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Políticas públicas que afectan a los incendios forestales en la cuenca del Mediterráneo - Daniel Alexandrian, François Esnault[4]

CARACTERÍSTICAS DE LOS INCENDIOS EN LA CUENCA DEL MEDITERRÁNEO

El presente documento se refiere a los 23 países del Mediterráneo: Albania, Argelia, Bosnia, Croacia, Chipre, Egipto, Eslovenia, España, Francia, Grecia, Irán, Israel, Italia, Jordania, Líbano, Libia, Malta, Marruecos, Portugal, Siria, Túnez, Turquía y la ex Yugoslavia. Todos ellos poseen una estación seca más o menos prolongada: al norte del Mediterráneo, entre uno y tres meses en las costas francesas e italianas; en el sur, más de siete meses en las costas de Libia y Egipto [53].

Fuentes de datos estadísticos

Se han utilizados varias fuentes de datos estadísticos:

También se utilizaron los análisis efectuados en el pasado por diferentes expertos (Le Houerou [30], Goldammer [23], Mol y Kuçükosmanoglu [44]). Por último, las cifras reunidas se presentaron a la FAO para su corrección (Ginebra).

Cabe destacar cuatro problemas de estadísticas principales, a saber:

Principales enseñanzas que se deben extraer

El fuego representa la amenaza natural más importante para los bosques o áreas boscosas de la cuenca del Mediterráneo. Destruye muchos más arboles que cualquier otra calamidad natural (ataques de parásitas, insectos, tornados, heladas). Es evidente que la acción directa o indirecta del hombre (la corta ilegal y el sobrepastoreo) queda excluida de esta comparación.

Para medir el impacto total de los incendios es útil aplicar el riesgo anual medio (RAM) [30], el cual expresa el porcentaje del área boscosa quemada cada año. Si se usan las estadísticas nacionales recogidas, el valor medio que se obtiene para la cuenca del Mediterráneo equivale a 0,8 (es decir, un período sin incendios de 125 años). Dos países, Israel y Portugal, registran un RAM superior a 2 (un período sin incendios inferior a 50 años). Cuando se restringe el área a las zonas frente al Mediterráneo de los países (lo que es difícil de establecer con certeza), el RAM alcanza 1,4 (un período sin incendios de 70 años) hasta un máximo de 3,8 en el caso de Italia (un período sin incendios equivalente a 26 años).

En países como Portugal, Italia o Grecia algunas áreas se ven particularmente afectadas: Cerdeña, Pulia, Sicilia, algunas islas griegas. En esas zonas, el RAM sobrepasa el valor de 4, lo que corresponde a un intervalo entre incendios inferior a 25 años, y la presión ejercida por los incendios impide la reconstitución forestal y condena el suelo a la desertificación o como mínimo a la conversión en matorrales [53].

En promedio, en la totalidad de la cuenca del Mediterráneo actualmente ocurren casi 50 000 incendios forestales al año, o lo que es el doble de lo que sucedía en los años setenta. Las series estadísticas no coinciden y no es posible medir con exactitud la evolución en toda la zona. En los países para los que se dispone de datos para los años cincuenta hasta los setenta, se observa un fuerte aumento a partir de los inicios de los setenta: España (de 1 900 a 8 000), Italia (de 3 400 a 10 500), Grecia (de 700 a 1 100), Marruecos (de 150 a 200), Turquía (de 600 a 1 400). Únicamente la ex Yugoslavia no sigue esta tendencia general (de 900 a 800).

El área quemada acumulada cada año en los países del Mediterráneo puede estimarse en 600 000 ha, lo que equivale a casi el doble si se compara con el decenio de los ‘70. Sin embargo, la tendencia observada es mucho menos uniforme que la relacionada con la incidencia de los incendios. Es evidente un empeoramiento en España (de 50 000 a 208 000 ha), Grecia (de 12 000 a 39 000 ha), Italia (de 43 000 a 118 000 ha), Marruecos (de 2 000 a 3 100 ha) y la ex Yugoslavia (de 5 000 a 13 000 ha). En Portugal se observa la misma tendencia, si bien la serie estadística inicia posteriormente. En Argelia y Chipre, no hay una evolución significativa, pero algunos años registran un nivel máximo muy elevado (1957, 1958 y 1983 en Argelia; 1974 en Chipre). Por último, no hay cambios en los casos de Croacia, Francia, Israel y Turquía.

Cabe señalar que ningún país registra una mejora de la situación, pese a las medidas adoptadas [30].

Contrariamente a las otras regiones del mundo con un elevado porcentaje de incendios de origen natural (causados por descargas de rayos), la cuenca del Mediterráneo tiene una marcada prevalencia de incendios ocasionados por el hombre. Las causas naturales representan tan solo un pequeño porcentaje (de 1 a 5 por ciento según los países), probablemente a causa de la ausencia de fenómenos climáticos como las tormentas secas.

La otra característica que acomuna a toda la cuenca del Mediterráneo es el alto porcentaje de incendios de causa desconocida. En casi todos los países, representan la mayoría: 56 por ciento en promedio en los cinco países de Europa meridional; entre 50 y 77 por ciento en la mayor parte de los demás (Chipre, Israel, Marruecos, Túnez, Turquía). Sin embargo, es de observar que algunos países se caracterizan por una proporción relativamente baja de incendios de causa desconocida, esto es entre 25 y 47 por ciento (Croacia [2], Grecia [49], Portugal [18]).

Entre las causas conocidas, las involuntarias (debidas a negligencia o accidentes) son las más frecuentes en todos los países, si se exceptúa a Turquía, donde al parecer los incendios voluntarios constituyen la mayoría [8].

Las causas accidentales varían de acuerdo con los países: algunas dependen de instalaciones fijas (líneas de transporte de energía, vertederos de basura) y algunas guardan directa relación con la actividad del hombre (carbonización de la madera mal controlada, quema no controlada, fumadores, hogueras, fogatas hechas por los pastores). La lista es muy extensa y cualquier intento de síntesis es por ende imposible. Aún así, parece que estos incendios involuntarios se relacionan directamente con actividades agrícolas y forestales: por lo general los responsables de los incendios son los habitantes estables de la zona (rara vez los turistas de paso).

De forma algo paradójica, la causa fundamental de los incendios forestales guarda un nexo con el nivel de vida y el aumento de las poblaciones. He aquí algunos ejemplos de ello:

POLÍTICAS ESPECÍFICAS

Se agruparon las políticas en cuatro categorías:

Prevención

El conocimiento de las causas es una condición para la ejecución de soluciones adaptadas a las circunstancias. En Portugal se desarrollaron importantes medios así como una metodología original. Tras un aumento de la incidencia de los incendios a finales del decenio de 1980, las autoridades portugueses establecieron brigadas para la investigación en materia de incendios, integradas por guardas forestales. Su objetivo era hacer averiguaciones sobre cada incendio e identificar sus causas. Progresivamente, se desarrollaron métodos científicos de investigación, y en pocos años el país pasó de tener el 80 por ciento de incendios de origen desconocida a menos del 20 por ciento. Este experimento permitió además demostrar que la gran mayoría de los incendios se debe a negligencia (43 por ciento), y a renglón seguido a incendios intencionados (34 por ciento) [18].

Casi todos los países del Mediterráneo han adoptado medidas para una mayor concienciación pública en materia de incendios forestales. El objetivo es el público adulto ubicado en las áreas bajo riesgo, tanto los residentes como los turistas. Los niños en edad escolar también son objeto de programas específicos [7].

Para el público en general, se recurre a los medios de comunicación: espacios televisivos, carteles, publicidad por radio. En España, también se hace uso de representaciones en las zonas rurales, en las que se enfatizan las consecuencias de los incendios forestales. En el decenio de 1970, las autoridades escogieron a un animal como símbolo de los bosques [42].

Los mensajes han evolucionado. En un primer momento, los carteles solían producir temor; sucesivamente se hizo mayor hincapié en los riesgos para la ecología. Actualmente, los mensajes son más bien de carácter práctico (es decir, qué hacer en caso de incendios).

Entre las disposiciones legales aplicadas, cabe destacar dos:

Los incendios debidos a las instalaciones (ferrocarriles, vertederos, líneas de transporte de energía) existen en casi todos los países con diferentes niveles. Contrariamente a los incendios intencionales, por lo general es fácil identificar los incendios accidentales, pues se conocen los mecanismo de ignición así como las medidas técnicas. Sin embargo, los procesos conexos no se toman casi en cuenta en la lista de medidas adoptadas, lo que parece una paradoja.

Presupresión

El pronóstico de las condiciones meteorológicas se utiliza a fin de movilizar los medios con antelación. Desde este punto de vista, con frecuencia se aplica el modelo de comportamiento de los incendios de los Estados Unidos de América (España [14], Israel [65], Siria [29]). Asimismo, los países han hecho grandes esfuerzos para establecer estaciones meteorológicas que registren la temperatura, humedad, y velocidad y dirección del viento.

La vigilancia desde torres de observación es una técnica muy difusa (Siria [1], Israel [54], Jordania [58], Turquía [56], la ex Yugoslavia [59], Marruecos [69]). En algunos casos esta tarea se lleva a cabo con la ayuda de sistemas automáticos de rayos infrarrojos (España [38]). A ello se añade la labor de las patrullas en el terreno compuestas de personal forestal con un buen conocimiento del área (Túnez [10], Marruecos [69], Argelia [25]). En muchos países aeronaves privadas que se ocupan de la vigilancia se encargan del patrullaje en los días bajo riesgo. (Argelia, Croacia, Francia, España) [43].

Sin embargo, las estadísticas muy frecuentemente revelan que los habitantes dan la alarma antes que las torres de observación o las patrullas (Francia); pero cuando los incendios se detectan por conducto de la red oficial, la información es más detallada.

Una vez dada la alarma, la lucha contra los incendios requiere una perfecta coordinación entre los medios y las radios. En los últimos años se han venido haciendo ingentes esfuerzos en este sentido (Turquía, Argelia, Marruecos, Túnez). Aún así, existen diversos problemas:

La ordenación de los bosques por lo que respecta a la lucha contra los incendios se lleva a cabo de manera muy parecida por toda la cuenca del Mediterráneo. Se basa en la construcción de pistas, cortafuegos, y reservas de agua. Con frecuencia, el diseño de esta labor se realiza en el marco de proyectos de ordenación tradicionales (Argelia, Túnez). Cuando la red se considera suficiente, surge la cuestión de su mantenimiento (los que dieron forma a las inversiones y los que se encargan de mantenerlas no son las mismas autoridades). Esas obras de infraestructura, algunas de las cuales de hace 20 años, ya no están técnicamente adaptadas a los materiales actuales (buques cisternas de grandes dimensiones, helicópteros tanque).

A fin de optimizar la lucha contra los incendios son necesarios buenos conocimientos del área. En los países con una elevada densidad de habitantes en las zonas cercanas a los bosques, la elaboración de mapas no parece ser necesaria (África del Norte). En los países europeos que han sufrido una fuerte despoblación rural, en cambio, es imprescindible (está subvencionada por la Unión Europea [51]). A veces, los mapas son de propiedad y uso exclusivo de las autoridades militares, lo que dificulta el acceso a los datos por los servicios forestales.

Diversos países adoptaron disposiciones en sus legislaciones forestales con la finalidad de obligar a los propietarios a desbrozar el sotobosque a lo largo de los caminos o de las líneas ferrocarrileras (Francia, Israel, Italia, España, Turquía) [22]. El desmonte del sotobosque puede considerarse una medida de prevención (por su objetivo de evitar la ignición) como de presupresión (por su finalidad de una mayor seguridad de las carreteras).

En Francia, la ley obliga a los terratenientes a desbrozar el sotobosque dentro de un perímetro de 50 metros circundante sus viviendas (para su autoprotección). En realidad, esta disposición se aplica muy poco debido a su costo y a los problemas relacionados con las tierras.

Supresión

Es muy difícil obtener datos recientes sobre esta materia. En cuanto a las cisternas aéreas (aviones o helicópteros), siendo su número inferior al de los vehículos, lo que hace más sencillo su registro, puede observarse una escala de 1 a 4, por ejemplo, en términos de valor absoluto entre dos países vecinos: así, existen algo más de 30 unidades en Portugal contra 140 en España. Por otra parte, en términos de valor relativo, los cinco países de Europa meridional cuentan con una unidad, aproximadamente, por cada 100 000 ha de bosques mediterráneos. La cooperación internacional es una de las cuestiones de interés de la Unión Europea [23, 18].

Por lo que se refiere a la información acerca de la estrategia, es incluso más difícil de conseguir. En Francia, el objetivo consiste en un ataque inicial en un lapso inferior a los 10 minutos [45]. Esta estrategia se basa en la anticipación: según el nivel de riesgo, los vehículos se colocan cerca de las áreas arboladas y se aerotransportan las cisternas aéreas antes de que se notifique un incendio. En ciertas condiciones particularmente desfavorables, se demostró que para ser eficaz el ataque inicial debía llevarse a cabo en un lapso aún más breve para ser eficaz.

Reparación de los daños

No todos los árboles son destruidos por el fuego: a veces las llamas los lamen únicamente. En este caso, las primeras medidas consisten en una evaluación urgente de sus posibilidades de supervivencia. Muchos especialistas recomiendan que los árboles debilitados por las llamas sean rociados abundantemente posteriormente al incendio.

La lucha contra la erosión es la segunda prioridad. El área mediterránea se caracteriza por un terreno de laderas escarpadas y por abundantes lluvias en el otoño. Cuando la cubierta de copas desaparece surge el riesgo de erosión o de flujos de fango. La corta de los árboles quemados y su colocación a lo largo de las curvas de nivel permiten la retención del suelo y las piedras en las laderas.

La corta de árboles quemados ha aumentado en los últimos años, en particular en Europa meridional, por una serie de motivos:

Tras completar las tareas más urgentes, se plantea la cuestión relacionada con el futuro de las áreas afectadas.

En determinadas circunstancias se recurre a la reforestación:

La política perseguida por la Unión Europea ya no consiste en repoblar el bosque en forma idéntica sino ante todo en medir las posibilidades de supervivencia de las plantaciones que deban efectuarse, evaluando en primer lugar la inflamabilidad de los combustibles [51].

POLÍTICAS SECTORIALES

Efectos en la incidencia de incendios

Algunas veces los incendios forestales denotan tensiones existentes en un espacio determinado. A continuación se indican algunos ejemplos extraídos de documentación existente:

El fuego como un instrumento de guerra. En los conflictos y las guerras el fuego se utiliza bien sea para hacer salir a los hombres de los páramos o las montañas, o para sitiar una ciudad y echar sus habitantes a la calle. [46, 16]. Asimismo, los bombardeos originan a menudo los incendios. Las guerras en el Líbano, Yugoslavia y más aún la guerra de independencia de Argelia estuvieron marcadas por un incremento en la incidencia de incendios. Al parecer, los desplazamientos de 1993 de las poblaciones en la frontera entre Albania y Grecia estuvieron acompañados de focos de incendios. En diversos países, los incendios relacionados con conflictos forman parte de las causas que aparecen en los listados oficiales de los bancos de datos nacionales.

El fuego como respuesta hostil a los cambios políticos. Los expertos nacionales de Turquía, Grecia y Chipre explican las variaciones en sus series estadísticas a largo plazo con los importantes eventos de carácter políticos, que cada cuatro años, aproximadamente, sacuden al país (elecciones nacionales o de los miembros del Senado) [8, 21].

El fuego como forma de reafirmación del derecho de uso. En muchos países, el derecho de uso prevalece sobre el derecho de propiedad, en especial en el sur de la cuenca del Mediterráneo (Marruecos, [69], Túnez [10], Libia [4]). Los aldeanos han utilizado siempre los bosques para alimentar el ganado y obtener leña y preparar carbón. Cuando un gobierno o una comunidad propone que se recuperen esas tierras y se asignen a un uso exclusivo (por ejemplo, la reforestación), surgen tensiones (Turquía [5]). Como gesto de entreguismo y prevención, el estado puede convenir en firmar contratos de usos de la tierra con los antiguos usuarios (Libia [4]).

El fuego como instrumento de apropiación de tierras. En Turquía, Grecia y Chipre, casi la totalidad de los bosques es de propiedad del estado, las aldeas o la iglesia. Sin embargo, los límites de las propiedades no están siempre establecidos de manera clara (en Grecia [21], el catastro abarca tan solo una cuarta parte del país). Con frecuencia, los incendios se inician en los linderos de propiedades públicas. Aquí, la finalidad del incendiario es usar las tierras públicas o asentarse en ellas. Si no se efectúa ningún tipo de control, se declaran las tierras como propiedad privada.

El fuego como medio de modificar la utilización de tierras. Muchos países poseen leyes en las que se estipula que se debe preservar la vocación forestal de los bosques quemados por un período más o menos prolongado (por lo general unos 10 años). El objetivo es evitar incendios intencionales con miras a convertir a la tierra forestal en un lugar que reciba la aprobación para iniciativas de desarrollo. Las ventajas de esta disposición se han medido por medio de dos experimentos:

El fuego como medio de subsistencia. En los países de la Unión Europea, la lucha contra los incendios está a cargo de voluntarios no profesionales, y como tales reciben un subsidio proporcional al número de horas dedicadas a dicha actividad. En ciertas zonas económicamente desaventajadas (Cerdeña, en el sur de Italia), a menudo se notifican incendios desatados intencionalmente por los mismos bomberos.

El fuego como respuesta al sistema de subsidios. La Unión Europea otorga una ayuda financiera sustancial a los reproductores ganaderos de vacas lactantes. Para obtener estos subsidios hay que cumplir con tres requisitos: estar declarado como agricultor ante las autoridades locales; poseer una superficie adecuada de tierra; ser dueño de un ganado saludable. En la isla de Córcega existe una tradición de incendios a los fines del pastoreo, que se inician con el objetivo de regenerar el pasto para los animales que se dejan en plena libertad. Los resultados de investigaciones muestran que el otorgamiento de esos subsidios fomentaron los incendios forestales por unos cuantos años. La Unión Europea, notando una desviación generalizada del apoyo financiero de la Comisión Europea, suspendió sus subsidios [13, 17]. La decisión parece haber conducido a una reducción de la incidencia de incendios en Córcega.

Efectos en el área quemada

Los incendios forestales son también reveladores de las políticas que afectan a la ordenación de la tierra.

El fuego en relación con bosques cuya superficie está en aumento. En el ámbito de la Unión Europea, se brinda apoyo público para el sector agrícola con objeto de reducir las superficies de producción (Portugal, España, Francia) [51]. En primer lugar, se otorga a quienes reservan voluntariamente el 10 por ciento de la superficie total de las fincas al barbecho. Se facilitan subsidios a los dueños de viñedos para que eliminan sus vides, trepadoras. También se proporcionan a los agricultores que se encargan de reforestar sus tierras (puesto que hasta la fecha los subsidios se han estado concediendo por 15 años, esta medida puede compararse con una “congelación” final de las tierras agrícolas). Estas medidas contribuyen a ampliar las áreas combustibles (tierras incultas) y reducir los obstáculos para el avance natural de los incendios.

El fuego en relación con una urbanización generalizada. En diversos países en los que abundan los campos abandonados, se observa que las viviendas aisladas y las aldeas ubicadas en áreas que anteriormente se dedicaban completamente a la agricultura, están rodeadas de bosques y por ende sujetas a la amenaza directa de incendios. Además, tras una corriente de concentración urbana en el decenio de 1960, las poblaciones actualmente prefieren asentarse alrededor de las ciudades en zonas boscosas. En caso de incendios, esto comporta concentrarse en la protección de las viviendas, lo que disminuye la eficacia de la protección. En Portugal y España cada año se registra la destrucción de propiedades y a veces la pérdida de vidas humanas [33]. En 1995, Francia adoptó una ley destinada a prohibir o reglamentar toda nueva construcción en las áreas expuestas a riesgos. Este reglamento impuesto por el estado se incluye en los planes de desarrollo urbano de las ciudades (plan de prevención de riesgos).

El fuego en relación con un sistema de propiedad privada contradictorio. En Italia, España, Portugal y Francia, los bosques son en su mayoría de propiedad privada [21]. El caso de Portugal es significativo [51], pues más del 80 por ciento de sus bosques pertenecen a terratenientes privados, que poseen menos de 1 ha. Por añadidura, dado que muchos portugueses emigraron por razones económicas a los países vecinos, actualmente no se conoce la identidad de los dueños de una gran cantidad de parcelas. Es posible que la situación empeore aún más pues la transferencia de bienes inmuebles se efectúa bien sea por fragmentación de la propiedad o por posesión mancomunada. Bajo estas circunstancias, es casi imposible promover una mejor ordenación forestal con miras a luchar eficazmente contra los incendios.

El fuego en relación con los impuestos forestales. La imposición de gravámenes ejerce una fuerte influencia en la ordenación forestal. En Europa meridional, la tributación penaliza considerablemente a los terratenientes y no los estimula a proteger sus propiedades. En España, los derechos de herencia se reajustan según el valor monetario correspondiente al día en que se realiza la transferencia [51]. El impuesto sobre los bienes se calcula sumando los valores monetarios anuales de los bosques. Así, los propietarios están en la obligación de pagar una cantidad que a veces es superior a las ganancias forestales, y esto los lleva a explotar sus bosques antes de tiempo. El impuesto sobre la renta se calcula dividiendo la cuantía de los ingresos forestales entre las rotaciones de las cortas. Este método no toma en cuenta las fluctuaciones sustanciales en los ingresos forestales y obliga a los propietarios a pagar cada años un impuesto desproporcionado en comparación con los ingresos. Nuevamente, puede alentarse a los agricultores para que aumenten el los ciclos de rotaciones de las cortas o seleccionen especies de rotación corta. En Portugal, los derechos de herencia son también muy onerosos, y fluctúan entre el 4 y el 76 por ciento del valor de los bienes. Los receptores se ven forzados a pagarlos dividiendo la tierra y vendiendo parte de la herencia. En Francia, la ley permite una exoneración de los derechos de herencia hasta tres cuartos del valor del área forestal, si el dueño se compromete a ejecutar por 30 años un plan de ordenación aprobado por el gobierno. Sin embargo, esta disposición no es apta para el área del Mediterráneo y concierne únicamente a las propiedades de más de 25 ha.

CONCLUSIÓN

Con un promedio de 50 000 incendios y 600 000 ha quemadas cada año (de los cuales 40 000 incendios y 500 000 ha en los países de la Unión Europea), los incendios forestales en la cuenca del Mediterráneo representan una parte significativa de todos los incendios que se registran en el mundo. Diversos expertos evalúan en mil millones de dólares estadounidenses el costo total de la lucha contra los incendios y de los dispositivos de seguridad [30].

A continuación se indican algunas características de esos incendios:

A pesar de los esfuerzos realizados, en especial en los países de Europa meridional, el fenómeno dista mucho de volverse estable e incluso parece aumentar en forma significativa en la mayoría de los 23 países examinados. Pueden formularse diversas hipótesis como explicación de este hecho, a saber:

ANEXO - RESÚMENES INFORMATIVOS SOBRE LOS PAÍSES

Albania [30, 35, 44, 52]

No se han encontrado estadísticas sobre las causas de los incendios, pero según la documentación examinada la primera de éstas parece ser la negligencia.

La información disponible indica que se han realizado esfuerzos destinados a la construcción de torres de observación. La ley forestal de 1992 otorga a las aldeas el derecho de usar los bosques públicos y comunales.

Argelia [25, 30, 53]

Las estadísticas sobre las causas de los incendios son antiguas (finales del siglo XIX) y en consecuencia no pueden aplicarse a la situación actual.

Las medidas adoptadas son de tipo tradicional: creación de vías de acceso, puntos de aguada, torres de observación, y desbroce del sotobosque, con una orientación particular hacia el desmonte de bloques de macizos forestales para la construcción de cortafuegos. Los proyectos conexos se han presentado en el marco de planes de ordenación forestal. El programa relativo a 1985-1990 preveía el fortalecimiento de tales medidas.

Bosnia y Herzegovina

No se han encontrado estadísticas sobre las causas de los incendios ni información acerca de las medidas adoptadas.

Croacia [2, 16, 28]

Las causas principales de los incendios son la quema de desechos agrícolas o forestales y la negligencia.

Al suscribirse el acuerdo de préstamo ante el Banco Mundial, se definieron las siguientes líneas prioritarias para la protección y la reconstrucción de los bosques croatas: reducir el número de incendios, atacar los incendios incipientes con rapidez, establecer medidas específicas en los días de riesgo elevado.

Chipre [11, 12, 19, 21, 30, 44, 53]

De acuerdo con las estadísticas sobre las causas de los incendios, gran parte de los incendios de causa conocida se deben a negligencia (de los cazadores o visitantes y relacionada con actividades de entrenamiento militar).

Las medidas adoptadas por lo general consisten en: información al público, reglamentación, equipamiento de los macizos forestales, mejora de las transmisiones.

Egipto [30, 53]

No se ha encontrado información acerca de estadísticas, causas de los incendios o medidas adoptadas.

Eslovenia [36]

No se ha encontrado ningún dato sobre las causas de incendio o las medidas adoptadas.

España [7, 14, 15, 18, 23, 27, 30, 38, 39, 40, 41, 42, 44, 51, 53, 60, 61, 62, 63]

Las principales causas de los incendios son la acción intencional y la negligencia (eliminación de colillas de cigarrillos, fogatas encendidas por excursionistas).

En 1994 se decidió aplicar nuevas orientaciones. Las operaciones de prevención y control de incendios tienen que estudiarse en el contexto de un análisis de costos y beneficios, tomando en cuenta las limitaciones de los medios, el valor ecológico y económico de los bienes que deben protegerse, la distribución física y temporal del riesgo. La esfera de la investigación de las causas de los incendios y sus responsables es prioritaria (mediante brigadas especializadas, el uso de nuevas tecnologías de investigación, servicios de libre llamada telefónica, la contribución de todas las administraciones de una región determinada bajo la dirección de un comité ad hoc, etc.). La ordenación del territorio es el objetivo fundamental de las autoridades (consecuencias de la Política Agraria Común, financiación de la creación o mantenimiento de muros cortafuegos, reforestación parsimoniosa tras un incendio, fomento de quemas controladas). Se examinan medidas encaminadas a coordinar los esfuerzos de cada región (campañas de concienciación pública sobre la base de un mensaje y símbolo comunes en todas las regiones, utilización de los mismos medios de emergencia). También se han desarrollado formas de prevención bastante singulares (por ejemplo, representaciones en áreas rurales).

Francia [7, 13, 15, 17, 18, 21, 23, 30, 37, 43, 44, 45, 50, 51, 53,]

Los incendios se deben principalmente a la negligencia (42 por ciento), los accidentes (27 por ciento) y los incendios intencionales (11 por ciento). Durante el verano, no se permite el acceso del público a determinadas áreas forestales.

Se otorga prioridad al ataque rápido a los incendios incipientes. Todos los esfuerzos están encaminados a reducir el intervalo entre el inicio del incendio y el primer ataque: reconocimientos aéreos con aeronaves equipadas con medios de extinción, colocación previa de bomberos en el terreno. Un estudió ha demostrado que Francia es el país en la cuenca del Mediterráneo que asigna el presupuesto más elevado al sector de los incendios forestales (USD 50 por ha). Además, la urbanización generalizada en los bosques ocasiona muchos problemas: ignición de incendios, dispersión de los medios de extinción de incendios, destrucción de bienes. Las nuevas leyes obligan a tomar en cuenta el factor de riesgo en los proyectos de construcción.

Grecia [15, 18, 20, 21, 23, 30, 44, 49, 51, 53, 67]

Las principales causas de incendio son la negligencia (43 por ciento) y los incendios intencionales (30 por ciento). Por lo que respecta a la negligencia, tiene origen principalmente en la quema (17 por ciento); a renglón seguido en las colillas de cigarrillos (10 por ciento) y los vertederos de basura doméstica (6 por ciento).

La presencia de un número elevado de islas constituye un obstáculo para actuar rápidamente el ataque inicial. Además, el país debe afrontar el problema que representa la división del territorio (identificación de los propietarios, los conflictos relativos a la utilización de tierras). Actualmente se está acelerando el registro en el catastro de los dueños de tierras expuestas a un alto riesgo. Se ha instituido un consejo de “notables” en las comunidades a fin de arbitrar en los conflictos relacionados con el uso. Se están ejecutando políticas de ordenación de la tierra, con miras a un consenso político entre el estado, las comunidades y la población.

Irán [53]

No se han encontrado datos sobre las causas de los incendios o las medidas adoptadas.

Israel [6, 30, 44, 53, 54, 64, 65, 66]

Las principales causas de incendio son las acciones intencionales y la negligencia.

En 1986, se tomó en consideración el fortalecimiento de la legislación relacionada con pirómanos y personas negligentes, así como la posibilidad de concertar acuerdos con los pastores para el uso de tierras forestales públicas. Las otras medidas adoptadas están en consonancia con el modelo usual.

Italia [15, 18, 21, 23, 30, 31, 32, 43, 44, 47, 48, 53, 55]

Las principales causas de incendio son la acción intencional y la negligencia.

El país se caracteriza por la distribución de poderes entre las autoridades locales, regionales y el estado. Éste procedió a reforzar las sanciones aplicadas a los incendiarios y los tribunales fueron particularmente severos en 1993 y 1994. Se ha de implantar una base de datos sobre las causas de los incendios y las motivaciones de los incendiarios. Asimismo, se introdujo una ley con objeto de organizar entre las regiones los aspectos relativos a la prevención y control de incendios (índice del riesgo, medios disponibles y ubicación de los equipos de emergencia, normas para la reforestación). Las regiones (por ejemplo, Lacio) se han organizado con iniciativas de tipo legislativo: repoblación forestal de las tierras quemadas; obligación de crear una faja a prueba de incendio de 10 m de ancho alrededor de los campos; limpieza de los márgenes de las líneas de ferrocarril; prohibición de prender fuego en el período de elevado riesgo y en un radio de 200 m de los bosques; promoción de asociaciones de voluntarios civiles; participación de los civiles en la lucha contra los incendios.

Jordania [30, 53, 58]

No se han encontrado datos sobre las causas de los incendios.

Se adoptan las medidas habituales.

Líbano [30, 46, 53]

Las causas principales de los incendios son los incendios producidos por pastores, cazadores o propietarios de tierras cercanas a bosques nacionales. Al parecer también la guerra ocasionó incendios (estallido de proyectiles, cables de alta tensión cortados por proyectiles).

Entre las medidas adoptadas se tomaron en consideración el fortalecimiento de los reglamentos forestales, el equipamiento de macizos forestales, el entrenamiento de personal.

Libia [4, 30, 53]

Las causas principales de los incendios son, por orden decreciente de importancia: comidas campestres, imprudencia, incendios producidos por pastores o por acción intencional.

La ley de 1982 reglamenta el uso del fuego, define un marco para la preparación del carbón y aborda las condiciones salariales de las personas que forman parte voluntariamente del personal de emergencia en caso de una catástrofe. También se han introducido medidas para la información del público.

Malta [30, 53]

No se ha encontrado información en relación con estadísticas, causas de los incendios o medidas adoptadas.

Marruecos [30, 53, 69]

La imprudencia y la acción intencional son las principales causas de los incendios.

Se adoptan las medidas habituales, que se relacionan en especial con el equipamiento de los macizos forestales. Asimismo, se había decidido delimitar las tierras forestales públicas, pero esta tarea va en contra del derecho de uso de las poblaciones rurales.

Portugal [15, 18, 23, 26, 30, 33, 43, 44, 51, 53, 57]

Los incendios se deben ante todo a la negligencia y la acción intencional.

Entre las medidas adoptadas a fin de reducir el número de incendios figuran las siguientes: creación de brigadas forestales para determinar el origen de los incendios; reforzamiento de las sanciones penales; obligación de restablecer el bosque quemado en forma idéntica. También se otorgó prioridad a los tratamientos forestales para hacer los bosques menos combustibles: volver a plantar especies propensas a los incendios no da derecho a obtener la ayuda financiera del gobierno; estudio de impacto obligatorio para un proyecto de plantaciones de Eucalyptus; apoyo financiero sustancial para la plantación de especies tradicionales; un marco administrativo para el desmonte a fin de prevenir la explotación maderera precoz; protección de los bosques de encinas y alcornoques; seguimiento del abandono de tierras cultivadas.

Siria [1, 29, 30, 53]

Las causas principales de los incendios son, por orden decreciente de importancia: el uso del fuego para desbrozar los campos, la eliminación de cigarrillos, la falta de atención de los excursionistas, actos malévolos (incendios intencionales), la negligencia de pastores y cazadores.

Se adoptan las medidas habituales.

Túnez [3, 10, 30, 53]

Los accidentes y la negligencia son las principales causas de los incendios.

Se adoptan las medidas habituales, y en especial: construcción de torres de observación, creación de pistas, cisternas de agua, radioenlaces. Se exploraron otras líneas como la educación del público, el control de incendios, la silvicultura preventiva, el reforzamiento de reglamentos represivos y del personal administrativo.

Turquía [5, 8, 9, 24, 30, 44, 53, 56, 68]

Las principales causas de incendio son la acción intencional y la negligencia.

El incremento del nivel de vida de las poblaciones rurales representa una de las metas prioritarias, pues cerca de nueve millones de personas dependen directa o indirectamente de los bosques, lo que sitúa al país en una situación intermedia entre los países de las regiones septentrional y meridional de la cuenca del Mediterráneo. Por lo demás, se aplican las medidas habituales.

Ex-Yugoslavia [30, 34, 44, 53, 59]

Los incendios se deben principalmente a la negligencia.

Se adoptan las medidas habituales.

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[4] Agence MTDA, Aix-en-Provence, Francia.
[5] Datos proporcionados por la oficina de la FAO en Ginebra.
[6] Datos proporcionados por la oficina de la FAO en Ginebra.

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