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DESAFIOS GLOBALES, POTENCIALES Y PRIORIDADES

Existe una severa y generalizada inseguridad alimentaria en los hogares de muchos sistemas de producción agropecuaria y se prevé que este problema seguirá causando preocupación en las próximas décadas. De hecho, las proyecciones disponibles1 apuntan hacia un posible fracaso en cumplir con los compromisos asumidos por la comunidad internacional en la Cumbre Mundial para la Alimentación, llevada a cabo en 1996 y en la Declaración del Milenio de reducir el hambre y la pobreza a la mitad para el 2015. En todas las regiones, la pobreza y la inseguridad alimentaria está generalizada y es más severa en las áreas rurales. Más aún, la inseguridad alimentaria y la pobreza están íntimamente relacionadas. Los hogares agropecuarios de bajos ingresos carecen del poder adquisitivo para contar con una nutrición adecuada, mientras que la inseguridad alimentaria en sí misma causa la pobreza. Las personas mal nutridas, debido a sus reducidas capacidades intelectuales y físicas, con frecuencia presentan un estado de salud deteriorado; por ende, su productividad laboral es menor y su rendimiento escolar es bastante deficiente. A pesar de que existe una necesidad urgente de medidas transitorias para salvaguardar los estándares nutricionales y de subsistencia mínimos (v.g. redes de seguridad), se requiere establecer programas a largo plazo, a fin de apoyar un proceso sostenible de crecimiento económico y desarrollo dirigido a los más desfavorecidos.

En este capítulo se examinan diferentes estrategias para acortar la brecha de hambre y pobreza que existen entre las proyecciones actuales (un escenario predecible) y las metas de desarrollo internacional de reducir el hambre y la pobreza a la mitad para el 2015. El capítulo comienza agrupando los 72 sistemas agropecuarios identificados para las seis regiones, en ocho categorías generales. La importancia relativa de las estrategias empleadas por los hogares agropecuarios para escapar del hambre y la pobreza se examina a continuación en relación con cada categoría, en términos de: intensificación; diversificación; incremento del área predial utilizada; incremento del ingreso extra-predial; y abandono de la agricultura al interior del sistema de producción agropecuaria. A continuación y a fin de tener más claridad en las estrategias de reducción de la pobreza, los sistemas de producción agropecuaria se reagrupan de acuerdo a: (i) potencial de recursos, y (ii) intensidad de la producción agrícola (tomada como un indicador de acceso a los servicios).

En segundo término, se define una estrategia global para la reducción del hambre y la pobreza, basándose en cinco áreas principales: la reforma del marco institucional y de políticas, aplicación de medidas para crear mercados eficientes, mejora de la disponibilidad de información y capacitación del capital humano, desarrollo de tecnologías efectivas y la aplicación de un enfoque de manejo sostenible de los recursos naturales.

CATEGORÍS DE SISTEMAS, RECURSOS Y ESTRATEGIAS UTILIZADAS POR EL HOGAR AGROPECUARIO

CATEGORÍAS DE SISTEMAS DE PRODUCCIÓN AGROPECUARIA

A fin de facilitar la comparación e integración de las prioridades establecidas para los sistemas individuales en una estrategia global para la reducción de la pobreza, los 72 sistemas de producción agropecuaria identificados en las seis regiones en desarrollo se han clasificado en ocho categorías generales (ver Capítulo 1 y Anexo 2), basándose en las características descritas en los capítulos 2-7. Las ocho categorías comprenden: (i) sistemas de producción agropecuaria que cuentan con riego; (ii) sistemas de producción basados en el cultivo de arroz de tierras húmedas; (iii) sistemas de producción de secano en áreas húmedas (y subhúmedas); (iv) sistemas de producción de secano en tierras altas y áreas escarpadas; (v) sistemas de producción agropecuaria de secano en áreas de clima seco o frío; (vi) sistemas de producción agropecuaria duales, que presentan tanto plantaciones comerciales a gran escala, como fincas de pequeños agricultores; (vii) sistemas de producción agropecuaria mixtos de pesca costera artesanal; (viii) sistemas de producción agropecuaria basados en áreas urbanas. Exceptuando a la categoría dual, estos sistemas se caracterizan por la presencia dominante de los pequeños productores.

La calidad de la base de recursos varía ampliamente según la categoría de agrupación de los sistemas, e incluso existen diferencias al interior de un sistema de producción agropecuaria en particular. Los sistemas de producción dotados con riego o caracterizados por climas húmedos por lo general presentan mayor potencial agrícola que aquellos ubicados en climas secos. A esto se suma que el acceso a los servicios agrícolas -especialmente mercados- tienen una influencia marcada en las oportunidades de desarrollo de un sistema de producción. La Figura 8.1 muestra las interrelaciones existentes entre siete de las ocho categorías de sistemas en términos de estas dos variables clave.

El alcance de cada categoría de sistemas es relativamente amplio, debido a la heterogeneidad de los sistemas de producción agropecuaria que los conforman y a las diferencias existentes entre los entornos en los que se ubican las fincas agropecuarias al interior de un sistema en particular. En este contexto, los sistemas duales tenderían a cubrir la totalidad de la figura, y por lo tanto no se han graficado.

Por lo que se puede desprender de la Figura 8.1 (y como ya se ha analizado en capítulos anteriores), las categorías de sistemas caracterizadas por contar con riego y por la producción de arroz de tierras húmedas y en menor grado, aquellas caracterizadas por la producción húmeda de secano, los hogares agropecuarios cuentan con una base de recursos promedio relativamente alta. No obstante, el acceso a los servicios de apoyo agrícola y los mercados es muy variable -fluctúa entre limitado (ubicados en el borde superior izquierdo de la figura, v.g. el Patrón de Riego de Gezira en Sudan) y buena (en el borde superior derecho, v.g. las áreas de riego bajas del Valle del Nilo, en Egipto).

Por el contrario, debido principalmente a la presencia de infraestructura deficiente, los sistemas de producción agropecuaria de secano en tierras altas cuentan con acceso restringido a los servicios, pero la base de recursos puede variar entre aceptable (hacia el área superior izquierda de la figura, v.g. el Sistema de Producción Agropecuaria Intensivo de Tierras Altas en China) y deficiente, área inferior izquierda, v.g. el Sistema de Producción Agropecuaria Mixto de Tierras Altas en los Andes Centrales. Los sistemas de producción de secano, ubicados en áreas de clima seco o frío tienden a presentar una base de recursos más limitada y un acceso deficiente a los servicios (v.g. los sistemas de pastoreo, presentes en todas las regiones). Por otro lado los Sistemas de Pesca Costera Artesanal frecuentemente presentan un buen acceso a los servicios pero la base de recursos naturales varía, lo que ha ubicado el rango de este sistema hacia el lado derecho de la figura. Finalmente, los Sistemas de Producción Agropecuaria Basados en Areas Urbanas, se caracterizan por presentar un acceso adecuado a los mercados, si bien su base de recursos es por lo general bastante restringida.

Figura 8.1 Categorías de Sistemas de Producción según su Base de recursos y Acceso a los Servicios Agrícolas

Nota: La categoría del Sistema de Producción Agropecuaria Dual cubre la mayor parte de la figura, por lo que no se ha graficado.

Las ocho categorías del sistema de producción agropecuaria se han comparado además en la Tabla 8.1, que presenta el área total, el área cultivada e irrigada, la población agrícola y los excedentes de mercado. Los seis sistemas irrigados de tierras húmedas que se basan en la producción de arroz2, sustentan a una población agrícola de aproximadamente 900 m y presentan alrededor de 170 m de ha de tierra cultivada, de los cuales aproximadamente dos tercios cuentan con riego. Existen tres clases principales de sistemas de producción agropecuaria de secano, en donde predominan los pequeños agricultores (en áreas húmedas, tierras altas o secas/frías) que tomadas en conjunto presentan una población agrícola de más de 1 400 m de habitantes con un área cultivada que alcanza los 540 m de ha. Los sistemas duales que comprenden fincas con extensiones variadas, y sustenta a una población agrícola de 190 m con un área cultivada de 11 m de ha. Finalmente, dos tipos de sistemas más pequeños caracterizados por la presencia de pequeños agricultores -cuatro sistemas de pesca costera artesanal mixtos y seis sistemas basados en áreas urbanas- albergan a una población total conjunta de aproximadamente 100 m de habitantes. Estas ocho categorías de sistemas agropecuarios se describen a continuación.

Tabla 8.1 Comparación de los sistemas de Producción Agropecuaria por Categoría

Características de las categorías

Sistemas de riego de pequeños agricultores

Basado en el cultivo de arroz de tierras húmedas

Secano en áreas húmedas

Secano en tierras altas

Secano en áreas secas/ frías

Dual (plantaciones comerciales y pequeños agricultores)

Mixtos de Pesca Costera Artesanal

Basado en Areas Urbanas

Número de Sistemas

3

3

11

10

19

16

4

6

Superficie Total (millones de ha)

219

330

2 013

842

3 478

3 116

70

n.d

Area Cultivada (millones de ha)

15

155

160

150

231

414

11

n.d

Area cultivada/Area total (%)

7

47

8

18

7

13

16

n.d

Area con Riego (millones de ha)

15

90

17

30

41

36

2

n.d

Area con Riego/Area cultivada (%)

99

58

11

20

18

9

19

n.d

Población agrícola (m)

30

860

400

520

490

190

60

40

Población agrícola/área cultivada (p/ha)

2,1

5,5

2,5

3,5

2,1

0,4

5,5

n.d

Excedente de mercado

alto

medio

medio

Bajo

bajo

medio

alto

alto

Fuente :Estadísticas de la FAO y apreciación de expertos
Nota: El área cultivada se refiere tanto a los cultivos anuales como perennes. n.d. datos no disponibles

Los tres sistemas de producción agropecuaria con riego de pequeños agricultores dependen de los sistemas de riego a gran escala, caracterizados por la agricultura a pequeña escala. A pesar de que esta categoría alberga únicamente a 30 m de mujeres, hombres y niños que cultivan alrededor de 15 m de ha de tierras irrigadas, esta categoría es de gran importancia para la seguridad alimentaria nacional y contribuye a los ingresos provenientes de las exportaciones en muchos países. A pesar de que se han hecho grandes inversiones en los sistemas de riego de mayor extensión, la mayoría todavía debe enfrentar el desafío de mejorar la eficiencia del uso del agua en las próximas décadas. A esto se suma que muchos de estos sistemas enfrentan dificultades financieras, especialmente en Africa Sub-Sahariana, Europa Oriental y Asia Central. La sostenibilidad del medio ambiente es también una preocupación en un sinnúmero de casos3. Fuera del contexto de los patrones de riego a gran escala y de los sistemas caracterizados por la producción de arroz de tierras húmedas, el riego a pequeña escala complementa la subsistencia de millones de hogares agropecuarios, que practican agricultura de secano y se consideran como una parte integral se los sistemas de producción en los que se encuentran ubicados.

Los tres sistemas de producción agropecuaria basados en el cultivo de arroz de tierras húmedas de Asia Oriental y Meridional, que incluyen un porcentaje sustancial de la tierra irrigada, sustentan a una población agrícola de aproximadamente 860 m. A pesar de que la producción de arroz en terrazas de banco es la característica distintiva de estos sistemas, también se producen un sinnúmero de otros cultivos alimenticios y comerciales y se practica la cría de aves de corral y ganado bovino para el autoconsumo y la venta. Estos sistemas dependen del monzón, sin embrago, 60% del área cultivada cuenta con infraestructura de riego. Todavía existen pequeñas áreas de pastoreo y bosque -aproximadamente la mitad de la tierra se encuentra bajo cultivo anual o permanente- y estos sistemas enfrentan una intensa presión demográfica sobre la base de los recursos naturales, con 5,5 habitantes por ha de tierra cultivada. Existe un porcentaje moderado de excedentes de mercado; estos sistemas son el fundamento de la seguridad alimentaria nacional de la mayor parte de los países asiáticos.

Los 11 sistemas de producción agropecuaria de secano en áreas húmedas se basan en la producción de cultivos de raíces comestibles, cereales o cultivos arbóreos por parte de los pequeños agricultores. Por lo general contienen un componente importante de ganado, y sustentan una población agrícola de aproximadamente 400 m. Existe muy poco riego y la presión sobre la tierra es por lo general moderada -con un promedio de apenas 2,5 personas/ha cultivada- si bien existen algunas áreas bajo intensa presión. El grado de desarrollo del mercado es moderado, no obstante es también fluctuante. Existen importantes oportunidades para un mayor desarrollo futuro.

Los 10 sistemas de producción agropecuaria de secano en tierras altas en áreas escarpadas y montañosas albergan a una población agrícola de más de 500 m, en la mayor parte de casos éstos son sistemas diversificados mixtos cultivos-ganadería, que tradicionalmente se han orientado hacia la subsistencia y al manejo sostenible de los recursos. No obstante, en la actualidad se caracterizan por una intensa presión demográfica sobre la base de recursos, que por lo general es bastante limitada -alcanza un promedio de 3,5 personas por ha cultivada; lo que se agrava por una fuerte presión de pastoreo en cuatro quintos de la tierra no cultivada. Debido a la falta de infraestructura vial y de otro tipo, el nivel de integración con los mercados por lo general es incipiente.

Los 19 sistemas de producción agropecuaria de secano en áreas secas/frías ubicados en áreas de clima seco o frío de bajo potencial, cubre un área muy extensa -aproximadamente 3 500 m de ha - pero sustenta a una población agrícola relativamente baja, de aproximadamente 500 m. Estos sistemas de potencial más limitado se basan en actividades mixtas cultivos-ganadería o de pastoreo, y la a larga se fusionan con sistemas dispersos y esparcidos que en la actualidad presentan una productividad potencial muy baja debido a los limitantes medio ambientales para la producción. El desarrollo del mercado en estos sistemas de potencial incipiente es limitado.

Los 16 sistemas de producción agropecuaria dual se caracterizan por un marcado contraste, esto es, la presencia de grandes plantaciones por lo general comerciales junto a fincas de pequeños agricultores. Esta categoría contienen una población agrícola de aproximadamente 200 m y presenta más de 400 m de ha bajo cultivo en variadas zonas ecológicas y presenta diversos patrones de producción. Estos sistemas son característicos de Europa Oriental, Asia Central y América Latina, pero también se pueden encontrar en Africa. A excepción de uno, todos son sistemas predominantemente de secano -la excepción es el Sistema de Producción Agropecuaria con Riego de Europa Oriental y Asia Central, que se caracteriza por la presencia de fincas de mediana y gran extensión.

Se han identificado cuatro sistemas mixtos4 de producción agropecuaria de pesca costera artesanal, el componente agrícola de estos sistemas es importante para mantener la seguridad alimentaria de los hogares agropecuarios; no obstante, la principal fuente de subsistencia es la pesca costera y se está dando un acelerado incremento de las actividades de acuicultura en muchas partes del mundo. Los rendimientos de los cultivos son por lo general bajos, debido a la baja fertilidad de los suelos. Las escasas áreas que presentan suelos fértiles, por lo general deben enfrentar riesgos serios de tormentas e inundaciones -como ocurre a lo largo del Golfo de Bengala. Muchos sistemas incluyen la producción de ciertos cultivos arbóreos (v.g. coco y marañón) y la crianza de ganado menor, en especial caprino y aves de corral.

Se han identificado seis sistemas de producción agropecuaria basados en áreas urbanas. Estos sistemas son dinámicos y su fuerza motriz es el mercado: se caracterizan por enfocarse en la producción intensiva ganadera y hortícola de alto valor comercial. Existen altas tasas de urbanización y estos sistemas adquirirán mayor importancia en el futuro.

El análisis de las ocho categorías globales de sistemas de producción agropecuaria sugiere que existen diferencias significativas en la importancia relativa de las estrategias empleadas por los hogares agropecuarios de bajos ingresos, para la reducción del hambre y la pobreza. Obtenida a partir de la apreciación de expertos, la Tabla 8.2 presenta la importancia relativa de estas estrategias -que también corresponden a las estrategias de desarrollo rural en una escala más amplia. El impacto potencial relativo sugiere la combinación optima de estrategias necesaria para acortar la brecha entre las proyecciones predecibles de lenta reducción de la pobreza y la meta de reducir a la mitad el hambre y la pobreza para el 2015, en cada uno de los principales sistemas de producción agropecuaria.

Tabla 8.2 Importancia Relativa de las Diferentes Estrategias de Reducción de la Pobreza por Categoría de Sistemas de Producción Agropecuaria

Estrategias para la reducción de la pobreza

Sistemas de riego de pequeños agricultores

Basado en el cultivo de arroz de tierras húmedas

Secano en áreas húmedas

Secano en tierras altas

Secano en áreas secas/ frías

Dual (plantaciones comerciales /pequeños agricultores)

Pesca Costera Artesanal

Basado en Areas Urbanas

Intensificación

3,4

1,7

1,9

0,9

1,5

2,8

0,7

1,3

Diversificación

2,9

3,4

2,7

2,7

2,3

2,0

2,5

2,7

Incremento del área predial

1,2

0,9

1,7

0,6

0,9

2,0

0

1,7

Incremento del ingreso extra-predial

1,9

2,8

2,2

3,0

2,2

1,8

4,2

3,6

Abandono de la agricultura

0,6

1,2

1,4

2,8

3,1

1,3

2,6

0,8

Fuente: Apreciación de expertos
Nota: El puntaje para cada sistema de producción agropecuaria alcanza los 10 puntos

Los sistemas de producción agropecuaria con riego presentan una baja incidencia del hambre y la pobreza y son afortunados de contar con buenas perspectivas de reducir a la mitad los niveles actuales de pobreza. Se considera que tres cuartos de la reducción de la pobreza se derivarán de la optimización de las fincas (intensificación, diversificación e incremento del área utilizada). Un tercio se derivará de la intensificación de la producción -debido a que las condiciones para el crecimiento son tan favorables en estos sistemas, el incremento de la productividad se deberá al manejo más efectivo del agua, de la fertilidad del suelo y de los cultivos -y el 30% restante, provendrá de la diversificación, que por lo general implica la exportación de cultivos comerciales con canales de comercialización establecidos. No obstante, el incremento del ingreso extra-predial derivado de la migración estacional y local probablemente contribuirán con el 20% de la reducción total de la pobreza.

El desarrollo de los sistemas de producción agropecuaria basados en el cultivo de arroz de tierras húmedas dependerá en gran medida de la diversificación de las fincas, lo que contribuirá con aproximadamente 60% de la reducción de la pobreza -en especial mediante la diversificación de la producción agrícola, ganadera y piscícola. Como un aspecto de la diversificación, el procesamiento local de la producción en finca también añadirá valor agregado e incrementará los ingresos. La intensificación es un factor importante (especialmente en países como Camboya y Myanmar), si bien en un menor grado que la contribución de un tercio prevista a partir del incremento de los ingresos extra-prediales. La importancia de los ingresos extra-prediales refleja la fuerza de la economía rural extra-predial en China, que alberga a aproximadamente la mitad de los agricultores en esta categoría de sistemas.

Los sistemas de producción agropecuaria de secano en áreas húmedas dependen en gran medida de las cinco estrategias empleadas por los hogares agropecuarios para reducir la pobreza. Entre estas estrategias la diversificación continuará aportando con más de un cuarto de la reducción de la pobreza y el incremento de los ingresos extra-prediales representarán menos de un cuarto. En estos sistemas de cultivos-ganadería, la producción ganadera tendrá un papel importante en la diversificación y el riego a pequeña escala, operado por los pequeños agricultores contribuirá tanto a la intensificación como a la diversificación.

Los sistemas de producción agropecuaria de secano en tierras altas ofrecen menos oportunidades para la mejora de las fincas, lo que representa aproximadamente 40% de la reducción de la pobreza. Las fuerzas motrices para la reducción de la pobreza serán el incremento en el ingreso extra-predial y la migración externa (abandono de la agricultura), factores que contribuyen con un tercio. La diversificación, especialmente hacia productos de mayor valor comercial cuyos costos de transportación y comercialización sean relativamente bajos también contribuirán de manera significativa a la consecución de esta meta.

Los sistemas de producción agropecuaria de secano en áreas secas/frías presentan un patrón similar al de los sistemas de tierras altas en la reducción de la pobreza, debido a su limitado potencial agrícola y a la deficiente infraestructura de comercialización. El desarrollo de la producción ganadera y de los sistemas de riego tendrá un papel importante.

Los sistemas de producción agropecuaria duales obtendrán una reducción en la incidencia de la pobreza a partir de las cinco estrategias antes mencionadas y más de dos tercios provendrán de la optimización de las fincas. Tanto la intensificación como la diversificación se fortalecerán mediante el desarrollo de los sistemas de riego y de mercado. El incremento del área predial utilizada aportará con un quinto en la reducción de la pobreza en su conjunto.

Los sistemas mixtos de producción agropecuaria de pesca costera artesanal dependen en gran medida de un incremento en los ingresos extra-prediales en la reducción de la pobreza. La diversificación y el abandono de la agricultura también aportarán sustancialmente a este fin.

Los sistemas de producción agropecuaria basados en áreas urbanas también dependen del incremento en los ingresos extra-prediales y de la diversificación para la reducción de la pobreza. La intensificación y el incremento de la actividad comercial también aportarán significativamente.

IMPLICACIONES DE LA DOTACIÓN DE RECURSOS EN LOS SISTEMAS DE PRODUCCIÓN AGROPECUARIA

Tanto los niveles de subsistencia actuales como el potencial para su optimización a futuro dependen de la calidad y disponibilidad de los recursos naturales5. La base de recursos de un sistema de producción agropecuaria se entiende como la dotación promedio de recursos con la que cuentan los hogares agropecuarios característicos de un sistema, y que se miden según su potencial productivo al emplear tecnologías existentes. Con algunas excepciones, los sistemas de producción agropecuaria se pueden clasificar empleando este método al tomar en cuenta tanto el área predial promedio como la calidad de los recursos naturales. Analizado desde esta perceptiva el potencial de recursos se puede concebir como un continuum, que se extiende desde aquellos sistemas localizados en zonas áridas hasta aquellos situados en entornos fértiles que cuentan con riego.

Entre los sistemas de producción agropecuarias situados en áreas de bajo potencial se cuentan: (i) el Sistema Agro-Pastoral Mijo/Sorgo de Africa; (ii) El Sistema Mixto de Secano de Asia Meridional y; (iii) el Sistema Mixto de Tierras Altas (Andes Centrales) de América Latina. Entre los sistemas de producción agropecuaria cuyo potencial es alto se incluyen: (i) todos los sistemas con riego; (ii) los Sistemas de Producción de Cultivos Mixto Cereales-Raíces Comestibles ubicados en la sabana húmeda del occidente y centro de Africa; (iii) el Sistema de Cultivos Arbóreos de Asia Oriental y Pacífico; y (iv) el Sistema Mixto Extensivo (Cerrado y Llanos de América Latina). En la Tabla 8.3 se presenta un resumen de las características que diferencian a los sistemas de producción agropecuaria de alto y bajo potencial situados en los extremos opuestos del espectro.

Tabla 8.3 Comparación de los Sistemas de Producción Agropecuaria Según su Potencial de Recursos

Características

Potencial Alto

Potencial Bajo

Número de sistemas

26

25

Población agrícola (m)

1 450

290

Area cultivada/Area Total (%)

14

6

Area irrigada/Area Cultivada (%)

29

11

Población Agrícola/ Area cultivada (persona/ha)

2,8

1,0

Fuente: Estadísticas de la FAO y apreciación de expertos
Nota: El área cultivada se refiere tanto a los cultivos anuales y perennes. 9 sistemas adicionales presentaron un potencial de recursos indeterminado o mixto, v.g. los sistemas basados en áreas urbanas; y 12 sistemas de potencial intermedio.

Más de 60% de la población agrícola de las regiones en desarrollo -lo que equivale a 1 450 m de habitantes- vive en sistemas que presentan un potencial relativamente alto para incrementar la productividad, desde el punto de vista de su dotación de recursos. Los sistemas de producción ubicados en áreas de mayor potencial presentan una densidad poblacional promedio mucho más alta y por lo general cuentan con una mejor infraestructura tanto económica como social que las áreas de potencial limitado. No obstante, estas áreas no dejan de presentar limitantes: de hecho, un sinnúmero de factores medio ambientales y socioeconómicos impiden el desarrollo agrícola, además, la fragmentación extrema de los predios puede también ser un problema. Más aún y contrario a las creencias generalizadas, una proporción significativa de los habitantes afectados por el hambre y la pobreza al nivel mundial también se encuentran en las áreas de mayor potencial.

Los sistemas de producción agropecuaria ubicado en áreas de bajo potencial que presentan un patrón de precipitaciones escaso o errático y una fertilidad del suelo muy limitada tienden a presentar pocas oportunidades de desarrollo agrícola y los agricultores pueden mostrarse más preocupados por minimizar los riesgos, que por maximizar la producción o rentabilidad de los cultivos alimenticios. Las áreas de bajo potencial tienden a verse afectadas por mayores riesgos, en especial en lo relacionado a la distribución y al volumen de agua disponible para las necesidades de producción agrícola. También pueden ser importantes otros desastres naturales, como el ataque de las langostas. Desafortunadamente, la gama de opciones con las que cuentan los pequeños agricultores para mejorar su subsistencia, que se derivan del empleo extra-predial, en las áreas de bajo potencial es también más restringido que en las áreas de potencial promisorio, a consecuencia de un desarrollo deficiente de los mercados.

La reducción de la pobreza en los sistemas que cuentan con un potencial de recursos limitado, por lo tanto depende de la migración estacional o permanente en busca de empleo, como mano de obra agrícola en sistemas más promisorios o aquella dirigida hacia áreas urbanas. La necesidad de contar con formas de subsistencia alternativas es crítica: el abandono de la agricultura contribuye con aproximadamente la mitad del potencial de reducción de la pobreza y el incremento del ingreso extra-predial representa alrededor de un cuarto. En ambos casos, una proporción sustancial de la migración estacional y permanente se dará hacia áreas distantes y en ocasiones incluso será transfronteriza. Sin embargo, la intensificación, diversificación e incremento del área predial o de los hatos, en conjunto contribuye con un tercio a la reducción total de la pobreza, centrada principalmente en el desarrollo de la producción ganadera y de los sistemas de riego. Las relaciones existentes entre las estrategias de desarrollo empleadas por los hogares agropecuarios y el potencial de los recursos se resume en la Tabla 8.4, presentada a continuación.

Tabla 8.4 Importancia Relativa de las Diferentes Estrategias Aplicadas para la Reducción de la Pobreza Según el Potencial de Recursos de los Sistemas de Producción.

Características

Potencial Alto

Potencial Bajo

Intensificación

1,9

0,9

Diversificación

3,1

1,4

Incremento del área predial

1,2

0,9

Incremento del ingreso extra-predial

2,5

2,4

Abandono de la agricultura

1,2

4,4

Fuente : Apreciación de expertos
Nota: el puntaje para cada sistema de producción agropecuaria alcanza los 10 puntos

Los sistemas de producción agropecuaria ubicados en las áreas de alto potencial, por el contrario dependen principalmente de la diversificación y de los ingresos extra-prediales para reducir la pobreza y tomados en conjunto estos factores contribuyen con aproximadamente el 60% del potencial de desarrollo. La intensificación también contribuirá sustancialmente, pero puede verse limitada por la fragmentación de las tierras en algunos casos. Los factores relacionados con la reducción de la pobreza se asemejan a aquellos presentados por los sistemas de producción con riego, basados en la producción de arroz de tierras húmedas y los sistemas de secano en áreas húmedas. De manera general, los sistemas con un alto potencial se constituyen en la principal esperanza para expandir la producción de alimentos en el futuro, lo que justificará una mayor asignación de fondos de inversión rural dirigida a expandir la producción de alimentos al nivel mundial.

IMPLICACIONES DEL GRADO DE INTENSIFICACIÓN DE LA PRODUCCIÓN Y ACCESO A LOS SERVICIOS

Existe una fluctuación gradual entre los sistemas de producción agropecuaria en lo relacionado al grado de intensificación de producción que está estrechamente relacionado con el acceso a los servicios de apoyo agrícola (ver Tabla 8.5). Los sistemas de producción que presentan una baja intensificación -incluyendo los sistemas agro-pastoriles, de pastoreo y de agricultura dispersa- sustentan a una población de 350 m, pero presentan asentamientos humanos dispersos, prácticas de uso extensivo de la tierra, limitados niveles en el uso de insumos y un escaso margen de excedentes de mercado. Estos sistemas tienden a coincidir con las áreas que presentan un potencial de recursos limitado, como ya se mencionó anteriormente.

Tabla 8.5 Comparación de los Sistemas de Producción Agropecuaria por Niveles de Intensificación

Características

Baja Intensidad

Intensidad Media, orientada a la producción de alimentos

Intensidad Media, orientada al mercado

Intensidad Alta

Número de sistemas

27

20

6

17

Población agrícola (m)

350

950

100

1 140

Area cultivada/Area Total (%)

5

21

17

28

Area irrigada/Area Cultivada (%)

9

14

10

54

Población Agrícola/ Área cultivada (persona/ha)

1,0

2,1

1,0

4,8

Excedente de mercado

bajo

medio

alto

Medio

Fuente : estadísticas de la FAO y Apreciación de expertos
Nota: El área cultivada se refiere tanto a los cultivos anuales como perennes. Se han omitido dos sistemas de esta clasificación.

Los sistemas de producción que presentan una intensidad media han evolucionado hacia dos subtipos distintos -orientados a la producción de alimentos y orientados al mercado- dependiendo del entorno. En las áreas donde la presión demográfica sobre los recursos ha sido un factor dominante, los sistemas se han ajustado hacia una producción de cultivos alimenticios intensiva -incluyendo raíces comestibles, plátano y cereales- frecuentemente al interior de un sistema mixto cultivos-ganadería. Los sistemas de este tipo cubren más de 2 000 m de ha y sustentan a una población agrícola de aproximadamente 950 m; incluyen muchos de los sistemas asociados con la pobreza rural. Es evidente un porcentaje moderado de desarrollo de mercado asociado con una mayor intensidad en el empleo de insumos externos y en el uso de la tierra.

El segundo subtipo -orientado al mercado y de intensidad media contiene menos sistemas y el desarrollo ha estado principalmente impulsado por oportunidades de mercado, fácilmente accesibles ya existentes, sean éstas locales (usualmente hortícolas) o internacionales (por lo general basadas en cultivos arbóreas e industriales. Sustenta a una población agrícola de apenas 100 m de habitantes, por lo que estos sistemas son menos importantes en términos de reducción de la pobreza que en términos de ingresos provenientes de las exportaciones.

Los sistemas con una intensidad alta serán un factor importante para incrementar la seguridad alimentaria al nivel mundial. Estos incluyen sistemas irrigados y de producción de arroz de tierras húmedas (áreas en las que más del 50% de la tierra bajo cultivo cuenta con riego), así como sistemas que presentan recursos e infraestructura adecuados. A pesar de la alta presión demográfica que se ubica en cinco personas por ha cultivada y la limitada extensión predial, estos sistemas presentan un nivel avanzado de desarrollo de mercado con un uso significativo de insumos externos y un volumen sustancial de riego -lo que les permite generar un excedente para la venta en áreas urbanas y en mercados internacionales.

La importancia relativa de las estrategias potenciales para la reducción de la pobreza según la intensidad del sistema se muestra en la Tabla 8.6. Los sistemas de producción agropecuaria de baja intensidad se asemejan, desde el punto de vista de los recursos existentes para la reducción de la pobreza, a los sistemas ubicados en áreas de bajo potencial (anteriormente presentados). A pesar de que la optimización de las fincas (intensificación, diversificación e incremento del área predial) equivaldrá a aproximadamente 40% de la reducción de la pobreza, las fuerzas motrices más importantes son el abandono de la agricultura y el incremento del ingreso extra-predial.

Tabla 8.6 Importancia Relativa de las Estrategias Potenciales para la Reducción de la Pobreza por Nivel de Intensificación de los Sistemas de Producción Agropecuaria

Características

Baja Intensidad

Intensidad Media, orientada a la producción de alimentos

Intensidad Media, orientada al mercado

Intensidad Alta

Intensificación

1,2

1,7

2,7

1,6

Diversificación

1,5

2,8

2,3

3,3

Incremento del área predial

1,3

1,1

1,2

0,9

Incremento del ingreso extra-predial

2,1

2,5

2,5

2,8

Abandono de la agricultura

3,9

2,0

1,4

1,4

Fuente : Apreciación de expertos
Nota: El puntaje para cada sistema de producción alcanza los 10 puntos.

Los sistemas de producción agropecuaria de mediana intensidad orientada a la producción de alimentos dependerán casi en igual medida de la optimización de las fincas y de la creación de formas de subsistencia alternativas (incremento del ingreso extra-predial y abandono de la agricultura) para la reducción de la pobreza. Naturalmente, en el grupo de optimización de las fincas, la diversificación que se aleje de un énfasis en la producción de alimentos será el factor más importante para la reducción de la pobreza. Los sistemas de producción agropecuaria a mediana intensidad y de naturaleza comercial se asemejan a los sistemas orientados a la producción de alimentos, exceptuando que la optimización de las fincas contribuirá en aproximadamente un 60% de la reducción de la pobreza. Es interesante, no obstante que tanto la intensificación como la diversificación tendrán un papel importante.

Los sistemas de producción agropecuaria de intensidad alta se asemejan a los sistemas comerciales, excepto que para los primeros, la diversificación será más importante que la intensificación, probablemente debido a que la intensificación ya ha tenido resultados sustanciales en los sistemas de producción con una intensidad alta. La optimización de las fincas contribuirá con aproximadamente 60% de la reducción de la pobreza, no obstante; se prevé, que el ingreso extra-predial tendrá también un papel importante a este respecto.

IMPORTANCIA GENERAL DE LAS DIFERENTES ESTRATÉGIAS EMPLEADAS POR LOS HOGARES AGROPECUARIOS PARA LA REDUCCIÓN DE LA POBREZA

A pesar de que el panorama anteriormente presentado es inevitablemente una simplificación de la realidad, permite tener una percepción más clara, de los componentes de una estrategia global más opcionales para la reducción de la pobreza, al interior de cualquier tipo de sistema y por lo tanto pueden sugerir enfoques -sean estos nacionales o internacionales- que muy probablemente permitirán justificar las inversiones. La optimización de las fincas será, en general, el factor más importante de reducción de la pobreza y en los sistemas de mayor potencial se constituirá, por lo menos, en la fuerza motriz que permita alcanzar las metas de desarrollo internacional de reducir el hambre y la pobreza a la mitad. En la estrategia de mejora de las fincas, la diversificación será el factor más importante para la reducción de la pobreza, si bien la intensificación tiene mucho que aportar en un grupo más limitado de sistemas. Sin embargo, por lo general la intensificación y diversificación se suceden de manera paralela. Entre los sistemas de subsistencia alternativos, la obtención de ingresos extra-prediales será la estrategia más importante para reducir la pobreza, pues su contribución será casi tan alta como aquella proveniente de la diversificación. En los siguientes párrafos se analizan el papel que cada una de las cinco estrategias tendrá en relación con la reducción de la misma.

La mayor intensificación de los patrones de producción existentes será un factor importante para la reducción de la pobreza en cuatro de las categorías de sistemas de producción agropecuaria (ver Tabla 8.2) y será un factor predominante en el desarrollo de los sistemas de producción agropecuaria con riego y duales. Esta estrategia alcanza una importancia media en los sistemas Húmedo de Secano y de Producción de Arroz de Tierra Húmedas y su importancia será relativamente menor en otras dos categorías de sistemas. Como se puede esperar, en general tiene una mediana importancia en los sistemas de potencial alto. No obstante, y contrario a toda predicción, la intensificación es una prioridad de los sistemas de producción agropecuaria comerciales de mediana intensidad, con relación a los sistemas de producción agropecuaria de Cultivos Alimenticios o aquellos caracterizados por su baja intensidad.

Se ha clasificado a la diversificación como uno de los factores más importantes en la reducción de la pobreza en cada una de las categorías de sistemas de producción agropecuaria. La diversificación en finca implica un énfasis creciente en la producción de cultivos comerciales no tradicionales -en especial vegetales, fruta, especias y colorantes, productos ganaderos y acuicultura- especialmente aquellos que requieren de mano de obra intensiva. A esto se suma que, el agroprocesamiento y otras actividades de postcosecha dirigidas a obtener mayor valor agregado se consideran como una estrategia de desarrollo promisoria. Se prevé que la diversificación será exitosa en los sistemas de producción agropecuaria de mayor intensidad ubicados en áreas de potencial promisorio.

Las oportunidades para incrementar el área predial parecen ser una opción significativa únicamente para los hogares más pobres de los sistemas de producción agropecuaria de secano ubicados en áreas húmedas, en donde la presión sobre la tierra es únicamente moderada y el potencial del desarrollo de la tierra es promisorio, especialmente en sistemas de producción agropecuaria duales. El resto de categorías de sistemas de producción presentan muy pocas oportunidades a corto plazo para expandir las áreas agrícolas y cualquier incremento que se dé en el área predial dependerá de la concentración parcelaria. No obstante, los sistemas de gran intensidad de Asia Oriental y en menor medida de Asia Meridional, han llegado a tener un promedio de área predial tan reducido, que podría ser esencial contar con estrategias de consolidación parcelaria, si se espera que los programas de intensificación sean efectivos. También existe alguna posibilidad de expandir las actividades de los hogares agropecuarios de escasos recursos basados en áreas urbanas.

Se prevé que la tendencia actual de incrementar los ingresos extra-prediales continuará especialmente entre los agricultores más pobres. Se anticipa que la explotación futura de esta fuente de ingresos será un factor clave en la reducción de la pobreza en todos los sistemas, pero será de particular importancia en la categoría del sistema de tierras altas, así como en los sistemas de secano de áreas secas y frías. Debido a la excesiva fragmentación de tierras que ha tenido lugar a consecuencia de la alta densidad poblacional, los recursos con los que cuentan los agricultores son frecuentemente bastantes restringidos, para permitir la aplicación de tecnologías de producción modernas. La solución final para muchas familias será abandonar la agricultura y buscar fuentes alternativas de empleo, por lo general a través de la migración hacia áreas urbanas más pobladas, y en ocasiones mediante la migración hacia áreas fronterizas (v.g. el sistema Mixto Extensivo de América Latina o el sistema Cultivo Mixto Cereales-Raíces Comestibles de Africa Occidental). El abandono de la agricultura al interior del sistema es una estrategia importante en las áreas de bajo potencial tomadas en su conjunto, especialmente en áreas donde existen pocas oportunidades para complementar el ingreso familiar con empleo extra-predial al nivel local. Se prevé que éste será generalizado en las categorías de sistemas de producción agropecuaria de secano en áreas húmedas, en las tierras altas y en áreas secas/frías, así como en la categoría de pesca costera artesanal.

A pesar de que el abandono de la agricultura, es un factor más importante en los sistemas que presentan una baja intensificación de la producción, el análisis regional sugiere que otras estrategias empleadas por los hogares agropecuarios no se ven afectadas por el nivel de intensificación del sistema de producción. La intensificación, diversificación, incremento del área predial y la obtención de ingresos extra-prediales, son todas estrategias que presentan el mismo nivel de importancia para los cuatro niveles de intensificación. No obstante, se prevé que la diversificación y el incremento de los ingresos extra-prediales serán más fáciles de alcanzar en los sistemas de mayor intensificación, debido a las mejoras en el desarrollo de mercado y de servicios, mientras que el incremento del área predial será factible únicamente en los sistemas de menor intensificación6.

Tabla 8.7 Principales Iniciativas Regionales para la Reducción de la Pobreza

Africa Sub-Sahariana

Medio Oriente y Africa del Norte

Europa Oriental y Asia Central

Asia Meridional

Asia Oriental y Pacífico

América Latina y el Caribe

Manejo sostenible de los recursos

Manejo sostenible de los recursos

Mejora en el acceso a los recursos

Mejora en el manejo de los recursos hídricos

Incremento de la competitividad de las pequeñas Fincas

Manejo sostenible de los recursos

Mejora en el acceso a los recursos

Mejora en el manejo de los sistemas de riego

Reorientación de los servicios agrícolas

Fortalecimiento de los grupos de usuarios de los recursos

Mejora en el Acceso a los Recursos

Mejora en el Acceso a los Recursos

Incremento de la competitividad de las pequeñas fincas

Reorientación de los servicios agrícolas

Expansión del desarrollo de mercados

Reorientación de los servicios agrícolas

Establecimiento de un entorno favorable para fomentar las oportunidades de empleo extra-predial

Incremento de la competitividad de las pequeñas fincas

Reducción de la vulnerabilidad de los hogares agropecuarios

Fortalecimiento del capital humano

 

Mejora de la infraestructura rural

Fortalecimiento del capital humano

 

Adopción de Acciones para hacer frente al VIH/SIDA

Racionalización de las políticas agrícolas

       

Fuente: Iniciativas estratégicas regionales presentadas en los Capítulos 2-7.

ESTRATEGIA GLOBAL PARA LA REDUCCIÓN DEL HAMBRE Y LA POBREZA

Las principales incitativas regionales obtenidas como resultado del análisis de los sistemas de producción y presentadas en los capítulos anteriores se resumen en la Tabla 8.7. A pesar de que los nombres asignados a las iniciativas pueden ser similares, los componentes de las iniciativas identificadas varían según la región. Las iniciativas se pueden relacionar con las cinco áreas generales de análisis empleadas a lo largo del estudio: (i) políticas, instituciones, y bienes públicos; (ii) liberalización del comercio y desarrollo del mercado; (iii) información y capital humano; (iv) ciencia y tecnología; y (v) recursos naturales y clima.

POLÍTICAS, INSTITUCIONES Y BIENES PÚBLICOS

Existe una gran necesidad de reformar las políticas tanto en el ámbito nacional como global a fin de fortalecer al desarrollo sostenible de los sistemas de producción agropecuaria. Las reformas deben incluir la creación de marcos macroeconómicos conductivos y una expansión de la inversión en los servicios y bienes públicos, a fin de compensar las deficiencias del mercado existentes en investigación, infraestructura, etc. Muchos países han dado inicio a reformas que han permitido el establecimiento del sector público menos intervencionista, lo que ha redundado en la creación de nuevas oportunidades de dotación de una amplia gama de servicios provenientes de múltiples fuentes, para beneficiar a los agricultores. Lo que se requiere en la actualidad es asegurar que las políticas e instituciones fortalezcan el desarrollo de los pequeños agricultores, así como ampliar la capacidad de los organismos privados encargados de la dotación de servicios. Este enfoque es espacialmente relevante para Africa, y para la región de Europa Oriental y Asia Central.

La mayoría de análisis realizados con respecto a las políticas e instituciones de desarrollo agropecuario, sugieren que los gobiernos deben retirar por completo el apoyo del sector público a la agricultura comercial viable y privatizar los servicios asociados, como la producción de semillas y la comercialización. Sin embargo, es de claro interés público el que los gobiernos continúen asegurando al sector del pequeño agricultor un acceso confiable a los bienes públicos más relevantes, así como promover el uso sostenible de los recursos naturales. Los esfuerzos de los gobiernos se deben concentrar a casos específicos de dotación de bienes públicos; incluyendo redes viales, servicios de educación y salud, así como servicios de investigación y extensión, dirigidos a suplir las necesidades de los agricultores más pobres y de áreas marginales (ver Cuadro 8.1). También deben concentrarse en hacer cumplir las normas (v.g. intercambio justo, estándares de calidad de los alimentos). Con un énfasis particular en evitar la creación de barreras de entrada para nuevos participantes.

Se ha obtenido un éxito limitado en la tercerización de los bienes públicos y de la dotación de infraestructura hacia las empresas privadas, ONGs y universidades, con lo que han conseguido mejoras en la eficiencia. Este tipo de innovaciones debe incluir una fuerte dosis de participación local, factor crítico para el monitoreo de la dotación privada de estos bienes y servicios. Las organizaciones de los agricultores y el sector privado pueden tener también un papel fundamental en áreas como la multiplicación de semillas y el desarrollo de variedades (ver Cuadro 2.5 para una descripción del Sistema de Provisión de Semilla Centrado en la Comunidad). A esto se suma que las asociaciones de exportadores pueden hacerse cargo del control fitosanitario. Más aún las prioridades de investigación y los presupuestos se pueden manejar por medio de ofertas competitivas y acuerdos público-privados de gastos compartidos.

Cuadro 8.1 Papel del sector público y privado en la investigación dirigida a favorecer a los pequeños agricultores

Se espera que el papel del sector privado en investigación agrícola continúe aumentando. Los productos y servicios comerciales relacionados con el fitomejoramiento, plaguicidas, productos veterinarios, maquinaria agrícola, probablemente continuarán siendo el enfoque principal. Algunos de los resultados de la investigación del sector privado serán relevantes para los pequeños agricultores de los países en desarrollo. En algunos casos pueden haber oportunidades para establecer alianzas estratégicas público-privadas, a fin de compartir los costos de investigación, a la par que las tecnologías resultantes se ponen al alcance de los agricultores de los países en desarrollo a términos accesibles. Por ejemplo, el riego a pequeña escala, las tecnologías de labranza cero pueden encontrar un mercado reducido pero lucrativo entre los pequeños agricultores y horticultores de aquellos países que presentan ingresos altos; mientras que tecnologías similares podrían tener una aplicabilidad generalizada entre los agricultores pobres. No obstante, continúan existiendo muchas áreas críticas de investigación en las que el sector público deberá hacerse cargo. Estas incluyen el manejo integrado de los recursos naturales y de las cuencas, la obtención de variedades mejoradas viables, MIP e incremento de la productividad laboral de los pequeños agricultores. Debido al tiempo requerido para establecer la mayoría de innovaciones agrícolas, se requiere identificar de inmediato las prioridades de investigación, que responderán a las necesidades de los pequeños agricultores, de contar con nuevas tecnologías para un período de 20 a 30 años, por lo que deben ser identificadas inmediatamente; así como se deben determinar las funciones adecuadas para los sectores público y privado. Finalmente, debe existir una disposición para invertir en investigación que beneficie a los agricultores, no solo a corto plazo sino también a futuras generaciones de hombres y mujeres.

Las cinco estrategias prioritarias a aplicarse para reducir el hambre y la pobreza, y que están relacionadas con mejoras en las políticas, en los servicios institucionales y públicos son:

Establecimiento de derechos equitativos, seguros, transferibles y flexibles para los usuarios de los recursos

El uso eficiente y sostenible de los recursos de propiedad individual y colectiva requiere de derechos de usuarios claros, capaces de ser cumplidos y transferibles; así como mercados eficientes para estos derechos, además de políticas tributarias que incentiven el uso eficiente de los recursos. Los servicios de asesoría deben contar con una mayor percepción de los mecanismos específicos, que permitan que el manejo del acceso a la tierra, al agua, a los derechos de pastoreo, áreas forestales y otros bienes naturales estén bajo responsabilidad de las comunidades.

Es indispensable reconocer los derechos de tenencia tradicional de la tierra -en especial aquellos relacionados con los recursos de propiedad colectiva- a fin de asegurar su uso productivo y sostenible en varios sistemas que presentan una baja densidad poblacional. También podría permitir a las comunidades que operan bajo sistemas de derechos de uso tradicional de tierras, establecer relaciones comerciales con grupos agroempresariales. La legislación existente, al procurar proteger estos derechos tradicionales por lo general, impide el establecimiento de arreglos para contratos y otros acuerdos legales respecto al uso de la tierra7. Finalmente, los mercados de tierra deficientes o restringidos contribuyen a la fragmentación de la tierra y a un descenso continuo del promedio del área predial. Esto ha llegado a ser un limitante significativo en los sistemas de producción más intensivo y los alcances favorables que se obtengan en la intensificación de la producción, así como en la diversificación, probablemente se verán limitados si el funcionamiento de los mercados de tierra no se mejora.

En aquellos países que han heredado sistemas agrícolas duales, los cambios positivos al acceso a la tierra se pueden incentivar mediante el retiro gradual de los subsidios, que benefician a los productores comerciales a gran escala; así como, mediante la aplicación de desincentivos fiscales al uso no productivo de la tierra. El desarrollo de los mercados de tierra puede experimentar mejoras mediante el reconocimiento de renta informal de la tierra y de transacciones de medianería, de la facilitación de financiamiento para la compra de tierra y el establecimiento de medidas efectivas para proteger el acceso de la mujer a la misma (especialmente de las viudas).

Dotación de infraestructura sostenible en áreas que presenten una dotación deficiente

El ritmo de desarrollo de los sistemas de producción agropecuaria hacia modelos basados en el mercado está íntimamente relacionado con la disponibilidad de infraestructura. El acceso vial y la electrificación han sido especialmente importantes a este respecto y las redes de comunicación adquieren cada vez mayor importancia. El mejorar el acceso de los agricultores a la infraestructura económica y social básica reduce los costos de transacción. Los conocimientos agrícolas fortalecen la optimización de los sistemas de producción agropecuaria y por lo general se asocia con la demanda de los servicios educativos mejorados. Por lo tanto, el incremento en la inversión de infraestructura rural, especialmente cuando se centra en transportación y en el acceso a las comunicaciones de bajo costo por parte de los agricultores a pequeña escala, debe ser una prioridad para los gobiernos.

En lo relacionado a la dotación de infraestructura, los principales problemas que se han registrado en el pasado ha sido: (i) la presencia de un sesgo urbano en el gasto público; (ii) incapacidad de los gobiernos locales parea generar suficientes ganancias por operación y mantenimiento; (iii) falta de tomar en cuenta las prioridades de la comunidad, así como su participación en la etapa de planificación, lo que ha tenido como resultado una dependencia pasiva en el gobierno. Debido a una limitada capacidad de inversión pública, la focalización cuidadosa del desarrollo de infraestructura es vital para cubrir las necesidades de los pequeños agricultores de bajos ingresos.

La reducción de la pobreza es por lo general más difícil en áreas de bajo potencial, donde las perspectivas de crecimiento agrícola son limitadas y donde la baja densidad poblacional incrementa el costo per cápita de la dotación de servicios e infraestructura. A consecuencia de esto, la inversión pública en estas áreas ha sido muy limitada, no obstante la justificación social es alta debido a que es difícil atraer la atención del sector privado.

Priorización del apoyo a los sistemas de riego a pequeña escala operados por los pequeños agricultores

En muchos casos, las políticas para el desarrollo de los recursos hídricos deberían dar prioridad al riego a pequeña escala operados por los agricultores, que por lo general es más sostenible y económicamente viable que a los sistemas a gran escala. Más aún, la rehabilitación de los sistemas existentes debe ser una prioridad por sobre la construcción de nuevos sistemas. En cualquier caso, el establecimiento de derechos confiables en el uso de los recursos hídricos y tierra y al establecimiento de instituciones de manejo local eficientes y centradas en los usuarios, es un complemento esencial a esto último.

La principal estrategia a aplicarse para los sistemas a gran escala existentes debe ser, conseguir que sean más sostenibles y competitivos fomentando una mayor participación de los agricultores en su manejo, reducir los gastos generales de los O y M y mejorar la eficiencia de la dotación y uso del agua. Estos cambios implican la formación o fortalecimiento de asociaciones de usuarios del agua, así como reforzar las habilidades de los agricultores de la comercialización y del manejo en finca del recurso hídrico.

Reforma continua de las políticas agrícolas y fortalecimiento de las instituciones de nivel intermedio

Muchos países en desarrollo han pasado por un proceso de ajuste estructural. La prioridad será completar las reformas a las políticas iniciadas por los gobiernos (especialmente en Europa Oriental y Asia Central), pero al mismo tiempo, ésta será salvaguardar a las comunidades y familias rurales de bajos ingresos, cuya vulnerabilidad se ve por lo general agravada por las medidas de ajuste -por lo menos durante el proceso de transición. Este último objetivo puede requerir de la combinación de medidas focalizadas a corto plazo para asegurar el acceso a una alimentación adecuada, así como asegurar que se den los pasos estructurales necesarios para mejorar el nivel de vida mediante el incremento de la productividad y la capacidad de hacer frente a los riesgos por parte de los pequeños agricultores. En muchos sistemas la presión demográfica ha excedido los niveles teóricamente sostenibles y el desafío principal será identificar alternativas de subsistencia -ya sea dentro o fuera del área. En algunos casos esto puede implicar el incentivo a la migración externa, que se facilitará mediante una capacitación apropiada en la adquisición de habilidades, facilitada también por la dotación de capital y el establecimiento de mercados de tierra eficientes.

Otro elemento importante de las políticas es la reducción de los sesgos existentes en contra de la agricultura y el desarrollo rural, en especial aquellos que afectan negativamente a los más pobres. Algunos de estos sesgos tienen su origen en la meta de suplir a las ciudades con alimentos de bajo costo; otras se relacionan con la conservación de los recursos naturales y pueden limitar el acceso a los recursos por parte de los más pobres -un ejemplo es el caso de las reglamentaciones forestales vigentes en el sistema de Producción Agropecuaria Mixto de Tierras Altas de Asia Meridional. No solamente las políticas per se afectan negativamente a los más pobres, sino también su forma de implementación, pues esta tiene lugar al nivel local, de tal manera que por lo general favorece a los poderosos y discrimina a los más pobres.

Se deben desarrollar tecnologías mejoradas para facilitar la evaluación de los riesgos con relación a las políticas y decisiones de inversión, en especial tomando en cuenta el incremento en la variabilidad climática que se ha previsto. Por lo general los riegos no se consideran de manera explícita como un factor decisivo en la toma de decisiones por parte de los pequeños agricultores; no obstante, una amplia gama de decisiones -incluyendo la opción en las prioridades de investigación de cultivos, la planificación y dotación de infraestructura de agua y de riego y la formulación de políticas que afectan el manejo de la tierra- se ven afectadas de manera significativa por la variabilidad y los riesgos. A esto se suma, que la adopción de nuevas tecnologías por parte de los agricultores se relaciona inversamente a los riesgos de adopción percibidos.

Se reconoce cada vez más que muchos sistemas de producción agropecuaria tradicionales incorporan características que: (i) permiten a los participantes reducir o compartir los riegos; (ii) emplean los recursos de manera eficiente; y (iii) resuelven los conflictos potenciales respecto a la asignación de recursos, mientras que al mismo tiempo aseguran la sostenibilidad a largo plazo de la limitada dotación de recursos naturales. Este ha sido el caso especialmente en los sistemas de producción agropecuaria de pastoreo y de tierras secas, en donde los intentos por reemplazar las prácticas tradicionales con nuevas tecnologías de producción, por lo general han fallado rotundamente, lo que ha llevado a un incremento en la pobreza y al deterioro en los sistemas de manejo de recursos existentes.

Se han conseguido muy pocos avances en la creación de mecanismos efectivos de seguros para los pequeños agricultores, que producen en entornos tan difíciles, y se necesita hacer mayores esfuerzos para desarrollar mecanismos de mitigación de riesgos, que combinen menores costos per cápita, la aceptabilidad por parte de los participantes y que sean efectivos para mitigar la incidencia de perturbaciones imprevistas. Se puede, no obstante, introducir algún grado de seguridad en los sistemas de producción agropecuaria, mediante la diversificación, la práctica de cultivos intercalados, la integración cultivos-ganadería y el uso de variedades de cultivos resistentes a las condiciones de estrés.

Fortalecimiento de las redes de seguridad focalizadas

Como se verá en la próxima sección el proceso de desarrollo basado en el mercado muy probablemente incrementará la incidencia de la pobreza, por lo menos a corto y mediano plazo -en muchos hogares agropecuarios. Los gobiernos tienen una responsabilidad social legítima hacia estos hogares que trasciende el funcionamiento de los mercados, en especial en lo relacionado con la protección de los ciudadanos más desaventajados (niños, mujeres, refugiados y aquellos que se han visto afectados por diversos desastres). A pesar de que los programas sociales de ayuda pueden crear dependencia, el problema de la malnutrición y el hambre debe ser enfrentado como un asunto de extrema urgencia. La intervención gubernamental puede complementar las funciones del mercado, tanto en los ámbitos humanitarios como económico, en lugar de intentar reemplazar los mercados mediante apoyos generales a los precios, subsidios o tarifas. Esta complementariedad podría alcanzarse proveyendo de un apoyo cuidadosamente focalizado -mediante establecimiento de programas de seguridad alimentaria, en los que las comunidades estén involucradas en la planificación participativa, a fin de asegurar una nutrición adecuada para todos sus miembros. También puede implicar ajustes en el acceso a los recursos tierra y agua, la adopción de cambios estratégicos en los sistemas de producción (v.g. la adición de producción de huertos familiares) y mejoras en los hábitos alimentarios y saneamiento. La asistencia alimentaria (v.g. alimentación escolar, alimentación a cambio de trabajo, para crear nuevas infraestructuras y bienes productivos, como sistemas de riego a pequeña escala) dirigida a grupos vulnerables, que no consiguen traducir sus necesidades alimentarias en una demanda efectiva es también de gran importancia, y se pueden diseñar para estimular los mercados locales.

LIBERALIZACIÓN DEL COMERCIO Y DESARROLLO DEL MERCADO

La tendencia actual hacia la reducción de barreras para el comercio internacional parece ser irreversible, si bien, el ritmo de cambio es incierto. Este proceso afectará a los productores de los sistemas de producción agropecuaria de las regiones en desarrollo exceptuando a los más aislados. No obstante, el tipo de cambio inducido y sus impactos sobre la producción, incidencia de la pobreza y seguridad alimentaria al interior de los sistemas de producción tomados en forma individual -dependerá de una variedad de factores; en especial disponibilidad de recursos y entorno de mercado, avances futuros en tecnología (tecnologías de conservación, transporte, comunicaciones, etc.) y cambios en la demanda por parte de los consumidores.

La evidencia obtenida en un sinnúmero de sistemas (sistema de Producción Agropecuaria Maíz-Frijol de Mesoamérica, Mixto de maíz de Africa Oriental en la década de 1980 y el Sistema de Producción Agropecuaria de Arroz de tierras Bajas de Asia Oriental) demuestra que los pequeños agricultores pueden participar exitosamente en el crecimiento impulsado por el mercado e incrementar significativamente el ingreso de sus hogares. No obstante, aquellos agricultores que no tengan la capacidad de adaptarse, debido a la falta de recursos o debido a la presencia de un entorno institucional y de políticas desfavorable -como se evidencia en la actualidad en el sistema de Producción Agropecuaria Mixto de Maíz de Africa Meridional- continuarán dependiendo de los rubros tradicionales para la obtención de ingresos en efectivo. En este contexto deberán hacer frente a un descenso en los ingresos a largo plazo a medida que las barreras comerciales y las nuevas tecnologías refuercen la tendencia a al baja de los precios internacionales de los principales productos alimentarios básicos.

Tomando como base el análisis de los sistemas de producción agropecuaria de cada una de las regiones en desarrollo, las cinco estrategias prioritarias al nivel global que tienen como objetivo maximizar los beneficios obtenidos a partir de la liberalización del comercio y desarrollo de mercado dirigidas a reducir el hambre y la pobreza son:

Asegurar que la liberalización del comercio sea un camino de dos vías

Si bien la liberalización del comercio es beneficiosa, aun cuando se ha aplicado de manera unilateral, es innegable que aquellos que se han beneficiado de la reducción de las barreras de entrada para los productos agrícolas son principalmente las poblaciones urbanas, mientras que aquellos que se han beneficiado de la reducción de barreras a la exportación son principalmente los productores agrícolas. La permanencia de barreras de entrada de las principales categorías de productos agrícolas a mercados ubicados en áreas como Europa, América del Norte y Japón, revelan que los beneficios comerciales para los países en desarrollo se han mantenido hasta aquí en el primer grupo -bajos precios para los consumidores urbanos- lo que ha amenazado a los productores tradicionales con una mayor incidencia de la pobreza, como resultado de la combinación de precios más bajos para rubros alimenticios y las barreras continuas para la diversificación.

Si bien es cierto que las barreras comerciales de los países industrializados se han reducido para muchos productos agrícolas básicos, por lo general, su reducción se ha dirigido a productos que tienen una limitada producción local, o aquellos en donde los países desarrollados cuentan con una fuerte ventaja tecnológica comparativa. Los niveles de protección para productos como el azúcar, rubro para el cual los países tropicales pueden tener una fuerte ventaja comparativa se mantienen altos. Más aún, existe la percepción -acertada o no- de que los países industrializados siempre están listos a emplear una gama de cláusulas de escape relacionadas con asuntos fitosanitarios, medio ambientales o de políticas para justificar el control extraordinario que ejercen sobre las importaciones de productos agrícolas que podrían amenazar los intereses comerciales locales. Los pequeños países en desarrollo simplemente no cuentan con las capacidades, los recursos financieros y la influencia política mundial para desafiar estos controles. En donde se registran reclamos -como en el caso de los controles ejercidos por la Unión Europea en la importación de banano- la percepción es que los acuerdos se realizan para cubrir las necesidades de los países industrializados, lo que deja a los países en desarrollo demandantes al margen.

Esta falta de equilibrio, que también es aparente en sectores que trascienden el área agrícola, como los textiles, está contribuyendo a crear un profundo malestar entre los gobiernos de muchos países en desarrollo, en lo relacionado a la validez de la liberalización y puede en última instancia resultar en un duro revés al proceso de globalización en su totalidad, que trasciende las protestas públicas realizadas en los foros económicos más importantes. El deterioro del proceso de globalización sería una gran pérdida, pues éste permite obtener beneficios reales a largo plazo incluso para los pequeños productores en los países en desarrollo; no obstante, un orden económico mundial construido sobre la base de una estructura y procesos que se perciben de manera generalizada como injustos no podrán mantenerse por mucho tiempo. Las agencias internacionales, y ciertos gobiernos de los países industrializados deben reconocer la seriedad de este riesgo y tomar acciones para reducir las percepciones de iniquidad en el diseño y en la dirección de los acuerdos multilaterales de comercio.

Focalizar a los pequeños agricultores en la producción de cultivos intensivos o que cuenten con nichos de mercado

A pesar de que los pequeños productores inevitablemente querrán continuar produciendo rubros básicos para solventar la seguridad alimentaria y por razones culturales, los principales mercados urbanos, por lo general encontrarán una fuente de provisión menos costosa en los grandes productores que emplean alta tecnología -frecuentemente ubicados en otros países. Sin embargo, a medida que la demanda por alimentos especializados aumente y la adopción de nuevas tecnologías postcosecha mejore la calidad del producto y extiendan la durabilidad de los rubros perecederos, los pequeños productores tendrán mayores oportunidades de obtener atractivos ingresos en efectivo, mediante el cultivo de productos especializados en áreas donde existen deseconomías de escala (productos hortícolas que cuenten con nichos de mercado y que requieran de mano de obra intensiva, frutas, especias, flores ornamentales, productos orgánicos, etc. El contar con un área predial reducida no es un impedimento para acceder a este tipo de mercados que se prevé crecerán rápidamente en importancia, especialmente si los agricultores pueden sumar esfuerzos por medio de las asociaciones voluntarias. Incluso aquellos productores que se encuentren aislados geográficamente tienen la capacidad de beneficiarse de estas oportunidades, si se enfocan en la producción de rubros de alto valor por volumen (colorantes, extractos, aceites esenciales, etc.).

La transición hacia una producción orientada al mercado de productos competitivos se considera como un paso crucial en el desarrollo económico rural y para la reducción de la pobreza. No solamente se generen ingresos en aquellos hogares directamente relacionados con la producción, sino que también se crea empleo en actividades de embalaje, transportación y otras relacionadas con comercialización, así como, en la dotación de servicios dirigida a los productores que han tenido éxito en sus operaciones.

Satisfacer las necesidades de seguridad alimentaria de los hogares agropecuarios durante el período de transición

La reestructuración de las actividades agrícolas que busca beneficiarse de nuevas oportunidades de mercado requiere del acceso a un nivel mínimo de recursos -naturales, humanos y financieros- así como, de contar con la habilidad de hacer frente a un grado de riesgo durante el proceso de transición. En muchos sistemas únicamente una minoría de pequeños productores se ajusta a estas condiciones sin contar con un apoyo externo significativo. No obstante, con su ejemplo, así como con el apoyo de grandes productores que frecuentemente son pioneros en la comercialización y producción innovadora de productos, la entrada posterior de otros productores, con una dotación más restringida es más factible. Las actividades de los productores pioneros, sean éstas de pequeño o gran tamaño, es también importante para crear fuentes de empleo indirecto y demanda de servicios de apoyo.

Sin embargo, si el número de productores pioneros potenciales es demasiado restringido, la producción puede ser insuficiente para crear un volumen de mercado mínimo para estos productos y el desarrollo de la producción orientada al mercado puede fracasar. Los sistemas de producción agropecuaria que se ven afectados por una incidencia crónica severa y generalizada deberán hacer frente a este factor limitante. Esto podría ocasionar que, no solamente, los productores se muestren más preocupados de la supervivencia de la familia que por la generación de ingresos en efectivo, sino también que los compradores locales y los proveedores de servicios sean escasos y el establecimiento de los mecanismos de mercado sea aun más complicado. Por lo tanto apoyar la transición hacia una producción orientada al mercado en los sistemas con altos índices de pobreza puede ser posible únicamente una vez que se reduzca la inseguridad alimentaria y se cuente con un nivel mínimo de liquidez por medio de la venta de los excedentes de los cultivos tradicionales.

En estos sistemas se debe hacer énfasis, primeramente, en incrementar el rendimiento de los rubros alimenticios, en la mejora de la nutrición familiar y en la seguridad alimentaria. Esto requerirá de una mayor inversión en material genético adecuado, estructuras de almacenamiento de alimentos, del manejo de los recursos naturales y en educación. También puede ser necesario analizar cuidadosamente la factibilidad de facilitar la disminución de los pobladores rurales mediante la dotación de programas de capacitación y otros dirigidos a apoyar la migración externa.

Fomentar el comercio competitivo, especialmente de pequeñas empresas rurales

Existe una amplia evidencia de que la participación directa del sector público en las operaciones de comercialización es por lo general ineficiente y puede incluso generar pérdidas. La experiencia ha demostrado que el desarrollo del mercado se da más fácilmente en donde empresarios privados -tanto productores como comercializadores- influyen directamente sobre el funcionamiento de los mercados. Desde la perspectiva de los pequeños productores que tienen un limitado poder de acceso al mercado, el establecimiento de un entorno de mercado competitivo en el que exista un sinnúmero de compradores activos es de vital importancia. Parece ser que los pequeños productores se benefician principalmente de la presencia de pequeños comerciantes, procesadores, y otros compradores. El control de los precios por lo general no está en manos de estos actores, a diferencia de las grandes empresas, además se muestran más dispuestos a comprar en pequeñas cantidades provenientes de áreas aisladas. Incluso pueden ser miembros de la misma comunidad donde vive el productor.

Ayudar a desarrollar un entorno de comercialización favorable para los pequeños productores, por lo general implica apoyar a los empresarios a pequeña escala al facilitarles el acceso a áreas como financiamiento, información y la simplificación de los procedimientos burocráticos, que únicamente las empresas más grandes pueden manejar. También implica una mejora en la dotación de bienes públicos (ver sección anterior). El establecimiento de asociaciones de pequeños comerciantes, procesadores y exportadores puede también apoyar a los pequeños empresarios y reducir las barreras de entrada, así como, asegurar que sus necesidades se tomen en cuenta al desarrollar o reestructurar políticas sectoriales.

Esto no quiere decir, no obstante, que las agroempresas más grandes sean necesariamente una influencia negativa, especialmente si estas operan en un entorno competitivo. El papel de apoyo desempeñado por los grandes agricultores y procesadores como pioneros, como fuentes de asesoría técnica y de crédito, como compradores a los pequeños productores y como fuentes de trabajo asalariado no se debe pasar por alto. Los comercializadores a pequeña escala - especialmente en el caso de cultivos de exportación- por lo general deben vender su producto a empresas más grandes situadas en la capital regional o nacional. En este contexto las asociaciones de agricultores pueden tener un papel importante para ayudar a los pequeños productores a establecer relaciones más equitativas con las empresas más grandes, al incrementar los volúmenes y fortalecer su capacidad de negociación.

Apoyar el desarrollo de mercados agrícolas

A pesar de que los gobiernos tienen un papel indirecto en las operaciones de mercado, la transición de los sistemas de producción agropecuaria hacia la producción orientada al mercado puede facilitarse mediante la creación de un entorno favorable, que incluya: (i) infraestructura rural adecuada, en especial infraestructura vial, energía eléctrica y telecomunicaciones (ii) un compromiso de mantener una tasa de cambio estable y equilibrada; (iii) establecer y hacer cumplir los estándares de mercado tanto para los insumos como para la producción; (iv) evitar la carga impositiva sobre la producción agrícola, enfocándose en su lugar en los bienes o ingresos subutilizados y (v) monitorear y hacer cumplir los acuerdos comerciales que afecten a los pequeños productores.

Debido a la importancia de la agroindustria como una fuente potencial de demanda de producción rural -y su potencial para generar empleo- el desarrollo de mercado también se puede facilitar al retirar los desincentivos existentes, para establecer actividades de procesamiento y otras afines en áreas rurales. Los incentivos financieros tienden a favorecer las respuestas a corto plazo por parte de las agroempresas, lo que resulta en una inversión no sostenible y en el retiro de operaciones, una vez que el financiamiento (que el desgravamen fiscal) cesa. No obstante los gobiernos pueden fomentar la inversión rural sostenible, al conjugar la inversión privada con la dotación pública de infraestructura, la capacitación a los empleados, el apoyo a los proveedores contratados, la reducción en la rigidez de las reglamentaciones requeridas para la inversión y asegurando la existencia de políticas fiscales favorables a largo plazo.

Finalmente, el sector público puede apoyar al establecimiento de arreglos contractuales fortalecidos entre productores, intermediarios y procesadores. Estos acuerdos pueden establecerse para la simple entrega de productos o pueden incluir la cooperación a lo largo del proceso de producción o en algunas de sus fases. El desarrollo del mercado se verá seriamente limitado si estos arreglos contractuales se definen de manera inadecuada o no se ven respaldados por un marco jurídico. Los procedimientos para la resolución de conflictos deben ser poco costosos, oportunos y considerados justos por ambas partes, Además el cumplimiento de los contratos debe ser garantizado.

INFORMACIÓN Y CAPITAL HUMANO

Se han identificado tres estrategias prioritarias globales relacionadas con el fomento a los beneficios obtenidos a partir de la difusión de la información agropecuaria y por el desarrollo del capital humano, a fin de reducir el hambre y la pobreza:

Asegurar la disponibilidad generalizada de información agrícola

La globalización, la urbanización y el rápido ritmo de cambio tecnológico son todos factores que incrementan los requerimientos de conocimiento en los sistemas de producción agropecuaria en todas las regiones. Se deben desarrollar nuevos enfoques a fin de apoyar el flujo de información entre los agricultores y las fuentes formales de conocimiento -como las instituciones de investigación y mercados- así como de manera horizontal entre los propios agricultores. Las fincas de pequeña extensión por lo general no cuentan con el mismo grado de acceso a tecnologías agrícolas e información de mercado, como las fincas de mayor extensión; por lo que la inversión pública en la difusión de información agrícola es particularmente importante para los sistemas caracterizados por la producción a pequeña escala. En algunas regiones los sistemas de información tecnológica están siendo adaptados para responder a las necesidades de información de los pequeños agricultores (ver Cuadro 8.2); sin embargo, se requiere de más apoyo público para que el potencial de los sistemas de información tecnológica pueda ser aprovechados en su totalidad, en especial, en áreas remotas y en donde la pobreza sea generalizada. La necesidad será desarrollar mecanismos efectivos para la generación, transferencia y uso de la información por parte de los beneficiarios.

Cuadro 8.2 Acortando la brecha en el acceso a la información

Se han hecho grandes avances en los nexos de información tecnológica (IT) entre las distintas regiones, países pueblos y agricultores. Los siguientes ejemplos ilustran algunos de los esfuerzos realizados al nivel local y regional.

La Fundación Para la Investigación M. S. Swaminathan de Chennai con base en la India ha establecido redes de información en nueve aldeas ubicadas en Bengala Occidental en la India, cada uno de estos poblados cuenta con su propia `infotienda' -el término empleado en la red- y se hace cargo de las cuentas de electricidad y los costos de comunicación, en donde no existen líneas de comunicación, ni disponibilidad de fluido eléctrico. Se han introducido nuevas tecnologías, por ejemplo, el proyecto ha establecido una red de comunicaciones mínima que conecta el poblado pesquero Veerampattinam que carece de teléfono con la ciudad de Pondicherry empleando paneles solares para la generación de electricidad y sistemas inalámbricos de transmisión. Cuatro veces al día un voluntario local revisa la Red y difunde la información (precios de los productos, predicciones climáticas, etc.). Mediante un sistema local y público de direcciones.

Kampung Raja Musa es una comunidad que se ha empleado como estudio de caso para extender la IT hacia las áreas rurales de Malasia. Se han establecido 2 quioscos en el centro social, en donde existen computadoras de pantalla digital. Con la guía de los iconos, los pobladores pueden acceder a una base de datos que puede contener tópicos como: confesión de prendas de vestir, administración agrícola, cómo comercializar la producción, cómo manejar la burocracia gubernamental, etc. Algunos vídeo clips ayudan a los usuarios a tener información, por lo que los terminales son accesibles para personas iletradas. Además, las PC se han instalado para proveer acceso a la Red y a los servicios de correo electrónico para la comunidad.

Las conexiones con el Internet en Africa se ven apoyadas por varias iniciativas regionales. La mayor parte de conexiones con Internet se encuentran en los países de la OECD. A fin de mejorar el acceso a la información en Africa es necesario primero incrementar el número de usuarios con acceso a la red mundial. A pesar de que el grupo inicial de usuarios estará constituido en su mayor parte por personas urbanas y profesionales y el segundo grupo podría estar constituido por habitantes rurales y población agrícola. En América Latina una serie de proyectos financiados por el FIDA establecieron una red regional basada en el Internet para el intercambio de experiencias. Esta red permite compartir las experiencias de implementación de los proyectos y también del desempeño de las tecnologías en diferentes entornos, información de la cual pueden aprender los agricultores.

Además, se debe analizar a mayor profundidad la sostenibilidad a largo plazo y la importancia de los sistemas de información agrícola, que por lo general requieren niveles importantes de recursos de operación. No existen evidencias suficiente de que los usuarios estén dispuestos a pagar lo necesario para conseguir que estos servicios sean autogestionables, teniendo en cuenta que la presión existente sobre los presupuestos gubernamentales frecuentemente se limita a soluciones de `menor costo', una vez que el financiamiento externo se termina. Por lo general esto tienen como resultado que la información sea desactualizada y poco relevante para cubrir las necesidades reales de los usuarios (v.g. se cuenta con información de precios de mercado al nivel internacional, debido a que se dispone de ella sin costo, mientras que no existe información de los mercados locales, puesto que su recolección es demasiado costosa).

Proveer capacitación agrícola general de orientación sistemática, especialmente dirigida a las mujeres

La capacitación y el fortalecimiento de las capacidades implican autorizar a los miembros de la comunidad, a fin de permitirles identificar sus problemas en el contexto de un sistema dado, también implica permitirles analizar las causas y efectos y evaluar las opciones para llegar a decisiones bien fundamentadas, que preparen a la comunidad para asumir la responsabilidad de forjarse su propio futuro, siendo gestores de su proceso de desarrollo. Frecuentemente, esto requiere de apoyo por parte de facilitadores profesionales, para asegurar que los grupos que conforman la comunidad tengan la oportunidad de expresar sus puntos de vista, de ayudar a encontrar soluciones técnicas adecuadas, de formular e implementar planes de acción comunitaria, de monitorear y evaluar los resultados. Este enfoque implica que los servicios de extensión deben reorientar sus acciones basándolos en tecnologías de facilitación en lugar de tecnologías prescriptivas, que consideren a la participación de la comunidad como la piedra angular en la identificación de prioridades y en la validación de posibles soluciones. Esto implicará la adopción y adaptación de herramientas de diagnóstico participativo y de métodos de aprendizaje de experiencias. Un factor relacionado y esencial es la formación y fortalecimiento de grupos que compartan intereses comunes o grupos de usuarios de los recursos, pues esto fortalecería la capacidad de enfrentar problemas y la autosuficiencia de las comunidades rurales. Su implementación puede implicar la formación de alianzas estratégicas entre los encargados de la prestación de servicios, sean estos estatales, privados u ONGs, organizaciones de la sociedad civil y grupos de base comunitaria.

Con la disminución de los recursos públicos para la investigación y extensión, muchos sistemas presentan un déficit crónico de personal capacitado en análisis de sistemas, métodos participativos, y técnicas de análisis cualitativo. En muchos casos el porcentaje de personal femenino es también deficiente. A fin de asegurar que la capacitación de los profesionales dedicados a prestar apoyo agrícola se amplíe -especialmente en lo relacionado al enfoque de los sistemas y prácticas participativas- el curriculum educativo de las instituciones de capacitación agrícola debe ser reestructurado y se deben hacer esfuerzos continuos para reclutar y capacitar a más personal femenino.

Fortalecer la capacitación en habilidades vocacionales extra-prediales, especialmente a los jóvenes

El análisis de los sistemas de producción agropecuaria presentado en capítulos anteriores demuestra que no todos los hogares agropecuarios podrán escapar de la pobreza mediante la realización de actividades agrícolas. De hecho, un gran porcentaje de la población joven participará de manera directa en actividades generadoras de ingreso extra-predial u optarán por el abandono de la agricultura; muy pocos de ellos podrán dedicarse únicamente a la agricultura durante su vida. Los gobiernos deben fortalecer la capacitación vocacional dirigida hacia los empleos alternativos, ya sea al interior del entorno rural o mediante la migración hacia áreas urbanas. A esto se suma que la educación primaria de los niños rurales más pequeños también debe ser fortalecida, en especial en el nivel primario y secundario.

CIENCIA Y TECNOLOGÍA

La mayor parte del crecimiento que la producción de alimentos ha registrado durante las últimas tres décadas ha sido resultado de la adopción de tecnologías de alta productividad en áreas de un potencial agrícola promisorio -en especial aquellas que cuentan con patrones de lluvia estables y adecuados, o con riego. Un desafío importante para las décadas por venir será generar tecnologías que contribuyan a incrementar la producción agrícola y mejorar el nivel de vida, en aquellas áreas que presenten un potencial agrícola menor. A largo plazo, se debe prestar atención a la fuerte dependencia que la agricultura intensiva tiene en las tecnologías de sostenibilidad limitada. Los sistemas de producción ganadera comerciales deben enfrentar enormes problemas en lo relacionado a la eliminación de desechos orgánicos y paulatinamente se las considera como fuentes de problemas de inocuidad de los alimentos. Una aplicación inadecuada de fertilizantes ha llevado a la contaminación con nitratos tanto de los recursos de agua subterráneas como superficiales. Sumado a los enormes daños medio ambientales y en salud que genera el uso incontrolado de plaguicidas. También es causa de preocupación, la degradación de la diversidad genética progresiva de cultivos y especies animales al nivel de finca. Lo anteriormente señalado implica que ya no se puede asumir la existencia de los fundamentos técnicos de la agricultura `moderna' y existe la necesidad de buscar estrategias más sostenibles para conseguir la intensificación. Esta tarea es de carácter urgente en vista de lo limitado de los enfoques en cuanto a tecnologías alternativas más sostenibles para la agricultura de alta intensificación y de los extensos períodos requeridos para desarrollar y difundir nuevas metodología. El análisis de los sistemas de producción agropecuaria realizado en este documento sugiere un sinnúmero de características que las tecnologías deben tener para ser adecuadas para los agricultores de bajos ingresos. Además, sugieren algunas áreas en las que se podrían dar un desarrollo de tecnologías que ofrezcan oportunidades para la reducción de la pobreza (ver cuadro 8.3).

Se han identificado cinco estrategias prioritarias globales en la ciencia y la tecnología que pueden ayudar a reducir el hambre y la pobreza:

Cuadro 8.3 Areas promisorias para el desarrollo de tecnologías en favor de los más pobres

Las tecnologías optimas en favor de los pobres se caracterizan por una mayor productividad sostenible a largo plazo, por el grado de requerimiento de mano de obra, por ser apropiadas para la mujer, adaptabilidad a los cambios climáticos estacionales, estabilidad y resistencia, compatibilidad con sistemas integrados y diversificados, bajo requerimiento de insumos externos, facilidad de adopción. Entre las áreas promisorias se incluyen:

  • Fijación biológica del nitrógeno;
  • Manejo integrado de los nutrientes de los cultivos;
  • Eficiencia en el uso del recurso hídrico y captación de aguas;
  • Manejo integrado de los recursos suelo e hídrico;
  • Agricultura de conservación;
  • Agroforestería y permacultura;
  • Horticultura y otros cultivos menores;
  • Cultivos medicinales y especias;
  • Producción de biomasa;
  • Secuestro controlado del carbono;
  • Adopción masiva de las variedades de cultivos;
  • Sistemas de producción agropecuaria intensivos e integrados;
  • Manejo integrado de plagas;
  • Cultivos de alto valor energético;
  • Selección de género en animales; y
  • Resistencia genética a las enfermedades de los animales

Focalizar la tecnología mediante la investigación y desarrollo participativo

Excepto en aquellas regiones en donde ha tenido lugar la revolución verde, existen pocas oportunidades de difundir de manera generalizada las nuevas tecnologías agrícolas, por medio de paquetes predeterminados. Cada finca difiere en términos de su dotación de recursos, especialmente en la relación existente entre los recursos tierra y mano de obra, grado de acceso a mercados de insumos y producción y vulnerabilidad a los riegos. Cada hogar agropecuario también difiere en términos de necesidades y objetivos; en especial, en lo relacionado al grado en que los agricultores conciben que la producción contribuye a la seguridad alimentaria familiar en oposición a los ingresos en efectivo. Por lo tanto existe la necesidad de desarrollar enfoques participativos para la investigación y el desarrollo, que puedan involucrar a los agricultores en el proceso de diagnóstico de los problemas y en la identificación de posibles soluciones adaptadas a sus circunstancias específicas. Estos enfoques también pueden ayudar a informar a los investigadores acerca de las áreas prioritarias de investigación y permitirles comprender mejor las percepciones y puntos de vista de los agricultores, lo que conduce al incremento de la relevancia de la investigación.

Incrementar la productividad de la tierra y de la mano de obra en áreas de potencial promisorio

Los avances tecnológicos no ocurren a un ritmo uniforme. Las más importantes ganancias productivas conseguidas para el arroz y el trigo, en especial durante la década de 1970 y 1980 han resultado en una desaceleración del ritmo de crecimiento y aún no se conoce como se puede revertir esta tendencia que va hacia el estancamiento. No obstante, ya se vislumbra en el horizonte un número de avances tecnológicos importantes -incluyendo el arroz dorado GM (Genéticamente Modificado) y la fijación biológica de nitrógeno en cultivos no leguminosos- que se puede esperar tendrá un impacto significativo en las prácticas agrícolas durante los próximos tres decenios. Entre tanto, es posible obtener ganancias sustanciales incrementando el promedio de rendimiento, para alcanzar los niveles obtenidos por los agricultores más eficientes, incluso bajo las tecnologías actuales (ver cuadro 8.4).

Cuadro 8.4 Brechas en el rendimiento y deterioro del incremento de la productividad del arroz8

La Revolución Verde ocurrida en la década de 1960 permitió que la producción de arroz se incrementara para cubrir las demandas de una población en crecimiento. La tasa de crecimiento promedio anual (TCPA) del rendimiento fluctuó entre el 1,7 y 2,3%, durante el período de 1960-1990. En la década de 1990, no obstante, las TCPA, del rendimiento de arroz habían disminuido a apenas el uno por ciento y se están recibiendo informes de la disminución real del rendimiento desde países como Tailandia, India y Filipinas. Las razones para este descenso todavía no se han comprendido en su totalidad.

Durante los próximos 30 años el incremento de la productividad debe acelerarse una vez más, a fin de mantener la seguridad alimentaria y mitigar la pobreza, especialmente en Asia y Africa, ya sea incrementando los rendimientos promedio hacia el límite máximo registrado actualmente o incrementando el límite máximo actual. Es probable que el rendimiento máximo teórico del arroz no difiera mucho de aquel del trigo -20 t/ha. No obstante, existen brechas en el rendimiento, que alcanzan incluso el 60% en los sistemas nacionales de producción, lo que demuestra la existencia de un potencial considerable a este respecto. Si bien uno de los componentes de estas brechas se deriva de los limitantes en los recursos naturales y en el medio ambiente, una proporción significativa del mismo tiene su origen en las practicas de manejo. A partir de estudios recientes se han generado las siguientes recomendaciones:

  • Mantener una aplicación equilibrada de nutrientes;
  • Generar conciencia crítica en los actores acerca del peligro potencial de los excesos en las prácticas de la agricultura intensiva;
  • Incorporar características de estabilización de rendimientos en las variedades;
  • Incrementar los niveles de materia orgánica en el suelo;
  • Llevar a cabo un número más reducido pero más apropiado de experimentos a largo plazo, que incluyan mediciones y observaciones interdisciplinarias más detalladas;
  • Monitorear las tendencias de rendimiento y productividad de manera continua, con la debida atención a múltiples productos;
  • Desarrollar variedades y tecnologías específicas a un entorno, por ejemplo un enfoque de manejo integrado de cultivos, como el sistema de Monitoreo de Arroz empleado en Australia;
  • Intensificar las actividades de transferencia de tecnologías empleando modelos validados, como las demostraciones de área contigua;
  • Minimizar las pérdidas postcosecha; y
  • Mejorar los nexos entre los servicios de investigación, desarrollo y extensión y los agricultores.

También debe recordarse que existen sistemas tradicionales -por ejemplo antiguos sistemas basados en arroz- cuya productividad se ha mantenido muy alta, debido al cuidadoso manejo y mano de obra especializada. A pesar del cultivo continuo que se ha mantenido durante siglos. No obstante, el descenso del área predial y la fragmentación parcelaria se está constituyendo en una imitación importante para el desarrollo en un sinnúmero de sistemas asiáticos de gran importancia.

Los distintos grupos de tecnologías ofrecen oportunidades para el crecimiento en áreas que presentan una relación elevada de mano de obra/tierra, donde por lo general existen opciones atractivas para la producción de productos básicos de alto valor comercial, que requieren de mano de obra intensiva. Se requiere considerar una variedad de actividades de alto valor comercial. Los productos orgánicos son una alternativa (presentan un alto valor y requieren una alta utilización de mano de obra). Ciertas áreas de muchos sistemas de alta densidad están transformándose en periurbanas, lo que provee un buen potencial de mercado a pesar de la presión demográfica -especialmente para el cultivo de vegetales y el agroprocesamiento relacionado, lechería a pequeña escala, crianza de rumiantes menores de engorde y la avicultura. Más aún, al interior de estas áreas, la abundante mano de obra se puede emplear para mejorar la capacidad productiva de la tierra; por ejemplo, mediante el establecimiento de terrazas y de drenaje.

Incrementar la productividad laboral en áreas de potencial limitado

Las áreas que presentan un potencial agrícola limitado, por lo general enfrentan limitantes más serios en la disponibilidad de mano de obra, que aquellos relacionados con la disponibilidad de suelo. En áreas donde las actividades productivas deben realizares de manera dispersa -rebaños trashumantes, parcelas de producción dispersas, recolección de alimentos), en donde el desempeño del hogar requiere la realización de viajes largos para la obtención de insumos básicos como leña o agua, la disponibilidad de mano de obra puede convertirse en un factor clave limitante de la producción. Estas limitaciones, en ocasiones, se exacerban por la migración externa o los conflictos sociales, como ha sido el caso en el sistema de Producción Agropecuaria Mixto de Tierras Altas ubicado en los Andes Centrales o en muchas áreas de Africa. La investigación sobre las tecnologías de producción tradicionalmente se han enfocado en maximizar la rentabilidad de la tierra en lugar de la mano de obra. Reemplazando la mano de obra por capital, únicamente en sistemas más intensivos (v.g. tractores de dos ruedas en Sistemas de Producción Intensiva de Arroz). Sin embargo, existen buenas oportunidades para mejorar la productividad de la mano de obra en varios sistemas; algunos ejemplos incluyen, alternar el tiempo de la preparación de la tierra de la estación húmeda a la seca, empleando cultivos de cobertura para controlar las malezas, mediante la inversión en poder de tracción y haciendo mejoras sencillas a las herramientas manuales, como plantadoras. En donde la escasez de mano se constituye en un limitante para la producción y para la obtención de los ingresos y en donde exista una buena disponibilidad de ampliar la frontera agrícola es más recomendable utilizar tecnologías que no requieran de mano de obra intensiva, como la labranza cero y el empleo de animales de tiro para el cultivo y acarreo de madera. De contar con el estímulo adecuado las familias rurales por lo general convierten la mano de obra disponible en activos productivos. Otras posibilidades de recortar el gasto sin disminuir la producción incluyen la sustitución de nutrientes minerales por recursos orgánicos y la transición de sistemas de control de plagas basados en plaguicidas hacia MIP.

Promover el uso de biotecnología con medidas de protección apropiadas

La biotecnología ofrece un potencial considerable para la adaptación masiva de nuevas variedades de cultivos comerciales y alimenticios a sistemas de producción agropecuaria y para hacer frente a problemas específicos que estos enfrentan. Siempre y cuando se apliquen medidas de protección adecuadas y que los nuevos materiales sean económicamente accesibles (ver Cuadro 8.5). La adaptación masiva de variedades, en especial aquellas que pueden resistir el estrés abiótico característico de áreas de bajo potencial, tienen la habilidad de beneficiar a los agricultores más pobres en el conjunto de los países en desarrollo.

Cuadro 8.5 Una estrategia de biotecnología dirigida a los agricultores de bajos ingresos9

Las iniciativas biotecnológicas internacionales dirigidas a beneficiar a los agricultores de bajos ingresos se distribuyen entre varias agencias bilaterales, organismos donantes, fundaciones privadas y organismos multilaterales. Es menester mancomunar estos recursos para enfocarse en prioridades que cubran necesidades específicas de los agricultores pobres. Una estrategia global que incorpore oportunidades para crear alianzas estratégicas entre los diversos actores -enfocándose en las necesidades de agricultores de bajos ingresos y consumidores de alimentos- ofrece un potencial considerable para beneficiar a los países en desarrollo. Los componentes de esta estratégica pueden incluir:

Transferencia de tecnología. A pesar de que la mayor parte de la investigación biotecnológica en la actualidad está a cargo del sector privado de los países desarrollados, un sinnúmero de tecnologías podrían beneficiar a los agricultores pobres de los países en desarrollo. Las organizaciones internacionales pueden ayudar a estos países a identificar y negociar acceso a tecnologías en términos favorables, lo que podría facilitar el establecimiento de alianzas estratégicas entre países desarrollados y países en desarrollo y a mejorar la capacidad de estos últimos en el área biotecnológica. Una medida adecuada sería contar con un conjunto de tecnologías disponibles en la actualidad, para su uso potencial por parte de los países en desarrollo. Debido a que los agricultores de subsistencia no se encuentran en competencia directa con la agricultura industrial, estas iniciativas permiten que los países en desarrollo adopten, desde la base hacia arriba, con mayor facilidad estas tecnologías.

Desarrollo de tecnologías. En la actualidad la mayor parte de países en desarrollo se están beneficiando de la difusión tecnológica proveniente de los países desarrollados. Es indispensable evaluar qué tecnologías se deben desarrollar específicamente para los países en desarrollo y cuáles ofrecen un potencial para mejorar la seguridad alimentara. Esto se puede realizar evaluando las limitaciones locales, que no se pueden resolver aplicando medidas convencionales. Se recomienda que los países desarrollados incrementen la ayuda para el desarrollo con respecto a las actividades relacionadas a la biotecnología. El ISNAR, ha realizado excelentes estudios y censos sobre la capacidad institucional nacional y regional, incluyendo el establecimiento de prioridades y limitantes para la producción, tanto de infraestructura como biológicas. La FAO está realizando un inventario de tecnologías disponibles, incluyendo aquellas en ejecución. Es importante que estos datos sean reunidos para el diseño de proyectos regionales y nacionales. Esto también podría promover una mejor coordinación de las iniciativas nacionales e internacionales.

En la medida en que el liderazgo de las investigaciones tecnológicas se mantenga en el sector privado, se deben tomar medidas al nivel internacional para crear incentivos de nuevas áreas de investigación en temas que sean de relevancia para los agricultores de bajos ingresos en los países en desarrollo -cuyas necesidades, de lo contrario se pasarían por alto. Estas medidas podrían incluir el financiamiento público internacional para la investigación y desarrollo biotecnológicos enfocados en mejorar el desempeño de cultivos alimenticios tropicales, así como de la ganadería. También existe la necesidad de establecer medidas de protección y reglamentaciones adecuadas, para reducir los riesgos de contaminación del material genético nativo y para evitar la degradación de los recursos genéticos de los cultivos y ganadería al nivel de finca. Los mecanismos de reglamentación, incluyendo los acuerdos regionales y protocolos de evaluación de riesgos se deben ser establecidos como un asunto de extrema urgencia, a fin de permitir el movimiento seguro de material genético utilizable al interior de las regiones en desarrollo y entre ellas.

RECURSOS NATURALES Y CLIMA

El incremento en la presión sobre los limitados recursos hídricos y sobre la tierra, la degradación ambiental y la posibilidad de un cambio climático son factores que representan una amenaza a la sostenibilidad de los sistemas en todas las regiones, incluso en aquellas con una baja densidad poblacional. Se han identificado cuatro estrategias prioritarias al nivel global, que tienen como objetivo alcanzar un uso más sostenible y productivo de los recursos naturales y minimizar los efectos climáticos adversos:

Enfocarse en el uso sostenible de los recursos naturales

En la actualidad, existe más conciencia, tanto entre los agricultores como en la población en general, de la necesidad de conservar y manejar de manera productiva los recursos naturales. La sociedad civil de los países industrializados asigna una alta prioridad a la conservación de los recursos naturales para las generaciones futuras y para la reducción del daño medio ambiental al nivel global. Esto explica el porqué del financiamiento público internacional dirigido al desarrollo y divulgación de métodos que conservan o fomentan el capital natural e incrementan los beneficios medio ambientales al nivel mundial (v.g. incremento en el secuestro de carbono, mediante el empleo de niveles más altos de materia orgánica en el suelo, reducción de la producción de gases de invernadero y de la contaminación de aguas internacionales, etc.).

La disminución de la productividad y de los ingresos agrícolas de las tierras degradadas han puesto en relieve la necesidad de que los agricultores mejoren el manejo de los recursos naturales. El manejo mejorado del recurso suelo se puede estimular mediante la promoción de prácticas, que no solamente generen beneficios medio ambientales sino también que produzcan retornos tangibles a corto plazo. Por lo tanto la investigación y extensión públicas deben enfocarse en medidas que incrementen los ingresos de las fincas, a la par que conserven y mejoren las condiciones de los recursos naturales. Estas medidas se tipifican según tecnologías de labranza mínima y manejo integrado de nutrientes, que simultáneamente reducen los costos de producción a la par que mejoran la retención de humedad in situ y la fertilidad del suelo, lo que redunda en rendimientos más elevados, en la reducción de la fluctuación en los rendimientos y frena la erosión.

En muchos casos la agricultura de conservación que implica la reducción de la labranza, ofrece posibilidades promisorias para incrementar la productividad laboral y el uso eficiente de los insumos, a la par que reduce el estrés causado por la humedad. La agricultura de conservación ha sido promovida en un sinnúmero de sistemas agropecuarios y su desempeño en Latinoamérica -y más recientemente en Africa- ha sido prometedor.

Recapitalizar la fertilidad de la tierra

El deterioro de la fertilidad del suelo, asociada con el estancamiento de la productividad, es un factor generalizado en la mayor parte de sistemas de producción agropecuaria de las distintas regiones. Este deterioro es particularmente grave en los sistemas de producción de trigo y arroz con riego, en algunos sistemas de secano (v.g. el Sistema de Producción Agropecuaria Mixto de Maíz en Africa) y en los sistemas de Producción Agropecuaria de Tierras Altas (v.g. el Sistema de Producción Agropecuaria Mixto de Tierras Altas [Andes Centrales]). Debido al descenso de los precios de los productos básicos, a los ajustes de las tasas de cambio y a la reducción de los subsidios, la aplicación de fertilizantes minerales en estos rubros básicos ha llegado ha ser poco rentable para muchos de los pequeños agricultores de los países en desarrollo y ha descendido abruptamente. Los agricultores no han compensado completamente esta pérdida, mediante el incremento en el uso de fuentes orgánicas de nutrientes, el uso equilibrado de aplicaciones o de la adopción de prácticas de conservación del suelo, para minimizar la erosión. Debido a que la mayor concentración de nutrientes se da en suelos superficiales, la degradación y pérdida de la capa fértil puede causar una importante disminución de los rendimientos. El costo de inversión en medidas preventivas es mucho menor que los costos y el tiempo requeridos para restaurar el nivel original de fertilidad del suelo, una vez que la erosión ha tenido lugar.

Las estrategias prioritarias para rectificar esta situación incluyen: (i) incrementar el uso de abonos verdes, barbechos enriquecidos y otras fuentes de materia orgánica, incluyendo la elaboración de estiércol vegetal; (ii) aumentar el uso de la fijación biológica de nitrógeno; (iii) conseguir una mejor integración de cultivos y ganadería; (iv) conseguir una adopción generalizadas de sistemas de cultivo intercalado; (v) expandir los sistemas silvo-pastoriles, especialmente en áreas de mayor pendiente; y (vi) mejorar las instalaciones y servicios de comercialización, de importación y comercialización de fertilizantes, con miras a reducir su precio al productor.

La mayor parte de estas iniciativas tienen poca dependencia a los insumos externos y por tanto en la provisión de insumos de servicios de financiamiento -y algunos presentan la ventaja de permitir a los productores incrementar la productividad de su tierra, al convertir el recurso mano de obra que por lo general presenta un bajo costo de oportunidad fuera de estación en un bien productivo. Este tipo de inversión puede tener un papel extremadamente importante en la reconstrucción de la fertilidad del suelo, en mejorar el manejo de la tierra (v.g. construyendo terrazas en las laderas de mayor pendiente, drenando las áreas bajas) e intensificar el uso del mismo (v.g. la siembra de cultivos arbóreos, la construcción de estanques piscícolas). La creación de una política medio ambiental que permita a los agricultores tener confianza en el futuro de la agricultura, incluyendo una seguridad adecuada de la tenencia de la tierra, es un impulso para este tipo de incitativa.

Mejorar el manejo de los recursos hídricos

A pesar de que las consecuencias adversas resultantes del déficit en el recurso hídrico son más evidentes en algunas regiones que en otras, las limitaciones en la provisión de agua son factores importantes en ciertos sistemas de producción agropecuaria, que se encuentran distribuidos en varias áreas de las regiones en desarrollo, v.g. las tierras secas marginales de América Latina y los sistemas agropastoriles del Africa Sub-Sahariana en la mayor parte de casos, la creciente demanda del recurso hídrico para uso doméstico e industrial, sumada a la urbanización intensificará la competencia por el agua dulce disponible. En los sistemas de producción agropecuaria de secano, las estrategias deben enfocarse en mejorar la captación del agua de lluvia y la utilización de la humedad del suelo. Algunas medidas a este respecto incluyen: (i) hacer que las tecnologías de labranza mínima y cero sean accesibles a los pequeños agricultores, como ya se ha conseguido con bastante éxito en Brasil; (ii) poner a disposición del agricultor cultivares viables de ciclo corto y especies forrajeras resistentes a la sequía, que puedan sustentar a la población ganadera durante los períodos de sequía; (iii) incrementar los esfuerzos de captación de agua a pequeña escala y el empleo de la escorrentía, como se aplicó inicialmente y con mucho éxito en algunos países como India y Niger10.

El uso ineficiente del recurso hídrico se da a consecuencia de que se lo considere como un bien de bajo valor o de provisión estatal gratuita. En los sistemas de producción agropecuaria con riego, es necesario aplicar cambios en las políticas de fijación de precios del agua y de la energía eléctrica rural, así como en cuanto al fortalecimiento del manejo local de la infraestructura; ambos elementos son importantes para incrementar la eficiencia técnica del uso del recurso hídrico.

Incrementar la capacidad de responder a los cambios climáticos

Los cambios que se darán en la frecuencia de eventos climáticos extremos -sean estos fluctuaciones en la temperatura, en las precipitaciones y eventos atmosféricos- y el cambio de las condiciones agroecológicas incluyendo aquellos causados por la elevación del nivel de los mares, con seguridad afectarán las prácticas agropecuarias, en especial en algunas áreas vulnerables, como las áreas costeras, zonas semiáridas y zonas escarpadas. Se prevé que la ocurrencia de, inundaciones, huracanes o tifones será mucho más frecuente.

Se requiere urgentemente tener una mejor comprensión de la probable naturaleza e impacto de los cambios climáticos y se necesitan hacer ajustes apropiados en las políticas y proyectos agrícolas, a fin de mitigar los efectos adversos del embate de estos fenómenos. También se prevé que la creación de medidas dirigidas a la protección de cuencas hidrográficas y a la prevención de la desertificación adquirirá mayor relevancia. Además es necesario establecer, tanto al nivel nacional como internacional una mayor capacidad de responder de manera efectiva a los eventos climáticos negativos, como inundaciones y sequías, a fin de minimizar su impacto a largo plazo sobre el manejo de los recursos y sobre el nivel de vida de la población rural.


Notas de Pie de página

1 FAO 2000a.

2 Uno de los sistemas de producción agropecuaria con riego ubicado en la región de Europa Oriental y Asia Central presenta fincas relativamente extensas y para efectos del presente análisis, se incluye en la categoría de sistemas duales.

3 En el Cuadro2.6 se presenta un recuento del manejo deficiente del recurso hídrico y de la provisión de insumos y rendimientos que tiene lugar en el patrón de Gezira. También se prevé que el área de algunos de los sistemas de producción a gran escala de Europa Oriental y Asia Central que no cuentan con un potencial viable pude reducirse o incluso desaparecer.

4 El Sistema de Producción Agropecuaria Mixto y de Plantación Costera de América Latina se ha caracterizado como un sistema dual.

5 Jazairy et al., 1992.

6 Se debe recordar que el incremento del área predial se refiere únicamente a los pequeños agricultores. En los sistemas más intensivos, las fincas de mayor extensión podrían expandirse a medida que adquieran las tierras de los productores submarginales, pero estos sistemas ofrecen un potencial muy limitado a los pequeños agricultores.

7 Tanner 2001.

8 Basado en el Estudio de Caso 1, Anexo 1.

9 Basado en el Estudio de Caso 2, Anexo 1.

10 Ver Estudio de Caso 4, Anexo 1.


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