FAO en Colombia

FAO inicia reuniones bilaterales con candidatos a la Presidencia de Colombia

20/03/2018

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) invita a los candidatos presidenciales a que prioricen en sus planes de gobierno políticas públicas que garanticen la transformación del campo colombiano. La estrategia, que es Regional, avanza con diálogos similares en 6 países del continente. 

En Colombia, la iniciativa de dialogar sobre Políticas Públicas para el sector rural con las candidaturas presidenciales se cumplirá durante toda la semana con las campañas de Gustavo Petro, Germán Vargas Lleras, Humberto de la Calle, Sergio Fajardo e Iván Duque, respectivamente.

Estas reuniones permiten conocer en detalle las propuestas sobre desarrollo rural y sostenible que los aspirantes han incluido en sus planes de gobierno, y contar con una posterior retroalimentación de un grupo de expertos nacionales e internacionales que la Oficina regional de la FAO para América Latina y el Caribe ha convocado para este fin. Los diálogos buscan también identificar escenarios estratégicos de política pública en los que se puedan sumar esfuerzos globales. 

“Nos interesa estimular el diálogo de políticas públicas en los temas prioritarios identificados en materia de desarrollo del campo colombiano para que los actores involucrados (públicos y privados) conozcan los intereses, capacidades y puntos de vista de la FAO y de nuestros aliados”, señala Álvaro Ramos, exministro de Relaciones Exteriores, y de Ganadería, Agricultura y Pesca de Uruguay, y hoy  Coordinador Regional del Programa del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola de Naciones Unidas (FIDA) para los países del MERCOSUR ampliado

La agenda electoral en América Latina y el Caribe en 2018 supone un gran reto, dado que en 6 países de la Región se estarán llevando a cabo elecciones presidenciales (Barbados, Granada, Costa Rica, México, Brasil y Paraguay).

“Queremos ofrecer toda la experiencia con la que contamos a nivel nacional e internacional, pues el haber participado en la construcción de muchas propuestas que han funcionado y que no, no sólo en Colombia, sino también en otros países del mundo, nos permite compartir las limitaciones y mecanismos experimentados en otros países con estados similares al colombiano, algunos de ellos incluso en etapas de posconflicto, y cómo se han sobrepuesto y han logrado ser hoy referentes inspiradores” afirma Ramos.

En el contexto colombiano las campañas presidenciales se desarrollan en medio de la entrada del segundo año de la implementación del Acuerdo de Paz con todo el desafío que supone el cumplimiento especialmente de su primer punto (Reforma Rural Integral), y que incorpora nuevas oportunidades para emprender el camino hacia el cierre brechas entre el campo y la ciudad.

Este proceso, que se extiende hasta 100 días después de la posesión del nuevo presidente, integra el aporte de FAO a los procesos de construcción de política pública, a partir de la respuesta a las necesidades y demandas de cada país, en consonancia con las agendas priorizadas por los tomadores de decisión de los nuevos gobiernos.

La iniciativa contempla dos fases: una, preelectoral y otra postelectoral.  La primera implica compartir análisis que agreguen valor programático, y que permitan pensar en rutas para alcanzar las metas de los ODS.  De allí que dentro de los temas claves de conversación están aspectos como pobreza, migración, cambio climático, sistemas alimentarios y malnutrición, y gobernanza rural.  La segunda apunta a la posterior asistencia técnica al gobierno en la fase de transición e inicio de sus funciones de planeación.

5 datos que nos muestran por qué el campo no da más espera

En Colombia, pese a avances importantes en la garantía de derechos, persisten brechas que resulta fundamental cerrar para  para un país que aspira a dar un salto cualitativo en su desarrollo, entre otras:

  • El 82% de la tierra productiva de Colombia está en manos del 10% de los propietarios. El país tiene un problema en la estructura de tenencia que impide una distribución adecuada. Mientras que el 68%  de los predios tiene menos de 5 hectáreas, sólo un 50 por ciento de las tierras están formalizadas[1].
  • Colombia es el tercer país de Suramérica con mayor área en bosque, con 59.9 millones de hectáreas de bosque natural, equivalentes al 52.2% por ciento de su territorio, lo que determina una vocación forestal[2]. Sin embargo, la debilidad en la gobernanza de la tierra, no sólo respecto de la tenencia, sino también del uso, generan una presión insostenible sobre los mayores tesoros de Colombia: su diversidad étnica y sus recursos naturales.
  • El mercado regional latinoamericano presenta grandes oportunidades (33 países de la región son importadores de alimentos, 18 son importadores netos y una quinta parte de las exportaciones se dirigen a la propia región (19,2%)). Aprovechar las oportunidades requiere de diversificación productiva y mayor valor agregado. La Agricultura Familiar Campesina es responsable del 70% de los alimentos que se destinan a los mercados locales en Colombia, lo que demanda un mayor desarrollo de políticas públicas para su protección y promoción. 
  • En los próximos 30 años, se precisa duplicar la oferta de alimentos para satisfacer la seguridad alimentaria y nutricional de 9 mil millones de seres humanos en todo el planeta. Colombia es uno de los pocos países con gran potencial de expandir su área agrícola sin afectar el área de bosques naturales, es el cuarto país de América Latina con las tierras disponibles para producción agrícola, es el tercer país con mayores recursos de agua y con diversidad climática, y es el tercero de América Latina con mayores tasas de precipitación anual, ocupando el puesto décimo en todo el mundo.        A pesar de este potencial, en Colombia 3,4 millones de personas están subalimentadas y viven mayoritariamente en zonas rurales donde sus condiciones estructurales reproducen día a día las causas de su hambre. 
  • En Colombia se estima que 2,6 millones de jóvenes entre los 14 y los 28 años habitaban en las zonas rurales en 2015 (24.5% de la población total rural). Cerca del 12% de los jóvenes rurales migra a los centros urbanos en busca de mejores oportunidades. Esta falta de oportunidades afecta más a las mujeres jóvenes, cuya tasa de ocupación es tan solo del 32%, frente al 70% de los jóvenes hombres. El 53% de las jóvenes rurales migra a la zona urbana por razones laborales y/o educativas. 

 

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Nadya González : [email protected]