FAO en Bolivia

Día Mundial de la Inocuidad Alimentaria: Alimentos inocuos ahora para un mañana saludable

07/06/2021

El acceso a alimentos inocuos tendrá beneficios inmediatos y a largo plazo para las personas, el planeta y la economía. Y este enunciado cobra particular valor en el contexto de la pandemia por COVID-19.

Rosse Noda, Oficial a Cargo de la Representación de FAO en Bolivia

Este 7 de junio se conmemora el Día Mundial de la Inocuidad Alimentaria, en un momento en el que la amenaza del Coronavirus ha hecho que pongamos mayor atención a cuestiones relacionadas con la inocuidad de los alimentos, como la higiene, la resistencia a los antimicrobianos, las zoonosis y el cambio climático.

También ha llevado a identificar debilidades o vulnerabilidades en los sistemas de producción y control de alimentos. Actualmente, una de las principales prioridades en la toma de decisiones es reducir al mínimo las disrupciones en las cadenas de suministro, dado que los consumidores deben tener garantizada la posibilidad de obtener alimentos sanos, nutritivos y suficientes. A este propósito debe sumarse el que nuestros sistemas alimentarios produzcan, además, alimentos inocuos.

Lograr la inocuidad de los alimentos --desde la tierra donde se producen, en el transporte, su transformación, la comercialización, el envasado, la preparación, hasta que llega a nuestra mesa-- precisa de innovaciones digitales y soluciones científicas, junto con la recuperación de los saberes ancestrales.

En septiembre de este año se celebrará la Cumbre de los Sistemas Alimentarios, escenario donde la inocuidad de los alimentos debiera estar en el debate, porque los esfuerzos concertados en materia de inocuidad de los alimentos ayudarán a mitigar las repercusiones socioeconómicas de la pandemia y a incrementar su capacidad de recuperación a largo plazo, al facilitar y acelerar el comercio de alimentos y productos agrícolas, contribuir a prevenir otras pandemias zoonóticas y transformar los sistemas alimentarios.

Por otro lado, es fundamental reconocer las conexiones sistémicas que existen entre la salud humana, la sanidad animal y vegetal, el medio ambiente y la economía; y a eso apunta el compromiso asumido por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de la Salud/Organización Panamericana de la Salud (OMS/OPS) que, con sus mandatos complementarios, con un enfoque colaborativo se ocupan de respaldar la inocuidad alimentaria a escala mundial y proteger la salud de los consumidores.  

Cada año, 600 millones de personas enferman debido a 200 tipos diferentes de enfermedades transmitidas por los alimentos. La carga de la enfermedad recae principalmente en los pobres y los jóvenes. Además, las enfermedades transmitidas por los alimentos causan 420.000 muertes evitables al año.

La FAO en Bolivia trabaja con diferentes ministerios y coordina con los productores de alimentos –agricultores y pecuarios–, para que apliquen buenas prácticas agrícolas y buenas prácticas de manufactura para cumplir con los parámetros de inocuidad. Las pautas de buenas prácticas agrícolas brindan a los productores herramientas básicas que no solo mantienen la inocuidad de los alimentos, sino que también les permiten acceder a los mercados, brindar productos inocuos a la población y reducir la pobreza, contribuyendo de esta manera al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.