FAO en Argentina

Ganadería baja en carbono es posible en ALC

30/11/2017

La XIV Reunión de la Comisión de Desarrollo Ganadero para América Latina y El Caribe (CODEGALAC) nos alienta por los avances logrados en Mesoamérica, donde las y los ganaderos han logrado reducir la intensidad de las emisiones de gases de efecto invernadero y restaurar y crear reservas de carbono en los pastizales, de manera social, ambiental y económicamente sostenible. La Estrategia Nacional de Ganadería Baja en Carbono de Costa Rica representa un ejemplo palpable del marco de políticas que debe acompañar los esfuerzos en este tema. 

Existe un margen considerable para reducir las emisiones y crear compensaciones. La voluntad política de hacerlo así ha sido expresada. Noventa y dos países en desarrollo han incluido el ganado en sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (CDN) en virtud del Acuerdo Climático de París. Para avanzar, necesitamos políticas efectivas, instituciones sólidas y la aplicación de prácticas innovadoras y avanzadas. 

La carne, la leche y los huevos proporcionan el 34% del consumo mundial de proteínas y micronutrientes esenciales y contribuyen también una gama de otros bienes y servicios fundamentales para los medios de subsistencia de los pastores, pequeños agricultores de cultivos y ganado. Más de mil millones de personas en el mundo dependen directa o indirectamente del sector pecuario para su sustento en un clima cambiante, debido a la capacidad del ganado para adaptarse y resistir las crisis climáticas. 

La ganadería es la principal usuaria de biomasa a nivel mundial y sus emisiones son causadas por la producción de alimento, la fermentación entérica, los desechos animales y el cambio de uso de la tierra. Las cadenas de suministro de ganado producen un 14.5% de las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por seres humanos a nivel  mundial. El ganado vacuno de carne y leche es responsable de un 66% de esa cifra, debido a las emisiones de metano resultantes de la fermentación ruminal. 

Sin embargo, las emisiones de la producción ganadera se pueden reducir sustancialmente mediante mejoras en la productividad. Muchos sistemas pecuarios (particularmente en países de ingresos bajos y medianos) operan de manera ineficiente lo que posibilita un considerable margen de mejora. La FAO estima que la mejora en prácticas de producción fácilmente disponibles puede reducir las emisiones en un 20 a 30% en todos los sistemas de producción. 

Es un hecho científico que los pastos secuestran el CO2 atmosférico como carbono en el  suelo. A nivel mundial, los pastizales cubren más de un tercio de la tierra total, pero una gran parte se ha degradado y ha perdido cantidades sustanciales de carbono en el suelo debido a la erosión. Las prácticas de pastoreo regenerativas pueden revertir las pérdidas de carbono y reconstruir sus  reservas, compensando las emisiones de los animales. Además, la integración de leguminosas, la fertilización con micronutrientes, el ajuste de las tasas de siembra, el pastoreo rotativo, el manejo del fuego y la integración de árboles son medidas que mejoran la productividad de la tierra y de los animales, la biodiversidad y la retención de agua. 

Una mejor integración de la producción pecuaria en la bioeconomía circular también reduciría las emisiones

FAO está orientada a ayudar a los países a lograr una producción pecuaria sostenible baja en carbono realizando esfuerzos para facilitar iniciativas de múltiples partes interesadas a través de la Agenda Global para Ganadería Sostenible y sus redes de acción, entre ellas, la Asociación de Evaluación y Desempeño Ambiental Ganadero (LEAP), que desarrolla herramientas y metodologías e integra los objetivos de sostenibilidad, la creación de sinergias y mitigación. 

Artículo de opinión del Dr. Berhe G. Tekola, Director de Producción y Sanidad Animal, FAO Roma