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8. FACTORES EXOGENOS

Hasta aquí hemos contemplado diversos aspectos de la dinámica de poblaciones de peces partiendo de la asunción de que cada población puede ser claramente identificada y diferenciada de otras poblaciones tanto en el sentido biólógico como en el ecológico y pesquero. Hay, sin duda, muchos casos en que este tratamiento es posible y en que la dinámica de poblaciones puede circunscribirse al estudio de una sola población, expuesta a un solo tipo de pesquería bajo condiciones biológicas y ambientales estables. Sin embargo, hay diversos factores que pueden alterar esta situación ideal y que evidentemente pueden complicar en mayor o menor grado el estudio de la dinámica de una población en particular, debiéndose en algunos casos considerar la posibilidad de tener unidades poblacionales con especies mixtas, la posibilidad de tener más de una pesquería actuando sobre una misma población, la interacción entre una población y otra, la interacción entre una pesquería y otra, los efeotos de condiciones ambientales variables, entre otros.

8.1 Pesquería y Unidad Poblacional

Cada población de peces es por cierto una unidad biológica que además de estar compuesta por individuos de una misma especie y ocupar un espacio o lugar común, tiene la capacidad de autoperpetuarse y renovarse continuamente. Razón por la cual, desde el punto de vista de la explotación pesquera, cada población puede ser considerada como un recurso renovable.

Sin embargo, hay pesquerías que están basadas en la explotación simultánea de varias especies, sin que las diferencias biológicas o taxonómicas entre una especie y otra o entre una población y otra, parezcan tener alguna importancia. Esto puede ocurrir especialmente cuando varias especies que ocupan las mismas áreas de pesca son fenotípicamente parecidas, tienen el mismo interés o valor comercial y pueden ser capturadas con las mismas artes de pesca. En este caso, son todas estas especies, o mejor aún, son todas estas poblaciones, las que desde el punto de vista de la explotación pesquera constituyen un recurso renovable. Obligando en este caso a que las evaluaciones, y especialmente las determinaciones de los montos de captura potencial y otras medidas para administrar las pesquerías deban hacerse considerando a todo el conjunto de varias especies como una sola unidad biológico-pesquera aun cuando la dinámica de cada población deba ser analizada separadamente.

Pero, si los parámetros poblacionales de cada una de estas especies son similares, es posible que muchos de los análisis relativos a la dinámica poblacional puedan ser realizados considerando a todas estas unidades biológicas como parte de un mismo stock o como si fueran parte de una misma población. Procedimiento que puede ser válido por lo menos en los primeros estadios de la investigación, cuando los parámetros para cada especie y la separación de cada población no pueden ser determinados con claridad.

Lo contrario puede ocurrir en algunas otras poblaciones, cuando grupos de individuos de la misma especie (por ejemplo, cuando hay un marcado dimorfismo entre hembras y machos) tienen un comportamiento, una velocidad de crecimiento y/o una tasa de mortalidad diferente, lo cual obviamente puede ser causa para que la dinámica (y la pesquería) de cada una de las partes de lo que en principio es una misma población deban tratarse como unidades diferentes para obtener resultados finales más precisos.

8.2 Interacción de Pesquerías

Es la presencia de una especie o de un grupo de especies en cantidades suficientes como para que puedan ser consideradas como un recurso pesquero lo que determina el inicio, crecimiento y desarrollo de cada pesquería, y ésto hace que en cada caso, la infraestructura y la forma de operar de las flotas y de los pescadores esté orientada a capturar y utilizar éste y no otro tipo de peces. Excluyéndose de esta forma la posibilidad de que una pesquería desarrollada para capturar y utilizar una especie pueda al mismo tiempo explotar otra especie que tiene características morfométricas o de comportamiento diferentes.

Existe, sin embargo, la posibilidad y a veces es un hecho inevitable, de que al tratar de capturar una especie (que es el objetivo principal de una pesquería) se capturen también ejemplares de otras especies que son el objetivo de otras pesquerías. Por ejemplo, la captura de sardina juvenil en la pesquería de anchoveta en el Pacifico Suroriental, la captura de hipogloso juvenil en la pesqueria del abade jo de Alaska en el Mar do Bering, la captura de eglefino y bacalao pequeno en la pesquería de merlusa en el Atlántico Norte, la captura de sciénidos pequeías en las diversas pesquerías de camarón penneido, entre otros.

8.3 Interacciones Biológicas

Hay casos también en que la explotación de una población puede alterar el tamaño de otra población con la cual ésta guarda una relación de competencia o de predador-presa. Por ejemplo, si hay una población de peces predadores (digamos algún escómbrido) cuya alimentación depende mayormente de la existencia de otra especie más pequeña (digamos algún clupeido), la fuente de alimentación, las posibilidades de sobrevivencia y por ende el tamaño y la velocidad de renovación de la primera población se verán reducidos si la población de la segunda especie (la presa) se ve reducida (digamos a la mitad de su tamaño original) por efectos de la pesoc o por alguna otra oacusa. A la inversa, la brusca reducción de una población de predadores que hubieran estado generando una alta mortalidad por predación en la población de otra especie (la presa) puede beneficiar a esta última aumentando su velocidad de renovación al disminuir la presión de la mortalidad natural.

8.4 Efectos del Ambiente

El ambiente es otro factor que tiene gran influencia tanto en el desarrollo de las operaciones de pesca como en el estado de las poblaciones de peces. Todas las especies tienen condiciones óptimas bajo las cuales pueden desarrollarse mejor y aun cuando no todas las condiciones del ambiente sean las óptimas, cada población de peces tratará siempre de ubicarse en ambientes donde cada una de estas condiciones se encuentra dontro de limites tolerables que permitan así su normal desarrollo. De ahí que cualquier cambio en alguna de estas condiciones, sea la temperatura, la salinidad, la cantidad de oxígeno, la dirección y fuerza de los vientos y las corrientes, la cantidad y calidad del material orgánico en suspensión, la estructura del terreno, etc., pueden alterar positiva o negativamente el tamaño y el balanco dinámico de las poblaciones.

De hecho estos cambios ocurren continuamente y el ambiente, y la capacidad de carga del medio que ocupa cada población no deben ser considerados como el resultado de un conjunto de características físicas y químioas estáticas. Más bien son el resultado de múltiples variables que independientemente van afectando de una forma o de otra a la población y sólo es posible considerar que el ambiente como un todo es constante cuando los efectos positivos y negativos de cada uno de sus componentes se compensan unos con otros a través del tiempo. De otra forma es de esperar algunos cambios en la densidad y velocidad de crecimiento de la población así como en cualquiera de los parámetros poblacionales, cambios que evidentemente no estarán relacionados con el tamaño de la población misma ni con los resultados de la pesca.

Hay diversas poblaciones de peces que han sufrido el efecto de cambios climáticos que parecen producirse a intervalos de tiempo más o menos largos y que han afectado seriamente a diversas pesquerías como la del bacalao, el arenque, la anchoveta peruana, la sardina de California, entre otros. Lo oual pone en evidencia la necesidad de tomar en cuenta el ambiente al investigar y administrar un recurso pesquero.


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