FAO en Chile

CONAF y FAO inician acciones de restauración y forestación de ecosistemas nativos en la región del Maule

27/08/2021

Familias de la provincia de Cauquenes son las primeras en el mundo en iniciar acciones de reducción de emisiones asociadas a proyectos de Pagos por Resultados del Fondo Verde del Clima. La superficie a intervenir corresponde a 3.400 hectáreas.

 

Tres proyectos piloto, enfocados en la gestión sustentable de los ecosistemas nativos, buscan mejorar las condiciones ambientales, sociales y económicas de las comunidades en el Maule, al tiempo que contribuyen a combatir los efectos del cambio climático en la región.

Se trata del puntapié inicial del Proyecto +Bosques, juntos contra el cambio climático, una de las iniciativas de gestión forestal con especies nativas más grandes del mundo asociadas al sistema de Pagos basados en Resultados del Fondo Verde del Clima, que permite a los países acceder a recursos monetarios al demostrar la reducción de emisiones en un periodo determinado, a través de actividades que reduzcan la deforestación y la degradación de los bosques, así como acciones que contribuyan a la conservación y aumento de existencias de bosques.

La iniciativa es liderada por el Ministerio de Agricultura, a través de CONAF, por medio de su Estrategia Nacional de Cambio Climático y Recursos Vegetacionales, e implementada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura -FAO-, por sus siglas en inglés. El objetivo del proyecto es incorporar y gestionar de manera sustentable más de 25 mil hectáreas de bosque nativo en 6 regiones del país, entre las regiones del Maule y los Lagos.

En un total de 104 hectáreas distribuidas entre los predios Belco, La Estrella y Santa Dolores, de la provincia de Cauquenes, +Bosques comenzó sus acciones de restauración y forestación con especies nativas y endémicas, como el quillay, el boldo y el maitén. Las actividades a desarrollar en la Región del Maule sumarán 3.498 hectáreas en un periodo de 6 años, lo que representa el 14% de la meta nacional de +Bosques.

“Las últimas cifras publicadas por el Grupo de expertos en Cambio Climático nos muestran que ya no tenemos tiempo, la acción climática debe ser ahora”, señaló el director ejecutivo de CONAF, Rodrigo Munita, agregando que +Bosques “es un programa clave para la política de Chile en relación al cambio climático, pero también central para el futuro de nuestro país y del mundo”.

En tanto, el director de CONAF en la región del Maule, Luis Carrasco, destacó “que el primer árbol de un proyecto que fue anunciado en la pasada COP – la Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas Contra el Cambio Climático- se haya plantado en la provincia de Cauquenes, sitúa a la región como pionera en una lucha que es de nivel mundial”.

En 2017, un mega incendio se extendió por las regiones de O´Higgins, El Maule y Biobío que, sólo en el Maule, dejó una superficie afectada equivalente a 11 veces la ciudad de Talca o 260 mil Estadios Nacionales. El predio La Estrella fue parte de esas más de 260 mil hectáreas afectadas por el fuego.

Con miras a iniciar un proceso de recuperación del suelo, flora y fauna nativa reestablecer el equilibrio ecológico del predio La Estrella, así como mejorar la calidad de vida de las personas que se relacionan con el bosque nativo, el proyecto +Bosques comenzó la plantación de especies nativas quillay y boldo, con una meta de 63,4 hectáreas a cubrir en dos años.

Jorge Acevedo, propietario del predio, cuenta que “el fuego hizo desaparecer gran parte del bosque nativo del fundo y hoy decidimos volver a plantarlo, pero privilegiando árboles que fueran sustentables ecológicamente, así cosechamos hojas de boldo, extractos de quillay y miel; todo junto con acciones de cortafuegos para prevenir nuevos desastres”.

La reconversión a lo nativo
A menos de 8 kilómetros al sur de La Estrella se encuentra el predio Santa Dolores, donde el proyecto +Bosques realizará el primer pilotaje de reconversión forestal. Por medio de la plantación de 43 hectáreas de quillay, se trasformará un área que antes estuvo destinada al cultivo de plantas exóticas para su cosecha, con una cobertura permanente de especies nativas.

Los nuevos árboles permitirán capturar carbono y evitar su liberación a la atmósfera y, en el mediano plazo, restaurar el hábitat de animales y vegetación silvestre, contribuir a la polinización, proteger al suelo de la erosión y reestablecer las reservas subterráneas de agua de la zona.

“Cuando hay desertificación y terrenos degradados, las personas terminan por abandonar las tierras; reconvertir el predio a un área de bosque nativo nos permitirá recuperar la biodiversidad natural y sustentar otras actividades económicas con una menor inversión de agua, como el agroturismo, el ecoturismo o la apicultura”, explicó Arturo Lavín Avendaño, miembro de la familia propietaria del predio Santa Dolores.

Una restauración con tradición y técnica
Dentro de la misma cuenca hidrográfica se encuentra Belco, otro de los predios donde se desarrollan acciones del Proyecto. Allí, Michael Biggs y Alejandra Ruiz llevan más de 30 años dedicados a conservar el ecosistema nativo.

Según Maud Biggs, hija de la pareja, “la llegada del +Bosques fue providencial. Desde hace años que trabajamos para limitar la erosión, mejorar la fertilidad del suelo y restaurar el ecosistema plantando especies nativas. Este proyecto llega a acelerar y consolidar nuestra iniciativa familiar”.

A sus esfuerzos por construir una huerta agroecológica, combinada con árboles frutales, herbáceas y arbustos de diferentes especies -que junto a sus hermanos llama el “bosque comestible”- ahora se suma la restauración con quillay, boldo y maitén, con el apoyo del Proyecto. 

“Se ha generado una lógica de co-creación entre la familia y los especialistas de CONAF y FAO que valoramos mucho”, puntualizó.

Fomentando el empleo de las mujeres
En el vivero Ecores , de la provincia de Talca, sólo trabajan mujeres. Entre las 5 trabajadoras manejan más de 13 especies de plantas nativas desde la etapa de germinación hasta su traslado a terrenos de forestación. De allí provienen las especies plantadas en los primeros pilotos del proyecto +Bosques en el Maule.

“Es un trabajo que requiere delicadeza, tanto para enraizar como para preparar el sustrato, por eso yo lo comparo con la sala de maternidad de un hospital: cultivar nativas es tan delicado como cuidar recién nacidos”, explica Carmen Gloria Flores, quien trabaja en el vivero hace 4 años.

El equipo de viveristas está liderado por Gabriela Baeza, una ingeniera forestal quien, además de supervisar las faenas de plantación de ECORES, coordina la recolección de semillas entre Santiago y La Araucanía para alimentar el banco de plantas nativas. “Funcionamos como una red bien territorial, en los lugares donde ECORES hace forestaciones, tenemos profesionales que nos avisan si hay árboles semilleros a los que podemos tener acceso para alimentar el vivero”, explica.

Lo más importante, agrega Baeza, es que “vamos aumentado nuestras especies nativas en respuesta a las necesidades de los proyectos de reforestación, queremos suplir esa demanda”.

Según Pablo Honeyman, Coordinador de Monitoreo y Evaluación del proyecto + Bosques, “Los pilotos iniciados en el Maule tienen el potencial de convertirse en modelos de acción climática replicables y escalables en Chile, por eso, las lecciones aprendidas aquí en restauración y forestación son un capital que debemos mantener y compartir”, explicó.

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