FAO en Chile

FAO e INTA detectan que el sector productivo alimentario mejoró la calidad de los alimentos tras creación de “Ley de etiquetado”

©FAO/Fernanda Berckhoff
13/04/2021

Un documento preparado por la FAO y el Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Chile (INTA), muestra los efectos positivos de la Ley sobre la composición nutricional de los alimentos y su publicidad en Chile, como también, la reformulación de un porcentaje de productos, modificaciones en su difusión y marketing.   

13 de abril de 2021, Santiago de Chile. — La FAO y el INTA elaboraron un estudio para evaluar cuatro aspectos de la respuesta del sector productivo de alimentos en la puesta en marcha de la primera fase de la Ley sobre la composición nutricional de alimentos y su publicidad (Ley  20.606), conocida como “Ley de etiquetado” o “Ley de alimentos” y que se implementó en Chile en 2016.    

El análisis del informe Impacto de la ley chilena de etiquetado en el sector productivo alimentario mostró una reformulación en productos altos en calorías, azúcares, grasas y sodio, así como un cambio de discurso en las publicidades de los alimentos y estrategias de mercadeo asociadas a estos.  

El estudio dio estimaciones porcentuales sobre la reformulación de ingredientes y estrategias publicitarias de los distintos productores de alimentos, en relación a la creación de la Ley. Fue liderado por la doctora Camila Corvalán, académica del INTA y aborda, en específico, las variaciones en las actitudes del sector alimentario tras la entrada en vigencia de la Ley; la reformulación de alimentos; el uso de sellos como estrategia de marketing; y el impacto sobre variables del sector manufacturero y comercial.  

Actualmente, tres de cada cuatro personas mayores de 15 años tienen sobrepeso u obesidad en Chile (MINSAL, 2017) y más de la mitad de los escolares sufre, también, algún tipo de malnutrición por exceso, según los últimos datos de la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (JUNAEB). 

El preocupante aumento del sobrepeso y obesidad en Chile, tuvo como resultado políticas públicas como la Ley de etiquetado, normativa que fue replicada en países de América Latina y el Caribe, como México, Uruguay, Brasil y Argentina, los cuales trabajaron en el desarrollo de políticas públicas que involucraron el etiquetado frontal de alimentos, entre otras medidas, como estrategia para enfrentar cifras de malnutrición por exceso crecientes.  

La Ley de etiquetado, comanda la utilización de sellos “ALTO EN” en alimentos altos en contenido de azúcares, sodio, grasas saturadas y/o calorías. Además, prohíbe la publicidad de estos alimentos para menores de 14 años y su venta en establecimientos educacionales. El informe de la FAO y el INTA concluye en que, luego de la creación de dicha Ley en Chile, el sector productivo de alimentos cambió positivamente sus discursos en cuanto a la regulación y mejoró la calidad de la oferta de alimentos. 

Disminuyeron, principalmente, el contenido de azúcares totales y de sodio en los alimentos. También, el sector productivo de alimentos utilizó un portafolio de productos más saludables, como una estrategia de promoción. “El cambio de prácticas en el sector productivo alimentario, tras la creación de la Ley de alimentos, es un gran progreso para los entornos alimentarios, que consisten en todos los alimentos disponibles y accesibles para las personas en los entornos en los que realizan su vida diaria”, asegura la Representante de la FAO en Chile, Eve Crowley.  

“Además, con la implementación de la nueva Ley, no hubo ningún impacto en cuanto a empleos, salarios y producción física del sector productivo de alimentos, lo que, sin duda, también es importante, al momento de evaluar los impactos económicos de la Ley”, agrega Crowley.  

Algunos hallazgos del informe apuntaron hacia que el 15% de los productos bajo estudio fueron reformulados luego de la implementación de la Ley de etiquetado. Por ejemplo, en el caso de los productos que entraban en la categoría del sello “ALTOS EN AZÚCARES”, el 7% de éstos modificaron sus fórmulas.  

Por su parte, el 5% de los productos que iban a ser categorizados como “ALTOS EN SODIO” tuvieron una reformulación en su composición. Al analizar individualmente cada grupo de alimentos, se evidenció que aquellos que modificaron en mayor manera su formulación fueron las cecinas, los cereales de desayuno, las leches y bebidas lácteas.  

Por último, a partir del análisis de la FAO y el INTA, también se desprendió que un 18,8% del total de las publicidades de alimentos y bebidas usaron estrategias de marketing asociadas a la ausencia de sellos en sus envoltorios, para publicitar que sus productos no tenían sellos o que tenían menos sellos que los de la competencia.  

 
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