FAO en Chile

Prácticas agroecológicas combaten la pobreza y la pérdida de biodiversidad en la Araucanía chilena

En Agua Santa, Angélica Tapia, Iván Galindo —ambos en la fotografía— y sus hijos, venden y consumen los alimentos que cultivan gracias a la instrucción de la FAO.
31/03/2021

Con solo cuatro mil pesos chilenos en los bolsillos (menos de USD 10), la familia de agricultores Galindo Tapia se trasladó desde la ciudad de Santiago hacia un predio en La Araucanía chilena. Tras la capacitación de la FAO, instalaron una granja agroecológica que les permite alimentarse durante la pandemia por COVID-19, mientras que protegen al Zorro de Darwin, especie en peligro de extinción.

 

Agua Santa es una localidad rural de Purén, en la Provincia de Malleco, que se ubica en la Cordillera de la Costa, en la Región de La Araucanía, al Sur de Chile. Está rodeada de praderas, bosque nativo y plantaciones. Sus habitantes aseguran que las aguas en la zona tienen propiedades curativas.

A este lugar, migró la familia de agricultores Galindo Tapia: Angélica Tapia, Iván Galindo y sus hijos. Llegaron a Agua Santa desde la metrópoli chilena, Santiago, escapando de las precarias condiciones laborales que experimentaban en la urbe. Tuvieron la posibilidad de establecerse en un terreno precordillerano, colindante con un tramo de la Cordillera de la Costa, llamado “Cordillera de Nahuelbuta”.

La Cordillera de Nahuelbuta —que abarca desde el Río Biobío hasta el Río Imperial—, goza de una gran concentración de biodiversidad. En mapudungún, la lengua del pueblo Mapuche, Nahuelbuta significa “Puma grande” o “Tigre grande”.

En los bosques nativos de esta área sureña, se puede encontrar al Zorro de Darwin (nombre científico Lycalopex fulvipes), una especie endémica que solo se avista entre la Cordillera de Nahuelbuta e Isla Grande de Chiloé y que permanece en la categoría de peligro de extinción, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Esta variedad de zorro es un mamífero pequeño, que pesa menos de tres kilogramos y se estima que de él hay cerca de 900 individuos, según investigaciones recientes.

Biodiversidad y población en riesgo

En las últimas décadas, las áreas comúnmente conocidas como el hábitat del Zorro de Darwin, en la Cordillera de Nahuelbuta y sus alrededores, fueron interrumpidas por caminos, reemplazadas por predios agrícolas y vastas superficies de monocultivo forestal. En los casos mencionados, prácticas agrícolas y silvícolas no sostenibles y el cambio en el uso de la tierra, desplazaron a la especie.

En la zona, el Zorro de Darwin es un importante agente para el control de plagas, por ejemplo, de ratones y conejos silvestres, que dañan los cultivos de los agricultores familiares. Su presencia es especialmente importante para evitar la proliferación de ratones de cola larga, portadores del virus Hanta, que puede ser mortal para las personas. 

Otros factores comprometen la supervivencia de este zorro, por ejemplo, la falta de una tenencia responsable de perros por parte de la población rural.

A causa de que no existe una correcta vacunación y cuidados sanitarios en estos animales de compañía, los cuales tienen conductas de perros silvestres, ellos le transmiten enfermedades al Zorro de Darwin, lo cual reduce su población significativamente en los alrededores de Purén.

Muchas familias en este sector de Chile viven en la pobreza y extrema pobreza: La Araucanía tiene una de las tasas de pobreza multidimensional más altas del país. Un gran número de ellas pertenece a comunidades rurales o indígenas, afectadas gravemente por la malnutrición. Al ser pequeñas unidades productoras que trabajan en el hábitat especies nativas, cumplen un papel clave en la conservación del zorro endémico.

Es por este motivo que, en Agua Santa, la familia Galindo Tapia fue apoyada por la Iniciativa para la Conservación de las Especies Amenazadas del Ministerio del Medio Ambiente de Chile –implementada por la FAO con financiamiento del Fondo para el Medio Ambiente Mundial—, para convertir su predio en un sitio piloto de agroecología y así mejorar sus medios de vida, proteger la biodiversidad del lugar y en especial, el hábitat del Zorro de Darwin.

El proyecto realizado en el terreno de la familia Galindo Tapia en Agua Santa, fue creado en estrecha colaboración con la Unidad de Desarrollo Local de la Municipalidad de Purén y avanzó hasta convertirse hoy en un huerto demostrativo, para invitar a otros miembros de la comunidad a formar granjas agroecológicas.

Rutinas agroecológicas

De lunes a domingo, la mañana empieza temprano para cuidar de los animales de la granja. Los Galindo Tapia alimentan a sus cerdos, conejos, gallinas, patos y perros. De lunes a viernes, solo se encargan del huerto.

Las buenas prácticas agrícolas en su predio, les permiten reducir los esfuerzos extenuantes al cultivar, haciendo que un trabajo solía ocupar casi todo el día y toda la semana, antes de la asistencia de la FAO, ahora solo tarde seis a ocho horas diarias, de cinco días semanales. 

“Llegamos a vivir al campo sin conocimientos sobre la agricultura, sin un plan de trabajo, con nuestras pertenencias y cuatro mil pesos en los bolsillos. Pero con muchas ganas de salir adelante, de aprender”, dice Angélica Tapia. Una de las dificultades que enfrentaban, con anterioridad a la creación del proyecto agroecológico, era la pérdida de sus cosechas. 

En octubre de 2019, poco antes de la intervención en su terreno, la familia se quedó virtualmente sin medios para subsistir cuando sus almácigos fueron comidos en su totalidad por vacas y luego, su invernadero destruido por cerdos. 

Además, el clima del lugar, conocido por temperaturas extremas de montaña y temporales, les impedía sacar provecho a la tierra del sitio, la familia sobrevivía de un pequeño margen de ventas de hortalizas. Su situación mejoró tras la creación, con apoyo de la FAO, de un sistema biodiverso de producción agroecológica; mediante técnicas como el uso de camas altas, la asociación de cultivos, el manejo ecológico de plagas y enfermedades, la fertilización orgánica y un gallinero de coexistencia, que cuenta con un sistema de cercos que protege a las aves.

 “El piloto en este predio de Purén es uno de los más demostrativos de la Iniciativa para la Conservación de las Especies Amenazadas, porque al incorporar un manejo predial basado en criterios de conservación, la familia se dio cuenta de que su economía aumentó”, asegura la coordinadora del proyecto en la zona sur del país, Fabiola Lara.

Al mantener a las gallinas confinadas, su pérdida en manos de depredadores como los peucos —gavilanes que se alimentan de aves campestres—, disminuyó. El grupo familiar pudo disponer de una mayor cantidad de huevos para vender y también, debido al manejo orgánico en su granja, la producción de hortalizas aumentó, lo cual les dio la posibilidad de incrementar las ganancias de sus ventas.

Pepinos, tomates, chalota, kale y acelgas, son algunos de los productos vendidos en Purén que son cultivados por los Galindo Tapia. Mientras que brócoli, espinacas, cebollas y legumbres que cosechan, les permiten asegurar una alimentación sana, especialmente durante la pandemia por COVID-19.

“Hemos pasado por situaciones muy difíciles”, enfatiza Angélica. “Pero también de alegría, al ver que aprendimos y veíamos el resultado de nuestro sacrificio, alegría al ver nuestras primeras plantas brotar y satisfacción de poder consumir lo que nosotros producíamos”, agrega. 

La huerta orgánica de los Galindo Tapia cuenta con un sistema de compostaje y los desechos de envases de plástico y metal que adquiere la familia son reutilizados como macetas, por ejemplo. Las herramientas y el conocimiento aportado por la FAO minimizan el impacto sobre los recursos naturales, como el agua y el suelo. Esto asegura que el hábitat del Zorro de Darwin sea protegido.

 

Experiencia ampliable y replicable

De manera complementaria a la implementación del sistema productivo de esta familia, la Iniciativa para la Conservación de las Especies Amenazadas ha comenzado a planificar un sendero de interpretación y baños de bosque, mediante procesos de agroforestería, en un esfuerzo por restaurar el hábitat del Zorro de Darwin y otras especies nativas, en los alrededores de la Cordillera de Nahuelbuta.  

Gracias al proyecto, también se está trabajando por instalar microtúneles para proteger los cultivos de las heladas propias de Purén, en el predio de los Galindo Tapia. Además, se trabaja en la siembra en cajones de madera y en camas cubiertas con fardos de pastos, para continuar innovando de manera sostenible por la biodiversidad en el sitio.

Uno de los futuros propósitos de la iniciativa, es replicar la granja agroecológica de esta familia para otros grupos familiares que habitan cerca de la Cordillera de Nahuelbuta, a través de jornadas de capacitación y giras técnicas, con la asistencia de funcionarios municipales y participación de agricultores de Purén, en un esfuerzo por contribuir, simultáneamente, a la conservación de la biodiversidad y la superación de la pobreza. 

 

Mira el canal de YouTube del huerto agroecológico de los Galindo Tapia “Nuevo Amanecer 12:1” y conoce más sobre el predio piloto de la Iniciativa para la Conservación de las Especies Amenazadas aquí.