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Midiendo los Déficits de Polinización

¿Por qué es importante medir los déficits de polinización? La salud de los polinizadores puede afectar la productividad sostenida de los cultivos, huertos y pastos. La desaparición de los grupos de polinizadores puede afectar los ecosistemas a todos los niveles, ya que esto atañe a las comunidades de plantas y animales, y a los sistemas naturales, donde ellos y nosotros vivimos.  
En el 2000, El Convenio sobre la Diversidad Biológica tomó nota sobre la reducción de los polinizadores y estableció la Iniciativa Internacional de Polinizadores, que reconoce que las abejas melíferas no son los únicos polinizadores en los campos. De hecho una reciente publicación resaltó el rol crítico e irremplazable que las abejas silvestres juegan también en la agricultura. No obstante, se necesita más información sobre los servicios para el manejo de la polinización por parte de las abejas silvestres. Además, necesitamos con urgencia conocer más información específica sobre la magnitud y las causas de la reducción de los polinizadores, de manera que podamos saber dónde es necesario enfocarse.

Importancia
El 78 por ciento de todas las plantas florecientes en comunidades ubicadas en zonas templadas son polinizadas por abejas, moscas y pájaros, e incluso más del 94 por ciento en comunidades tropicales, mientras que el resto se poliniza por el viento.
Los cultivos más dependientes de los polinizadores son las hortalizas y los frutales, lo que representa cerca de €50 mil millones cada uno, seguido por las plantas oleaginosas, los estimulantes (café, cacao, etc.), nueces y especias, muchas de las cuales son de importancia primordial para la seguridad de los nutrientes y dietas saludables.  
El valor total económico de la polinización de los cultivos mundialmente ha sido estimado en €153 mil millones anualmente, o sea el 9.5% del valor total de la producción mundial de alimentos de la agricultura.
Los polinizadores animales, tales como las abejas afectan el 35 por ciento de la producción mundial de cultivos, que aumenta el rendimiento de 87 de los cultivos alimenticios más importantes a nivel mundial, o el 75 por ciento de todos los cultivos.
Los polinizadores silvestres y las abejas melíferas criadas pueden complementarse unas a las otras. En estudios de polinización de girasol, la eficiencia de la polinización de la abeja melífera forrajeadora se elevó hasta 5 veces con la presencia de abejas silvestres.


Tendencias
La población global de las colmenas de abejas ha aumentado en un 45 por ciento durante la última mitad del pasado siglo. Si bien esto es muy positivo, al mismo tiempo ha habido un aumento mucho más rápido (>300 porciento) de la fracción de la agricultura dependiente de la polinización animal en la última mitad del siglo pasado.  Esto quiere decir que la capacidad global de proveer suficientes servicios de polinización puede estar afectada, y más pronunciadamente en el mundo en desarrollo que en los países desarrollados (Aizen y Harder 2009).
Cada continente, excepto la Antárctica, posee informes sobre la reducción de polinizadores en al menos una región/país. Las pérdidas de los servicios de polinización han sido bien informadas en muchos casos específicos.
Como los polinizadores criados, tales como las abejas melíferas, se enfrentan a una serie de amenazas, los servicios dados por los polinizadores silvestres se vuelven aún más cruciales.

¿Cómo la FAO y sus países miembros contribuyen a la sostenibilidad de los polinizadores? Cuando la polinización fue reconocida como una preocupación global, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) fue capaz de coordinar el desarrollo e implementación de un proyecto global sobre servicios de polinización. El proyecto fue desarrollado en colaboración con siete países en desarrollo: Brasil, Gana, India, Kenia, Nepal, Paquistán y África del Sur. Una de las prioridades del proyecto – identificada por los países participantes – fue desarrollar un protocolo para identificar y evaluar los déficits de polinización desde la perspectiva del agricultor, guiado por la FAO y el Institut National de la Recherche Agronomique en Avignon, Francia. Este protocolo fue aplicado en los siete  países participantes, y se descubrió que las prácticas de manejo para asegurar la abundancia de los polinizadores pueden aumentar la fructificación en árboles de mango en un 35% en Gana, puede mejorar la producción de semillas de mostaza en un 25% en Nepal, y aumentar el contenido de aceite en la colza en un 8% en Brasil.   
En el 2013, la nueva Plataforma Intergubernamental sobre la Biodiversidad y los Servicios de los Ecosistemas (IPBES) entró en vigor, el equivalente de Biodiversidad al premio Nobel del ganador Cuadro Intergubernamental sobre Cambio Climático. Mientras IPBES está elaborando sus modalidades (IPBES se plantea como una interface de ciencia-conocimiento-política), el Gobierno de Noruega intervino a fin de estudiar el protocolo de déficit de polinización desarrollado por FAO, y sugirió que una mejor comprensión de cómo aplicarlo podría dar una percepción del futuro trabajo de IPBES.
De esta forma el Ministerio del Ambiente Noruego ha apoyado a FAO en el 2013 para capacitar socios nacionales de investigación en cinco países adicionales, dispuestos a aplicar el protocolo:  Argentina, China, Colombia, Indonesia y Zimbabue.  Los investigadores de Noruega han también aplicado el protocolo a las manzanas y trébol en el país. Además, como IPBES apoya fuertemente el valor de los sistemas indígenas y locales como una parte importante de la evaluación, FAO ha trabajado con Grupos Indígenas sobre Agrobiodiversidad y Soberanía Alimentaria, invitando a las comunidades indígenas y locales a dar aportes en cómo ellos pueden de forma diversa entender y evaluar los polinizadores y los servicios de polinización desde un enfoque puramente científico; y también cómo ellos aplicarían el protocolo a las áreas de cafetales que son atendidas por comunidades indígenas en la India meridional.

¿Qué es particularmente singular en este enfoque?  Casi todos los estudios previos de polinización de cultivos han medido las variables importantes biológicamente, tales como la deposición del polen, o la fructificación y producción de semillas, pero datos de campo consistentes por el momento no existen para los rendimientos agrícolas- el centro lógico de atención de los agricultores.
Con el apoyo noruego a FAO y sus socios en todo el mundo, se convocó un “taller de trabajo” en Julio 2013, en São Paulo, Brasil, donde los participantes prepararon un marco laboral analítico y los conjuntos de datos de once países y de once sistemas de cultivo (desde frambuesas hasta colza, trébol, calabaza y otros) para un meta-análisis de los déficits de polinización. El usar un protocolo simple y común, aplicable y adaptable a una multitud de condiciones locales y sistemas podría ser una vía para que IPBES enfoque la evaluación de los servicios de ecosistema. El meta-análisis es una herramienta analítica, todavía poco usada en FAO, o lente potente a través del cual se analizan las conclusiones y resultados de las investigaciones realizadas en diferentes países y ecosistemas, muy en correspondencia con los mandatos centrales de FAO. De hecho, en la recién concluida segunda plenaria de IPBES, que tuvo lugar en diciembre de 2013 en Antalya, Turquía, una rápida evaluación de los polinizadores y la polinización asociada con la producción de alimentos fue aprobada, y las actividades de FAO en este campo fueron mencionadas. En particular, se enfatizó que  “mediante la conducción de los meta- análisis sobre los asuntos claves de IPBES se puede proporcionar un resumen sobre los temas claves de manera que éste resulte útil para los formuladores de políticas”.
A pesar que los resultados completos están aún por ser compilados, los resultados iniciales muestran que asegurando óptimamente los servicios de polinización habrá un fuerte efecto positivo en los rendimientos. Como promedio, un 100% de aumento de los polinizadores  (lo cual es biológicamente realista de producirse a través del manejo de las prácticas) resulta en un aumento de 24% de los rendimientos, de los cultivos dependientes de los polinizadores.

Para mayor información, dirigirse a www.internationalpollinatorsinitiative.org


Este proyecto de FAO fue financiado por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente,  Fondo Mundial para el Medio Ambiente y el Ministerio Noruego de Ambiente.