El Proyecto “Gestión de Riesgos y Resiliencia en la Chiquitanía” fue presentado el 14 de octubre, en el marco de la conmemoración del Día Internacional para la Reducción del Riesgo de Desastres. La iniciativa se suma a otros dos proyectos, uno en Colombia y el otro, en Venezuela, conformado una triada impulsada por la FAO.

Los objetivos, resultados y ámbito de intervención en los tres países fueron puestos en perspectiva, vinculándose a los hitos y desafíos del Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015 – 2030, que contiene siete metas globales y 38 indicadores para medir el progreso en la reducción de las pérdidas por desastres.

El Proyecto en Bolivia fue gestionado a partir de la identificación de las amenazas de sequía e incendios forestales, que ponen en riesgo los medios de vida agropecuario – forestal y, con ello, la seguridad alimentaria de familias indígenas y campesinas, informó el coordinador nacional, Sergio Ledezma.

La iniciativa se centrará en fortalecer el manejo de la emergencia, la recuperación y mejora de la gestión integral del riesgo y el fortalecimiento de la resiliencia en los medios de vida agropecuario y forestal de las comunidades más vulnerables indígenas - campesinas a amenazas antrópicas y socio-naturales, a través de tres productos: 

Implementación de estrategias del “Manejo Integral y Resiliente de la Agricultura Familiar – Comunitaria” (MIRAFC), para mejorar los medios de vida agropecuario y forestal, generar capacidades de resiliencia a través de la producción agropecuaria extensiva con la economía de traspatio y el aprovechamiento forestal. 

Implementación de un sistema de alerta temprana para el monitoreo de zonas de riesgo de incendios tomando como base la detección de los focos de calor y las condiciones meteorológicas como la dirección e intensidad de los vientos, la escasez de lluvia y las altas temperaturas. Este sistema será implementado desde el nivel Nacional, Departamental, Municipal, hasta las comunidades.

Desarrollo de capacidades para la prevención y control de incendios forestales, manejo integral y resiliente de la agricultura familiar - comunitaria a través de un programa de capacitación que incluya a los grupos vulnerables y promueva la participación de la mujeres y los jóvenes.

En la implementación del proyecto se propone alcanzar al menos el 20% de participación de las mujeres, debido a la dificultad que conlleva  propiciar un cambio cultural, considerando que, por lo general las mujeres chiquitanas no son tomadas en cuenta en espacios de capacitación ni de toma de decisiones; ya que todavía persiste una cultura patriarcal, donde el rol reproductivo está a cargo exclusivamente de las mujeres y donde las instancias de decisión se encuentran lideradas solo por hombres, explicó Ledezma.