FAO en Cuba

La monta natural en los cerdos o cualquier otro animal de corral es una práctica habitual para los productores individuales o aquellos asociados en cooperativas. Sin embargo, este proceder puede ocasionar infecciones, crías con bajo peso al nacer y muertes prematuras.

Con el fin de evitar esas pérdidas, contribuir al crecimiento de la producción porcina a nivel nacional y perfeccionar la genética, se ejecutó en Cuba del 2013 al 2015 el proyecto “Utilización de dos centros de producción de semen porcino (CPSP) en zonas suburbanas y rurales de La Habana”, entre la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Instituto de Investigaciones Porcinas (IIP) del Ministerio de la Agricultura (MINAG).

Con un monto ascendente a 302 mil dólares, la iniciativa estuvo dirigida al mejoramiento de las capacidades de los laboratorios seleccionados, con el propósito de potenciar la inseminación artificial, y también de contribuir al incremento del potencial genético productivo del sector porcino para aumentar la eficiencia técnica (85%), la eficiencia económica (80%) y la eficiencia reproductiva.

Los beneficiarios del proyecto fueron productores privados, técnicos de laboratorio (en Medicina Veterinaria y Zootecnia), médicos veterinarios, obreros pecuarios, técnicos en inseminación artificial y obreros calificados (personal de servicio).

Ubicadas en el municipio de La Lisa (La Habana) y en la provincia de Artemisa, las instalaciones escogidas para el experimento piloto fueron dotadas del material necesario para desarrollar la tecnología en Cuba.

“El equipamiento adquirido mediante el programa está directamente relacionado con la labor que se realiza en los laboratorios”, explicó Madelyn Rueda Sánchez, investigadora auxiliar, actual Directoradel IIP y coordinadora nacional del proyecto FAO en Cuba.

“Vitrinas refrigeradas para el almacenamiento del DICIP (diluyente cubano imprescindible en el proceso), neveras de conservación, centrífugas de refrigeración, microscopios de contraste de fases y el sistema CASA de análisis computarizado de semen, que se utiliza por primera vez en el sector porcino”.

Conocer las anomalías espermáticas —señaló la investigadora— posibilita conservar a los sementales más eficientes; lo que representa un ahorro económico, pues no habrá que alimentar machos reproductivamente ineficientes.

Inseminación artificial

Por su alto valor para la cultura culinaria cubana y por ser también la principal fuente de proteína animal en la dieta nacional, el aumento de la reproducción y cría del cerdo constituye una prioridad para el país.

En la actualidad el sector estatal no especializado, las cooperativas familiares, las productoras y los productores individuales generan aproximadamente el 80 por ciento de la carne de cerdo. Pero su eficiencia no resulta alta y es la rama porcina estatal especializada, la encargada de brindarle el apoyo necesario con un mínimo de recursos, asesorías y tecnologías.

La creación de los Centros de Procesamiento de Semen Porcino posibilita que este objetivo sea viable y llegue también a medianos/as y pequeños/as productores/as.

“Es importante conocer que con este tipo de instituciones un verraco puede cubrir de cien a 150 reproductoras, pues al emplearse la inseminación artificial (IA) el animal no realiza esfuerzo alguno”, apuntó Madelyn Rueda.

La IA facilita la fecundación de la hembra sin la concurrencia directa del chancho, usa un número reducido de sementales y disminuye la difusión de enfermedades, porque se reduce la entrada de animales posibles portadores de infecciones. Su principal ventaja radica, en la posibilidad de utilizarla en todas las cerdas, independientemente de su tamaño. Asimismo permite la diseminación del material genético de alta calidad y obtener crías superiores.

“Aunque en Cuba la estrategia ha sido seguida desde hace años, la propuesta del Ministerio de la Agricultura para ejecutar este proyecto permitió crear mejores condiciones y extender la práctica a territorios como Artemisa, lo que se tradujo en un incremento de la eficiencia técnica y reproductiva de las cerdas por parto, tomando como línea base los resultados del 2011”, indicó Baldomero Molina, Flores, oficial técnico del proyecto por parte de la FAO.

En el año 2012 se aplicaba inseminación artificial a 5717 reproductoras. En el 2013 la cantidad ascendía a tres veces más. (18 846)

Aunque hoy varias provincias cuentan con CPSP, en los que se brinda un servicio de venta de dosis seminales tanto al sector especializado como al cooperativo campesino, su extensión por todo el país pondría a disposición de los porcicultores y las porciultoras un medio para su progreso genético, productivo y sanitario.

También este servicio abriría una entrada de ingresos adicionales. Si en 2012 las ventas por concepto de venta se semen en el IIP ascendieron a 127 mil 163 pesos, ya en el 2013, con la entrada en operaciones del laboratorio de La Esperancita, las ventas ascendieron a 173 816.

En la actualidad, en el sector estatal bajo régimen de Inseminación Artificial se encuentran 2799 reproductoras, y 268 en manos de productores/as individuales. Hasta julio de 2014 se realizaron cuatro capacitaciones al personal de los CPSP, que incluyeron a 37 especialistas, 22 hombres y 15 mujeres. Además se ofreció capacitación a 20 productores y 10 productoras (33%).

En el IIP aplican hoy la inseminación 22 personas; de ellas, 8 son mujeres y 14, hombres. El proyecto también ha apoyado la reproducción de 9 materiales técnicos, entre instructivos, manuales y plegables que están a disposición de todos los interesados en el sitio web de la Representación de la FAO en Cuba.

El proyecto “Utilización de dos centros de producción de semen procino (CPSP) en zonas suburbanas y rurales de La Habana”, se insertó en el área de cooperación Seguridad alimentaria y nutricional del Marco de Asistencia de Naciones Unidas para el Desarrollo (MANUD), acordado entre el Gobierno de Cuba y el Sistema de Naciones Unidas para el periodo 2014-2018.