En el marco del movimiento campesino internacional, la Agroecología se ha convertido en una estrategia de trabajo que enfrenta las consecuencias que impone el agronegocio y las políticas que lo sustentan, al defender la posición de que sólo este modelo de agricultura es capaz de enfriar el planeta.

Durante más de cinco décadas la sabiduría campesina en Cuba ha logrado mantener viva la cultura de producir alimentos en armonía con el medio ambiente, perseverando así en el reconocimiento de las riquezas que nos ofrece, en primer lugar, la Madre tierra.

En los años difíciles de la década de los 90´, los campesinos y campesinas, en unión a personas dedicadas a la investigación de las ciencias agropecuarias, lograron integrar saberes, conocimientos y esfuerzos para la búsqueda de soluciones y alternativas, en función de recuperar nuestro sistema agrícola y producir lo necesario para alimentarnos; objetivos estos que en la actualidad se mantienen como prioridad en la isla.

Muchas mujeres y hombres de nuestro país han contribuido y contribuyen a lograr la soberanía alimentaria sobre bases sustentables, para lo cual combinan la práctica y el conocimiento. Cuba reúne las condiciones necesarias para avanzar en este camino y hoy constituye un ejemplo para muchos pueblos y Organizaciones Campesinas e Indígenas del mundo.

Haciendo Agroecología constituye una herramienta importante para continuar labrando ese camino, nos dota de elementos teóricos y prácticos, los que aplicados conscientemente, redundarán en mayores y mejores beneficios integrales.

Recientemente en unos de los viajes que, con frecuencia, realizamos por las cooperativas agrícolas cubanas, un médico veterinario al hablar de este tema compartió una idea que nos hace meditar en lo que hacemos hoy, con visión de futuro: “El hombre no es de donde está la tumba de sus padres sino, donde está la cuna de sus hijos”. El pensamiento que subyace a esta frase debe constituir nuestra guía.

Para concluir, quisiera agradecer al equipo del Programa OXFAM en Cuba, por su invitación y gentileza para que escribiera estas líneas, convencido de que el mayor fruto de este trabajo se logrará cuando el mismo llegue a las manos de mujeres y hombres del sector campesino, de personal técnico y profesional del ámbito agropecuario, que sabrán poner en práctica su contenido, enriqueciendo el conocimiento y la vida.