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La subnutrición en el mundo

Reducción de la subnutrición durante el último decenio

Las últimas estimaciones de la FAO indican que, en 1997-99, había en el mundo 815 millones de personas subnutridas: 777 millones en los países en desarrollo, 27 millones en los países en transición y 11 millones en los países industrializados.

En cuanto a los países en desarrollo, la cifra más reciente indica una reducción de 39 millones desde 1990-92 (período de referencia utilizado en la Cumbre Mundial sobre la Alimentación para el cual la cifra revisada es de 816 millones de personas subnutridas)1. Esto significa que la reducción anual media se mantiene ahora en torno a 6 millones de personas.

Figura 2. Proporción de la población subnutrida en los países en desarrollo, por categorías de prevalencia, en 1990-92 y 1997-99

Es evidente que se ha desacelerado la reducción de la subnutrición en el mundo. Como consecuencia de ello, para alcanzar el objetivo de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación de reducir a la mitad el número de personas subnutridas en los países en desarrollo para 2015, la reducción anual media necesaria no es ya de 20 millones, sino de 22 millones, nivel notablemente superior al conseguido actualmente.

El descenso general del número de personas subnutridas en las regiones en desarrollo oculta tendencias contrastantes existentes en distintos países: sólo 32 de los 99 países en desarrollo estudiados redujeron su cifra de personas subnutridas entre 1990-92 y 1997-99. La disminución total alcanzada por este grupo fue de 116 millones de personas, frente a un incremento total de 77 millones registrado en el grupo de países donde aumentó el número de subnutridos. Dado que en el primer grupo figuran varios países grandes, como China, Indonesia y Tailandia en Asia y Nigeria en África, la reducción total alcanzada compensa el aumento total registrado en el segundo grupo de países numéricamente mayor. De ahí que se haya producido una reducción neta de 39 millones (Figura 3).

Figura 3. Grado de privación de alimentos: cambios en el número de personas subnutridas entre 1990-92 y 1997-99

Por consiguiente, el número de personas subnutridas ha aumentado considerablemente en la mayoría de los países en desarrollo. (Este análisis no incluye Etiopía y Eritrea, que no eran países distintos a comienzos de los años noventa. Tampoco incluye a los nueve países en desarrollo donde padecía subnutrición menos del 2,5 por ciento de su población en 1990-92.)

Si se considera el número de subnutridos en proporción a la población total del país, y no en términos absolutos, la imagen es algo diferente. La proporción disminuyó realmente en la mayoría (58) de los países en desarrollo (Figura 2). Sin embargo, no debe interpretarse este hecho con demasiado optimismo, ya que en 18 de tales países esta reducción coincidió con un aumento de las cifras absolutas. En dichos países, la disminución de la proporción de subnutridos no ha sido suficiente para compensar el efecto del crecimiento de la población. La continuación del rápido aumento del número de bocas que alimentar supone una mayor dificultad para alcanzar el objetivo de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación.

1 Las estimaciones de la FAO se revisan anualmente a medida que se obtiene más información.

Resultados de los distintos países

El progreso general alcanzado en la reducción del número de personas subnutridas en el mundo en desarrollo entre 1990-92 y 1997-99 oculta profundas tendencias contrastantes registradas en los distintos países. Algunos países han logrado progresos excelentes, mientras que otros han avanzado más lentamente o se han estancado. Otros, en cambio, han sufrido reveses, en la mayoría de los casos, moderados, pero en ocasiones graves.

Los países con buenos resultados pueden haberlos conseguido siguiendo uno o más caminos. Pueden haber dedicado más recursos al incremento de la producción agropecuaria, lo que constituye la mejor opción para acrecentar el crecimiento económico y, si los pequeños agricultores y consumidores pobres pueden participar y beneficiarse, para crear una sociedad más equitativa. Pueden haber recurrido también a importar grandes cantidades de alimentos, comprados en los mercados internacionales de productos básicos o recibidos como ayuda alimentaria. Los países afligidos por guerras civiles duraderas o crisis recientes de breve duración pueden haber conseguido por estos medios resultados mejores de lo previsto. Además, los buenos rendimientos pueden deberse a la recuperación de un período precedente de malos resultados, por ejemplo, una reducción notable de la proporción de personas subnutridas cuando se recupera la agricultura al terminar una guerra civil. Ocurre lo contrario en los casos de resultados negativos.

Los mejores resultados y los peores

En igualdad de condiciones, los cambios en el número de personas subnutridas en un país serán proporcionales al tamaño de su población: cuanto mayor es la población, mayor será el aumento o la reducción que cabe esperar. Pero la población desempeña también otra función engañosa en las estadísticas sobre la subnutrición.

El aumento de la proporción de personas subnutridas implica un incremento de la cifra absoluta de estas, pero la reducción de dicha proporción no implica necesariamente un descenso de la cifra total. Por ejemplo, una tasa elevada de crecimiento de la población puede dar lugar a incrementos de las cifras absolutas de subnutridos, por lo que las variaciones en la proporción de estos proporcionan una medida de los resultados que es independiente de la influencia del crecimiento demográfico.

Con este tipo de análisis, se pueden determinar los 12 países que obtuvieron los «mejores resultados», es decir, redujeron la proporción de personas subnutridas en más de un punto porcentual al año desde 1990-92 hasta 1997-99. En el extremo opuesto, figuran diez países que pueden clasificarse como los que obtuvieron los «peores resultados», ya que la proporción de subnutridos en ellos aumentó más de un punto porcentual al año (Figura 4). La inclusión de algunos países en esta lista parece a primera vista inesperada. Por ejemplo, según se considera hoy en día, no era de esperar que figurara en ella el Sudán. Sin embargo, hay que recordar que los datos reflejan cambios entre dos períodos, uno centrado en 1991 y el otro, en 1998, por lo que la actual sequía padecida en este país azotado por la guerra no se manifiesta todavía en los datos.

Figura 4. Países con los mayores descensos o aumentos de personas subnutridas, 1990-92 a 1997-99


Los países con los mejores y los peores rendimientos se hallan en todas las regiones en desarrollo, incluida el África subsahariana, donde la población de subnutridos en la población total es la más elevada. De hecho, siete de los que han obtenido los mejores resultados y cuatro que han logrado los peores se hallan en el África subsahariana. Esto se debe en parte a la enorme diversidad de respuestas de la producción a las condiciones agroecológicas y los entornos de política diferentes y en rápido crecimiento existentes en la región. Sin embargo, en la mayoría de estos países de África, la proporción de personas subnutridas era muy elevada en 1990-92 y, aún en el caso de los que han conseguido los mejores resultados, como Chad, Mozambique, Malawi y Angola, seguía siendo elevada en 1997-99. Mozambique y Angola, debido a sus tasas elevadas de crecimiento demográfico (3,2 por ciento al año), no consiguieron reducir significativamente la cifra de personas subnutridas, pese a sus buenos resultados. Esto pone de relieve la función del elevado crecimiento demográfico para acentuar las reducciones del número de personas subnutridas.

Cuadro 1. Países que más han contribuido a los cambios en la cifra de personas subnutridas, 1990-92 a 1997-99

REDUCCIONES

   

AUMENTOS

   

País

Número

(millones)

Porcentaje

del total

País

Número

(millones)

Porcentaje

del total

China

76

66

*Rep. Dem. del Congo

17

22

*Perú

6

5

India

11

14

Indonesia

5

4

*Rep. Unida de Tanzanía

6

8

Nigeria

4

3

*Rep. Pop. Dem. de Corea

5

6

*Tailandia

4

3

Bangladesh

5

6

Viet Nam

4

3

Afganistán

3

4

Brasil

3

3

*Venezuela

3

4

*Ghana

3

3

Uganda

2

3

Pakistán

2

2

Kenya

2

3

*Sudán

2

2

*Iraq

2

3

Todos los demás

7

6

Todos los demás

21

27

Total

116

100

Total

77

100

* Incluido también entre los diez que han obtenido rendimientos mejores y peores en términos de cambio porcentual.

Aunque el tamaño absoluto de la población nacional y sus tasas de crecimiento influyen en los resultados, el número de personas en que aumenta o disminuye el total de subnutridos no influye en la tasa general de progreso. En el Cuadro 1 se indican los diez países con mayores resultados positivos y negativos en lo que se refiere a aumentar o reducir en millones de personas el total mundial. Es preciso hacer varias observaciones sobre los cambios en las cifras dentro de cada país:

Figura 5. Cambios en las cifras de personas subnutridas por regiones, 1990-92 a 1997-99

Función del crecimiento demográfico y del desarrollo agrícola

La mayoría de los países en desarrollo registraron aumentos considerables de su cifra absoluta de personas subnutridas. Se trata de una tendencia alarmante, enmascarada por los rendimientos mucho mejores obtenidos por unos pocos.

Dado el crecimiento demográfico, para invertir la tendencia hace falta que aumente más rápidamente la disponibilidad de alimentos per cápita o que haya un acceso más equitativo a los alimentos, o ambas cosas. No obstante, la importancia relativa de estos dos medios de reducir la subnutrición varía según la situación específica de cada país y los distintos factores predominantes en un determinado momento. Sin embargo, en los casos en que existe una grave subnutrición entre los más pobres, los gobiernos y sus asociados de la comunidad internacional deben intervenir directamente por medio de distintos programas de redes de seguridad.

En el Cuadro 2 se presentan las tasas de crecimiento de la población, la disponibilidad de alimentos y la producción para dos grupos de países: aquellos en los que el número de subnutridos aumentó notablemente y aquellos en que disminuyó de 1990-92 a 1997-99.

Cuadro 2. Crecimiento del suministro y la producción de alimentos y de los recursos destinados a la agricultura en comparación con las variaciones en el número de personas subnutridas

Grupo de países

Tasa anual media de crecimiento de 1990-92 a 1997-99

Variación de 1990-92 a 1997-99

 

Población

total

Suministro de

energía alimentaria

per cápita

Producción

alimentaria

per cápita

Producción

agrícola

per cápita

Bienes de capital

netos en

la agricultura

por trabajador

Asistencia exterior a la agricultura por trabajador

 

(%)

(%)

(%)

(%)

($EE.UU.)

($EE.UU.)

1. Países donde el número de personas subnutridas aumentó notablemente

2,1

0,1

0,4

0,4

-65

-14

2. Países donde el número de personas subnutridas disminuyó notablemente

1,4

1,4

3,8

3,4

118

-1

Como era de prever, el primer grupo tuvo una tasa de crecimiento demográfico mucho mayor y una tasa de aumento de la disponibilidad de alimentos per cápita mucho menor que el grupo en que disminuyó la cifra de personas subnutridas. Además, en el primer grupo, las tasas de aumento de la producción alimentaria y agrícola per cápita fueron mucho más bajas que en el segundo, lo que pone de relieve la función decisiva del desarrollo agrícola para fomentar un crecimiento más rápido de la disponibilidad de alimentos.

Por último, el Cuadro 2 ofrece también información sobre los cambios en los recursos internos y externos asignados a la agricultura, que se corresponden también con los dos grupos de países. Los recursos internos destinados a la agricultura están representados por el valor neto total de bienes de capital en la agricultura, es decir, ganado, tractores, obras de riego, mejoras de tierras, cultivos permanentes, etc.
La variación anual de este valor refleja la inversión nacional en la agricultura. Los recursos externos (asistencia exterior) asignados a la agricultura incluyen los compromisos contraídos por organismos donantes multilaterales y bilaterales para apoyar el desarrollo agrícola. En los países donde la cifra de personas subnutridas ha aumentado y el crecimiento de la producción alimentaria y agrícola per cápita ha sido muy bajo, los bienes de capital, en proporción del número de trabajadores en la agricultura, han disminuido de hecho, mientras que han aumentado en los países donde se ha reducido el número de personas subnutridas. Por otra parte, el nivel de la asistencia exterior a la agricultura, expresado en proporción del número de trabajadores agrícolas, ha disminuido en ambos grupos, pero el descenso fue mayor en el primer grupo. Esto indica que los malos resultados de este grupo pueden deberse claramente a la insuficiencia de los recursos destinados al desarrollo agrícola.

El contraste en lo relativo al cambio en los recursos destinados a la agricultura aparece más claramente si se comparan los grupos que han obtenido mejores y peores rendimientos (Cuadro 3).

Cuadro 3. Cambios en los recursos destinados a la agricultura en los grupos de países con mejores y peores resultados, 1990-92 a 1997-99

Grupo de países

Bienes de capital netos

en la agricultura

por trabajador

Asistencia exterior

a la agricultura

por trabajador

 

($EE.UU.)

($EE.UU.)

Los mejores resultados

88

5,3

Los peores resultados

-158

-31,0

Grupos de variables

En análisis preliminares, se han determinado dos grupos de variables como muy significativos en relación con los cambios en la prevalencia de la subnutrición:

En otras palabras, hay una fuerte relación inversa entre la aparición de crisis (provocadas por catástrofes naturales o de origen humano) y el progreso en la reducción del número de personas subnutridas, y hay una fuerte correlación entre el aumento de la productividad agrícola y la reducción del número de subnutridos.

Contribuye también a corroborar este punto de vista equilibrado sobre la forma en que puede reducirse la subnutrición un estudio reciente del Instituto Internacional de Investigaciones sobre Políticas Alimentarias (IIPA), en el que se examina la relación entre distintos factores y las reducciones en el número de niños con peso inferior a la norma en 63 países en desarrollo entre 1970 y 1995. El estudio indica que la explicación estadística del número menor de niños con insuficiencia ponderal se centraba en los siguientes determinantes proporcionales:

Mujeres envasando frijoles

FAO/22396/R.Faidutti

Como conclusión, los intentos de buscar una causa simple tanto de los buenos resultados como de los malos están condenados al fracaso. Es limitada la posibilidad de que sólo unas pocas variables expliquen los cambios en situaciones nacionales muy diversas e incluso únicas. Los análisis de la FAO muestran que la producción alimentaria y el acceso a los alimentos son importantes, pero no son los únicos factores que influyen. Las guerras civiles y otras crisis extremas contribuyen a explicar la situación en una subserie de países, pero los datos recabados en ellos pueden reflejar la presencia o ausencia de la ayuda alimentaria, así como la capacidad de recuperación de los sectores agrícolas en crisis. Se puede suponer que la educación de las mujeres y los niveles de salud básica son más importantes en países con circunstancias más estables.

Es decisivo que tales análisis se realicen no sólo a nivel internacional, sino también dentro de cada país, utilizando datos de referencia fiables y empleando los recursos necesarios para el seguimiento y la evaluación de los cambios al cabo del tiempo en indicadores fundamentales.

Hacia un acceso más equitativo a los alimentos

La falta de medios económicos para tener acceso a los alimentos es la causa principal de privación para la población pobre, especialmente en los centros urbanos, pero también en zonas rurales con escasez de tierras. ¿Ha progresado el mundo en la mejora del acceso y la reducción de la diferencia entre las dietas abundantes y variadas de los ricos y la escasa comida de los pobres?

Durante los tres últimos decenios, la producción mundial de alimentos ha crecido más rápidamente que la población. Entre 1969-71 y 1997-99, la cantidad de alimentos disponibles por persona aumentó de 2 410 a 2 800 kcal por día en el conjunto mundial, y de 2 110 a 2 680 kcal al día en los países en desarrollo. El notable crecimiento de la disponibilidad de alimentos en los países en desarrollo redujo en más de la mitad la proporción de personas subnutridas con respecto a la población total, es decir, del 37 por ciento en 1969-71 al 17 por ciento en 1997-99. No obstante, este descenso no bastó para reducir a la mitad la cifra absoluta de personas subnutridas, calculada en 956 millones en 1969-71 y todavía en el alto nivel de 777 millones en 1997-99, última estimación trienal de la FAO.

Es evidente que la producción alimentaria mundial debe seguir creciendo para poder alcanzar el objetivo de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación de 1996 de reducir a la mitad el número de personas subnutridas para el año 2015. En teoría, bastaría un aumento menor de la producción si fuera acompañado de un acceso más equitativo a los alimentos. Podría conseguirse esto mediante la redistribución de los alimentos mismos, de los medios de producirlos o del poder adquisitivo necesario para comprarlos a quienes actualmente tienen menos acceso a los alimentos.

Vendedores exponen sus productos en un mercado de pescado

FAO/16216/L.Spaventa

La desigualdad en el acceso a los alimentos puede medirse tanto entre los distintos países como dentro de cada país, y tanto entre los distintos hogares como entre los miembros de un hogar:

La evaluación de los cambios en la desigualdad del acceso a los alimentos entre los distintos países y dentro de cada país, que constituye el objeto de esta sección, se realiza utilizando el coeficiente de Gini adoptado comúnmente en análisis de distribución.
El coeficiente de Gini teóricamente varía entre 0, que implica una distribución igual de las unidades en examen (países u hogares en este caso), y 1, que implica la desigualdad absoluta, es decir, la concentración en una única unidad. Cuanto más se aparte el coeficiente de 0, más desigual es la distribución.

Acceso desigual entre los países

A efectos de este informe, se ha calculado el coeficiente de Gini para la desigualdad del acceso a los alimentos entre determinados países clasificados en diez categorías de SEA. Se calculó el coeficiente según la proporción de la población mundial correspondiente a las distintas categorías entre 1969-71 y 1997-99 (Cuadro 4).

Cuadro 4. Cambios en la distribución del suministro de energía alimentaria y coeficientes de Gini resultantes entre 1969-71 y 1997-99

 

1969-71

1979-81

1990-92

1997-99

Categorías de SEA

Número

Población

Número

Población

Número

Población

Número

Población

(kcal/per cápita/día)

de países

(%)

de países

(%)

de países

(%)

de países

(%)

Menos de 1 900

16

6,9

11

2,2

13

3,0

7

2,7

1 900-2 100

26

41,8

12

20,4

13

4,3

17

3,5

2 100-2 300

35

11,0

42

13,6

23

7,0

21

5,2

2 300-2 500

27

5,9

15

24,8

23

21,2

18

23,1

2 500-2 700

12

5,3

16

3,8

21

7,0

21

3,4

2 700-2 900

8

3,2

19

7,3

15

28,5

18

11,7

2 900-3 100

10

8,2

16

4,1

14

5,0

16

31,5

3 100-3 300

16

7,1

11

9,6

18

11,4

19

5,6

3 300-3 500

8

10,4

12

11,3

7

3,0

12

5,7

3 500 o más

1

0,2

5

2,8

12

9,5

10

7,5

TOTAL

159

100,0

159

100,0

159

100,0

159

100,0

Coeficiente de Gini

 

0,116

 

0,105

 

0,091

 

0,089

El cuadro muestra que el acceso a los alimentos no es muy desigual entre los distintos países: el coeficiente de Gini es 0,10 aproximadamente. Muestra también que ha ido disminuyendo constantemente esta forma de desigualdad a lo largo de los tres últimos decenios. Con estos niveles de desigualdad, la disminución a lo largo de 27 años es significativa, si bien parece ligera. Esto se debe a que el número de países que pasó de categorías más bajas a categorías medianas de SEA fue mayor que el que pasó de las categorías medianas a las más altas. Por ejemplo, entre 1969-71 y 1997-99, 32 países salieron de las tres categorías más bajas, mientras que sólo 16 pasaron a las tres más altas. De este efecto acumulativo cabe concluir que el aumento de la disponibilidad mundial de alimentos desde 1969-71 ha ido acompañado en realidad de una redistribución en favor de los países que anteriormente tenían baja disponibilidad de alimentos per cápita.

Variedad de frutas y hortalizas para venta en un mercado cubierto

FAO/21032/R.Faidutti


Desigualdad del acceso entre distintos hogares

Dentro de un país la desigualdad del acceso a los alimentos se debe principalmente a diferencias de ingresos y poder adquisitivo entre los hogares. La forma mejor y más directa de evaluar este tipo de desigualdad sería considerar los datos sobre consumo de alimentos en los hogares pertenecientes a distintas clases de ingresos. Sin embargo, existen pocas series de datos de este tipo y las que hay son en su mayoría más una instantánea que una serie de datos que muestre los cambios al cabo del tiempo.

No obstante, se tienen datos sobre la distribución de los ingresos y gastos en los hogares para un número considerable de países en desarrollo. Además, se dispone también de series cronológicas de coeficientes Gini relacionados con tales datos. Como la desigualdad del acceso a los alimentos entre los distintos hogares está determinada en gran medida por desigualdades en los ingresos, las variaciones en estas últimas pueden servir como sustitutivo de los cambios en el acceso de los hogares a los alimentos.

La FAO ha examinado datos comparables sobre la distribución de los ingresos en 23 países de América Latina, África y Asia, correspondientes al período 1970-19931. Sobre la base de este estudio, pueden hacerse las observaciones siguientes:

La parte proporcional del gasto del hogar dedicada a los alimentos disminuye al aumentar los ingresos. Además, hay límites superiores e inferiores en el consumo de alimentos (expresado en kcal), mientras que no ocurre esto en el caso de los ingresos. Esto significa que los cambios reales en el acceso a los alimentos, en contraposición a los ingresos, tenderán a ser menores que los que puedan detectarse por el análisis.

Por consiguiente, se puede deducir que, al cabo del tiempo, los cambios reales en las pautas generales de desigualdades en el consumo de alimentos en los hogares han tendido a ser muy pequeños, cuando son perceptibles. Por esta razón los países necesitan organizar programas especiales para ayudar a elevar el nivel de los ingresos de la población clasificada en los sectores de ingresos más bajos, que presenta las tasas de subnutrición más elevadas.

Concluyendo, aunque se ha registrado una reducción constante de la desigualdad del acceso a los alimentos entre los distintos países del mundo, no es posible discernir una tendencia análoga entre los distintos hogares dentro de los países en desarrollo.

1 Se obtuvieron los datos de la base de datos mundial sobre la desigualdad en los ingresos, mantenida por el Instituto Mundial para la Investigación sobre la Economía del Desarrollo de la Universidad de las Naciones Unidas en Helsinki.

Prevalencia de la subnutrición en relación con la pobreza


La medida de la FAO relativa a la prevalencia de la subnutrición se basa en la distribución del consumo y la disponibilidad de alimentos en los hogares, mientras que la medida utilizada por el Banco Mundial para calcular la prevalencia de la pobreza extrema se basa en la distribución del gasto de los hogares en bienes de consumo. Hay una relación positiva y estrecha entre el consumo de alimentos y el gasto en bienes de consumo en los hogares de bajos ingresos. Además, los cálculos de la desigualdad en la distribución del consumo y la disponibilidad de alimentos en los hogares se han derivado en muchos casos de datos sobre la desigualdad en la distribución de los ingresos y gastos de los hogares, por lo que es de prever que los dos métodos separados produzcan resultados similares. Para averiguar si es así, las estimaciones de la FAO por países de la prevalencia de la subnutrición se han agregado a fin de corresponder a las estimaciones regionales del Banco Mundial sobre la prevalencia de la pobreza extrema. Los resultados son los que figuran en el Cuadro:

En todos los casos menos en uno, las estimaciones de la pobreza extrema son más elevadas que las de la subnutrición. La excepción es la región del Cercano Oriente y África del Norte, donde la prevalencia de la pobreza extrema se estima en sólo el 2 por ciento, frente al 7,7 por ciento de la subnutrición. Esta anomalía se debe a la insuficiencia de los métodos de ambas organizaciones cuando se aplican a bajos niveles de prevalencia.

En las estimaciones de la FAO, el consumo de alimentos se expresa en energía alimentaria, y las personas de un hogar que consumen menos de un mínimo determinado de energía se consideran subnutridas. La necesidad diaria mínima, que tiene en cuenta las calorías necesarias para mantener el peso corporal desempeñando una actividad ligera, varía de un país a otro, pero es aproximadamente de 1 900 kcal per cápita, según la edad, sexo y estatura media.

En las estimaciones del Banco Mundial, el gasto en alimentos y bienes de consumo no alimentarios se expresa en dólares internacionales, ajustados para tener en cuenta la paridad del poder adquisitivo (PPA). Las personas que viven en hogares con un gasto per cápita inferior a 1,08 dólares PPA al día se considera que viven en pobreza extrema. La línea de pobreza de 1,08 dólares PPA se obtiene como la media de las diez líneas de pobreza nacionales más bajas entre las 33 calculadas por el Banco Mundial. Las líneas de pobreza nacionales tienen en cuenta el valor de la cesta de alimentos básica, e incluyen estimaciones del promedio de necesidades energéticas per cápita, calculado actualmente en 2 200 kcal por día.

Por consiguiente, la línea de pobreza internacional utilizada por el Banco Mundial para definir la pobreza extrema se basa en un nivel de consumo de alimentos más alto que el utilizado en la definición de subnutrición de la FAO. Esto explica la tendencia general a que las estimaciones del Banco Mundial sobre la pobreza extrema sean más altas que las estimaciones de la FAO relativas a la subnutrición. Esto corrobora también la opinión compartida ya ampliamente de que la subnutrición se encuentra sobre todo entre los más pobres de quienes padecen pobreza extrema. Por consiguiente, la lucha contra la subnutrición implica combatir las condiciones de pobreza más extrema.

Prevalencia de la subnutrición en comparación con la pobreza extrema en determinadas regiones

Región

Prevalencia

de la subnutrición

Prevalencia

de la pobreza extrema

 

(1997-99)

(1998)1

 

(Porcentaje de la población)

Asia oriental

9,7

15,3

Asia meridional

23,6

40,0

África subsahariana

27,8

46,3

Europa oriental y Asia central

4,2

5,1

Cercano Oriente y África del Norte

7,7

2,0

América Latina y el Caribe

10,6

15,6

TOTAL

15,0

24,0

1 Fuente: S. Chen y M. Ravallion. 2000. How did the world's poorest fare in the 1990s? World Bank Policy Research Working Paper No. 2409. Washington, D.C.Prevalencia de


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