Preservando el patrimonio agrícola en el mundo

13/04/2017 - 

Tal vez has escuchado o incluso has visitado Machu Pichu y la región del Cuzco en Perú. Tal vez también has escuchado sobre el oasis de Siwa, en Egipto, las terrazas de arroz de Hani, en China, o los jardines flotantes en Bangladesh. Y, es probable que hayas comido dátiles y pistachos, o tomado té de jazmín. Pero probablemente no sepas que todos estos productos son gracias, en parte, a pueblos indígenas y comunidades locales alrededor del mundo que han preservado técnicas agrícolas tradicionales y cultivos autóctonos en paisajes increíbles.

Los Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM) son lugares que han sobrevivido a milenios, casi siempre en ambientes hostiles, áreas remotas y climas extremos, modelados y conservados por el conocimiento ancestral de comunidades. La FAO ha reconocido la necesidad de preservar estos sistemas, no sólo porque son vitales para la seguridad alimentaria y los medios de vida de agricultores y sus familias, sino porque demuestran valores culturales únicos y estilos de vida tradicionales.

Desde 2002, la FAO ha designado a 37 lugares en 16 países como Sistemas Importantes del Patrimonio Cultural Agrícola. En las páginas web de los perfiles de los países así como en la sección del SIPAM de nuestro sitio podrá encontrar más información. 

La FAO ha creado el programa SIPAM para salvaguardar estos particulares sistemas y los valores culturales únicos que fueron creados y mantenidos a su alrededor. Estos valores y métodos “agri-culturales” incluyen una forma de vida armónica con el medio ambiente, trabajando la tierra en manera sostenible y conservando la diversidad biológica de los cultivos.

El concepto es similar al de patrimonio cultural de la UNESCO, sin embargo el SIPAM es dinámico y cambia con la interacción de la comunidad. La conservación de los sistemas agrícolas no implica un estado estático. A través de la transferencia de conocimiento de una generación a otra, estos sistemas de vida continuarán involucrando las necesidades y demandas de aquellos encargados de su conservación, como: pequeños agricultores, familias e indígenas, quienes son frecuentemente los más pobres entre los pobres.

Estos sistemas tradicionales agrícolas también representan modelos de agricultura y producción sostenibles, en algunos casos, son reconocidos como las mejores prácticas de intervención que podemos aplicar para mitigar y adaptar el cambio climático. Para el SIPAM son ejemplos particularmente valiosos de la agricultura climáticamente inteligente: Sistemas de arroz y silvicultura en China, Prácticas pastoriles nómadas en Irán, sistemas de oasis en las montañas del Atlas y sistemas de agricultura bajo el nivel del mar en Kuttanad, India.

No obstante, estos sistemas están en riesgo debido a diversos factores, tales como el cambio climático, la modernización y el crecimiento demográfico, la escasez de recursos naturales, la agricultura moderna y a grandes escalas, la migración a las zonas urbanas y el abandono por parte de las generaciones más jóvenes.

A través del establecimiento de alternativas económicas (por ejemplo: agroturismo, marketing de productos, actividades de ocio), el SIPAM puede ayudar a proveer otras soluciones para estos agricultores que dependen exclusivamente de la agricultura. El programa procura balancear dos aspectos relevantes de la conservación: preservando los valores tradicionales y culturales, y la diversidad ecológica; mientras el desarrollo agrícola y socio económico conducen a la estabilidad y medios de vida adecuados.

La FAO ha identificado cerca de 200 de estos particulares sistemas agrícolas alrededor del mundo, los cuales cubren aproximadamente unas 500 millones de hectáreas de la tierra. Sin embargo, los países deben aplicar al programa para obtener la designación de patrimonio por parte del SIPAM. Más información sobre los SIPAM de la FAO en todo el mundo aquí.