Convenio de Rotterdam: Asistencia técnica intersectorial para países de habla portuguesa en África


Históricamente, este tratado jurídicamente vinculante, inspirado por la urgente necesidad de los países con un débil sistema nacional de alerta en lo relativo a los plaguicidas, se ha hecho responsable de informar sobre los riesgos que representan estos químicos a los recursos naturales y a la salud de la población por uso irracional de plaguicidas.

El intercambio de información sobre las decisiones nacionales respecto a la importación y uso de ciertos plaguicidas peligrosos es realmente uno de los elementos claves a través del cual el Convenio de Rotterdam opera y aporta beneficios a las partes. Cuando el Convenio de Rotterdam entró en vigor en 2004, la asistencia técnica fue principalmente dirigida a incentivar el proceso de ratificación por parte de los países e igualmente a elevar la capacidad de los puntos focales nacionales para la implementación de las obligaciones del Convenio.

Hoy las actividades de asistencia técnica van progresivamente encaminadas a reforzar las decisiones tomadas por las 154 partes que han ratificado el convenio. Tal cambio de enfoque representa un paso clave para lograr un impacto más grande a nivel nacional, sub-regional y regional.

La integración con programas más amplios de intensificación de la producción agrícola y acciones de protección social ha sido seguida para integrar este tipo de intervenciones en los Objetivos Estratégicos de FAO SO2 y SO3. Es meritorio hacer notar que esto también representa un importante logro en la optimización del uso de los fondos y en el fortalecimiento de la colaboración entre las diferentes divisiones y grupos.

En línea con esto, el Secretariado del Convenio de Rotterdam ha recientemente creado un nuevo programa de asistencia técnica intersectorial adaptado a los países de habla portuguesa1, el cual contribuye con diferentes resultados bajo los Objetivos Estratégicos SO2 y SO3. El enfoque estratégico global es de centrarse en particular en la dimensión social del uso de plaguicidas y sus efectos adversos sobre los trabajadores rurales y las comunidades vecinas.

Una actividad principal es la recopilación de datos sobre los usos de plaguicidas y de exposición de varias comunidades rurales, tomando en consideración componentes específicos vinculados con grupos vulnerables y medidas de seguridad ocupacional y de la salud. Esto podría facilitar la remisión de las llamadas propuestas SHPF, una oportunidad dentro del Art. 6 del Convenio para países en desarrollo para informar sistemáticamente problemas de salud y ambiente con formulaciones específicas de plaguicidas. Finalmente, esta actividad contribuirá al trabajo decente en áreas rurales de una manera sistemática y global.

La creación de conciencia y sensibilidad sobre los riesgos de plaguicidas, el diálogo cercano con los interesados y la eliminación o sustitución de plaguicidas peligrosos puede dar la oportunidad de cambiar las prácticas peligrosas en el trabajo agrícola y dar paso al empleo sostenible de jóvenes en este importante sector económico en los países afectados.

Para hacer más efectivas estas acciones, una red de Autoridades Nacionales Designadas del Convenio de Rotterdam, los interesados principales nacionales y regionales relacionados con el manejo de plaguicidas y en el empleo de asuntos relacionados han sido movilizados. Esta iniciativa ha sido entusiásticamente bienvenida por todos los actores claves.

La trayectoria es todavía larga pero algunos progresos y logros se han ya alcanzado al vincular la intensificación sostenible de la agricultura y las acciones de protección social, por lo que se contribuye a las tres dimensiones del desarrollo sostenible.

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1Los países africanos de habla portuguesa, también llamados PALOP, son Angola, Cabo Verde, Guinea-Bissau, Mozambique, y São Tomé y Príncipe

 

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