Responsabilidad ambiental institucional

Política

Política de la FAO en materia de responsabilidad ambiental institucional

Los sectores agrícolas dependen del clima de forma intrínseca y, por ende, pueden verse influidos negativamente por el cambio climático. LA FAO dedica una cantidad significativa de recursos al desarrollo agrícola en zonas que son, con frecuencia, las más vulnerables al cambio climático. Al aumentar la eficiencia y reducir los efectos negativos innecesarios en el medio ambiente, la
Organización logra tener mayor éxito en la consecución de sus cinco objetivos estratégicos, establecidos en 2013. Estas medidas no solo ayudan a luchar contra el cambio climático, sino que, a menudo, también redundan en ahorros económicos y resiliencia ante las fuerzas externas.
En consonancia con los objetivos estratégicos y las Directrices para la gestión ambiental y social, esta política abarca la totalidad de las operaciones de la FAO en todo el mundo, aunque se centra principalmente en las esferas administrativas que comprenden las instalaciones e infraestructura, los viajes y las contrataciones. Teniendo en cuenta la aprobación de la iniciativa de neutralidad climática de las Naciones Unidas por parte de la Junta de los Jefes Ejecutivos y su compromiso de aplicar los sistemas de gestión ambiental en el plano institucional, con esta política la FAO se compromete a aplicar los principios y el marco de rendición de cuentas que se exponen a continuación.

La Organización:

  • se esforzará por cumplir las directrices aplicables en cuanto a sus actividades de responsabilidad ambiental institucional;
  • supervisará y medirá los efectos que sus actividades cotidianas provocan en el medio ambiente, adoptando como punto de referencia otras organizaciones similares, y establecerá metas bienales para una mejora continua;
  • se dedicará activamente a la búsqueda de la eficiencia energética, en el uso del agua y en los gastos de viaje, junto con la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y de la polución en todos los componentes de sus operaciones, departamentos y funciones, precisando periódicamente metas concretas y realistas a tal efecto;
  • tratará de reducir la generación de residuos y mejorar aún más su diferenciación para permitir su reciclaje;
  • integrará criterios medioambientales en el proceso de contratación y compras, cuando esto sea viable y redunde en beneficio de la Organización y sus partes interesadas;
  • se esforzará por incorporar aspectos de responsabilidad ambiental en la manera en que organiza y celebra sus conferencias y reuniones;
  • se esforzará por lograr su neutralidad climática a más tardar en 2020 y, posteriormente, compensar las emisiones que no se puedan reducir a través de la adquisición de créditos de carbono que como mínimo cumplan los requisitos del mecanismo para un desarrollo limpio (MDL);
  • colaborará con otros organismos de las Naciones Unidas a fin de intercambiar conocimientos y mejores prácticas. La Organización también colaborará con las redes de neutralidad climática del Comité de Alto Nivel sobre Gestión y del Grupo de Gestión Ambiental;
  • implementará sistemáticamente un sistema de gestión ambiental con arreglo a lo estipulado por la Junta de los Jefes Ejecutivos. Como mínimo, este incluirá:
    1. un sistema de gestión de documentos que supervise y realice el seguimiento de las actividades anteriores, en curso y previstas relacionadas con la responsabilidad ambiental institucional, así como su progreso;
    2. un inventario anual de emisiones de gases de efecto invernadero ocasionadas por sus instalaciones y viajes (Sede y oficinas descentralizadas). La FAO empleará para su huella de carbono los mismos límites indicados en la Estrategia para la neutralidad climática de las
      Naciones Unidas y acordados asimismo en el Grupo de Gestión Ambiental de las Naciones Unidas;
    3. la publicación anual de un informe sobre la responsabilidad ambiental institucional de la FAO, que incluya una estrategia de reducción de emisiones.

Responsabilidad y rendición de cuentas

El Departamento de Servicios Internos de la FAO será el encargado de promover estos principios y actividades en todo el ámbito de la Sede de la FAO. Los subdirectores generales/representantes regionales desempeñarán un papel similar en sus respectivas regiones, en colaboración con el personal de apoyo de la Sede. En concreto, se les solicita que:

  • alienten a las oficinas a participar en la actividad anual de inventario de los gases de efecto invernadero;
  • fomenten y apoyen las iniciativas de sensibilización y la participación del personal en actividades que ayuden a reducir el impacto ambiental de la Organización como, por ejemplo, las destinadas a mejorar la eficiencia y los programas de gestión de los desechos;
  • abogar por las buenas prácticas e iniciativas que ayuden a reducir el impacto ambiental de la FAO y, al mismo tiempo, mejoren la eficacia operacional.

Si bien es importante que la Administración superior proporcione el liderazgo necesario, cada persona que trabaja en la FAO es a su vez responsable de sus propias acciones, las cuales influyen en el impacto ambiental de la Organización.