las mesetas, donde son grandes los riesgos de agotamiento de los suelos y de aterramiento del lecho del curso fluvial cuando éste está encajonado. La explotación de los pantanos de valles interiores debería inscribirse en el marco de la ordenación integrada de las cuencas hidrográficas.

4.4.3 Ordenación integrada de las tierras y las aguas en las cuencas hidrográficas y protección del medio ambiente

26. Al garantizar la supervivencia de los ecosistemas mediante la ordenación sostenible e integrada de los recursos hídricos y de tierras, la IWRM permite proteger las tierras y la cubierta vegetal contra la degradación y las aguas contra la contaminación, así como mitigar el proceso de aterramiento de los embalses y de los ríos. Favorece la conservación y mejora de la productividad de los pastizales y el aumento de la disponibilidad de productos alimentarios provenientes de los bosques, a los cuales recurren 1 600 millones de personas de todo el mundo, según la FAO [13]. Además, al proteger las zonas húmedas, permite conservar su efecto natural de filtración con vistas a la depuración de las aguas residuales, la conservación de la diversidad biológica, etc. La IWRM permite evitar o mitigar las repercusiones de ciertos problemas que han encontrado los sistemas hidroagrícolas. En efecto, en algunos casos estos sistemas pueden ser fuente de enfermedades y problemas medioambientales. Ciertas enfermedades derivadas de la presencia de agua, como el paludismo y la esquistosomiasis, son flagelos de importancia capital. La salinización de las tierras, con frecuencia efecto de la mala ordenación del agua, afecta a ciertas zonas de regadío ubicadas en regiones áridas (la cuenca del Níger en Malí, el valle del río Senegal). La contaminación del agua como consecuencia de la agricultura todavía no reviste gran importancia en África, pues se utilizan pocos insumos. La saturación hídrica de la superficie regada que se observa en la mayoría de las zonas de regadío africanas puede suponer una disminución considerable del rendimiento.

4.4.4 Aprovechamiento combinado de las aguas superficiales y las aguas subterráneas y reutilización de las aguas residuales

27. La IWRM tiende a la explotación racional de los distintos tipos de recursos hídricos, lo cual puede ofrecer posibilidades importantes con vistas al desarrollo del riego en pequeña escala. En este sentido:

4.4.5 Previsón y gestión racional de las crisis relacionadas con el agua

28. La IWRM se ocupa asimismo de la prevención y la gestión de las crisis relacionadas con el agua (inundaciones, sequías, contaminación). En caso de inundación, por ejemplo, se producen con frecuencia pérdidas de cultivos y de reservas de alimentos y derrumbamientos de pozos, y a menudo las vías de comunicación quedan destruidas [11]. La gestión eficaz de estas crisis permite reducir al mínimo sus efectos en las cosechas y la disponibilidad de alimentos, reducir sus repercusiones negativas en los demás recursos naturales y luchar contra la desertificación.

4.4.6 Mejor conocimiento de los recursos hídricos y sus usos

29. La buena ordenación de las aguas exige mejoras en la organización de los sistemas de recopilación, procesamiento, almacenamiento y divulgación de datos relativos a los recursos hídricos y los usos a que se destinan. Lamentablemente, en un gran número de países africanos los sistemas de recopilación de datos sobre el agua están en declive debido a que faltan los recursos financieros necesarios para su mantenimiento y su ampliación. La IWRM debería permitir invertir esta tendencia.

IV. FINANCIACIÓN DE LA ORDENACIÓN DE LOS RECURSOS HÍDRICOS Y DE LA INFRAESTRUCTURA RURAL

30. El sector del agua necesita un importante volumen de financiación en relación con el riego, el abastecimiento de agua potable, el tratamiento de las aguas residuales, la protección del medio ambiente y otras cuestiones. La mayoría de los países africanos no puede atender estas necesidades de inversión al nivel adecuado. El crédito destinado a este sector por los gobiernos y por los asociados para el desarrollo sigue siendo insuficiente y no deja de disminuir. Ahora bien, para garantizar su seguridad alimentaria África debe aprovechar sus recursos hídricos y ampliar la superficie donde se practica la agricultura de regadío. El aprovechamiento del agua con fines agrícolas debe ser objeto en adelante de una orientación más estratégica. Así pues, conviene movilizar los recursos y el interés necesarios para el desarrollo acelerado de la infraestructura rural (caminos, obras hidráulicas, etc.), el fortalecimiento de la capacidad de investigación y extensión y la capacitación generalizada de los productores en técnicas mejoradas de producción, de transformación y de ordenación de las aguas.

31. Según estimaciones preliminares de la FAO, es posible aumentar, de los 14 millones de hectáreas actuales a 30 millones de hectáreas en 2015, la superficie que se beneficia de una inversión en regulación del agua. Para ello, será necesaria una inversión total estimada en unos 37 000 millones de dólares EE.UU. Esta estimación se basa en un análisis preliminar de la situación y las necesidades que deberá validarse mediante evaluaciones en cada país.

32. Por lo general, las inversiones en agua e infraestructura pueden efectuarse de forma simultánea en tres niveles: i) a pequeña escala, la investigación sobre soluciones adaptadas a las condiciones locales indica que, de ser posible, debe concederse prioridad a tecnologías sencillas de poca envergadura y con alto coeficiente de mano de obra; ii) a escala media, la inversión pública debería orientarse a la modernización de la infraestructura existente, la mejora de los servicios relativos al agua y la creación de un entorno favorable a la ampliación de la inversión privada ; y iii) a gran escala, los países, en asociación, cuando proceda, con el sector privado, deberían garantizar un entorno favorable que permita mejorar la rentabilidad de las inversiones necesarias en el sector agrícola. Se procurará lo siguiente:


RECUADRO 4: El BAfD y la ordenación integrada de los recursos hídricos

Entre otras cosas, el BAfD ha decidido:

- fomentar y respaldar los esfuerzos realizados por los países ribereños con vistas a definir de común acuerdo estrategias de ordenación integrada de los recursos hídricos;
- prestar apoyo a las organizaciones multinacionales y a los organismos de cuencas formados por más de un país;
- tratar de obtener el acuerdo general entre los países ribereños en lo que respecta a las propuestas de proyecto presentadas por un país con vistas a la explotación de los recursos hídricos comunes.


33. En el marco de la Nueva Alianza para el Desarrollo de África (NEPAD), será fundamental la combinación de inversiones estratégicas del sector público e inversiones privadas conexas para garantizar la intensificación agrícola necesaria y para cumplir los objetivos establecidos en las numerosas cumbres internacionales con vistas a reducir la pobreza y mejorar la seguridad alimentaria y el crecimiento económico. Las inversiones en regulación del agua deberán efectuarse conjuntamente, en el plano de los países, las instituciones subregionales de cooperación y el continente. Los países deberán implantar políticas de inversión pública y asegurarse de que el marco macroeconómico, político e institucional sea favorable a estas inversiones. Asimismo, deberán promover la inversión privada y crear condiciones que faciliten la concesión de asistencia oficial para el desarrollo. Las instituciones subregionales cumplirán importantes funciones en el fomento de las inversiones en riego mediante el desarrollo de mercados subregionales. La experiencia continental respecto de la ordenación transfronteriza de las aguas y en relación con los organismos de las cuencas fluviales o de los lagos deberá aprovecharse para negociar la distribución apropiada de los recursos hídricos entre los distintos países y sectores teniendo en cuenta asimismo las consecuencias ambientales.

34. Por último, a escala continental, la NEPAD deberá orientar los esfuerzos nacionales de inversión pública y de asistencia oficial para el desarrollo hacia la regulación del agua, con vistas a garantizar la mayor repercusión posible en la reducción de la pobreza y en la seguridad alimentaria. Además, deberá garantizar una integración adecuada entre los distintos tipos complementarios de inversión pública, en particular con respecto a la infraestructura rural (almacenamiento, transporte, comercialización, envasado, etc.).

V. CONCLUSIÓN

35. En vista de que los recursos hídricos y de tierras no aumentan a la par que las necesidades alimentarias, la seguridad alimentaria sólo es concebible en el marco de una ordenación sostenible de estos recursos. La IWRM es una opción estratégica recomendada para todas las actividades de desarrollo socioeconómico relacionadas con el agua. En un contexto internacional en el que cada vez es mayor el reconocimiento del valor económico del agua, la rentabilidad económica de las inversiones agrícolas relacionadas con el agua sólo puede garantizarse mejorando la productividad de este recurso. Ahora bien, se reconoce que para un gran número de países del mundo, sobre todo países africanos, el riego sigue siendo un componente fundamental de toda estrategia tendente a aumentar de forma sostenible la producción agrícola indispensable para atender las necesidades alimentarias en aumento. En consecuencia, deberán destinarse al riego medios e inversiones que permitan aumentar su eficacia y la productividad del agua. De esa manera, no sólo se logrará mejorar la seguridad alimentaria de la población, sino también ahorrar enormes cantidades de agua que podrán aprovecharse para otros usos. El marco idóneo para materializar estas mejoras es actualmente la IWRM, entendida como enfoque que integra, por una parte, los sectores usuarios de agua y, por otra, los distintos usos dentro de cada sector. El objetivo de la CMA de reducir a la mitad, para el año 2015, el número de personas que padecen hambre no podrá alcanzarse antes de 2150 si no se mantiene la actual tendencia de las inversiones en regulación del agua con fines agrícolas. Por consiguiente, la NEPAD deberá orientar las inversiones públicas nacionales y la asistencia oficial para el desarrollo a la regulación del agua, con vistas a garantizar la mayor repercusión posible en la seguridad alimentaria y en la reducción de la pobreza. Habrá que fomentar la asociación entre el sector público y el privado, dotar de mayor atractivo a las inversiones y mejorar su sostenibilidad.

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