La agricultura climáticamente inteligente

Producción agrícola

Para afrontar los retos del cambio climático, la producción agrícola debe adaptarse (p.ej. con variedades seleccionadas, fitogenética, patrones de cultivo y enfoques de manejo del paisaje) y hacerse resiliente ante los cambios (frecuencia e intensidad). La producción agrícola puede contribuir a mitigar el cambio climático. Por ejemplo, reduciendo el uso de fertilizantes inorgánicos, evitando la compactación del suelo o anegando para reducir las emisiones de metano (p.ej. en los sistemas de arroz bruto) y secuestrando carbono (p.ej. a través de la plantación de cultivos y hierbas perennes).

La intensificación sostenible dela producción agrícola, descrita en detalle en la publicación de la FAO ‘Save and Grow’, facilita la posibilidad de producir más en la misma superficie de tierra al tiempo que se conservan los recursos, se reducen los impactos negativos en el medio ambiente y se mejora el capital natural y el flujo de servicios del ecosistema.

El aumento de las temperaturas, la variabilidad en las precipitaciones y su distribución, y el aumento de las aguas oceánicas tienen un potencial efecto significativo en la producción de arroz en las zonas tropicales, mientras que la variabilidad de las lluvias y de su distribución puede llevar a inundaciones y sequías más frecuentes y severas. Sin embargo, hay muchas oportunidades para afrontar estos retos. Estas deben buscarse en algunas prácticas como la agricultura de conservación (AC), el Sistema de intensificación del arroz (SRI, siglas en inglés) y el ahorro de agua a través de la Alternancia Humectación/Secado (AWD).