FAO en Argentina

Campaña Mujeres Rurales

"Mujeres Rurales, motores del desarrollo" es una campaña de comunicación liderada por la FAO. Nació en 2016 en Argentina con el objetivo de hacer oír la voz de mujeres rurales del país para visibilizar sus principales problemáticas.

La FAO busca fomentar el compromiso del estado con la creación de políticas públicas centradas en el importante rol de las mujeres en la seguridad alimentaria.

 

Propuesta 2020/2021

Inicio de la campaña 2016

Multimedia

Objetivo de la campaña

Visibilizar las problemáticas de las mujeres rurales de la región y lograr el compromiso de los poderes del estado para el diseño y la efectiva implementación de políticas públicas que tengan en cuenta su rol en la producción de alimentos. 

Cómo participar

Cómo participar

Como coorganizador

Una institución puede ser coorganizadora de la campaña al cumplir al menos una de las siguientes funciones:

a.      Respaldar la campaña mediante la adhesión de su logo y el registro como coorganizador en la página web.

b.      Establecer un/a punto focal (género, comunicación, diseño gráfico, profesionales de campo; otros perfiles) que participe activamente en la campaña.

c.      Identificar actores locales, personalidades y posibles instituciones u organizaciones aliadas para hacer eco de la campaña, a fin de contribuir al mapeo de alianzas.

d.      Seleccionar y proponer historias de vida, acciones transformadoras, información y contenidos para sumar a la campaña.

e.      Difundir los contenidos marco de la campaña y desarrollar contenidos propios, a partir del manual gráfico 2020- 2021 de la campaña.

f.        Involucrarse en las reuniones de toma de decisiones y la realización de actividades conjuntas, seguimiento y evaluación.

 

Como colaborador

Una institución puede colaborar con la campaña al participar en al menos una de las siguientes actividades:

a.      Registrarse como colaborador en la página web.

b.     Proponer historias de vida, acciones transformadoras, información, datos y contenidos para sumar a la campaña.

c.      Difundir los contenidos e hitos de la campaña en canales digitales oficiales.

d.     Crear contenidos propios adaptados al contexto del actor (país, temas emergentes, etc), a partir del manual gráfico 2020-2021 de la campaña.

 

Como adherente

Una institución o persona particular puede adherir a la campaña al realizar alguna de estas acciones:

a.    Registrarse como adherente en la la página web.

b.     Difundir los contenidos de la campaña en sus redes de contactos.

c.    Crear contenidos propios usando los hashtags de la campaña: #MujeresRurales, #MujeresConDerechos.

d.    Aportar información relacionada a través de la página web.

 

Brechas de género en la región

Brechas de género en la región

1.     El 8,4% de las mujeres de la región experimentan inseguridad alimentaria severa, en comparación con el 6,9% de los hombres.

2.     19 millones de mujeres sufren inseguridad alimentaria severa, en comparación con 15 millones de los hombres.

3.     En 19 países de la región la prevalencia de obesidad entre las mujeres supera en al menos 10 puntos porcentuales a la de los hombres.

4.     En 2014 la obesidad alcanzó en América Latina un promedio de 27% entre las mujeres y 17% entre los hombres, mientras que, en el Caribe, la prevalencia de esta condición alcanzó al 32% de las mujeres y al 18% de los hombres.

5.     Hoy solo el 52% de las mujeres participa activamente del mercado laboral en la región, versus el 77% en el caso de los hombres.

6.     El 39 % de las mujeres rurales mayores de 15 años no tiene ingresos propios, versus el 12,7 % de los hombres.

7.     El promedio de participación de mujeres en los parlamentos nacionales llega tan solo a un 29%.

8.     La proporción de mujeres propietarias de tierras en la región oscila entre un 7,8%, en Guatemala, y un 30,8% en Perú.

9.     En el año 2017, al menos 2 795 mujeres fueron víctimas de feminicidio en 23 países de la región.

Problemáticas principales

Problemáticas principales

El núcleo central de la problemática son las diversas dificultades en el acceso a la tierra, al agua, al crédito, a los servicios de extensión, y capacitación y a la asistencia técnica. Pese a sus aportes en la economía nacional, las continuas limitaciones estructurales les impiden disfrutar plenamente de sus derechos humanos y dificultan sus esfuerzos por mejorar sus vidas.

La imposibilidad de las mujeres de proyectar un futuro autónomo en sus lugares, la falta de oportunidades de educación, trabajo y el acceso a servicios y medios de producción conlleva a migrar a las zonas urbanas como vía de escape ante la escasez de oportunidades y la desigualdad.

La invisibilidad de la vida productiva y reproductiva de las mujeres rurales oculta información. No está claro cuando empiezan las tareas de la casa y la familia y cuando termina el alimentar a los animales, lo que repercute en una intensificación de la carga de trabajo de las mujeres en una doble y triple jornada que implica una inversión de tiempo y energía excesivos.

La división sexual del trabajo, entonces, es un producto histórico y social que se ha cristalizado.