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Manejo postcosecha

G. Granados

La mayor parte de los agricultores que producen maíz en los países en desarrollo disponen de buena parte de su tiempo y de sus esfuerzos tanto para preservar el grano de maíz que destinan a su alimentación básica como las semillas de las variedades de polinización abierta que habitualmente plantan un año tras otro.

Las consideraciones sobre como los agricultores manejan la semilla de maíz para preservar su viabilidad y vigor, desde la cosecha hasta la siembra, se encuentran en el capítulo Producción de semillas.

Este capítulo hace referencia a las etapas y los procedimientos que deberían ser segui-dos por los agricultores desde la cosecha hasta el momento en que el maíz es consumido o vendido.

Normalmente, los agricultores almacenan su cosecha de maíz por un año o dos, depen-diendo del éxito que han tenido en su produc-ción y que deberá satisfacer sus requerimientos alimenticios en el futuro inmediato. Para preservar su cosecha y asegurarse que tendrán un abastecimiento adecuado de maíz para sus familias, los agricultores tradicionalmente siguen, a su modo, varias de las operaciones recomendadas de manejo postcosecha, que incluye cosecha, secado, clasificación, desgra-nado, limpieza, tratamiento y almacenamiento.

Una comparación de como los agricultores cumplen esas actividades, cuales son las limitaciones de los métodos que usan y cuales son las mejoras que sería posible introducir fácilmente, se presentan a continuación.

COSECHA

Tan pronto como los granos de maíz alcan-zan la madurez fisiológica, la cual puede ser reconocida por la presencia de una capa negra en el punto de inserción de la semilla en el olote, se puede iniciar la cosecha. Es en este momento que la calidad del grano está en su punto máximo y de aquí en adelante tiende a disminuir a una tasa que depende de la forma en que es manejado. Sin embargo, el cultivo raramente es cosechado en el momento de la madurez fisiológica porque en este momento los granos tienen un contenido muy alto de humedad (30-35%) y sería antieconómico reducir artificialmente el contenido de hume-dad a niveles aceptables del 10-12% para su buen almacenamiento. Por lo tanto, la cosecha normalmente se demora hasta que la humedad del grano ha llegado a 20-25%. Si las mazorcas son desgranadas directamente en el campo, la humedad debería estar por debajo de 20% para evitar daños mecánicos.

Cuanto mas tiempo se demore la cosecha mas humedad perderán los granos; esto puede ahorrar algo de lo que se debe gastar para secar las semillas a un nivel de seguridad. Sin embar-go, cuanto mas tiempo transcurre el maíz en el campo, mayores posibilidades tendrá de sufrir ataques de insectos de los granos almace-nados, daños de pájaros, pudrición de las mazorcas y posiblemente vuelco a causa de la pudrición del tallo. Todo esto lleva sin duda a pérdidas de rendimiento y a una menor calidad del grano. Por lo tanto, la cosecha se debe llevar a cabo tan pronto como la humedad del grano esté comprendida entre 20-25%. Lamen-tablemente, en muchos casos, los agricultores demoran la cosecha, utilizando así el campo como lugar de almacenamiento de la misma.

SECADO

Normalmente el maíz se recoje del campo con un contenido de 20-25% de humedad, el cual es excesivamente alto para un almacena-miento correcto. Para reducir la humedad del grano se puede usar el secado natural solar o el secado artificial. En cualquiera de ambos casos es imprescindible saber en que mo-mento se debe detener el secado. Los conoci-mientos acerca de la relación que existe entre el contenido de humedad y el comportamiento de la semilla de maíz y los diferentes factores de estrés ayudarán a tomar las decisiones apropiadas. Esta información se resume en la Tabla 37.

TABLA 37

Efecto del contenido de humedad del grano sobre la fisiología de la semilla y la presencia de factores bióticos de estrés

Contenido de humedad de la semilla

(%)

Comportamiento de la semilla y ocurrencia de estrés

>45-60

La semilla germina

>18-20

Puede ocurrir calentamiento

>14-20

Los mohos crecen sobre y dentro la semilla

<9-8

Escasa o ninguna actividad de insectos

<8-4

Almacenamiento hermético es mas seguro

Cuando la humedad del grano se encuentra entre 45 y 60% puede tener lugar el proceso de germinación. Por debajo de 45% y entre 18 y 20%, la respiración de los granos y de los microorganismos es extremadamente alta y el calentamiento puede alcanzar temperaturas lo suficientemente elevadas como matar el germen.

Cuando la humedad del grano se encuentra entre 14 y 20%, pueden crecer mohos y la infección es mas severa en granos rajados o rotos (Christensen y Kaufmann, 1969).

Los granos con menos de 10% de humedad no proporcionan un ambiente favorable para la reproducción y el desarrollo de los insectos de los granos almacenados.

La semilla y el grano de maíz deben ser llevados a un nivel de contenido de humedad que garantice un almacenamiento seguro. Esto puede ser hecho por los agricultores en sus propias fincas usando procesos de secado tradicionales, rústicos, mas o menos econó-micos, o puede ser hecho con la ayuda de secadores mecánicos, con un mayor costo, pero con la posibilidad de obtener un producto de mejor calidad.

Métodos tradicionales

Si los agricultores cosechan el cultivo temprano, las mazorcas de maíz normalmente llegan del campo con un alto contenido de humedad dentro de los granos y aun mayor en las espatas y en los olotes. Para evitar esto, los agricultores colocan las mazorcas recién cosechadas en cribas, almacenando y secando el maíz al mismo tiempo. Muchos agricultores, sin embargo, dejan el maíz en el campo porque no tienen facilidades o tiempo para manejar el secado, ya sea con el sol o por otros medios.

Algunos agricultores cortan la porción superior de la planta de maíz por sobre la inserción de la mazorca para acelerar el proceso de secado y usan esa parte de la planta para alimentar el ganado. Esto hace, sin embargo, que las mazorcas sean mas vulnerables al daño de los pájaros.

Cuando se deja el cultivo sin cosechar en el campo, para prevenir el vuelco algunos agricultores doblan la planta de maíz debajo de la mazorca, cuando esta llega a la madurez fisiológica; esto ayuda a reducir el daño de los pájaros pero es una operación que lleva tiempo y puede demorar el secado.

Cuando los agricultores tienen mas recur-sos o si por alguna razón necesitan secar el grano mas rápidamente, esparcen las mazorcas en capas finas sobre una cancha de cemento para ser secadas al sol. Los agricultores también usan secadores rústicos que han sido diseñados para usar combustibles localmente disponibles, tales como los olotes del maíz o leña.

CLASIFICACIÓN

Si el grano debe ser secado por medios mecánicos, la eliminación de los granos de colores, de las mazorcas en descomposición, enfermas o indeseables debe ser hecha antes del secado. Si las mazorcas de maíz se secan al sol entonces la clasificación puede ser hecha durante o después del secado.

DESGRANADO

Es una operación delicada; si no es hecha correctamente puede dañar la semilla y el germen o romper el endosperma. El desgranado debe ser hecho cuando las semillas tienen de 12 a 14% de humedad y el riesgo de dañar los granos aumenta con el contenido de humedad. Si se usan desgranadoras mecánicas las máquinas deben estar correctamente ajustadas a una velocidad del cilindro de 300-500 RPM; además es recomendable que los cilindros estén cubiertos con bandas de goma para minimizar los daños. Esto no es aplicable obviamente en el caso del desgranado manual.

TRATAMIENTO

Para prevenir el ataque por insectos y hongos de los granos almacenados, estos deben ser tratados con un insecticida o protec-tor de los granos. Los protectores de granos son insecticidas que cuando se aplican a los granos previenen el inicio de las infestaciones; sin embargo, no son adecuados para controlar infestaciones fuertes en el producto en el momento del tratamiento. En estos casos, los granos deben ser tratados con fumigantes.

Solamente aquellos insecticidas que han sido específicamente aprobados como protectores de los granos pueden aplicarse con seguridad. Para que un insecticida sea considerado un protector de granos debe presentar varias características: ser efectivo contra una amplia variedad de plagas a dosis económicas; ser de uso seguro y no dejar residuos peligrosos; no ser tóxico al grano y a los consumidores del grano, sin afectar la calidad, el gusto o el olor del mismo; ser aceptable en el comercio internacional, o sea no ser explosivo ni corrosivo.

Hay muchos informes sobre la efectividad de un gran número de insecticidas para el control de los insectos de los granos almacenados. Sin embargo, solo los siguientes han sido aprobados y son usados comercial-mente: bioresmethrin, bromophos, carbaryl, chlorphyrifos-metilo, dichlorvos, fenitrothion, lindano, malatión, pirimiphos-metilo, butóxido de piperonilo y piretrinas. La Tabla 38 resume la información acerca de las dosis recomen-dadas de estos protectores de granos.

La dosis de estos protectores para ser usados en los granos de maíz dependerá si el maíz es destinado a ser utilizado como alimento o para semilla. Por ejemplo, si se usa malatión para proteger la semilla de maíz, la dosis recomendada es de 125 g/100 kg de polvo al 1,0%; sin embargo, si el grano es para con-sumo, la dosis debe ser reducida a la mitad de la dosis anterior (Lindblad y Druben, 1980).

A causa de la ignorancia o de la falta de recursos muchos agricultores no usan los insecticidas para proteger sus granos almace-nados sino que usan algunos protectores tradicionales de granos como las cenizas o la cal, con resultados dudosos. Hace algunos años se llevaron a cabo investigaciones para dilucidar el posible valor como protectores de granos del polvo de semillas o de aceites esenciales de varias plantas incluyendo Denmetria tripetela, Piper quineense, Azadirachta indica y Lantana camara (Okonkwo y Okoye, 1996; Makanjuola, 1989; Buiyah y Quiniones, 1990). Esta área de investigación merece tal vez investigaciones mas completas.

TABLA 38

Dosis recomendadas y toxicidad oral aguda de varios protectores de granos aprobados para uso comercial

Protector de granos

LD 50 (mg/kga

Dosis

Notas

 

peso cuerpo rata)

(mg ia/kg grano)

 

Bioresmethrin

7 000-8 000

2-4

Caro

Bromophos

4 000

5-10

Débil contra R. dominica

Carbaryl

300-800

5-6

Mezclado con organofosforados aprobados para control completo

Chlorphyrifos-methyl

1 600-3 000

3-8

Mejor que malatión para controlar S. cerealella

Dichlorvos

2 000-3 000

10-20

Toxicidad para insectos perdida rápidamente a altas temperaturas

Fenitrothion

330-940

5-10

Efectividad aumenta combinado con piretro

Lindano

200-300

2-4

Útil para tratar paredes y bolsas

Malatión

720-3 330

4-12

Usado mas de 25 años; aun estándar para evaluación de otros insecticidas

Pirimiphos-metilo

1 400-2 050

2-6

Efectivo contra líneas resistentes a malatión

Piretro

600-900

1.5-2.5b

A ser usado con butóxido de piperonilo como sinérgico

a Para comparaciones, la LD50 (dosis letal) de un insecticida muy tóxico, Etil-paratión, es 6-15 mg/kg.

b Mas butóxido de piperonyl a dosis de 1:5 a 1:10

ALMACENAMIENTO

Los agricultores, los comerciantes de granos y los productores de semillas deben encontrar formas adecuadas para mantener y llevar sus productos desde la temporada en que son producidos hasta el momento en que serán utilizados. El producto debe ser almace-nado bajo condiciones controladas que preser-ven la calidad del grano. Debemos además recordar que el almacenamiento del grano no mejora su calidad sino que solamente retarda su deterioro; por lo tanto, si se almacena un grano de baja calidad este se deteriorará aun mas, dependiendo del tiempo y las condi-ciones de almacenamiento.

La temperatura y la humedad relativa son los componentes del ambiente que mas influencia tienen sobre la longevidad de los granos; también tienen influencia sobre el equilibrio del contenido de humedad del grano. Por lo tanto, la humedad relativa y la tempe-ratura dentro de un depósito de almacena-miento deben ser tales que el equilibrio del contenido de humedad sea adecuado como para dar lugar a un almacenamiento seguro.

Por otro lado, los agricultores que no tienen recursos para hacer construcciones costosas pero que deben conservar las semi-llas y los granos, a menudo por mas de un año, han desarrollado lugares para almacena-miento y prácticas culturales que de alguna manera les ayudan a mantener la semilla y el grano de maíz en condiciones que al máximo pueden ser llamadas subóptimas.

En los trópicos, a causa de las condiciones climáticas, el maíz no se seca en el campo lo suficiente como para permitir su desgranado inmediato. Algunas veces el agricultor no posee el equipo necesario para desgranar después de la cosecha; por lo tanto, los agri-cultores deben almacenar las mazorcas, con o sin las espatas, en construcciones rústicas hasta que se sequen y puedan ser desgrnadas para el consumo o la venta. Este proceso puede durar de seis a ocho meses.

Las construcciones rústicas para almace-namiento pueden ser hechas de paja trenzada, barro, madera, bambú o metales. Su tamaño y forma dependerán sobre todo de la imagina-ción y habilidad del agricultor así como del volumen de grano que acostumbra manejar. Por la mayor parte, estas construcciones suelen ser ineficientes porque no tienen bastante aislación de las altas temperaturas y humedades relativas que normalmente ocurren en los climas tropicales. Con algunas excepciones, muchas de estas construcciones no son a prueba de roedores, no presentan una barrera física contra las infecciones de insectos a los granos almacenados y no facilitan la fumigación de los granos para el control de los insectos.

Se han diseñado ciertas construcciones rústicas (Lindblad y Druben, 1980) que tienen el objetivo de mejorar las construcciones de los agricultores, con el objetivo de mantener los granos frescos y secos y de protegerlos de insectos y roedores. Los graneros son de tamaño, diseño y materiales variables pero todos deben reunir las mismas especifica-ciones básicas para que sean a prueba de roedores y protegidos de la lluvia; además deben ser construidos de tal manera que permitan pasar el aire a través de las mazorcas de maíz. La construcción de los graneros sobre postes elevados por encima del nivel del suelo, hará que sean de mas difícil acceso para que los roedores lleguen al grano. Un techo impermeable hecho de chapas metálicas o de hojas de palma protegerá el maíz de la lluvia. Las paredes de los graneros -hechas de bambú, postes de madera o ramas de árboles- deberán tener aberturas lo suficientemente grandes como para permitir un buen pasaje del aire, pero por las cuales no puedan caer las mazorcas. Para que haya un secado eficiente del grano, los graneros no deberían ser de mas de un metro de ancho, de lo contrario el aire no circulará entre las mazorcas, causando el calentamiento del grano y el posible ataque de mohos. Para tener condiciones de almace-namiento adecuadas y usando materiales de construcción locales, Lindblad y Druben (1980) recomiendan seguir las siguientes reglas básicas:

Todos estos elementos contribuirán a reducir el deterioro del grano, pero las mejores condiciones de almacenamiento estarán siempre dadas por un depósito bien diseñado y donde la temperatura y la humedad puedan ser debidamente controladas.

En ambos tipos de construcciones, tanto en las rústicas como en los depósitos comer-ciales, después de algún tiempo de haber almacenado los granos será necesario hacer una desinfestación. Las infestaciones pueden ocurrir como consecuencia de i) almacena-miento de granos ya infectados en el campo; ii) secado insuficiente del grano; iii) trata-miento con protectores incorrecto; iv) protec-tores sin efecto residual; y, v) condiciones que favorecen la invasión de insectos, lo que es común en graneros rústicos.

Para detectar la presencia de insectos de los granos almacenados, estos deben ser inspeccionados por lo menos mensualmente. La inspección de los granos consiste en tomar muestras manuales del centro y cerca de las paredes, pero es recomendable tomar muestras con un calador en varias partes y a distintas profundidades de la masa de grano.

Si en una muestra de 1 000 gramos de granos de maíz se encuentran mas de dos gorgojos (Sitophilus spp.) o mas de 15 escarabajos del afrechillo (Tribolium spp., Oryzaephilus spp., Criptolestes spp.), se de-ben tomar medidas inmediatas de control.

En las regiones templadas, un método efectivo de control mecánico que puede ser usado en los meses de otoño e invierno cuando la temperatura exterior es baja, consiste en revolver y cernir el grano; la exposición de los insectos a las bajas temperaturas mata a muchos de ellos reduciendo sustancialmente su población. Sin embargo, este método tiene algunas limitaciones: i) puede no haber equipo disponible para revolver grandes masas de grano y ii) los insectos dentro de los granos pueden sobrevivir aun cuando las operaciones se hagan cuando hay temperaturas muy bajas.

En los trópicos, a causa de las temperaturas suaves a lo largo de todo el año características de esos climas, este método de control pierde valor y las infestaciones de insectos deben ser controladas usando métodos confiables, rápidos y económicos como la fumigación.

El objetivo de la fumigación es el introducir una concentración de gas letal en todas las partes de la masa de granos y mantener la concentración por un tiempo suficiente para matar los insectos presentes en todos los estados de desarrollo. Dadas las condiciones inadecuadas de los almacenamientos rústicos, no es posible hacer la fumigación en muchas de las instalaciones de los agricultores.

En los depósitos bien construidos a prueba de las inclemencias del tiempo, la fumigación se puede hacer usando uno de los varios fumigantes existentes; algunos de los mas comúnmente usados son: compuestos cianhídricos, metilbromuro, dibromuro de etileno y fostoxin. Este último está formulado en tabletas que liberan el gas venenoso cuando entran en contacto con la humedad del aire.

La fumigación es una operación valiosa para controlar los insectos de los granos almacenados pero debe ser aplicada por personas debidamente entrenadas que sepan tomar todas las precauciones necesarias para prevenir accidentes fatales.

REFERENCIAS

Buiyah, M.I.M. & Quiniones, A.C. 1990. Use of leaves of lagundi (Vitex negundo Lin.) as corn seed protectant against the corn weevil Sitophilus zeamais Motsch. Bangl. J. Zool., 18(1): 127-129.

Christensen, C.M. & Kaufmann, H.H. 1969. Grain storage. The role of fungi in quality loss. Minneapolis, MN, USA, University of Minnesota Press. 153 pp.

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Makanjuola, W.A. 1989. Evaluation of extracts of neem (Azadirachta indica A. Juss) for the control of some stored products pests. J. Stored Prod. Res., 25(4): 231-237.

Okonkwo, E.U. & Okoye, W.I. 1996. The efficacy of four seed powders and the essential oils as protectants of cowpea and maize grains against infestation by Callorobruchus maculatus (Fabricius), (Coleoptera, Bruchidae) and Sitophilus zeamais (Motschulsky) (Coleoptera, Curculionidae) in Nigeria. Int. J. Pest Manag., 42(3): 143-146.

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