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Productos inadecuados

Cuando los países en desarrollo compran o reciben donaciones de plaguicidas de las agencias de ayuda, y éstos no se adaptan a las necesidades requeridas, no se les da uso, y las formulaciones y los recipientes comienzan a deteriorarse. Es imperativo que los industriales, los gobiernos y las agencias donantes trabajen coordinadamente para garantizar que los plaguicidas enviados a los países en desarrollo se adapten exactamente a las necesidades del momento.

El Código Internacional sobre Conducta para la Distribución y la Utilización de Plaguicidas ofrece una guía y principios que abordan las principales causas de este problema, como están descritas en las secciones siguientes.

Productos inadecuados

Cuando los países en desarrollo compran o reciben donaciones de plaguicidas de las agencias de ayuda, y éstos no se adaptan a las necesidades requeridas, no se les da uso, y las formulaciones y los recipientes comienzan a deteriorarse. Es imperativo que los industriales, los gobiernos y las agencias donantes trabajen coordinadamente para garantizar que los plaguicidas enviados a los países en desarrollo se adapten exactamente a las necesidades del momento.

El Código Internacional sobre Conducta para la Distribución y la Utilización de Plaguicidas ofrece una guía y principios que abordan las principales causas de este problema, como están descritas en las secciones siguientes.

Envases poco prácticos

En ciertos casos el plaguicida en sí mismo puede ser eficaz, pero los recipientes en los que están contenidos hacen que su utilización no sea segura. Los plaguicidas a granel generalmente son suministrados en barriles metálicos de 200 litros o en sacos de polvo de 25 kilogramos.

Las Naciones Unidas requieren que productos peligrosos como los plaguicidas sean transportados en recipientes aprobados por la Organización de Naciones Unidas. Las normas de la ONU se aplican al transporte internacional y están consignadas en la legislación de muchos países. Algunos proveedores pueden reducir sus costos utilizando recipientes de calidad inferior. Los bidones de gran tamaño pueden deteriorarse rápidamente y tener fugas, lo cual hace imposible que sean transportados y la utilización del plaguicida se vuelve extremadamente difícil.

El gran tamaño de estos barriles a menudo crea serios problemas cuando los expertos en protección vegetal, los funcionarios de divulgación agrícola o los finqueros desean utilizar el producto en pequeñas cantidades. Cuando los plaguicidas se venden en cantidades que exceden los requerimientos de los usuarios, una buena cantidad del producto se pierde.

El Código Internacional sobre Conducta para la Distribución y la Utilización de Plaguicidas establece que el envasado o re-envasado de plaguicidas debe hacerse sólo en instalaciones con licencia en las que el personal está adecuadamente protegido contra los peligros tóxicos. Estos procesos requieren grandes cantidades de recipientes, bombas y etiquetas, y un estricto control de calidad. Sin embargo, muchos países en desarrollo no cuentan con estas condiciones. El resultado es que con mucha frecuencia los expendedores trasladan los plaguicidas de los recipientes grandes a otros más pequeños para la venta al público. Los nuevos envases pueden haber contenido bebidas o medicinas y por lo general no llevan las etiquetas de rigor.

Esta práctica es extremadamente peligrosa, ya que le impide al usuario acceder a información esencial relativa a los peligros potenciales del producto, y a la dosificación requerida para obtener buenos resultados. Mucho más grave aún es que otras personas, en particular los niños, pueden no percatarse de que la botella o el recipiente contiene plaguicida y pueden fácilmente ser víctimas de envenenamiento.

Etiquetas faltantes o ilegibles

Las etiquetas que indican los peligros de un producto y las dosis requeridas para su buen uso son un componente indispensable para todo plaguicida. Si los recipientes no tienen sus etiquetas o si las etiquetas no son legibles debido a su exposición al sol, a la lluvia o al derrame de otros plaguicidas, o si las instrucciones están escritas en un idioma que los usuarios no pueden leer, el plaguicida no debe ser utilizado, y si lo es, será en condiciones de alto riesgo.

Los plaguicidas que no tienen sus etiquetas deberían ser eliminados a menos que se disponga de los medios para identificarlos sin ambigüedades, verificar que pueden ser utilizados y re-etiquetarlos.

Falta de comunicación

A veces ocurre que las donaciones de plaguicidas no son utilizadas, ya sea que las cantidades donadas eran excesivas para las necesidades del país beneficiario, o bien las formulaciones o los recipientes eran inapropiados. La causa principal de estas situaciones es por lo general la falta de comunicación entre el donante y el país beneficiario, o las agencias inter-gubernamentales que coordinan estas ayudas. Ambas partes pueden incurrir en errores. Es responsabilidad del país solicitante facilitar especificaciones precisas sobre el tipo de producto requerido e información detallada sobre cómo y por qué se utilizará el producto. Las agencias donantes tienen la responsabilidad de revisar escrupulosamente la solicitud y pedir más información si consideran que está incompleta.

Es particularmente importante que haya una constante retroalimentación entre los donantes y el país beneficiario para llevar adelante programas en los que las donaciones de plaguicidas están programadas a realizarse en sucesivas entregas anuales. Deben existir canales de comunicación muy claros para garantizar que las orientaciones iniciales sobre el uso de los plaguicidas se mantengan durante todo el período de las entregas y asegurar que los plaguicidas no se estén acumulando por falta de uso.

Falta de manejo responsable del producto

Manejo responsable significa asumir la gestión responsable y ética de un plaguicida desde el momento de su descubrimiento hasta su utilización final y aún más allá.

Con frecuencia puede tomar mucho tiempo para que los plaguicidas pasen las aduanas de los países en desarrollo y lleguen a su destino final. Si van a ser utilizados en áreas remotas del país, pueden ser entregados muy cerca de sus fechas de expiración, o aún después de dicha fecha. A veces, los plaguicidas que ya han expirado o que están dañados continúan siendo vendidos por expendedores que no quieren sacarlos de sus existencias para no perder la inversión realizada. También ocurre a menudo encontrar plaguicidas mal almacenados y grandes cantidades de plaguicidas que no son vendidos siguiendo el orden en que fueron recibidos.

Los donantes, los proveedores y distribuidores, las instituciones gubernamentales y las organizaciones para-estatales que suministran plaguicidas, todos tienen una cuota de responsabilidad para garantizar que los plaguicidas sean administrados correcta y eficientemente una vez que han sido entregados a los países beneficiarios. Sin embargo, este manejo responsable de los productos no siempre se hace, con el resultado de que los plaguicidas que tenían el objetivo de aportar ayuda a un determinado país, termina provocándole riesgos a la salud pública y al medioambiental.

Fraude y contrabando de productos

Fácilmente se encuentran en los mercados plaguicidas falsificados, importados ilegalmente y adulterados, lo cual representa un serio riesgo a la salud pública y al medioambiente, además de que estos productos generalmente resultan ineficaces y generan gastos inútiles para finqueros con economías de por sí limitadas. También es común encontrar productos que fueron vendidos para ser utilizados en una plantación específica o en otros sectores como la salud, y que son vendidos al público para un uso general.

Estas prácticas ilegales son difíciles de controlar en los países en desarrollo aún cuando existen leyes para ello, por los limitados recursos y conocimientos para imponer las regulaciones relativas a la venta de plaguicidas. Cuando de verdad se aplican las leyes, el producto de la confiscación de plaguicidas ilegales por lo general son grandes cantidades que vienen a aumentar la existencia de plaguicidas obsoletos en países que no tienen los medios de administrarlos adecuadamente.

Existencias de plaguicidas obsoletos en Bolivia.
Existencias de plaguicidas obsoletos en Bolivia.