Agricultura de conservación

Esta sección contiene información sobre la aplicación práctica de tres principios de protección del suelo y agricultura que ahorra recursos: alteración mecánica mínima de la estructura del suelo, presencia de cobertura orgánica en la superficie del suelo y diversificación de especies en la rotación de cultivos.

Alteración mecánica mínima del suelo

Siembra directa o plantación

La siembra directa implica la producción de cultivos sin preparación mecánica de la cama de siembra y con una alteración mínima del suelo desde la cosecha del cultivo anterior. El término “siembra directa” se entiende en los sistemas de agricultura de conservación como sinónimo de “cultivo sin laboreo”, “labranza cero”, “cultivo sin labranza”, etc. El término “plantación” se refiere a la colocación precisa de semillas grandes (maíz y frijoles, por ejemplo), mientras que por “siembra” se entiende normalmente un flujo continuo de semillas como en el caso de los cereales pequeños (por ejemplo, trigo y cebada). El equipo penetra en la cubierta del suelo, abre una ranura de siembra y coloca en ella la semilla. La magnitud de la ranura de siembra y del movimiento de tierra conexo deben reducirse al mínimo posible. Lo ideal es que la ranura quede completamente cubierta de nuevo después de la siembra con un recubrimiento orgánico y que no haya tierra suelta visible en la superficie.

La preparación del suelo para la siembra o la plantación sin labranza consiste en cortar o aplanar la maleza, los residuos de cultivos anteriores o los cultivos de cobertura; el control de la maleza y sembrar directamente a través del recubrimiento orgánico. Los residuos de cultivo se mantienen o bien en su totalidad o bien en una cantidad adecuada para garantizar la cobertura completa del suelo, y los fertilizantes y enmiendas se esparcen a voleo sobre la superficie del terreno o se aplican durante la siembra.